1. TEMA 3. REVOLUCIÓN LIBERAL Y REACCIÓN ABSOLUTISTA: EL
REINADO DE FERNANDO VII (1814-1833)
A). Los primeros años del reinado de Fernando VII (1814-1820).
El regreso de Fernando VII
Y a hemos visto como la Constitución de 1812 fue redactada por una mayoría de
liberales, pero que estos no representaban realmente la opinión de la nación española. A
media que los franceses se retiraban y tenía que imponerse el nuevo régimen en el resto
de España, la resistencia fue haciéndose mayor. Un grupo de diputados, los serviles o
absolutistas, ya habían mostrado su reacción a la constitución. A ellos se sumaron todos
aquellos que representaban las instituciones del Antiguo Régimen (Consejo de Castilla,
ayuntamientos, Audiencias...), funcionarios que quedaron sin cargo y sin sueldo, pero la
oposición más encarnizada fue la de las jerarquías eclesiásticas (a pesar de las
concesiones hechas en Cádiz) que no aceptaron la abolición de la Inquisición y la
libertad de pensamiento que ello traía, o el ataque a los monasterios o a las propiedades
eclesiásticas. La opinión de la Iglesia arrastró a parte de las masas populares
(destáquese el papel intervensionista de esta institución en la vida política española). El
pueblo, analfabeto, sujeto a la tradición y a la visión paternalista de la monarquía, así
como su nula identificación con los ideales liberales, también servían de apoyo apoyo al
retorno absolutista.
Cuando Fernando VII fue liberado en 1813 (Tratado de
Valençay), devolviéndosele la corona, y regresó a España,
ésta estaba dividida en dos grupos irreconciliables, los
absolutistas (serviles) y los liberales. El rey no sabía muy bien
que partido tomar. Los liberales exigían que firmara la
constitución de Cádiz, pero los absolutistas se adelantaron, y
cuando Fernando VII desembarcó en Valencia recibió el
apoyo de dos instituciones: el General Elío ponía las tropas a
su disposición para acabar por las armas con el nuevo
régimen y un grupo de 96 diputados serviles le presentó el
llamado Manifiesto de los Persas, por el que le pedían el
regreso al orden tradicional, al Antiguo Régimen. Pensaban
que todo lo viejo era bueno y todo lo nuevo malo, además creían que contaban con la
ayuda de Dios para acabar con los enemigos del trono y la religión.
“La monarquía absoluta es una obra de la razón y de la inteligencia: está subordinada a la
ley divina, a la justicia y a las reglas fundamentales del Estado: fue establecida por derecho de
conquista o por la sumisión voluntaria de los primeros hombres que eligieron sus reyes.... ha
sido necesario que el poder soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que
mira al interés común, y obligar a la obediencia a los que se niegan a ella.....Los más sabios
políticos han preferido esta monarquía absoluta a todo otro gobierno.....que se estime siempre
sin valor esa Constitución de Cádiz, y por no aprobada por V. M. ni por las provincias, porque
estimamos las leyes fundamentales que contiene de incalculables y trascendentales perjuicios”
Madrid, 12 de abril de 1814. (De El Manifiesto de los Persas)
Fernando declaró nula la Constitución (Decreto de 4 de Mayo ó Decreto de Valencia) y
se inició la persecución y arresto de los liberales (los que pudieron evitarlo huyeron al
exilio), celebrado por el pueblo de Madrid con algaradas al día siguiente. Como en
Aranjuez (marzo de 1808), el ejército y el pueblo le daban el poder, a un monarca que
esgrimía su soberanía de origen divino.
2. DECRETO DE 4 DE MAYO DE 1814 (También conocido como Decreto de Valencia):
“...declarar aquella Constitución y tales decretos nulos, de ningún valor ni efecto, ahora ni en
tiempo alguno, como si no hubiera pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del
tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos de cualquier clase de condición a cumplirlos
ni guardarlos...”
El Sexenio Absolutista.
Aunque el Manifiesto de los Persas pedía una vuelta a las cortes tradicionales y a las
antiguas leyes, Fernando lo que hizo fue una vuelta al antiguo sistema de 1808, en el
que el gobierno quedaba en manos de todopoderosos ministros, e incluso se dió marcha
atrás a algunas medidas del reformismo ilustrado (regreso de los jesuítas). Pero estos
ministros fueron incapaces de llevar a cabo ninguna política, pues conscientes de la
necesidad de reformas, eran incapaces de llevarlas a cabo en el ambiente de la época
(fracaso en el intento de hacer pagar impuestos a la nobleza). Medidas como la
reinstauración de la Mesta, los gremios, los privilegios fiscales estamentales, la
devolución de las propiedades desamortizadas...llevaron al país a una situación de
bancarrota. Al mismo tiempo las finanzas del estado dependían de la plata americana,
que no llegaba tras la ocupación francesa y el inicio del movimiento independentista
americano. Sin plata no se podía recuperar América, y sin América no había plata.
El descontento de los liberales (organizados en las Logias Masónicas, como la del
Complot del Triángulo en 1816) y del ejército cristalizó en una serie ininterrumpida de
pronunciamientos militares, la mayoría de ellos fracasados, que intentaban acabar con el
sistema político mediante las armas. Esta forma de hacer política, de intervenir los
militares en la política*, va a perpetuarse a lo largo de toda la historia contemporánea de
España.
*Pronunciamiento: insurrección de los militares, característica de la España de los
siglos XIX y XX, justificada por la teoría de que son los militares los depositarios
últimos de la voluntad de la nación, y de que cuando un gobierno corrupto
contradecía esta voluntad general esta podía ser rescatada por el gesto heroico de
un grupo de militares. Los primeros pronunciamientos tienen lugar durante el
reinado de Fernando VII y el último el que acabó con la II República en 1936.
El descontento entre los oficiales del ejército estaba motivado por el hecho de que tras
la guerra, en la que habían ocupado un papel preponderante, el ejército paso a segundo
plano. Falto de fondos, Fernando volvió a un ejercito profesional reducido,
arrinconando, licenciando a muchos de estos hombres, algunos de ellos guerrilleros
destacados en la guerra contra la ocupación francesa que lideraron algunos
pronunciamientos (Espoz y Mina, Díaz Porlier, Lacy, Van Halen, Vidal ..).
Los términos que mejor caracterizan este período son represión, inoperancia,
inmovilismo (incapacidad o nula voluntad de reformar el AR) e ineficacia. En el plano
de las relaciones internacionales España se incorporó a la Santa Alianza en 1816
(estrechó relaciones con la ultrareaccionaria Rusia zarista).
En el plano ideológico, cualquier sospechoso de seguir los principios liberales o ir en
contra del sistema reinstaurado, era perseguido, encarcelado (así ocurrió con algunos
artífices de la Constitución de 1812: Martínez de la Rosa, Argüelles, Muñoz Torrero)
por el delito de traición u obligado a exiliarse.
3. B). Revolución Liberal y reacción absolutista (1820-1833): del Trienio Liberal a la
Década Ominosa.
Tras el fracaso de los alzamientos anteriores, en 1820 triunfará el alzamiento de Rafael
de Riego (en Las Cabezas de San Juan, Sevilla), uno de los menos organizados de la
época. El alzamiento se realiza en defensa de la Constitución del 12. En un primer
momento no tuvo mucho éxito. Riego intenta levantar al pueblo en una expedición por
Andalucía, y cuando ya creía que había fracasado se le sumaron las guarniciones de La
Coruña, Zaragoza y Pamplona. Pero el pueblo permaneció indiferente a la situación.
Cuando se dió orden al ejército de intervenir, este en un primer momento se negó, y más
tarde se sumó a la sublevación.
El ejército y la flota se encontraban reunidos en Cádiz para dirigirse a América, con el
fin de sofocar la sublevación de las colonias. Cuando estalla el pronunciamiento de
Riego y Quiroga, ven la oportunidad de quedarse en España. (al no llegar tropas a
América, la independencia será inevitable). Militares como el coronel Antonio Quiroga
y civiles como Juan Álvarez Mendizábal, se sumaron a la sublevación iniciada por
Riego. El movimiento insurreccional se fue extendiendo lentamente en las semanas
siguientes por Galicia, Asturias, Murcia, Aragón, Cataluña y Navarra. Las tropas leales
al Gobierno se mostraron indecisas e incapaces de reaccionar ante la insurrección de los
liberales, quienes asaltaron el Palacio Real de Madrid para presionar al monarca y
obligarle a reconocer y aceptar el triunfo liberal. Poco después se restableció la
Constitución de 1812.En definitiva, la revolución triunfará por la obra de los militares,
no por la actuación de los civiles liberales. Riego va a convertirse en el mártir romántico
del liberalismo, y el himno de Riego, en el símbolo de la revolución liberal.
EL TRIENIO LIBERAL Ó CONSTITUCIONAL 1820-23.
La victoria de la Revolución supuso la vuelta al régimen constitucional y parlamentario
de 1812, constitución que Fernando VII se vio obligado a firmar contra su voluntad
(empieza a conspirar contra ella desde el primer momento).
Paralelamente en Europa estallaron revoluciones liberales en otros puntos (respuesta a
las restauraciones absolutistas tras el Congreso de Viena). En la Rusia de Alejandro I
estalla la Revolución Decembrista, que fue duramente reprimida (deportaciones a
Siberia y marcha atrás en la política más flexible de Alejandro). En Nápoles ocurrió lo
mismo, pero un ejercito conjunto de Prusia, Rusia y Austria acabo con ella, devolviendo
el trono a los Borbones. En Portugal también triunfó la Revolución Liberal.
Desde su inicio la Revolución adquiere un carácter federalista. Durante los primeros
meses España estuvo gobernada por una serie de comités o juntas locales. La de Madrid
nombró al gobierno, cuya tarea fue controlar por un lado la anarquía de las provincias y
por otro las conspiraciones de Fernando. A ello hay que sumar las disputas entre los
propios liberales que quedaran divididos en dos facciones: los moderados, herederos de
los liberales de 1812 (doceañistas), pero que están dispuestos a introducir las reformas
necesarias para que la constitución pueda contar con el apoyo del rey, y los radicales,
demócratas exaltados, que quieren mantener a raja tabla los postulados de 1812 y que
van a tener su principal apoyo en el pueblo y en las algaradas callejeras.
Se encarceló a serviles y se permitió el regreso de exiliados liberales y afrancesados.
A pesar de la crisis dentro del liberalismo se llevaron a cabo medidas legislativas
radicales:
- Religiosas: Abolición del diezmo, del Tribunal de la Inquisición, Disolución de
los Jesuitas, nacionalización y venta de propiedades (como castigo y para
sufragar la hacienda). Se decretaron cierres de conventos y monasterios.
4. - Derecho Civil: Supresión mayorazgos y recuperación de las libertades
económicas. Establecimiento tribunales populares. Libertades de opinión,
imprenta y expresión.
- Milicia Nacional: cuerpo armado para responder a los peligros que acechaban al
sistema liberal. Mantenida por ayuntamientos, efectivos de componente
marginal.
Las dificultades del gobierno liberal.
El enfrentamiento entre las facciones liberales y a su vez la desconfianza entre éstos y el
rey, no eran más que otro de los problemas que sacudió la estabilidad de este breve
periodo. Las medidas liberalizadoras no funcionaron, continuó la bancarrota lo que
llevó a devaluar la deuda pública y a la subida impositiva a campesinos (esto fue
rompiendo el débil apoyo popular). Además se hacían continuos las desórdenes
públicos: destrucción maquinaria de fábricas (antimaquinismo), violentos ataques al
clero (ruptura de relaciones con El Vaticano), etc.
La resistencia absolutista.
Los absolutistas (especialmente liderados el estamento eclesial), trataron de derribar al
régimen con diferentes fórmulas: levantamientos, conspiraciones..., pero la estrategia
más exitosa fue la de formación de guerrilleros antirrevolucionarios (apostólicos o
realistas), que consiguieron un cierto arraigo en el norte rural peninsular (Navarra y
Cataluña). Crearon la Regencia de Urgel (Lérida), que pretendió gobernar en nombre
del rey “cautivo”. También es reseñable el levantamiento de la Guardia Real en Madrid
(julio 1822).
Frente a la situación de España, Francia, en el congreso de Verona (1822), y por la
intervención de Chateaubriand, decide acudir en ayuda de Fernando VII. Un ejército,
los 100.000 hijos de San Luis cruzó la frontera. El propio rey había colaborado en esta
nueva invasión, y se negó, en un principio, a abandonar Madrid, como le fue propuesto
por el gobierno, para huir de los franceses. En Sevilla, ante la hostilidad del monarca
por el nuevo régimen, fue depuesto y nombrada una regencia. El ejercito francés apenas
encontró resistencia. Si bien la revolución fue obra del ejercito, este se apresuró a
abandonar la constitución y a negociar con los franceses. El pueblo tampoco se movió
para defenderla, cansado de anarquía y del despotismo de los gobiernos para atajarla.. El
30 de septiembre de 1823 Fernando fue liberado en Cádiz y la constitución nuevamente
abolida.
LA DÉCADA ABSOLUTISTA U OMINOSA: 1823-1833
Fernando impuso nuevamente el régimen absolutista e inicio una política de
depuraciones que en 1825 se fue frenando. A pesar de que la historiografía tradicional
recuerda esta época como un momento de furiosa persecución de los liberales, la verdad
es que, aunque los protagonistas fueron ajusticiados (Riego, El Empecinado, Mariana
Pineda, Torrijos), y muchos de los liberales se exiliaron, las represalias fueron menores
de lo que los absolutistas más extremados esperaban, y en muchos casos fue más obra
de las autoridades locales que del gobierno central. Además, a partir de 1826 el
gobierno de Fernando vuelve a un reformismo ilustrado, a un sistema de despotismo
ministerial, con ayuda de técnicos administrativos (Cea Bermúdez, López Ballesteros).
Incluso intentó atraerse a los representantes de la inteligencia mediante la promoción de
las artes, las letras y la industria. Toda la política de estos años estuvo condicionada por
la bancarrota de la Hacienda, pero cualquier medida para paliarla chocaba contra los
principios absolutistas (reforma del sistema impositivo).
5. Los absolutistas más radicales (apostólicos) quedaron decepcionados ante esta forma de
actuar de Fernando (no entendían las reformas para mantener el AR, si no acabando con
los liberales) y van a formar un partido en torno al hermano de Fernando, Carlos María
Isidro, el futuro heredero (la Ley Sálica impedía reinar a las mujeres), con el apoyo de
una iglesia cada día más recelosa del liberalismo, y que pretendía la vuelta al antiguo
control absoluto del pensamiento a través de la Inquisición (reinstaurada en las llamadas
Juntas de Fe). El programa de este grupo puede resumirse en las propuestas del
programa de la “Revuelta de los Agraviados” en Cataluña, de 1827 (primer
levantamiento carlista, aunque don Carlos se negó a secundarlo):
- Disolución del ejercito liberal y creación de otro realista.
- Exilio de todos los funcionarios liberales.
- Abolición de la instrucción publica y de otras novedades de corte ilustrado.
- Restauración de la Inquisición.
Por su parte los liberales trataban organizar desde Francia o Inglaterra intentonas como
la que llevó a cabo Riego, pero todas fracasaron debido a la descoordinación y a la falta
de apoyos reales en el país.
Rafael de Riego Fusilamiento de Torrijos (A.Gisbert) Mariana Pineda
6. C) España en la Europa de la Restauración. La Emancipación de las colonias
americanas.
ESPAÑA EN LA EUROPA DE LA RESTAURACIÓN.
Se denomina Restauración al período que va de 1814 a 1848, caracterizado por el
intento de volver al Absolutismo (situación previa a la Revolución Francesa), obviando
las consecuencias de los procesos revolucionarios de carácter nacionalista y liberal que
tendrán lugar en la primera mitad del siglo XIX. Tras las derrotas napoleónicas en
España y Europa (1813), la mayor parte de las países europeos se encontrarán
gobernados por monarcas absolutos (incluso en Francia, Luis XVIII). A través de
diferentes acuerdos, pactos y alianzas tratarán de luchar contra cualquier intento
revolucionario que menoscabe al absolutismo (Congreso de Viena, de Verona, Santa
Alianza...).
En este periodo España asumirá un papel de segunda fila e irrelevante en el marco
europeo. Estrechará lazos con la reaccionaria Rusia zarista, formará parte de la Santa
Alianza (1816) y como hecho más relevante destacar la intervención de ésta para
reponer a Fernando VII como monarca absoluto con el envío de los Cien Mil Hijos de
San Luís (acordado en el Congreso de Viena, 1822). Prueba del carácter ultra
absolutista de Fernando VII, es que tanto franceses como rusos recomendaron menos
dureza en la represión antiliberal y recomendaron la no reinstauración de la Inquisición
(de la que Fernando era gran defensor).
LA EMANCIPACIÓN DE LAS COLONIAS AMERICANAS.
En un período de apenas quince años España va a perder la mayor parte del imperio
colonial que poseía desde el siglo XVI. Varias son las causas que van a explicar el
deseo emancipador de las colonias:
- Difusión del pensamiento ilustrado y liberal: Tendrá lugar sobre todo en
zonas urbanas. La Guerra de Independencia de EEUU (1776) y la Revolución
Francesa (1789), son prueba de las posibilidades de éxito.
- Descontento criollo: apenas eran el 12% de la población. Muchos de ellos
formados en Europa, tenían el poder económico (plantaciones, comercio...), pero
se les negaban los altos cargos de la administración. Durante el reinado de
Carlos IV, fue frecuente el nombramiento de altos cargos incompetentes lo que
crispó más aún el ánimo de los criollos.
- Ruptura de las comunicaciones marítimas con España: Desde la derrota
española en 1796, los británicos eran quiénes realmente controlaban las
comunicaciones y el comercio entre ambos continentes.
- Vacío de poder en España: El vacío de poder existente en España durante la
Guerra de Independencia, hacía que los americanos viesen con temor la
posibilidad de que franceses o ingleses ocuparan su lugar. Esto último había
ocurrido con la República Dominicana y Trinidad (entregadas a F y a GB).
Para entender la rapidez y el éxito de este movimiento emancipador, hay que recordar la
situación crítica en la que se encuentra España, en bancarrota permanente tras la Guerra
de Independencia, con enfrentamientos fraticidas entre liberales (enfrentados entre sí) y
con un rey déspota y falto de talento para el gobierno. A la falta de recursos para el
envío de un ejército preparado hay que unir el papel británico de guardián absoluto del
paso del Atlántico. Tres ciudades fueron las iniciadoras y articuladoras del movimiento
emancipador: México, Caracas y Buenos Aires. Los principales líderes independentistas
fueron: Bolívar, San Martín, Hidalgo y Morelos.
7. Tras la vuelta al trono en 1814, Fernando VII envió efectivos (unas 40000 en 10 años)
pues confiaba en resolver el conflicto por la fuerza para aniquilar a los que consideraba
unos vulgares traidores (nunca contempló la salida negociada). En cuanto a las
relaciones internacionales ante la impasibilidad de la Europa continental, Gran Bretaña
se apresuró a financiar las insurrecciones secesionistas a la par que el presidente de
EEUU, James Monroe tejía relaciones diplomáticas con los territorios independizados,
reconociéndoles, y haciendo pública la Doctrina Monroe, según la cual su país no
reconocería la intromisión europea en los asuntos americanos “América para los
americanos” (bases del control neocolonialista que ejerce desde entonces en la región).
Desarrollo del conflicto.
- México: La base del movimiento emancipador estuvo compuesta por indios y
mestizos, liderados por los sacerdotes Hidalgo y Morelos. Como el éxito
independentista fue virando a posiciones más radicales (reparto de tierras), sus
líderes serán ejecutados y los criollos latifundistas apoyarán al ejército español
para sofocarlo. Agustín de Itúrbide, representante de los criollos más
conservadores proclamará la independencia mexicana en 1821 (los criollos veían
con preocupación a la España liberal).
- Una vez asentada la independencia en el norte (Gran Colombia, dominada por
Bolívar) y por el sur (Argentina y Chile, por San Martín) quedaba dar el golpe
definitivo al último bastión español que quedaba en el continente, Perú. Para ello
tanto Bolívar (por el norte) como San Martín por el sur, coordinaron un ataque
que tuvo como episodio final y más concluyente la victoria del ejército
independentista de Sucre sobre el realista del virrey La Serna en la definitiva
batalla de Ayacucho (1824), que suponía de hecho el final del dominio colonial
español en el cono sur.
Simón Bolívar José San Martín
- Consecuencias para España: Fin del imperio colonial tan solo conservará Cuba y
Puerto Rico; Pérdida de prestigio en la escena internacional (cuando las potencias
europeas abren su capítulo colonial, España lo cierra de forma definitiva). En cuanto a
las repercusiones económicas: pérdida de los beneficios de los intercambios comerciales
y de la explotación de recursos (sobre todo la plata mexicana), que hacían más mella
aún en la depauperada hacienda española.
- Consecuencias para los países emancipados: Pronto comenzarán las disputas
fronterizas internas (se pasará de 8 a 16 países en veinte años). Persistencia de las
desigualdades sociales basadas en el control político y económico criollo sobre la mayor
parte dela población. Dependencia económica de británicos y estadounidenses.
Inestabilidad política, débil arraigo democrático. Intromisión militar en los asuntos
políticos. Como consecuencia positiva hay que destacar la supresión de la esclavitud en
los países independizados.