Chlamydia trachomatis es una bacteria intracelular obligada que causa tracoma ocular y diversas infecciones genitales y neonatal. Se transmite principalmente por vía sexual y puede producir complicaciones como salpingitis, infertilidad y parto prematuro si no se trata. Su diagnóstico se realiza mediante cultivo, detección de antígenos o ácidos nucleicos, y su tratamiento consiste principalmente en azitromicina o doxiciclina. La prevención incluye educación, controles periódicos y tratamiento de parejas sexuales.