Lección 5 | Infantes | La muchachita | Escuela Sabática Menores
2. Queridos padres: Recuerden que los maestros de Escuela Sabática enseñarán esta
lección en la fecha señalada. Los alumnos deberán estudiarla y hacer las actividades
prácticas después, durante toda la semana, a partir de la fecha indicada.
Sábado 01 Agosto
La muchachito
g e r e n c i a s .
2 Reyes 5:1, 2; Profetas y
reyes, pp. 184, 185.
¿Tienes alguna tarea que hacer para ayudar en casa? ¿Ayudas en la casa de tu abuela?
¿En el parque? ¿En la casa de la niñera? La muchachita también ayudaba.
J— i a muchachita observó la cocina. ¡Era mucho más grande que la de su
i ¡ casa! Con frecuencia, había ayudado a su madre a preparar panes y
"Jguisos deliciosos.
La muchachita observó todo el comedor. Vio una mesa enorme, mucho
más grande que la que tenía su familia en la casa. Vio una escoba en
la esquina y platos bonitos sobre la mesa. La muchachita barría
muy bien. También era buena para poner la mesa. Su madre le
había enseñado exactamente dónde poner las fuentes, los
platos y las tazas.
La niña estaba en la casa de un hombre a cargo del
ejército sirio; un hombre importante y un soldado valiente,
que recientemente había guiado a los ejércitos en un ataque
contra Israel y había ganado.
De repente, una dama de vestido amarillo entró en la habitación y le sonrió.
-O h, tú debes ser la pequeña de la que me habló mi esposo, Naamán. Yo
soy la esposa de Naamán. Tú serás mi ayudante. Ven, muchachita, te mostraré lo
que tienes que hacer.
La señora condujo a la pequeña criada por un pasillo largo. Ella la siguió. La esposa de Naamán
le mostró las camas que había que tender, y luego debía barrer los pisos y desempolvar los mué-
V E R S Í C U L O
P A R A M E M O R I Z A R
“Hagamos bien a todos” (Gálatas
6:10).
M E N S A J E
Podemos servir a Dios
dondequiera que estemos.
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3. bles. Después, había que lavar dos vestidos y colgarlos para que se secaran.
La pequeña criada pronto se sintió cómoda haciendo las diferentes tareas. Con frecuen
cia trabajaba arduamente, muchas horas por día. Pero no se quejaba ni se lamentaba. Sus
padres la habían educado bien, para ser una ayudante alegre y hacer lo mejor que pudiera.
La esposa de Naamán y el capitán Naamán notaron lo bien que trabajaba la muchachita.
Todo lo que hacía estaba bien. Ella no se desalentaba si había algo difícil que hacer. No
se quejaba ni rezongaba. ¡Sonreía mientras trabajaba! Era amistosa y feliz. Había algo dife
rente en esta niña de Israel. No era como los otros sirvientes.
¿En qué sentido era diferente? Ella conocía a Dios. La muchachita quería servir a Dios
en todo lo que hacía. Servía a Dios en cualquier lugar donde estuviera, ya sea en su casa
en Israel, con su familia, o en Siria, en la casa del capitán Naamán y de su esposa. La mu
chachita podría haberse enojado con el capitán Naamán por haberla sacado de su casa,
pero ella confiaba en Dios y quería servirlo dondequiera que estuviera.
Tú también puedes servir a Dios en cualquier lugar donde estés. Puedes ayudar en
casa: llevar tus platos sucios a la pileta después de comer; ofrecerte para limpiar los mue
bles; jugar bondadosamente con tus hermanos y hermanas; compartir tus juguetes con los
amigos; sonreír y ser amistoso con los niños que ves en el campo de juego. De todas estas
formas y en todos estos lugares estás sirviendo a Dios. Tú puedes servir a Dios donde
quiera que estés.
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4. S A B A D O
Lean la historia de la lección cada día de esta se
mana y repasen el versículo para memorizar.
Hagamos...................(Señalarse uno mismo y a los
demás)
bien............................(Tocarse el mentón con un
dedo de la mano derecha)
a todos....................... (Con la palma hacia arriba,
mover la mano para hacer un
ademán a otros)
Gálatas 6:10............(Palmas juntas, luego abiertas)
D O M I N G O
Anima a tu hijo a compartir con alguien el “mundo”
que hicieron en la Escuela Sabática y contarle la historia
de la muchachita. (O dibujen un círculo para representar
el globo, con un bosquejo simple de tu continente.
Escribe el versículo para memorizar en su interior y pro
cura que tu hijo lo coloree.)
M I E R C O L E S
Con tu hijo, representa
diferentes maneras de servir
a Dios y de ayudar a otros en
la escuela, en casa, en la casa
de los amigos, en el vecinda
rio, en la verdulería, etc.
Permite que tu hijo te
ayude a realizar algunas
tareas del hogar, mientras
hablan de las cosas que la
muchita pudo haber hecho
para ayudar a la esposa de
Naamán.
Entonen una canción “misionera”. Miren fotos de
países extranjeros o de objetos de otro país. Pregunta al
pequeño: ¿Necesitas ir a un país diferente para servir a
Dios? ¿Cómo puedes ser un misionero donde estás?
Lean 2 Reyes 5:1 y 2. Pregunta a tu hijo: ¿Cuál era
el trabajo de Naamán? ¿Cuál era el trabajo de la mucha
chita? ¿Era una buena trabajadora para Dios? ¿Dónde
servía a Dios?
Ayuda a tu hijo a hacer una tabla del Ayudante
Feliz. Enumera algo para que tu hijo haga cada día de la
semana. Cuando esté cumplido, dibuja una carita son
riente junto a ese día.
Durante el culto, representen la historia bíblica con
tu familia. Que tu hijo muestre la tabla del Ayudante
Feliz que hicieron el lunes. Pídele que cuente o enumere
los días que ayudó y que diga lo que hizo. Agradezcan
a Dios por la ayuda de tu hijo.
Canten “Nítido rayo por Cristo” (Himnario
Adventista, n° 607).
Observen juntos fotos de una cocina, un patio, una
despensa, una biblioteca, una iglesia, etc. O caminen
por la casa y deténganse en cada habitación.
Pregunta a tu niño: ¿Cómo puedes servir a Dios
aquí?
Que tu hijo nombre y cuente tres lugares donde
puede servir a Dios.