El documento describe los antecedentes arquitectónicos y artísticos etruscos que influyeron en el arte romano. Los etruscos introdujeron el arco, la bóveda y el orden toscano en la arquitectura, y sus ciudades, templos y tumbas servían de modelo para Roma. En escultura destacaban las figuras de bronce y los sarcófagos realistas. La pintura etrusca se caracterizaba por escenas de la vida cotidiana y funerarias al fresco con colores vivos y figuras de perfil.