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Se trata probablemente de la primera teoría sistemática sobre organizaciones.
Sus orígenes pueden remontarse hasta finales de siglo XIX, aunque su
formulación y aplicación específica al mundo organizacional se realiza en las
primeras décadas del siglo XX y su impacto se dejara sentir a partir de la
Primera Guerra Mundial.
Si prescindimos de las aportaciones de Farol y de la teoría clásica de la
administración, cuyo alcance es muy limitado, la teoría de la burocracia de
Weber es el primer gran modelo teórico que ofrece una visión estructural de la
organización y aborda su estudio desde un nivel global.
Teoría de la burocracia de Weber.
Max Weber (1864-1920) puede ser considerado el iniciador del estudio
sistemático sobre burocracia, cuyas notas más características son la
racionalidad, con la consiguiente despersonalización.
Para comprender sus ideas sobre este tema hay que situarse en el contexto de
su teoría de la dominación. Distingue tres principios de legitimación del poder
que, con sus tipos de organización correspondientes, permiten distinguir tres
tipos de dominación:
1. dominación carismática: el poder se legitima por las características del
líder y es aceptado por los súbditos en función de su fe en él. En caso
de surgir una organización administrativa, ésta sería inestable e
indeterminada.
2. dominación tradicional: el poder se legitima en el pasado y en el estatus
heredado. Suscita organizaciones administrativas de tipo patrimonial o
bien de tipo feudal, en las cuales los “funcionarios” dependen del jefe y
están fuertemente vinculados a él.
3. dominación legal: el poder se legitima por la ley en función de su
racionalidad y es independiente del líder o jefe que la haga cumplir. El
tipo de organización a que da lugar es burocrática.
Para Weber la administración burocrática es fundamentalmente el ejercicio del
control basado en el conocimiento (competencia técnica), y esto es lo que la
hace específicamente racional. Se trata de un sistema de control basado en
reglas racionales, que tratan de regular la estructura y el `proceso total de la
organización en razón tan sólo del conocimiento técnico para lograr el máximo
de eficacia.
La persona que desempeña la autoridad ocupa un cargo cuyas funciones,
prerrogativas, derechos y obligaciones están delimitadas por normas legales y,
sólo por razón de su cargo detenta ese poder.
La persona que obedece a la autoridad lo hace sólo en cuanto miembro de ese
grupo y únicamente obedece a los preceptos legales, no a las voluntades
individuales de los jefes.
2. La organización de los cargos (delimitados por reglas que su esfera de
competencia) sigue el principio jerárquico: cada cargo se halla bajo el control y
supervisión de un superior, y cada funcionario es responsable ante su superior,
de sus decisiones y acciones así como de las de sus subordinados.
La conducta de los funcionarios está regida por un sistema coherente de reglas
técnicas y normas generales y consiste en la aplicación de esas reglas a cada
caso y situación concreta. Por esta razón, se requiere una especialización y
preparación cualificada.
Existe un sistema de promociones establecido en función de la antigüedad o la
capacidad y conocimientos técnicos.
Al establecer todas estas notas, Weber trató de formular un tipo ideal de
organización burocrática. No se trata, por tanto de un modelo empírico del
funcionamiento burocrático, ni es resultado de un promedio de las
características de todas las burocracias existentes. Se trata de un tipo puro
obtenido por abstracción de los aspectos burocráticos más característicos de
todas las organizaciones conocidas, y cuya nota esencial sería la racionalidad y
eficiencia.
Críticas a la teoría weberiana de la burocracia.
Señalan las insuficiencias de un concepto que no tiene en cuenta los aspectos
empíricos de las organizaciones concretas y olvida las dimensiones no
racionales de la misma.
Por otra parte, se ha señalado que una organización concreta que reúna todas
las características del tipo ideal de burocracia no tiene que hallarse situada
necesariamente en el máximo de eficiencia, sobre todo porque los factores que
la determinan no pueden establecerse en abstracto.
Una de las primeras críticas a la teoría weberiana fue desarrollada por Merton
(1940). Este se ocupa del aprendizaje disfuncional de los burócratas en la
organización cuyo comportamiento se va haciendo más rígido, aferrado a las
normas e identificando con su grupo frente a las presiones exteriores, lo cual
dificulta el funcionamiento organizativo y reduce la consecución de los propios
fines de la organización.
El proceso sería el siguiente: una burocracia exige unas respuestas previsibles
y una estricta devoción a las reglas. Esta devoción a las reglas hace que se
transformen en absolutos sin que se consideren ya en función de unos fines
determinados. Esto interfiere con una adaptación adecuada bajo condiciones
especiales no previstas por los que formularon las reglas generales. De este
modo, los elementos que pretendían conseguir eficiencia, producen, por lo
general, ineficiencia en casos especiales. Este hecho produce reacciones
negativas en los usuarios del servicio, lo que a su vez provoca una reacción
defensiva en el burócrata y en el grupo que genera y potencia una personalidad
rígida y poco flexible.
Pero el planteamiento de Merton presenta, a su vez, insuficiencias ya que
3. considera una influencia unidireccional de la organización sobre el individuo.
Selznick (1949) señala que las presiones externas del medio en que la
organización se encuentra y de sus propios miembros influyen en su
funcionamiento. Por eso se desarrolla en las organizaciones una estructura
informal que refleja los esfuerzos de los individuos y subgrupos por controlar
las condiciones de su existencia. Esa estructura informal provocada
transformaciones en la propia organización. Por esta razón se incrementa el
control sobre los miembros con el fin de hacer su comportamiento más
predecible y ajustados a los fines de la organización. Esta necesidad de control
va acompañada de una delegación de la autoridad, lo cual provoca una
progresiva diferenciación y departamentalización de la organización y con ello
unas exigencias de especialización de los puestos de trabajo. Esta
departamentalización crea una serie de grupos y provoca una diferenciación de
intereses entre ellos y, en muchas ocasiones, un conflicto. Los miembros se
identifican más con los intereses del propio grupo que con los de la
organización global, lo cual tiene efectos disfuncionales.
Otro de los efectos disfuncionales de los conflictos entre diversos
departamentos es la lucha por el control interno de la organización, lo cual
aumenta la elaboración de las ideologías de los subgrupos así como la
internalización de los objetivos parciales del grupo en sus miembros.
Otro autor que ha señalado las insuficiencias del tipo ideal de burocracia es
Gouldner (1948), que analiza el valor de las reglas burocráticas de carácter
impersonal y pone de manifiesto sus aspectos positivos y sus limitaciones. Es
positiva la disminución de la visibilidad de la autoridad, posibilitando un clima
más “democrático” que disminuye las tensiones y conflictos entre sus
miembros. Pero las reglas generales ponen de manifiesto los aspectos
inaceptables del comportamiento organizacional, estableciendo unos mínimos
aceptables. Cuando los miembros de la organización comparten mínimamente
los fines de ésta, señalar un mínimo aceptable aumenta la disparidad entre los
objetivos de la organización y los logros alcanzados por sus miembros. Esto
obliga a incrementar el control y, con ello, a aumentar la visibilidad de las
relaciones jerárquicas de poder que, en un primer momento, se pretendían
disimular con el establecimiento de reglas generales.
Todas estas aportaciones ponen de relieve la aparición de efectos no
intencionados en las organizaciones burocráticas y su valor disfuncional en
muchos casos, al plantear contradicciones en relación con los fines
pretendidos.
Burns y Stalker (1961) desarrollaron una consideración de esas disfunciones
dentro de un continuo considerado en funciones de la flexibilidad y estructura
organizacional. En un extremo teoría el tipo mecánico de organización (que
funciona bien en contextos y situaciones estables, presentando fuertes
disfunciones en situaciones inestables) y en el otro estaría el tipo organístico
(que es más eficaz en situaciones de cambio e innovación).
En general, el modelo ha evolucionado desde formulaciones ideales a
investigaciones más empíricas: desde planteamientos racionalistas a otros más
dialécticos que reconocen, junto a la eficacia y precisión de las organizaciones
burocráticas, las disfuncionales que surgen en la realidad; y desde aspectos
estructuralistas a otros en que, junto a la estructura, se reconoce la dimensión
dinámica y funcional de las organizaciones.
En suma, la insistencia en el estudio de la burocracia ha puesto de manifiesto
4. la necesidad de considerar los aspectos estructurales de las organizaciones
que no son reductibles a la consideración del factor humano ni a la
consideración de los grupos en la organización. Sin embargo, hay otros
factores que también se deberán tener en cuanta para conseguir una visión
más amplia de las organizaciones, uno de ellos es el sistema tecnológico.
Diferencias entre la teoría de la burocracia y la escuela de las relaciones
humanas.
La teoría de la burocracia insiste en los aspectos racionales y formales de la
organización como determinantes del comportamiento, mientras que el
movimiento de las relaciones humanas señala como determinante los aspectos
informales de la misma.
La teoría burocrática del tipo ideal insiste en los aspectos normativos
reguladores de la estructura, del proceso de la organización y, por tanto, del
comportamiento de los miembros, mientras que la escuela de las relaciones
humanas pone en énfasis en los aspectos empíricos de ese comportamiento.
Por último, la teoría de las relaciones humanas considera las dimensiones
individuales y grupales de la organización; parte de una perspectiva
psicologista y trata de considerar la relación de los diferentes miembros de la
empresa desde la perspectiva de la psicología social. Por su parte, la teoría de
la burocracia surge en un contexto sociológico en las regularidades
estructurales existentes en las distintas organizaciones, así como en las
diferencias sistemáticas entre ellas que están relacionadas con variables de
tipo social.
Las diferencias entre ambas posiciones no son excluyentes, sino que son
complementarias, constituyendo los pilares básicos de la moderna teoría
interdisciplinar de la organización.