Este documento resume la historia de la música desde la prehistoria hasta el Barroco en Europa. Comienza describiendo el hipogeo de Malta y la posible función ritual de la música en la prehistoria. Luego pasa a hablar de Orfeo en la mitología griega y del canto gregoriano en la Edad Media. Finalmente, describe géneros musicales del Renacimiento como la polifonía y del Barroco como la ópera y el estilo concertado.
4. EL HIPOGEO DE MALTA
Un hipogeo es una bóveda subterránea donde
los antiguos depositaban los cadáveres. El
de Hal Saflieni, en Malta, consiste en una
serie de más de veinte grutas. A un lado de
las galerías está la sala del oráculo. En una
de sus paredes hay un pequeño nicho
ovalado que produce una fuerte resonancia
cuando se habla o canta en voz muy grave.
Cerca hay un pozo votivo donde se
arrojaban ofrendas después de haber
consultado. Al que oyera la voz proveniente
de la hendidura le resultaría fácil creer que
el oráculo era un medio a través del cual
hablaba un antepasado difunto. Lucrecio
dejó escrito que todo espacio de ecos es un
templo.
En lo que llamamos prehistoria, la música no
fue probablemente una diversión. Como la
pintura, como la escultura caía del lado del
rito, de la magia, de la comunicación con lo
invisible en que los sueños nos invitan a
creer. Algunos investigadores han
Hipogeo de Hal Saflieni, Neolítico
aventurado la hipótesis de que muchas
grutas fueron instrumentos de música.
5. ORFEO RODEADO DE ANIMALES
Damos un salto a la Grecia clásica. La
mitología presenta a Orfeo como un
chamán, alguien que viaja a las
profundidades para entrar en contacto
con dioses y espíritus. Orfeo, con su
canto y su lira, tiene el poder de curar
al enfermo e invocar el éxtasis de la
iniciación en los misterios. Algunos
dicen que era un sacerdote de Dionisos,
al que también conocemos como Baco.
La historia de su bajada a los infiernos
para rescatar a Eurídice es bien
conocida. “Caminé el oscuro camino
del Hades confiando en mi cítara”, dice
el Orfeo de la Argonáutica, “por amor
a mi esposa”. Así, la magia musical de
Orfeo se refiere a la redención del
alma, y la clave para su efectiva
operación es el deseo y la intención de Orfeo en el Mosaico de Tarsus, Siglo III
Amor.
7. LA INSIRACIÓN DE SAN GREGORIO
San Gregorio inspirado por el Espíritu. Siglo XIV
Un monje de Montecasino que vivió en el siglo IX popularizó la leyenda. Gregorio Magno recibe del
Espíritu Santo, que se le aparece en forma de paloma, el repertorio melódico del canto cristiano
primitivo, al cual llamamos en su honor canto gregoriano. San Gregorio, que vivió en el siglo VI, está
representado en el momento de la inspiración en la imagen de arriba, que es de un manuscrito del
siglo XIV. ¡Cuántos siglos diferentes para hablar del canto gregoriano! Y es que, como todas las
músicas tradicionales, ésta no tiene un pedigrí demasiado claro. Podemos saber que se jubila del todo
el siglo pasado (con el Concilio Vaticano II) y que nació en cierto modo antes de Cristo, ya que
aprovecha buena parte de los rituales musicales judíos. El rezo cantado de los cristianos vive su
juventud más gloriosa durante la Edad Media, pero ha sido la base sobre la que ha jugado durante
siglos toda la música de Occidente. En su seno nacerá, por ejemplo, la polifonía, aunque ésa es ya otra
historia.
8. DOS JUGLARES
La música une y desune, aplaca e irrita, alegra
y entristece. Rara vez deja indiferente, pero
pocas veces produce el efecto esperado. Si
algo tienen en común las músicas de todo
tiempo y lugar es que modifican el estado de
ánimo; nos invaden para que nuestra psique
les dé un sentido. Un miniaturista de la
corte de Alfonso X pintó juntos a dos
juglares: un cristiano y un árabe; al lado,
una jarra de vino. Y ahora nosotros le
buscamos explicaciones a esa imagen que
contradice la realidad política del momento.
Alfonso X, Cantigas, Siglo XIII
Quizás la música ya no es sólo el dictado de una fe, sino el placer de una técnica de toque, de unos
ritmos…, la imitación de unos adornos que asombran y seducen. Por la mañana se guerrea y
por la noche el enemigo acaso gana alguna batalla de gustos, llenando, por ejemplo, nuestro
instrumentario de objetos árabes: laúdes, rabeles… Al margen de cualquier conflicto o alianza
de civilizaciones, libra la música otras batallas, firma otros tratados. Pensemos en dos ejemplos:
la música de los negros americanos, la música de los gitanos españoles. El jazz, el flamenco…
9. EL CANTO DE LOS PÁJAROS MEDIEVALES
Uno se imagina más o menos lo que San Francisco
le está contando a los pájaros: catequesis (¿habría
otros recibiendo alternativa o cultura religiosa?).
Pero ¿qué responden ellos? Los pájaros cantan. Y
Gonzalo de Berceo (algunas décadas antes de que
se pintara este fresco genial) nos dice muy
claramente cómo cantaban por entonces las aves:
Yaçiendo a la sombra perdi todos cuidados,
Odi sonos de aves dulçes e modulados:
Nunca udieron omnes organos mas temprados,
Nin que formar pudiessen sones mas acordados.
Unas tenien la quinta, e las otras doblaban,
Otras tenien el punto, errar non las dexaban,
Al posar, al mover todas se esperaban,
Aves torpes nin roncas hi non se acostaban.
Las aves “que tenían el punto” no es que hubieran
picoteado hierbas raras. Quiere decirnos el poeta
que ésas cantaban la voz principal (normalmente,
una melodía gregoriana), ya que “punto” significa
“nota” (de ahí, la palabra “contrapunto”). Y luego
había dos voces más: una a la quinta y otra a la
octava. Y eran paralelas, porque “al posar, al mover
Giotto, San Francisco predicando
todas se esperaban”. ¡Eso es un organum!
a los pájaros, S. XII
10. UNA VELA A DIOS Y OTRA AL DIABLO
Un músico y musicólogo inglés
(Christopher Page) eligió esta imagen
para la portada de uno de sus discos
sobre motetes franceses del siglo XIII.
Un joven clérigo ofrece dinero a una
muchacha que baila tocando una
pandereta. A un lado hay un diablo
tentador y a otro un patriarca del
Antiguo Testamento que pone en
guardia. Ese joven estudiante de la
Universidad de París representa al
público, y acaso al creador también, de
esa curiosa forma polifónica surgida
del canto gregoriano (que se mantiene
en ella como tenor o voz principal),
pero que incorpora en las voces
superiores músicas y letras de marcado
sabor profano. El motete poli textual,
que parece poner una vela a Dios y
Letra capitular miniada. Biblia, París, h.1250 otra al diablo.
11. LA POLIFONÍA MÁS SUTIL
Como pasa con tantas cosas humanas,
unos siglos después de inventada, la
polifonía se apasiona, se desarrolla
hasta niveles de complejidad inauditos.
También se ha dicho: hasta la
decadencia. Cinco cantores de
polifonía ars subtilior, la tendencia
polifónica de finales de la Edad Media,
necesitan coordinar la difícil rítmica de
cada voz mediante gestos de las manos.
Y expresan ese esfuerzo, esa pasión con
todo el cuerpo. Estamos, sin embargo,
a un paso del Renacimiento, estilo que
intentará poner todos esos hallazgos
técnicos del canto a varias voces al
servicio de la expresión otra vez
sencilla del texto.
Biblia francesa de finales del S. XIV
13. LA ÓPERA
Conviene comenzar por aquí la sección
dedicada al Barroco. Quiero decir:
comenzar por el género que evoca
esta imagen de uno de los teatros
barrocos mejor conservados del
mundo (Drottningholm, Suecia). Y
es que la ópera, su invención en 1600
a partir de múltiples antecedentes,
marca el comienzo del Barroco en
música. Los primeros argumentos
son mitológicos (Dafne de Peri,
Eurídice de Caccini, Orfeo de
Monteverdi…) y se prestaban al
desbordamiento emocional que
persiguen todas las artes visuales y
auditivas de la época.
Teatro de Drottningholm. S. XVIII
14. EL ESTILO CONCERTADO
Todos los rasgos estilísticos de la
estética barroca pueden
entenderse como manifestaciones
de la “ley del contraste”. En
música esta ley polariza las
texturas (una melodía y un bajo),
las dinámicas (efectos de eco), los
ritmos y los timbres. En el estilo
concertado voces e instrumentos
se oponen, dialogan y conciertan.
Es lo que parece escucharse en
esta pintura sugerente en la que la
voz de un niño concierta con un
Robert Tournières, Concierto, S. XVII
violín, una espineta, una viola da
gamba y un laúd.
15. EL BAJO CONTINUO
Al hablar de Bajo Continuo (el
acompañamiento a basa de
acordes típico del Barroco)
solemos pensar en el clavecín o
en cualquier otro instrumento de
tecla. Sin embargo, también era
muy frecuente, sobre todo en
ambientes populares como el que
nos muestra esta pintura, el uso de
instrumentos de cuerda pulsada
como el laúd o la guitarra de
cinco órdenes.
Valentin de Boulogne, Concierto, S. XVII.
16. LA CONCIENCIA TÍMBRICA
Una de las características esenciales
del Barroco es la entrada triunfal
del timbre como parámetro de la
composición. Los compositores
empiezan a pensar en timbres
concretos, en instrumentos como
los que muestra esta naturaleza
muerta de Baschenis. Tres laúdes,
un violín y un violonchelo, que en
este tipo de pinturas (muy
frecuentes en el XVII) hablan al
espectador de la fragilidad de la
vida. Memento mori, se decía:
recuerda que has de morir.
Evaristo Baschenis, Naturaleza
muerta con instrumentos, S. XVII
17. LA VIOLA DA GAMBA
Uno de los instrumentos más
emblemáticos del Barroco (sobre
todo del Barroco francés) fue la viola
da gamba, que en España era llamada
simplemente violón. Es un
instrumento de cuerda frotada,
aunque Marin Marais, compositor y
virtuoso, posa en este retrato
tocándola como si de un laúd se
tratara, aprovechando que el
instrumento, a diferencia del
violonchelo, tenía trastes y
esporádicamente se tocaba así.
Marais escribió varios libros de
suites en los que intentaba, según el
ideal de la época, imitar los más
bellos floreos de la voz humana. André Bouys, Marin Marais, S.
XVIII.
18. BACH
Casi todos los músicos de casi todas las
épocas han coincidido en considerar a
Bach el más grande de los compositores
de todos los tiempos. De todos los
retratos conservados se piensa que éste,
realizado poco antes de su muerte (1746)
es el único auténtico. Cuando sus restos
fueron exhumados a mediados del siglo
pasado para ser trasladados a la iglesia de
Santo Tomás de Leipzig, el filósofo Emil
Cioran pudo verlos. Y escribió en su obra
Ese maldito yo: "Bach en su tumba. Lo
vi, como tantos otros, por una de esas
indiscreciones a las que los enterradores
y los periodistas nos tienen
acostumbrados, y desde entonces pienso
sin cesar en las órbitas de su calavera,
que no tienen nada de original a no ser
que proclaman la nada que él negó".
Haussman, Bach, S. XVIII.