El mayor triunfo de Chávez es haber logrado que gran parte de nuestra gente, adversa a su pensamiento, a su conducta, a su política, a su estilo, viva niveles de desesperanza, planificada con sumo cuidado mediante la estructuración y práctica del estado de terror, generado por el terrorismo de estado, que entre sus muchas expresiones se concreta en las listas Tascòn, en el empleo de la mentira “mesiánica” y la deificación del supremo líder, en la institucionalización de la injuria, la difamación, la descalificación como formas del discurso político, la orquestación del odio como arma de lucha
1. NO A LA DESESPERACION.
A quienes agobia la duda y el miedo y a los profesores Solano
Calles, Marienbad Belugheilig, D.M. Andrade.
Américo Gollo Chávez.
El mayor triunfo de Chávez es haber logrado que gran parte de nuestra gente,
adversa a su pensamiento, a su conducta, a su política, a su estilo, viva niveles de
desesperanza, planificada con sumo cuidado mediante la estructuración y práctica del
estado de terror, generado por el terrorismo de estado, que entre sus muchas expresiones
se concreta en las listas Tascòn, en el empleo de la mentira “mesiánica” y la deificación
del supremo líder, en la institucionalización de la injuria, la difamación, la descalificación
como formas del discurso político, la orquestación del odio como arma de lucha, que se
conforma como preservación y defensa entre sus seguidores, para quienes el odio es el
factor que sirve de organización empírica de sus huestes, convertidos en cruzados bajo la
ideologización fundamentalista, que hace de la palabra del presidente un texto sagrado,
infalible, en fin, la verdad, pero, sobre el universo no chavista, en dos palabras, pesa la
realidad de la exclusión y persecución a los identificados y el miedo de ser víctimas los
aun no reconocidos, los “ni-ni” y otros anónimos.. Esta desesperanza tiene modos de
concretarse en el lenguaje. Sean algunas de estas expresiones: Chávez es invencible. Si
Chávez gana, ya no hay nada que hacer. Se acabó todo. La frustración será de tales
dimensiones que, también se afirma, de triunfar Chávez en octubre, lo único que queda
es sobrevivir como Chávez manda. O irse definitivamente, para salvar a la familia. En
cambio, el “chavismo” celebrará porque con ello, por una parte, se evidencia la
invencibilidad, la superioridad y deidad de su líder y, por la otra, será la garantía de la
continuación del proceso. Doloroso es escucharlos, que se vayan, aquí estorban los
escuálidos, los contrarrevolucionarios. Este país es socialista para siempre. Viva Chávez.
En diversos textos he estudiado el proceso que Chávez ha adelantado con
zamarra sabiduría, muy bien asesorado, con el soporte de los miles de millones de
dólares para mantener la ficción de justicia, equidad, socialismo, y, sobre todo, con el
silencio cómplice de universidades, iglesias, profesionales, etc.… bien por complicidad,
bien por miedo, bien por necesidad, bien por oportunismo, bien porque instituciones o
particulares sean idénticas a lo que Chávez es, aun cuando prediquen que lo adversan,
2. bien porque tampoco se tiene discurso político cualitativo que, por una parte, descubra y
supere las limitaciones, argucias del lenguaje Chávez y, a la par, sea científica y
éticamente bien sustentado para poder generar consciencia crítica y, en consecuencia,
que la toma de decisiones del ciudadano, del ser social, de cada uno, sea expresión de esa
consciencia. La consciencia crítica sencillamente es la capacidad de reflexión que
permita diferenciar, distinguir, determinar, descifrar a cada quien en la toma de sus
decisiones y, por tanto, una conducta ajena a cualquier dogmatismo, fundamentalismo,
idolatría. Lejos se está en el país de esta postura, y esa distancia es justamente la que ha
logrado sembrar, profundizar, ampliar la ideología del chavismo, el apartheid político,
moral, pero también, quizá con menos intensidad y recursos, pero no con menos
eficacia, quienes han adversado a Chávez. Y está ahí la cosecha: la polarización. Y ante
ella, se plantea la necesidad urgente de superación y para ello, un único camino: el
diálogo. Dialogo, como es necesario y obvio, con argumentos bien fundamentados. Es
diálogo en la determinación del problema, dialógico en la propuesta de solución, diàlogo
que asume que la razón que sustenta el argumento reconoce al otro y de ese encuentro se
avance a la solución. Creo, francamente que, en medio quizá de deficiencias, la MUD ha
abierto el diálogo, en el PSUV hay indicios de búsquedas, las constantes manifestaciones
que sobre las deficiencias, insuficiencias, insatisfacciones del vademécum presidencial,
del gobierno, son prueba de ello y en el universo amplio de la sociedad hay muchos
que claman por los acercamientos. La actitud de Capriles va con su palabra y su ejemplo
en el buen camino. Los problemas son de todos es necesario el esfuerzo de todos para
resolverlos.
La desesperación provocada, inducida, según el proceso muy sucintamente
descrito, empezó hace tiempo y ya tiene los primeros resultados graves. Cerca de un
millón de venezolanos se ha ido del país, la inmensa mayoría por desesperación, por
desilusión, por desesperanza o dicho de otro modo, porque han preferido vivir con
menos miedos en el exterior. A la mayoría no los anima ningún criterio político, stricto
sensu, tampoco, a su inmensa mayoría un sentido de pertenencia, de amor patrio, de
amor e identificación a su cultura, lejos por el contrario, su mayor ilusión es ser uno
más de entre los de allá, ser como cada quien que de allá es, porque aquí no pueden
ser como ellos quieren ser. A su angustia real, la alimenta la angustia neurótica de la
actitud, la práctica política de Chávez, es cierto, pero ello en justo análisis es un pretexto
para la auto-justificación. Para la búsqueda de su propia satisfacción individual. No
3. incluyo en ese conjunto a los profesionales que se han ido por carecer de espacio de
trabajo en nuestra tierra, porque los niveles de su formación carecen de espacios en las
empresas, tampoco están a su alcance los medios adecuados para ejercer sus oficios
profesionales. Justo análisis formalizado ha tiempo por el profesor G. Peña. Minoría
que en nada modifica la estadística. Pero, incluso, mantiene el ansia de volver para
contribuir a superar la crisis. Músicos de gran valía, científicos de alto rango. Técnicos
muy capaces. Se repiten en ellos situaciones análogas a la que vivieron artistas,
intelectuales, novelistas, poetas, pintores en eras ya no tan cercanas. Ejemplares lecciones
de grandes como Cruz Diez, Soto, B Benacerraf, I Rodríguez I, para solo citar casos
muy elocuentes. O nuevas promociones de jóvenes que trabajan para trasnacionales en
aéreas de primera línea, o científicos como Rafael Reif, maracucho para mas detalles,
Rector del MIT… son, en definitiva, una élite que gracias a Dios se tuvo que marchar,
porque acá sus desarrollo y producción académica está llena de obstáculos o
impedimentos. No hay espacios de investigación en las universidades, el IVIC
desmantelado, la empresa privada esencialmente comercial, necesita en lo fundamental
de “gerentes” mercaderes, no de científicos, técnicos y menos, creadores.
Podría hacer otras distinciones, pero la mayoría de ese millón que hoy vive
fuera, son sencillamente emigrantes, seres muchos de ellos que huyen de sí mismos por
la incapacidad de enfrentar sus problemas y asumen que allá, en las quimeras de sus
pensares, tendrán resuelto aquello que acá han sido y son incapaces de asumir. En otros
se repite la historia más que trágica de los exiliados cubanos en Estados Unidos. La casi
totalidad de ellos si acaso sienten algo de nostalgia por Cuba son las ficciones para la
restitución de una Cuba erótica. El gran casino. Nada serio hicieron por la libertad de su
país, operarios son de los intereses más retardatarios de sus anfitriones, de los traficantes
de la guerra y otros tráficos. Insisto, hay entre ellos magnífica gente que hasta podrían
canonizarse… pero nunca rezaron por Cuba, creyeron más en Bahía de Cochinos, en
Kennedy y en cada conservador que mejor traduzca la mezquindad de sus intereses y las
aberraciones del anticomunismo más primitivo, capaz de las peores formas de terrorismo
ideológico y práctico para justificarse ante el Imperio. Ya tenemos en Miami
“compatriotas” que hacen de Chávez un Fidel, que descalifican a la oposición venezolana
porque no son capaces de obedecer sus exigencias y ejecutar lo que, según ellos, se tiene
qué hacerse. Claro, es cómodo, así como se exigía a los Estados Unidos que hicieran
cualquier cosa para salir de Fidel, el mismo recetario proponen para salir de Chávez,
4. organizar la venganza en lugar de la ley, la revancha en lugar de la justicia. La sumisión
en lugar de la libertad. Los resultados del fracaso de los cubanos maiameros, de su
política miserable, inhumana, están allí. El bloqueo a Cuba es determinante en el
mantenimiento de la dictadura de Fidel, porque, entre otras alimenta eficazmente el
martirio ser víctima del imperialismo, y justifica, con no menos fuerza, el fracaso de la
revolución teniendo por causa fundamental al imperialismo. Les facilitó echarle la culpa
al otro de lo que ellos son responsables. Oscar Arias lo denunció bellamente, en
Trinidad, “Algo hicimos mal”. (Por cierto sirve para analizarnos en familia). La Coca
Cola con el ron blanco cubano hace ya tiempo habría enterrado la revolución, en cuyos
orígenes hubo necesidad de justicia y un bello sueño libertario. Precauciones, ajenas a
toda exclusión han de tomarse, para que a la salida de Chávez no regresen como héroes.
Que regresen, los queremos, hasta podrían ser necesarios, pero debemos poner por
encima de todo la capacidad, la idoneidad y el compromiso en todo cuanto nuevo ha de
hacerse para que la justicia entre por casa, para que la ética viva en ella.
Otras de las formas de este inmenso miedo se presentan así, “¿No hará trampas
en CNE, que está en sus manos?” “Si Capriles gana, ¿le entregará Chávez”? y si entrega,
¿que pasará con las instituciones en manos de fundamentalistas chavistas? Y si muere, se
cogerán esto los militares! Explicables son esos miedos. Es tal la agresividad del lenguaje
del presidente candidato, con eso de que no volverán, no gobernarán más nunca, de sus
“lideres mas conspicuos”, las declaraciones de algunos generales, quienes han confesado
su sumisión tal al líder, de forma que si muriese antes del tiempo quedarán ellos al
mando, orientación, dirección del proceso. Sin duda que así visto hay buenas razones
para preocuparse. Pues bien, todas esas preguntas son ganancias de Chávez, parte son
del inventario de sus conquistas. Pero no tengamos miedo. Veamos.
Sin duda que si ganase Chávez la desesperación se multiplicaría. Sin duda que
Chávez reforzaría su estilo, su modus operandi, pasando por encima de la razón, de la
ética, incrementaría su socialismo, vade decir, la concentración del poder en sus manos, e
incluso, la puesta de la Virgen y del propio Dios a sus servicios. Sus santeros
encabezarían la procesión del éxito. Por eso, sin duda que esas preguntas son pertinentes.
Pero la historia es cualquier cosa menos miedo. Los esfuerzos por la libertad, la justicia,
están colmados de derrotas, pero cada triunfo que se alcanza es siempre superior a los
combates perdidos. De que nada de eso pase, depende, primero, de la capacidad de
convencer con la verdad a chavistas, antichavistas, de un consenso inmenso, con tareas,
5. programas, proyectos para reconstruir al país; segundo, la capacidad ”bélica” e ideológica
de los chavistas es demasiado endeble. En efecto, la inmensa mayoría de ellos no los une
la razón, el conocimiento de un proyecto, por el cual entregarse, sino que son, unos,
víctimas de ese gigantesco proceso de alienación que ha orquestado Chávez, otros
disfrutan de las migajas que se caen de la mesa del proceso, y en casos como estos, solo a
nivel de metáfora, muerto el rey, viva el rey!. Tercero, La FAN se desenvuelve en su
propia tragedia, la inmensa mayoría de ellos vive la misma crisis, la inflación, la
inseguridad y, peor en ellos es mas grave el desprecio a su condición humana y están
condenados al mas cruel de todos los silencios. Su oficio degrado, su formación
académica en severa crisis, sus relaciones con el mundo mucho más mediatizadas, y solo
les queda como arma, las bajas, pero, aun allí se han de mantener el silencio. La
prudencia de la cual disfrutan es la obediencia.
Para cada situación, para cada caso, para cada problema, hay una sola respuesta:
contra las armas, la razón, contra la violencia, la paz. Contra la impunidad, la justicia.
Contra la corrupción, la idoneidad. Esas preguntas y tantas otras más, tienen en cada uno
de nosotros la respuesta: la consciencia, la opción entre la libertad o el miedo. Y ello
implica luchar por la verdad o esconderse en el refugio de la mentira. El único miedo
que no se puede derrotar es el miedo que tenemos a nosotros mismos. O la idolatría que
conduce a vivir de fetiches y vivir sus delitos como virtudes.