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VÍDEO DE HOY:
Pueblo de Dios: Cáritas-Chavicar, una empresa
con corazón
En Logroño, la Fundación Cáritas-Chavicar promueve varias acciones sociales. Está volcada en el
empleo y se presenta como alternativa a los roperos de las Cáritas parroquiales.
Italia improvisa "campos de refugiados"
ante el cierre de fronteras europeas
Centenares de personas están bloqueadas en la frontera entre Italia y Francia sin techo ni comida y en
condiciones higiénicas deplorables
La explicación de una situación así se relaciona con el cierre del espacio Schengen hasta el lunes con
motivo de la cumbre del G7 de la semana pasada
Las autoridades italianas, aunque con retraso, se movilizan para ofrecer a los inmigrantes espacios
provisionales, como tiendas de campañas o centros comerciales, para evitar que duerman al raso
EFE
14/06/2015 - 14:18h
Inmigrantes esperan hoy en la frontera franco-italiana cerca de Menton, sur de Francia. / Efe
Tiendas de campaña, espacios comerciales y hasta túneles, son los "campos de refugiados" improvisados
que Italia ha instalado para dar cobijo y ayuda a las cientos de personas que se han quedado bloqueadas
en el país tras el cierre de las fronteras de los Estados vecinos.
Son centenares de inmigrantes, en su mayorías eritreos y sudaneses, llegados en pateras desde Libia y
atrapados en una Italia en la que no se quieren quedar y con destino a una Europa que nos les quiere.
Se supone que esta situación se ha creado ante el cierre del espacio europeo de Schengen hasta mañana,
15 de junio, debido a la ya finalizada cumbre del Grupo de los Siete (G7) celebrada en Alemania y por lo
que los países limítrofes Francia, Austria y Alemania impiden el paso a los inmigrantes.
Por ello, desde hace días vagan por las estaciones de las principales ciudades italianas en la espera de
coger el tren que les lleve a Suecia, Alemania, o Francia, donde encontrar a sus familiares, y cuyo billete
han pagado con un enorme esfuerzo económico que les ha dejado sin dinero.
Otro centenar de ellos, pasó la noche como protesta en equilibrio sobre los escollera del puerto de
Ventimiglia, la localidad de la región italiana de Liguria que linda con Francia, después de que la
Gendarmería francesa les haya impedido el paso.
Aunque con retraso, tras días de polémica, las autoridades italianas se han movilizado para crear
improvisados campos de refugiados en Ventimiglia y en las proximidades de las estaciones Tiburtina de
Roma y la Central de Milán.
Desde esta noche, los llamados "cubos" en plexiglás, que se alquilan fuera de la estación Central de Milán
como espacios comerciales, han sido destinados a dar cobijo a los cientos de inmigrantes que, hasta ahora,
pasaban el día en el interior de la estación o en la plaza y jardines aledaños.
No todos se fían y han preferido seguir durmiendo a la intemperie, explica uno de los voluntarios que
asiste y lleva comida a estas personas, pues explica que cree que se trata de una "estratagema" para
identificarles.
Al menos, en estos espacios, las organizaciones humanitarias y los voluntarios han podido organizarse
para dar tres comidas a estas personas, que hasta ahora tenían que comer tiradas en la calle. "Sé que no
son lugares idóneos, pero la Estación nos ha puesto a disposición estos espacios y éstas personas
necesitan una solución", explicó el concejal de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Milán,
Pierfrancesco Majorino.
En Roma, el Ayuntamiento y la Cruz Roja han instalado un campamento con una gran tienda de campaña
con capacidad de hasta 150 personas y servicios higiénicos, donde ya han pasado la noche inmigrantes
varones, mientras las mujeres y niños han sido destinados a un centro de acogida de la zona.
Pero la última y representativa imagen de la repercusión de cerrar las fronteras es la de Ventimiglia,
donde cerca de un centenar de inmigrantes fueron rechazados a la frontera con Niza y esperan que se les
deje pasar. Algunos de ellos se han tenido que buscar cobijo en el interior de un túnel ante la lluvia que
cayó ayer, mientras que un grupo de unas 40 personas cómo gesto de protesta han pasado la noche en la
escollera del puerto cubiertos por mantas isotérmicas.
Aunque el Ayuntamiento de Ventimiglia ha instalado duchas y servicios higiénicos y organizaciones y los
mismos vecinos de la localidad llevan comida y ropa a los inmigrantes, afirman que la situación aunque
bajo control empieza a ser preocupante ya que siguen llegando más inmigrantes cuyo destino es Francia.
Esta situación ha llevado al primer ministro del Interior a amenazar este domingo en una entrevista
televisiva con que Italia "cambiará de comportamiento" si "Europa no es solidaria" pues no se aceptará
"una Europa egoísta".
Por su parte, el presidente del Gobierno italiano, Matteo Renzi, consideró "insuficiente" y "casi una
provocación" la propuesta de la Comisión Europea de repartir solo a 24.000 demandantes de asilo sirios y
eritreos entre los Estados miembros, y a la que además se oponen muchos de ellos.
Tanto Renzi como Alfano explicaron que si Europa no ayuda se está preparando "un plan B" sobre
inmigración, pero no quisieron adelantar los detalles.
Desde mañana, se supone que se abrirán las fronteras y se entenderá entonces si estas personas pueden
llegar a los países europeos donde viven sus familias o quedarán "atrapados" en Italia.
Las víctimas inocentes del sida
Kenia. Un millón y medio de niños han perdido a sus padres por la enfermedad. Miles están contagiados
y son rechazados.
Por: EFE
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Los niños contagiados de sida en Kenia son blanco del rechazo. No pueden estudiar y sus familiares los
abandonan. /AFP
Paul es un joven delgadísimo y con señales de una desnutrición, que llegó a Nyumbani (―Hogar‖ en
suajili), un orfanato en Nairobi hace tanto tiempo que ―ya ni se acuerda‖. Su madre había muerto y su
padre no quería saber nada de él, así que su abuela lo dejó al cuidado de esta asociación a donde llegan
los niños contagiados de sida.
El orfanato Nyumbani es uno de los pocos que acoge exclusivamente a huérfanos con la enfermedad y les
ofrece ―comida, medicinas y un ambiente de aceptación total‖, según explica a Efe Protus Lumiti, director
de la casa en Nairobi. En Kenia, los niños que nacen ―positivos‖ se enfrentan a un estigma difícil de
superar y que viene de lejos. En una sociedad como la keniana, altamente puritana, tener el sida es visto
como fruto de una conducta inmoral, un tabú relacionado con la sexualidad.
Ese estigma afecta también a los menores de edad. Lumiti cuenta que, hasta 2003, los niños del orfanato
no eran aceptados en escuelas públicas porque ―infectarían a otros‖. Actualmente, los niños no son
obligados a revelar su condición a sus compañeros. ―Es difícil mantener a los amigos si se lo dices‖,
cuenta Paul. ―No saben muy bien qué es lo que tienes‖. Ellos mismos al principio desconocen su
condición, no saben muy bien qué tienen.
Los médicos, profesores, ―madres‖ y ―tíos‖ (profesionales que viven con ellos) les dan la información en
pequeñas dosis.
En la adolescencia comienza la parte más dura, aseguran, ya que empiezan a tener pareja y a plantearse
formar una familia. Ese es el momento en el que se les explica las precauciones que tienen que tomar si
tienen sexo o quieren tener un bebé.
En la parte de atrás de Nyumbani, junto a un pequeño huerto que da unos generosos tomates (y deliciosos,
se enorgullece Paul), está el cementerio. Unas cuantas cruces son testigos de los niños que han muerto en
este lugar. ―Ahora, con medicinas y los avances médicos, tenemos menos muertes‖, explica Lumiti, que
aclara que los más grandes tienen menos opciones.
Pero Paul, al menos, saldrá adelante: ―No me avergüenzo de lo que soy. He aprendido a apreciarme, a ser
fuerte y a hacer algo con mi vida", afirma en el hogar que en 1982 el padre Angelo d'Agostino fundó para
3 niños huérfanos, abandonados y enfermos del sida. Ahora ya son 129 niños.
En Kenia, dos millones y medio de niños menores de 15 años son huérfanos; y cerca de un millón y
medio lo son a causa del sida, según datos del Programa Nacional keniano sobre el Sida y el Control de
las Enfermedades de Transmisión Sexual (NASCOP, en inglés). Una de cada diez mujeres embarazadas
en Kenia está infectada con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida), y una de cada tres
muertes infantiles es debido al sida.
Pese a estos datos, la situación en Kenia ha mejorado: las nuevas infecciones del VIH han caído un 15 %
en los últimos cinco años, y de las 170.000 muertes por sida en 2002 se ha bajado a las 58.000 en 2013,
según datos del Programa de Naciones Unidas para la Lucha contra el Sida (UNAIDS).
Aunque Kenia se ha comprometido a eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH para 2015, el
contagio de madres a sus bebés se ha mantenido estable en el 14% durante los últimos tres años. Y si la
madre muere, muchos niños son abandonados por la propia familia. El 70% de los niños en Nyumbani
tiene algún familiar, pero "no quieren saber nada de ellos‖.
Millones de personas refugiadas,
condenadas a una vida de miseria y, a
veces, a la muerte
Niño refugiado kurdo de la ciudad de Kobani en un campo de refugiados en la ciudad fronteriza de Suruc
, Turquía. © REUTERS / Yannis Behrakis
Los líderes del mundo están condenando a millones de refugiados a una existencia insoportable y a
miles de personas a la muerte al no proporcionarles protección humanitaria esencial, ha declarado
Amnistía Internacional en la presentación de un nuevo documento en Beirut hoy, con motivo del Día
Mundial del Refugiado, el 20 de junio.
La crisis de refugiados mundial: Una conspiración para el abandono explora el sobrecogedor
sufrimiento de millones de refugiados, desde Líbano hasta Kenia, desde el mar de Andamán al
Mediterráneo, y reclama un cambio radical en la forma en que el mundo aborda el problema de los
refugiados.
―Estamos presenciando la peor crisis de refugiados de nuestra era, en la que millones de mujeres,
hombres y niños luchan por sobrevivir en medio de guerras brutales, redes de traficantes de seres
humanos y gobiernos que persiguen intereses políticos egoístas en lugar de mostrar una compasión
humana básica‖, afirmó Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
―La crisis de los refugiados es uno de los retos que definen el siglo XXI, pero la respuesta de la
comunidad internacional es un vergonzoso fracaso. Necesitamos una reforma radical de la política
y la práctica para crear una estrategia global coherente e integral.‖
Amnistía Internacional presenta una propuesta para reforzar el sistema de protección de los refugiados y
pide a los Estados que hagan compromisos firmes para cumplir sus obligaciones legales individuales y
renueven su compromiso con el reparto internacional de la responsabilidad. Entre las medidas que
Amnistía Internacional pide a los gobiernos que adopten figuran las siguientes:
 El compromiso de reasentar colectivamente en los próximos cuatro años al millón de
refugiados que necesitan actualmente reasentamiento.
 La creación de un fondo global para los refugiados que cubra todos los llamamientos
humanitarios de la ONU para crisis de refugiados y proporcione apoyo económico a países que
acogen a gran número de refugiados.
 La ratificación global de la Convención sobre los Refugiados de la ONU.
 Desarrollar sistemas nacionales justos para evaluar las solicitudes del estatuto de refugiado y
garantizar que los refugiados tienen acceso a servicios básicos, como la educación y la atención
sanitaria.
―El mundo no puede seguir mirando sentado mientras países como Líbano y Turquía asumen cargas tan
enormes. No se debería permitir que un país se ocupe de una emergencia humanitaria masiva con tan
poca ayuda de los demás, sólo porque comparte frontera con un país en conflicto‖, añadió Salil Shetty.
―Los gobiernos de todo el mundo tienen la obligación de garantizar que nadie muere mientras trata de
alcanzar la seguridad. Es esencial que ofrezcan un lugar seguro a refugiados desesperados, establezcan un
fondo global para los refugiados y adopten medidas efectivas para enjuiciar a las bandas de traficantes de
personas. Ya es hora de aumentar la protección de los refugiados; todo lo que no sea eso convertirá a los
líderes del mundo en cómplices de esta tragedia evitable.‖
Siria: La mayor crisis de refugiados del mundo
Más de cuatro millones de refugiados han huido de Siria, y el 95 por ciento está en sólo cinco países
de acogida: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto.
Estos países se esfuerzan ahora por lidiar con la situación. Ni la comunidad internacional los ha ayudado
ni las agencias humanitarias que ayudan a los refugiados les han proporcionado recursos suficientes. Pese
a los llamamientos del ACNUR, la Agencia para los Refugiados de la ONU, se han ofrecido a los
refugiados sirios demasiados pocas plazas de reasentamiento.
La situación es tan desesperada que algunos de los países vecinos de Siria han recurrido a medidas
profundamente inquietantes, como negar a personas desesperadas la entrada en su territorio y devolver a
personas al conflicto.
Desde principios de 2015, Líbano ha restringido severamente la entrada de personas que huyen de Siria.
Las autoridades libanesas emitieron unas nuevas directrices por las que los nacionales sirios deben
cumplir unos criterios concretos para entrar. Desde la imposición de estos criterios, ha habido una
reducción significativa de las inscripciones de refugiados sirios: en el primer trimestre de 2015, el
ACNUR inscribió un 80 por ciento menos de refugiados sirios que en el mismo periodo de 2014.
El Mediterráneo: la ruta marítima más peligrosa
El Mediterráneo es la ruta marítima más peligrosa para las personas refugiadas y migrantes. En
2014, 219.000 personas hicieron la travesía en condiciones enormemente arriesgadas y 3.500 murieron en
el intento.
En 2014, las autoridades italianas rescataron a más de 166.000 personas. Sin embargo, en octubre de ese
año, Italia, bajo la presión de otros Estados miembros de la UE, canceló la operación de salvamento Mare
Nostrum, que fue sustituida por la operación Tritón, mucho más limitada (a cargo de Frontex, la agencia
de fronteras de la UE).
La operación Tritón contaba con menos barcos y su área de operaciones estaba alejada de la zona desde la
que se hacen la mayoría de las llamadas de socorro. Esto contribuyó a un dramático aumento del número
de muertes en el Mediterráneo: a 31 de mayo de 2015, 1.865 personas habían perdido la vida tratando de
cruzar este mar, frente a las 425 fallecidas en el mismo periodo de 2014 (según la Organización
Internacional para las Migraciones).
Tras varios casos terribles de muertes en el Mediterráneo, a finales de abril, los líderes europeos
aumentaron por fin los recursos dedicados a las operaciones de búsqueda y salvamento. Así, se ampliaron
los recursos y el área de operaciones de Tritón para cubrir los de Mare Nostrum. Además, algunos
Estados europeos, como Alemania, Irlanda y el Reino Unido, han desplegado barcos y aviones que se
suman a los recursos de la operación Tritón para aumentar aún más la capacidad de ayudar a personas en
el mar. Estas medidas, que Amnistía Internacional llevaba tiempo propugnando, son un importante paso
para aumentar la seguridad en el mar de las personas refugiadas y migrantes.
La Comisión Europea ha propuesto asimismo que los Estados de la UE ofrezcan 20.000 plazas de
reasentamiento adicionales para refugiados procedentes de fuera de la Unión. Aunque esta propuesta es
un paso adelante, 20.000 es una cifra demasiado pequeña para contribuir adecuadamente al reparto
internacional de la responsabilidad.
Por ejemplo, es probable que los refugiados sirios que se enfrentan a una asistencia humanitaria reducida
en los principales países de acogida y no tienen ninguna perspectiva de regresar a casa en un futuro
próximo, sigan intentando cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Sin rutas alternativas seguras y
legales suficientes para los refugiados —pero también para los migrantes— la gente seguirá jugándose la
vida.
África: Crisis olvidadas
Hay más de tres millones de refugiados en el África Subsahariana. Los estallidos de combates en
países como Sudán del Sur y la República Centroafricana han provocado el aumento del número de
personas en movimiento que huyen de los conflictos y de la persecución. De los primeros 10 países de
origen de refugiados del mundo, cinco están en el África Subsahariana. Cuatro de los 10 países que más
refugiados acogen están asimismo en esta región.
Los conflictos y crisis de la región han provocado la entrada de refugiados en los países vecinos, muchos
de los cuales ya acogen a refugiados de larga duración procedentes de países como Somalia, Sudán,
Eritrea y Etiopía, entre otros.
En algunas de estas situaciones, como las de Sudán del Sur y Sudán, los refugiados están en países que
padecen a su vez conflictos.
Las crisis de refugiados de África reciben poca o ninguna atención en los foros políticos regionales o
mundiales. En 2013, fueron reasentados menos de 15.000 refugiados procedentes de países africanos, y
los llamamientos humanitarios de la ONU no reciben fondos suficientes. Por ejemplo, como consecuencia
del conflicto que estalló en Sudán del Sur en diciembre de 2013, más de 550.000 personas de convirtieron
en refugiados, la mayoría de los cuales está ahora en Etiopía, Sudán, Kenia y Uganda. A 3 de junio de
2015, sólo estaba financiado el 11 por ciento del plan de respuesta regional para los refugiados de Sudán
del Sur de la ONU.
Sureste Asiático: Rechazar a los desesperados
En el primer trimestre de 2015, el ACNUR informó de que habían intentado cruzar la bahía de
Bengala alrededor de 25.000 personas, aproximadamente el doble de la correspondiente al mismo
periodo de 2014. La ruta marítima de la bahía de Bengala es empleada sobre todo por rohingyas
musulmanes procedentes de Myanmar y nacionales bangladeshíes.
El 11 de mayo, la Organización Internacional para las Migraciones calculaba que había 8.000 personas en
embarcaciones a la deriva cerca de Tailandia. Se creía que muchas de estas personas eran rohingyas que
huían de la persecución auspiciada por el Estado en Myanmar.
Durante el mes de mayo, Indonesia, Malaisia y Tailandia rechazaron barcos que llevaban a bordo a
cientos de refugiados y migrantes que necesitaban desesperadamente ayuda, pese a los riesgos que
afrontaban. El ACNUR calcula que 300 personas murieron en el mar en los primeros tres meses de 2015 a
causa del ―hambre, la deshidratación y los abusos de las tripulaciones de los barcos‖.
El 20 de mayo, Indonesia y Malaisia cambiaron de rumbo y anunciaron que proporcionarían ―refugio
temporal‖ a un máximo de 7.000 personas que estaban aún en el mar. Sin embargo, esta protección
temporal sólo dura un año como máximo y está condicionada a que la comunidad internacional ayude en
la repatriación o el reasentamiento. Indonesia, Malaisia y Tailandia no han ratificado la Convención sobre
los Refugiados de la ONU.
Por otra parte, el gobierno australiano ha sentado un terrible precedente en la región, con un enfoque más
estricto hacia los solicitantes de asilo que intentan llegar por barco que, bajo la apariencia de salvar vidas,
ha incumplido sus responsabilidades contraídas en virtud de las leyes sobre refugiados y de derechos
humanos.
―Desde el Andamán hasta el Mediterráneo, la gente arriesga y pierde la vida mientras trata
desesperadamente de llegar a un lugar seguro. La actual crisis de refugiados no se resolverá a menos que
la comunidad internacional reconozca que es un problema global que exige que los Estados aumenten
significativamente la cooperación internacional. Esta semana el ACNUR dará a conocer sus estadísticas
anuales sobre refugiados y es probable que veamos que la crisis está empeorando. Es hora de actuar‖,
concluyó Salil Shetty.
También está disponible el informe completo en inglés.http://bit.ly/1JSX13y
Papa Francisco: Custodiemos el corazón
del “rumor pagano”
2015-06-15 Radio Vaticana
(RV).- Que el cristiano aprenda a custodiar el corazón de las ―pasiones‖ y de los ―rumores
mundanos‖, para estar atento y recibir en todo momento la gracia de Dios. Es la reflexión que hizo
el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
Hay un ―momento favorable‖ para recibir el don gratuito de la gracia de Dios y ese momento es ―ahora‖.
El cristiano – dijo el Santo Padre – debe ser consciente de esto y, por lo tanto, tener el corazón preparado
para recibir ese don, con un corazón libre ―del rumor mundano‖ que, además, es el ―rumor del diablo‖.
Comprender el tiempo de Dios
Francisco se inspiró en las lecturas de la liturgia del día. De San Pablo destacó que subraya que ―no hay
que recibir en vano la gracia de Dios‖, que se manifiesta – según afirma el Apóstol – ―ahora‖. Lo que
significa – observó el Papa – que ―en cada tiempo el Señor nos vuelve a dar la gracia‖, el ―don que es
gratuito‖. De ahí que haya exhortado a recibirlo, estando atentos a lo que también indica Pablo cuando
dice: ―Por nuestra parte, a nadie damos motivo de escándalo‖:
―Es el escándalo del cristiano que se dice cristiano, incluso que va a la iglesia, va los domingos a Misa,
pero no vive como cristiano, vive como mundano o como pagano. Y cuando una persona es así,
escandaliza. Cuántas veces hemos oído en nuestros barrios, en los negocios: ‗Mira, aquel o aquella, todos
los domingos va a Misa y después hace esto, esto, esto, esto…‘. Y la gente se escandaliza. Es lo que dice
Paolo: ‗No recibir en vano‘. ¿Y cómo debemos recibir? Ante todo es el ‗momento favorable‘, dice.
Nosotros debemos estar atentos para entender el tiempo de Dios, cuando Dios pasa por nuestro corazón‖.
Un corazón libre de pasiones
Y el umbral de esta atención – explicó Francisco – el cristiano lo alcanza si se pone en condición de
―custodiar el corazón‖, ―alejando todo rumor que no viene del Señor‖, alejando, sugiere, las ―cosas que
nos quitan la paz‖. Un corazón liberado de las ―pasiones‖, las que en el pasaje evangélico – nota el Papa
– Jesús sintetiza en el ―ojo por ojo‖ volteando la perspectiva con el hecho de ―poner la otra mejilla‖:
―Estar libre de pasiones y tener un corazón humilde, un corazón dócil. El corazón es custodiado por la
humildad, por la mansedumbre, jamás por las luchas, por las guerras. ¡No! Esto es el rumor: rumor
mundano, rumor pagano o rumor del diablo. El corazón en paz. ‗No dar motivo de escándalo a nadie para
que no sea criticado nuestro ministerio‘, dice Pablo, pero también habla del ministerio del testimonio
cristiano, para que no sea criticado‖.
Sabios y benévolos
Custodiar el corazón para ser de Dios siempre, como dice San Pablo, ―en las tribulaciones, en las
necesidades, en las angustias, en las adversidades, en las prisiones, en los tumultos, en las fatigas, en las
vigilias y en los ayunos‖:
―Pero son cosas feas todas estas, ¿y yo debo custodiar mi corazón para recibir la gratuidad y el don de
Dios? ¡Sí! ¿Y cómo lo hago? Prosigue Pablo: ‗Con pureza, con sabiduría, con magnanimidad, con
benevolencia, con espíritu de santidad‘. La humildad, la benevolencia, la paciencia, que sólo mira a Dios,
y tiene el corazón abierto al Señor que pasa‖.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
¡Prosigan su servicio de caridad cristiana
y denuncien lo que pisotea la dignidad
humana!, apremiante llamamiento del
Papa a la ROACO
2015-06-15 Radio Vaticana
En los perseguidos y en las víctimas inocentes de los intereses de los
traficantes de muerte, Jesús mismo nos mira pidiendo esa caridad que nos
hace cristianos
(RV).- Al recibir a los participantes en la 88 plenaria de la Reunión de las Obras para la Ayuda
a las Iglesias Orientales – ROACO - con su dolor y preocupación, ante los eventos dramáticos que
sacuden Oriente Medio, el Papa Francisco recordó su peregrinación a Tierra Santa y la
sucesiva súplica por la paz en Tierra Santa, en Oriente Medio y en todo el mundo,
convocada por él mismo y celebrada en el Vaticano, el 8 de junio de 2014.
¡Todos hubiéramos deseado que la semilla de la reconciliación hubiera producido
más frutos!, exclamó el Obispo de Roma, haciendo hincapié en que la tierra de Oriente Medio,
marcada desde hace años por conflictos, «está surcada por los pasos de los que buscan refugio e irrigada
por la sangre de tantos hombres y mujeres, entre los cuales son numerosos los cristianos perseguidos a
causa de su fe».
«Es la experiencia cotidiana de los hijos e hijas de las Iglesias de Oriente y de sus
Pastores, que comparten los sufrimientos con tantas otras personas. Y ustedes, también
en esta Sesión, llevan adelante la obra de escucha y de servicio, que caracteriza el estatuto de las agencias
que representan», señaló el Papa Bergoglio, para luego recordar a todos los cristianos y a todos los
inocentes, víctimas de la violencia y de los intereses de los traficantes de muerte, con un llamamiento a
perseverar en la caridad cristiana y a denunciar lo que pisotea la dignidad humana:
«En el drama de estos meses, parece que el mundo haya tenido un sobresalto de conciencia y
haya abierto los ojos, dándose cuenta de la presencia milenaria de los cristianos en Oriente
Medio. Se han multiplicado iniciativas de sensibilización y de ayuda para ellos y para todos los
demás inocentes, golpeados injustamente por la violencia. Sin embargo, se debería
cumplir un esfuerzo ulterior para eliminar los que aparecen como tácitos acuerdos, para los cuales, en
la balanza de los intereses, la vida de miles y miles de familias – mujeres, hombres,
niños, ancianos – parece pesar menos que el petróleo y las armas. Y, al tiempo que
se proclama la paz y la justicia, se tolera que los traficantes de muerte actúen en
esas tierras. ¡Los aliento, por lo tanto, a que, mientras prosigan su servicio de
caridad cristiana, denuncien lo que pisotea la dignidad del hombre!»
El Papa destacó asimismo el reciente viaje a Irak de una delegación de la ROACO, en el que
mantuvieron encuentros con los numerosos desplazados de la llanura de Nínive y con grupos
provenientes de Siria. Y animó la atención de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las
Iglesias Orientales hacia Etiopía, Eritrea y Armenia:
«Ustedes pueden ayudar a estas antiquísimas comunidades cristianas a sentirse partícipes de la misión
evangelizadora y a ofrecer, sobre todo a los jóvenes, un horizonte de esperanza y de crecimiento. Sin ello,
nunca se podrá detener el flujo que ve a tantos hijos e hijas de esa región ponerse en
camino para llegar a las costas del Mediterráneo, con el riesgo de sus vidas».
«Toda obra de ayuda, para no caer en el eficientismo y en el asistencialismo – que no promueven a las
personas y a los pueblos - debe renacer siempre de la bendición de Señor, que nos alcanza cuando
tenemos la valentía de mirar la realidad y a los hermanos que tenemos ante nosotros», - destacó el Santo
Padre para luego añadir la exhortación que escribió en la Bula de convocación del Jubileo de la
Misericordia: «Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de
tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar
su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que
sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el
nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia, que suele reinar
campante para esconder la hipocresía y el egoísmo» (n.15).
(CdM – RV)
06/15/2015
Francisco: la vida en Medio Oriente
parece pesar menos que el petróleo y las
armas
(©LaPresse)
(©LaPresse) Cientos de migrantes bloqueados en la frontera entre Francia e Italia
El Papa en la audiencia a la Roaco denunció los
«tácitos acuerdos» por los cuales «mientres se
proclama la paz y la justicia, se tolera que los
traficantes de muerte actúen en esas tierras»
Iacopo Scaramuzzi
Ciudad del Vaticano
El Papa denunció los «tácitos acuerdos» por los cuales en el Medio Oriente «la vida de miles y miles de
familias» parece importar menos que «el petróleo y las armas», durante la audiencia que concedió a las
personas que participaron en la Plenaria de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias
Orientales (Roaco).
El año pasado, recordó Francisco, «nos habíamos encontrado a pocos días de mi peregrinaje a Tierra
Santa y de la sucesiva súplica por la paz» con los presidentes de Israel y Palestina, Shimon Peres y
Mahmoud Abbas en los jardines vaticanos. «Todos –subrayó el Papa– habríamos deseado que la semilla
de la reconciliación hubiera producido frutos. Otros eventos que han sacudido ulteriormente el Medio
Oriente, desde hace años marcado por conflictos, nos hacen sentir el frío de un invierno y de un hielo en
el corazón de los hombres que parece no tener fin. La tierra de aquellas regiones está surcada por los
pasos de todos los que buscan refugio y está irrigada por la sangre de muchos hombres y mujeres, entre
los cuales numerosos cristianos perseguidos debido a su fe». El Papa agradeció «la obra de escucha y de
servicio» que caracteriza el estatuto de las agencias representadas en la Roaco, coordinadas por la
Congregación para las Iglesias Orientales.
En el drama de estos meses, reveló el Papa, «pareciera que el mundo hubiera tenido un prurito de
consciencia y que hubiera abierto los ojos., dándose cuenta de la presencia milenaria de los cristianos en
el Medio Oriente. Se han multiplicado iniciativas de sensibilización y de ayuda para ellos y para todos los
demás inocentes injustamente afectados por la violencia. Sin embargo –prosiguió– habría que hacer un
esfuerzo más para eliminar esos que parecen tácitos acuerdos por los cuales la vida de miles y miles de
familias (mujeres, hombres, niños, ancianos) en la balanza de los intereses parece pesar menos que el
petróleo y que las armas, y, mientras se proclama la paz y la justicia, se tolera que los traficantes de
muerte actúen en esas tierras. Los animo, por lo tanto, mientras prosiguen el servicio de la caridad
cristiana, a denunciar lo que pisotee la dignidad del hombre».
Francisco recordó el reciente viaje a Irak de una delegación de la Roaco y de su encuentro con los
desplazados de la Llanura de Nínive y con pequeños grupos provenientes de Siria, subrayando que
«cualquier obra de ayuda, para no caer en el eficientismo o en un asistencialismo que no promueve a las
personas ni a los pueblos, debe renacer de esta bendición del Señor que nos llega cuando tenemos la
valentía de ver la realidad y los hermanos que tenemos de frente, como escribí en la Bula del Jubileo de la
Misericordia». Con la Tierra Santa y el Medio Oriente, dijo, «en estos días dedicarán particular atención a
Etiopía, a Eritrea y a Armenia. Las primeras dos constituyen canónicamente desde este año dos
realidades, en cuanto Metropolie sui iuris, pero permanecen profundamente relacionadas por la común
tradición alejandrino-gheez. Ustedes pueden ayudar a estas antiquísimas comunidades cristianas a sentirse
partícipes de la misión evangelizadora y a ofrecer, sobre todo a los jóvenes, un horizonte de esperanza y
de crecimiento. Sin esto –dijo Bergoglio– no podrá detenerse el flujo migratorio que ve a tantos hijos e
hijas de aquella región ponerse en marcha para llegar a las costas del Mediterráneo, poniendo en riesgo
sus vidas. Armenia, cuna de la primera nación que recibió el bautismo, custodia también una gran historia
rica de cultura, de fe y de martirio. El apoyo a la Iglesia en esa tierra contribuye al camino hacia la unidad
visible de todos los que creen en Cristo».
En el documento de Aparecida ya están
muchos temas de la próxima encíclica
El Santuario de Aparecida
El texto de los episcopados latinoamericanos de 2007,
escrito con el aporte de Bergoglio, contiene ya una
fuerte sensibilidad ecológica y ambiental. La crítica a
un modelo de desarrollo predatorio, el ambiente como
«casa común», la defensa de la biodiversidad, la
atención por los campesinos, la alarma ante el cambio
climático
Francesco Peloso
Ciudad del Vaticano
En América Latina y en el Caribe se está cobrando consciencia de que la naturaleza es un bien gratuito
recibido en herencia que debe ser protegida en cuanto espacio precioso para la convivencia humana.
«Esta herencia se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos.
Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales
no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida, en
perjuicio de naciones enteras y de la misma humanidad». Este es uno de los pasajes dedicados a la
cuestión ambiental del documento conclusivo de Aparecida de 2007.
El texto es el fruto de los trabajos de la V Conferencia de los Episcopados latinoamericanos que se llevó a
cabo en ocasión del viaje de Benedicto XVI a Brasil. Y tuvo un papel determinante en la redacción del
documento justamente el cardenal Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, que logró
a intermediar entre las diferentes sensibilidades eclesiales de la región y al mismo tiempo dio un fuerte
aporte personal a un texto que a menudo es citado para desentrañar las prioridades pastorales y el
pensamiento del actual Pontífice. Entre los diferentes aspectos afrontados está el del medio ambiente, una
cuestión que asume particular significado en estos días, pues está por ser publicada la encíclica ―Laudatio
si‘‖ de Papa Francisco. En la primera parte del documento se subraya que la preservación de la naturaleza
a menudo es subordinada al desarrollo económico, una decisión que provoca daños a la biodiversidad,
facilita la extinción de las reservas de agua y de otros recursos naturales, además de auemntar la
contaminación y el cambio climático.
Una serie de párragos del capítulo 9 del documento de Aparecida está dedicada al «respeto del ambiente»;
en sus páginas, pues, se pueden encontrar diferentes temas, preocupaciones y directrices pastorales
relacionadas con las cuestiones ecológicas, incluida la «ecología humana» de la que se ha hablado en
estas últimas semanas y que es uno de los puntos fundamentales del magisterio de Bergoglio. «Las
generaciones que nos sucedan tienen derecho a recibir un mundo habitable y no un planeta con aire
contaminado. Felizmente, en algunas escuelas católicas, se ha comenzado a introducir entre las
disciplinas una educación a la responsabilidad ecológica». «La Iglesia –se lee más abajo–agradece a todos
los que se ocupan de la defensa de la vida y del ambiente. Hay que darle particular importancia a la más
grave destrucción en curso de la ecología humana. Está cercana a los campesinos que con amor generoso
trabajan duramente la tierra para sacar, a veces en condiciones sumamente difíciles, el sustento para sus
familias y aportar a todos los frutos de la tierra».
«En el designio maravilloso de Dios –se explica en relación con la tradición cristiana–, el hombre y la
mujer están llamados a vivir en comunión con Él, en comunión entre ellos y con toda la creación». El
documento también afronta algunos temas fuertes de la cuestión medio-ambiental, a partir de la realidad
de América Latina y del Caribe, en donde las mutaciones de los fenómenos climáticos y la explotación
indiscriminada de los recursos representan un problema central para el desarrollo y el futuro de la región.
En este sentido, del documento surge de manera significativa el peso que ha tenido la experiencia
latinoamericana del Papa y de muchos obispos en relación con el desarrollo de una reflexión sobre la
defensa de la Creación, como, por ejemplo, en la difícil batalla para la preservación de la selva tropical
amazónica. El texto después describe un recorrido en el que se puede observar cuál es el origen de una
sensibilidad específica en la que la naturaleza, el ambiente humano, las decisiones políticas y el anuncio
evangélico se entrelazan.
«La riqueza natural de América Latina y El Caribe –se lee en el documento de Aparecida– experimentan
hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda
nuestra región. En todo ese proceso, tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico que
privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del
respeto racional de la naturaleza». «La devastación –continúa el texto– de nuestros bosques y de la
biodiversidad mediante una actitud depredatoria y egoísta, involucra la responsabilidad moral de quienes
la promueven, porque pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los
campesinos e indígenas, quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades para
vivir hacinados en los cinturones de miserias».
Por ello es necesario un desarrollo agro-industrial para dar valor a las riquezas de la tierra ofreciendo las
propias capacidades humanas al servicio del bien común. Sin embargo, escribieron los obispos
latinoamericanos, «no podemos dejar de mencionar los problemas que causa una industrialización salvaje
y descontrolada de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda clase de
desechos orgánicos y químicos». El documento también advierte sobre los daños provocados por la
industria de extracción que a menudo tiene efectos dañinos para el medio ambiente y constituye la causa
de la desaparición de bosques y de la contaminación del agua, mientras transforma las zonas explotadas
en inmensos desiertos.
Frente a este marco dramático de la explotación ambiental, el documento trata de ofrecer algunas
respuestas a partir de la evangelización de «nuestros pueblos para descubrir el don de la creación,
sabiéndola contemplar y cuidar como casa de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta, a fin de
ejercitar responsablemente el señorío humano sobre la tierra y los recursos, para que pueda rendir todos
sus frutos en su destinación universal, educando para un estilo de vida de sobriedad y austeridad
solidarias». Se subraya además que una presencia pastoral incisiva entre las poblaciones más frágiles y
amenazadas por «un desarrollo depredatorio» las apoya en el objetivo de una distribución justa de la
tierra, del agua y de los espacios urbanos. Por ello es necesario «un modelo de desarrollo alternativo,
integral y solidario, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural
y humana, que se fundamenta en el evangelio de la justicia, la solidaridad y el destino universal de los
bienes, y que supere la lógica utilitarista e individualista, que no somete a criterios éticos los poderes
económicos y tecnológicos. Por tanto, alentar a nuestros campesinos a que se organicen de tal manera que
puedan lograr su justo reclamo».
El cuidado de la creación, de Ilia Delio, Keith
Douglass Warner y Pamela Wood
El cuidado de la creación. Una espiritualidad franciscana de la Tierra
Ilia Delio, Keith Douglass Warner, Pamela Wood
Ediciones Franciscanas Arantzazu
14 euros
"La Tierra, con todas sus criaturas, está en crisis, y responder a esta crisis requerirá todos los recursos
posibles
de nuestra comunidad humana. Uno de estos recursos más preciosos es la tradición Franciscana. Es una
alegría dar la bienvenida a este libro como una sabia, seria, inspiradora y práctica contribución a la
teología ecológica, basada en la antigua tradición cristiana que ve a la Tierra como nuestra hermana y
madre. El cuidado de la Creación es parte de la recuperación de la teología franciscana para nuestra nueva
época, y es única en su combinación de tres disciplinas interrelacionadas: la ecología informada
científicamente, la teología y la práctica de la acción reflexiva".
Ilia Delio, o.s.f., es catedrática de Estudios de Espiritualidad en la Unión Teológica de Washington.
Autora de numerosos libros.
Keith Douglass Warner, o.f.m., conferenciante e investigador en la Universidad de Santa Clara
(California). Imparte clases en las distintas disciplinas. Tiene estudios sobre la agricultura sostenible y
sobre la política medioambiental. Es autor de estudios sobre Agroecología en acción y sobre la
biodiversidad, así como sobre distintas alternativas en la agricultura.
Pamela Wood, dedicada a la terapia, a la dirección espiritual y directora de retiros espirituales en
Portland, Oregon. Especialidad en la profundización de la fe y en acciones en favor de la creación.
Experta en ayudas a personas y grupos.
Francisco de Asís, peregrino hacia la luz, de
Michel Hubaut
Francisco de Asís. Peregrino hacia la luz
Michel Hubaut
Ediciones Franciscanas Arantzazu
13,50 euros
Este libro presenta con una maestría impresionante el largo proceso interior y el camino de peregrinaje
que Francisco emprendió desde que, buscando la felicidad en su juventud en su Asís natal, es conducido
por el Espíritu paso a paso y etapa tras etapa hasta la completa identificación en el Alverna con Jesucristo
llagado. Francisco es pobre y es hermano y es el defensor de la ecología y de los animales, pero, por
encima de todo, Francisco es un peregrino de la vida, peregrino del Absoluto, peregrino del Dios Todo
Bien, sumo Bien.
Francisco es un peregrino y no un vagabundo que marcha sin rumbo fijo y sin meta clara. Y es un
peregrino hacia la luz y eso es lo que se muestra a lo largo de estas páginas densas y lúcidas.
Escrito por un autor seguro y muy buen conocedor del itinerario de Francisco de Asís, este libro puede
resultar sin duda una gran luz para quienes, en medio de oscuridades, seguimos buscando la Luz que es
Jesucristo, a quien Francisco siguió de todo corazón.
Michel Hubaut, franciscano, es bien conocido. Autor de numerosas obras de espiritualidad, es también
conferenciante y predicador de ejercicios.
La bondad de los desconocidos
Los escritores no pueden vivir sin esos seres, los
lectores, que alguna vez llaman a su puerta. Pero el
mundo de la crítica está lleno de gente empeñada en
tratar a escritores y lectores como si fueran alumnos a
los que llevar por el buen camino
Gustavo Martín Garzo 13 JUN 2015 - 00:00 CEST
EVA VÁZQUEZ
JJamás contestes a una mala crítica, tal es el consejo que Truman Capote da a los escritores. Y es un buen
consejo, ya que lo mejor que puede hacer el escritor ante una crítica adversa es guardar silencio y
aparentar que no le importa demasiado. Pero claro que le importa, y mucho. Una mala crítica puede
dejarle varias noches sin dormir, quitarle el apetito, llevarle a evitar en los días siguientes a familiares y
conocidos ante el temor de que puedan haber comprado el periódico o la revista donde su libro es
vapuleado y la hayan podido leer. ¿Son conscientes los críticos de la magnitud de su poder, del disgusto
que pueden dar a ese pobre escritor que ha tenido la comprensible pretensión, si tenemos en cuenta el
esfuerzo que supone terminar un libro, de ser leído amorosamente por alguien? El crítico puede objetar
que ese es su oficio y que si le pagan —bastante poco, para complicar más las cosas— es para que opine
sobre las virtudes o los defectos de los libros que se publican y separar así el grano de la paja, que por
cierto, y según él, es lo que abunda más. Aún más, podría añadir ese crítico insobornable al atribulado
escritor, ¿por qué supone usted que los demás deben leer sus libros? Nadie le ha pedido que los escriba, y
si a pesar de todo se empeña en seguir haciéndolo no puede extrañarle que tengamos el derecho a
protestar cuando nos hace perder nuestro tiempo y nuestro dinero.
Todos estamos expuestos a la mirada crítica de los otros, y pretender no ser valorados por nuestros actos
es un acto de supremo infantilismo. Andersen tuvo un extraordinario éxito en su vida de escritor y era
recibido en todas las cortes europeas para que leyera públicamente sus cuentos. Pero se cuenta que soñaba
con tener éxito como dramaturgo y que pataleaba como un niño cuando sus obras fracasaban en la escena,
lo que pasaba una y otra vez. ¿Era Andersen tan infantil e inmaduro que solo vivía para lograr la
adoración sin límites de los demás? Puede que lo fuera, pero no creo que la razón por la que los escritores
escriban sus libros sea para exhibir el tamaño de sus egos. Lo hacen porque les gusta escribir, porque
anhelan contar algo que no saben bien qué es, porque persiguen sueños que raras veces se realizan. O
porque tal vez buscan en los libros una felicidad que la vida real no les da. Puede que Andersen tuviera un
ego monumental, pero en ningún caso eso explica la maravilla de sus cuentos.
Y si es raro que alguien dedique su tiempo a inventar historias más o menos disparatadas, ¿no es más raro
aún dedicarlo a meterse con los que las escriben, y aspirar a ser algo así como un guía espiritual, ese faro
que orienta a los siempre influenciables lectores en el proceloso mar de la mala literatura? Aún más, ¿no
abundan entre los críticos también los grandes egos, los pedagogos airados, los exquisitos que confunden
la literatura con el rincón del gourmet, los integristas que hacen del libro una religión sacrosanta cuyos
sumos sacerdotes son ellos, o esos otros eternamente malhumorados que creen que las novelas o los libros
de poesía se escriben con la única intención de perturbar su digestión? Pero ¿es comprensible que alguien
dedique años, meses enteros a escribir pacientemente un libro con el único propósito de incomodar a un
crítico en la hora de su siesta? No, claro, esto no tiene ningún sentido. Además, ¿no son todos los libros,
incluso los más grandes, en cierta forma un fracaso? ―La palabra humana —escribe Flaubert— es como
caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las
estrellas‖.
¿Es comprensible que alguien escriba un libro con el único propósito de incomodar a un crítico?
W. H. Auden solía decir que criticar un libro malo no solo era una pérdida de tiempo sino también un
peligro para el carácter. ―Si un libro me parece realmente malo, entonces el único interés que puedo tener
para escribir sobre él es la exhibición de mi inteligencia, mi ingenio y mi malicia. Es imposible que
alguien reseñe un mal libro sin pavonearse‖. Auden también decía que no necesitaba el consejo de nadie
acerca de lo que le debía gustar o no, ya que solo suya era la responsabilidad de sus lecturas. Sin
embargo, el mundo de la crítica está lleno de gente empeñada en tratar a los escritores y a los lectores
como si fueran alumnos a los que tienen que llevar como sea por el buen camino. Tal vez por eso es un
espacio abierto a la perversidad. Y no me refiero solo a la perversidad de los juicios que con tanta ligereza
se emiten sino a la de los lectores que acuden presurosos a los suplementos y revistas culturales para ver
cómo despellejan en ellos la novela del escritor que conocen. Aún más, escribe Juan Goytisolo: ―¿Cómo
pueden los críticos escribir en un par de días sobre novelas que, si valen, no tienen tiempo de analizarlas
con seriedad, y si no valen, no merecen tal empeño?‖.
George Steiner dice que la literatura es un vendaval que se cuela por la ventana y nos desordena la casa.
Es decir, nos enfrenta no tanto a lo que conocemos como a lo que no sabemos explicar. Un buen libro
siempre nos deja perplejos, sin saber qué decir. ¿No es sospechoso que los críticos opinen con tanta
facilidad, y con tan poco tiempo de reflexión, acerca de los libros que leen? Son expertos lectores, se
puede objetar, con frecuencia profesores universitarios que han dedicado años al estudio de la literatura.
Pero ¿haber hecho de la literatura un objeto de estudio garantiza ser un buen lector? Vuelvo a citar a
Flaubert: ―Los que se llaman ilustrados a sí mismos acaban siendo cada vez más ineptos en materia de
arte. Se les escapa incluso qué cosa sea el arte. Para ellos son más importantes las glosas que el texto. Les
interesan más las muletas que las piernas‖.
Abundan en ese ámbito grandes egos, sumos sacerdotes y personas siempre malhumoradas
No, no creo que el escritor sea básicamente un insufrible ególatra. Está solo, se pasa horas y horas
encerrado en su cuarto persiguiendo quimeras que raras veces alcanza. Recuerda a esas mujeres
neurasténicas que pueblan la obra de Tennessee Williams, con sus torpes ensueños, su temor al fracaso,
pero también, a menudo, con su maravilloso candor. Esas mujeres cansadas y un poco lunáticas, que
aunque han asistido una y otra vez al fracaso de sus sueños no pueden renunciar a ellos. ―Siempre he
confiado en la bondad de los desconocidos‖, dice la inolvidable protagonista de Un tranvía llamado
deseo. Sí, los escritores, especialmente cuando no son jóvenes ni famosos, se parecen a esas pobres
mujeres. Permanecen desvelados por las noches soñando con locas historias que logren conmover a las
estrellas, y todo lo que consiguen es hacer bailar a los osos. Pero ¿pueden vivir sin esos bailes? No, no
pueden, por eso solo les queda confiar en la bondad de esos desconocidos que son los lectores que alguna
vez llaman a su puerta.
Gustavo Martín Garzo es escritor.
Marx, siempre Marx
El Mundo | Gabriel Tortella
A estas alturas, yo me sigo considerando marxista, aunque, desde luego, no en el sentido corriente del
término. No creo en la dictadura del proletariado, ni en la plusvalía, ni en la teoría del valor-trabajo, ni
menos en el materialismo dialéctico, cuyo significado nunca he comprendido. Sin embargo, siempre me
ha parecido muy bien el materialismo histórico: la teoría marxista de la Historia. Queda claro, por tanto,
que admiro a Marx como historiador, pero no como economista.
Sin embargo, ambas cosas estaban en él muy imbricadas, porque su teoría de la Historia es que los
hombres, individual y colectivamente, se mueven por motivos económicos. Esta idea básica es lo que él
llamaba «materialismo histórico» o, también, «poner sobre los pies» la teoría histórica de Hegel, su
maestro, que decía que eran las ideas lo que movían a la Historia. Según la metáfora de Marx, para Hegel
la base o motor de la Historia eran las ideas (la cabeza), mientras que para él era la economía (los pies).
Este darle la vuelta a la teoría de la Historia convierte a Marx en un pensador revolucionario, no solo por
haber sido un profeta de la revolución, sino por haber revolucionado la teoría de la Historia, que es tanto
como decir de la sociedad.
Así, Marx no sólo ofendió a los burgueses y
personas de orden porque amenazaba el ‗status quo‘, sino también a los bienpensantes que consideraban
al hombre inspirado por sus ideas y no por sus intereses materiales. En esta labor de reducción del hombre
a sus principios elementales estaba bien acompañado de su admirado Charles Darwin y, más tarde, de
Sigmund Freud. Darwin provocó la ira de numerosos seguidores de lo que a mediados del XIX era la
ortodoxia (desde el obispo Wilberforce hasta el destilero Bosch, productor del Anís del Mono) al postular
que las especies eran producto de la evolución y no necesariamente del designio divino, con su corolario
de que el hombre estaba relacionado genéticamente con los antropoides. Freud también escandalizó a
generaciones más recientes señalando que el instinto sexual y el subconsciente eran poderosos
determinantes de la conducta humana, en lugar de, o en competencia con, la razón o la inspiración divina.
Hay que reconocer que Marx y Freud ya habían sido prefigurados por el Arcipreste de Hita, y este por el
genio de Estagira, ya que el Libro del Buen Amor nos informa que: «Como dice Aristóteles, cosa es
verdadera,/ el mundo por dos cosas trabaja: la primera/ por haber mantenencia; la otra cosa era/ por haber
juntamiento con hembra placentera». Aquí tenemos a Marx (la mantenencia, es decir, la economía) y a
Freud (el juntamiento, es decir, la libido). Pero quizá porque al Arcipreste no se le toma todo lo en serio
que se debiera (él estaba de guasa perenne) y porque de Aristóteles se recuerdan otras cosas, estas
doctrinas no hicieron su pleno impacto hasta que Marx y Freud les dedicaron consistentes volúmenes. Fue
entonces cuando, tras el escándalo del darwinismo, vinieron los escándalos del materialismo y del
psicoanálisis.
Hoy sorprende un poco todo esto, porque, salvo en ciertos reductos intelectuales, las doctrinas de estos
tres genios revolucionarios han sido aceptadas con generalidad, incluso entre los que formalmente las
rechazan. Hoy el darwinismo está ampliamente aceptado en el mundo científico. Se vio, además,
confirmado por la genética molecular y por la paleontología, y los conceptos de «selección natural»,
«caracteres hereditarios», «mutación» y demás forman parte del lenguaje corriente. Incluso algunas
iglesias han intentado con mayor o menor éxito adaptar las doctrinas bíblicas de la creación a la teoría
evolucionista.
En cuanto a Freud, ocurre algo parecido. Su terapia es muy cuestionada, pero sus intuiciones
psicoanalíticas han alcanzado una enorme difusión, sus discípulos y adeptos se cuentan por millones y sus
conceptos han pasado al lenguaje corriente, como prueba la frecuencia con que se utilizan palabras como
«complejo», «ego», «trauma infantil», «Edipo», «sublimación», etcétera.
Ocurre en general con estos genios que, junto a enormes rechazos, provocan también grandes
entusiasmos, y tanto los enemigos como los discípulos tienden a deformar la doctrina original, lo cual la
banaliza y desprestigia científicamente, pero a la vez la populariza. En eso Darwin llevaba ventaja,
porque era un científico puro y sus doctrinas, aunque no fáciles de demostrar, por la dificultad de
someterlas a experimento, sí pueden someterse a contrastes parciales que, por su multiplicación, acaban
resultando ser pruebas casi irrefutables. Las doctrinas históricas son mucho más difíciles de contrastar
empíricamente, y el psicoanálisis más difícil todavía, aunque se han dado infinidad de casos de curación
de neurosis y otros trastornos por el método psicoanalítico.
También Marx, tan denostado, ha tenido gran aceptación entre los historiadores, y muchos de sus
conceptos son ampliamente aceptados hoy. Palabras como «burgués», «proletario», «lumpen»,
«superestructura», «plusvalía», «contradicciones internas», «lucha de clases», han pasado al vocabulario
corriente de personas que no han leído ni el Manifiesto Comunista. Y la idea de que la economía tiene
importancia para comprender a la sociedad y su devenir está muy ampliamente extendida, incluso entre
personas que se definirían como enemigas del comunismo. Nadie podrá acusar de ser marxistas a tantos
historiadores que estudian la economía porque creen que en ella van a encontrar la clave del cambio
político y social. Ni nadie podrá llamar marxista a James Carville, el asesor de Bill Clinton que
popularizó la frase «es la economía, estúpido» para indicar cómo se debían ganar las elecciones. Y nadie
podrá llamar marxista al presidente Mariano Rajoy, que ha apostado casi exclusivamente por la economía
como palanca para ganar las próximas elecciones generales.
Yo, como marxista confeso, debiera aplaudir tal táctica. Sin embargo, ya dije más arriba que mi
marxismo no es del tipo corriente: hay ruedas de molino que no estoy dispuesto a tragarme. Apostarlo
todo a la sola carta económica me parece algo arriesgado, sobre todo si el incipiente enderezamiento se ha
conseguido por medio de una subida muy pronunciada de la presión fiscal, habiendo antes prometido todo
lo contrario. Por otra parte, la economía no es una ciencia exacta, y cualquier fallo imprevisto a última
hora puede dar al traste con una recuperación que, en el mejor de los casos, no puede ser sino parcial. El
desempleo, por mucho que baje de aquí a noviembre, seguirá siendo embarazosamente alto, y a los
parados y sus familias les interesan muy poco las curvas de tendencia y los decimales, especialmente a la
hora de votar. Por añadidura, el estilo de Rajoy es cauteloso, por no decir timorato, y la reforma laboral
que llevó a cabo su Gobierno al comienzo de la legislatura iba quizá en la buena dirección, pero se quedó
a medio camino por miedo a irritar a la izquierda y los sindicatos. Lo descafeinado de la reforma ha traído
como consecuencias la lentitud con la que ha tenido efecto y el hecho de que vayamos a llegar a
noviembre con los niveles de paro a que antes me referí. Además, la timidez y moderación con la que se
acometió la reforma no ha servido en absoluto para acallar a los disconformes, que han encontrado en la
lentitud con la que ha actuado un motivo más para alzar la voz denunciándola. Y hay que recordar que, a
la hora de votar, todo el problema económico se reduce al nivel de desempleo. Que la balanza de pagos
esté o no en equilibrio, que el presupuesto tenga o no déficit, que la inversión aumente o caiga, que haya
estabilidad de precios o inflación, todo eso es muy interesante, pero al votante lo que le importa es el
nivel de desempleo. Y hay muy poco tiempo para acelerar su baja.
Por otra parte, la economía es muy importante, pero incluso los historiadores económicos con ribetes
marxistas sabemos que no lo explica todo. Es difícil justificar que con una mayoría absoluta no solo en las
Cortes, sino en casi todas las autonomías, se haya hecho tan poco para solucionar el problema del
nacionalismo periférico, la violación sistemática de la Constitución, el despilfarro de las autonomías, el
embrollo de la deficiente educación que este país arrastra desde hace décadas, el problema de la
corrupción, el de la Justicia, y un largo etcétera. Ahora se prometen cambios, después de decir que no los
habría. Todo esto debería haberse encarado al comenzar la legislatura. Podríamos decir, parafraseando a
Carville: «No solo es la economía, estúpido».
Gabriel Tortella es economista e historiador, autor de ‗Los orígenes del siglo XXI. Un ensayo de
historia social y económica contemporánea‘.
Vicente Serrano: “Nuestra tarea es la de pensar el
presente, eso que a pesar de todo podríamos seguir
llamando la contingencia moderna”
Carlos Javier González Serrano
7 junio, 2015
Vicente Serrano estudió Derecho en Valladolid por tradición familiar, aunque siempre le interesó más lo
que había detrás de las normas, la ratio iuris. Terminada la carrera de leyes, decidió estudiar Filosofía y,
tras la licenciatura en la Complutense, se doctoró con una tesis sobre la filosofía del Idealismo alemán.
Después trazó una vida académica más o menos ortodoxa, con puntuales actividades de otra índole. Ha
traducido y ha enseñado Filosofía y ha publicado libros y artículos. Eso es lo que sigue haciendo en Chile,
país que le ha acogido generosamente, en la hermosa ciudad de Valdivia, en cuya Universidad Austral es
profesor titular y donde dirige actualmente el Instituto de Filosofía y la Escuela de Graduados. Carlos
Javier González Serrano charla con este filósofo y escritor para la revista Filosofía Hoy.
¿Qué es hoy la filosofía más allá de los muros de la universidad? ¿Tiene sentido
hablar de filosofía no universitaria?
Veo difícil que la filosofía se pueda desligar de la universidad. Nunca lo ha hecho del todo o rara vez. De
la universidad o de sus análogos en el mundo antiguo en forma de escuelas, de la Academia, del Liceo…
Pero una cosa es la formación universitaria, que yo diría es casi imprescindible hoy en día, y otra cosa es
que necesariamente la filosofía se confunda con la condición de profesor universitario. Sobran ejemplos
de lo que digo. Por lo demás, yo distinguiría entre la producción académica en sentido estricto y el
pensamiento filosófico sin más. Aunque seguramente no habría lo uno sin lo otro, la dinámica de
productividad académica puede perjudicar a la primera en un mismo autor. Obedecen a reglas distintas y
no fácilmente compatibles. Posiblemente, y consideradas conjuntamente, sin los aportes de la primera no
se produce la segunda, pero lo cierto es que un autor con voluntad de pensar puede encontrar en ocasiones
que la vida académica, con sus reglas, no se lo facilite y deba tomar algunas cautelas.
Tras una dilatada carrera como autor, en la que te has alzado con el Premio de
Ensayo Anagrama por La herida de Spinoza, ¿cuál dirías que es actualmente la calidad
de los libros que se escriben sobre filosofía?
Una vez más hay que distinguir esos dos tipos de producción de los que hablaba. La estrictamente
académica, los papers y artículos indexados, tienen un gran nivel cuantitativo en todo el mundo, aunque
como en todo hay mucha prescindible, mucha reiteración. El diseño de ese tipo de productividad (la
palabra lo dice todo) procede de las disciplinas científicas puras y aplicado a las Humanidades genera
cierta perversión, porque el modelo clásico de estas, y creo que sigue siendo vigente, es de larga distancia
y requiere tiempo y meditación. Su forma es el libro, y no el informe que da cuenta de una investigación
puntal y empírica, que es en lo que consiste el artículo científico en ciencias. El pensamiento filosófico es
otra cosa, aunque sin duda se apoya en lo primero, y ahí creo que en eso estamos algo expectantes.
Entre tus obras encontramos un libro de muy atractivo título, Soñando monstruos.
Terror y delirio en la modernidad, que muy bien podría entenderse como imprescindible
antesala a La herida de Spinoza. Al principio de aquella primera obra, explicas que te
resultó muy reveladora la posibilidad de que el genio maligno de Descartes, y no su
cogito (“pienso, luego existo”), constituyera los auténticos albores de la modernidad.
¿Por qué?
Nuestra tarea es la de pensar el presente, eso que a pesar de todo podríamos seguir llamando la
contingencia moderna. Durante los ya largos siglos modernos esa contingencia estuvo recubierta por
construcciones metafísicas a partir de la trampa del yo cartesiano, que en múltiples versiones llegan hasta
Sartre. Las filosofías del último tercio del siglo XX cuestionaron las premisa modernas y en eso creo que
tuvieron una enorme importancia los llamados maestros de la sospecha (mal llamados así porque más que
sospechar constatan): Freud, Nietzsche y Marx, que son sin duda los principales inspiradores del
pensamiento contemporáneo. Si se consideran las nociones que cada uno de ellos propuso, el
inconsciente, la voluntad de poder o el capital, creo que pueden muy bien expresar metáforas de ese genio
maligno que subyacía al yo en el relato cartesiano, y a su vez este puede muy bien ser una metáfora casi
perfecta de la contingencia moderna en la que todavía estamos. Las filosofías etiquetadas como
posmodernas descubrieron, o más bien redescubrieron, ese fondo de lo moderno mas allá de la pantalla
del yo. Niegan el relato del que el cogito depende y entonces, si nos atenemos a la tradición, resulta que lo
que hay detrás es ese genio maligno, esa instancia anterior al yo, se genera una especie de ontología un
tanto extraña de un ser obligado a desearse a sí misma, a desarrollar una constante persecución y
fragmentación de sí, lo que es tanto como decir que también existe una constante fuga de su propia
condición. Esa es, creo, una descripción de nuestro mundo. Reflexionar sobre ella ayuda a situarnos
críticamente y a dar cuenta de algunos fenómenos de nuestra cotidianeidad. ¿De qué sirve la filosofía si
no da cuenta de eso?
Todos los títulos de tus libros encierran un tinte oscuro, enigmático, casi
terrorífico. ¿Qué tienen que ver, y cómo se relacionan, el terror y la filosofía?
Creo que el género de terror, que como tal es una cosa moderna, una auténtica novedad, es el síntoma de
una fisura en los relatos oficiales de la metafísica a los que me refería antes. Fue al tratar de dar cuenta de
esa fisura y del fondo que se descubre al asomarse a ella cuando reparé en la centralidad de ese género y
en la necesidad de comprender por qué surge como género en el momento en que surge. Precisamente en
las mismas fechas en que Hegel cierra de nuevo esa grieta, o lo intentó, en un nuevo esfuerzo metafísico
donde perfecciona la ocultación de lo que el genio maligno representa. La mejor filosofía y la más
interesante del XIX y XX surge contra esa nueva versión, contra ese falso cierre hegeliano. Pero la
literatura y el género de terror se anticipó en eso. El género de terror se permitió, en sus comienzos,
transgredir y expresar lo que la filosofía con su espíritu de seriedad todavía no se atreve a hacer. En el
clima de ese género a comienzos del XIX y en lo que representa están ya prefigurados los temas de la
angustia y de la locura, los grandes temas de las filosofías del siglo XX, primero en el existencialismo y
luego en el postestructuralismo. Es decir, que con el tiempo se produce un trasvase desde el género de
terror y lo que allí se expresa a la filosofía del siglo XX y también a la literatura sin más, a la gran
literatura. Ese trasvase, sus causas y etapas es lo que estudié en Soñando monstruos. El género en sí
mismo hasta que se produce ese trasvase ya a fines del XIX (lo que viene luego es otra cosa), me parecía
un buen vehículo para entender nuestro mundo, atravesado por esa contingencia de la que antes
hablábamos. Pero eso no quiere decir que uno cultive el terror o la locura o la angustia, sino más bien la
posibilidad de dar cuenta de su raíz para tal vez poder vivir la alegría con el afecto fundamental, como
resistencia, que es lo que traté de mostrar en La herida de Spinoza.
¿Sigue siendo la filosofía la búsqueda de aquello que Schelling y Novalis
designaron como “lo incondicionado” [das Unbedingte], aquello que siempre
permanece al margen de cualquier cambio?
Ellos producen en un momento de exaltación generalizada en su medio, en eso que se llamó el
Romanticismo, y detectan desajustes y a la vez lo hacen desde una esperanza en encontrar un lugar donde
anclarla. Necesitan algo que sustituya la divinidad perdida y de hecho, incapaces de hacerlo, vuelven a la
vieja divinidad, como les reprochó Nietzsche. Esa idea es por tanto producto de una época y construida
con materiales de la tradición filosófica ya perdida. La prueba de que lo incondicionado que buscan no
existe ya para nosotros está precisamente en que Kant se ve obligado a introducirlo en la moral, es decir,
no en lo que se da, sino en el orden del deber ser. De ahí surgen los derechos humanos como exigencia
frente a la voracidad de lo real moderno. Más allá de eso, creo que el núcleo de lo que hay que pensar está
en algo tan condicionado como es la vida afectiva. Y ahí el maestro, pese al tiempo transcurrido, sigue
siendo Spinoza.
Entre tus libros destaca una magnífica introducción al pensamiento de Schelling
que lleva por título Absoluto y conciencia. ¿Qué puede hoy enseñarnos este
filósofo alemán?
Schelling es un pensador que ha tenido una larga trayectoria. En Absoluto y conciencia yo me ocupaba de
su esperanzado y juvenil punto de partida, vinculado a esa idea de lo incondicionado de la que hablabas.
Mi libro es por tanto un umbral para comprender ese arranque, pero también para comprender su fracaso,
de lo que surge lo más interesante, que es su pensamiento posterior, que es un largo esfuerzo contra su
primera filosofía, a la que él mismo llama filosofía negativa, como a la de Hegel mismo, a las que
contrapone la llamada filosofía positiva. En esa obra posterior, la del llamado Schelling tardío, más allá
de las adherencias pseudoteologicas y reaccionarias que posee, hay un monumental esfuerzo por pensar la
ansiedad moderna y de ese esfuerzo beben muchas filosofías del siglo XX, aunque no siempre lo
confiesen como en el caso de Heidegger.
En todas tus obras se observa un continuo tránsito entre literatos y filósofos. ¿Qué
relación media entre literatura y filosofía?
Foucault decía que no había escrito nada más que ficciones. Supongo que hay modos de interpretar eso.
Por mi parte creo que incluso el filósofo más estricto no puede dejar de usar metáforas y otros recursos
que llamamos ―literarios‖. Antes me refería a eso. Tal vez el elemento que distingue a unas y otras es,
además de la intención, formal: el uso deliberado o no de lo que podemos llamar la fantasía, además de
las herramientas, pues en filosofía hablamos de las ―ficciones‖, que son conceptuales. Eso no quiere decir
que sea pura fantasía. En el siglo XX no podemos tener un concepto ingenuo de la realidad que se tenía
en el XVII o en el mundo antiguo, o incluso en el XIX. ¿No es el relato cartesiano, del que depende en
gran medida la filosofía moderna, un relato, confesado como tal por el propio Descartes como una
novelita? En Soñando monstruos comparaba ese momento fundacional del cogito con la Metamorfosis de
Kafka. ¿Y qué es la Fenomenología de Hegel sino una novela elaborada con conceptos, aunque no solo
conceptos? Yendo más lejos: ¿alguien realmente cree que la naturaleza de Spinoza era real o más bien
una ficción poético-conceptual que sin embargo permitía operar sobre nuestros afectos, tal como eso que
aparece reflejado en la parte V de la Ética? Otra cosa son los tecnicismos propios de las filosofías
adjetivas, el exigible y necesario rigor filológico de disciplinas que podemos llamar académicas, como la
historia de la Filosofía misma, que en todo caso también operan inevitablemente con metáforas en el
importante trabajo que desarrollan y que no son incompatibles con eso que llamo ficciones
conceptuales.
En 2005 publicaste un libro de sugerente título, Nihilismo y modernidad. Dialéctica de la
antiilustración. ¿A qué “nihilismo” te refieres? ¿Existen formas contemporáneas de
nihilismo? ¿Qué pervive hoy aún de la Ilustración alemana y europea en general?
Ese libro surge como un incidente, como un excursus del que no me pude ocupar cuando preparaba mi
tesis sobre Fichte en el extinto Departamento II de la Complutense, pero un excursus al que dediqué
después una investigación posdoctoral en el departamento de Filosofía IV de la misma Universidad. Al
encontrarme con la famosa carta de Jacobi a Fichte en la que le acusa de nihilismo, que yo miso traduje,
me di cuenta de que esa polémica anticipaba elementos de las polémicas en torno a la posmodernidad.
Proyecté entonces los elementos de ese episodio de 1800 hacia el presente. Jacobi era un declarado
antiilustrado, que defendía la divinidad premoderna, y me pareció que el término nihilismo en su
evolución a partir de Jacobi contenía elementos clarificadores para comprender las relaciones entre
Ilustracion y modernidad, que en mi opinión se suelen identificar erróneamente, pues tan moderno era
Jacobi como Fichte, si bien el primero era antiillustrado y el segundo en principio no. La pregunta era: ¿la
afirmación del nihilismo tan alejada aparentemente a fines del XX sigue siendo antiilustrada? La
respuesta la doy en el libro y exige un recorrido por algunos autores clave del siglo XIX y XX. Es una
contrahistoria del nihilismo.
Nietzsche, Platón, Schopenhauer, Hobbes, Arendt… Si echamos un vistazo al
pasado es fácil identificar a las más egregias autoridades en filosofía, pero ¿ocurre
lo mismo en la actualidad? ¿Sigues la labor de algún pensador en particular?
Lo que llamas ―grandes filosofías‖ son síntesis afortunadas capaces de reunir en unas nociones y
categorías, o si prefieres en ficciones conceptuales, gran número de fenómenos de hechos, síntesis que
iluminan nuestro lugar y nuestras relaciones mutuas en un mundo complejo y en nuestras vidas. Hoy falta
eso. Vivimos en parte de viajes-síntesis, pero tenemos conciencia de que se desmoronan. Es obvio que
antes o después llegarán pensadores que sean capaces de hacerlo, que introducirán algunas categorías que
den con la tecla que nos falta para volver a edificar, al menos parcialmente, nuevos proyectos políticos y
criterios éticos.
Has sido director del Instituto Cervantes en Alemania (Múnich), has dado clase en
España y en Europa, y ahora impartes docencia en Chile. ¿Existen diferencias
cualitativas de un continente a otro a la hora de entender la filosofía?
América tiene la energía que le falta a Europa. Muchas de las fuentes de su cultura, y aún vivas, son
comparables a las de la Grecia clásica. Me refiero a la de los pueblos originarios que todavía subsisten,
aunque con dificultades y precariamente en muchos casos, en todo el continente. Esas culturas, a pesar de
todo, siguen vivas, y eso, que es una excepción en Occidente, se aprecia en la energía, en la vitalidad que
posee una cultura en la que en todo caso Europa dejó sin duda una huella que sigue siendo hoy por hoy
dominante. Pero a Europa le falta esa riqueza. Eso se aprecia incluso en la vida en las aulas, pero también
en el sesgo en torno a lo latinoamericano que es como un magma por cristalizar y que es una promesa de
vida para el pensamiento en este contexto globalizado y algo mortecino, en el que el Occidente europeo o
de la América al norte del Río Grande sigue produciendo mucho más pero en una producción que vive de
ilustres cadáveres.
„El siglo de Teresa de Ávila‟, un catálogo
bibliográfico
MJ /
La Librería-Editorial Polifemo, ha preparado, como homenaje a Teresa de Jesús, un catálogo
bibliográfico titulado El siglo de Teresa de Ávila, que ponen a disposición de quienes puedan estar
interesados. Aunque no pretende ser exhaustivo, puede ser una buena herramienta para adentrarse en el
siglo XVI. Así lo presentan:
El pasado mes de marzo se cumplieron quinientos años del nacimiento de Teresa de Ávila (1515-1582).
Esa efeméride nos ha llevado, una vez más, a confeccionar –respondiendo así al papel que, según
entendemos, una librería puede desempeñar en su entorno– una bibliografía que pudiera contribuir a su
conmemoración.
Esta aproximación al ―siglo de Teresa‖ –el crucial siglo XVI– no ha pretendido agotar todas las facetas
que se abrían en nuestras búsquedas (por ejemplo, los asuntos ultramarinos no se han abordado), pero sí
han querido ofrecer un amplio panorama de la situación ―intelectual‖ y religiosa que enmarcó su
trayectoria, sin dejar de lado el marco histórico y la situación social.
Siempre aprovechamos para recordar que, en estas ―bibliografías comerciales‖, ofrecemos una muestra
significativa, pero no exhaustiva, de la amplia oferta editorial disponible, y también queremos señalar que
los precios están sujetos a las modificaciones que establezcan los editores y que las novedades se irán
incorporando a nuestra base de datos en la página web http://www.polifemo.com, con el fin de hacer
menos perecedero el trabajo realizado.
Visualización del catálogo, que puedes descargar de la pagina de Polifemo en este enlace
En la escuela de la humildad, con Teresa
de Jesús
MJ /
El pasado 26 de mayo, se presentó en el Instituto Cervantes de París Les chemins de la perfection, (Ed.
Fayard), una antología de textos teresianos establecida y traducida del español por Aline Shulman,
prologada por Julia Kristeva. Participó en esta presentación, además de la autora, el escritor Juan
Goytisolo.
Aline Schulman es especialista en literatura española. Ha traducido a numerosos autores, entre ellos al
Premio Cervantes 2014, Juan Goytisolo y traductora de Don Quijote para la editorial Seuil. Sin embargo,
durante muchos años, Teresa se le resistió. Se veía incapaz de penetrar su escritura para traducirla. Así lo
relata RFI:
Aline Schulman se emociona evocando a Santa Teresa: “poeta, escritora, mística … ¡es
todo, vamos!“. Y, sin embargo, numerosos textos de la monja carmelita del siglo XVI
resultaron impenetrables para la traductora al francés de Cervantes y Quevedo.
“Teresa me enseñó la humildad“, nos dice Schulman.
¡Cuánta emoción en la voz de una mujer agnóstica del sigo XXI al hablar de una monja carmelita del
siglo XVI!
Aline Schulman acaba de publicar en la editorial Fayard una nueva traducción al francés de algunos
textos de Santa Teresa de Jesús, una de las grandes figuras del catolicismo, cuyo quinto centenario de
nacimiento se cumplió el pasado 28 de marzo.
La antología se titula ―Les chemins de la perfection‖ (Camino de Perfección). Es la traducción más difícil
de su carrera. Más difícil que traducir a Cervantes o Quevedo, confió la hispanista a RFI.
―Traducir Teresa no es traducir ficción. Es una escritura mística, lo que no tiene nada que ver con la
ficción. El traductor no tiene ninguna libertad, debe tener un respeto absoluto del texto y una modestia
absoluta frente a lo que está escrito―, explica Aline Schulman.
La traductora tuvo que poner en práctica esa humildad. Durante mucho tiempo no logró traducir a la
santa. Los textos de la mística católica le resultaban abstrusos. De repente, un día, durante una
conferencia en la que comentó sus dificultades, una persona del público levantó la mano y le dijo:
―Señora Schulman, quizá Santa Teresa no quiere que usted la traduzca―.
A partir de ese momento, la traductora se dijo: ―Sí, quizás aún no estoy preparada para
hacerlo. Entonces, en lugar de seguir dándome golpes contra las paredes, escogí los textos que sentí
accesibles―.
Para Schulman, la traducción de ―Camino de Perfección‖ es la más difícil de su carrera y Santa Teresa la
autora que la cambió, lo que no sucedió con el Quijote.
―Admiro totalmente a Teresa. Me da lecciones permanentemente. Mi marido me dijo: ‘Esta traducción te
ha cambiado’. Y es cierto. Cervantes no me ha cambiado. El Quijote no me ha cambiado. Pero Teresa me
ha cambiado. Me enseñó la humildad. Teresa dice que es la virtud más importante. Y cuando es
necesario, intento aplicarla a mí misma y en mi relación con los demás―.
Fuente: RFI
LA TRISTEZA QUE NOS “CARCOME”
Jueves, 11 de junio de 2015
José García Paredes
La sociedad en la que estamos viviendo no es feliz. Expresión de ello es la indignación
de quienes tratan de representar el ―sentir de la gente‖ en los medios de comunicación
(artículos, tertulias, entrevistas, manifiestos de partidos políticos). Peor es todavía echar
una mirada al Parlamento, escenario del malhumor. ¡Cuánta tristeza, indignación circula
por las bancadas! Los señores y señoras diputados no disfrutan con la acción política, no
sueñan, no comparten. Se enfrentan. Se burlan los unos de ―los otros‖. Se acusan
mutuamente de corrupción. La tribuna de oradores es un ―muro de lamentaciones‖, de
las críticas sin matices. Parece que vivimos en el reino de la mentira, del robo, de la
extorsión. De nadie se puede uno fiar. ¡Todos ven la mota en el ojo ajeno! ¡Nadie la
viga en el suyo proprio. ¿Ocurrirá algo parecido en la Iglesia, en la vida consagrada
hoy?
Nuestra sociedad tiene muy pocas buenas noticias que celebrar y disfrutar. Envidiamos
a ―otras sociedades‖. ¡Con qué autosuficiencia y jactancia dicen algunos tertulianos: ―Es
que en Inglaterra, en Suecia, en los países civilizados… ¡no ocurre esto‖. ¡Vamos, que
lo mejor sería emigrar de nuestro propio país hacia el país de la inteligencia, del
bienestar, de la felicidad! En última instancia… habría que emigrar del ―planeta azul‖.
Eso ocurre también en la vida consagrada para algunos: ¡la solución está en emigrar, y
si es en grupo mejor! Pero ¿hacia dónde?
La Iglesia debería ser una sociedad diferente
Ella es portadora del Evangelio, es decir, de la buena noticia. Ella tiene como misión ser
―mensajera y testigo de la Alegría‖. Ella ―celebra‖. Vive de sus celebraciones
misteriosas, donde el gozo prevalece sobre la tristeza, la vida sobre la muerte, la gracia
sobre el mal ético.
Pero el clima que en ella se respira, me evoca con frecuencia a la sociedad civil,
política. Lo que vemos es la iglesia de las personas ―indignadas‖, y por lo tanto,
críticadoras. Algunas de ellas vigilantes, para asaltar el poder, cuando sea posible e
imponer sus alternativas. En la Iglesia de la indignación reina la tristeza, y con ella el
desprecio, la amargura permanente. Quienes así se viven, no ven sentido a las
celebraciones litúrgicas, la oración les parece inútil pasatiempo, el recurso a la fe y a la
teología ¡pura ideología!
¿Y en la vida consagrada, se es feliz?
De poco nos sirve la constatación del Papa Francisco en este año de la vida consagrada
“donde están los religiosos allí está la alegría”, si aquello que constatamos en la
mayoría de nuestras comunidades y personas es la tristeza.
Los escenarios
Es verdad que hay escenarios en los cuales parece que derrochamos felicidad:
concentraciones, viajes de peregrinación, jornadas mundiales de la juventud, fiestas,
centenarios y evocaciones del pasado glorioso de la Institución. Es cierto, que las
fotografías que publicamos en nuestros boletines y revistas nos muestran
rebosantes de alegría, entusiastas por el Reino, cercanos a los más necesitados:
traslucimos belleza y felicidad. También es verdad, que cuando nos piden un testimonio
sobre nuestra vocación empleamos un lenguaje de enamorados de Dios, de personas que
han encontrado la felicidad, y que por eso ―lo han dejado todo‖. ¡Esos son unos
escenarios!
Pero hay desgraciadamente otros escenarios de signo diferente: cuando se dejan
aquellos escenarios celebrativos, uno se encuentra con muchos religiosos y religiosas –
de todas las edades- tristes, decepcionados, heridos. Suele ser en el escenario
comunitario, o congregacional, o en el escenario que se crea en la soledad de la propia
habitación. Esas tristezas se tratan de superar con evasiones (¡salir fuera de la
comunidad para despejarse!, ¡evitar actos de oración comunitaria, que no dicen nada!,
¡entretenerse en el propio cuarto con los medios de comunicación que hoy disponemos!,
¡estar en permanente contacto con ―otros mundos‖, ―otras personas‖ a través del móvil).
Y se suele justificar este ―modus vivendi‖ con frases como ésta: ―¡tengo que
sobrevivir!‖.
El diagnóstico: el motivo de mi tristeza… ¡los demás!
Pero observemos cómo diagnosticamos la causa de nuestra tristeza, de nuestra
frustración. Casi nunca el motivo se encuentra dentro de mi, sino fuera:
 Por oposición a quienes nos dirigen: es variada la colección de cargos contra
ellos o ellas: ¡no tienen ninguna preparación para dirigir un Instituto, o una
comunidad y por eso, las cosas siguen como hasta ahora!, ¡buscan el poder y
manipulan para eternizarse en él!, ―todo lo dan hecho, sin consultar‖, ―nos tratan
como piezas de ajedrez‖, ¡permiten y amparan la corrupción o corruptelas que
ellos o ellas o sus amigos generan! Quienes así minusvaloran a sus dirigentes, es
obvio que no muestren demasiados deseos de colaboración, que todo contacto
con ellos o ellas sea siempre tenso, que se planteen si merece la pena seguir en el
Instituto o en la comunidad.
 Por no poder dirigir: hay religiosos y religiosas que siempre se atribuyen la
razón; jamás dudan de su propio ―ego‖; no tienen capacidad de aprender, y sí
mucho que enseñar a los demás, a los que consideran estúpidos. Son ellos o ellas
quienes salvarían al instituto, a la comunidad, quienes elevarían el nivel, quienes
harían funcionar todo adecuadamente. Si no son elegidos/as como miembros del
Capítulo General, el Capítulo General ¡no servirá de nada! Si no son nombrados
líderes de algunas instituciones, se convertirán en oposición permanente a
quienes lo hayan sido. Su tristeza delata que se sienten minusvalorados: que no
han recibido lo que se merecían por su trabajo y cualidades; ¡en el fondo
decepcionados, porque les ha salido mal el negocio! ¡Qué pena entender la vida
consagrada como negocio de ganancias o pérdidas! Y esa tristeza se deja
acompañar de un permanente ―resentimiento‖, que emerge en cada
conversación, en el rostro adusto y airado, en una crisis permanente.
Pero, otras veces, el motivo de mi tristeza está “dentro de mí‖, aunque me cueste
desenmascararlo y reconocerlo:
 Por no comprender: quien todo lo ve mal en su Instituto, tiene dentro un
demonio ciego e iracundo. Valora el todo por la parte. Algo no funciona, por lo
tanto ¡nada funciona! No hace justicia al ―todo del instituto‖, a la energía del
carisma, a tantas personas que se dejan llevar por el Es-píritu y viven en Dios y
para los demás con humildad y una cierta invi-sibilidad. Sólo descubre
problemas. No detecta los milagros del Espíri-tu, que suele elegir a los débiles
para confundir a los fuertes.
 Por una tremenda crisis de fe: quienes se dejan llevar por la tristeza en la vida
consagrada, por una permanente rebeldía contra lo que sucede, ¿oran de verdad
con los salmos? ¿Estarán convencidos de que es ―Dios quien restaura y hace
brillar su rostro sobre nosotros‖ (Salmo 79), que Él es nuestro Dios y Salvador y
por eso podemos exclamar: ―confiaré y no temeré‖, Dios es ―grande en medio de
nosotros‖ (Is 12,1-6). Cuando no confiamos en Dios y perdemos la esperanza en
él ―nos entrega a nuestro corazón obstinado‖ (Salmo 80). ―Lo peor de la tristeza
es que te ciega y pierdes el rumbo‖.
 Por una gran falta de misericordia: Hay en la tristeza en los religiosos un
motivo oculto: la falta de misericordia hacia los prójimos. Jesús dijo, sin
embargo, bienaventurados, felices, los misericordiosos. San Isaac de Nínive
explicó así esta bienaventuranza:
―¿Qué es un corazón misericordioso? Es el corazón que arde en amor por toda la
creación, por los seres humanos, por los pájaros, por los animales e incluso por los de-
monios. Cuando se acuerda de ellos, cuando los contempla, los ojos de la persona
misericordiosa se llenan de lágrimas, que nacen de la gran misericordia que oprime su
corazón . Crece en ternura y no puede re-sistir escuchar o ver cualquier injuria o incluso
una leve pena de cual-quier cosas de la creación. Por eso, esta persona ofrece
continuamente oraciones con lágrimas incluso hasta por los animales irracionales y por
los enemigos de la verdad y por todos los que la ofendan y lasti-man, para que sean
guardados y perdonados‖.
¿No será la misericordia hacia ―todos nuestros hermanos o hermanas de Congregación‖
la que nos devuelva la alegría y el entusiasmo? Hay realidades exteriores que nos
pueden hacer llorar sobre la vida religiosa actual, tal como Jesús lloró ante las murallas
de Jerusalén. Pero Jesús no se echó atrás. Decidió entregar su vida por la vida del
pueblo, para que descendiera del cielo una nueva Jerusalén.
Pero también hay realidades interiores que nos ponen muy tristes y que nos invitan a
una lucha dentro de nosotros mismos. Son nuestros complejos, nuestros egos –deseosos
de ser idolatrados-, nuestros demonios interiores. No hay cosa peor que ser esclavo de
uno mismo.
Mi fundador, san Antonio María Claret, nos decía ―que la tristeza es la polilla del alma‖
y nos pedía que no la alimentásemos. Y el gran filósofo Séneca también decía: ―La
tristeza, aunque esté justificada, muchas veces solo es pereza. Nada necesita menos
esfuerzo que estar triste‖. Si queremos ser –en nuestra sociedad- alternativa, mensajeros
de la Buena Noticia, testigos alegres de la Resurrección, hemos de dejarnos ungir por la
Alegría del Evangelio, por el Espíritu, causa de nuestra alegría. Y utilizar el magnífico
don de nuestra libertad: en Alianza con nuestro Dios ¡podemos!
DIOS DE LO PEQUEÑO
Manuel Romero 14 junio, 2015
Las apariencias siempre engañan y lo grande, robusto y alto no siempre es lo que perdura, aguanta y
sostiene.
Cuando vamos al mercado elegimos siempre lo más apetecible, colorido y grande. Nos llama la atención
lo que destaca y está de moda. Y nosotros lo compramos pensando que hemos acertado. Constatamos
después, que no siempre lo más perfecto dura más, lo más abundante satisface y lo más colorido ofrece
más sabor. Lo sabemos y aún así… caemos en la tentación de adquirir lo que nos entra por los ojos.
Jesús, a la hora de explicar a la gente lo del Reino de Dios recurre al profeta Ezequiel: Dios Padre prefiere
los brotes pequeños a las ramas fuertes, le encantan los árboles pequeños y no repara en los grandes y
frondosos. Y Jesús lo ejemplifica con una semilla de mostaza, la más pequeña de todas y que, al final, va
a dar lugar al mayor de los arbustos.
La propia vida de Jesús puede ser interpretada desde esta semilla. Él pasó inadvertido para los que sabían
de leyes y religión. No vino con un gran cortejo, ni avalado por títulos y sin aparente poder y, sin
embargo, hizo presente el Reino de Dios.
¡Qué contrasentido el buscar al Cristo de los milagros! ¡Pedir para la Iglesia más repercusión social! Nos
cuesta vivir la fe sencillamente, transformando desde dentro, poco a poco, y desde la humildad.
El otro ejemplo o parábola sobre el Reino nos lleva a considerar que Dios es quien produce el crecimiento
de ese Reino y que nosotros somos meros colaboradores.
Todo en la vida parece responder a nuestro trabajo, a nuestro empeño, a nuestras capacidades. Si algo
resulta lo atribuimos a nuestro esfuerzo, al tiempo invertido, a la tarea bien hecha. Y si resulta deficiente,
lo achacamos a los pocos medios de que disponíamos, a la poca calidad de los ayudantes y al despiste del
mismo Dios. Jesús hace caer en la cuenta de nuestro papel en esa tarea. Somos sembradores y
cosechadores porque Dios lo permite: ―sin que sepamos cómo la semilla germina y crece; y la tierra, por
sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas.
Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la
cosecha‖.
Ese labrador somos tu y yo cuando nos creemos los artífices del crecimiento. Cuando vemos la cosecha y
nuestras manos y consideramos que sólo es fruto de nuestro esfuerzo… y desechamos las manos de Dios.
Pero, ¿y si va mal? Y si aparece un pedrisco, una helada, una inundación o una sequía… ¿Nos echaremos
la culpa o descargaremos la responsabilidad en Dios?
El Salmo de hoy nos pone en nuestro lugar. Nos dice que el justo, el que lleva en sí la buena semilla,
crecerá como una palmera y dará fruto hasta bien entrada la vejez. Y eso ocurre porque el justo sabe
quién es el verdadero artífice de todo ello; porque confía más en Dios que en sí mismo.
Ojalá no se nos olvide mañana al volver al trabajo, a la tarea, la providencia con la que Dios nos trata.
Ojalá los que estamos en la Vida Religiosa miremos con cariño lo frágil y pequeño y sepamos agradecer
lo que Dios hace a través nuestro.
Si no…, siempre nos quedará el consuelo de saber que los discípulos -que escucharon estas parábolas-
dudaron cuando volvieron a la barca y se levantó el temporal.
Credibilidad de la Fe y Espiritualidad de la Caridad
Política
Editado por
Agustín Ortega
Como se titulaba el libro de lo uno de los teólogos más significativos de nuestro tiempo, H. V.
Balthasar, “Solo el amor es digno de fe”. Y como nos enseña la Iglesia, por ejemplo el
Vaticano II (GS), Pablo VI o Juan Pablo II, la trasmisión de la fe y la misión de la iglesia solo tendrán
credibilidad si somos testimonios del amor, la paz y la justicia liberadora con los
pobres. Ya que, como nos enseña la misma filosofía en dialogo con la teología, la imagen y el rostro
creíble de Dios, tal como se reveló en Jesús, es la de un Dios que es amor y vida, perdón y paz,
solidaridad y justicia con los pobres. Es el Dios de la fraternidad y de la vida, el Dios de los
pobres y de las víctimas, de los oprimidos y excluídos, de la esperanza en ―el cielos nuevo y la
tierra nueva‖ (Ap 21). Tal como nos lo ha transmitido la tradición y la enseñanza de la iglesia, por
ejemplo, últimamente los Papas Benedicto XVI y Francisco.
Decía uno de los filósofos más relevantes de nuestro tiempo, F. Rosenzweig, que lo que la Biblia
enseña es lo que está en lo más profundo del ser humano. La persona está creada,
constituida y llamada por Dios, en Cristo y el Don de su Espíritu, a este amor y justicia que es Dios
mismo y que nos regala con su Gracia. Y en la Revelación bíblica, en el Evangelio de Jesús, tal como nos
lo ha transmitido la Iglesia, Dios en Jesús con su proyecto del Reino de Dios nos manifiesta ese
deseo y anhelo de espiritualidad, de trascendencia, de salvación liberadora en la
fraternidad, en el amor y la justicia con los pobres. El sueño que tiene Dios para la humanidad e historia,
para cada persona y para el mundo, ese Reino de amor, paz y justicia con los pobres que nos salva y libera
de todo mal, pecado e injusticia: es lo que llena el alma y el corazón del ser humano; lo
que nos da la felicidad y vida, vida plena y eterna. En el encuentro y experiencia de la
personas con Dios en Jesús, con su proyecto de Reino en el amor y justicia con los pobres, se va
vivenciando la realización humana y espiritual, ética y estética.
El ser humano está conformado espiritualmente y busca la trascendencia en la verdad,
en la belleza y el bien, en la vida plena y eterna. Y esta trascendencia se va encontrando en la
contemplación o meditación (oración) y acogida del amor que nos regala Dios, en la entrega de la vida, en
el servicio y compromiso de la caridad por un mundo más fraterno y justo. Se trata de conocer y
seguir a Jesús que con su Evangelio, con su vida y proyecto del Reino de Dios, nos
revela una existencia desde la entrega y el servicio, desde el amor y la pobreza liberadora en el
compartir (dar) la vida, los bienes y las luchas por la justicia con los pobres de la
tierra. Dios nos regala en Cristo su Gracia y Don del Espíritu que es, a la vez, compromiso y
exigencia de entrega, de pobreza solidaria y compromiso social, de lucha por la paz y la
justicia con los pobres de la tierra; contra los ídolos del poder y de la riqueza, del ser rico. La Revelación
del Dios bíblico y de Jesús se realiza desde este lugar espiritual de la entrega, del servicio y
la pobreza evangélica en fraternidad liberadora con los pobres de la tierra, desde el compromiso por
ese mundo más pacífico y justo con los oprimidos. Frente a los falsos dioses del tener y del
poder, del prestigio y de la riqueza, del ser rico y de la élites, de la codicia… que lo que causan
es esclavitud e injusticia, mal y pecado, rechazo del Dios del amor y de los pobres. Así se ha manifestado
todo ello en esos buscadores de Dios, en esos seguidores del Jesús Pobre-Crucificado
por causa del Reino de Dios y su justicia liberadora con los pobres, que son los santos y las santas.
De ahí que la fe y la misión de la iglesia tenga este constitutivo carácter social, público y
político, la espiritualidad de la caridad política que, como nos enseña la iglesia, pretende el
bien común, la solidaridad y la justicia con los pobres. La vida de gracia en la fe que se expresa en la
santidad del amor se realiza, de forma más universal, en la caridad política que busca transformar el
mundo, la humanidad e historia para que se vaya ajustando al Reino de Dios, a su paz y justicia liberadora
con los pobres. Nada más lejos de la fe cristiana y su espiritualidad de encarnación, en
el Verbo de Dios hecho humano, que una vida cristiana que privatiza la fe; que se queda en un
espiritualismo e intimismo que no asume la vida y la realidad de los pobres u oprimidos, que no se
encarna en las causas de la paz, de la solidaridad y de la justicia con los excluidos del mundo.
Evidentemente, como igualmente nos enseña la iglesia, hay que rechazar de la misma forma todo
confesionalismo ideológico-partidista que no distingue lo que es la fe del ámbito del
partidismo político, gubernamental y estatal. Hay que respetar la distinción entre la fe y las
ideologías, entre la espiritualidad y los partidos, entre la religión y el estado, la iglesia y los gobiernos.
Se trata de ejercer esa adecuada laicidad o autonomía de la iglesia y del estado, de las realidades
del mundo. Ya que no hay un partido o política que se pueda identificar con la fe. No existe una
cultura o política confesional cristiana ni católica. Sino que es la fe y la enseñanza de la
iglesia la que inspira a los cristianos para que ejerzan su caridad política, su
compromiso cultural, social y público orientado por los valores evangélicos y morales. Y ello junto a toda
persona de buena voluntad, sea creyente o no, que se encuentra en la misma vida política y democrática,
que tenemos los mismos derechos y deberes en la gestión y responsabilidad ciudadana, cívica y política.
Inspirada en la fe y orientada por la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), esta caridad política
tiene que ser creíble y coherente, ha de promover el bien común, la paz y la justicia con los pobres, luchar
contra todo lo que se oponga a la vida y dignidad de la persona. La caridad política promociona y
defiende la vida en todas sus fases o dimensiones. Y, por tanto, se opone las desigualdades e
injusticias del hambre y la pobreza, del paro y de la explotación laboral, de las
guerras y la destrucción ecológica, del aborto y eutanasia, de la pena de muerte y
cualquier maltrato o trata-esclavitud de las personas, etc. La fe y ética es libre, liberadora
y crítica ante toda ideología o sistema político que sea injusto e inhumano como es el liberalismo
economicista, el capitalismo y el comunismo colectivista o colectivismo, como son los fascismos y
nacionalismos excluyentes…La fe impulsa el matrimonio y la familia entre el hombre y la mujer abierto a
la vida, a los hijos desde la paternidad responsable, que tengan garantizada sus derechos humamos
y sociales en el bien común, en la justicia social e internacional con los pobres. Frente al laicado o
familia individualista y burguesa, es un laicado y familia solidaria, pobre evangélicamente,
militante y comprometida de forma transformadora por un mundo mejor, más digno y
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  • 1. VÍDEO DE HOY: Pueblo de Dios: Cáritas-Chavicar, una empresa con corazón En Logroño, la Fundación Cáritas-Chavicar promueve varias acciones sociales. Está volcada en el empleo y se presenta como alternativa a los roperos de las Cáritas parroquiales. Italia improvisa "campos de refugiados" ante el cierre de fronteras europeas Centenares de personas están bloqueadas en la frontera entre Italia y Francia sin techo ni comida y en condiciones higiénicas deplorables La explicación de una situación así se relaciona con el cierre del espacio Schengen hasta el lunes con motivo de la cumbre del G7 de la semana pasada Las autoridades italianas, aunque con retraso, se movilizan para ofrecer a los inmigrantes espacios provisionales, como tiendas de campañas o centros comerciales, para evitar que duerman al raso EFE 14/06/2015 - 14:18h Inmigrantes esperan hoy en la frontera franco-italiana cerca de Menton, sur de Francia. / Efe
  • 2. Tiendas de campaña, espacios comerciales y hasta túneles, son los "campos de refugiados" improvisados que Italia ha instalado para dar cobijo y ayuda a las cientos de personas que se han quedado bloqueadas en el país tras el cierre de las fronteras de los Estados vecinos. Son centenares de inmigrantes, en su mayorías eritreos y sudaneses, llegados en pateras desde Libia y atrapados en una Italia en la que no se quieren quedar y con destino a una Europa que nos les quiere. Se supone que esta situación se ha creado ante el cierre del espacio europeo de Schengen hasta mañana, 15 de junio, debido a la ya finalizada cumbre del Grupo de los Siete (G7) celebrada en Alemania y por lo que los países limítrofes Francia, Austria y Alemania impiden el paso a los inmigrantes. Por ello, desde hace días vagan por las estaciones de las principales ciudades italianas en la espera de coger el tren que les lleve a Suecia, Alemania, o Francia, donde encontrar a sus familiares, y cuyo billete han pagado con un enorme esfuerzo económico que les ha dejado sin dinero. Otro centenar de ellos, pasó la noche como protesta en equilibrio sobre los escollera del puerto de Ventimiglia, la localidad de la región italiana de Liguria que linda con Francia, después de que la Gendarmería francesa les haya impedido el paso. Aunque con retraso, tras días de polémica, las autoridades italianas se han movilizado para crear improvisados campos de refugiados en Ventimiglia y en las proximidades de las estaciones Tiburtina de Roma y la Central de Milán. Desde esta noche, los llamados "cubos" en plexiglás, que se alquilan fuera de la estación Central de Milán como espacios comerciales, han sido destinados a dar cobijo a los cientos de inmigrantes que, hasta ahora, pasaban el día en el interior de la estación o en la plaza y jardines aledaños. No todos se fían y han preferido seguir durmiendo a la intemperie, explica uno de los voluntarios que asiste y lleva comida a estas personas, pues explica que cree que se trata de una "estratagema" para identificarles. Al menos, en estos espacios, las organizaciones humanitarias y los voluntarios han podido organizarse para dar tres comidas a estas personas, que hasta ahora tenían que comer tiradas en la calle. "Sé que no son lugares idóneos, pero la Estación nos ha puesto a disposición estos espacios y éstas personas necesitan una solución", explicó el concejal de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Milán, Pierfrancesco Majorino. En Roma, el Ayuntamiento y la Cruz Roja han instalado un campamento con una gran tienda de campaña con capacidad de hasta 150 personas y servicios higiénicos, donde ya han pasado la noche inmigrantes varones, mientras las mujeres y niños han sido destinados a un centro de acogida de la zona. Pero la última y representativa imagen de la repercusión de cerrar las fronteras es la de Ventimiglia, donde cerca de un centenar de inmigrantes fueron rechazados a la frontera con Niza y esperan que se les deje pasar. Algunos de ellos se han tenido que buscar cobijo en el interior de un túnel ante la lluvia que cayó ayer, mientras que un grupo de unas 40 personas cómo gesto de protesta han pasado la noche en la escollera del puerto cubiertos por mantas isotérmicas. Aunque el Ayuntamiento de Ventimiglia ha instalado duchas y servicios higiénicos y organizaciones y los mismos vecinos de la localidad llevan comida y ropa a los inmigrantes, afirman que la situación aunque bajo control empieza a ser preocupante ya que siguen llegando más inmigrantes cuyo destino es Francia. Esta situación ha llevado al primer ministro del Interior a amenazar este domingo en una entrevista televisiva con que Italia "cambiará de comportamiento" si "Europa no es solidaria" pues no se aceptará "una Europa egoísta". Por su parte, el presidente del Gobierno italiano, Matteo Renzi, consideró "insuficiente" y "casi una provocación" la propuesta de la Comisión Europea de repartir solo a 24.000 demandantes de asilo sirios y eritreos entre los Estados miembros, y a la que además se oponen muchos de ellos.
  • 3. Tanto Renzi como Alfano explicaron que si Europa no ayuda se está preparando "un plan B" sobre inmigración, pero no quisieron adelantar los detalles. Desde mañana, se supone que se abrirán las fronteras y se entenderá entonces si estas personas pueden llegar a los países europeos donde viven sus familias o quedarán "atrapados" en Italia. Las víctimas inocentes del sida Kenia. Un millón y medio de niños han perdido a sus padres por la enfermedad. Miles están contagiados y son rechazados. Por: EFE 0  Los niños contagiados de sida en Kenia son blanco del rechazo. No pueden estudiar y sus familiares los abandonan. /AFP Paul es un joven delgadísimo y con señales de una desnutrición, que llegó a Nyumbani (―Hogar‖ en suajili), un orfanato en Nairobi hace tanto tiempo que ―ya ni se acuerda‖. Su madre había muerto y su padre no quería saber nada de él, así que su abuela lo dejó al cuidado de esta asociación a donde llegan los niños contagiados de sida. El orfanato Nyumbani es uno de los pocos que acoge exclusivamente a huérfanos con la enfermedad y les ofrece ―comida, medicinas y un ambiente de aceptación total‖, según explica a Efe Protus Lumiti, director de la casa en Nairobi. En Kenia, los niños que nacen ―positivos‖ se enfrentan a un estigma difícil de superar y que viene de lejos. En una sociedad como la keniana, altamente puritana, tener el sida es visto como fruto de una conducta inmoral, un tabú relacionado con la sexualidad. Ese estigma afecta también a los menores de edad. Lumiti cuenta que, hasta 2003, los niños del orfanato no eran aceptados en escuelas públicas porque ―infectarían a otros‖. Actualmente, los niños no son obligados a revelar su condición a sus compañeros. ―Es difícil mantener a los amigos si se lo dices‖, cuenta Paul. ―No saben muy bien qué es lo que tienes‖. Ellos mismos al principio desconocen su condición, no saben muy bien qué tienen. Los médicos, profesores, ―madres‖ y ―tíos‖ (profesionales que viven con ellos) les dan la información en pequeñas dosis. En la adolescencia comienza la parte más dura, aseguran, ya que empiezan a tener pareja y a plantearse formar una familia. Ese es el momento en el que se les explica las precauciones que tienen que tomar si tienen sexo o quieren tener un bebé. En la parte de atrás de Nyumbani, junto a un pequeño huerto que da unos generosos tomates (y deliciosos, se enorgullece Paul), está el cementerio. Unas cuantas cruces son testigos de los niños que han muerto en este lugar. ―Ahora, con medicinas y los avances médicos, tenemos menos muertes‖, explica Lumiti, que aclara que los más grandes tienen menos opciones. Pero Paul, al menos, saldrá adelante: ―No me avergüenzo de lo que soy. He aprendido a apreciarme, a ser fuerte y a hacer algo con mi vida", afirma en el hogar que en 1982 el padre Angelo d'Agostino fundó para 3 niños huérfanos, abandonados y enfermos del sida. Ahora ya son 129 niños. En Kenia, dos millones y medio de niños menores de 15 años son huérfanos; y cerca de un millón y medio lo son a causa del sida, según datos del Programa Nacional keniano sobre el Sida y el Control de las Enfermedades de Transmisión Sexual (NASCOP, en inglés). Una de cada diez mujeres embarazadas en Kenia está infectada con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida), y una de cada tres muertes infantiles es debido al sida. Pese a estos datos, la situación en Kenia ha mejorado: las nuevas infecciones del VIH han caído un 15 % en los últimos cinco años, y de las 170.000 muertes por sida en 2002 se ha bajado a las 58.000 en 2013, según datos del Programa de Naciones Unidas para la Lucha contra el Sida (UNAIDS). Aunque Kenia se ha comprometido a eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH para 2015, el contagio de madres a sus bebés se ha mantenido estable en el 14% durante los últimos tres años. Y si la
  • 4. madre muere, muchos niños son abandonados por la propia familia. El 70% de los niños en Nyumbani tiene algún familiar, pero "no quieren saber nada de ellos‖. Millones de personas refugiadas, condenadas a una vida de miseria y, a veces, a la muerte Niño refugiado kurdo de la ciudad de Kobani en un campo de refugiados en la ciudad fronteriza de Suruc , Turquía. © REUTERS / Yannis Behrakis Los líderes del mundo están condenando a millones de refugiados a una existencia insoportable y a miles de personas a la muerte al no proporcionarles protección humanitaria esencial, ha declarado Amnistía Internacional en la presentación de un nuevo documento en Beirut hoy, con motivo del Día Mundial del Refugiado, el 20 de junio. La crisis de refugiados mundial: Una conspiración para el abandono explora el sobrecogedor sufrimiento de millones de refugiados, desde Líbano hasta Kenia, desde el mar de Andamán al Mediterráneo, y reclama un cambio radical en la forma en que el mundo aborda el problema de los refugiados. ―Estamos presenciando la peor crisis de refugiados de nuestra era, en la que millones de mujeres, hombres y niños luchan por sobrevivir en medio de guerras brutales, redes de traficantes de seres humanos y gobiernos que persiguen intereses políticos egoístas en lugar de mostrar una compasión humana básica‖, afirmó Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. ―La crisis de los refugiados es uno de los retos que definen el siglo XXI, pero la respuesta de la comunidad internacional es un vergonzoso fracaso. Necesitamos una reforma radical de la política y la práctica para crear una estrategia global coherente e integral.‖ Amnistía Internacional presenta una propuesta para reforzar el sistema de protección de los refugiados y pide a los Estados que hagan compromisos firmes para cumplir sus obligaciones legales individuales y renueven su compromiso con el reparto internacional de la responsabilidad. Entre las medidas que Amnistía Internacional pide a los gobiernos que adopten figuran las siguientes:  El compromiso de reasentar colectivamente en los próximos cuatro años al millón de refugiados que necesitan actualmente reasentamiento.
  • 5.  La creación de un fondo global para los refugiados que cubra todos los llamamientos humanitarios de la ONU para crisis de refugiados y proporcione apoyo económico a países que acogen a gran número de refugiados.  La ratificación global de la Convención sobre los Refugiados de la ONU.  Desarrollar sistemas nacionales justos para evaluar las solicitudes del estatuto de refugiado y garantizar que los refugiados tienen acceso a servicios básicos, como la educación y la atención sanitaria. ―El mundo no puede seguir mirando sentado mientras países como Líbano y Turquía asumen cargas tan enormes. No se debería permitir que un país se ocupe de una emergencia humanitaria masiva con tan poca ayuda de los demás, sólo porque comparte frontera con un país en conflicto‖, añadió Salil Shetty. ―Los gobiernos de todo el mundo tienen la obligación de garantizar que nadie muere mientras trata de alcanzar la seguridad. Es esencial que ofrezcan un lugar seguro a refugiados desesperados, establezcan un fondo global para los refugiados y adopten medidas efectivas para enjuiciar a las bandas de traficantes de personas. Ya es hora de aumentar la protección de los refugiados; todo lo que no sea eso convertirá a los líderes del mundo en cómplices de esta tragedia evitable.‖ Siria: La mayor crisis de refugiados del mundo Más de cuatro millones de refugiados han huido de Siria, y el 95 por ciento está en sólo cinco países de acogida: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Estos países se esfuerzan ahora por lidiar con la situación. Ni la comunidad internacional los ha ayudado ni las agencias humanitarias que ayudan a los refugiados les han proporcionado recursos suficientes. Pese a los llamamientos del ACNUR, la Agencia para los Refugiados de la ONU, se han ofrecido a los refugiados sirios demasiados pocas plazas de reasentamiento. La situación es tan desesperada que algunos de los países vecinos de Siria han recurrido a medidas profundamente inquietantes, como negar a personas desesperadas la entrada en su territorio y devolver a personas al conflicto. Desde principios de 2015, Líbano ha restringido severamente la entrada de personas que huyen de Siria. Las autoridades libanesas emitieron unas nuevas directrices por las que los nacionales sirios deben cumplir unos criterios concretos para entrar. Desde la imposición de estos criterios, ha habido una reducción significativa de las inscripciones de refugiados sirios: en el primer trimestre de 2015, el ACNUR inscribió un 80 por ciento menos de refugiados sirios que en el mismo periodo de 2014. El Mediterráneo: la ruta marítima más peligrosa El Mediterráneo es la ruta marítima más peligrosa para las personas refugiadas y migrantes. En 2014, 219.000 personas hicieron la travesía en condiciones enormemente arriesgadas y 3.500 murieron en el intento.
  • 6. En 2014, las autoridades italianas rescataron a más de 166.000 personas. Sin embargo, en octubre de ese año, Italia, bajo la presión de otros Estados miembros de la UE, canceló la operación de salvamento Mare Nostrum, que fue sustituida por la operación Tritón, mucho más limitada (a cargo de Frontex, la agencia de fronteras de la UE). La operación Tritón contaba con menos barcos y su área de operaciones estaba alejada de la zona desde la que se hacen la mayoría de las llamadas de socorro. Esto contribuyó a un dramático aumento del número de muertes en el Mediterráneo: a 31 de mayo de 2015, 1.865 personas habían perdido la vida tratando de cruzar este mar, frente a las 425 fallecidas en el mismo periodo de 2014 (según la Organización Internacional para las Migraciones). Tras varios casos terribles de muertes en el Mediterráneo, a finales de abril, los líderes europeos aumentaron por fin los recursos dedicados a las operaciones de búsqueda y salvamento. Así, se ampliaron los recursos y el área de operaciones de Tritón para cubrir los de Mare Nostrum. Además, algunos Estados europeos, como Alemania, Irlanda y el Reino Unido, han desplegado barcos y aviones que se suman a los recursos de la operación Tritón para aumentar aún más la capacidad de ayudar a personas en el mar. Estas medidas, que Amnistía Internacional llevaba tiempo propugnando, son un importante paso para aumentar la seguridad en el mar de las personas refugiadas y migrantes. La Comisión Europea ha propuesto asimismo que los Estados de la UE ofrezcan 20.000 plazas de reasentamiento adicionales para refugiados procedentes de fuera de la Unión. Aunque esta propuesta es un paso adelante, 20.000 es una cifra demasiado pequeña para contribuir adecuadamente al reparto internacional de la responsabilidad. Por ejemplo, es probable que los refugiados sirios que se enfrentan a una asistencia humanitaria reducida en los principales países de acogida y no tienen ninguna perspectiva de regresar a casa en un futuro próximo, sigan intentando cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Sin rutas alternativas seguras y legales suficientes para los refugiados —pero también para los migrantes— la gente seguirá jugándose la vida. África: Crisis olvidadas Hay más de tres millones de refugiados en el África Subsahariana. Los estallidos de combates en países como Sudán del Sur y la República Centroafricana han provocado el aumento del número de personas en movimiento que huyen de los conflictos y de la persecución. De los primeros 10 países de origen de refugiados del mundo, cinco están en el África Subsahariana. Cuatro de los 10 países que más refugiados acogen están asimismo en esta región. Los conflictos y crisis de la región han provocado la entrada de refugiados en los países vecinos, muchos de los cuales ya acogen a refugiados de larga duración procedentes de países como Somalia, Sudán, Eritrea y Etiopía, entre otros.
  • 7. En algunas de estas situaciones, como las de Sudán del Sur y Sudán, los refugiados están en países que padecen a su vez conflictos. Las crisis de refugiados de África reciben poca o ninguna atención en los foros políticos regionales o mundiales. En 2013, fueron reasentados menos de 15.000 refugiados procedentes de países africanos, y los llamamientos humanitarios de la ONU no reciben fondos suficientes. Por ejemplo, como consecuencia del conflicto que estalló en Sudán del Sur en diciembre de 2013, más de 550.000 personas de convirtieron en refugiados, la mayoría de los cuales está ahora en Etiopía, Sudán, Kenia y Uganda. A 3 de junio de 2015, sólo estaba financiado el 11 por ciento del plan de respuesta regional para los refugiados de Sudán del Sur de la ONU. Sureste Asiático: Rechazar a los desesperados En el primer trimestre de 2015, el ACNUR informó de que habían intentado cruzar la bahía de Bengala alrededor de 25.000 personas, aproximadamente el doble de la correspondiente al mismo periodo de 2014. La ruta marítima de la bahía de Bengala es empleada sobre todo por rohingyas musulmanes procedentes de Myanmar y nacionales bangladeshíes. El 11 de mayo, la Organización Internacional para las Migraciones calculaba que había 8.000 personas en embarcaciones a la deriva cerca de Tailandia. Se creía que muchas de estas personas eran rohingyas que huían de la persecución auspiciada por el Estado en Myanmar. Durante el mes de mayo, Indonesia, Malaisia y Tailandia rechazaron barcos que llevaban a bordo a cientos de refugiados y migrantes que necesitaban desesperadamente ayuda, pese a los riesgos que afrontaban. El ACNUR calcula que 300 personas murieron en el mar en los primeros tres meses de 2015 a causa del ―hambre, la deshidratación y los abusos de las tripulaciones de los barcos‖. El 20 de mayo, Indonesia y Malaisia cambiaron de rumbo y anunciaron que proporcionarían ―refugio temporal‖ a un máximo de 7.000 personas que estaban aún en el mar. Sin embargo, esta protección temporal sólo dura un año como máximo y está condicionada a que la comunidad internacional ayude en la repatriación o el reasentamiento. Indonesia, Malaisia y Tailandia no han ratificado la Convención sobre los Refugiados de la ONU. Por otra parte, el gobierno australiano ha sentado un terrible precedente en la región, con un enfoque más estricto hacia los solicitantes de asilo que intentan llegar por barco que, bajo la apariencia de salvar vidas, ha incumplido sus responsabilidades contraídas en virtud de las leyes sobre refugiados y de derechos humanos. ―Desde el Andamán hasta el Mediterráneo, la gente arriesga y pierde la vida mientras trata desesperadamente de llegar a un lugar seguro. La actual crisis de refugiados no se resolverá a menos que la comunidad internacional reconozca que es un problema global que exige que los Estados aumenten significativamente la cooperación internacional. Esta semana el ACNUR dará a conocer sus estadísticas
  • 8. anuales sobre refugiados y es probable que veamos que la crisis está empeorando. Es hora de actuar‖, concluyó Salil Shetty. También está disponible el informe completo en inglés.http://bit.ly/1JSX13y Papa Francisco: Custodiemos el corazón del “rumor pagano” 2015-06-15 Radio Vaticana (RV).- Que el cristiano aprenda a custodiar el corazón de las ―pasiones‖ y de los ―rumores mundanos‖, para estar atento y recibir en todo momento la gracia de Dios. Es la reflexión que hizo el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Hay un ―momento favorable‖ para recibir el don gratuito de la gracia de Dios y ese momento es ―ahora‖. El cristiano – dijo el Santo Padre – debe ser consciente de esto y, por lo tanto, tener el corazón preparado para recibir ese don, con un corazón libre ―del rumor mundano‖ que, además, es el ―rumor del diablo‖. Comprender el tiempo de Dios Francisco se inspiró en las lecturas de la liturgia del día. De San Pablo destacó que subraya que ―no hay que recibir en vano la gracia de Dios‖, que se manifiesta – según afirma el Apóstol – ―ahora‖. Lo que significa – observó el Papa – que ―en cada tiempo el Señor nos vuelve a dar la gracia‖, el ―don que es gratuito‖. De ahí que haya exhortado a recibirlo, estando atentos a lo que también indica Pablo cuando dice: ―Por nuestra parte, a nadie damos motivo de escándalo‖: ―Es el escándalo del cristiano que se dice cristiano, incluso que va a la iglesia, va los domingos a Misa, pero no vive como cristiano, vive como mundano o como pagano. Y cuando una persona es así, escandaliza. Cuántas veces hemos oído en nuestros barrios, en los negocios: ‗Mira, aquel o aquella, todos los domingos va a Misa y después hace esto, esto, esto, esto…‘. Y la gente se escandaliza. Es lo que dice Paolo: ‗No recibir en vano‘. ¿Y cómo debemos recibir? Ante todo es el ‗momento favorable‘, dice. Nosotros debemos estar atentos para entender el tiempo de Dios, cuando Dios pasa por nuestro corazón‖. Un corazón libre de pasiones Y el umbral de esta atención – explicó Francisco – el cristiano lo alcanza si se pone en condición de ―custodiar el corazón‖, ―alejando todo rumor que no viene del Señor‖, alejando, sugiere, las ―cosas que nos quitan la paz‖. Un corazón liberado de las ―pasiones‖, las que en el pasaje evangélico – nota el Papa – Jesús sintetiza en el ―ojo por ojo‖ volteando la perspectiva con el hecho de ―poner la otra mejilla‖: ―Estar libre de pasiones y tener un corazón humilde, un corazón dócil. El corazón es custodiado por la humildad, por la mansedumbre, jamás por las luchas, por las guerras. ¡No! Esto es el rumor: rumor mundano, rumor pagano o rumor del diablo. El corazón en paz. ‗No dar motivo de escándalo a nadie para que no sea criticado nuestro ministerio‘, dice Pablo, pero también habla del ministerio del testimonio cristiano, para que no sea criticado‖. Sabios y benévolos Custodiar el corazón para ser de Dios siempre, como dice San Pablo, ―en las tribulaciones, en las necesidades, en las angustias, en las adversidades, en las prisiones, en los tumultos, en las fatigas, en las vigilias y en los ayunos‖: ―Pero son cosas feas todas estas, ¿y yo debo custodiar mi corazón para recibir la gratuidad y el don de Dios? ¡Sí! ¿Y cómo lo hago? Prosigue Pablo: ‗Con pureza, con sabiduría, con magnanimidad, con benevolencia, con espíritu de santidad‘. La humildad, la benevolencia, la paciencia, que sólo mira a Dios, y tiene el corazón abierto al Señor que pasa‖. (María Fernanda Bernasconi - RV).
  • 9. ¡Prosigan su servicio de caridad cristiana y denuncien lo que pisotea la dignidad humana!, apremiante llamamiento del Papa a la ROACO 2015-06-15 Radio Vaticana En los perseguidos y en las víctimas inocentes de los intereses de los traficantes de muerte, Jesús mismo nos mira pidiendo esa caridad que nos hace cristianos (RV).- Al recibir a los participantes en la 88 plenaria de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales – ROACO - con su dolor y preocupación, ante los eventos dramáticos que sacuden Oriente Medio, el Papa Francisco recordó su peregrinación a Tierra Santa y la sucesiva súplica por la paz en Tierra Santa, en Oriente Medio y en todo el mundo, convocada por él mismo y celebrada en el Vaticano, el 8 de junio de 2014. ¡Todos hubiéramos deseado que la semilla de la reconciliación hubiera producido más frutos!, exclamó el Obispo de Roma, haciendo hincapié en que la tierra de Oriente Medio, marcada desde hace años por conflictos, «está surcada por los pasos de los que buscan refugio e irrigada por la sangre de tantos hombres y mujeres, entre los cuales son numerosos los cristianos perseguidos a causa de su fe». «Es la experiencia cotidiana de los hijos e hijas de las Iglesias de Oriente y de sus Pastores, que comparten los sufrimientos con tantas otras personas. Y ustedes, también en esta Sesión, llevan adelante la obra de escucha y de servicio, que caracteriza el estatuto de las agencias que representan», señaló el Papa Bergoglio, para luego recordar a todos los cristianos y a todos los inocentes, víctimas de la violencia y de los intereses de los traficantes de muerte, con un llamamiento a perseverar en la caridad cristiana y a denunciar lo que pisotea la dignidad humana: «En el drama de estos meses, parece que el mundo haya tenido un sobresalto de conciencia y haya abierto los ojos, dándose cuenta de la presencia milenaria de los cristianos en Oriente Medio. Se han multiplicado iniciativas de sensibilización y de ayuda para ellos y para todos los demás inocentes, golpeados injustamente por la violencia. Sin embargo, se debería cumplir un esfuerzo ulterior para eliminar los que aparecen como tácitos acuerdos, para los cuales, en la balanza de los intereses, la vida de miles y miles de familias – mujeres, hombres, niños, ancianos – parece pesar menos que el petróleo y las armas. Y, al tiempo que se proclama la paz y la justicia, se tolera que los traficantes de muerte actúen en esas tierras. ¡Los aliento, por lo tanto, a que, mientras prosigan su servicio de caridad cristiana, denuncien lo que pisotea la dignidad del hombre!» El Papa destacó asimismo el reciente viaje a Irak de una delegación de la ROACO, en el que mantuvieron encuentros con los numerosos desplazados de la llanura de Nínive y con grupos provenientes de Siria. Y animó la atención de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales hacia Etiopía, Eritrea y Armenia: «Ustedes pueden ayudar a estas antiquísimas comunidades cristianas a sentirse partícipes de la misión evangelizadora y a ofrecer, sobre todo a los jóvenes, un horizonte de esperanza y de crecimiento. Sin ello, nunca se podrá detener el flujo que ve a tantos hijos e hijas de esa región ponerse en camino para llegar a las costas del Mediterráneo, con el riesgo de sus vidas». «Toda obra de ayuda, para no caer en el eficientismo y en el asistencialismo – que no promueven a las
  • 10. personas y a los pueblos - debe renacer siempre de la bendición de Señor, que nos alcanza cuando tenemos la valentía de mirar la realidad y a los hermanos que tenemos ante nosotros», - destacó el Santo Padre para luego añadir la exhortación que escribió en la Bula de convocación del Jubileo de la Misericordia: «Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia, que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo» (n.15). (CdM – RV) 06/15/2015 Francisco: la vida en Medio Oriente parece pesar menos que el petróleo y las armas (©LaPresse) (©LaPresse) Cientos de migrantes bloqueados en la frontera entre Francia e Italia El Papa en la audiencia a la Roaco denunció los «tácitos acuerdos» por los cuales «mientres se proclama la paz y la justicia, se tolera que los traficantes de muerte actúen en esas tierras» Iacopo Scaramuzzi Ciudad del Vaticano El Papa denunció los «tácitos acuerdos» por los cuales en el Medio Oriente «la vida de miles y miles de familias» parece importar menos que «el petróleo y las armas», durante la audiencia que concedió a las personas que participaron en la Plenaria de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco).
  • 11. El año pasado, recordó Francisco, «nos habíamos encontrado a pocos días de mi peregrinaje a Tierra Santa y de la sucesiva súplica por la paz» con los presidentes de Israel y Palestina, Shimon Peres y Mahmoud Abbas en los jardines vaticanos. «Todos –subrayó el Papa– habríamos deseado que la semilla de la reconciliación hubiera producido frutos. Otros eventos que han sacudido ulteriormente el Medio Oriente, desde hace años marcado por conflictos, nos hacen sentir el frío de un invierno y de un hielo en el corazón de los hombres que parece no tener fin. La tierra de aquellas regiones está surcada por los pasos de todos los que buscan refugio y está irrigada por la sangre de muchos hombres y mujeres, entre los cuales numerosos cristianos perseguidos debido a su fe». El Papa agradeció «la obra de escucha y de servicio» que caracteriza el estatuto de las agencias representadas en la Roaco, coordinadas por la Congregación para las Iglesias Orientales. En el drama de estos meses, reveló el Papa, «pareciera que el mundo hubiera tenido un prurito de consciencia y que hubiera abierto los ojos., dándose cuenta de la presencia milenaria de los cristianos en el Medio Oriente. Se han multiplicado iniciativas de sensibilización y de ayuda para ellos y para todos los demás inocentes injustamente afectados por la violencia. Sin embargo –prosiguió– habría que hacer un esfuerzo más para eliminar esos que parecen tácitos acuerdos por los cuales la vida de miles y miles de familias (mujeres, hombres, niños, ancianos) en la balanza de los intereses parece pesar menos que el petróleo y que las armas, y, mientras se proclama la paz y la justicia, se tolera que los traficantes de muerte actúen en esas tierras. Los animo, por lo tanto, mientras prosiguen el servicio de la caridad cristiana, a denunciar lo que pisotee la dignidad del hombre». Francisco recordó el reciente viaje a Irak de una delegación de la Roaco y de su encuentro con los desplazados de la Llanura de Nínive y con pequeños grupos provenientes de Siria, subrayando que «cualquier obra de ayuda, para no caer en el eficientismo o en un asistencialismo que no promueve a las personas ni a los pueblos, debe renacer de esta bendición del Señor que nos llega cuando tenemos la valentía de ver la realidad y los hermanos que tenemos de frente, como escribí en la Bula del Jubileo de la Misericordia». Con la Tierra Santa y el Medio Oriente, dijo, «en estos días dedicarán particular atención a Etiopía, a Eritrea y a Armenia. Las primeras dos constituyen canónicamente desde este año dos realidades, en cuanto Metropolie sui iuris, pero permanecen profundamente relacionadas por la común tradición alejandrino-gheez. Ustedes pueden ayudar a estas antiquísimas comunidades cristianas a sentirse partícipes de la misión evangelizadora y a ofrecer, sobre todo a los jóvenes, un horizonte de esperanza y de crecimiento. Sin esto –dijo Bergoglio– no podrá detenerse el flujo migratorio que ve a tantos hijos e hijas de aquella región ponerse en marcha para llegar a las costas del Mediterráneo, poniendo en riesgo sus vidas. Armenia, cuna de la primera nación que recibió el bautismo, custodia también una gran historia rica de cultura, de fe y de martirio. El apoyo a la Iglesia en esa tierra contribuye al camino hacia la unidad visible de todos los que creen en Cristo». En el documento de Aparecida ya están muchos temas de la próxima encíclica
  • 12. El Santuario de Aparecida El texto de los episcopados latinoamericanos de 2007, escrito con el aporte de Bergoglio, contiene ya una fuerte sensibilidad ecológica y ambiental. La crítica a un modelo de desarrollo predatorio, el ambiente como «casa común», la defensa de la biodiversidad, la atención por los campesinos, la alarma ante el cambio climático Francesco Peloso Ciudad del Vaticano En América Latina y en el Caribe se está cobrando consciencia de que la naturaleza es un bien gratuito recibido en herencia que debe ser protegida en cuanto espacio precioso para la convivencia humana. «Esta herencia se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida, en perjuicio de naciones enteras y de la misma humanidad». Este es uno de los pasajes dedicados a la cuestión ambiental del documento conclusivo de Aparecida de 2007. El texto es el fruto de los trabajos de la V Conferencia de los Episcopados latinoamericanos que se llevó a cabo en ocasión del viaje de Benedicto XVI a Brasil. Y tuvo un papel determinante en la redacción del documento justamente el cardenal Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, que logró a intermediar entre las diferentes sensibilidades eclesiales de la región y al mismo tiempo dio un fuerte aporte personal a un texto que a menudo es citado para desentrañar las prioridades pastorales y el pensamiento del actual Pontífice. Entre los diferentes aspectos afrontados está el del medio ambiente, una cuestión que asume particular significado en estos días, pues está por ser publicada la encíclica ―Laudatio si‘‖ de Papa Francisco. En la primera parte del documento se subraya que la preservación de la naturaleza a menudo es subordinada al desarrollo económico, una decisión que provoca daños a la biodiversidad, facilita la extinción de las reservas de agua y de otros recursos naturales, además de auemntar la contaminación y el cambio climático. Una serie de párragos del capítulo 9 del documento de Aparecida está dedicada al «respeto del ambiente»; en sus páginas, pues, se pueden encontrar diferentes temas, preocupaciones y directrices pastorales relacionadas con las cuestiones ecológicas, incluida la «ecología humana» de la que se ha hablado en estas últimas semanas y que es uno de los puntos fundamentales del magisterio de Bergoglio. «Las generaciones que nos sucedan tienen derecho a recibir un mundo habitable y no un planeta con aire contaminado. Felizmente, en algunas escuelas católicas, se ha comenzado a introducir entre las disciplinas una educación a la responsabilidad ecológica». «La Iglesia –se lee más abajo–agradece a todos los que se ocupan de la defensa de la vida y del ambiente. Hay que darle particular importancia a la más grave destrucción en curso de la ecología humana. Está cercana a los campesinos que con amor generoso trabajan duramente la tierra para sacar, a veces en condiciones sumamente difíciles, el sustento para sus familias y aportar a todos los frutos de la tierra». «En el designio maravilloso de Dios –se explica en relación con la tradición cristiana–, el hombre y la mujer están llamados a vivir en comunión con Él, en comunión entre ellos y con toda la creación». El documento también afronta algunos temas fuertes de la cuestión medio-ambiental, a partir de la realidad de América Latina y del Caribe, en donde las mutaciones de los fenómenos climáticos y la explotación indiscriminada de los recursos representan un problema central para el desarrollo y el futuro de la región. En este sentido, del documento surge de manera significativa el peso que ha tenido la experiencia latinoamericana del Papa y de muchos obispos en relación con el desarrollo de una reflexión sobre la defensa de la Creación, como, por ejemplo, en la difícil batalla para la preservación de la selva tropical amazónica. El texto después describe un recorrido en el que se puede observar cuál es el origen de una sensibilidad específica en la que la naturaleza, el ambiente humano, las decisiones políticas y el anuncio
  • 13. evangélico se entrelazan. «La riqueza natural de América Latina y El Caribe –se lee en el documento de Aparecida– experimentan hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo ese proceso, tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza». «La devastación –continúa el texto– de nuestros bosques y de la biodiversidad mediante una actitud depredatoria y egoísta, involucra la responsabilidad moral de quienes la promueven, porque pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas, quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades para vivir hacinados en los cinturones de miserias». Por ello es necesario un desarrollo agro-industrial para dar valor a las riquezas de la tierra ofreciendo las propias capacidades humanas al servicio del bien común. Sin embargo, escribieron los obispos latinoamericanos, «no podemos dejar de mencionar los problemas que causa una industrialización salvaje y descontrolada de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda clase de desechos orgánicos y químicos». El documento también advierte sobre los daños provocados por la industria de extracción que a menudo tiene efectos dañinos para el medio ambiente y constituye la causa de la desaparición de bosques y de la contaminación del agua, mientras transforma las zonas explotadas en inmensos desiertos. Frente a este marco dramático de la explotación ambiental, el documento trata de ofrecer algunas respuestas a partir de la evangelización de «nuestros pueblos para descubrir el don de la creación, sabiéndola contemplar y cuidar como casa de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta, a fin de ejercitar responsablemente el señorío humano sobre la tierra y los recursos, para que pueda rendir todos sus frutos en su destinación universal, educando para un estilo de vida de sobriedad y austeridad solidarias». Se subraya además que una presencia pastoral incisiva entre las poblaciones más frágiles y amenazadas por «un desarrollo depredatorio» las apoya en el objetivo de una distribución justa de la tierra, del agua y de los espacios urbanos. Por ello es necesario «un modelo de desarrollo alternativo, integral y solidario, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural y humana, que se fundamenta en el evangelio de la justicia, la solidaridad y el destino universal de los bienes, y que supere la lógica utilitarista e individualista, que no somete a criterios éticos los poderes económicos y tecnológicos. Por tanto, alentar a nuestros campesinos a que se organicen de tal manera que puedan lograr su justo reclamo». El cuidado de la creación, de Ilia Delio, Keith Douglass Warner y Pamela Wood El cuidado de la creación. Una espiritualidad franciscana de la Tierra Ilia Delio, Keith Douglass Warner, Pamela Wood Ediciones Franciscanas Arantzazu 14 euros "La Tierra, con todas sus criaturas, está en crisis, y responder a esta crisis requerirá todos los recursos
  • 14. posibles de nuestra comunidad humana. Uno de estos recursos más preciosos es la tradición Franciscana. Es una alegría dar la bienvenida a este libro como una sabia, seria, inspiradora y práctica contribución a la teología ecológica, basada en la antigua tradición cristiana que ve a la Tierra como nuestra hermana y madre. El cuidado de la Creación es parte de la recuperación de la teología franciscana para nuestra nueva época, y es única en su combinación de tres disciplinas interrelacionadas: la ecología informada científicamente, la teología y la práctica de la acción reflexiva". Ilia Delio, o.s.f., es catedrática de Estudios de Espiritualidad en la Unión Teológica de Washington. Autora de numerosos libros. Keith Douglass Warner, o.f.m., conferenciante e investigador en la Universidad de Santa Clara (California). Imparte clases en las distintas disciplinas. Tiene estudios sobre la agricultura sostenible y sobre la política medioambiental. Es autor de estudios sobre Agroecología en acción y sobre la biodiversidad, así como sobre distintas alternativas en la agricultura. Pamela Wood, dedicada a la terapia, a la dirección espiritual y directora de retiros espirituales en Portland, Oregon. Especialidad en la profundización de la fe y en acciones en favor de la creación. Experta en ayudas a personas y grupos. Francisco de Asís, peregrino hacia la luz, de Michel Hubaut Francisco de Asís. Peregrino hacia la luz Michel Hubaut Ediciones Franciscanas Arantzazu 13,50 euros Este libro presenta con una maestría impresionante el largo proceso interior y el camino de peregrinaje que Francisco emprendió desde que, buscando la felicidad en su juventud en su Asís natal, es conducido por el Espíritu paso a paso y etapa tras etapa hasta la completa identificación en el Alverna con Jesucristo llagado. Francisco es pobre y es hermano y es el defensor de la ecología y de los animales, pero, por encima de todo, Francisco es un peregrino de la vida, peregrino del Absoluto, peregrino del Dios Todo Bien, sumo Bien. Francisco es un peregrino y no un vagabundo que marcha sin rumbo fijo y sin meta clara. Y es un peregrino hacia la luz y eso es lo que se muestra a lo largo de estas páginas densas y lúcidas. Escrito por un autor seguro y muy buen conocedor del itinerario de Francisco de Asís, este libro puede resultar sin duda una gran luz para quienes, en medio de oscuridades, seguimos buscando la Luz que es Jesucristo, a quien Francisco siguió de todo corazón. Michel Hubaut, franciscano, es bien conocido. Autor de numerosas obras de espiritualidad, es también conferenciante y predicador de ejercicios.
  • 15. La bondad de los desconocidos Los escritores no pueden vivir sin esos seres, los lectores, que alguna vez llaman a su puerta. Pero el mundo de la crítica está lleno de gente empeñada en tratar a escritores y lectores como si fueran alumnos a los que llevar por el buen camino Gustavo Martín Garzo 13 JUN 2015 - 00:00 CEST EVA VÁZQUEZ JJamás contestes a una mala crítica, tal es el consejo que Truman Capote da a los escritores. Y es un buen consejo, ya que lo mejor que puede hacer el escritor ante una crítica adversa es guardar silencio y aparentar que no le importa demasiado. Pero claro que le importa, y mucho. Una mala crítica puede dejarle varias noches sin dormir, quitarle el apetito, llevarle a evitar en los días siguientes a familiares y conocidos ante el temor de que puedan haber comprado el periódico o la revista donde su libro es vapuleado y la hayan podido leer. ¿Son conscientes los críticos de la magnitud de su poder, del disgusto que pueden dar a ese pobre escritor que ha tenido la comprensible pretensión, si tenemos en cuenta el esfuerzo que supone terminar un libro, de ser leído amorosamente por alguien? El crítico puede objetar que ese es su oficio y que si le pagan —bastante poco, para complicar más las cosas— es para que opine sobre las virtudes o los defectos de los libros que se publican y separar así el grano de la paja, que por cierto, y según él, es lo que abunda más. Aún más, podría añadir ese crítico insobornable al atribulado escritor, ¿por qué supone usted que los demás deben leer sus libros? Nadie le ha pedido que los escriba, y si a pesar de todo se empeña en seguir haciéndolo no puede extrañarle que tengamos el derecho a protestar cuando nos hace perder nuestro tiempo y nuestro dinero. Todos estamos expuestos a la mirada crítica de los otros, y pretender no ser valorados por nuestros actos es un acto de supremo infantilismo. Andersen tuvo un extraordinario éxito en su vida de escritor y era recibido en todas las cortes europeas para que leyera públicamente sus cuentos. Pero se cuenta que soñaba con tener éxito como dramaturgo y que pataleaba como un niño cuando sus obras fracasaban en la escena, lo que pasaba una y otra vez. ¿Era Andersen tan infantil e inmaduro que solo vivía para lograr la adoración sin límites de los demás? Puede que lo fuera, pero no creo que la razón por la que los escritores escriban sus libros sea para exhibir el tamaño de sus egos. Lo hacen porque les gusta escribir, porque anhelan contar algo que no saben bien qué es, porque persiguen sueños que raras veces se realizan. O porque tal vez buscan en los libros una felicidad que la vida real no les da. Puede que Andersen tuviera un ego monumental, pero en ningún caso eso explica la maravilla de sus cuentos. Y si es raro que alguien dedique su tiempo a inventar historias más o menos disparatadas, ¿no es más raro aún dedicarlo a meterse con los que las escriben, y aspirar a ser algo así como un guía espiritual, ese faro que orienta a los siempre influenciables lectores en el proceloso mar de la mala literatura? Aún más, ¿no abundan entre los críticos también los grandes egos, los pedagogos airados, los exquisitos que confunden la literatura con el rincón del gourmet, los integristas que hacen del libro una religión sacrosanta cuyos sumos sacerdotes son ellos, o esos otros eternamente malhumorados que creen que las novelas o los libros de poesía se escriben con la única intención de perturbar su digestión? Pero ¿es comprensible que alguien dedique años, meses enteros a escribir pacientemente un libro con el único propósito de incomodar a un crítico en la hora de su siesta? No, claro, esto no tiene ningún sentido. Además, ¿no son todos los libros, incluso los más grandes, en cierta forma un fracaso? ―La palabra humana —escribe Flaubert— es como caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las estrellas‖.
  • 16. ¿Es comprensible que alguien escriba un libro con el único propósito de incomodar a un crítico? W. H. Auden solía decir que criticar un libro malo no solo era una pérdida de tiempo sino también un peligro para el carácter. ―Si un libro me parece realmente malo, entonces el único interés que puedo tener para escribir sobre él es la exhibición de mi inteligencia, mi ingenio y mi malicia. Es imposible que alguien reseñe un mal libro sin pavonearse‖. Auden también decía que no necesitaba el consejo de nadie acerca de lo que le debía gustar o no, ya que solo suya era la responsabilidad de sus lecturas. Sin embargo, el mundo de la crítica está lleno de gente empeñada en tratar a los escritores y a los lectores como si fueran alumnos a los que tienen que llevar como sea por el buen camino. Tal vez por eso es un espacio abierto a la perversidad. Y no me refiero solo a la perversidad de los juicios que con tanta ligereza se emiten sino a la de los lectores que acuden presurosos a los suplementos y revistas culturales para ver cómo despellejan en ellos la novela del escritor que conocen. Aún más, escribe Juan Goytisolo: ―¿Cómo pueden los críticos escribir en un par de días sobre novelas que, si valen, no tienen tiempo de analizarlas con seriedad, y si no valen, no merecen tal empeño?‖. George Steiner dice que la literatura es un vendaval que se cuela por la ventana y nos desordena la casa. Es decir, nos enfrenta no tanto a lo que conocemos como a lo que no sabemos explicar. Un buen libro siempre nos deja perplejos, sin saber qué decir. ¿No es sospechoso que los críticos opinen con tanta facilidad, y con tan poco tiempo de reflexión, acerca de los libros que leen? Son expertos lectores, se puede objetar, con frecuencia profesores universitarios que han dedicado años al estudio de la literatura. Pero ¿haber hecho de la literatura un objeto de estudio garantiza ser un buen lector? Vuelvo a citar a Flaubert: ―Los que se llaman ilustrados a sí mismos acaban siendo cada vez más ineptos en materia de arte. Se les escapa incluso qué cosa sea el arte. Para ellos son más importantes las glosas que el texto. Les interesan más las muletas que las piernas‖. Abundan en ese ámbito grandes egos, sumos sacerdotes y personas siempre malhumoradas No, no creo que el escritor sea básicamente un insufrible ególatra. Está solo, se pasa horas y horas encerrado en su cuarto persiguiendo quimeras que raras veces alcanza. Recuerda a esas mujeres neurasténicas que pueblan la obra de Tennessee Williams, con sus torpes ensueños, su temor al fracaso, pero también, a menudo, con su maravilloso candor. Esas mujeres cansadas y un poco lunáticas, que aunque han asistido una y otra vez al fracaso de sus sueños no pueden renunciar a ellos. ―Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos‖, dice la inolvidable protagonista de Un tranvía llamado deseo. Sí, los escritores, especialmente cuando no son jóvenes ni famosos, se parecen a esas pobres mujeres. Permanecen desvelados por las noches soñando con locas historias que logren conmover a las estrellas, y todo lo que consiguen es hacer bailar a los osos. Pero ¿pueden vivir sin esos bailes? No, no pueden, por eso solo les queda confiar en la bondad de esos desconocidos que son los lectores que alguna vez llaman a su puerta. Gustavo Martín Garzo es escritor. Marx, siempre Marx El Mundo | Gabriel Tortella A estas alturas, yo me sigo considerando marxista, aunque, desde luego, no en el sentido corriente del término. No creo en la dictadura del proletariado, ni en la plusvalía, ni en la teoría del valor-trabajo, ni menos en el materialismo dialéctico, cuyo significado nunca he comprendido. Sin embargo, siempre me ha parecido muy bien el materialismo histórico: la teoría marxista de la Historia. Queda claro, por tanto, que admiro a Marx como historiador, pero no como economista. Sin embargo, ambas cosas estaban en él muy imbricadas, porque su teoría de la Historia es que los hombres, individual y colectivamente, se mueven por motivos económicos. Esta idea básica es lo que él llamaba «materialismo histórico» o, también, «poner sobre los pies» la teoría histórica de Hegel, su maestro, que decía que eran las ideas lo que movían a la Historia. Según la metáfora de Marx, para Hegel la base o motor de la Historia eran las ideas (la cabeza), mientras que para él era la economía (los pies). Este darle la vuelta a la teoría de la Historia convierte a Marx en un pensador revolucionario, no solo por
  • 17. haber sido un profeta de la revolución, sino por haber revolucionado la teoría de la Historia, que es tanto como decir de la sociedad. Así, Marx no sólo ofendió a los burgueses y personas de orden porque amenazaba el ‗status quo‘, sino también a los bienpensantes que consideraban al hombre inspirado por sus ideas y no por sus intereses materiales. En esta labor de reducción del hombre a sus principios elementales estaba bien acompañado de su admirado Charles Darwin y, más tarde, de Sigmund Freud. Darwin provocó la ira de numerosos seguidores de lo que a mediados del XIX era la ortodoxia (desde el obispo Wilberforce hasta el destilero Bosch, productor del Anís del Mono) al postular que las especies eran producto de la evolución y no necesariamente del designio divino, con su corolario de que el hombre estaba relacionado genéticamente con los antropoides. Freud también escandalizó a generaciones más recientes señalando que el instinto sexual y el subconsciente eran poderosos determinantes de la conducta humana, en lugar de, o en competencia con, la razón o la inspiración divina. Hay que reconocer que Marx y Freud ya habían sido prefigurados por el Arcipreste de Hita, y este por el genio de Estagira, ya que el Libro del Buen Amor nos informa que: «Como dice Aristóteles, cosa es verdadera,/ el mundo por dos cosas trabaja: la primera/ por haber mantenencia; la otra cosa era/ por haber juntamiento con hembra placentera». Aquí tenemos a Marx (la mantenencia, es decir, la economía) y a Freud (el juntamiento, es decir, la libido). Pero quizá porque al Arcipreste no se le toma todo lo en serio que se debiera (él estaba de guasa perenne) y porque de Aristóteles se recuerdan otras cosas, estas doctrinas no hicieron su pleno impacto hasta que Marx y Freud les dedicaron consistentes volúmenes. Fue entonces cuando, tras el escándalo del darwinismo, vinieron los escándalos del materialismo y del psicoanálisis. Hoy sorprende un poco todo esto, porque, salvo en ciertos reductos intelectuales, las doctrinas de estos tres genios revolucionarios han sido aceptadas con generalidad, incluso entre los que formalmente las rechazan. Hoy el darwinismo está ampliamente aceptado en el mundo científico. Se vio, además, confirmado por la genética molecular y por la paleontología, y los conceptos de «selección natural», «caracteres hereditarios», «mutación» y demás forman parte del lenguaje corriente. Incluso algunas iglesias han intentado con mayor o menor éxito adaptar las doctrinas bíblicas de la creación a la teoría evolucionista. En cuanto a Freud, ocurre algo parecido. Su terapia es muy cuestionada, pero sus intuiciones psicoanalíticas han alcanzado una enorme difusión, sus discípulos y adeptos se cuentan por millones y sus conceptos han pasado al lenguaje corriente, como prueba la frecuencia con que se utilizan palabras como «complejo», «ego», «trauma infantil», «Edipo», «sublimación», etcétera. Ocurre en general con estos genios que, junto a enormes rechazos, provocan también grandes entusiasmos, y tanto los enemigos como los discípulos tienden a deformar la doctrina original, lo cual la banaliza y desprestigia científicamente, pero a la vez la populariza. En eso Darwin llevaba ventaja, porque era un científico puro y sus doctrinas, aunque no fáciles de demostrar, por la dificultad de someterlas a experimento, sí pueden someterse a contrastes parciales que, por su multiplicación, acaban resultando ser pruebas casi irrefutables. Las doctrinas históricas son mucho más difíciles de contrastar empíricamente, y el psicoanálisis más difícil todavía, aunque se han dado infinidad de casos de curación
  • 18. de neurosis y otros trastornos por el método psicoanalítico. También Marx, tan denostado, ha tenido gran aceptación entre los historiadores, y muchos de sus conceptos son ampliamente aceptados hoy. Palabras como «burgués», «proletario», «lumpen», «superestructura», «plusvalía», «contradicciones internas», «lucha de clases», han pasado al vocabulario corriente de personas que no han leído ni el Manifiesto Comunista. Y la idea de que la economía tiene importancia para comprender a la sociedad y su devenir está muy ampliamente extendida, incluso entre personas que se definirían como enemigas del comunismo. Nadie podrá acusar de ser marxistas a tantos historiadores que estudian la economía porque creen que en ella van a encontrar la clave del cambio político y social. Ni nadie podrá llamar marxista a James Carville, el asesor de Bill Clinton que popularizó la frase «es la economía, estúpido» para indicar cómo se debían ganar las elecciones. Y nadie podrá llamar marxista al presidente Mariano Rajoy, que ha apostado casi exclusivamente por la economía como palanca para ganar las próximas elecciones generales. Yo, como marxista confeso, debiera aplaudir tal táctica. Sin embargo, ya dije más arriba que mi marxismo no es del tipo corriente: hay ruedas de molino que no estoy dispuesto a tragarme. Apostarlo todo a la sola carta económica me parece algo arriesgado, sobre todo si el incipiente enderezamiento se ha conseguido por medio de una subida muy pronunciada de la presión fiscal, habiendo antes prometido todo lo contrario. Por otra parte, la economía no es una ciencia exacta, y cualquier fallo imprevisto a última hora puede dar al traste con una recuperación que, en el mejor de los casos, no puede ser sino parcial. El desempleo, por mucho que baje de aquí a noviembre, seguirá siendo embarazosamente alto, y a los parados y sus familias les interesan muy poco las curvas de tendencia y los decimales, especialmente a la hora de votar. Por añadidura, el estilo de Rajoy es cauteloso, por no decir timorato, y la reforma laboral que llevó a cabo su Gobierno al comienzo de la legislatura iba quizá en la buena dirección, pero se quedó a medio camino por miedo a irritar a la izquierda y los sindicatos. Lo descafeinado de la reforma ha traído como consecuencias la lentitud con la que ha tenido efecto y el hecho de que vayamos a llegar a noviembre con los niveles de paro a que antes me referí. Además, la timidez y moderación con la que se acometió la reforma no ha servido en absoluto para acallar a los disconformes, que han encontrado en la lentitud con la que ha actuado un motivo más para alzar la voz denunciándola. Y hay que recordar que, a la hora de votar, todo el problema económico se reduce al nivel de desempleo. Que la balanza de pagos esté o no en equilibrio, que el presupuesto tenga o no déficit, que la inversión aumente o caiga, que haya estabilidad de precios o inflación, todo eso es muy interesante, pero al votante lo que le importa es el nivel de desempleo. Y hay muy poco tiempo para acelerar su baja. Por otra parte, la economía es muy importante, pero incluso los historiadores económicos con ribetes marxistas sabemos que no lo explica todo. Es difícil justificar que con una mayoría absoluta no solo en las Cortes, sino en casi todas las autonomías, se haya hecho tan poco para solucionar el problema del nacionalismo periférico, la violación sistemática de la Constitución, el despilfarro de las autonomías, el embrollo de la deficiente educación que este país arrastra desde hace décadas, el problema de la corrupción, el de la Justicia, y un largo etcétera. Ahora se prometen cambios, después de decir que no los habría. Todo esto debería haberse encarado al comenzar la legislatura. Podríamos decir, parafraseando a Carville: «No solo es la economía, estúpido». Gabriel Tortella es economista e historiador, autor de ‗Los orígenes del siglo XXI. Un ensayo de historia social y económica contemporánea‘. Vicente Serrano: “Nuestra tarea es la de pensar el presente, eso que a pesar de todo podríamos seguir llamando la contingencia moderna” Carlos Javier González Serrano 7 junio, 2015 Vicente Serrano estudió Derecho en Valladolid por tradición familiar, aunque siempre le interesó más lo que había detrás de las normas, la ratio iuris. Terminada la carrera de leyes, decidió estudiar Filosofía y, tras la licenciatura en la Complutense, se doctoró con una tesis sobre la filosofía del Idealismo alemán. Después trazó una vida académica más o menos ortodoxa, con puntuales actividades de otra índole. Ha traducido y ha enseñado Filosofía y ha publicado libros y artículos. Eso es lo que sigue haciendo en Chile, país que le ha acogido generosamente, en la hermosa ciudad de Valdivia, en cuya Universidad Austral es
  • 19. profesor titular y donde dirige actualmente el Instituto de Filosofía y la Escuela de Graduados. Carlos Javier González Serrano charla con este filósofo y escritor para la revista Filosofía Hoy. ¿Qué es hoy la filosofía más allá de los muros de la universidad? ¿Tiene sentido hablar de filosofía no universitaria? Veo difícil que la filosofía se pueda desligar de la universidad. Nunca lo ha hecho del todo o rara vez. De la universidad o de sus análogos en el mundo antiguo en forma de escuelas, de la Academia, del Liceo… Pero una cosa es la formación universitaria, que yo diría es casi imprescindible hoy en día, y otra cosa es que necesariamente la filosofía se confunda con la condición de profesor universitario. Sobran ejemplos de lo que digo. Por lo demás, yo distinguiría entre la producción académica en sentido estricto y el pensamiento filosófico sin más. Aunque seguramente no habría lo uno sin lo otro, la dinámica de productividad académica puede perjudicar a la primera en un mismo autor. Obedecen a reglas distintas y no fácilmente compatibles. Posiblemente, y consideradas conjuntamente, sin los aportes de la primera no se produce la segunda, pero lo cierto es que un autor con voluntad de pensar puede encontrar en ocasiones que la vida académica, con sus reglas, no se lo facilite y deba tomar algunas cautelas. Tras una dilatada carrera como autor, en la que te has alzado con el Premio de Ensayo Anagrama por La herida de Spinoza, ¿cuál dirías que es actualmente la calidad de los libros que se escriben sobre filosofía? Una vez más hay que distinguir esos dos tipos de producción de los que hablaba. La estrictamente académica, los papers y artículos indexados, tienen un gran nivel cuantitativo en todo el mundo, aunque como en todo hay mucha prescindible, mucha reiteración. El diseño de ese tipo de productividad (la palabra lo dice todo) procede de las disciplinas científicas puras y aplicado a las Humanidades genera cierta perversión, porque el modelo clásico de estas, y creo que sigue siendo vigente, es de larga distancia y requiere tiempo y meditación. Su forma es el libro, y no el informe que da cuenta de una investigación puntal y empírica, que es en lo que consiste el artículo científico en ciencias. El pensamiento filosófico es otra cosa, aunque sin duda se apoya en lo primero, y ahí creo que en eso estamos algo expectantes. Entre tus obras encontramos un libro de muy atractivo título, Soñando monstruos. Terror y delirio en la modernidad, que muy bien podría entenderse como imprescindible antesala a La herida de Spinoza. Al principio de aquella primera obra, explicas que te resultó muy reveladora la posibilidad de que el genio maligno de Descartes, y no su cogito (“pienso, luego existo”), constituyera los auténticos albores de la modernidad. ¿Por qué? Nuestra tarea es la de pensar el presente, eso que a pesar de todo podríamos seguir llamando la contingencia moderna. Durante los ya largos siglos modernos esa contingencia estuvo recubierta por construcciones metafísicas a partir de la trampa del yo cartesiano, que en múltiples versiones llegan hasta Sartre. Las filosofías del último tercio del siglo XX cuestionaron las premisa modernas y en eso creo que tuvieron una enorme importancia los llamados maestros de la sospecha (mal llamados así porque más que sospechar constatan): Freud, Nietzsche y Marx, que son sin duda los principales inspiradores del pensamiento contemporáneo. Si se consideran las nociones que cada uno de ellos propuso, el inconsciente, la voluntad de poder o el capital, creo que pueden muy bien expresar metáforas de ese genio maligno que subyacía al yo en el relato cartesiano, y a su vez este puede muy bien ser una metáfora casi perfecta de la contingencia moderna en la que todavía estamos. Las filosofías etiquetadas como posmodernas descubrieron, o más bien redescubrieron, ese fondo de lo moderno mas allá de la pantalla del yo. Niegan el relato del que el cogito depende y entonces, si nos atenemos a la tradición, resulta que lo que hay detrás es ese genio maligno, esa instancia anterior al yo, se genera una especie de ontología un tanto extraña de un ser obligado a desearse a sí misma, a desarrollar una constante persecución y fragmentación de sí, lo que es tanto como decir que también existe una constante fuga de su propia condición. Esa es, creo, una descripción de nuestro mundo. Reflexionar sobre ella ayuda a situarnos críticamente y a dar cuenta de algunos fenómenos de nuestra cotidianeidad. ¿De qué sirve la filosofía si no da cuenta de eso?
  • 20. Todos los títulos de tus libros encierran un tinte oscuro, enigmático, casi terrorífico. ¿Qué tienen que ver, y cómo se relacionan, el terror y la filosofía? Creo que el género de terror, que como tal es una cosa moderna, una auténtica novedad, es el síntoma de una fisura en los relatos oficiales de la metafísica a los que me refería antes. Fue al tratar de dar cuenta de esa fisura y del fondo que se descubre al asomarse a ella cuando reparé en la centralidad de ese género y en la necesidad de comprender por qué surge como género en el momento en que surge. Precisamente en las mismas fechas en que Hegel cierra de nuevo esa grieta, o lo intentó, en un nuevo esfuerzo metafísico donde perfecciona la ocultación de lo que el genio maligno representa. La mejor filosofía y la más interesante del XIX y XX surge contra esa nueva versión, contra ese falso cierre hegeliano. Pero la literatura y el género de terror se anticipó en eso. El género de terror se permitió, en sus comienzos, transgredir y expresar lo que la filosofía con su espíritu de seriedad todavía no se atreve a hacer. En el clima de ese género a comienzos del XIX y en lo que representa están ya prefigurados los temas de la angustia y de la locura, los grandes temas de las filosofías del siglo XX, primero en el existencialismo y luego en el postestructuralismo. Es decir, que con el tiempo se produce un trasvase desde el género de terror y lo que allí se expresa a la filosofía del siglo XX y también a la literatura sin más, a la gran literatura. Ese trasvase, sus causas y etapas es lo que estudié en Soñando monstruos. El género en sí mismo hasta que se produce ese trasvase ya a fines del XIX (lo que viene luego es otra cosa), me parecía un buen vehículo para entender nuestro mundo, atravesado por esa contingencia de la que antes hablábamos. Pero eso no quiere decir que uno cultive el terror o la locura o la angustia, sino más bien la posibilidad de dar cuenta de su raíz para tal vez poder vivir la alegría con el afecto fundamental, como resistencia, que es lo que traté de mostrar en La herida de Spinoza. ¿Sigue siendo la filosofía la búsqueda de aquello que Schelling y Novalis designaron como “lo incondicionado” [das Unbedingte], aquello que siempre permanece al margen de cualquier cambio? Ellos producen en un momento de exaltación generalizada en su medio, en eso que se llamó el Romanticismo, y detectan desajustes y a la vez lo hacen desde una esperanza en encontrar un lugar donde anclarla. Necesitan algo que sustituya la divinidad perdida y de hecho, incapaces de hacerlo, vuelven a la vieja divinidad, como les reprochó Nietzsche. Esa idea es por tanto producto de una época y construida con materiales de la tradición filosófica ya perdida. La prueba de que lo incondicionado que buscan no existe ya para nosotros está precisamente en que Kant se ve obligado a introducirlo en la moral, es decir, no en lo que se da, sino en el orden del deber ser. De ahí surgen los derechos humanos como exigencia frente a la voracidad de lo real moderno. Más allá de eso, creo que el núcleo de lo que hay que pensar está en algo tan condicionado como es la vida afectiva. Y ahí el maestro, pese al tiempo transcurrido, sigue siendo Spinoza. Entre tus libros destaca una magnífica introducción al pensamiento de Schelling que lleva por título Absoluto y conciencia. ¿Qué puede hoy enseñarnos este filósofo alemán? Schelling es un pensador que ha tenido una larga trayectoria. En Absoluto y conciencia yo me ocupaba de su esperanzado y juvenil punto de partida, vinculado a esa idea de lo incondicionado de la que hablabas. Mi libro es por tanto un umbral para comprender ese arranque, pero también para comprender su fracaso, de lo que surge lo más interesante, que es su pensamiento posterior, que es un largo esfuerzo contra su primera filosofía, a la que él mismo llama filosofía negativa, como a la de Hegel mismo, a las que contrapone la llamada filosofía positiva. En esa obra posterior, la del llamado Schelling tardío, más allá de las adherencias pseudoteologicas y reaccionarias que posee, hay un monumental esfuerzo por pensar la ansiedad moderna y de ese esfuerzo beben muchas filosofías del siglo XX, aunque no siempre lo confiesen como en el caso de Heidegger. En todas tus obras se observa un continuo tránsito entre literatos y filósofos. ¿Qué relación media entre literatura y filosofía? Foucault decía que no había escrito nada más que ficciones. Supongo que hay modos de interpretar eso. Por mi parte creo que incluso el filósofo más estricto no puede dejar de usar metáforas y otros recursos
  • 21. que llamamos ―literarios‖. Antes me refería a eso. Tal vez el elemento que distingue a unas y otras es, además de la intención, formal: el uso deliberado o no de lo que podemos llamar la fantasía, además de las herramientas, pues en filosofía hablamos de las ―ficciones‖, que son conceptuales. Eso no quiere decir que sea pura fantasía. En el siglo XX no podemos tener un concepto ingenuo de la realidad que se tenía en el XVII o en el mundo antiguo, o incluso en el XIX. ¿No es el relato cartesiano, del que depende en gran medida la filosofía moderna, un relato, confesado como tal por el propio Descartes como una novelita? En Soñando monstruos comparaba ese momento fundacional del cogito con la Metamorfosis de Kafka. ¿Y qué es la Fenomenología de Hegel sino una novela elaborada con conceptos, aunque no solo conceptos? Yendo más lejos: ¿alguien realmente cree que la naturaleza de Spinoza era real o más bien una ficción poético-conceptual que sin embargo permitía operar sobre nuestros afectos, tal como eso que aparece reflejado en la parte V de la Ética? Otra cosa son los tecnicismos propios de las filosofías adjetivas, el exigible y necesario rigor filológico de disciplinas que podemos llamar académicas, como la historia de la Filosofía misma, que en todo caso también operan inevitablemente con metáforas en el importante trabajo que desarrollan y que no son incompatibles con eso que llamo ficciones conceptuales. En 2005 publicaste un libro de sugerente título, Nihilismo y modernidad. Dialéctica de la antiilustración. ¿A qué “nihilismo” te refieres? ¿Existen formas contemporáneas de nihilismo? ¿Qué pervive hoy aún de la Ilustración alemana y europea en general? Ese libro surge como un incidente, como un excursus del que no me pude ocupar cuando preparaba mi tesis sobre Fichte en el extinto Departamento II de la Complutense, pero un excursus al que dediqué después una investigación posdoctoral en el departamento de Filosofía IV de la misma Universidad. Al encontrarme con la famosa carta de Jacobi a Fichte en la que le acusa de nihilismo, que yo miso traduje, me di cuenta de que esa polémica anticipaba elementos de las polémicas en torno a la posmodernidad. Proyecté entonces los elementos de ese episodio de 1800 hacia el presente. Jacobi era un declarado antiilustrado, que defendía la divinidad premoderna, y me pareció que el término nihilismo en su evolución a partir de Jacobi contenía elementos clarificadores para comprender las relaciones entre Ilustracion y modernidad, que en mi opinión se suelen identificar erróneamente, pues tan moderno era Jacobi como Fichte, si bien el primero era antiillustrado y el segundo en principio no. La pregunta era: ¿la afirmación del nihilismo tan alejada aparentemente a fines del XX sigue siendo antiilustrada? La respuesta la doy en el libro y exige un recorrido por algunos autores clave del siglo XIX y XX. Es una contrahistoria del nihilismo. Nietzsche, Platón, Schopenhauer, Hobbes, Arendt… Si echamos un vistazo al pasado es fácil identificar a las más egregias autoridades en filosofía, pero ¿ocurre lo mismo en la actualidad? ¿Sigues la labor de algún pensador en particular? Lo que llamas ―grandes filosofías‖ son síntesis afortunadas capaces de reunir en unas nociones y categorías, o si prefieres en ficciones conceptuales, gran número de fenómenos de hechos, síntesis que iluminan nuestro lugar y nuestras relaciones mutuas en un mundo complejo y en nuestras vidas. Hoy falta eso. Vivimos en parte de viajes-síntesis, pero tenemos conciencia de que se desmoronan. Es obvio que antes o después llegarán pensadores que sean capaces de hacerlo, que introducirán algunas categorías que den con la tecla que nos falta para volver a edificar, al menos parcialmente, nuevos proyectos políticos y criterios éticos. Has sido director del Instituto Cervantes en Alemania (Múnich), has dado clase en España y en Europa, y ahora impartes docencia en Chile. ¿Existen diferencias cualitativas de un continente a otro a la hora de entender la filosofía? América tiene la energía que le falta a Europa. Muchas de las fuentes de su cultura, y aún vivas, son comparables a las de la Grecia clásica. Me refiero a la de los pueblos originarios que todavía subsisten, aunque con dificultades y precariamente en muchos casos, en todo el continente. Esas culturas, a pesar de todo, siguen vivas, y eso, que es una excepción en Occidente, se aprecia en la energía, en la vitalidad que
  • 22. posee una cultura en la que en todo caso Europa dejó sin duda una huella que sigue siendo hoy por hoy dominante. Pero a Europa le falta esa riqueza. Eso se aprecia incluso en la vida en las aulas, pero también en el sesgo en torno a lo latinoamericano que es como un magma por cristalizar y que es una promesa de vida para el pensamiento en este contexto globalizado y algo mortecino, en el que el Occidente europeo o de la América al norte del Río Grande sigue produciendo mucho más pero en una producción que vive de ilustres cadáveres. „El siglo de Teresa de Ávila‟, un catálogo bibliográfico MJ / La Librería-Editorial Polifemo, ha preparado, como homenaje a Teresa de Jesús, un catálogo bibliográfico titulado El siglo de Teresa de Ávila, que ponen a disposición de quienes puedan estar interesados. Aunque no pretende ser exhaustivo, puede ser una buena herramienta para adentrarse en el siglo XVI. Así lo presentan: El pasado mes de marzo se cumplieron quinientos años del nacimiento de Teresa de Ávila (1515-1582). Esa efeméride nos ha llevado, una vez más, a confeccionar –respondiendo así al papel que, según entendemos, una librería puede desempeñar en su entorno– una bibliografía que pudiera contribuir a su conmemoración. Esta aproximación al ―siglo de Teresa‖ –el crucial siglo XVI– no ha pretendido agotar todas las facetas que se abrían en nuestras búsquedas (por ejemplo, los asuntos ultramarinos no se han abordado), pero sí
  • 23. han querido ofrecer un amplio panorama de la situación ―intelectual‖ y religiosa que enmarcó su trayectoria, sin dejar de lado el marco histórico y la situación social. Siempre aprovechamos para recordar que, en estas ―bibliografías comerciales‖, ofrecemos una muestra significativa, pero no exhaustiva, de la amplia oferta editorial disponible, y también queremos señalar que los precios están sujetos a las modificaciones que establezcan los editores y que las novedades se irán incorporando a nuestra base de datos en la página web http://www.polifemo.com, con el fin de hacer menos perecedero el trabajo realizado. Visualización del catálogo, que puedes descargar de la pagina de Polifemo en este enlace En la escuela de la humildad, con Teresa de Jesús MJ / El pasado 26 de mayo, se presentó en el Instituto Cervantes de París Les chemins de la perfection, (Ed. Fayard), una antología de textos teresianos establecida y traducida del español por Aline Shulman, prologada por Julia Kristeva. Participó en esta presentación, además de la autora, el escritor Juan Goytisolo. Aline Schulman es especialista en literatura española. Ha traducido a numerosos autores, entre ellos al Premio Cervantes 2014, Juan Goytisolo y traductora de Don Quijote para la editorial Seuil. Sin embargo, durante muchos años, Teresa se le resistió. Se veía incapaz de penetrar su escritura para traducirla. Así lo relata RFI: Aline Schulman se emociona evocando a Santa Teresa: “poeta, escritora, mística … ¡es todo, vamos!“. Y, sin embargo, numerosos textos de la monja carmelita del siglo XVI resultaron impenetrables para la traductora al francés de Cervantes y Quevedo. “Teresa me enseñó la humildad“, nos dice Schulman. ¡Cuánta emoción en la voz de una mujer agnóstica del sigo XXI al hablar de una monja carmelita del siglo XVI! Aline Schulman acaba de publicar en la editorial Fayard una nueva traducción al francés de algunos textos de Santa Teresa de Jesús, una de las grandes figuras del catolicismo, cuyo quinto centenario de nacimiento se cumplió el pasado 28 de marzo. La antología se titula ―Les chemins de la perfection‖ (Camino de Perfección). Es la traducción más difícil de su carrera. Más difícil que traducir a Cervantes o Quevedo, confió la hispanista a RFI. ―Traducir Teresa no es traducir ficción. Es una escritura mística, lo que no tiene nada que ver con la ficción. El traductor no tiene ninguna libertad, debe tener un respeto absoluto del texto y una modestia absoluta frente a lo que está escrito―, explica Aline Schulman. La traductora tuvo que poner en práctica esa humildad. Durante mucho tiempo no logró traducir a la santa. Los textos de la mística católica le resultaban abstrusos. De repente, un día, durante una conferencia en la que comentó sus dificultades, una persona del público levantó la mano y le dijo: ―Señora Schulman, quizá Santa Teresa no quiere que usted la traduzca―.
  • 24. A partir de ese momento, la traductora se dijo: ―Sí, quizás aún no estoy preparada para hacerlo. Entonces, en lugar de seguir dándome golpes contra las paredes, escogí los textos que sentí accesibles―. Para Schulman, la traducción de ―Camino de Perfección‖ es la más difícil de su carrera y Santa Teresa la autora que la cambió, lo que no sucedió con el Quijote. ―Admiro totalmente a Teresa. Me da lecciones permanentemente. Mi marido me dijo: ‘Esta traducción te ha cambiado’. Y es cierto. Cervantes no me ha cambiado. El Quijote no me ha cambiado. Pero Teresa me ha cambiado. Me enseñó la humildad. Teresa dice que es la virtud más importante. Y cuando es necesario, intento aplicarla a mí misma y en mi relación con los demás―. Fuente: RFI LA TRISTEZA QUE NOS “CARCOME” Jueves, 11 de junio de 2015 José García Paredes La sociedad en la que estamos viviendo no es feliz. Expresión de ello es la indignación de quienes tratan de representar el ―sentir de la gente‖ en los medios de comunicación (artículos, tertulias, entrevistas, manifiestos de partidos políticos). Peor es todavía echar una mirada al Parlamento, escenario del malhumor. ¡Cuánta tristeza, indignación circula por las bancadas! Los señores y señoras diputados no disfrutan con la acción política, no sueñan, no comparten. Se enfrentan. Se burlan los unos de ―los otros‖. Se acusan mutuamente de corrupción. La tribuna de oradores es un ―muro de lamentaciones‖, de las críticas sin matices. Parece que vivimos en el reino de la mentira, del robo, de la extorsión. De nadie se puede uno fiar. ¡Todos ven la mota en el ojo ajeno! ¡Nadie la viga en el suyo proprio. ¿Ocurrirá algo parecido en la Iglesia, en la vida consagrada hoy? Nuestra sociedad tiene muy pocas buenas noticias que celebrar y disfrutar. Envidiamos a ―otras sociedades‖. ¡Con qué autosuficiencia y jactancia dicen algunos tertulianos: ―Es que en Inglaterra, en Suecia, en los países civilizados… ¡no ocurre esto‖. ¡Vamos, que lo mejor sería emigrar de nuestro propio país hacia el país de la inteligencia, del bienestar, de la felicidad! En última instancia… habría que emigrar del ―planeta azul‖. Eso ocurre también en la vida consagrada para algunos: ¡la solución está en emigrar, y si es en grupo mejor! Pero ¿hacia dónde? La Iglesia debería ser una sociedad diferente Ella es portadora del Evangelio, es decir, de la buena noticia. Ella tiene como misión ser ―mensajera y testigo de la Alegría‖. Ella ―celebra‖. Vive de sus celebraciones misteriosas, donde el gozo prevalece sobre la tristeza, la vida sobre la muerte, la gracia sobre el mal ético. Pero el clima que en ella se respira, me evoca con frecuencia a la sociedad civil, política. Lo que vemos es la iglesia de las personas ―indignadas‖, y por lo tanto,
  • 25. críticadoras. Algunas de ellas vigilantes, para asaltar el poder, cuando sea posible e imponer sus alternativas. En la Iglesia de la indignación reina la tristeza, y con ella el desprecio, la amargura permanente. Quienes así se viven, no ven sentido a las celebraciones litúrgicas, la oración les parece inútil pasatiempo, el recurso a la fe y a la teología ¡pura ideología! ¿Y en la vida consagrada, se es feliz? De poco nos sirve la constatación del Papa Francisco en este año de la vida consagrada “donde están los religiosos allí está la alegría”, si aquello que constatamos en la mayoría de nuestras comunidades y personas es la tristeza. Los escenarios Es verdad que hay escenarios en los cuales parece que derrochamos felicidad: concentraciones, viajes de peregrinación, jornadas mundiales de la juventud, fiestas, centenarios y evocaciones del pasado glorioso de la Institución. Es cierto, que las fotografías que publicamos en nuestros boletines y revistas nos muestran rebosantes de alegría, entusiastas por el Reino, cercanos a los más necesitados: traslucimos belleza y felicidad. También es verdad, que cuando nos piden un testimonio sobre nuestra vocación empleamos un lenguaje de enamorados de Dios, de personas que han encontrado la felicidad, y que por eso ―lo han dejado todo‖. ¡Esos son unos escenarios! Pero hay desgraciadamente otros escenarios de signo diferente: cuando se dejan aquellos escenarios celebrativos, uno se encuentra con muchos religiosos y religiosas – de todas las edades- tristes, decepcionados, heridos. Suele ser en el escenario comunitario, o congregacional, o en el escenario que se crea en la soledad de la propia habitación. Esas tristezas se tratan de superar con evasiones (¡salir fuera de la comunidad para despejarse!, ¡evitar actos de oración comunitaria, que no dicen nada!, ¡entretenerse en el propio cuarto con los medios de comunicación que hoy disponemos!, ¡estar en permanente contacto con ―otros mundos‖, ―otras personas‖ a través del móvil). Y se suele justificar este ―modus vivendi‖ con frases como ésta: ―¡tengo que sobrevivir!‖. El diagnóstico: el motivo de mi tristeza… ¡los demás! Pero observemos cómo diagnosticamos la causa de nuestra tristeza, de nuestra frustración. Casi nunca el motivo se encuentra dentro de mi, sino fuera:  Por oposición a quienes nos dirigen: es variada la colección de cargos contra ellos o ellas: ¡no tienen ninguna preparación para dirigir un Instituto, o una comunidad y por eso, las cosas siguen como hasta ahora!, ¡buscan el poder y manipulan para eternizarse en él!, ―todo lo dan hecho, sin consultar‖, ―nos tratan como piezas de ajedrez‖, ¡permiten y amparan la corrupción o corruptelas que ellos o ellas o sus amigos generan! Quienes así minusvaloran a sus dirigentes, es obvio que no muestren demasiados deseos de colaboración, que todo contacto con ellos o ellas sea siempre tenso, que se planteen si merece la pena seguir en el Instituto o en la comunidad.
  • 26.  Por no poder dirigir: hay religiosos y religiosas que siempre se atribuyen la razón; jamás dudan de su propio ―ego‖; no tienen capacidad de aprender, y sí mucho que enseñar a los demás, a los que consideran estúpidos. Son ellos o ellas quienes salvarían al instituto, a la comunidad, quienes elevarían el nivel, quienes harían funcionar todo adecuadamente. Si no son elegidos/as como miembros del Capítulo General, el Capítulo General ¡no servirá de nada! Si no son nombrados líderes de algunas instituciones, se convertirán en oposición permanente a quienes lo hayan sido. Su tristeza delata que se sienten minusvalorados: que no han recibido lo que se merecían por su trabajo y cualidades; ¡en el fondo decepcionados, porque les ha salido mal el negocio! ¡Qué pena entender la vida consagrada como negocio de ganancias o pérdidas! Y esa tristeza se deja acompañar de un permanente ―resentimiento‖, que emerge en cada conversación, en el rostro adusto y airado, en una crisis permanente. Pero, otras veces, el motivo de mi tristeza está “dentro de mí‖, aunque me cueste desenmascararlo y reconocerlo:  Por no comprender: quien todo lo ve mal en su Instituto, tiene dentro un demonio ciego e iracundo. Valora el todo por la parte. Algo no funciona, por lo tanto ¡nada funciona! No hace justicia al ―todo del instituto‖, a la energía del carisma, a tantas personas que se dejan llevar por el Es-píritu y viven en Dios y para los demás con humildad y una cierta invi-sibilidad. Sólo descubre problemas. No detecta los milagros del Espíri-tu, que suele elegir a los débiles para confundir a los fuertes.  Por una tremenda crisis de fe: quienes se dejan llevar por la tristeza en la vida consagrada, por una permanente rebeldía contra lo que sucede, ¿oran de verdad con los salmos? ¿Estarán convencidos de que es ―Dios quien restaura y hace brillar su rostro sobre nosotros‖ (Salmo 79), que Él es nuestro Dios y Salvador y por eso podemos exclamar: ―confiaré y no temeré‖, Dios es ―grande en medio de nosotros‖ (Is 12,1-6). Cuando no confiamos en Dios y perdemos la esperanza en él ―nos entrega a nuestro corazón obstinado‖ (Salmo 80). ―Lo peor de la tristeza es que te ciega y pierdes el rumbo‖.  Por una gran falta de misericordia: Hay en la tristeza en los religiosos un motivo oculto: la falta de misericordia hacia los prójimos. Jesús dijo, sin embargo, bienaventurados, felices, los misericordiosos. San Isaac de Nínive explicó así esta bienaventuranza: ―¿Qué es un corazón misericordioso? Es el corazón que arde en amor por toda la creación, por los seres humanos, por los pájaros, por los animales e incluso por los de- monios. Cuando se acuerda de ellos, cuando los contempla, los ojos de la persona misericordiosa se llenan de lágrimas, que nacen de la gran misericordia que oprime su corazón . Crece en ternura y no puede re-sistir escuchar o ver cualquier injuria o incluso una leve pena de cual-quier cosas de la creación. Por eso, esta persona ofrece continuamente oraciones con lágrimas incluso hasta por los animales irracionales y por los enemigos de la verdad y por todos los que la ofendan y lasti-man, para que sean guardados y perdonados‖.
  • 27. ¿No será la misericordia hacia ―todos nuestros hermanos o hermanas de Congregación‖ la que nos devuelva la alegría y el entusiasmo? Hay realidades exteriores que nos pueden hacer llorar sobre la vida religiosa actual, tal como Jesús lloró ante las murallas de Jerusalén. Pero Jesús no se echó atrás. Decidió entregar su vida por la vida del pueblo, para que descendiera del cielo una nueva Jerusalén. Pero también hay realidades interiores que nos ponen muy tristes y que nos invitan a una lucha dentro de nosotros mismos. Son nuestros complejos, nuestros egos –deseosos de ser idolatrados-, nuestros demonios interiores. No hay cosa peor que ser esclavo de uno mismo. Mi fundador, san Antonio María Claret, nos decía ―que la tristeza es la polilla del alma‖ y nos pedía que no la alimentásemos. Y el gran filósofo Séneca también decía: ―La tristeza, aunque esté justificada, muchas veces solo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste‖. Si queremos ser –en nuestra sociedad- alternativa, mensajeros de la Buena Noticia, testigos alegres de la Resurrección, hemos de dejarnos ungir por la Alegría del Evangelio, por el Espíritu, causa de nuestra alegría. Y utilizar el magnífico don de nuestra libertad: en Alianza con nuestro Dios ¡podemos! DIOS DE LO PEQUEÑO Manuel Romero 14 junio, 2015 Las apariencias siempre engañan y lo grande, robusto y alto no siempre es lo que perdura, aguanta y sostiene. Cuando vamos al mercado elegimos siempre lo más apetecible, colorido y grande. Nos llama la atención lo que destaca y está de moda. Y nosotros lo compramos pensando que hemos acertado. Constatamos después, que no siempre lo más perfecto dura más, lo más abundante satisface y lo más colorido ofrece más sabor. Lo sabemos y aún así… caemos en la tentación de adquirir lo que nos entra por los ojos. Jesús, a la hora de explicar a la gente lo del Reino de Dios recurre al profeta Ezequiel: Dios Padre prefiere los brotes pequeños a las ramas fuertes, le encantan los árboles pequeños y no repara en los grandes y frondosos. Y Jesús lo ejemplifica con una semilla de mostaza, la más pequeña de todas y que, al final, va a dar lugar al mayor de los arbustos. La propia vida de Jesús puede ser interpretada desde esta semilla. Él pasó inadvertido para los que sabían de leyes y religión. No vino con un gran cortejo, ni avalado por títulos y sin aparente poder y, sin embargo, hizo presente el Reino de Dios. ¡Qué contrasentido el buscar al Cristo de los milagros! ¡Pedir para la Iglesia más repercusión social! Nos cuesta vivir la fe sencillamente, transformando desde dentro, poco a poco, y desde la humildad. El otro ejemplo o parábola sobre el Reino nos lleva a considerar que Dios es quien produce el crecimiento de ese Reino y que nosotros somos meros colaboradores. Todo en la vida parece responder a nuestro trabajo, a nuestro empeño, a nuestras capacidades. Si algo resulta lo atribuimos a nuestro esfuerzo, al tiempo invertido, a la tarea bien hecha. Y si resulta deficiente, lo achacamos a los pocos medios de que disponíamos, a la poca calidad de los ayudantes y al despiste del
  • 28. mismo Dios. Jesús hace caer en la cuenta de nuestro papel en esa tarea. Somos sembradores y cosechadores porque Dios lo permite: ―sin que sepamos cómo la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha‖. Ese labrador somos tu y yo cuando nos creemos los artífices del crecimiento. Cuando vemos la cosecha y nuestras manos y consideramos que sólo es fruto de nuestro esfuerzo… y desechamos las manos de Dios. Pero, ¿y si va mal? Y si aparece un pedrisco, una helada, una inundación o una sequía… ¿Nos echaremos la culpa o descargaremos la responsabilidad en Dios? El Salmo de hoy nos pone en nuestro lugar. Nos dice que el justo, el que lleva en sí la buena semilla, crecerá como una palmera y dará fruto hasta bien entrada la vejez. Y eso ocurre porque el justo sabe quién es el verdadero artífice de todo ello; porque confía más en Dios que en sí mismo. Ojalá no se nos olvide mañana al volver al trabajo, a la tarea, la providencia con la que Dios nos trata. Ojalá los que estamos en la Vida Religiosa miremos con cariño lo frágil y pequeño y sepamos agradecer lo que Dios hace a través nuestro. Si no…, siempre nos quedará el consuelo de saber que los discípulos -que escucharon estas parábolas- dudaron cuando volvieron a la barca y se levantó el temporal. Credibilidad de la Fe y Espiritualidad de la Caridad Política Editado por Agustín Ortega Como se titulaba el libro de lo uno de los teólogos más significativos de nuestro tiempo, H. V. Balthasar, “Solo el amor es digno de fe”. Y como nos enseña la Iglesia, por ejemplo el Vaticano II (GS), Pablo VI o Juan Pablo II, la trasmisión de la fe y la misión de la iglesia solo tendrán credibilidad si somos testimonios del amor, la paz y la justicia liberadora con los pobres. Ya que, como nos enseña la misma filosofía en dialogo con la teología, la imagen y el rostro creíble de Dios, tal como se reveló en Jesús, es la de un Dios que es amor y vida, perdón y paz, solidaridad y justicia con los pobres. Es el Dios de la fraternidad y de la vida, el Dios de los pobres y de las víctimas, de los oprimidos y excluídos, de la esperanza en ―el cielos nuevo y la tierra nueva‖ (Ap 21). Tal como nos lo ha transmitido la tradición y la enseñanza de la iglesia, por ejemplo, últimamente los Papas Benedicto XVI y Francisco. Decía uno de los filósofos más relevantes de nuestro tiempo, F. Rosenzweig, que lo que la Biblia enseña es lo que está en lo más profundo del ser humano. La persona está creada, constituida y llamada por Dios, en Cristo y el Don de su Espíritu, a este amor y justicia que es Dios mismo y que nos regala con su Gracia. Y en la Revelación bíblica, en el Evangelio de Jesús, tal como nos lo ha transmitido la Iglesia, Dios en Jesús con su proyecto del Reino de Dios nos manifiesta ese deseo y anhelo de espiritualidad, de trascendencia, de salvación liberadora en la fraternidad, en el amor y la justicia con los pobres. El sueño que tiene Dios para la humanidad e historia, para cada persona y para el mundo, ese Reino de amor, paz y justicia con los pobres que nos salva y libera de todo mal, pecado e injusticia: es lo que llena el alma y el corazón del ser humano; lo que nos da la felicidad y vida, vida plena y eterna. En el encuentro y experiencia de la
  • 29. personas con Dios en Jesús, con su proyecto de Reino en el amor y justicia con los pobres, se va vivenciando la realización humana y espiritual, ética y estética. El ser humano está conformado espiritualmente y busca la trascendencia en la verdad, en la belleza y el bien, en la vida plena y eterna. Y esta trascendencia se va encontrando en la contemplación o meditación (oración) y acogida del amor que nos regala Dios, en la entrega de la vida, en el servicio y compromiso de la caridad por un mundo más fraterno y justo. Se trata de conocer y seguir a Jesús que con su Evangelio, con su vida y proyecto del Reino de Dios, nos revela una existencia desde la entrega y el servicio, desde el amor y la pobreza liberadora en el compartir (dar) la vida, los bienes y las luchas por la justicia con los pobres de la tierra. Dios nos regala en Cristo su Gracia y Don del Espíritu que es, a la vez, compromiso y exigencia de entrega, de pobreza solidaria y compromiso social, de lucha por la paz y la justicia con los pobres de la tierra; contra los ídolos del poder y de la riqueza, del ser rico. La Revelación del Dios bíblico y de Jesús se realiza desde este lugar espiritual de la entrega, del servicio y la pobreza evangélica en fraternidad liberadora con los pobres de la tierra, desde el compromiso por ese mundo más pacífico y justo con los oprimidos. Frente a los falsos dioses del tener y del poder, del prestigio y de la riqueza, del ser rico y de la élites, de la codicia… que lo que causan es esclavitud e injusticia, mal y pecado, rechazo del Dios del amor y de los pobres. Así se ha manifestado todo ello en esos buscadores de Dios, en esos seguidores del Jesús Pobre-Crucificado por causa del Reino de Dios y su justicia liberadora con los pobres, que son los santos y las santas. De ahí que la fe y la misión de la iglesia tenga este constitutivo carácter social, público y político, la espiritualidad de la caridad política que, como nos enseña la iglesia, pretende el bien común, la solidaridad y la justicia con los pobres. La vida de gracia en la fe que se expresa en la santidad del amor se realiza, de forma más universal, en la caridad política que busca transformar el mundo, la humanidad e historia para que se vaya ajustando al Reino de Dios, a su paz y justicia liberadora con los pobres. Nada más lejos de la fe cristiana y su espiritualidad de encarnación, en el Verbo de Dios hecho humano, que una vida cristiana que privatiza la fe; que se queda en un espiritualismo e intimismo que no asume la vida y la realidad de los pobres u oprimidos, que no se encarna en las causas de la paz, de la solidaridad y de la justicia con los excluidos del mundo. Evidentemente, como igualmente nos enseña la iglesia, hay que rechazar de la misma forma todo confesionalismo ideológico-partidista que no distingue lo que es la fe del ámbito del partidismo político, gubernamental y estatal. Hay que respetar la distinción entre la fe y las ideologías, entre la espiritualidad y los partidos, entre la religión y el estado, la iglesia y los gobiernos. Se trata de ejercer esa adecuada laicidad o autonomía de la iglesia y del estado, de las realidades del mundo. Ya que no hay un partido o política que se pueda identificar con la fe. No existe una cultura o política confesional cristiana ni católica. Sino que es la fe y la enseñanza de la iglesia la que inspira a los cristianos para que ejerzan su caridad política, su compromiso cultural, social y público orientado por los valores evangélicos y morales. Y ello junto a toda persona de buena voluntad, sea creyente o no, que se encuentra en la misma vida política y democrática, que tenemos los mismos derechos y deberes en la gestión y responsabilidad ciudadana, cívica y política. Inspirada en la fe y orientada por la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), esta caridad política tiene que ser creíble y coherente, ha de promover el bien común, la paz y la justicia con los pobres, luchar contra todo lo que se oponga a la vida y dignidad de la persona. La caridad política promociona y defiende la vida en todas sus fases o dimensiones. Y, por tanto, se opone las desigualdades e injusticias del hambre y la pobreza, del paro y de la explotación laboral, de las guerras y la destrucción ecológica, del aborto y eutanasia, de la pena de muerte y cualquier maltrato o trata-esclavitud de las personas, etc. La fe y ética es libre, liberadora y crítica ante toda ideología o sistema político que sea injusto e inhumano como es el liberalismo economicista, el capitalismo y el comunismo colectivista o colectivismo, como son los fascismos y nacionalismos excluyentes…La fe impulsa el matrimonio y la familia entre el hombre y la mujer abierto a la vida, a los hijos desde la paternidad responsable, que tengan garantizada sus derechos humamos y sociales en el bien común, en la justicia social e internacional con los pobres. Frente al laicado o familia individualista y burguesa, es un laicado y familia solidaria, pobre evangélicamente, militante y comprometida de forma transformadora por un mundo mejor, más digno y