4. Me sucedió por esa misma época, que en mi casa se rompió el sifón del lavaplatos. Me dediqué con ahínco a repararlo. Cuando después de un buen rato y varios esfuerzos probé el resultado de mi reparación: resultó que empeoré la situación.
5.
6. No bastaba con la intensión. Había que reparar ese lavaplatos. Había que obtener ese resultado
7. Eso que me pasó con el lavaplatos lo relacioné inmediatamente con mis buenas intensiones de ayudar a los demás
8. Podemos estar repletos de buenas intensiones pero lo que cuenta son las ayudas que de verdad hallamos hecho.
9. Hermanos míos, la intensión no basta. Jesucristo quiere que obtengamos frutos y frutos en abundancia. Él Dijo: “El que lo logre, ese se salvará”. Vean que no dice: “el que lo intente”.
10. Si tienes solo buenas intensiones no te bastará eso para salvarte www.diezmandamientos.blogspot.com