Lección 8 | El sábado enseñaré | La humildad de la sabiduría divina | Escuela Sabática
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El sábado enseñaré...
Texto clave: Santiago 3:13-18.
Enseña a tu clase a:
1. Saber discernir que la sabiduría es más que sencillamente poder distinguir entre
el bien y el mal; es comprender correctamente cómo tratar a otros.
2. Sentir y cultivar el deseo de actuar y hablar sabiamente.
3. Hacer: Servir a Dios con un corazón no dividido.
Bosquejo de la lección:
I. Saber: Sabiduría verdadera.
A. ¿Qué es la sabiduría que viene de lo Alto, en contraste con la sabiduría de
abajo?
B. ¿Cuál es la precondición para recibir la sabiduría verdadera?
II. Sentir: Hablar y actuar sabiamente.
A. ¿Qué puedes hacer para cultivar el deseo de hablar y actuar sabiamente?
B. ¿De qué forma puedes fomentar un espíritu de humildad en el alma?
III. Hacer: Servir a Dios con un corazón indiviso.
A. ¿A qué debemos renunciar para asegurarnos de que estamos sirviendo a Dios
con un corazón no dividido?
B. ¿De qué modo podemos permanecer en calma y humildad en situaciones
difíciles?
Resumen: La sabiduría verdadera se revela mediante una vida de palabras y acciones
humildes y amantes.
Ciclo de aprendizaje
Pasaje destacado: Santiago 3:13-18.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Según Santiago, la sabiduría verdadera
se revela mediante una vida de palabras y de acciones humildes y amantes.
{ 1: ¡Motiva!}
• Solo para los maestros: Refuerza, en las mentes y los corazones de los miembros de tu
clase, la idea de que la sabiduría es más que sencillamente poder de discernir entre el bien
y el mal. Es tener una comprensión correcta de cómo tratar a otros, y aplicarla.
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Actividad inicial: Pide a los miembros de tu clase que definan la sabiduría en sus propias
palabras. Luego, den ejemplos históricos de personas valoradas por su sabiduría. Analiza
las contribuciones que hicieron a la sociedad, la medicina, la ciencia, el arte, la música,
que demuestran su sabiduría.
Considera: ¿Cuál es la diferencia entre alguien que es sabio y alguien que solo tiene
conocimientos? ¿Por qué ambas clases de inteligencia son importantes, y por qué lo que
necesitamos, especialmente, es sabiduría? En los ejemplos anteriores de personas sabias,
¿en qué forma demuestra su vida esa sabiduría? Específicamente, ¿qué palabras o actos
revelaron esta verdad? ¿En qué sentido sus destinos ayudaron a dar forma a nuestra
comprensión de lo que es la sabiduría?
{ 2: ¡Explora!}
• Solo para los maestros: Ayuda a los miembros de tu clase a comprender lo siguiente:
1) la diferencia entre la sabiduría celestial y la terrenal,
2) qué es la sabiduría verdadera y de qué modo actúa,
3) cómo cultivamos la sabiduría en la vida, y
4) por qué Dios desea que lo sirvamos con un corazón no dividido.
Comentario de la Biblia
I. La sabiduría que desciende de lo Alto (Repasa, con tu clase, Sant. 3:13-18.)
Santiago habla de la necesidad vital de sabiduría, un atributo que cada cristiano debe
poseer. Pero ¿qué es esa sabiduría y cómo la obtenemos? Antes de definir la sabiduría, y
contrastarla con lo que no es, Santiago enumera el requisito vital para recibir la que
“desciende de lo alto”. Pregunta: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre
por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre” (vers. 13). La condición,
entonces, para recibir sabiduría es la mansedumbre, o humildad.
Pero ¿por qué Santiago afirma la importancia de la mansedumbre antes que, digamos, el
amor o aun el conocimiento? Cavar más profundamente en la etimología ilumina el
asunto. Mansedumbre viene de la palabra griega praútes, que significa “manso” y, por
extensión, “humilde”. Los diccionarios definen manso como “suave, pacífico, sosegado,
que no es bravo, tranquilo, benigno”; y mansedumbre, como “libre de arrogancia;
relacionada con otras virtudes, como la humildad”. Es desafortunado que la palabra
humilde también tenga asociaciones negativas, haciéndola una característica indeseable
en nuestro tiempo, como cuando se la usa para implicar inferioridad, subordinación o falta
de importancia. Sin embargo, el sentido bíblico de la palabra está más cerca de “respeto
cortés”. Sugiere permanecer calmo bajo presión o provocación, y cortés y suave frente a
la oposición o la discusión. La humildad es el aspecto del amor al que Pablo se refiere en
1 Corintios 13:4, que “es benigno” o “no es provocado fácilmente”. Como nos dice
Sofonías (Sof. 2:3), también es un requisito al buscar a Dios. Y, según exhorta Pablo,
“con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor” (Efe. 4:2), es prueba de que Cristo está en nosotros.
Lo opuesto a la mansedumbre es un corazón jactancioso, lleno de “envidias amargas y
rivalidades” (Sant. 3:14, NVI). Santiago advierte que esa “no es la sabiduría que
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desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica” (vers. 15, NVI).
Este es un lenguaje fuerte. Santiago expone, sin componendas, que la fuente de esta
sabiduría es satánica. ¿Qué la produce? Santiago ubica su origen en el corazón: “Porque
donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones
malvadas” (vers. 16, NVI). El remedio para estas rivalidades, y egoísmo también es la
condición para recibir la sabiduría verdadera: la humildad.
Santiago define la sabiduría verdadera –“la sabiduría que desciende de lo alto”– como la
que tiene las siguientes características: 1) “pura”; 2) “pacífica”; 3) “amable”; 4) “benigna”
(“dócil”, NVI); 5) “llena de misericordia”; 6) “de buenos frutos”; 7) “sin incertidumbre”
(“imparcial”, NVI); y 8) sin “hipocresía” (vers. 17). Santiago resume todas estas
cualidades en el versículo siguiente como “el fruto de justicia”, amonestando que tal fruto
solo “se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (vers. 18). Solo el alma en paz
con Dios es la huerta fértil, por así decirlo, capaz de producir tal fruto.
Considera: Según Santiago, ¿cuáles son los atributos de la sabiduría verdadera? En
contraste, ¿cuáles son los atributos de la sabiduría que llega de abajo? ¿Cuál es el requisito
para recibir la sabiduría verdadera? ¿Cómo cultivamos ese fruto de justicia?