El uso del cine en la educación (Didáctica General)
1. Asignatura Datos del alumno Fecha
Apellidos: SAERA GALLÉN
Didáctica general 12/02/2011
Nombre: JOAQUÍN
Actividades
El uso del cine en la educación
Tras leer el artículo de María García Amilburu responde en un folio a las
siguientes preguntas:
• ¿Es posible utilizar el cine y las narraciones con una finalidad
educativa?
El artículo “Cine, narrativa y enseñanza de la filosofía. La iniciación al ámbito
filosófico en el bachillerato”, de María García Amilburu, explica las razones por las que
se debe potenciar el uso del cine y la narrativa en la educación. Entre ellas destacan tres
razones por las que esto es primordial:
- La necesidad de transmitir y fijar los conocimientos.
- La fomentación del espíritu crítico.
- La promoción de la capacidad de diálogo.
En mi opinión, creo que es posible, imprescindible y absolutamente enriquecedor la
introducción de la lectura y el visionado de producciones cinematográficas para los
estudiantes, pues ello fomenta en particular el sentido crítico, el posicionamiento frente
a realidades concretas y la asimilación de conceptos abstractos difícilmente
comprensibles para un adolescente que tiende a la percepción de la realidad de un
modo irreflexivo e insustancial.
Sin embargo, discrepo de algunas de las afirmaciones que Amilburu formula en su
artículo. Me centraré en tres:
En primer lugar, no estoy de acuerdo cuando la autora dice que “La narración, en su
sentido más amplio, es un instrumento que nos permite enriquecer fabulosamente la
vida, que sin ella sería de increíble simplicidad y pobreza” (pág. 309). No puedo
aceptar como cierto que la vida sin narraciones sea “de increíble simplicidad y
pobreza”, pues una persona analfabeta y perdida en el Amazonas puede tener en verdad
TEMA 9 – Actividades
2. Asignatura Datos del alumno Fecha
Apellidos: SAERA GALLÉN
Didáctica general 12/02/2011
Nombre: JOAQUÍN
una dimensión espiritual y una percepción de la realidad considerablemente más
provechosa que una persona que no ha salido jamás de una biblioteca o de una sala de
cines.
Es obvio que la narración y el visionado de determinadas obras son herramientas
altamente efectivas, estimulantes y enriquecedoras para la persona, pero no son lo que
HACEN a la persona. No convirtamos el medio en el fin.
En segundo lugar, creo que la autora debería recalcar con sentido crítico el alcance de la
citación que hace de un comentario de otro autor, Alonso: “(…) Es conveniente que los
niños y muchachos lean novelas, vean películas y contemplen la televisión; no hay
que “tolerarlo” de mala gana, sino aceptarlo, y acaso estimularlo” (pág. 310)
Primeramente, quiero expresar mi escepticismo con respecto a la calidad educativa de
la televisión; hagamos “zapping” y en menos de lo que se dice “esto no vale ná”, nos
habremos dado cuenta de que “esto no vale ná” para la educación, si es que entendemos
por educación un aprendizaje provechoso y el sentido crítico razonado. La televisión
podrá ser de todo, pero en un 90% adolece de no ser razonada.
Por otra parte, no me parece que la solución de todo esté en devorar a los “niños y
muchachos” con novelas, películas y televisión pues, ya sin contar con el hecho de que
en la mayoría de los casos es bastante dudosa la calidad de los conocimientos que estos
medios transmiten, más que proporcionar un sentido crítico a nuestros alumnos,
acabaríamos por hacerles un “centrifugado de cerebro”.
Ya para acabar, no puedo reprimir la necesidad de expresar mi total desacuerdo con las
siguientes palabras de Almiburu: “Nunca en la vida real somos capaces de
experimentar sentimientos tan puros y tan absolutos como en las novelas” (pág. 311).
Más absurdo, si cabe, es lo que le sigue textualmente: “Por ello, Grimaldi sostiene que
no es por habernos enamorado en la vida real por lo que somos capaces de entender
el amor de las novelas, sino al contrario: es el habernos enamorado tantas veces en
las novelas como hemos aprendido a querer” (pág. 311) Bueno, esto ya es el colmo.
Primero resulta que solo en las novelas encontramos los sentimientos más puros y al
final, gracias a la “admirable” sabiduría de Grimaldi, descubrimos sorpresivamente que
si no vemos novelas… ¡no sabemos querer! ¡Válgame Dios! ¡Me acabo de dar cuenta de
lo tonto que he sido toda mi vida, pensando que podía querer sin ver novelas! Menos
mal que he leído a Almiburu, sino no sabría que hubiera sido de mí; ¡qué iluso he sido
hasta ahora…!
TEMA 9 – Actividades
3. Asignatura Datos del alumno Fecha
Apellidos: SAERA GALLÉN
Didáctica general 12/02/2011
Nombre: JOAQUÍN
• ¿Qué aspectos deben tenerse en cuenta para ello?
Dejando de lado la sabiduría explícita de nuestra querida autora, me parece necesario
profundizar en los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de utilizar el cine y
las narraciones con una finalidad educativa.
Tal y como afirma Almiburu, se deben tener en cuenta los siguientes puntos:
- Elección cuidadosa de la película para concretar la transmisión y fijación de los
conocimientos específicos del temario.
- Explicar previamente los contenidos del temario para así conseguir que los
alumnos dispongan de un marco conceptual sistemático donde analizar el
visionado. También es conveniente contar el final de la historia para que los
alumnos no se centren en intentar descubrir el posible desenlace, sino en el
desarrollo de la película y en el análisis de cada acontecimiento.
- Mostrar explícitamente la relación de la película con el temario. Se debe evitar
asimismo la interrupción del visionado, para no cortar con el desarrollo de los
hechos representados y menguar de este modo la productividad de esta
actividad.
- Después de ver cada película, se debe hacer un comentario sobre la misma y una
puesta en común de ideas surgidas en el transcurso del filme. El papel del
profesor será el de un mediador y moderador, y realizará una síntesis de las
ideas al finalizar dicha actividad.
- Por último, es conveniente que el docente enseñe a observar los aspectos
técnicos y ambientales de la película, así como la situación de la cámara en cada
momento. De este modo aprenderán a percibir con mayor claridad la intención
del director o productor de la película y el mensaje implícito en ella.
Perdona por la extensión del trabajo, pero es que no he podido evitar exponer mi punto
de vista; la misma ley lo dice: hay que fomentar el sentido crítico de los alumnos…
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