El documento discute el valor del diseño en la era digital. Sostiene que el diseño debe enfocarse en las experiencias de los usuarios en lugar de verlos como meros consumidores, y reconocer que sus necesidades y preferencias están influenciadas por factores sociales e históricos. También argumenta que los nuevos usuarios participan activamente en redes sociales y medios generados por el usuario, y que el diseño debe adaptarse a este mundo emergente en constante cambio.