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Isla Negra 6/254
                                        Casa de poesía y literaturas 
                                                 Septiembre - 2010
       suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.
   Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO
       revistaislanegra@yahoo.es  ‐                                                                  ‐ http://revistaislanegra.blogspot.es   
                                                         Martín Micharvegas
                                                              Argentina
                                                          “Perdido de todo!
                                                         Ganado de nadie!”
                "Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario”

Otto René Castillo
Guatemala - 1936 - 1967
Intelectuales apolíticos
Un día,
los intelectuales apolíticos de mi país
serán interrogados por el hombre
sencillo de nuestro pueblo.
Se les preguntará sobre lo que hicieron
cuando la patria se apagaba lentamente,
como una hoguera dulce, pequeña y sola.
No serán interrogados sobre sus trajes,
ni sobre sus largas siestas después de la merienda,
tampoco sobre sus estériles combates con la nada,
ni sobre su ontológica manera de llegar a las monedas.
No se les interrogará sobre la mitología griega,
ni sobre el asco que sintieron de sí, cuando alguien,
en su fondo, se disponía a morir cobardemente.
Nada se les preguntará sobre sus justificaciones absurdas,
crecidas a la sombra de una mentira rotunda.
Ese día vendrán los hombres sencillos.
Los que nunca cupieron en los libros y versos de los intelectuales apolíticos,
pero que llegaban todos los días a dejarles la leche y el pan,
los huevos y las tortillas, los que les cosían la ropa, los que le manejaban los carros,
les cuidaban sus perros y jardines, y trabajaban para ellos, y preguntarán,
"¿Qué hicisteis cuando los pobres sufrían, y se quemaba en ellos,
gravemente, la ternura y la vida?"
Intelectuales apolíticos de mi dulce país, no podréis responder nada.
Os devorará un buitre de silencio las entrañas.
Os roerá el alma vuestra propia miseria.
Y callaréis, avergonzados de vosotros.




                                                        Gustavo Pereira
                                                           Venezuela
                                                 Somari de los huevos de paloma
                                            Los huevos de paloma son como los cohetes
                                           Todo el mundo presume que volarán algún día.


                                                                                                                                                1
Gabriel Cacho Millet
Mendoza, Argentina

     Y fue por pensar apasionadamente en todas estas cosas trascendentales e ínfimas, por lo que junté unas palabras con otras,
   esperando que Borges o su fantasma se aparecieran en algo que pudiera asemejarse a un poema. De los dos, no sé cuál vino. El
recuerdo transforma todo en fantasía. Sé que antes de pasar las primeras lineas al papel, vi a Borges en sueños errar por una selva,
 como un viejo elefante que busca su secreto cementerio, porque no quiere -por pudor- que los otros de su especie lo vean morir.(Él
  sabía, por ejemplo, «que hay lugares en los Andes Meridionales donde van a morir los guanacos»). Otra vez, en mi sueño, era un
 esquimal cargado de años que, sintiendo la proximidad de su hora -por educación- se aleja del helado caserío sin hacer ruido y se
                                                     pierde por los glaciares...

Borges
Por perdidos glaciares de Alaska
vaga esta noche un esquimal. Fatalmente
deja caer la gastada trama de sus huesos
al borde de un río invisible.
Lo acompañan la inconstante luna
y el lento andar del agua bajo el hielo.
Antes que la rigidez sea toda su alma,
el hombre piensa en la casa que no volverá a ver
y que desde esta noche es más grande,
en la borrosa imagen de una mujer que amó,
en los hijos que festejan su viaje
como quien se ha librado de un estorbo,
en el gran dios del frío burlado
que no puede tender trampas
al que solitario adelanta la hora
y de antemano fija el lugar de la cita.
                     A orillas de otro río,
en el hemisferio austral, otro hombre,
por oficio, lo ve salir del mundo y acaso
lo envidia. Harto de ser quien es,
engarza palabras con el hilo del sueño.
Clandestinamente deja la casa,
el hábito del verso, Bioy y el bastón de laca.
Sus huellas se pierden cerca del Ródano,
que es un río que muere en Francia.
Ignoro si abrevió su noche.
Ignoro si llegó a su patria.
                                   ¿Me oye, don Jorge?



Derec Walcott
Santa Lucía - 1930
El amor después del amor
El tiempo vendrá
cuando, con gran alegría,
tú saludarás al tú mismo que llega
a tu puerta, en tu espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Seguirás amando al extraño que fue tú mismo.
Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu amor
a ti mismo, al extraño que te amó
toda tu vida, a quien no has conocido
para conocer a otro corazón,
que te conoce de memoria.
Recoge las cartas del escritorio,
las fotografías, las desesperadas líneas,
despega tu imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida.

                                                                                                                                  2
Mairym Cruz-Bernal
Puerto Rico
Cateterismo
                                la tarea del poeta es vencer al miedo…
                          y ayudarlo para que el miedo no tenga miedo.
                                                    Aristóteles España

Tengo miedo de las pecas que se esparcen en mis muñecas
lunares pequeñísimos
muestran la ausencia de caricias
artritis florecida
manos que se niegan a dar amor
Tengo miedo ahora en este momento
de la mujer en el cubículo a mi izquierda
amenaza con ser fantasma
acabo de abrazarla y repetirle
varias veces la palabra Amor
pienso que si la digo se ilumina
su cuerpo
y el mío
Tengo miedo que no llegue a octubre
se haya derretido para siempre
el helado de turrón
que pienso regalarme con él
un hombre que también como yo
va fragmentándose
y desea que cambie el rostro de su espejo
El miedo esta mañana tiene otros nombres
ausencias que han dejado de doler
Desde la ventana de mi cuarto
el miedo a que me ahogue en el mar
por eso coloco mi cama de espaldas
y la luz se convierte en miedo a mi desnudez
El miedo anoche fue su voz
pedirle hablar con Dios y saber que nadie escucha
ni él ni Dios
el miedo es esa lágrima que se atasca entre mis ojos
como la sangre en el ventrículo izquierdo
del corazón de mi madre
El café acelera mi pulso
este miedo no está triste ni desea desaparecer
no es el miedo de los gatos de Aristóteles
que van al circo a disfrazarse de quienes no son
Mi miedo es un ser iluminado
que siente en el mundo
algo alguien una esquina
que ha de encontrarla
porque este miedo que me mueve
siendo sólo una palabra
no es tonto ni inteligente
es sólo una palabra que busca como yo su definición
El miedo sigue siendo el abismo entre dos bocas
el riesgo de ese último salto
lanzarse sin paracaídas posible
El miedo es un apartamento en Manhattan
que pide tu boca cuando nadie más pide tu boca
libertad y resurrección
el miedo puede ser ese apartamento


                                                                         3
sus cuadros como caras vivas
esperando aletargados
tras los rojos, los violetas de sus labios mudos
El miedo ya no está en mi reloj sin tintagueo
ni en el viaje interminable de los aeropuertos
El miedo sopla por mi ventana de cristal abierta
después del asesinato sin aclarar
de mi vecina muerta muerta muerta
cuchillo al cuello
un nuevo tango para inventarse a solas
por un hombre que se queda solo
e inventa el último tango de su vida
El miedo es siempre un miedo
que me atrae al exilio de otro cuerpo
esta mujer despatriada mira la bahía y sueña con partir
camina al mar y sueña con un velero que la lleve
En mis aguas los peces no me hablan, compañero
porque en mi vida hay dos peces humanos
Daniel Tevini en Buenos Aires
Madeline en la isla de Manhattan
Pez-Mujer y Pez-Hombre
hermana pez, hermano
ambos sumergidos
 respirando leche en el oxígeno del agua
anclas de algo bueno que está vivo
hermanos peces en esta Amazona
mis hermanos peces no tienen miedo
se columpian en el vértigo diario de sus países
e ignoran que son peces
y nadar en el aire no nos salva
El miedo es una palabra imbécil
solo una palabra
que esta mañana desde este hospital
me hace rabiar en tinta negra
por las pecas que aun no han manchado mis manos
y vendrán
Rabiar por las sandalias rotas que calzan mis pies
no tienen miedo de caer
caer es el primer movimiento para el vuelo
El miedo hace rato me enseñó a ser felíz sola
y que las canciones en boca de cualquier cantante
son mentiras
en Uruguay Chile Cuba
en cualquier ciudad que alguien cante
el amor tiene que ver con un Tú que no llega
o ha llegado y hace doler
también la verdad miente
El miedo esta precisa mañana sabe a metal
a cuchilla que va a abrir el pecho de mi madre
a la cuchilla que mató a mi vecina
a mi hija que duerme sola con su perra que ladra y canta
sin que entendamos sus palabras
Y ahora siento el miedo en mis brazos fríos
que amanecieron sin abrazos y lo sintieron
el miedo a la noticia
el miedo a entrar al infinito
Porque este poema mío
este poema mío de los miedos

                                                           4
ya no tiene miedo
me empujo al vacío y caigo
toco el filo de la navaja
esa tinta roja me sirve para escribir Amor
Sí, este poema mío ha vencido al miedo
ahora habrá que salvar al miedo
para que el miedo no tenga miedo del poema
                                                   23 de agosto 2010.- después del poema La mueca del miedo de Aristóteles España



Mario Trejo
Buenos Aires, Argentina - 1926
La loca del rubí
1
Esa mujer no estaba en sus caníbales
Amaba con presentimientos feroces
Regalaba somníferos en prueba de amistad
No insistir
No molestarla
Que la melancolía ya tiene con sus abejas
2
¿Dónde están las mujeres de Babilonia
Con ombligos de 21 rubíes?
Venus está ahora en la casa de los viajes largos
Yo resisto aquí, lejos, en otra parte
3
Endemientras conspiras con insomnios y miedos
Con silencios y jaguares
Eres un blanco fácil en el fondo del desfiladero
Despertamos al sueño para escuchar su ruido
4
La loca del rubí aúlla de rabia o gime de placer
No es de dolor su alarido
Sos vos el único que emite espantos
5
Apagamos la luz
para lamer
nuestra soledad
                                                                                                                  Roque Dalton
                                                                                                        El Salvador - 1935 - 1975
                                                                                                                           Ballet
                                                                                                                             Para B.H
                                                                                           El último vagón ha matado al cisne…
                                                                                     Su mayor enemigo fue la mancha de barro
                                                                                       y he aquí que hoy sus estertores anegan
                                                                                        de suciedad los trajes de los traseúntes.
                                                                                            Los niños ríen y traen varitas agudas
                                                                                                     para rematarlo a estocadas.
Gonzalo Arango
Andes, Antioquia, Colombia -1931 - 1976
La salvaje esperanza
Eramos dioses y nos volvieron esclavos.
Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Eramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable.

                                                                                                                                    5
Arnold de Vos
Holanda – reside en Trento, Italia
Las heridas de las olas
Fluyo a lo largo de tus riveras
en la larga noche que se cierne sobre mí,
tierra prometida que me exilias
golpeo tus costas,
enjuto arrecife de caricias
excavo en tus escollos
muralla de moluscos,
agua que se lastima
en tus puntas de diamante.
Diáspora de la noche, ayúdame
a despumar de la ley del Talión
las heridas de mis olas.
                           Versión de Isabel Ruiz Boggio



                                                                                                                   James Joyce
                                                                                                         Irlanda – 1882 -1941
                                                                                                         Ella llora en Rahoon
                                                                        La lluvia en Rahoon cae suavemente, suavemente cae,
                                                                                                 donde mi oscuro amante yace.
                                                                              Triste es su voz que me llama, tristemente llama,
                                                                                                  cuando gris asciende la luna.
                                                                                                             Amor, escucha tú
                                                                                 cuán suave, cuán triste su voz llama siempre,
                                                                              siempre sin respuesta y la oscura lluvia cayendo
                                                                                                         entonces como ahora.
                                                                  Oscuros también nuestros corazones, oh amor, yacerán fríos
                                                                                       como su triste corazón ha descansado.
                                                                                bajo las ortigas grises de luna, la negra tierra
                                                                                                     y la lluvia que murmura.


Jorge Boccanera
Bahía Blanca, Argentina - 1952
Suceso X
los pájaros que construyen la noche
sueñan con ella
prolongan sus silencios hasta inventar
  países
y cuidan de ella como si ella fuese
su corazón un ala o una rama
los pájaros que construyen la noche
la brisa de la noche
sueñan con ella
porque los gestos de ella
como pájaros senos muslos bocas se ponen
  a volar
ella se pone a volar
en fin
los pájaros que construyen la noche
aullan por ella.
                                  de Noticias de una mujer cualquiera




   "¿Creen que los hijos del país puedan volver a las cadenas?¿No conocen los enemigos que, aún cuando logren
                 nuestro exterminio, nuestros hijos han de vengar la muerte de sus padres?"- Mariano Moreno

                                                                                                                              6
Martín Micharvegas
Argentina – reside en España.
Santoriada 1971
Vino el Radicheta y dale que habla que te habla
que el moco va entre la guerra civil y la guerra revolucionaria
Desde la ventana del bar no se veía nada
Pero eran días crápulas Media con miedo la calle y la gente
Y dijo el Radicha que Ongaro se hizo cargo de sacar la jeta
aclara que no concilia con nadie desde la cárcel
y que se considera “uno más entre los prisioneros“
y esas no eran fanfarronadas de pequeñoburgués
El Radicheta estaba entusiasmado y nos entusiasmó
Vino una mina que quiso hacerla fácil:
peronismo guión antiperonismo
Y llegó uno que estaba en la del Ghandi
( pero para mi acababa de dejar plástico en alguna puerta )
Sin violencia! No violentos: Sin Violencia!
- astillando recursos de amparo para sindicalistas presos
Y en malón llegaron los que decían saber que el contenido latente
de este mierdoso sueño popular y nacional
era liquidar la guerra de las guerras ( episteme:
la guerra de guerrillas ) Todos estos muchachos
dejaron sus manuales sobre el estaño junto a las ginebras
Y como un coro de trogloditas entraron
los que hablan de 16 años
- de los últimos 16 años
( siempre están los que hablan
de una cantidad equis de últimos años )
Y que años de conciencia flotante
Y que años de resistencia artesanal
Y que floridos años de reorganización
El bar estaba lleno de infelices ilusiones
El mostrador abarrotado de manuales juveniles
La caja registradora clink!
La calle estaba en calma La gente mansa El músculo dormía
Todos veían la Guerra Civil Española
en la borra de sus copas
Y entré yo Diciendo que venía de lejos Y patatín y patatán
Aquello de arrastrando cosas que me confiaron
La vida pura dije
Giraron las cabezas al unísono ante esta situación
vieja por excelencia
Aclaré que no gozaría de ningún peculiar privilegio Les gustó
Convinimos: no mencionaríamos ninguna belleza ni verdad hasta allí
sino para hacerlas mierda Dijo el Radicheta:
háganlé un lugar
Pero con la noche arribarían los que ejecutan
en la calle En descampados
Y largas filas de ejecutados dentro de coches
Qué beber asesinados
y los obligados a arrodillarse en lagunas En arroyos tersos En canales
Vendrá
Vendrá la noche Entrará la calle mansa por su café con leche
La gente mansa entrará por su ginebra
después de haber quemado sus manuales
No confíen en nadie Ni en mi canción Ni en nuestra poesía
Bajan persianas los que recelan de la paciencia popular
Por cada ojo Los dos ojos
Por cada diente Toda la cara
                                                     Madrid, 1978.- poema para Roberto publicado en el libro-homenaje: De SANTORO // Ediciones
del Rescate -serie de los trabajadores de la cultura represaliados en argentina, Madrid, 1979

                                                                                                                                             7
Luis Ricardo Furlan
                                                                               Buenos Aires, Argentina -1928
                                                                            En la penumbra se desliza un gato
                                                                             Crece la sombra de fantasma solo.
                                                                               Corre detrás de un ilusorio bolo,
                                                                            se amodorra en la cueva del zapato.
                                                                                 Brilla el ojo pirata en el retrato
                                                                                 con el delirio de inocente dolo.
                                                                                Lo cautiva la pausa del gladiolo
                                                                                en el jarrón. (La luna, sin boato,
                                                                                  circula en el tejado; es una tea
                                                                               de cal y miel mojando la azotea).
                                                                                 Ronronea su vida libre y fatua:
                                                                              ya se diluye en patio de azulejos,
                                                                               ya ñoño se refleja en sus reflejos
                                                                              o tirita su miedo ante una estatua.
Raúl Zurita
Santiago, Chile - 1950
Guárdame en ti
Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo quede algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende.


Daniel Montoly
Montecristi, República Dominicana - 1968
El viaje al altiplano
Si cruzo frente a ella
la observo desplazarse por todos lados
como una estrella
en la majestad de la bruma,
encendidamente cálida.
Entierra sus ojos en mi silencio
hasta rozar mi piel
con sus deseos
y luego se disuelve,
soterrada y fría,
dejándome un vendaval de angustia
en cada célula.

                                            Dionisio López Cabral
                                       República Dominicana - 1956 - 2006
                                                    Enigma
                                                   El enigma
                                                   de la lluvia
                                                    es morir
                                                  para ser flor.

                                                                                                                 8
Mohammed Bennis
                                                                                               Fez, Marruecos - 1948
                                                                                                         Silencio - 4
                                                                                                En mi borrachera tropecé
                                                                                                                con rostros
                                                                                              Yo sabía que habían nacido
                                                                           en una tierra de lindes perdidas en el silencio
                                                                                                                    Rostros
                                                                                          que imaginé como un espectro
                                                                           que llama a la puerta y aterroriza a una noche
                                                                                      y a la noche que sigue a esa noche
                                                                                                                          Eh
                                                                                                                  tabernero
                                                                                                              estamos aquí
                                                                                     venimos buscando vino de Burdeos
                                                                                              un amigo que se nos parece
                                                                                                             llegará ligero
                                                                                              con el rocío de su amanecer
                                                                                                        ábrenos el cerrojo
                                                                            para que baje su cuerpo como un resplandor
                                                                                                   entre el vaso que bebía
                                                                                                                   y el vaso
                                                                            que tal vez ha colmado el hueco de su pecho
                                                                                                He hecho una invocación
                                                                                       y ya están devorando las tinieblas
                                                                                                 una estrella que refulgía
                                                                                                             al tiempo que
                                                                                                           refulgía el vaso
Ch'en Ling
China - siglo III
El último paseo
Dejaste caer en el suelo
el tulipán rojo que yo te había dado.
Lo levanté. Estaba blanco.
Bastó ese levísimo instante
para que nevase sobre nuestro amor.
                                     Traducción de Álvaro Yunque



Charles Tomlinson
Stoke-on-Trent, Inglaterra - 1927
El arte de la poesía
Al principio, la mente se siente magullada.
La luz hace blancos agujeros a través del negro follaje
o la niebla esconde todo lo que no es ella misma.
¿Pero cómo dirá uno eso?—
Siendo así que, cuando la verdad no es suficientemente buena
exageramos. Las proporciones
importan. Es difícil atraparlas de manera adecuada.
Debe de haber algo
superfluo, nada que no sea elegante
Y nada que sea si es simplemente eso.
Este verde crepúsculo tiene orillas violeta.
Las mariposas amarillas
que apresuradas se trasladan
desde las flores escarlata a las de bronce
desaparecen mientras la tarde aparece.



                           “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. - Eduardo Galeano



                                                                                                                          9
José Campus
San Juan, Argentina – 1930 - 2009
1
Fue ayer.
No. No fue ayer.
Quizá fue hace mucho tiempo. Lo cierto es que era niño.
¿Era niño?
Sí, tal vez era niño.
Estaba en el campo.
Era la noche del... No importa qué noche era.
Esa noche abrí la ventana.
Nunca lo hice antes.
Miré.
A lo lejos, los perros querían comerse la luna.
No lograban aburrirse.
Entre los ladridos vi una sombra.
Era azul y se movía.
No me importaron los perros.
Aquello se agrandaba. Llegó al marco de la ventana.
Cuando quise apresarla, echó a correr.
La seguí.
Después vi el sol.
había corrido toda una noche.
Al llegar a la ciudad, se detuvo.
Era un gato. Un gato azul.
Caminamos juntos.
Pasábamos los autos y los árboles.
Nos metíamos en todas las casas.
Pudo detenerme el agrio grito prendido en el humo de cada chimenea,o el canto salado que se filtra por los poros del
cansancio.
Mi gato azul, maullando de modo indescifrable pero armonioso al oído me empujaba.
Por las esquinas nos cruzaba algún camión, Cristo,
los bomberos...
y así no podíamos seguir.
Entonces le dije:
-¿Compremos esta casa?
-¿Cuánto vale esta casa?
...Y nos instalamos en la casa.
Era una pieza grande con una ventana no tan grande.
La abrí.
Había otra ventana.
Luego otra,
y otra
y otra.
Fui abriéndolas a todas.
De pronto mi gato me arañó.
La sangre asomó negra de dolor.
No le hice caso.
Mi gato fue hasta la puerta. Quedó como esperando que le abrieran.
El timbre sujetó mi intento.
Era un mensajero.
Un telegrama.
Mi gato aprovechó la puerta abierta.
Quise alcanzarlo, pero alguien dijo:
-Firme aquí.
En el telegrama cabía una sóla palabra
2
Entonces,
el buen relojero puso en marcha todos los relojes y se retiró a descansar.
En el principio la marcha era acorde.

                                                                                                                       10
Luego,
algunos se retrasaron,
otros,
se adelantaban desesperados.
-Atiende eso.
Dijo el relojero a su ayudante.
Un hombre joven entró al local de los relojes locos.
Era lamentable la falta de ritmo.
No se desanimó.
Comenzó lentamente su trabajo.
Los regulaba según los latidos de su corazón.
Era tarea ardua.
En tres años sólo consiguió igualar a doce.
El ruido de los demás era ensordecedor.
La desesperación crecía.
Uno de aquellos doce, rompió el ritmo,
otro se negó tres veces.
El hombre sintió miedo.
Miró hacia la planta alta donde habitaba el relojero, pero éste estaba en otra cosa.
No oyó su grito.
Pensó que lo había abandonado.
Corrió por las escaleras.
No regresó jamás.
En la relojería nadie logra entenderse.
Las paredes del edificio están agrietándose


                                                                                                 Candelario Reyes García
                                                                                                                  Honduras
                                                                                                                         Sep
                                                                      La hostilidad es una escapatoria de responsabilidades
                                                                             que divierte de los señores de Xibalbá, horror,
                                                                pincelazos sueltos, pretensiosas bestialidades uniformadas
                                                           simulando seguridad en su atroz desconfianza de la democracia
                                                                          y describiendo la injusticia posible bajo su mano,
                                                         sólo por la fuerza. La desidia y el egoísmo vuelan en sus miradas
                                                                       son alas que forman un compás de tijeras violentas,
                                                                                medidas de ajuste y estructuras piramidales
                                                                  de sujetar a los pobres con estucos de miseria y grilletes.
                                                                          -- Desde donde la oligarquía reprime la cultura y asesina la patria.

Circe Maia
Montevideo, Uruguay – 1932
Unidad
Una pequeña tarea como esta de
cortar el pan y llevarlo a la mesa,
empieza y luego acaba
-círculo de sentido que se cierra-
la pequeña molécula de un proyecto
/cumplido.
¿Trivial? Tal vez, pero mira dibujarse
con perfección acabadísima
cada gesto enlazado en el siguiente
anillado en la suave
espiral invisible
que va del pensamiento hacia la mano
del ojo hacia el cuchillo.


“Ammatula ca t'allisci e fai cannola, 'u santu è di mammuru e nun sura”. (Es inútil que te embellezcas y le hagas
                                       rulos al cabello, el santo es de mármol, y no transpira)- proverbio siciliano.

                                                                                                                                          11
Jorge Eduardo Eielson
Perú, Lima – 1924 - 2006
¿por qué estoy vivo
y el vaso lleno de agua
y la puerta cerrada
y el cielo igual que ayer
y los pájaros dorados
y mi lengua mojada
y mis libros en orden?
¿por qué estoy muerto
y el vaso igual que ayer
y la puerta dorada
y el cielo lleno de agua
y los pájaros en orden
y mi lengua cerrada
y mis libros mojados?


Ida Vallerugo
Meduno, Italia - 1946
La cena
Todos se fueron
juntos aún cenamos esta noche.
Ningún reloj para cargar
ni en la mesita de luz ni en la Historia
que casualmente pasa afuera, sobre el puente, hacia el Centro
después de haber puesto los huevos en los escalones de Redipuglia,
se saca del vestido, irritada, los cascotes, el polvo.
Meduno, una escalada de gritos dormidos.
Y tu frente lisa que aún más se distiende.
Esos ojos negros tibetanos
llenos de picudas nubes y aguas y helechos y azul profundo
su almendra severamente dulce
-mi fuerza-
que me sonríe por debajo de la muerta.
No me dejes. Quizá la realidad no dura
apenas más que el sueño, quizá no es
sólo un sueño que se puede tocar.
Mañana te llevan.
Mañana será un día perfecto
como un huevo. Como el huevo que descascaro entre las manos,
[lentamente
para no molestar tu clara transfiguración
con el ruido de la cascara que se despega
                                                    Traducción: Rocco Carbone




                                                   Leonel Rugama
                                             Nicaragua – 1949 - 1970
                                                    Jacinto Baca
                                       Con el brazo izquierdo de mampuesta
                                      y con el derecho disparando su pistola.
                                                     Sí señores.
                                Hay una patrulla de JACINTOS arpillando al enemigo
                                                  y una gran estatua
                                              aunque rota ya su sangre
                                            creció en una plaza de Rota.


                                                                                     12
Luis Pérez Oramas
Caracas, Venezuela - 1960
Gazela de Hugo
Nunca has visto las montañas
que nos son blancas, blancas.
Nunca has visto sólidas las nubes
como inmensas piedras erguidas
en tu sombra.
Prepara
para todos tus desvelos
las armas
del silencio.
Que repita el cuerpo
sus olvidos
que de nuevo traiga en sus senderos
la unción matinal del eucalipto
los arándanos, los jazmines de agua
el vino acariciando la piel dulce
de los higos y a la espera.
                            De: Prisionero del aire - 2008.-



                                                                                     Antonio Arroyo Silva
                                                                                            Islas Canarias
                                                                        Se deslizan, se cruzan en las calles.
                                                                      No se ven si tropiezan de improviso,
                                                                  No se tocan el hombro aunque se toquen.
                                                                Y sonríen, sonríen para enseñar los dientes.
                                                                  Y entonces se saludan, agachan la cabeza
                                                                 con humilde desvelo manteniendo la vista
                                                                    cruzada en el rencor. Si el otro inclina
                                                                 su máscara de asceta, entonces el que abre
                                                                    los ojos callará para esconder su culpa,
                                                                   callará hasta el temor vestido de veneno
                                                               mordiendo la secura de sus quebrados labios.
                                                                                            Deberían tener
                                                                         un corazón de pájaro, no un pájaro
                                                                                          en cada corazón.
                                                                                                  De: Casi luz.



Sonia Sales
Brasil
Costuro Estrelas
Céu cinzento
luzes de coral.
O crepúsculo é apenas um
anúncio, enxertado de relâmpagos
no vestido azul que usarei
domingo.
Costuro estrelas
brilhos e vidrinhos.
Um alfaiate
no anil sideral.
As andorinhas pousaram
no Bezerro de Ouro,
o vinho escorre da taça
em chamas, mas em segredo
inventarei a Primavera,
cantarei no coral da igreja,
tocando meu violão, e usarei
no domingo o vestido azul
costurado de estrelas.


                                                                                                           13
Luali Abdalahe
                                                                                                                  Sáhara Occidental
                                                                                                                                  Tres
                                                                                                              Las miserias del mundo
                                                                                                                yacen olvidadas bajo
                                                                                                  el escombro de los metalenguajes.
                                                                                                          El lenguaje con que chillan
                                                                                                                 los intestinos del sur
                                                                                                           es un enigma en los oídos
                                                                                                                             del norte.
                                                                                                            El monstruo de la ciudad
                                                                                                         se comió nuestra inocencia.
                                                                                                 La fe se estrella contra los gigantes
                                                                                                     que rascan un cielo que no pica.
                                                                                                      Los pequeños dioses agonizan
                                                                                                          ante el vacío de los verbos
                                                                                                                           politizados.
                                                                                                       Y la guerra es una proyección
                                                                                                      del diablo que deambula como
                                                                                                     una posibilidad en las desoladas
                                                                                                      praderas de nuestra esperanza.
                                                                                                                    De Quince poemas saharauis



Jesús Aparicio González
Cabanillas del Campo, Guadalajara, España - 1961
                                    Miserable el momento si no es canto
                                               Claudio Rodríguez
Mi pupila despierta con la sed
y acierta a desandar las luces no cantadas.
El tiempo de la espera es hoy fecundo
en arpegios y no se escapa
ninguna golondrina
sin su beso.
Abrazo cada instante, así me impulso
con los sueños para mover la roca
y salir con el rostro encendido
como el más bello de los pájaros.
Por mis venas aún corren amapolas.
                                  22 de Febrero de 2005- De: Las cuartillas de un naufrago.Edic. Vitruvio,España-



Walter Mondragón
Colombia
Eclipse de sol no previsto
Estás
de perder la cabeza
de aventarse al abismo del agua
por tí se represan las cataratas de Iguazú
por tí, las nieves perpetuas de los picos Colón y Bolivar
se derriten mientras tú te elevas
quien puede contra el cálido pedernal de tu viva presencia!
quién con el áureo matiz de tus pestañas y la risa de tus ojos
de tús ojos miel de los bosques relictios!
Estás hecha a la medida de mi ansia: un eclipse de sol no calculado
está ocurriendo; empiezo a soñar a plena tarde,
eres la luz que parpadea en este crepúsculo glorioso
en que asisto a tu esplendor...,
(pero) si hasta el arco iris ha salido para que tu pases!.
La sombra que se aleja contigo me ha oscurecido
...es cosa perder la cabeza!


                                                                                                                                          14
Pablo Armando Fernández
Las Tunas, Cuba - 1930
La construcción del templo
¿En qué se igualan la acción, la palabra,
o lo que es más oscuro y pavoroso,
el silencio,
ante nuestra mirada
que aún no se hizo oficio y testimonio?
Me contaba mi madre que aquel sabio
sentado ante la puerta
cerrada
del santuario: piedra de inesperada
pero auténtica lumbre
antigua que se alzaba lentamente
al espacio.
Me contaba que nunca abrió los labios
ante la indiferencia o el obsequio;
sólo sus ojos eran dóciles y seguían las huellas
de quienes por temor,
gracia o misterio
otorgaban sus dádivas suntuosas
a impenetrables dioses.
Pero mi madre, que lo vio sentado, mudo,
como príncipe que rechazó de manos ancestrales
fortuna y dones, supo
del andrajoso y magro y penitente
que no se alzó, juntó piedras,
ni a ellas consagró
palabras de blasfemia o alabanza,
pero día tras día, humildemente,
construyó en el silencio, con ardua, tenaz,
inquebrantable audacia,
el templo
y congregó a los fieles.



Ana Ajmatova
Rusia – 1889 - 1966
La tierra natal
No la llevamos en oscuros amuletos,
ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
no perturba nuestro amargo sueño,
ni nos parece el paraíso prometido.
En nuestra alma no la convertimos
en objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
ni siquiera la recordamos.
Sí, para nosotros es tierra en los zapatos.
Sí, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamos
esa tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella,
y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.
                                                 Versión de María Fernanda Palacio




                                       “Al plantar el arroz cantan: primer encuentro con la poesía.”- Matsuo Basho


                                                                                                               15
Euphrase Kezilahabi
Tanzania - 1944
El hombre pobre
El hombre pobre sacrificó miles de hormigas
Para su última cena.
Vivas, aún sin masticar
Ellas entran y salen
Con pedazos de carne
De su boca ampliamente abierta.
Él murió de hambre anteayer.
Cada transeúnte le arroja una hoja verde
Para evitar la maldición
Pues será enterrado por el ayuntamiento
Bajo ningún nombre.
                       Traducción desde el inglés por Raúl Jaime- http://www.webislam.com

                                                                                                                Lourdes Vázquez
                                                                                                               Puerto Rico - 1950
                                                                                                       La superficie y su imagen
                                                                                           Fijo los ojos en esta fotografía nuestra.
                                                                                                   Yo a tu lado que miro de frente
                                                                                                        el aparato en cuyo interior
                                                                                      la transparencia de la luz nos compromete.
                                                                                               Es cuando aprieto bien los latidos e
                                                                                             indago por el muro que debo brincar,
                                                                                             la planta gigante que debo escalar, la
                                                                                         pantalla de proyección de cine que debo
                                                                                         penetrar. Entinto el revelado, como fósil
                                                                                            en su yacimiento. Es cuando recuerdo
                                                                                                        este humano corazón mio.
Pedro Shimose
Bolivia - 1940
La esfera y el río
Se engaña y engañándose te engaña
sin querer. No ve más que el dolor lento
de las cosas. Ignora el movimiento
de la luz. El ve sólo la montaña.
Es su realidad una maraña
de símbolos, un puro sentimiento
o un sueño donde el sueño es pensamiento,
cristal de tiempo que la sangre empaña.
Ojo burlado y burlador, tu instante,
tu fragmento de certidumbre inerte
no ve sino diamante en el diamante.
Tú sabes lo que sabes al no verte
e ignoras lo que ignora el nigromante,
lo que ignora la vida de la muerte.
                                                                                                                  Claribel Alegría
                                                                                                                  Nicaragua - 1924
                                                                                                                  Muero de a poco
                                                                                                             Muero de a poco, amor
                                                                                                            no es la muerte sorpresa
                                                                                                                         que deseaba
                                                                                                                        la que libera
                                                                                                                               y lanza
                                                                                                                             es la otra
                                                                                                                               la lenta
                                                                                                             la que corta en pedazos
                                                                                                                        da estocadas
                                                                                                               y de perfil se escurre.


                                                                                                                                   16
Sonia Figueras
Argentina
El hombre
La tarde declina.
Frío inmoral insolente
quema las manos
gastadas paspadas
en el arrastre de pesados tablones
de carretillas cargadas.
La sirena suena
interminable estridente ya,
cesan los ruidos dantescos
en los golpes de las mazas.
Lento con pausa cansino,
moja su cabeza.
Y la rutina
lleva sus pies helados,
con llagas
y besa
 la frente
de su niño dormido.
                        Cuatro chapas
una lona por cortina
manso, replegado,
la respiración entrecortada,
                          se entrega sumiso a su destino.
        Ya no piensa,
 sueña.
 Un día fue hombre.
 Hoy no sabe de dolores
 hoy espera simplemente
 dejar de respirar.
Larga fila
                       negros rostros desamparados
                      pies arrastrados llanto en los ojos
                      bajos los brazos
en sus despojos cunde el horror.
Esta noche tiene miedo
         los ojos negros
mojados de agua salada
       y el cuerpo,
       chiquito,
       indefenso.
Muchos no vuelven...
…quizás algunos... retumba el aire. . .
Gritos... la bronca excita
 el desaliento de las mujeres
cierra la mina no habrá trabajo
aunque haya marcha.
        No se detiene la bestia…
       y lloró.




     “La poesía es mi principal fuente de conocimiento. Me enseña el mundo, y en ella aprendo a conocerme a mí
                                           mismo. Ella nos hace unánimes, comunicativos.”- Manuel Altolaguirre

                                                                                                           17
Lêdo Ivo
Maceió, Alagoas, Brasil - 1924
El sueño de los peces
No puedo admitir que los sueños
sean privilegio de las criaturas humanas.
Los peces también sueñan
En el lago pantanoso, entre pestilencias
que aspiran a la densa dignidad de la vida,
sueñan con los ojos abiertos siempre.
Los peces sueñan inmóviles, la bienaventuranza
del agua fétida. No son como los hombres, que se agitan
en sus lechos estropeados. En verdad,
los peces difieren de nosotros, que todavía no aprendemos a soñar.
Y nos debatimos como ahogados en el agua turbia
entre imágenes hediondas y espinas de peces muertos.
Junto al lago que yo mandé cavar,
volviendo la realidad a un incómodo sueño de infancia
pregunto al agua oscura. Las tilapias se ocultan
de mi sospechoso mirar de propietario
y se resisten a enseñarme cómo debo soñar.


Gustavo Lespada
Argentina - 1953
Simulacro
de verbos insectívoros
de frase del mesías de señales
de nombres / de palabra revelada
de sonido hermanable / de sentencia
que restaure el sentido el equilibrio el orden:
un olor a comida cociéndose en el fuego
puertas que se abren / el sonido de un saxo
meciendo las cortinas / el mantel en la mesa
con el pan compartido / con el vino
la saliva y la noche
nada de eso:
es la grieta en la pared la viga
que se parte / humedad del cimiento
es carbón en la olla / mugre bajo las uñas
hervidero de ácaros / sobre la piel cuarteada:
otra pelambre asoma / otra corteza
aborta su reseca tentativa
su repliegue de huesos
su fósil ceniciento.



Adriana Versiani
Ouro Preto/MG, Brasil - 1963
castanha -VI
Chove e não me lembro que estou molhada.
Toda mãe é capaz do ódio.
Quando criança, juntei gravetos, mutilei insetos.
A areia é meu abrigo e ninguém me acompanha.
Ele apontou para mim e disse:
— Mulher, estás grávida, respeites o silêncio das coisas.
                                                                     Tomado de revista Escritoras Suicidas.




                                                                                                              18
Gerardo Guinea Diez
Guatemala - 1955
IV
Puede que él no sepa de mujeres fenicias
ni de galeones españoles
ni de sefarditas con su ladino de siempre
en África o Nueva York.
Pero ella, más torrencial parpadea
y habla según sus cálculos
de mares de mediodía
con sus fragatas inglesas
con algo del Caribe filtrado
ventarrones por añadidura,
y por análogas razones
de atmósferas con peces de colores
y señoritas con su cuerpo a la vista.
Entonces él reconoce su ignorancia
de esos desusados hombres,
accede a que ella desafíe sus saberes,
no de Ovidio ni los dioses griegos,
menos sus conocimientos de geografía,
sino aquellos que resumen miserias
morales y dudosas legalidades.
Siendo así las cosas,
ella muestra su espinazo
entrado en eternidades
para danzar en el corredor
con un silencio que no se mueve
más allá de sus fronteras
en la palma del sueño.
                        De: Casa de nosotros



                                                Eugenio de Andrade
                                               Portugal – 1923 - 2005
                                                  Retrato Ardente
                                                     No teu peito
                                                é que o pólen do fogo
                                                 se junta à nascente,
                                                  alastra na sombra.
                                                   Nos teus flancos
                                                é que a fonte começa
                                                 a ser rio de abelhas,
                                                    rumor de tigre.
                                                Da cintura aos joelhos
                                                é que a areia queima,
                                                    o sol é secreto,
                                                   cego o silêncio.
                                                   Deita-te comigo.
                                                Ilumina meus vidros.
                                                 Entre lábios e lábios
                                               toda a música é minha.




      “El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su
         tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la
                                      antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.”- Rodolfo Walsh


                                                                                                                 19
Eduardo Dalter
Buenos Aires, Argentina - 1947
de Bocas Baldías (2000 – 2001)
     rota
en la cuneta,
¿quién la bebió?,
     ¿quién
la rompió?
Una botella
     rota,
con su etiqueta
     y su barro.
Su pico
     apunta
al cielo,
y si te acercas,
     a tu frente,
como un dedo
     vacío,
sin uña,
     sólo borde.
Una botella
     rota,
más allá de todo
     olvido,
en la media cuadra
     del suburbio.


Luis Luchi
Buenos Aires, Argentina - 1921 –2000
Ropa en la soga
La limpieza expone a efectos públicos
esa intimidad tan custodiada.
El sol elige el centro de la bandera
la convierte en zona de combate;
las golondrinas hacen sus primaveras
y los gorriones el resto de los solsticios.
Vientos de paso silban los broches,
les cierran las bocas.
Entre las guerras de pañuelos
pierden los del luto en los orillos,
los lloros de los mayores con lágrimas,
con mocos inconsolables a secarse.
Parado en un extremo
atado al alambre cubro las estaciones,
los fantasmas disfrazados con sábanas
exaltan la pasión escéptica de los domesticados.
En la otra punta un poste
me deja hacer
y no se cae de asombro.
                       En “Jardín zoológico”, Ediciones Último Reino, 1995. Tomado de Revista Aromito



Juan Gelman
Argentina - 1930
La acción lírica
teniendo en cuenta sus desastres íntimas destrucciones y asia áfrica américa latina caras caídos en la lucha cuba que
obliga a respirar el poeta se entrega a sus ciclones carga sus rabias consecuentes en general el gran lirismo va y degüella
esperanzas sentadas sonríen con sus bobas

                                                                                                                        20
José Watanabe
Trujillo, Perú - 1945 - 2007
Vieja con perra
Una vieja flaca y traposa
como un arbusto seco en este aire polvoriento
espera que su perra de tetas flaccidas
beba el agua turbia de la acequia de los maizales.
Mientras espera, embozada en su manta,
nos observa largamente: pasajeros aburridos
de un ómnibus cuyo desmañado conductor
mea como un caballo detrás de una tapia.
La perra ahita se le va
pero regresará pronto con más perritos.
En este caserío tan pequeño
nadie se aleja nunca.
El ómnibus reanuda su marcha
y los pies de la vieja ahora parecen penetrar
el subsuelo. Como la Baucis del mito,
enraizada, ya no dará un paso más, y el sol
que se enciende de súbito
la convierte a lo lejos en una fogata oscura.


Alda Merini
Milán, Italia -1931- 2009
A Vanni, última flor
Mi vivencia paradójica,
aquello que no termina,
es que, después de haber
arrancado del corazón
la última flor,
he visto florecer otras.
Es posible que la muerte
no haya caído sobre el universo,
y que un diluvio de lágrimas
no me haya devastado?
Ya te odio.
Y no sé más
a quién echarle la culpa
de esta lejanía.
Debiste al menos advertirme
Debiste darme el último adiós.




Juan Larrea
Bilbao, España - 1895 – 1980
Razón
Sucesión de sonidos elocuentes movidos a resplandor, poema
es esto
y esto
y esto
Y esto que llega a mí en calidad de inocencia hoy,
que existe
porque existo
y porque el mundo existe
y porque los tres podemos dejar correctamente de existir



                                                             21
Víctor Hugo Escandell
Salta, Argentina
Duelo
                          A la memoria de Olgui, mi esposa
La rosa refugió tu ausencia
amada luz
para mi sombra.
Sepultaron tu vientre
huérfano de pájaros azules.
A qué cielo clamar
cuando la piedra es sorda
y la palabra se coagula
en las espadas.
Bebo el agua sedienta
de tu muerte.
Mi batalla sin ti
es polvo astillado
tiniebla agazapada
en el silencio.
Oculto llagas
entre los harapos
de la hierba
y el rocío.
Me hundo por laberintos
ahuesado de espantos
y de miedos.
Mientras revolotean mariposas negras
con un estertor de alas por el aire
mi derrota es la tierra.

                                                   María Pugliese
                                             Vicente López, Argentina
                                                            a.
                                                         lo mecí
                                                 al son de un arrullo
                                                     antiguo simple
                                                    a media lengua
                                                en un idioma neutro
                                                un compás de latidos
                                                le ofrecieron regazo
                                                       a sabiendas
                                                  de que la ciénaga
                                                 desconoce senderos
                                                   ironiza los pasos
                                                  ofrece sólo sueños
                                              de sogas caballos fuerzas
                                                       no obstante
                                                    le di mis brazos
                                                         lo mecí
                                                                 del poemario Ejecuciones.




Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina
Cuestión
El asunto es como lograr
seguir siendo
en medio del atroz desamparo del espanto




                                                                                             22
Eugenio Montejo
                                                                                      Caracas, Venezuela - 1938 - 2008
                                                                                          Vuelve a tus dioses profundos
                                                                                           Vuelve a tus dioses profundos;
                                                                                                              están intactos,
                                                                                están al fondo con sus llamas esperando;
                                                                                      ningún soplo del tiempo las apaga.
                                                                                          Los silenciosos dioses prácticos
                                                                                     ocultos en la porosidad de las cosas.
                                                                       Has rodado en el mundo más que ningún guijarro;
                                                                                            perdiste tu nombre, tu ciudad,
                                                                                           asido a visiones fragmentarias;
                                                                                            de tantas horas ¿qué retienes?
                                                                                            La música de ser es disonante
                                                                                                      pero la vida continúa
                                                                                             y ciertos acordes prevalecen.
                                                                                            La tierra es redonda por deseo
                                                                                                          de tanto gravitar;
                                                                                      la tierra redondeará todas las cosas
                                                                                                    cada una a su término.
                                                                                               De tantos viajes por el mar
                                                                                    de tantas noches al pie de tu lámpara,
                                                                                            sólo estas voces te circundan;
                                                                                    descifra en ellas el eco de tus dioses;
                                                                                                              están intactos,
                                                                            están cruzando mudos con sus ojos de peces
                                                                                                     al fondo de tu sangre.

Miquel Martí I Pol
Catalunya, España - 1929 - 2003
De "Quince poemas" - 5.
Hay un remolino de agua donde las palabras se hacen dulces,
donde las palabras se hacen lentas y claras
como profundidades.
Hay un lugar en el espacio donde la voz os resuena,
donde la voz os rodea y seduce
como si gritárais en una cueva.
Si esto os digo es para sinceraros
con vosotros mismos .
No queráis descubrir qué fuerzas os mueven.
Hay la vida y la muerte, inmutables.
Lo demás son palabras.
Amaos, hermanos, por lo que os duele y os hechiza.
                                                  De "Quince poemas"- Versión de Adolfo García Ortega




                                                                                                          Jorge Castañeda
                                                                                               Río Negro, Argentina - 1951
                                                                                      La médula del río -XI – Sucedáneo
                                                                                            Postrado como un fósil ardiente,
                                                                                            Nomenclatura difícil de explicar
                                                                                    Donde yace el cañaveral de los nichos,
                                                                                             ¿ a quien explicamos el verbo ?
                                                                        (...si nosotros, masticando la mística del lenguaje
                                                                                          cantáramos al ritmo de los salmos
                                                                                                        el universo en polvo
                                                                             se arrastraría por las venas de los muertos...).


                                                                                                                         23
Efrain Espinoza Falconi
Riobamba, Ecuador - 1963
II
Regresa a sí, en busca de algún sentido
No conozco otros temas
y hablo de mis alambradas
Sin encontrar nubes para subirme
tuve que bajar al pavimento
en donde se vive precozmente
es el bosque de cemento
Allí se esconden solitarios
versos abatidos por ausencias
Viven - desviven
aún no mueren pájaros trovadores
terriblemente tristes de alimento y melodía
¿De dónde surgen los poemas?
¿Y los poetas?
los poetas se hacen de la palabra
la palabra hace poetas
los poetas son los que hacen palabras
las palabras y los poetas hacen poesía
la poesía hace poetas
los poetas
la palabra…
¿Una inexistencia actual…?
Me pregunto sin nunca responderme
Sus voces roncas o melodiosas
sus versos que únicamente no tienen alas
para vivir del viento
o de tan usados zapatos
sus callos ya no duelen al caminar
La palabra separa a ella de la vida
y la transforma en enredadera
creciendo en el humo de cafeterías
y construyendo la vida
desde la exquisita especulación
                                     De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial




Rafael Alberti
Cádiz, España - 1902 - 1999
Santoral agreste
¿Quién rompió las doradas vidrieras
del crepúsculo? ¡Oh cielo descubierto,
del montes, mares, viento, parameras
y un santoral del par en par abierto!
Tres arcángeles van por las praderas
con la Virgen marina al blanco puerto
del pescado; ayunando, entre las fieras,
se disecan los Padres del desierto.
El santo Labrador peina la tierra;
Santa Cecilia pulsa los pinares,
y el perro de San Roque, por el río,
corre tras la paloma de la sierra,
para glorificarla en los altares,
bajo la luz de este soneto mío.

                                                                                                                            24
Carmen Berenguer
Santiago, Chile - 1946
Naciste pintada
                           "Vengan los cuervos, Chile es un gran panizo. A la chuña, señores, corred todos,
                                                              que todavía quedan migajas sobre la mesa."
                                                                                        Vicente Huidobro
Ruinas
La noche no es la noche ideal
ni romántica de los cantos versallescos,
ni trinos de pájaros en algún amanecer.
La noche de la novela triste, es cuando sus luces
se apagan y aparecen las sombras criminales
en las esquinas de los bares, de las casas,
a los pies de la cama, debajo de las sábanas,
en los colores de los muebles, en la opacidad
de las tablas, detrás de los cuadros, arriba del armario,
en los rincones de la escalera
en este libro,
en medio de estas páginas,
en el temblor de tu sonrisa, en ese espejo del baño,
en el cepillo del pelo, en el olor de tu traje,
en el cubierto de la mesa, en la cajita de música,
en el calcetín; broche de una noche antigua,
en la maleta,
en la página del medio,
en el candor, en la maceta de flores;
detalles del tejido,
y el pañuelo a rayas en el sillón Bauhaus,
en el cuadro de Frida Kahlo, en el retrato de revistas viejas
en los platos de comida, en el charquicán y el luche,
en los juegos de luces pascueros, en los vasos de vino, en la
ponchera, en el apiao y pajarete, en el chaleco azul,
en el anillo, en el collar de un cuello, en los aretes,
en el piso de la cocina, en la heladera,
en la silla de paja, en el jarro del café,
en la azucarera, en la mermelada,
como si arriba, en la cucharita del té,
crochete del estío en la biblia latinoamericana,
en el cantar de los cantares, en el libro de Job y Jeremías.
en las páginas sueltas, aquí mismo,
en el hilo del medio,
¡Es algo que da naúseas!
Tiene paredes, tiene paredes blancas, tiene rejas, tiene perros
rabiosos tras las rejas, tiene mercados, tiene malls, tiene edificios de
vidrios, tiene edificios nuevos con más vidrios donde se reflejan
nubes grises, tiene todo nuevo, tiene comunicaciones, tiene celulares,
tiene policía, tiene policía nueva, tiene autos nuevos, tiene camas
nuevas, tiene puertas nuevas, tiene ventanas nuevas,
                                    "Chile aparece como un inmenso caballo muerto, tendido en las
                                            laderas de los Andes bajo un gran revuelo de cuervos".
                                                                                Vicente Huidobro
Páramos y ruinas,
en el sahumerio,
en el escapulario,
en el sagrado corazón de Jesús,
a la entrada de la casa,
en el póster de psicosis,
en el cuarto,
en la música de Bélla Bartók,
en el afiche del cojo Días,
en la postal del indio,
en el rostro sudaca,
en estos ojos chinescos,
debajo de todo eso, en las puntas,
como si nada, en los santitos, en el ulpo,
tiene metro nuevo, tiene bancos nuevos,
tiene rejas nuevas, tiene seguridad nueva,


                                                                                                              25
tiene miedo nuevo, tiene comida nueva,
tiene hambre nueva,
en todo eso,
cuando te acuestas,
cuando te levantas,
cuando miras de reojo,
cuando fijas la vista,
cuando te acercas,
cuando hablas,
cuando callas,
cuando brincas,
cuando te das vueltas,
en la mañana,
una hora después,
cuando te agachas,
cuando sudas,
cuando aguantas,
cuando aúllas,
cuando todo eso,
                                   "El poeta inglés pudo decir: Algo huele a podrido en Dinamarca",
                             pero nosotros, más desgraciados que él, nos veremos obligados a decir:
                                                                    "Todo huele a podrido en Chile".
                                                                                    Vicente Huidobro
A las siete de la tarde, cuando las nubes rosas se van por el
poniente, la ciudad es recorrida en una sola dirección: para arriba. Se
deja ver una intención, una idea pretenciosa detrás de todo esto.
Quiere ser alegórica en su construcción y mítica en su necesidad de
Ritual. Noble pretensión de ser ciudad inventada,
                                   “¡Pobre Chile! Un país que ha tenido por toda industria el aceite de
                                                    Santa Filomena y los dulces de la Antonia Tapia”.
                                                                                    Vicente Huidobro
después de quedarte escuchando las gotas de la llave mala,
después de la lluvia de Julio,
después de Julio,
después del frío,
después de la helada de invierno,
después de la remesa de Julio,
después de la carta de Julio,
después de las cuentas del invierno,
después de la piel seca del invierno,
después de las noticias del invierno,
Irene Paulova ES LA REINA DE LAS NOCHES MOSCOVITAS
Se parece a Rusia,
se parece a Hong kong,
se parece a mayamicito en Bolivia,
se parece a Blade Runner,
se parece a los derrumbes,
se parece a la tarde,
se parece a las nubes rosadas de la tarde,
se parece a un justo invierno,
se parece a las telarañas de la Babuchka,
se parece a mi amigo viejo,
se parece a su abrigo gris,
se parece a su semblante adusto,
se parece a la niebla,
se parece a los pobres del sur,
se parece a los pobres del norte,
se parece a los pobres del oriente,
se parece a los pobres del este,
se parece a esta ciudad,
se parece a este rincón,
se parece a este vacío,
se parece a este abismo,
se parece a esta angustia,
se parece a este insomnio,
se parece a este chifón,
se parece a tu rostro,

                                                                                                          26
Entonces te tomas un bromazepam,
te tomas un diazepam,
te tomas un tricalma,
te tomas un alprazolam,
un lorazepam,
benzodiazepinas,
fluoxetinas,
elixir de la dicha,
te lo tomas todo,
te lo comes todo,
te lo hablas todo,
te lo tragas todo,
y en medio de la semana,
para los sentidos,
marroquíes, colombianos,
y paraguayos,
y aparece por arte de magia el desierto florido,
y la palabra ( NO de añañuca amarilla y de añañuca roja,
se entrelazan con los lirios del campo y terciopelos, enrredándose
como cabelleras enamoradas; garras de león, Diego de la noche y
chinas, hierba del hielo, encintan coronillas de fraile, cardo blanco,
flor del minero, y fucsias, pata de huanaco, malvillas, renillas y c
actus, azulillos, monjitas y pajaritos, TOCAR )
creo que tiene que ver con el olvido,
creo que tiene que ver con una madre muerta,
Se parece a ciudad miseria de Perú,
Se parece a ciudad oculta en Argentina,
Se parece a las fabelas de Brasil,
Se parece a South Bronx de Nueva York,
Se parece a Blade Runner,
Se parece a los derrumbes,
Se parece a los ojos que salen de las capuchas en Chiapas,
En todo eso,
cuando te acuestas,
cuando te levantas,
cuando miras de reojo,
cuando fijas la vista,
cuando te acercas,
cuando hablas,
cuando callas,
cuando brincas,
cuando te das vueltas en la mañana,
una hora después,
cuando te agachas,
cuando sudas,
cuando aguantas,
cuando aúllas,
cuando todo eso,
Y más allá donde el inventario no alcanza a contarse:
Se parece a los barrios bajos de Los Angeles.
Allí asesinaron a Sal Mineo de una estocada en el corazón.
Se parece a la cárcel de Chorrillos en Lima, donde tienen encerrada a
Sibila Arredondo viuda de José Arguedas.
Se parece a los rostros de las mujeres viejas que gritan AIMARA
amarradas a la bandera de Bolivia en la Paz.
Se parece a las mujeres jubiladas que toman el sol en las Plazas.
Esta ciudad ayer parisina, antier española, tiene socavadamente una
intención moderna de ciudad, después de la modernidad.
                                                                          José María Pallaoro
                                                                          La Plata, Argentina
                                                                                        Lo leí
                                                                         Lo leí o lo escuché decir:
                                                                                 subirse a un árbol
                                                                               y arrancar las hojas
                                                                                           gritando
                                                                                     “soy el otoño”
                                                                                     “soy el otoño”
                                                                                               1994


                                                                                               27
Mariana Bernárdez
México
Alguna vez el ciervo
Ganar silencio en el exceso o en la ausencia
Aquietarse para vislumbrar el movimiento ligero
Rastro apenas logrado
cuando palpas la humedad de la tierra
para descubrir el abismo de adentro
Contener el cuerpo en su arrojo
aún de que la finura del aire
        lo seduzca prometiéndole plumaje
Sentir los músculos en tensión
         Saltar
Escuchar el chasquido de las pezuñas contra las piedras
el aliento entrecortado de la carrera
y la lanza en la diestra deslizándose en vuelo.
                                                   Alguna vez el Ciervo.. Cuarta de Félix Suárez. México: Editorial Praxis, 2010.



Roberto Fernández Retamar
La Habana, Cuba - 1930
Con la forastera
Pues no tendrán en común ni un idioma
(No digamos una ciudad, un hogar, un hijo),
Ni siquiera esas canciones, esos sitios,
Esos olores que acaso sólo nos parecen hermosos porque
nos recuerdan un recuerdo,
Porque nos recuerdan a nosotros mismos, y quizá lo que
llamamos belleza
No sea sino la terca persistencia del ser más allá de sí mismo,
Más allá de su lugar y su tiempo, como la luz de un astro
hace siglos apagado.
Pero astros sí tendrán en común. Al levantar los ojos
No habrá en el cielo país extranjero.
Aquellas estrellas son estas mismas estrellas,
No distan más de esa ciudad lejana que de ésta.
Aquellas montañas y este mar les son igualmente familiares
O igualmente extraños.
Y también unas desperdigadas horas de febrero
pertenecientes para siempre
Al insaciable pasado.
                                     De Siempre por primera vez
                                                                                                                 Arturo Corcuera
                                                                                                             Trujillo, Perú - 1935
                                                                                                                           La fuga
                                                                                                               ¡Espinita de la tierra
                                                                                                        hiérele sus pies desnudos!
                                                                                                       Mi Camucha, tan porfiada,
                                                                                                           se quiere fugar con otro
                                                                                                             degollando mi cariño.
                                                                                                               ¡Espinita de la tierra
                                                                                                        hiérele sus pies desnudos!
                                                                                                                ¡Avispa de los aires
                                                                                                        pícale en el corazón!
                                                                                                          Si ahora niega quererme
                                                                                                        por qué no lo negó
                                                                                               aquella noche en la yerba.
                                                                                               ¡Avispa de los aires
                                                                                                              pícale en el corazón!
                                                                                              Cantoral, Lima 1953.




                                                                                                                                    28
Carlos López
Guatemala
A duras penas
                                        Para Jessica
Creo fielmente en la infidelidad
tanto en el campo como en la ciudad.
Creo en la nada y en lo infinito;
en las quijadas del cangrejo
y en el talón de Aquiles;
en los colores que sólo ven los ciegos
y en el Guernica de Picasso;
en los abedules viejos, cansados, confiables;
en los árboles quemados en su mejor verdor
y en sus raíces bien echadas.
Creo en el huevo de la gallina
y, fielmente, creo que el huevo fue primero.
Creo en las Homeomerías, en las mañas
y en la dialéctica de Heráclito de Efeso;
en Demócrito de Aduera como el papá de los pollitos.
En lo que no tiene nombre y en los cuatro elementos,
en el azul y verde que separa el cielo de la tierra.
Creo que creo en algo y eso es algo.



Jorge Ariel Madrazo
Buenos Aires, Argentina – 1931
Dulces, cálidos espacios
llamados “cama”, “silla”,
planetas urgidos de acoger
éste tu cuerpo el
palpitar
de tu cuerpo tangencial
al trajín
Sorda mezcla o escena teatral
lámpara oscilando
de uno al otro fiel
del escenario:
cuerpo cuyo jadeo
alumbra un no-físico ritual
olla hasta ayer
genérico metal
(y hoy:
cocción encebollada
de la que pende
el universo).
                De: De mujer nacido




Alberto Szpunberg
Buenos Aires, Argentina - 1940
egepé
Abajo aquí sus huesos sus fusiles
ese atadito de hombre
no sé la tierra cómo hace que se aguanta
los que avanzan sobre ella son las mejores noticias
    que nos llegan de ustedes
delen, muertos de amor, sostengan que nacemos.
                                                      de El che amor (1965)


                                                                              29
Waldo Leyva
                                                      Cuba - 1943
                                                El rumor más inocente
                                               La oscuridad es un puente
                                                     sobre el vacío.
                                                         Indefenso
                                               busco las rutas del origen,
                                                      pero la noche
                                                       tiene muros,
                                                  gargantas ilusorias,
                                                      falsos ruidos.
                                                   Una gota de agua,
                                                   el golpe del reloj,
                                             una vieja campana lejanísima,
                                               pueden ser catastróficos.
                                                  La noche del insomne
                                                   es un despeñadero
                                                           sin fondo.


Juan Antonio Vasco
Argentina – 1924 - 1984
Noticias del Paraíso
Cuando el pueblo deja caer su quijada en el polvo
          y recoge en cambio una moneda
alza la cabeza esa mujer que conoce las artes del
          nacimiento y hace sombreros de barro para las
          criaturas
la esperanza urde su mal con pasos de filo de
          sombra en el agua
y cada pájaro tiene un nido detrás de su nido para
construir con paciencia el infinito
Adán y Eva liberados por fin de su injusta condena
         domestican aves del paraíso y las sueltan en la
         asamblea del pueblo
                                              De su libro "Cambio de Horario"- Ediciones Letra y Línea, Buenos Aires, 1954.




“Poesía... tristeza honda y ambición del alma ¡cuándo te darás a todos... a todos, al príncipe y al paria, a todos...
                                     sin ritmo y sin palabra!”. León Felipe




                               Isla Negra
                     no se vende ni se compra ni se alquila,
                     es publicación de poesía y literaturas.
    Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra
 también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario
   periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de
                                     Poesía.
                                http://revistaislanegra.blogspot.es
     Isla Negra        en el Directorio Mundial de la Poesia - www.unesco.org/poetry
“... porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más... “-Sancho.
                              (Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra


                                                                                                                              30

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Isla negra 254

  • 1. Isla Negra 6/254 Casa de poesía y literaturas  Septiembre - 2010 suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO revistaislanegra@yahoo.es  ‐                                                                  ‐ http://revistaislanegra.blogspot.es    Martín Micharvegas Argentina “Perdido de todo! Ganado de nadie!” "Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario” Otto René Castillo Guatemala - 1936 - 1967 Intelectuales apolíticos Un día, los intelectuales apolíticos de mi país serán interrogados por el hombre sencillo de nuestro pueblo. Se les preguntará sobre lo que hicieron cuando la patria se apagaba lentamente, como una hoguera dulce, pequeña y sola. No serán interrogados sobre sus trajes, ni sobre sus largas siestas después de la merienda, tampoco sobre sus estériles combates con la nada, ni sobre su ontológica manera de llegar a las monedas. No se les interrogará sobre la mitología griega, ni sobre el asco que sintieron de sí, cuando alguien, en su fondo, se disponía a morir cobardemente. Nada se les preguntará sobre sus justificaciones absurdas, crecidas a la sombra de una mentira rotunda. Ese día vendrán los hombres sencillos. Los que nunca cupieron en los libros y versos de los intelectuales apolíticos, pero que llegaban todos los días a dejarles la leche y el pan, los huevos y las tortillas, los que les cosían la ropa, los que le manejaban los carros, les cuidaban sus perros y jardines, y trabajaban para ellos, y preguntarán, "¿Qué hicisteis cuando los pobres sufrían, y se quemaba en ellos, gravemente, la ternura y la vida?" Intelectuales apolíticos de mi dulce país, no podréis responder nada. Os devorará un buitre de silencio las entrañas. Os roerá el alma vuestra propia miseria. Y callaréis, avergonzados de vosotros. Gustavo Pereira Venezuela Somari de los huevos de paloma Los huevos de paloma son como los cohetes Todo el mundo presume que volarán algún día. 1
  • 2. Gabriel Cacho Millet Mendoza, Argentina Y fue por pensar apasionadamente en todas estas cosas trascendentales e ínfimas, por lo que junté unas palabras con otras, esperando que Borges o su fantasma se aparecieran en algo que pudiera asemejarse a un poema. De los dos, no sé cuál vino. El recuerdo transforma todo en fantasía. Sé que antes de pasar las primeras lineas al papel, vi a Borges en sueños errar por una selva, como un viejo elefante que busca su secreto cementerio, porque no quiere -por pudor- que los otros de su especie lo vean morir.(Él sabía, por ejemplo, «que hay lugares en los Andes Meridionales donde van a morir los guanacos»). Otra vez, en mi sueño, era un esquimal cargado de años que, sintiendo la proximidad de su hora -por educación- se aleja del helado caserío sin hacer ruido y se pierde por los glaciares... Borges Por perdidos glaciares de Alaska vaga esta noche un esquimal. Fatalmente deja caer la gastada trama de sus huesos al borde de un río invisible. Lo acompañan la inconstante luna y el lento andar del agua bajo el hielo. Antes que la rigidez sea toda su alma, el hombre piensa en la casa que no volverá a ver y que desde esta noche es más grande, en la borrosa imagen de una mujer que amó, en los hijos que festejan su viaje como quien se ha librado de un estorbo, en el gran dios del frío burlado que no puede tender trampas al que solitario adelanta la hora y de antemano fija el lugar de la cita. A orillas de otro río, en el hemisferio austral, otro hombre, por oficio, lo ve salir del mundo y acaso lo envidia. Harto de ser quien es, engarza palabras con el hilo del sueño. Clandestinamente deja la casa, el hábito del verso, Bioy y el bastón de laca. Sus huellas se pierden cerca del Ródano, que es un río que muere en Francia. Ignoro si abrevió su noche. Ignoro si llegó a su patria. ¿Me oye, don Jorge? Derec Walcott Santa Lucía - 1930 El amor después del amor El tiempo vendrá cuando, con gran alegría, tú saludarás al tú mismo que llega a tu puerta, en tu espejo, y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro, y dirá, siéntate aquí. Come. Seguirás amando al extraño que fue tú mismo. Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu amor a ti mismo, al extraño que te amó toda tu vida, a quien no has conocido para conocer a otro corazón, que te conoce de memoria. Recoge las cartas del escritorio, las fotografías, las desesperadas líneas, despega tu imagen del espejo. Siéntate. Celebra tu vida. 2
  • 3. Mairym Cruz-Bernal Puerto Rico Cateterismo la tarea del poeta es vencer al miedo… y ayudarlo para que el miedo no tenga miedo. Aristóteles España Tengo miedo de las pecas que se esparcen en mis muñecas lunares pequeñísimos muestran la ausencia de caricias artritis florecida manos que se niegan a dar amor Tengo miedo ahora en este momento de la mujer en el cubículo a mi izquierda amenaza con ser fantasma acabo de abrazarla y repetirle varias veces la palabra Amor pienso que si la digo se ilumina su cuerpo y el mío Tengo miedo que no llegue a octubre se haya derretido para siempre el helado de turrón que pienso regalarme con él un hombre que también como yo va fragmentándose y desea que cambie el rostro de su espejo El miedo esta mañana tiene otros nombres ausencias que han dejado de doler Desde la ventana de mi cuarto el miedo a que me ahogue en el mar por eso coloco mi cama de espaldas y la luz se convierte en miedo a mi desnudez El miedo anoche fue su voz pedirle hablar con Dios y saber que nadie escucha ni él ni Dios el miedo es esa lágrima que se atasca entre mis ojos como la sangre en el ventrículo izquierdo del corazón de mi madre El café acelera mi pulso este miedo no está triste ni desea desaparecer no es el miedo de los gatos de Aristóteles que van al circo a disfrazarse de quienes no son Mi miedo es un ser iluminado que siente en el mundo algo alguien una esquina que ha de encontrarla porque este miedo que me mueve siendo sólo una palabra no es tonto ni inteligente es sólo una palabra que busca como yo su definición El miedo sigue siendo el abismo entre dos bocas el riesgo de ese último salto lanzarse sin paracaídas posible El miedo es un apartamento en Manhattan que pide tu boca cuando nadie más pide tu boca libertad y resurrección el miedo puede ser ese apartamento 3
  • 4. sus cuadros como caras vivas esperando aletargados tras los rojos, los violetas de sus labios mudos El miedo ya no está en mi reloj sin tintagueo ni en el viaje interminable de los aeropuertos El miedo sopla por mi ventana de cristal abierta después del asesinato sin aclarar de mi vecina muerta muerta muerta cuchillo al cuello un nuevo tango para inventarse a solas por un hombre que se queda solo e inventa el último tango de su vida El miedo es siempre un miedo que me atrae al exilio de otro cuerpo esta mujer despatriada mira la bahía y sueña con partir camina al mar y sueña con un velero que la lleve En mis aguas los peces no me hablan, compañero porque en mi vida hay dos peces humanos Daniel Tevini en Buenos Aires Madeline en la isla de Manhattan Pez-Mujer y Pez-Hombre hermana pez, hermano ambos sumergidos respirando leche en el oxígeno del agua anclas de algo bueno que está vivo hermanos peces en esta Amazona mis hermanos peces no tienen miedo se columpian en el vértigo diario de sus países e ignoran que son peces y nadar en el aire no nos salva El miedo es una palabra imbécil solo una palabra que esta mañana desde este hospital me hace rabiar en tinta negra por las pecas que aun no han manchado mis manos y vendrán Rabiar por las sandalias rotas que calzan mis pies no tienen miedo de caer caer es el primer movimiento para el vuelo El miedo hace rato me enseñó a ser felíz sola y que las canciones en boca de cualquier cantante son mentiras en Uruguay Chile Cuba en cualquier ciudad que alguien cante el amor tiene que ver con un Tú que no llega o ha llegado y hace doler también la verdad miente El miedo esta precisa mañana sabe a metal a cuchilla que va a abrir el pecho de mi madre a la cuchilla que mató a mi vecina a mi hija que duerme sola con su perra que ladra y canta sin que entendamos sus palabras Y ahora siento el miedo en mis brazos fríos que amanecieron sin abrazos y lo sintieron el miedo a la noticia el miedo a entrar al infinito Porque este poema mío este poema mío de los miedos 4
  • 5. ya no tiene miedo me empujo al vacío y caigo toco el filo de la navaja esa tinta roja me sirve para escribir Amor Sí, este poema mío ha vencido al miedo ahora habrá que salvar al miedo para que el miedo no tenga miedo del poema 23 de agosto 2010.- después del poema La mueca del miedo de Aristóteles España Mario Trejo Buenos Aires, Argentina - 1926 La loca del rubí 1 Esa mujer no estaba en sus caníbales Amaba con presentimientos feroces Regalaba somníferos en prueba de amistad No insistir No molestarla Que la melancolía ya tiene con sus abejas 2 ¿Dónde están las mujeres de Babilonia Con ombligos de 21 rubíes? Venus está ahora en la casa de los viajes largos Yo resisto aquí, lejos, en otra parte 3 Endemientras conspiras con insomnios y miedos Con silencios y jaguares Eres un blanco fácil en el fondo del desfiladero Despertamos al sueño para escuchar su ruido 4 La loca del rubí aúlla de rabia o gime de placer No es de dolor su alarido Sos vos el único que emite espantos 5 Apagamos la luz para lamer nuestra soledad Roque Dalton El Salvador - 1935 - 1975 Ballet Para B.H El último vagón ha matado al cisne… Su mayor enemigo fue la mancha de barro y he aquí que hoy sus estertores anegan de suciedad los trajes de los traseúntes. Los niños ríen y traen varitas agudas para rematarlo a estocadas. Gonzalo Arango Andes, Antioquia, Colombia -1931 - 1976 La salvaje esperanza Eramos dioses y nos volvieron esclavos. Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata. Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras. Eramos felices y nos civilizaron. Quién refrescará la memoria de la tribu. Quién revivirá nuestros dioses. Que la salvaje esperanza sea siempre tuya, querida alma inamansable. 5
  • 6. Arnold de Vos Holanda – reside en Trento, Italia Las heridas de las olas Fluyo a lo largo de tus riveras en la larga noche que se cierne sobre mí, tierra prometida que me exilias golpeo tus costas, enjuto arrecife de caricias excavo en tus escollos muralla de moluscos, agua que se lastima en tus puntas de diamante. Diáspora de la noche, ayúdame a despumar de la ley del Talión las heridas de mis olas. Versión de Isabel Ruiz Boggio James Joyce Irlanda – 1882 -1941 Ella llora en Rahoon La lluvia en Rahoon cae suavemente, suavemente cae, donde mi oscuro amante yace. Triste es su voz que me llama, tristemente llama, cuando gris asciende la luna. Amor, escucha tú cuán suave, cuán triste su voz llama siempre, siempre sin respuesta y la oscura lluvia cayendo entonces como ahora. Oscuros también nuestros corazones, oh amor, yacerán fríos como su triste corazón ha descansado. bajo las ortigas grises de luna, la negra tierra y la lluvia que murmura. Jorge Boccanera Bahía Blanca, Argentina - 1952 Suceso X los pájaros que construyen la noche sueñan con ella prolongan sus silencios hasta inventar países y cuidan de ella como si ella fuese su corazón un ala o una rama los pájaros que construyen la noche la brisa de la noche sueñan con ella porque los gestos de ella como pájaros senos muslos bocas se ponen a volar ella se pone a volar en fin los pájaros que construyen la noche aullan por ella. de Noticias de una mujer cualquiera "¿Creen que los hijos del país puedan volver a las cadenas?¿No conocen los enemigos que, aún cuando logren nuestro exterminio, nuestros hijos han de vengar la muerte de sus padres?"- Mariano Moreno 6
  • 7. Martín Micharvegas Argentina – reside en España. Santoriada 1971 Vino el Radicheta y dale que habla que te habla que el moco va entre la guerra civil y la guerra revolucionaria Desde la ventana del bar no se veía nada Pero eran días crápulas Media con miedo la calle y la gente Y dijo el Radicha que Ongaro se hizo cargo de sacar la jeta aclara que no concilia con nadie desde la cárcel y que se considera “uno más entre los prisioneros“ y esas no eran fanfarronadas de pequeñoburgués El Radicheta estaba entusiasmado y nos entusiasmó Vino una mina que quiso hacerla fácil: peronismo guión antiperonismo Y llegó uno que estaba en la del Ghandi ( pero para mi acababa de dejar plástico en alguna puerta ) Sin violencia! No violentos: Sin Violencia! - astillando recursos de amparo para sindicalistas presos Y en malón llegaron los que decían saber que el contenido latente de este mierdoso sueño popular y nacional era liquidar la guerra de las guerras ( episteme: la guerra de guerrillas ) Todos estos muchachos dejaron sus manuales sobre el estaño junto a las ginebras Y como un coro de trogloditas entraron los que hablan de 16 años - de los últimos 16 años ( siempre están los que hablan de una cantidad equis de últimos años ) Y que años de conciencia flotante Y que años de resistencia artesanal Y que floridos años de reorganización El bar estaba lleno de infelices ilusiones El mostrador abarrotado de manuales juveniles La caja registradora clink! La calle estaba en calma La gente mansa El músculo dormía Todos veían la Guerra Civil Española en la borra de sus copas Y entré yo Diciendo que venía de lejos Y patatín y patatán Aquello de arrastrando cosas que me confiaron La vida pura dije Giraron las cabezas al unísono ante esta situación vieja por excelencia Aclaré que no gozaría de ningún peculiar privilegio Les gustó Convinimos: no mencionaríamos ninguna belleza ni verdad hasta allí sino para hacerlas mierda Dijo el Radicheta: háganlé un lugar Pero con la noche arribarían los que ejecutan en la calle En descampados Y largas filas de ejecutados dentro de coches Qué beber asesinados y los obligados a arrodillarse en lagunas En arroyos tersos En canales Vendrá Vendrá la noche Entrará la calle mansa por su café con leche La gente mansa entrará por su ginebra después de haber quemado sus manuales No confíen en nadie Ni en mi canción Ni en nuestra poesía Bajan persianas los que recelan de la paciencia popular Por cada ojo Los dos ojos Por cada diente Toda la cara Madrid, 1978.- poema para Roberto publicado en el libro-homenaje: De SANTORO // Ediciones del Rescate -serie de los trabajadores de la cultura represaliados en argentina, Madrid, 1979 7
  • 8. Luis Ricardo Furlan Buenos Aires, Argentina -1928 En la penumbra se desliza un gato Crece la sombra de fantasma solo. Corre detrás de un ilusorio bolo, se amodorra en la cueva del zapato. Brilla el ojo pirata en el retrato con el delirio de inocente dolo. Lo cautiva la pausa del gladiolo en el jarrón. (La luna, sin boato, circula en el tejado; es una tea de cal y miel mojando la azotea). Ronronea su vida libre y fatua: ya se diluye en patio de azulejos, ya ñoño se refleja en sus reflejos o tirita su miedo ante una estatua. Raúl Zurita Santiago, Chile - 1950 Guárdame en ti Amor mío: guárdame entonces en ti en los torrentes más secretos que tus ríos levantan y cuando ya de nosotros sólo quede algo como una orilla tenme también en ti guárdame en ti como la interrogación de las aguas que se marchan Y luego: cuando las grandes aves se derrumben y las nubes nos indiquen que la vida se nos fue entre los dedos guárdame todavía en ti en la brizna de aire que aún ocupe tu voz dura y remota como los cauces glaciares en que la primavera desciende. Daniel Montoly Montecristi, República Dominicana - 1968 El viaje al altiplano Si cruzo frente a ella la observo desplazarse por todos lados como una estrella en la majestad de la bruma, encendidamente cálida. Entierra sus ojos en mi silencio hasta rozar mi piel con sus deseos y luego se disuelve, soterrada y fría, dejándome un vendaval de angustia en cada célula. Dionisio López Cabral República Dominicana - 1956 - 2006 Enigma El enigma de la lluvia es morir para ser flor. 8
  • 9. Mohammed Bennis Fez, Marruecos - 1948 Silencio - 4 En mi borrachera tropecé con rostros Yo sabía que habían nacido en una tierra de lindes perdidas en el silencio Rostros que imaginé como un espectro que llama a la puerta y aterroriza a una noche y a la noche que sigue a esa noche Eh tabernero estamos aquí venimos buscando vino de Burdeos un amigo que se nos parece llegará ligero con el rocío de su amanecer ábrenos el cerrojo para que baje su cuerpo como un resplandor entre el vaso que bebía y el vaso que tal vez ha colmado el hueco de su pecho He hecho una invocación y ya están devorando las tinieblas una estrella que refulgía al tiempo que refulgía el vaso Ch'en Ling China - siglo III El último paseo Dejaste caer en el suelo el tulipán rojo que yo te había dado. Lo levanté. Estaba blanco. Bastó ese levísimo instante para que nevase sobre nuestro amor. Traducción de Álvaro Yunque Charles Tomlinson Stoke-on-Trent, Inglaterra - 1927 El arte de la poesía Al principio, la mente se siente magullada. La luz hace blancos agujeros a través del negro follaje o la niebla esconde todo lo que no es ella misma. ¿Pero cómo dirá uno eso?— Siendo así que, cuando la verdad no es suficientemente buena exageramos. Las proporciones importan. Es difícil atraparlas de manera adecuada. Debe de haber algo superfluo, nada que no sea elegante Y nada que sea si es simplemente eso. Este verde crepúsculo tiene orillas violeta. Las mariposas amarillas que apresuradas se trasladan desde las flores escarlata a las de bronce desaparecen mientras la tarde aparece. “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. - Eduardo Galeano 9
  • 10. José Campus San Juan, Argentina – 1930 - 2009 1 Fue ayer. No. No fue ayer. Quizá fue hace mucho tiempo. Lo cierto es que era niño. ¿Era niño? Sí, tal vez era niño. Estaba en el campo. Era la noche del... No importa qué noche era. Esa noche abrí la ventana. Nunca lo hice antes. Miré. A lo lejos, los perros querían comerse la luna. No lograban aburrirse. Entre los ladridos vi una sombra. Era azul y se movía. No me importaron los perros. Aquello se agrandaba. Llegó al marco de la ventana. Cuando quise apresarla, echó a correr. La seguí. Después vi el sol. había corrido toda una noche. Al llegar a la ciudad, se detuvo. Era un gato. Un gato azul. Caminamos juntos. Pasábamos los autos y los árboles. Nos metíamos en todas las casas. Pudo detenerme el agrio grito prendido en el humo de cada chimenea,o el canto salado que se filtra por los poros del cansancio. Mi gato azul, maullando de modo indescifrable pero armonioso al oído me empujaba. Por las esquinas nos cruzaba algún camión, Cristo, los bomberos... y así no podíamos seguir. Entonces le dije: -¿Compremos esta casa? -¿Cuánto vale esta casa? ...Y nos instalamos en la casa. Era una pieza grande con una ventana no tan grande. La abrí. Había otra ventana. Luego otra, y otra y otra. Fui abriéndolas a todas. De pronto mi gato me arañó. La sangre asomó negra de dolor. No le hice caso. Mi gato fue hasta la puerta. Quedó como esperando que le abrieran. El timbre sujetó mi intento. Era un mensajero. Un telegrama. Mi gato aprovechó la puerta abierta. Quise alcanzarlo, pero alguien dijo: -Firme aquí. En el telegrama cabía una sóla palabra 2 Entonces, el buen relojero puso en marcha todos los relojes y se retiró a descansar. En el principio la marcha era acorde. 10
  • 11. Luego, algunos se retrasaron, otros, se adelantaban desesperados. -Atiende eso. Dijo el relojero a su ayudante. Un hombre joven entró al local de los relojes locos. Era lamentable la falta de ritmo. No se desanimó. Comenzó lentamente su trabajo. Los regulaba según los latidos de su corazón. Era tarea ardua. En tres años sólo consiguió igualar a doce. El ruido de los demás era ensordecedor. La desesperación crecía. Uno de aquellos doce, rompió el ritmo, otro se negó tres veces. El hombre sintió miedo. Miró hacia la planta alta donde habitaba el relojero, pero éste estaba en otra cosa. No oyó su grito. Pensó que lo había abandonado. Corrió por las escaleras. No regresó jamás. En la relojería nadie logra entenderse. Las paredes del edificio están agrietándose Candelario Reyes García Honduras Sep La hostilidad es una escapatoria de responsabilidades que divierte de los señores de Xibalbá, horror, pincelazos sueltos, pretensiosas bestialidades uniformadas simulando seguridad en su atroz desconfianza de la democracia y describiendo la injusticia posible bajo su mano, sólo por la fuerza. La desidia y el egoísmo vuelan en sus miradas son alas que forman un compás de tijeras violentas, medidas de ajuste y estructuras piramidales de sujetar a los pobres con estucos de miseria y grilletes. -- Desde donde la oligarquía reprime la cultura y asesina la patria. Circe Maia Montevideo, Uruguay – 1932 Unidad Una pequeña tarea como esta de cortar el pan y llevarlo a la mesa, empieza y luego acaba -círculo de sentido que se cierra- la pequeña molécula de un proyecto /cumplido. ¿Trivial? Tal vez, pero mira dibujarse con perfección acabadísima cada gesto enlazado en el siguiente anillado en la suave espiral invisible que va del pensamiento hacia la mano del ojo hacia el cuchillo. “Ammatula ca t'allisci e fai cannola, 'u santu è di mammuru e nun sura”. (Es inútil que te embellezcas y le hagas rulos al cabello, el santo es de mármol, y no transpira)- proverbio siciliano. 11
  • 12. Jorge Eduardo Eielson Perú, Lima – 1924 - 2006 ¿por qué estoy vivo y el vaso lleno de agua y la puerta cerrada y el cielo igual que ayer y los pájaros dorados y mi lengua mojada y mis libros en orden? ¿por qué estoy muerto y el vaso igual que ayer y la puerta dorada y el cielo lleno de agua y los pájaros en orden y mi lengua cerrada y mis libros mojados? Ida Vallerugo Meduno, Italia - 1946 La cena Todos se fueron juntos aún cenamos esta noche. Ningún reloj para cargar ni en la mesita de luz ni en la Historia que casualmente pasa afuera, sobre el puente, hacia el Centro después de haber puesto los huevos en los escalones de Redipuglia, se saca del vestido, irritada, los cascotes, el polvo. Meduno, una escalada de gritos dormidos. Y tu frente lisa que aún más se distiende. Esos ojos negros tibetanos llenos de picudas nubes y aguas y helechos y azul profundo su almendra severamente dulce -mi fuerza- que me sonríe por debajo de la muerta. No me dejes. Quizá la realidad no dura apenas más que el sueño, quizá no es sólo un sueño que se puede tocar. Mañana te llevan. Mañana será un día perfecto como un huevo. Como el huevo que descascaro entre las manos, [lentamente para no molestar tu clara transfiguración con el ruido de la cascara que se despega Traducción: Rocco Carbone Leonel Rugama Nicaragua – 1949 - 1970 Jacinto Baca Con el brazo izquierdo de mampuesta y con el derecho disparando su pistola. Sí señores. Hay una patrulla de JACINTOS arpillando al enemigo y una gran estatua aunque rota ya su sangre creció en una plaza de Rota. 12
  • 13. Luis Pérez Oramas Caracas, Venezuela - 1960 Gazela de Hugo Nunca has visto las montañas que nos son blancas, blancas. Nunca has visto sólidas las nubes como inmensas piedras erguidas en tu sombra. Prepara para todos tus desvelos las armas del silencio. Que repita el cuerpo sus olvidos que de nuevo traiga en sus senderos la unción matinal del eucalipto los arándanos, los jazmines de agua el vino acariciando la piel dulce de los higos y a la espera. De: Prisionero del aire - 2008.- Antonio Arroyo Silva Islas Canarias Se deslizan, se cruzan en las calles. No se ven si tropiezan de improviso, No se tocan el hombro aunque se toquen. Y sonríen, sonríen para enseñar los dientes. Y entonces se saludan, agachan la cabeza con humilde desvelo manteniendo la vista cruzada en el rencor. Si el otro inclina su máscara de asceta, entonces el que abre los ojos callará para esconder su culpa, callará hasta el temor vestido de veneno mordiendo la secura de sus quebrados labios. Deberían tener un corazón de pájaro, no un pájaro en cada corazón. De: Casi luz. Sonia Sales Brasil Costuro Estrelas Céu cinzento luzes de coral. O crepúsculo é apenas um anúncio, enxertado de relâmpagos no vestido azul que usarei domingo. Costuro estrelas brilhos e vidrinhos. Um alfaiate no anil sideral. As andorinhas pousaram no Bezerro de Ouro, o vinho escorre da taça em chamas, mas em segredo inventarei a Primavera, cantarei no coral da igreja, tocando meu violão, e usarei no domingo o vestido azul costurado de estrelas. 13
  • 14. Luali Abdalahe Sáhara Occidental Tres Las miserias del mundo yacen olvidadas bajo el escombro de los metalenguajes. El lenguaje con que chillan los intestinos del sur es un enigma en los oídos del norte. El monstruo de la ciudad se comió nuestra inocencia. La fe se estrella contra los gigantes que rascan un cielo que no pica. Los pequeños dioses agonizan ante el vacío de los verbos politizados. Y la guerra es una proyección del diablo que deambula como una posibilidad en las desoladas praderas de nuestra esperanza. De Quince poemas saharauis Jesús Aparicio González Cabanillas del Campo, Guadalajara, España - 1961 Miserable el momento si no es canto Claudio Rodríguez Mi pupila despierta con la sed y acierta a desandar las luces no cantadas. El tiempo de la espera es hoy fecundo en arpegios y no se escapa ninguna golondrina sin su beso. Abrazo cada instante, así me impulso con los sueños para mover la roca y salir con el rostro encendido como el más bello de los pájaros. Por mis venas aún corren amapolas. 22 de Febrero de 2005- De: Las cuartillas de un naufrago.Edic. Vitruvio,España- Walter Mondragón Colombia Eclipse de sol no previsto Estás de perder la cabeza de aventarse al abismo del agua por tí se represan las cataratas de Iguazú por tí, las nieves perpetuas de los picos Colón y Bolivar se derriten mientras tú te elevas quien puede contra el cálido pedernal de tu viva presencia! quién con el áureo matiz de tus pestañas y la risa de tus ojos de tús ojos miel de los bosques relictios! Estás hecha a la medida de mi ansia: un eclipse de sol no calculado está ocurriendo; empiezo a soñar a plena tarde, eres la luz que parpadea en este crepúsculo glorioso en que asisto a tu esplendor..., (pero) si hasta el arco iris ha salido para que tu pases!. La sombra que se aleja contigo me ha oscurecido ...es cosa perder la cabeza! 14
  • 15. Pablo Armando Fernández Las Tunas, Cuba - 1930 La construcción del templo ¿En qué se igualan la acción, la palabra, o lo que es más oscuro y pavoroso, el silencio, ante nuestra mirada que aún no se hizo oficio y testimonio? Me contaba mi madre que aquel sabio sentado ante la puerta cerrada del santuario: piedra de inesperada pero auténtica lumbre antigua que se alzaba lentamente al espacio. Me contaba que nunca abrió los labios ante la indiferencia o el obsequio; sólo sus ojos eran dóciles y seguían las huellas de quienes por temor, gracia o misterio otorgaban sus dádivas suntuosas a impenetrables dioses. Pero mi madre, que lo vio sentado, mudo, como príncipe que rechazó de manos ancestrales fortuna y dones, supo del andrajoso y magro y penitente que no se alzó, juntó piedras, ni a ellas consagró palabras de blasfemia o alabanza, pero día tras día, humildemente, construyó en el silencio, con ardua, tenaz, inquebrantable audacia, el templo y congregó a los fieles. Ana Ajmatova Rusia – 1889 - 1966 La tierra natal No la llevamos en oscuros amuletos, ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella, no perturba nuestro amargo sueño, ni nos parece el paraíso prometido. En nuestra alma no la convertimos en objeto que se compra o se vende. Por ella, enfermos, indigentes, errantes ni siquiera la recordamos. Sí, para nosotros es tierra en los zapatos. Sí, para nosotros es piedra entre los dientes. Y molemos, arrancamos, aplastamos esa tierra que con nada se mezcla. Pero en ella yacemos y somos ella, y por eso, dichosos, la llamamos nuestra. Versión de María Fernanda Palacio “Al plantar el arroz cantan: primer encuentro con la poesía.”- Matsuo Basho 15
  • 16. Euphrase Kezilahabi Tanzania - 1944 El hombre pobre El hombre pobre sacrificó miles de hormigas Para su última cena. Vivas, aún sin masticar Ellas entran y salen Con pedazos de carne De su boca ampliamente abierta. Él murió de hambre anteayer. Cada transeúnte le arroja una hoja verde Para evitar la maldición Pues será enterrado por el ayuntamiento Bajo ningún nombre. Traducción desde el inglés por Raúl Jaime- http://www.webislam.com Lourdes Vázquez Puerto Rico - 1950 La superficie y su imagen Fijo los ojos en esta fotografía nuestra. Yo a tu lado que miro de frente el aparato en cuyo interior la transparencia de la luz nos compromete. Es cuando aprieto bien los latidos e indago por el muro que debo brincar, la planta gigante que debo escalar, la pantalla de proyección de cine que debo penetrar. Entinto el revelado, como fósil en su yacimiento. Es cuando recuerdo este humano corazón mio. Pedro Shimose Bolivia - 1940 La esfera y el río Se engaña y engañándose te engaña sin querer. No ve más que el dolor lento de las cosas. Ignora el movimiento de la luz. El ve sólo la montaña. Es su realidad una maraña de símbolos, un puro sentimiento o un sueño donde el sueño es pensamiento, cristal de tiempo que la sangre empaña. Ojo burlado y burlador, tu instante, tu fragmento de certidumbre inerte no ve sino diamante en el diamante. Tú sabes lo que sabes al no verte e ignoras lo que ignora el nigromante, lo que ignora la vida de la muerte. Claribel Alegría Nicaragua - 1924 Muero de a poco Muero de a poco, amor no es la muerte sorpresa que deseaba la que libera y lanza es la otra la lenta la que corta en pedazos da estocadas y de perfil se escurre. 16
  • 17. Sonia Figueras Argentina El hombre La tarde declina. Frío inmoral insolente quema las manos gastadas paspadas en el arrastre de pesados tablones de carretillas cargadas. La sirena suena interminable estridente ya, cesan los ruidos dantescos en los golpes de las mazas. Lento con pausa cansino, moja su cabeza. Y la rutina lleva sus pies helados, con llagas y besa la frente de su niño dormido. Cuatro chapas una lona por cortina manso, replegado, la respiración entrecortada, se entrega sumiso a su destino. Ya no piensa, sueña. Un día fue hombre. Hoy no sabe de dolores hoy espera simplemente dejar de respirar. Larga fila negros rostros desamparados pies arrastrados llanto en los ojos bajos los brazos en sus despojos cunde el horror. Esta noche tiene miedo los ojos negros mojados de agua salada y el cuerpo, chiquito, indefenso. Muchos no vuelven... …quizás algunos... retumba el aire. . . Gritos... la bronca excita el desaliento de las mujeres cierra la mina no habrá trabajo aunque haya marcha. No se detiene la bestia… y lloró. “La poesía es mi principal fuente de conocimiento. Me enseña el mundo, y en ella aprendo a conocerme a mí mismo. Ella nos hace unánimes, comunicativos.”- Manuel Altolaguirre 17
  • 18. Lêdo Ivo Maceió, Alagoas, Brasil - 1924 El sueño de los peces No puedo admitir que los sueños sean privilegio de las criaturas humanas. Los peces también sueñan En el lago pantanoso, entre pestilencias que aspiran a la densa dignidad de la vida, sueñan con los ojos abiertos siempre. Los peces sueñan inmóviles, la bienaventuranza del agua fétida. No son como los hombres, que se agitan en sus lechos estropeados. En verdad, los peces difieren de nosotros, que todavía no aprendemos a soñar. Y nos debatimos como ahogados en el agua turbia entre imágenes hediondas y espinas de peces muertos. Junto al lago que yo mandé cavar, volviendo la realidad a un incómodo sueño de infancia pregunto al agua oscura. Las tilapias se ocultan de mi sospechoso mirar de propietario y se resisten a enseñarme cómo debo soñar. Gustavo Lespada Argentina - 1953 Simulacro de verbos insectívoros de frase del mesías de señales de nombres / de palabra revelada de sonido hermanable / de sentencia que restaure el sentido el equilibrio el orden: un olor a comida cociéndose en el fuego puertas que se abren / el sonido de un saxo meciendo las cortinas / el mantel en la mesa con el pan compartido / con el vino la saliva y la noche nada de eso: es la grieta en la pared la viga que se parte / humedad del cimiento es carbón en la olla / mugre bajo las uñas hervidero de ácaros / sobre la piel cuarteada: otra pelambre asoma / otra corteza aborta su reseca tentativa su repliegue de huesos su fósil ceniciento. Adriana Versiani Ouro Preto/MG, Brasil - 1963 castanha -VI Chove e não me lembro que estou molhada. Toda mãe é capaz do ódio. Quando criança, juntei gravetos, mutilei insetos. A areia é meu abrigo e ninguém me acompanha. Ele apontou para mim e disse: — Mulher, estás grávida, respeites o silêncio das coisas. Tomado de revista Escritoras Suicidas. 18
  • 19. Gerardo Guinea Diez Guatemala - 1955 IV Puede que él no sepa de mujeres fenicias ni de galeones españoles ni de sefarditas con su ladino de siempre en África o Nueva York. Pero ella, más torrencial parpadea y habla según sus cálculos de mares de mediodía con sus fragatas inglesas con algo del Caribe filtrado ventarrones por añadidura, y por análogas razones de atmósferas con peces de colores y señoritas con su cuerpo a la vista. Entonces él reconoce su ignorancia de esos desusados hombres, accede a que ella desafíe sus saberes, no de Ovidio ni los dioses griegos, menos sus conocimientos de geografía, sino aquellos que resumen miserias morales y dudosas legalidades. Siendo así las cosas, ella muestra su espinazo entrado en eternidades para danzar en el corredor con un silencio que no se mueve más allá de sus fronteras en la palma del sueño. De: Casa de nosotros Eugenio de Andrade Portugal – 1923 - 2005 Retrato Ardente No teu peito é que o pólen do fogo se junta à nascente, alastra na sombra. Nos teus flancos é que a fonte começa a ser rio de abelhas, rumor de tigre. Da cintura aos joelhos é que a areia queima, o sol é secreto, cego o silêncio. Deita-te comigo. Ilumina meus vidros. Entre lábios e lábios toda a música é minha. “El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.”- Rodolfo Walsh 19
  • 20. Eduardo Dalter Buenos Aires, Argentina - 1947 de Bocas Baldías (2000 – 2001) rota en la cuneta, ¿quién la bebió?, ¿quién la rompió? Una botella rota, con su etiqueta y su barro. Su pico apunta al cielo, y si te acercas, a tu frente, como un dedo vacío, sin uña, sólo borde. Una botella rota, más allá de todo olvido, en la media cuadra del suburbio. Luis Luchi Buenos Aires, Argentina - 1921 –2000 Ropa en la soga La limpieza expone a efectos públicos esa intimidad tan custodiada. El sol elige el centro de la bandera la convierte en zona de combate; las golondrinas hacen sus primaveras y los gorriones el resto de los solsticios. Vientos de paso silban los broches, les cierran las bocas. Entre las guerras de pañuelos pierden los del luto en los orillos, los lloros de los mayores con lágrimas, con mocos inconsolables a secarse. Parado en un extremo atado al alambre cubro las estaciones, los fantasmas disfrazados con sábanas exaltan la pasión escéptica de los domesticados. En la otra punta un poste me deja hacer y no se cae de asombro. En “Jardín zoológico”, Ediciones Último Reino, 1995. Tomado de Revista Aromito Juan Gelman Argentina - 1930 La acción lírica teniendo en cuenta sus desastres íntimas destrucciones y asia áfrica américa latina caras caídos en la lucha cuba que obliga a respirar el poeta se entrega a sus ciclones carga sus rabias consecuentes en general el gran lirismo va y degüella esperanzas sentadas sonríen con sus bobas 20
  • 21. José Watanabe Trujillo, Perú - 1945 - 2007 Vieja con perra Una vieja flaca y traposa como un arbusto seco en este aire polvoriento espera que su perra de tetas flaccidas beba el agua turbia de la acequia de los maizales. Mientras espera, embozada en su manta, nos observa largamente: pasajeros aburridos de un ómnibus cuyo desmañado conductor mea como un caballo detrás de una tapia. La perra ahita se le va pero regresará pronto con más perritos. En este caserío tan pequeño nadie se aleja nunca. El ómnibus reanuda su marcha y los pies de la vieja ahora parecen penetrar el subsuelo. Como la Baucis del mito, enraizada, ya no dará un paso más, y el sol que se enciende de súbito la convierte a lo lejos en una fogata oscura. Alda Merini Milán, Italia -1931- 2009 A Vanni, última flor Mi vivencia paradójica, aquello que no termina, es que, después de haber arrancado del corazón la última flor, he visto florecer otras. Es posible que la muerte no haya caído sobre el universo, y que un diluvio de lágrimas no me haya devastado? Ya te odio. Y no sé más a quién echarle la culpa de esta lejanía. Debiste al menos advertirme Debiste darme el último adiós. Juan Larrea Bilbao, España - 1895 – 1980 Razón Sucesión de sonidos elocuentes movidos a resplandor, poema es esto y esto y esto Y esto que llega a mí en calidad de inocencia hoy, que existe porque existo y porque el mundo existe y porque los tres podemos dejar correctamente de existir 21
  • 22. Víctor Hugo Escandell Salta, Argentina Duelo A la memoria de Olgui, mi esposa La rosa refugió tu ausencia amada luz para mi sombra. Sepultaron tu vientre huérfano de pájaros azules. A qué cielo clamar cuando la piedra es sorda y la palabra se coagula en las espadas. Bebo el agua sedienta de tu muerte. Mi batalla sin ti es polvo astillado tiniebla agazapada en el silencio. Oculto llagas entre los harapos de la hierba y el rocío. Me hundo por laberintos ahuesado de espantos y de miedos. Mientras revolotean mariposas negras con un estertor de alas por el aire mi derrota es la tierra. María Pugliese Vicente López, Argentina a. lo mecí al son de un arrullo antiguo simple a media lengua en un idioma neutro un compás de latidos le ofrecieron regazo a sabiendas de que la ciénaga desconoce senderos ironiza los pasos ofrece sólo sueños de sogas caballos fuerzas no obstante le di mis brazos lo mecí del poemario Ejecuciones. Miguel Angel de Boer Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina Cuestión El asunto es como lograr seguir siendo en medio del atroz desamparo del espanto 22
  • 23. Eugenio Montejo Caracas, Venezuela - 1938 - 2008 Vuelve a tus dioses profundos Vuelve a tus dioses profundos; están intactos, están al fondo con sus llamas esperando; ningún soplo del tiempo las apaga. Los silenciosos dioses prácticos ocultos en la porosidad de las cosas. Has rodado en el mundo más que ningún guijarro; perdiste tu nombre, tu ciudad, asido a visiones fragmentarias; de tantas horas ¿qué retienes? La música de ser es disonante pero la vida continúa y ciertos acordes prevalecen. La tierra es redonda por deseo de tanto gravitar; la tierra redondeará todas las cosas cada una a su término. De tantos viajes por el mar de tantas noches al pie de tu lámpara, sólo estas voces te circundan; descifra en ellas el eco de tus dioses; están intactos, están cruzando mudos con sus ojos de peces al fondo de tu sangre. Miquel Martí I Pol Catalunya, España - 1929 - 2003 De "Quince poemas" - 5. Hay un remolino de agua donde las palabras se hacen dulces, donde las palabras se hacen lentas y claras como profundidades. Hay un lugar en el espacio donde la voz os resuena, donde la voz os rodea y seduce como si gritárais en una cueva. Si esto os digo es para sinceraros con vosotros mismos . No queráis descubrir qué fuerzas os mueven. Hay la vida y la muerte, inmutables. Lo demás son palabras. Amaos, hermanos, por lo que os duele y os hechiza. De "Quince poemas"- Versión de Adolfo García Ortega Jorge Castañeda Río Negro, Argentina - 1951 La médula del río -XI – Sucedáneo Postrado como un fósil ardiente, Nomenclatura difícil de explicar Donde yace el cañaveral de los nichos, ¿ a quien explicamos el verbo ? (...si nosotros, masticando la mística del lenguaje cantáramos al ritmo de los salmos el universo en polvo se arrastraría por las venas de los muertos...). 23
  • 24. Efrain Espinoza Falconi Riobamba, Ecuador - 1963 II Regresa a sí, en busca de algún sentido No conozco otros temas y hablo de mis alambradas Sin encontrar nubes para subirme tuve que bajar al pavimento en donde se vive precozmente es el bosque de cemento Allí se esconden solitarios versos abatidos por ausencias Viven - desviven aún no mueren pájaros trovadores terriblemente tristes de alimento y melodía ¿De dónde surgen los poemas? ¿Y los poetas? los poetas se hacen de la palabra la palabra hace poetas los poetas son los que hacen palabras las palabras y los poetas hacen poesía la poesía hace poetas los poetas la palabra… ¿Una inexistencia actual…? Me pregunto sin nunca responderme Sus voces roncas o melodiosas sus versos que únicamente no tienen alas para vivir del viento o de tan usados zapatos sus callos ya no duelen al caminar La palabra separa a ella de la vida y la transforma en enredadera creciendo en el humo de cafeterías y construyendo la vida desde la exquisita especulación De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial Rafael Alberti Cádiz, España - 1902 - 1999 Santoral agreste ¿Quién rompió las doradas vidrieras del crepúsculo? ¡Oh cielo descubierto, del montes, mares, viento, parameras y un santoral del par en par abierto! Tres arcángeles van por las praderas con la Virgen marina al blanco puerto del pescado; ayunando, entre las fieras, se disecan los Padres del desierto. El santo Labrador peina la tierra; Santa Cecilia pulsa los pinares, y el perro de San Roque, por el río, corre tras la paloma de la sierra, para glorificarla en los altares, bajo la luz de este soneto mío. 24
  • 25. Carmen Berenguer Santiago, Chile - 1946 Naciste pintada "Vengan los cuervos, Chile es un gran panizo. A la chuña, señores, corred todos, que todavía quedan migajas sobre la mesa." Vicente Huidobro Ruinas La noche no es la noche ideal ni romántica de los cantos versallescos, ni trinos de pájaros en algún amanecer. La noche de la novela triste, es cuando sus luces se apagan y aparecen las sombras criminales en las esquinas de los bares, de las casas, a los pies de la cama, debajo de las sábanas, en los colores de los muebles, en la opacidad de las tablas, detrás de los cuadros, arriba del armario, en los rincones de la escalera en este libro, en medio de estas páginas, en el temblor de tu sonrisa, en ese espejo del baño, en el cepillo del pelo, en el olor de tu traje, en el cubierto de la mesa, en la cajita de música, en el calcetín; broche de una noche antigua, en la maleta, en la página del medio, en el candor, en la maceta de flores; detalles del tejido, y el pañuelo a rayas en el sillón Bauhaus, en el cuadro de Frida Kahlo, en el retrato de revistas viejas en los platos de comida, en el charquicán y el luche, en los juegos de luces pascueros, en los vasos de vino, en la ponchera, en el apiao y pajarete, en el chaleco azul, en el anillo, en el collar de un cuello, en los aretes, en el piso de la cocina, en la heladera, en la silla de paja, en el jarro del café, en la azucarera, en la mermelada, como si arriba, en la cucharita del té, crochete del estío en la biblia latinoamericana, en el cantar de los cantares, en el libro de Job y Jeremías. en las páginas sueltas, aquí mismo, en el hilo del medio, ¡Es algo que da naúseas! Tiene paredes, tiene paredes blancas, tiene rejas, tiene perros rabiosos tras las rejas, tiene mercados, tiene malls, tiene edificios de vidrios, tiene edificios nuevos con más vidrios donde se reflejan nubes grises, tiene todo nuevo, tiene comunicaciones, tiene celulares, tiene policía, tiene policía nueva, tiene autos nuevos, tiene camas nuevas, tiene puertas nuevas, tiene ventanas nuevas, "Chile aparece como un inmenso caballo muerto, tendido en las laderas de los Andes bajo un gran revuelo de cuervos". Vicente Huidobro Páramos y ruinas, en el sahumerio, en el escapulario, en el sagrado corazón de Jesús, a la entrada de la casa, en el póster de psicosis, en el cuarto, en la música de Bélla Bartók, en el afiche del cojo Días, en la postal del indio, en el rostro sudaca, en estos ojos chinescos, debajo de todo eso, en las puntas, como si nada, en los santitos, en el ulpo, tiene metro nuevo, tiene bancos nuevos, tiene rejas nuevas, tiene seguridad nueva, 25
  • 26. tiene miedo nuevo, tiene comida nueva, tiene hambre nueva, en todo eso, cuando te acuestas, cuando te levantas, cuando miras de reojo, cuando fijas la vista, cuando te acercas, cuando hablas, cuando callas, cuando brincas, cuando te das vueltas, en la mañana, una hora después, cuando te agachas, cuando sudas, cuando aguantas, cuando aúllas, cuando todo eso, "El poeta inglés pudo decir: Algo huele a podrido en Dinamarca", pero nosotros, más desgraciados que él, nos veremos obligados a decir: "Todo huele a podrido en Chile". Vicente Huidobro A las siete de la tarde, cuando las nubes rosas se van por el poniente, la ciudad es recorrida en una sola dirección: para arriba. Se deja ver una intención, una idea pretenciosa detrás de todo esto. Quiere ser alegórica en su construcción y mítica en su necesidad de Ritual. Noble pretensión de ser ciudad inventada, “¡Pobre Chile! Un país que ha tenido por toda industria el aceite de Santa Filomena y los dulces de la Antonia Tapia”. Vicente Huidobro después de quedarte escuchando las gotas de la llave mala, después de la lluvia de Julio, después de Julio, después del frío, después de la helada de invierno, después de la remesa de Julio, después de la carta de Julio, después de las cuentas del invierno, después de la piel seca del invierno, después de las noticias del invierno, Irene Paulova ES LA REINA DE LAS NOCHES MOSCOVITAS Se parece a Rusia, se parece a Hong kong, se parece a mayamicito en Bolivia, se parece a Blade Runner, se parece a los derrumbes, se parece a la tarde, se parece a las nubes rosadas de la tarde, se parece a un justo invierno, se parece a las telarañas de la Babuchka, se parece a mi amigo viejo, se parece a su abrigo gris, se parece a su semblante adusto, se parece a la niebla, se parece a los pobres del sur, se parece a los pobres del norte, se parece a los pobres del oriente, se parece a los pobres del este, se parece a esta ciudad, se parece a este rincón, se parece a este vacío, se parece a este abismo, se parece a esta angustia, se parece a este insomnio, se parece a este chifón, se parece a tu rostro, 26
  • 27. Entonces te tomas un bromazepam, te tomas un diazepam, te tomas un tricalma, te tomas un alprazolam, un lorazepam, benzodiazepinas, fluoxetinas, elixir de la dicha, te lo tomas todo, te lo comes todo, te lo hablas todo, te lo tragas todo, y en medio de la semana, para los sentidos, marroquíes, colombianos, y paraguayos, y aparece por arte de magia el desierto florido, y la palabra ( NO de añañuca amarilla y de añañuca roja, se entrelazan con los lirios del campo y terciopelos, enrredándose como cabelleras enamoradas; garras de león, Diego de la noche y chinas, hierba del hielo, encintan coronillas de fraile, cardo blanco, flor del minero, y fucsias, pata de huanaco, malvillas, renillas y c actus, azulillos, monjitas y pajaritos, TOCAR ) creo que tiene que ver con el olvido, creo que tiene que ver con una madre muerta, Se parece a ciudad miseria de Perú, Se parece a ciudad oculta en Argentina, Se parece a las fabelas de Brasil, Se parece a South Bronx de Nueva York, Se parece a Blade Runner, Se parece a los derrumbes, Se parece a los ojos que salen de las capuchas en Chiapas, En todo eso, cuando te acuestas, cuando te levantas, cuando miras de reojo, cuando fijas la vista, cuando te acercas, cuando hablas, cuando callas, cuando brincas, cuando te das vueltas en la mañana, una hora después, cuando te agachas, cuando sudas, cuando aguantas, cuando aúllas, cuando todo eso, Y más allá donde el inventario no alcanza a contarse: Se parece a los barrios bajos de Los Angeles. Allí asesinaron a Sal Mineo de una estocada en el corazón. Se parece a la cárcel de Chorrillos en Lima, donde tienen encerrada a Sibila Arredondo viuda de José Arguedas. Se parece a los rostros de las mujeres viejas que gritan AIMARA amarradas a la bandera de Bolivia en la Paz. Se parece a las mujeres jubiladas que toman el sol en las Plazas. Esta ciudad ayer parisina, antier española, tiene socavadamente una intención moderna de ciudad, después de la modernidad. José María Pallaoro La Plata, Argentina Lo leí Lo leí o lo escuché decir: subirse a un árbol y arrancar las hojas gritando “soy el otoño” “soy el otoño” 1994 27
  • 28. Mariana Bernárdez México Alguna vez el ciervo Ganar silencio en el exceso o en la ausencia Aquietarse para vislumbrar el movimiento ligero Rastro apenas logrado cuando palpas la humedad de la tierra para descubrir el abismo de adentro Contener el cuerpo en su arrojo aún de que la finura del aire lo seduzca prometiéndole plumaje Sentir los músculos en tensión Saltar Escuchar el chasquido de las pezuñas contra las piedras el aliento entrecortado de la carrera y la lanza en la diestra deslizándose en vuelo. Alguna vez el Ciervo.. Cuarta de Félix Suárez. México: Editorial Praxis, 2010. Roberto Fernández Retamar La Habana, Cuba - 1930 Con la forastera Pues no tendrán en común ni un idioma (No digamos una ciudad, un hogar, un hijo), Ni siquiera esas canciones, esos sitios, Esos olores que acaso sólo nos parecen hermosos porque nos recuerdan un recuerdo, Porque nos recuerdan a nosotros mismos, y quizá lo que llamamos belleza No sea sino la terca persistencia del ser más allá de sí mismo, Más allá de su lugar y su tiempo, como la luz de un astro hace siglos apagado. Pero astros sí tendrán en común. Al levantar los ojos No habrá en el cielo país extranjero. Aquellas estrellas son estas mismas estrellas, No distan más de esa ciudad lejana que de ésta. Aquellas montañas y este mar les son igualmente familiares O igualmente extraños. Y también unas desperdigadas horas de febrero pertenecientes para siempre Al insaciable pasado. De Siempre por primera vez Arturo Corcuera Trujillo, Perú - 1935 La fuga ¡Espinita de la tierra hiérele sus pies desnudos! Mi Camucha, tan porfiada, se quiere fugar con otro degollando mi cariño. ¡Espinita de la tierra hiérele sus pies desnudos! ¡Avispa de los aires pícale en el corazón! Si ahora niega quererme por qué no lo negó aquella noche en la yerba. ¡Avispa de los aires pícale en el corazón! Cantoral, Lima 1953. 28
  • 29. Carlos López Guatemala A duras penas Para Jessica Creo fielmente en la infidelidad tanto en el campo como en la ciudad. Creo en la nada y en lo infinito; en las quijadas del cangrejo y en el talón de Aquiles; en los colores que sólo ven los ciegos y en el Guernica de Picasso; en los abedules viejos, cansados, confiables; en los árboles quemados en su mejor verdor y en sus raíces bien echadas. Creo en el huevo de la gallina y, fielmente, creo que el huevo fue primero. Creo en las Homeomerías, en las mañas y en la dialéctica de Heráclito de Efeso; en Demócrito de Aduera como el papá de los pollitos. En lo que no tiene nombre y en los cuatro elementos, en el azul y verde que separa el cielo de la tierra. Creo que creo en algo y eso es algo. Jorge Ariel Madrazo Buenos Aires, Argentina – 1931 Dulces, cálidos espacios llamados “cama”, “silla”, planetas urgidos de acoger éste tu cuerpo el palpitar de tu cuerpo tangencial al trajín Sorda mezcla o escena teatral lámpara oscilando de uno al otro fiel del escenario: cuerpo cuyo jadeo alumbra un no-físico ritual olla hasta ayer genérico metal (y hoy: cocción encebollada de la que pende el universo). De: De mujer nacido Alberto Szpunberg Buenos Aires, Argentina - 1940 egepé Abajo aquí sus huesos sus fusiles ese atadito de hombre no sé la tierra cómo hace que se aguanta los que avanzan sobre ella son las mejores noticias que nos llegan de ustedes delen, muertos de amor, sostengan que nacemos. de El che amor (1965) 29
  • 30. Waldo Leyva Cuba - 1943 El rumor más inocente La oscuridad es un puente sobre el vacío. Indefenso busco las rutas del origen, pero la noche tiene muros, gargantas ilusorias, falsos ruidos. Una gota de agua, el golpe del reloj, una vieja campana lejanísima, pueden ser catastróficos. La noche del insomne es un despeñadero sin fondo. Juan Antonio Vasco Argentina – 1924 - 1984 Noticias del Paraíso Cuando el pueblo deja caer su quijada en el polvo y recoge en cambio una moneda alza la cabeza esa mujer que conoce las artes del nacimiento y hace sombreros de barro para las criaturas la esperanza urde su mal con pasos de filo de sombra en el agua y cada pájaro tiene un nido detrás de su nido para construir con paciencia el infinito Adán y Eva liberados por fin de su injusta condena domestican aves del paraíso y las sueltan en la asamblea del pueblo De su libro "Cambio de Horario"- Ediciones Letra y Línea, Buenos Aires, 1954. “Poesía... tristeza honda y ambición del alma ¡cuándo te darás a todos... a todos, al príncipe y al paria, a todos... sin ritmo y sin palabra!”. León Felipe Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. http://revistaislanegra.blogspot.es Isla Negra en el Directorio Mundial de la Poesia - www.unesco.org/poetry “... porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más... “-Sancho. (Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra 30