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La rosa menos romántica de San
Valentín se cultiva en Kenia
El 90% de las flores que cultiva Kenia se dedican a la exportación, lo que ha convertido al país africano
en el principal proveedor de Europa
La demanda aumenta debido a San Valentín y empeora las condiciones de los miles de recolectores:
Esther ha cobrado tres euros por 16 horas de trabajo al día
La sobreexplotación del suelo keniano tiene graves consecuencias: sus tierras se dedican a cultivar flores
en lugar de alimentos y daños en la flora y fauna autóctonas
EFE (Jèssica Martorell) - Naivasha (Kenia)
13/02/2015 - 17:40h
En las últimas semanas, miles de recolectores de flores han cobrado tres euros por dieciséis horas de
trabajo al día para que Europa disfrute de su San Valentín. / Fotografía:/ EFE/Xavi Fernández De Castro
Pocos saben que muchas de las rosas que este sábado regalarán para decir "te quiero" tienen raíces
kenianas y no muy románticas: en las últimas semanas, miles de recolectores han cobrado tres euros por
dieciséis horas de trabajo al día para que Europa disfrute de su San Valentín.
"Están explotando a la población de Kenia y destruyendo nuestra tierra", asegura a Efe el ecologista y
activista keniano Isaac Ouma, que nació en Naivasha y ha visto en las últimas décadas cómo su región se
ha transformado con el único objetivo de cultivar flores para abastecer a Europa.
En la actualidad, el 90% de las flores que crecen allí se exportan y Kenia ya se ha convertido en el
principal proveedor del viejo continente, por delante de Etiopía, Ecuador y México.
Las orillas del lago Naivasha, el único de agua dulce en el Valle del Rift (noroeste de Nairobi) donde
conviven poblaciones de hipopótamos y una diversa fauna avícola, son una ubicación ideal para la
floricultura por su clima y altitud. A tan solo unos metros de los papiros y acacias que delimitan el lago,
decenas de invernaderos rompen la armonía estética del paisaje e invaden la región, tradicionalmente
dedicada a la pesca, agricultura y ganadería.
La industria de las flores se afianza año tras año como uno de los pilares de la economía keniana –las
exportaciones superaron los 440 millones de euros en 2013 y en la actualidad emplea a más de 500.000
trabajadores, en su mayoría mujeres–, pero con una contrapartida: sobreexplota el suelo del que vive su
población.
"Kenia recibe donaciones de comida del Programa Mundial de Alimentos pese a tener en Naivasha un
lago de agua dulce que nos permitiría cultivar y alimentarnos. Pero preferimos aprovechar el agua para
cultivar flores y enviarlas a Europa. Es inmoral", denuncia Ouma.
Tres euros por 16 horas de trabajo
Ahora, cuesta encontrar a alguien en esta zona que no trabaje en los invernaderos. "No tenemos otra
opción. No hay otro trabajo", confiesa a Efe Esther, nombre ficticio de una mujer de 29 años que, pese a
trabajar siete años como recolectora de flores, teme perder su empleo por hablar con periodistas.
Aunque las empresas garantizan a sus empleados el salario mínimo interprofesional –que ronda los 7.000
chelines mensuales (67 euros)–, los trabajadores denuncian sus condiciones. "Normalmente trabajamos
diez horas diarias, pero en las últimas dos semanas hemos trabajado hasta dieciséis. Y el salario ha sido el
mismo. No es justo, pero no tenemos alternativa", lamenta Esther. Ella es una de las miles de mujeres que
cortan, seleccionan y empaquetan las rosas que, en un máximo de tres días, se venderán a precio de lujo
en las calles europeas.
John, que desde hace dos años es camionero en los invernaderos, forma parte del sindicato de
trabajadores y lucha por mejorar esta situación. "Es muy injusto. Yo ya estoy buscando otro empleo, pero
no encuentro nada. Ahora intento conseguir dinero extra con otros trabajos para poder sacar adelante a mi
familia", cuenta a Efe.
Reacciones a los daños mediambientales
La presencia abrumadora de los invernaderos en Naivasha también está provocando daños
medioambientales: deforestación, bajo nivel del agua en el lago, aumento de los asentamientos informales
(donde viven los trabajadores) y contaminación por fertilizantes y pesticidas. La comunidad local es la
que más sufre estas consecuencias: la pesca se ha debilitado y las condiciones para el ganado y el cultivo
son cada vez peores.
Ante las críticas, las empresas han puesto en marcha varios mecanismos para mitigar su impacto, como el
reciclaje hidráulico con el que reutilizan hasta un 30% del agua. "Al menos una vez al año nuestro equipo
acude a los invernaderos para supervisar su trabajo y asegurar que realiza una producción sostenible",
asevera a Efe Jane Ngige, directora del Consejo de Flores de Kenia (KFC, en inglés), que agrupa al 70%
de las explotaciones del país.
Además, el KFC "tiene un sistema de certificación para garantizar un ambiente de trabajo seguro que se
ajuste a las leyes kenianas", apunta.
Pese a la concienciación de los productores y sus esfuerzos por conseguir la etiqueta de "respetuoso con
el medioambiente", el crecimiento imparable de la industria –alimentada por la enorme demanda
extranjera– sigue teniendo consecuencias inevitables para la comunidad local. "Pueden decir que respetan
los derechos de los trabajadores y el medioambiente. Pero la realidad es otra", añade John.
Bangladesh lucha contra la desigualdad
desde el preescolar
Por Naimul Haq © Reproducir este artículo|
En la remota aldea de Mohonpur, donde viven 140 familias, niñas y niños se benefician una escuela
preescolar gratuita de una organización que promueve la enseñanza para los más pequeños de las zonas
rurales de Bangladesh. Crédito: Mahmuddun Rashed Manik/IPS.
JAMALPUR, Bangladesh, 6 feb 2015 (IPS) - Shanta solo tiene cuatro años, pero ya le encanta la escuela.
Todas las mañana, su madre la lleva al centro preescolar cerca de su casa en la aldea de Mohonpur, a unos
140 kilómetros de la capital de Bangladesh, y la deja al cuidado de una joven maestra que organiza las
actividades.
Mosammet Laily Begum, la madre, se dedica a las tareas domésticas en su hogar. Ella y su marido, quien
tira un “rickshaw” (un triciclo para transportar pasajeros) y gana el equivalente a 100 dólares al mes,
viven en una choza con techo de paja. La familia cultiva verduras para mejorar sus ingresos y apenas si
pueden alimentar y vestir a sus tres hijos.
La educación es un lujo, uno al que, en otro momento y lugar, habrían tenido que renunciar para cubrir
sus necesidades vitales.
Bangladesh logró avances enormes en materia de educación en las últimas dos décadas. Actualmente,
tiene uno de los mayores sistemas de enseñanza primaria del mundo, con unos 20 millones de alumnos de
entre seis y 10 años, y unos 365.000 educadores en 82.000 escuelas.
Pero la escuela preescolar que está cerca de su casa es gratis. Los hermanos mayores de Shanta (nombre
ficticio) también ocuparon los mismos salones. Allí aprendieron a leer y escribir en inglés y bangladesí.
Les fue muy bien en la escuela primaria. Su mamá atribuye el amor por el estudio a la base que
obtuvieron en esta aldea de norteño municipio de Jamalpur.
Es una familia con suerte; a diferencia de la mayoría de la población rural de Bangladesh que no tienen
posibilidades de ir a una escuela preescolar, ellos viven cerca de una de las varias miles de escuelas de la
organización BRAC, que se dedica a la educación de niños y niñas de entre tres y cinco años.
Hay unos 3,3 millones de niños, niñas y adolescentes que no asisten a la escuela en Bangladesh. Hasta
2012, el gobierno no ofrecía alternativas a familias como la de Shanta, sin recursos para costear la
enseñanza preescolar.
Eso supone que los alrededor de 45 millones de bangladesíes que subsisten con menos de 1,25 dólares al
día apenas pueden preparar a sus hijos para la enseñanza básica.
Eso genera un círculo vicioso: los niños y niñas más pobres que no pudieron prepararse para la primaria
quedan rezagados respecto de sus compañeros más privilegiados. Esta desigualdad se perpetúa en la
enseñanza secundaria y terciaria.
Muchos de los jóvenes más desfavorecidos constituyen el grueso de las personas desempleadas en
Bangladesh, quienes representan 4,5 por ciento de los 168 millones de habitantes.
Para nivelar un poco la situación, BRAC tiene 12.450 escuelas preescolares en el país, donde se educan
unos 360.000 niños y niñas cada año. Su Programa de Educación Preescolar es la mayor iniciativa
gratuita para ese sector de la población en este país.
En total son unos 5,2 millones de niñas y niños en edad preescolar que se beneficiaron del programa
desde sus inicios en 1997.
Hacia la escuela primaria
Parada en medio de la pequeña caseta de hojalata que oficia de aula, Rowshanara Begum, de 27 años, está
en su salsa. Tiene un grupo de 30 alumnos, 18 niñas y 12 varones, y sabe que su trabajo marca una
diferencia. Una de las prioridades de BRAC es lograr una matrícula femenina de 50 por ciento.
Durante dos horas y media al día, seis días a la semana, la maestra se ocupa con esmero de enseñar el
alfabeto ayudándose de dibujos, rimas y juegos. La estructura flexible e informal hace que las familias
sigan llevando a sus hijos.
“Hay una gran presión de los padres para abrir otra escuela preescolar gratuita en la aldea de Mohonpur”,
contó a IPS.
Las familias pobres apenas puede pagar el costo de la educación preescolar privada. Dependen la
enseñanza ofrecida por organizaciones como BRAC, para prepararlos para la vida. Crédito: Mahmuddun
Rashed Manik/IPS
Las escuelas gratuitas no son una iniciativa menor en un país donde un estudiante promedio demora 8,6
años en terminar el ciclo de primaria de cinco años.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia atribuye la situación a los bajos estándares de la
enseñanza pública y al hecho de que 24 por ciento de las maestras de las escuelas estatales o registradas
por el gobierno no tienen capacitación.
Un trabajador de BRAC que no quiso dar su nombre remarcó que la organización obtuvo un logro
“notable” en la transición de los preescolares a la escuela primaria, cerca de 99,14 por ciento. Y, sin
embargo, no es más que la mitad de la batalla ganada.
Bangladesh logró avances enormes en materia de educación en las últimas dos décadas. Actualmente,
tiene uno de los mayores sistemas de enseñanza primaria del mundo, con unos 20 millones de alumnos de
entre seis y 10 años, y unos 365.000 educadores en 82.000 escuelas.
Desde 1990, aumentó la matrícula de 72 a 97 por ciento y su tasa de terminación pasó de 40 a 79 por
ciento. El número de escuelas primarias que reciben libros de texto gratuitos se incrementó de 32 por
ciento, en 2010, a más de 90 por ciento, en 2014.
Según la directora ejecutiva de la Campaña para la Educación Popular, Rasheda K Choudhury, una red
integrada por 1.000 organizaciones que trabajan en educación, Bangladesh también disminuyó la tasa de
deserción escolar de 33 por ciento, hace unos años, a 20 por ciento en 2014.
“La mejor capacitación profesional, una menor proporción entre estudiantes y maestras (actualmente 49 a
1, menos que 77 a 1 en 2005) y la entrega de un estipendio para los alumnos son algunas de las razones de
los avances”, detalló en diálogo con IPS.
Pero aún quedan asuntos por atender. Numerosos especialistas coinciden en que para mejorar la situación
hay que aumentar los recursos para la educación, del actual 2,5 por ciento del producto interno bruto a
cuatro por ciento.
También hay que mejorar el acceso a la educación de las 71 por ciento de las personas que viven en zonas
rurales, así como de las comunidades indígenas.
Según el director de país del Banco Mundial, Johannes Zutt, el gobierno atiende a los que quedaron fuera
de la reforma educativa, “incluyendo a quienes residen en tugurios, menores trabajadores, indígenas y
otros con discapacidades”.
Pero mientras programas como el de BRAC no se implementen a gran escala en todo el territorio,
Bangladesh mantendrá un rendimiento desigual en materia educativa, y la meta de lograr la educación
primaria universal, el segundo de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, seguirá siendo
inalcanzable.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme
El fin de las políticas de manipulación del
miedo
Por: Autor invitado | 13 de febrero de 2015
AUTOR: MANUEL SORIA
Un grupo de inmigrantes intenta entrar en Melilla, el pasado agosto. / Antonio Ruiz
El hecho migratorio ha sido, a lo largo de la historia, un proceso natural de los seres humanos con el
deseo de buscar un lugar mejor donde vivir. Un hecho que continúa ahora en multitud de sitios del
planeta, pero que para la sociedad española ocurre fundamentalmente en las dos ciudades españolas
norteafricanas, Ceuta y Melilla. Ciudades que, curiosamente, han sido desde su fundación paso de
civilizaciones, conquistas, migraciones y cruce de caminos hacia diferentes puntos del Mediterráneo.
El concepto "valla" nunca existió en el lenguaje de los melillenses hasta que se decidió levantar
una impresionante verja con el comienzo de las migraciones de subsaharianos a finales de los años
noventa. Hasta entonces, la ruta de las migraciones era a la inversa. Melilla fue un lugar por el que
cruzaron miles de peninsulares buscando trabajar en las tierras del Protectorado español y francés de
Marruecos y de la Argelia francesa. Más tarde, durante la Guerra Civil, fue vía de escape para decenas de
miles de huidos de la represión franquista. En general llegar al África colonizada por Europa suponía una
oportunidad para vivir mejor.
Ahora ocurre lo contrario. El neocolonialismo económico y cultural de África está haciendo estragos. La
gran explosión demográfica, la rapiña de sus recursos naturales y las guerras consentidas expulsan
de sus territorios a cientos de miles de personas que quieren alcanzar el sueño europeo.
Pero, ¿por qué los rechazamos? Es normal que el humano sea prudente ante lo desconocido y muestre sus
reticencias a absorber cambios, pero esa prudencia, esa precaución, a los gobernantes les interesa
convertirlas en miedo, en pavor. Y así lo han hecho tanto los políticos como las políticas públicas. Con el
miedo se gobierna muy bien, con el miedo es todo más fácil de llevar, con el miedo nos olvidamos de
crisis, corrupciones u otras formas de mal gobierno, con el miedo dejamos recortar nuestros derechos
sociales, nuestra intimidad y nuestra capacidad de pensar.
Es por eso que a nuestros gobernantes no les gusta plantear la inmigración como un proceso natural de la
humanidad, sino como una invasión en toda regla. La propia forma de referirse al problema al relatar los
hechos con palabras como invasión, salto masivo o hecatombe es una prueba de ello.
La valla de Melilla es un ejemplo claro de esa política. En lugar de apostar por políticas de integración o
de cooperación con los países de origen, se opta por políticas de criminalización y por las devoluciones en
caliente, que no resuelven el problema.
Las soluciones al fenómeno migratorio, siempre soluciones parciales, son de tan alto calado y de tanta
diversidad que no es posible definirlas en unas cuantas líneas, pero sí tenemos claro que esas soluciones
pasan primero porque los gobernantes dejen de manipular el miedo al inmigrante.
Debemos mirar en los lugares donde ha funcionado la convivencia de culturas, y para no ir muy lejos ahí
tenemos la ciudad de Melilla, ciudad que ha integrado de forma pacífica a miles de musulmanes de origen
marroquí en su ciudadanía, no sin dificultades, pero no deja de ser un laboratorio en el que aprender. En
los años ochenta la propia idea que pudiera existir un funcionario musulmán era descabellada. En la
actualidad, no muchos años después, un musulmán exmarroquí es el mismísimo Delegado de Gobierno de
la ciudad, paradójicamente responsable máximo del rechazo de inmigrantes en la valla, pero no deja de
ser un ejemplo de integración.
Las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo nos ofrecen una oportunidad para
pensar en políticas migratorias en positivo, que luego puedan tener el necesario calado en la política
estatal, y así lo estamos haciendo desde Equo Melilla y las diferentes organizaciones, movimientos
sociales y partidos que integramos Ganemos Melilla. Dejar de manipular el miedo es el principio para
poder impulsar políticas y actuaciones que la resuelvan la situación de las personas migrantes y respeten
sus derechos humanos, y dejemos de convertir la inmigración, un proceso natural, en un problema.
Manuel Soria es miembro de Equo Melilla y co-portavoz de Ganemos Melilla.
El Papa a los nuevos cardenales: Que el
pueblo de Dios vea siempre en nosotros la
denuncia de la injusticia y el servicio a la
verdad
Ciudad del Vaticano, 14 febrero 2015 (VIS).- Esta mañana, a las 11, se ha celebrado en la
Basílica Vaticana el Consistorio ordinario público en el que el Santo Padre ha creado 20
nuevos cardenales, a los que ha impuesto la birreta, ha entregado el anillo y ha asignado el
título o diaconía.
A la celebración ha asistido también el Papa emérito Benedicto XVI al que el Papa Francisco
saludó entrando en la basílica y que también fue saludado en su discurso por el cardenal
Dominique Mamberti, Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el primero
entre los nuevos cardenales, que dirigió al Santo Padre, en nombre de todos los neo-
purpurados unas palabras de gratitud. ''Entrar a formar parte del Colegio Cardenalicio-dijo- nos
inserta de una forma particular en la historia y en la vida de la Iglesia de Roma que -según la
hermosa expresión de San Ignacio de Antioquia- preside en la caridad. Estamos invitados,
pues, a salir de nosotros mismos, de nuestras costumbres y comodidades, para servir a la
mision de esta Iglesia, conscientes de que implica tener un horizonte más amplio''. En el acto
no pudo participar el cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez que, a causa de su avanzada
edad, no pudo desplazarse a Roma y recibirá la birreta en Colombia.
En la homilía que pronunció ante los nuevos cardenales, el Papa eligió como pauta el himno a
la caridad de la primera carta de San Pablo a los Corintios y recordó a los cardenales que la
caridad debe presidir siempre su ministerio.
''El cardenalato -dijo- 'ciertamente es una dignidad, pero no una distinción honorífica. Ya el
mismo nombre de ''cardenal'', que remite a la palabra latina ''cardo - quicio'', nos lleva a pensar,
no en algo accesorio o decorativo, como una condecoración, sino en un perno, un punto de
apoyo y un eje esencial para la vida de la comunidad. Sois ''quicios'' y estáis incardinados en la
Iglesia de Roma, que ''preside toda la comunidad de la caridad'' .
En la Iglesia, ''toda presidencia proviene de la caridad, se desarrolla en la caridad y tiene como
fin la caridad. La Iglesia que está en Roma tiene también en esto un papel ejemplar: al igual
que ella preside en la caridad, toda Iglesia particular, en su ámbito, está llamada a presidir en la
caridad. Por eso creo que el ''himno a la caridad'', de la primera carta de san Pablo a los
Corintios, puede servir de pauta para esta celebración y para vuestro ministerio, especialmente
para los que desde este momento entran a formar parte del Colegio Cardenalicio. Será bueno
que todos, yo en primer lugar y vosotros conmigo, nos dejemos guiar por las palabras
inspiradas del apóstol Pablo, en particular aquellas con las que describe las características de
la caridad. Que María nuestra Madre nos ayude en esta escucha. Ella dio al mundo a Aquel
que es ''el camino más excelente'': Jesús, caridad encarnada; que nos ayude a acoger esta
Palabra y a seguir siempre este camino. Que nos ayude con su actitud humilde y tierna de
madre, porque la caridad, don de Dios, crece donde hay humildad y ternura.
''En primer lugar -señaló el Santo Padre- san Pablo nos dice que la caridad es ''magnánima'' y
''benevolente''. Cuanto más crece la responsabilidad en el servicio de la Iglesia, tanto más hay
que ensanchar el corazón, dilatarlo según la medida del Corazón de Cristo. La magnanimidad
es, en cierto sentido, sinónimo de catolicidad: es saber amar sin límites, pero al mismo tiempo
con fidelidad a las situaciones particulares y con gestos concretos. Amar lo que es grande, sin
descuidar lo que es pequeño; amar las cosas pequeñas en el horizonte de las grandes, porque
''non coerceri a maximo, contineri tamen a minimo divinum est''. Saber amar con gestos de
bondad. La benevolencia es la intención firme y constante de querer el bien, siempre y para
todos, incluso para los que no nos aman.
''A continuación, el apóstol dice que la caridad ''no tiene envidia; no presume; no se engríe''.
Esto es realmente un milagro de la caridad, porque los seres humanos –todos, y en todas las
etapas de la vida– tendemos a la envidia y al orgullo a causa de nuestra naturaleza herida por
el pecado. Tampoco las dignidades eclesiásticas están inmunes a esta tentación. Pero
precisamente por eso, queridos hermanos, puede resaltar todavía más en nosotros la fuerza
divina de la caridad, que transforma el corazón, de modo que ya no eres tú el que vive, sino
que Cristo vive en ti. Y Jesús es todo amor''.
''Además, la caridad ''no es mal educada ni egoísta''. ''Estos dos rasgos -subrayó Francisco-
revelan que quien vive en la caridad está des-centrado de sí mismo. El que está auto-centrado
carece de respeto, y muchas veces ni siquiera lo advierte, porque el ''respeto'' es la capacidad
de tener en cuenta al otro, su dignidad, su condición, sus necesidades. El que está auto-
centrado busca inevitablemente su propio interés, y cree que esto es normal, casi un deber.
Este ''interés'' puede estar cubierto de nobles apariencias, pero en el fondo se trata siempre de
''interés personal''. En cambio, la caridad te des-centra y te pone en el verdadero centro, que es
sólo Cristo. Entonces sí, serás una persona respetuosa y preocupada por el bien de los
demás''.
''La caridad, dice Pablo, ''no se irrita; no lleva cuentas del mal''. Al pastor que vive en contacto
con la gente no le faltan ocasiones para enojarse. Y tal vez entre nosotros, hermanos
sacerdotes, que tenemos menos disculpa, el peligro de enojarnos sea mayor. También de esto
es la caridad, y sólo ella, la que nos libra. Nos libra del peligro de reaccionar impulsivamente,
de decir y hacer cosas que no están bien; y sobre todo nos libra del peligro mortal de la ira
acumulada, ''alimentada'' dentro de ti, que te hace llevar cuentas del mal recibido. No. Esto no
es aceptable en un hombre de Iglesia. Aunque es posible entender un enfado momentáneo que
pasa rápido, no así el rencor. Que Dios nos proteja y libre de ello''.
''La caridad, añade el Apóstol, ''no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad''. El
que está llamado al servicio de gobierno en la Iglesia debe tener un fuerte sentido de la justicia,
de modo que no acepte ninguna injusticia, ni siquiera la que podría ser beneficiosa para él o
para la Iglesia. Al mismo tiempo, ''goza con la verdad'': ¡Qué hermosa es esta expresión! El
hombre de Dios es aquel que está fascinado por la verdad y la encuentra plenamente en la
Palabra y en la Carne de Jesucristo. Él es la fuente inagotable de nuestra alegría. Que el
Pueblo de Dios vea siempre en nosotros la firme denuncia de la injusticia y el servicio alegre de
la verdad''.
Por último, la caridad ''disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin
límites''. Aquí hay, en cuatro palabras, todo un programa de vida espiritual y pastoral. El amor
de Cristo, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, nos permite vivir así, ser así:
personas capaces de perdonar siempre; de dar siempre confianza, porque estamos llenos de
fe en Dios; capaces de infundir siempre esperanza, porque estamos llenos de esperanza en
Dios; personas que saben soportar con paciencia toda situación y a todo hermano y hermana,
en unión con Jesús, que llevó con amor el peso de todos nuestros pecados''.
''Queridos hermanos,todo esto no viene de nosotros, sino de Dios. Dios es amor y lleva a cabo
todo esto si somos dóciles a la acción de su Santo Espíritu -afirmó al final de la homilía- Por
tanto, así es como tenemos que ser: incardinados y dóciles. Cuanto más incardinados estamos
en la Iglesia que está en Roma, más dóciles tenemos que ser al Espíritu, para que la caridad
pueda dar forma y sentido a todo lo que somos y hacemos. Incardinados en la Iglesia que
preside en la caridad, dóciles al Espíritu Santo que derrama en nuestros corazones el amor de
Dios.''
Terminada su alocución, el Papa ha pronunciado la fórmula de creación de los nuevos
cardenales, sus nombres y el orden diaconal o presbiteral al que han sido asignados. Los
nuevos cardenales han recitado el Credo y el juramento de fidelidad y obediencia al Papa y a
sus sucesores. Seguidamente, han recibido la birreta cardenalicia y el anillo de manos del
Papa, que les ha asignado también el título o la diaconía.
Al final del rito el cardenal Angelo Amato S.D.B., Prefecto de la Congregación para las Causas
de los Santos, se dirigió al Santo Padre para solicitar la inscripción en el Libro de los Santos de
tres beatas. La primera, Jeanne-Emilie de Villeneuve nacida en Francia en 1811, Fundadora de
la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres para la educación
de las niñas y muchachas pobres, para los enfermos y las misiones en tierras lejanas. Falleció
en 1854 y fue beatificada por Benedicto XVI en 2009. La segunda, Marie-Alphonsine Danil
Ghattas ( en el siglo Maryam Sultanah), nacida en Jerusalén en 1843 que desarrolló un intenso
apostolado en favor de las jóvenes y las madres cristianas, y fundadora de la Congregación de
las Hermanas del Santísimo Rosario de Jerusalén.Falleció en 1927 y fue beatificada por
Benedicto XVI en 2009. Por último María de Jesús Crucificado (en el siglo Maryam
Baouardy),nacida en Abellín, cerca de Nazareth en 1846, religiosa profesa de la Orden de las
Carmelitas Descalzas, fue enviada para la fundación de los nuevos Carmelos a la India y más
tarde a Belén donde murió en 1878. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1983.
En el curso del Consistorio, el Papa decretó que las tres, junto con la beata Maria Cristina de la
Inmaculada Concepción (en el siglo Adelaide Brando), italiana (1856-1906) Fundadora de la
Congregación de las Hermanas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado, cuya
canonización se decidió en el consistorio del 20 de octubre de 2014, sean canonizadas el
domingo, 17 de mayo de 2015.
En las visitas a los cardenales surge el
«Consistorio global del sur»
(©Ansa)
(©Ansa) La fiesta alrededor del nuevo cardenal Arlindo Gomes Furtado
Coros para los nuevos cardenales de Cabo Verde,
Tonga y Etiopía; el uruguayo Sturla tomando mate;
Bertone fue de los primeros en saludar a los nuevos
purpurados
Iacopo Scaramuzzi
Ciudad del Vaticano
Después de una hora de apretones de manos, abrazos, palmadas en las espaldas, bendiciones, el nuevo
cardenal uruguayo Diego Fernando Sturla Berthouet se quitó el birrete que el Papa le impuso pocas horas
antes. En el aula de las audiencias, adobada como salón para las visitas a los cardenales, hacía calor, y el
purpurado salesiano se quita el birrete al que todavía no se había acostumbrado. Pasan pocos minutos y
un joven sacerdote compatriota, Gonzalo Aemilius, conocido de Jorge Mario Bergoglio, le ofreció un
mate recién preparado. El cardenal lo bebe sonriente, «¡Qué alivio!», exclama y después abraza al
sacerdote que conoce desde hace mucho tiempo. A pocos metros de distancia, el nuevo cardenal de
Tonga, Soane Patita Paini Mafi, primer cardenal en la historia de estas islas, está rodeado de fieles y
parientes que entonan a todo pulmón un coro tradicional. Estos últimos, unas treinta personas, llevan
puesta el tradicional camisón blanco y una foto colgando del cuello que retrata al nuevo purpurado hace
veinte años, rodeado por un consistente grupos de hermanos y hermanas.
En la otra parte del corredor, se escuchan las melodías de la célebre cantante Cesarea Evora: un grupo de
mujeres de Cabo Verde, sentadas con elegancia, acompañaban el paso de los fieles y amigos que van a
saludar al cardenal Arlindo Gomes Furtado. Surge, en las visitas de cortesía de este segundo Consistorio
presidido por Papa Francisco en San Pedro (y que hace tiempo eran llamadas «visitas de afecto» de los
fieles, familiares, romanos y simples curiosos), el «consistorio global del sur».Los cardenales, como es
costumbre, se dividen en dos espacios: la mayor parte en los locales del Aula Pablo VI y un grupito de
cinco cardenales en los salones llenos de frescos del Palacio apostólicos. Entre ellos está el único curial,
Dominique Mamberti, ex «ministro del Exterior» de la Santa Sede y ahora Prefecto del Supremo Tribunal
de la Signatura Apostólica: «Esta vez soy el único cardenal que salió de la curia», responde a los
periodistas, «el Santo Padre quiso dar testimonio de su deseo de un colegio cardenalicio que represente a
toda la iglesia católica». Antes de que llegara la multitud, pasó a saludarlo el Secretario de Estado
emérito, cardenal Tarcisio Bertone.
En los salones del Palacio apostólico se encuentran los nuevos cardenales con más de ochenta años Luigi
de Magistris (a quien Bertone saluda inclinándose hacia el sillón para que no se levantara), el ex nuncio
alemán Karl-Josed Rauber y el argentino Luis Héctor Villalba (Julio Duarte Langa tuvo que anular al
último momento el viaje a Roma por motivos de salud).
Mucho más concurrida, por el Aula de las audiencias serpentea una fila interminable para los dos
cardenales italianos Francesco Montenegro (en la multitud surgen varios rostros africanos) y Edoardo
Menichelli. Un consistente grupo de fieles saluda al tailandés Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, a
Charles Maung Bo, al nuevo cardenal John Atcherley Dew de Nuova Zelanda y al panameño José Luis
Lacunza Maestrojuán. El Patriarca de Lisboa, Manuel José Macario do Nascimento Celmente, distribuye
una imagen colorida con las palabras «d.Manuel Clemente» (no todos los cardenales llevan estas
imágenes para los fieles; la más sencilla es la del argentino Villalba; la más elaborada es la del mexicano
Suárez Inda). El etíope Berhaneyesus Demerew Souraphiel está rodeado por compatriotas que cantan y
ondean una bandera nacional. El vietnamita Pierre Nguyen Van Nhon se mantiene de pie, lejos del sillón,
pues debe saludar a muchísimas personas. También llega el cardenal cubano, Jaime Ortega Alamino:
«Las cosas van muy bien, no pensábamos que se llegara tan adelante», responde a los periodistas que le
preguntan sobre la evolución en las relaciones con los Estados Unidos. Platica un poco con el nuevo
«ministro del Exterior», mons. Paul Richard Gallagher. El mexicano Alberto Suárez Inda, arzobispo de
Morelia, en medio de una de las zonas más violentas del país, explica que la situación en México «es
difícil», pero que no hay que ceder al «pesimismo». El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez,
de rasgos tímidos, está rodeado por un grupo de fieles a poca distancia del cardenal Antonio María Rouco
Varela, su predecesor como guía de la Conferencia Episcopal de España.
Entre todos los fieles de diferentes nacionalidades, embajadores, romanos curiosos, están el prelado del
Opus Dei, mons. Javier Echevarría, el líder de los neocatecumenales, Kiko Argüello; además, pasan
sonrientes monseñor Becciu y monseñor Wells, el sustituto a la Secretaría de Estado, con su «brazo
derecho». El Patriarca de Jerusalén, Fouad Twal, se detiene para hablar con los periodistas y explica que
está feliz con las nuevas santas palestinas: «La Tierra Santa no es solo guerra, violencia o muros, sino
también santidad».
El cardenal Wuerl responde a Burke (y a
los “disidentes”)
El cardenal Donald Wuerl
El arzobispo de Washington habló en su blog sobre las
críticas a Papa Francisco, recordando los ataques
contra sus predecesores: «Están en desacuerdo con el
Papa porque él no sigue sus posiciones»
andrea tornielli
Ciudad del vaticano
«Una de las cosas que he aprendido es que hay un hilo común que conecta todas estas “disidencias”.
Están en desacuerdo con el Papa porque él no está deacuerdo con ellos y no sigue sus posiciones». Esta es
la conclusión a la que llegó el cardenal arzobispo de Washington, Donlad Wuerl, en un artículo que
publicó en su blog, titulado “El Papa, piedra angular de fe y unidad”.
El comentario del cardenal estadounidense se refiere a los que dentro de la Iglesia expresan sus críticas
hacia el Papa. Wuerl no cita nombres, pero dice que recibió por correo electrónico «una entrevista» y «un
artículo» de «hermanos obispos». Hace pocos días, provocó algunas discusiones la entrevista del cardenal
Leo Raymond Burke en un programa de la televisora France2, durante la cual el purpurado afirmó que
quería «resistir» al Papa si decidía abrir la posibilidad de que los divorciados que se han vuelto a casar
reciban los sacramentos.
Wuerl recuerda que siguió el domingo pasado el Ángelus del Papa, frente a decenas de miles de personas,
y recordó que «este popularísimo y veneradísimo sucesor de Pedro» habló sobre «la ternura de Jesús,
sobre su compasión amorosa y, al mismo tiempo, sobre nuestra necesidad de ser atentos y compasivos
con los demás seres humanos». Pero, observó, la admiración que se siente en todos los rincones del
planeta hacia Francisco «no es compartida por todos».
«Mientras estaba viendo al Santo Padre por la televisión, mi bandeja de entrada se estaba llenando con un
número de correos, entre los que había una entrevista y un artículo de hermanos obispos que son mucho
menos entusiastas con Papa Francisco». Estos correos hicieron que Wuerl recordara sus años de joven
seminarista, cuando experimentó por primera vez la “disidencia” frente «a la doctrina y la práxis de un
Papa». Ese Papa era Juan XXIII, y la enseñanza que no fue «bien recibida por todos» fue la encíclica
“Mater et magistra”. Uno de los “disidentes” usó una expresión que tuvo cierto éxito en algunos círculos:
la Iglesia, «madre, sí; maestra, no». «Junto con cierto número de compañeros de clase, recuerdo que
quedé escandalizado por este rechazo de la encíclica».
Pero un sacerdote del seminario regañó a Wuerl y a sus compañeros por su ingenuidad, y les explicó que
«siempre ha habido una corriente de “disenso” en la Iglesia», incluso en el Colegio cardenalicio. «Fue
entonces cuando escuché hablar del cardenal Louis Billot –escribe Wuerl–, que era muy poco discreto en
su oposición frente a Pío XI, que condenó el movimiento político y religioso de la Action Française». El
arzobispo de Washington recuerda que Billot fue «convencido de abandonar su dignidad cardenalicia» y
volvió a ser un simple padre jesuita.
Los disgustos con respecto a la postura del Papa en relación con temas doctrinales, pastorales, canónicos
o incluso simplemente relacionados con su forma de vestir, «parecen siempre haber existido de alguna
manera. En 1963 San Juan XXIII se convirtió nuevamente en el objeto de las iras de los que no querían su
encíclica “Pacem in Terris”, así como el beato Pablo VI por su encíclica “Populorum progressio”, de
1967, y, ciertamente, por su encíclica “Humanae vitae” de 1968. El “disenso” de algunos religiosos frente
a la enseñanza de la “Humanae vitae” los llevó a abandonar su ministerio sacerdotal».
Pero Wuerl, con importantes y evidentes referencias a todos los que se han aficionado a ciertos
paramentos del pasado, añade: «en un nivel mucho menos importante, hubo un notable desconcierto entre
algunos en 1969, cuando el Secretario de Estado de Papa Pablo VI publicó una instrucción sobre el hábito
de los obispos y de los cardenales. El esfuerzo por racionalizar y acabar con cosas como la capa magna
(el largo manto de los obispos y cardenales con una larga, larguísima, cola)».
El cardenal estadounidense recuerda que el breve Pontificado de Papa Luciani «no dejó de tener críticas.
Algunos escribieron que consideraban su sonrisa poco digna de un Papa, pues disminuía la gavitas
(seriedad) de su oficio».
Y luego, recuerda Wuerl, llegó San Juan Pablo II. «Todo lo que escribió recibió algunas críticas, desde
sus encíclicas sociales, como “Laborem exercerns” de 1981 o “Sollicitudo rei sociales” de 1987” de 1987
o “Centesimus annus” de 1991, hasta su encíclica sobre la permanente validez del esfuerzo misionero de
la Iglesia, “Redemprotis missio”. Hubo algunos que lo criticaron constantemente por sus viajes, aunque
hubiera en sus casi 27 años como Papa revitalizado a la Iglesia. Personalmente, siempre he considerado
las críticas a San Juan Pablo II particularmente dolorosas, porque tengo tanto afecto y admiración por él».
El cardenal recuerda, para concluir, todas las críticas que acompañaron el Pontificado de Benedicto XVI,
«buen, brillanre y santo pastor de la Iglesia». No es ninguna sorpresa, pues, que Francisco se vea expuesto
a este fenómeno. «Una de las cosas que he aprendido en todos estos años, a partir de esos primeros e
ingenuos días de 1961, es que, al examinar con mayor atención, se encuentra un hilo común que conecta
todas estas “disidencias”. Están en desacuerdo con el Papa porque él no está deacuerdo con ellos y no
sigue sus posiciones. El “disenso” es, tal vez, algo que siempre tendremos, deplorable en cuanto tal, pero
tendremos siempre a Pedro y a su sucesor como una roca y piedra angular de nuestra fe y de nuestra
unidad».
QUO VADIS PETRUS?
(©Afp)
(©Afp) Papa Francisco
Reflexiones sobre el actual Pontífice argentino y su
Pontificado
Padre Eduardo de Paola
En el análisis del presente, la historia, que lo es del pasado, nos ayuda a salir de algunos puntos de sombra
o duda. Podríamos volver a San Juan XXIII, al Beato Paulo VI , a San Juan Pablo II , a Benedicto XVI y
escrutar las páginas abundantes de aseveraciones duras contra sus pontificados y alertas y perplejidades,
en tiempo condicional, sobre algunas actitudes, determinaciones y pensamientos. Pero la historia ha ido
haciendo su trabajo, lento, muchas veces complicado, pero ha ido aportando una idea más objetiva, menos
apasionada, menos condicionada por ideologías y posturas intereclesiales de esos momentos y
circunstancias.
Esa es la Iglesia que me gusta. La que critica y objeta .La que duda y se interpela. La que queda perpleja
ante la figura providencial de un hombre sobre cuyos hombros el Señor ha querido depositar la Iglesia.
Unos hombros , que gracias a Dios, tienen la asistencia, jurada, del Espíritu Santo. Unos hombros que
quieren compartir el peso, sinodalizando el duro caminar.
Pero también es cierto, lo dice la historia, que durante aquellos Pontificados y durante éste mismo,
aparecieron voces de apoyo, de entusiasmo. Voces que veían un nuevo amanecer en la Iglesia de Cristo,
siempre la misma y siempre cambiante, bajo la música de los signos de los tiempos. Ahora con una
partitura cimentada en el Concilio Vaticano II que quiso vestir de nuevo a la Única Verdad, para que no
pareciera una extraña en medio de sus contemporáneos.
Aseveraciones
He leído opiniones de un cardenal, que decía que Bergoglio “es demasiado de izquierda y que es de los
que hablan mucho y nunca hacen nada”. No hay ningún verbo en condicional. Me he puesto en la piel de
ese Cardenal, he tratado de comprender, lo que con esas palabras, duras por cierto, intentaba expresar.
Hay cosas que nos desestabilizan. Sobre todo cuando somos cada vez más grandes y hemos vivido
dignidades y niveles de vida, muy alejados del común de la gente. La edad produce esa necesidad de
estabilidad y un poco de rechazo por las novedades que nos vienen a cambiar las cosas “que siempre
fueron de otro modo”.
Me fascina que Bergoglio, grande, viejo, se anime a desestabilizarse y desestabilizarnos.
Pero el viejo cardenal de la frase antes citada , me parece que nos quiere expresar fundamentalmente que
mirar el mundo desde Europa o desde América o desde el resto del mundo de “economías emergentes”
(eufemismo de sociedades y pueblos pobres), es radicalmente distinto. Y lo que suena en nuestros oídos
americanos, como una interpretación autentiquísima del evangelio de Jesús, allá en el Norte suena a
marxismo puro. Sin embargo, bajo las columnatas de la Plaza de San Pedro, duermen hermanos míos, que
viven en Europa, no en América, y en cuyos oídos, el Evangelio predicado por Francisco seguramente
sonará igual que para nosotros. Sospecho que en Lampedusa debe suceder lo mismo.
Otro Cardenal que ha preferido prescindir del tiempo condicional de los verbos, ha advertido que “si las
medidas del sínodo se concretan, serán de una gravedad inaudita”.Se trata de un Cardenal –Canonista. A
sus opiniones las han apodado “filípicas”. Se ve que está asustado. Tiene miedo que le destruyan “el
deposito de la fe”.
Cuando leí su artículo, pensaba en mi fe. En lo que me enseñaron de chico : las puertas del infierno no
prevalecerán.
No tengo dudas al respecto. El que conduce la Iglesia es el mismo Señor. Con mediaciones, si, pero el
timón lo tiene Dios. Mal que le pese a ese otro cardenal que veía una Iglesia sin timonel. Otra vez la fe!.
Es posible, solo posible, que a éste hermano lo motive también algo de su ideología, que no concuerda
con la del Papa y por eso crea tanto miedo y rechazo.
Perplejidades y dudas
Vittorio Messori ha usado, hasta remarcarlo machaconamente, verbos condicionales para hacer el balance
de éste Pontificado. Comparte, creo, el espíritu de otro Cardenal norteamericano que ha dicho
“ciertamente lo respeto como Papa, pero me falta todavía entender lo que quiere hacer”. Messori ha
preferido hablar de perplejidad, duda y adhesión.
Lo único con lo que no coincido del todo (respetando el condicional de Messori) ha sido su parentesco
con otro Cardenal de la Curia, en” la sospecha de un posible populismo, capaz de obtener un interés tan
amplio, como superficial y efímero”. Me parece que a dos años, uno podría sospechar , que el fenómeno
de los 6 millones de personas , no tiene vocación efímera ni superficial. Una mirada desde la realidad del
mundo de los mediáticos, podría darles la razón, pero aquí como en otros casos tenemos el desafío de la
mirada de la fe y de qué es lo que quiere el Señor. Fueron los sencillos de corazón los que comprendieron
el mensaje de Jesús a diferencia de los Sumos Sacerdotes y los Escribas Hay muchas críticas entre los
“entendidos”, y mucha adhesión en la gente sencilla, que “entiende” todo lo que el Papa dice y hace. Si
es así, no estaríamos ante un “populismo” de Francisco, sino ante algo mucho más serio y un material
más complicado para el análisis: en medio de la crisis de credibilidad mas aterradora de los últimos
siglos, para la Iglesia, surge éste liderazgo, basado en cosas sencillas como evangélicas, que atraen,
encantan, alegran, crean empatía y esperanza. Para mi, muy lejos del populismo, muy cerca de Jesús.
Pero volvamos al cuerpo de la reflexión de Messori. El es , sin dudarlo, un hombre de fe. A diferencia de
algunos otros, que cuando tienen que aplicar la que dicen tener, no la encuentran.
Tiene delicadeza, cuidado, respeto, al decir sus perplejidades, dudas y adhesiones. Casi diría que a las
primeras las dice con un poco de miedo. Miedo a fallarle a la fe que profesa.
Lo primero que me nació, interiormente, mientras leía su articulo, fue una certeza nacida en éstas tierras:
es imposible predecir a Bergoglio. Ha sido ,es y seguramente será impredecible.
Algunos se dicen sus “voceros” en distintos temas. Salvo cuando él manda a alguno a decir lo que él no
quiere decir, todos los demás hacen adivinanzas .Jn 3,8: “El viento sopla dónde quiere: tu oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni a donde va. Lo mismo sucede con todo aquel que ha nacido del Espíritu”
Hay que acostumbrarse. Cuesta, pero con el tiempo uno lo logra. Una cosa es predecir a Bergoglio y otra
muy distinta saber que piensa: como él mismo lo dijo , ahí está EG, las homilías de Santa Marta y las
numerosas intervenciones que ha tenido durante éstos dos años. Sabemos que piensa y que quiere de la
Iglesia.
Coincido totalmente con Messori, en sus perplejidades y dudas. El enumera algunos hechos puntuales,
que trasparentan alguna aparente contradicción. Esos tienen el sello “made in Adan y Eva”. A mi me
preocuparían y mucho esos hechos puntuales ambiguos sino tuvieran como telón de fondo una absoluta
coherencia lineal. Eso es que lo que tranquiliza .Eso es lo que importa en definitiva. La línea, no el punto
aislado. Ambigüedades las tuvieron Juan XXIII, Paulo VI , Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero esos
hechos puntuales no pasaron a la historia, sino la línea de coherencia con ellos mismos y con el
Evangelio.
Pero hay algo todavía más interesante en las perplejidades y dudas de Messori: yo, con todo el respeto del
mundo, lo invitaría a sentarse un buen rato a mirar las escenas del evangelio, no desde el escenario, sino
en la butaca del público.
Nos enseña, en una cátedra de fe, la Madre del Señor, cuando nos muestra su perplejidad y dudas, ante el
Anuncio de que será la Madre del Redentor.
Es de una hermosura y belleza singular, ver la perplejidad y las dudas de Juan el Bautista : ¿es El o
debemos esperar a otro?. Uno se siente atraído a las profundidades de una psicología y de un corazón que
no entiende y persiste en hacerlo.”Díganle que los ciegos ven y los sordos oyen”.
Es lindo ponerse en los ojos de la Santísima Virgen y mirar con Ella, las perplejidades y dudas, más el
desánimo de los Apóstoles, cuando el drama del calvario ha terminado y han quedado solos. Pero todavía
falta lo mejor, que está al llegar: Pentecostés!! Solo que después de Pentecostés, ellos entendían menos,
estaban más perplejos que antes, por las maravillas que Dios obraba a través de ellos, pero se habían
abandonado y arrodillado ante la omnipotencia salvadora del Amor del Padre.
En los fariseos uno puede sentir el miedo a perder el poder, pero también en los más buenos, junto a los
escribas y sacerdotes, sentían temor por la predicación del Señor que les proponía algo osado, nuevo. Por
eso lo combaten. Algo con tintes de un populismo que tendría que durar poco, por superficial. Pero esas
multitudes que lo acompañaron al Señor, perduraron hasta hoy.
Los hermanos míos a los que sirvo en el ministerio, tienen la capacidad infinita de dejarme perplejo, de
hacerme dudar y de hacerme sentir que el piso se mueve a mis pies, cuando me hacen preguntas, me
presentan propuestas o me piden que transforme el modo de anunciar la alegría del evangelio. Que sería
de nosotros si ellos, como el Señor Jesús, no nos desafiaran, permanentemente a vivir abandonadamente
de la Gracia.
La vida sería triste y gris si solo estuviera poblada de certezas. Comenzando porque no habría lugar para
la fe.¿Quién entiende los designios de Dios?.
Adhesiones
Pero, finalmente, Vittorio Messori habla de adhesiones. Allí está el tesoro. Tenemos que volver a pensar,
porque 24 meses han sepultado la memoria, de dónde veníamos. Veníamos de ese verdadero calvario que
le tocó vivir a un Grande, como Benedicto y con él a la Iglesia toda. El tuvo la grandeza de sumirnos en la
perplejidad y la duda, cuando decidió bajar el telón y renunciar. Allí comenzó un proceso de restauración,
que dura hasta hoy. Un modo nuevo. Un estilo nuevo. Me voy a animar a decir por más que le duela a
algún cardenal: una “disciplina nueva”. Todo evidencia una revitalización de la Iglesia, que se muestra
fresca, espontánea y genuina. También inflexible con quien lo merece.
¿Sería bueno decir: no me importan las perplejidades y dudas, si estoy viendo todo esto? No. Porque sería
como separar en el Señor las perplejidades y dudas que engendró en sus cercanos y no tanto, de las
maravillas que obró con el poder de su Amor. Todo va junto. También en Francisco. Creo que para todos
lo que sienten y piensan como Messori y también como yo en medio de perplejidades, dudas y
adhesiones, nos hace mucho bien, volver a meditar las tres palabras de la Anunciación: “Alégrense -No
tengan miedo- ¡¡El Espíritu Santo ¡¡”.
Simone Weil
Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la
opresión social
Lo que empezó siendo un artículo para La Critique sociale en el que se cuestionaba la doctrina marxista
del crecimiento ilimitado de las fuerzas productivas acabará adquiriendo las dimensiones de un ensayo
que pretende hacer el inventario de la civilización actual. Las Reflexiones sobre las causas de la libertad
y de la opresión social constituyen una síntesis del pensamiento de Simone Weil a finales de 1934 que
recapitula las enseñanzas de su militancia en el seno del sindicalismo revolucionario antes de su decisiva
experiencia como obrera en la gran industria.
Su propósito principal es captar el mecanismo de la opresión en las condiciones materiales de la
organización social. Para este análisis invita a servirse de lo que considera el verdadero legado de Marx,
el materialismo como método de conocimiento y acción. Una aplicación consecuente de este método lleva
a descubrir las causas de la opresión en la estructura de la fábrica, en la especialización y división de
funciones, no en el régimen de propiedad. Frente a la «religión de las fuerzas productivas» característica
de la vulgata marxista y al dogma reconfortante del progreso como crisol mágico de la revolución,
Simone Weil pone los cimientos para una nueva ciencia de la sociedad centrada en el estudio de la lucha
por el poder y de la fuerza social. Sobre esta base, y en la época del auge de los totalitarismos, propone
indagar las condiciones de una sociedad libre, en la que la capacidad individual de pensar y actuar, el
«espíritu metódico», prevalezca sobre la máquina social y la colectividad ciega.
Juan Antonio Estrada
¿Qué decimos cuando hablamos de Dios?
La fe en la cultura escéptica
¿Qué contenido damos al lenguaje sobre Dios? ¿Sabemos lo que decimos cuando repetimos una palabra
cargada de significados pero carente de referencias? Preguntas como estas son el punto de partida de este
libro, marcado por la crisis del imaginario religioso y cristiano acerca de Dios. Pero desde la amenaza del
vacío de sentido surgen otras preguntas. Pues si Dios existe, ¿cómo comunicarse con él? ¿Cómo
designarlo y nombrarlo? ¿A quién o a qué dirigirse si no forma parte del universo físico? ¿Es posible una
revelación divina que se diferencie de una proyección subjetiva? ¿Qué criterios encontrar para evaluar la
posible verdad de una experiencia religiosa?
A partir de aquí se plantea la crisis de las imágenes tradicionales sobre Dios; de un concepto de salvación
orientado a después de la muerte; de la fe como un creer en lo que no se ve, y de un concepto de
revelación cuya legitimación última viene dada por la jerarquía de la Iglesia. Hay que replantear la fe
desde una cristología renovada en la que la humanidad del judío Jesús sea el referente fundamental. La fe
en Dios está mediatizada por la fe en Jesucristo y esta remite a un proyecto de vida con sentido, en el que
la dimensión religiosa abre horizontes de significado y de motivación. Lo cual exige replantear teologías
sobre Jesús, y en especial la cristología paulina, que desplazan su oferta de salvación y responden a
cuestiones diferentes de las nuestras.
Se hace necesaria una transformación del imaginario cultural y religioso sobre Dios que se apoye en el
cambio que se dio en el mismo Jesús. El mensaje del Nuevo Testamento, incluidos los evangelios, ha de
ser contextualizado histórica y culturalmente. El proceso de desmitificación del Nuevo Testamento ha de
tener continuidad y abarcar también la tradición dogmática para que la fe resulte comprensible,
comunicable y creíble en una cultura determinada por el escepticismo. La identidad cristiana remite a la
discontinuidad cultural, y desde ambas hay que deconstruir y reconstruir los contenidos de la fe para
responder a la pregunta: ¿qué decimos cuando hablamos de Dios?
El mundo es una proyección cerebral
Los órganos de los sentidos son completamente
neutrales
El cerebro proyecta al mundo exterior lo que genera internamente y nos
hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen
su origen “ahí afuera”. En realidad, quien ve, oye, huele, gusta y siente, es
el cerebro. Los órganos de los sentidos son, en lo que a esto respecta,
completamente neutrales. Luego no existe “un” mundo exterior, sino
varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los
diferentes estímulos que en él se encuentran. Por Francisco J. Rubia (*).
El cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer equivocadamente
que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. Imagen: Peripitus. Fuente:
Wikimedia Commons.
La neurociencia nos dice que las cualidades secundarias de los objetos son creaciones del cerebro.
Esto significa que los colores, sonidos, olores, gustos y el frío y el calor no están en la realidad exterior,
sino que son atribuciones que las distintas regiones de la corteza cerebral hace a los impulsos que
llegan de los órganos de los sentidos.
Distintos tipos de energía inciden sobre los receptores que están localizados en los órganos de los sentidos
y estos se encargan de traducir estos tipos de energía al único lenguaje que el cerebro entiende: los
potenciales eléctricos, llamados potenciales de acción, que son iguales todos, procedan de la retina, del
oído interno, de la mucosa olfativa, de las papilas gustativas o de la piel.
Así, por ejemplo, en la visión, las radiaciones electromagnéticas de una determinada longitud de onda
inciden sobre los fotorreceptores de la retina que traducen este tipo de energía en energía eléctrica en
forma de potenciales de acción. En la audición, son las ondas sonoras las que llegan al oído interno como
energía mecánica, y es traducida igualmente a energía eléctrica en forma de potenciales de acción que no
se distinguen de los potenciales de acción de la retina.
Hacemos colores y sabores
Esto no es nada nuevo. Demócrito, Galileo, Descartes, Hobbes y Locke ya lo habían dicho, pero sigue
siendo algo “contraintuitivo”, es decir, que está en contra de lo que llamamos sentido común o intuición,
por lo que nos cuesta trabajo comprenderlo y asumirlo.
El filósofo napolitano Giambattista Vico, en su libro La antiquísima sabiduría de los italianos, decía que
“si los sentidos son facultades, viendo hacemos los colores de las cosas; degustándolas, sus sabores;
oyéndolas, sus sonidos; y tocándolas, hacemos lo frío y lo caliente”.
Con otras palabras: el cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer
equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. En realidad, quien
ve, oye, huele, gusta y siente es el cerebro. Los órganos de los sentidos son en ese sentido completamente
neutrales.
Una respuesta especializada
De acuerdo con esto podemos responder a la pregunta que se hacían los discípulos del filósofo irlandés
George Berkeley. Estos discutían sobre si se oiría algún ruido cuando caía un árbol en el bosque y nadie
estuviera presente para oírlo. De acuerdo con lo dicho anteriormente, parece evidente que no se oiría
ningún ruido precisamente porque no había nadie que lo oyese.
Rita Carter, periodista británica especializada en el cerebro humano, se pregunta por qué un estímulo
determinado se percibe con regularidad como un sonido, mientras que otra clase de estímulo se percibe
como un visión.
Responde que cada uno de los órganos de los sentidos está intrincadamente adaptado para hacerse cargo
de su propio tipo de estímulo, y traduce estos tipos de estímulos a pulsos eléctricos. Todos estos pulsos
son iguales y la corteza cerebral que se encarga de recibirlos está especializada en atribuir esas cualidades
secundarias a los pulsos que recibe.
No existe un solo mundo
Existen animales que tienen la capacidad de captar energías que nosotros no podemos captar. Por
ejemplo, las serpientes que tienen detectores para los rayos infrarrojos que les permiten detectar el calor
de las presas. O el sistema de la línea lateral de los peces que pueden así detectar los movimientos y las
presiones del agua circundante. O el sistema sonar de los murciélagos que les permite mediante la
producción de sonidos de alta frecuencia registrar el eco de esos sonidos y de esa manera orientarse a
ciegas en el espacio.
El “mundo exterior” de estos animales tiene que ser completamente distinto al nuestro. Luego no existe
“un” mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes
estímulos que en él se encuentran.
“Exploración de las fuentes del río Orinoco”, de la pintora surrealista española y mexicana, Remedios
Varo, especializada en el retrato de ensoñaciones. Fuente: Wikipedia.
Proyecciones cerebrales y figuras sobrenaturales
La cuestión que se plantea es que si el cerebro tiene dificultades en diferenciar lo que ocurre en lo que he
llamado en otro lugar la primera realidad, o realidad cotidiana, ¿ocurre también lo mismo en la así
llamada “segunda realidad” a la que se accede en las experiencias místicas, religiosas, numinosas,
espirituales o de trascendencia?
Si así fuese, entonces los seres sobrenaturales que en estas experiencias se perciben serían asimismo
generados en el propio cerebro y proyectados al exterior haciéndonos creer que están “ahí afuera”.
Y, sin embargo, seres sobrenaturales que se ven en los ensueños no se consideran “fuera”, sino dentro del
cerebro. Hemos aprendido probablemente a lo largo de la historia que estas apariciones en los ensueños
no son reales, aunque en la Antigüedad los dioses que aparecían en los ensueños eran considerados como
si lo hiciesen en la realidad cotidiana. Los contenidos de los ensueños eran tenidos como mensajes
divinos.
El ensueño se juzgaba como un vehículo para que los dioses expresasen su voluntad a los humanos.
Aunque no se conoce que Aristóteles exprese esta opinión, sin embargo a partir de él se abrió paso la
interpretación del origen divino de estos fenómenos, en la que se suponía que los humanos entraban en
contacto con los seres sobrenaturales.
Para el filósofo estoico Posidonio, del siglo II a.C., el ser humano entra en contacto con los seres
sobrenaturales en tres ocasiones: en el delirio profético, en el ensueño y en la muerte. Y Artemidoro,
también del mismo siglo, en su Interpretación de los sueños, divide los sueños en provocados y divinos;
estos últimos, como el nombre indica, de origen sobrenatural.
En Homero, las figuras que aparecen en los ensueños pueden ser o un dios, un espíritu, un mensajero o
cualquier otra imagen. La aparición en los ensueños de un figura sobrenatural puede tener una misión
profética, dar consejos o proferir alguna advertencia.
El estudioso irlandés de los clásicos Eric R. Dodds, en su libro The Greeks and the Irrational, explica que
para conseguir que se produjera un ensueño “divino” se han practicado en muchas sociedades ciertas
técnicas, como la soledad, la oración, el ayuno, la mortificación, etc., es decir las mismas que suelen
utilizarse para entrar en lo que denomino “segunda realidad” o trance extático. Por eso es difícil entender
que hoy consideremos los ensueños como productos cerebrales, pero sigamos juzgando las visiones
obtenidas en los trances como productos de seres sobrenaturales.
Creo que ya es hora de que a fenómenos iguales o parecidos les adjudiquemos un origen similar o igual.
No se entiende que las apariciones de seres sobrenaturales en las visiones de místicos o “iluminados” se
entiendan como “reales” en el sentido normal de la palabra mientras las que tienen lugar en los ensueños
no.
A fin de cuentas, lo que denomino “segunda realidad” es el resultado de la hiperactividad de estructuras
del cerebro emocional. Y en los ensueños es precisamente el cerebro emocional el que está activo. Por
tanto, es lógico pensar que las figuras sobrenaturales que aparecen en ambas visiones no sean otra cosa
que proyecciones cerebrales.
(*) Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad
Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así
como Consejero Científico de dicha Universidad.
Lo trágico de la comedia en el teatro de
Nikos Kazantzakis
Daniel Alejandro Colmenero González
febrero 1, 2015
El autor es promotor de lectura y coordinador de talleres literarios a nivel superior y medio superior por
parte de la Revista Luvina, miembro del equipo de la revista cultural independiente Delta, ha colaborado
en las revistas literarias Numen y Vaivén, actualmente cursa el último semestre de la Licenciatura en
Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. (Guadalajara, Jalisco, 1992).
…
“Comedia”, de Nikos Kazantzakis, resulta muy interesante porque desde un inicio nos encamina hacia
dos direcciones distintas relacionadas al género dramático: por una parte el título “Comedia”, nos lleva a
pensar que las acciones a desarrollarse son de carácter risible, que los personajes son arquetípicos, y que
los conflictos son acciones de la vida cotidiana; por otra parte vemos que la obra es una tragedia dado que
los personajes se enfrentan a la fatalidad, al destino, al designio divino, y la conclusión lleva a los
personajes a tocar lo ínfimo, dejándolos degradados por los conflictos presentados. No podemos decir que
es una tragicomedia dado que estos dos géneros no se asimilan concretamente dentro de la obra. El título
tiene el objetivo de llevarnos a una reflexión profunda y está íntimamente ligado a un conjunto de
conceptos que signan la obra.
Estos conceptos aparecerán constantemente, ya sea de manera evidente o de manera velada, desde el
inicio hasta el final. El concepto que predomina retoma al existencialismo, puesto que nos presenta una
forma distinta de la realidad. El primer caso se encuentra en el preámbulo, en donde nos dice: “Esta
comedia se representa en el cerebro del hombre a la hora de la agonía cuando el alma se eleva hacia la
sublime y totalizante coronación de la vida” (Kazantzakis, 1909). Antes de entrar a la obra el preámbulo
nos sitúa en un lugar y momento específicos que nos hacen cuestionar la realidad en donde sucederán los
hechos posteriores.
El carácter existencialista se refuerza con la situación de los personajes, dado que se da a entender que
están muertos, a pesar de que actúan como seres naturales, por lo que nos remite a esta filosofía espiritual
que plantea que el cuerpo muere pero el alma prevalece. Un aspecto existencialista más es la espera de
Dios, que nunca tiene su aparición, ya que nos habla de una posibilidad de la vida, posterior a la muerte.
Pasando a un segundo concepto podemos nombrar a la espera, ya que las acciones de todos los personajes
se encuentran subordinadas por este concepto. Todos esperan con insistencia la llegada de Dios, y sin
embargo éste jamás aparece. Es una espera frustrada que los lleva a quedarse estancados en el mismo
sitio, que les impide una trascendencia y los deja en el olvido. Como tercer constante podemos nombrar a
la búsqueda, que aparece desde un inicio, con la pareja de ancianos. Estos dos ancianos en sus diálogos
nos remiten a la búsqueda del secreto de la vida: “Con triste paciencia yo sólo interrogaba a los pesados
libros, pidiéndoles que me dijeran el secreto de la vida”. La pareja de ancianos nos habla de una
búsqueda infructífera que termina al mismo tiempo que su existencia. Vemos aquí el fracaso de otro de
los conceptos. Un concepto más es el recuerdo, el hecho de develar quiénes son, quiénes han sido en vida,
es el recurso que utilizan para darse a conocer, para continuar con la búsqueda de lo que fueron, y de lo
que esperan. El par de ancianos nos cuenta el recuerdo de lo que fueron, así mismo, el Asceta y el Obrero
hablan de lo que recuerdan haber sido en vida, en donde dejan ver un recuerdo completamente triste y
vacío:
EL ASCETA.-‐ ¿Y tú qué eras en la vida?
EL OBRERO.-‐ ¿Yo? Nada, nada. Una cosa que trabajaba durante cincuenta años y lloraba y tenía
hambre y a la que golpeaban. (Kazantzakis, 1909)
Un concepto más, que no es el último pero que será con el que se hará el cierre del cuerpo, se encuentra
relacionado con el espacio, ya que tiene cierta peculiaridad. En primera instancia el preámbulo nos señala
una espacialidad abstracta: dentro del cerebro humano. Posterior al preámbulo se encuentra un apartado
denominado “situación existencial de la obra”, que nos describe el espacio como un lugar cerrado, en
donde hay una puerta que se abre y se cierra constantemente. El espacio limita de cierta forma las
acciones de los personajes, ya que todos los presentes se encuentran esperando, en lugar de salir a
buscarlo, dado que Dios no llega. Nadie tiene la iniciativa de ir a buscar a Dios, aun cuando pierden las
esperanzas de su llegada.
Estos conceptos en conjunto nos remiten de nuevo al título porque de cierta manera nos hace reflexionar
la condición humana en la que el hombre se encuentra limitado por una espera falsa, por una promesa
incumplida que los lleva a someterse a la resignación. En apariencia la desgracia de estos personajes no es
cómica, dado que el sufrimiento de los personajes es terrible. Sin embargo la función de la comedia no
radica sólo en el humor como tal, sino que trata de ridiculizar los vicios y los defectos humanos para crear
este efecto. De alguna manera la obra ridiculiza a los personajes por su sometimiento y su incapacidad de
actuar ante los problemas. Por tanto, la obra se convierte en una burla que degrada estos errores humanos
que forman parte de la conducta de la sociedad actual.
…
Bibliografía
Nikos Kazantzakis: Comedia… Tragedia en un acto. Traducción de Roberto Quiroz Pizarro. En Roberto
Quiroz Abismo y Fe: Aproximaciones a la Comedia de Kazantzakis. Santiago: Centro de Estudios
Griegos, Neohelénicos y Bizantinos “Fotios Malleros”, 1998.
El papel del mito en el desarrollo de la
filosofía
Resumen: La problematización filosófica, la preocupación por la verdad y el ser de
los entes es en gran parte una herencia del mito, a partir del cual evolucionan la
literatura, el lenguaje y el pensamiento racional.
Talía Morales
El mito surge en las sociedades arcaicas con el fin de dar sentido a lo que carecía de él,
es una historia de gran valor que revela los secretos del mundo y sus inicios; además de
ser sagrado, el mito es un modelo a seguir en la comunidad. Para los
griegos mythos significaba “lo que se ha dicho”, era una representación de su historia, lo
que hacía comprensible y significativa su existencia. [1]
El mito, al considerarse una narración sagrada, es considerado también una historia
verdadera; relata el origen del Mundo y de los seres, su historia y su pasado. El mito,
por lo tanto, no da una simple explicación del surgimiento de las cosas, también es el
suelo de los hombres, la tierra donde pueden estar plantados, el sostén de su realidad. El
hombre de antaño trata de dar respuestas a los fenómenos que están fuera de él y de su
comprensión, ante su ignorancia sólo le queda creer en los relatos míticos, revelados a
los hombres por los mismos dioses. La mitología resuelve todos los problemas que
causa la falta de sentido, el miedo a la muerte y todo lo que el ser humano no es capaz
de comprender.
A pesar de que no se encuentren propiamente en el terreno filosófico, los mitos dan
pauta a su surgimiento y si bien éstos son una creencia, que como tal, muestra signos de
fe y no de razón, es el primer esbozo de un pensamiento más científico. Durante todo el
desarrollo de la cultura griega hay una continuidad, desde los inicios del mito en la
oralidad hasta la redacción de textos filosóficos, en la evolución de las formas de
pensar. El mito, poco a poco, se va racionalizando y lentamente pierde su carácter
poético metáforico para convertirse en prosa argumentativa.
“La poesía, el canto y los ritos religiosos eran los medios a través de los cuales se
accedía a la verdad (mítica). La verdad filosófica no poseía ninguno de estos medios y
en cambio sí podemos destacar el uso de la prosa, en lugar del uso de la poesía, debido
al paso que supuso el entender el mundo bajo una mirada filosófica respecto de la
mítica.” [2]
Rubens. Alegoría de las bendiciones de la paz
La transformación del discurso mítico en lógico tiene que ver con la situación histórica
que atraviesa la antigua Grecia. El rey deja de ser el responsable del acaecer del pueblo
dejando un espacio vacío, las invasiones de los dorios y la destrucción del equilibrio en
que vivían las culturas micénica y minoica abren una brecha de enormes alcances. A la
par de estos acontecimientos comienza a darse el uso de la moneda, que permite la
universalización del valor; hacia el siglo VIII a.C. comienza a usarse la escritura
alfabética (se introduce el término “lo”, que hace posible hablar de universales, de lo
común de las cosas [3]) y el saber comienza a ser público.
La vida cambió y el pensamiento también. El mito, que es el primero en pretender
solucionar los problemas de la creación, no desapareció ni se olvidó, más bien fue
modificado y se usó de otra manera. [4] La revelación contenida en los primeros relatos
épicos, cambia y se sustituye por la inspiración de las musas. La verdad deja de ser
absoluta debido al olvido y la ambigüedad en la palabra, lo que hace frágil al logos o
pensamiento racional. Ese movimiento argumentativo se convirtió finalmente en la
tragedia griega.
La tragedia aportó al mundo clásico, de la cultura griega, una nueva perspectiva. Marca
la importancia de las instituciones sociales, escenifica a la ciudad y revoluciona las
formas de la escritura, pues se escribe para ser representada; se involucra en el terreno
de la experiencia humana creando la “conciencia trágica” y apoyando el desarrollo de la
ética socrática.
“[…] el género trágico hace su aparición a finales del siglo IV, cuando el lenguaje del
mito deja de estar en conexión con la realidad política de la ciudad. El universo trágico
se sitúa entre dos mundos, haciendo […] referencia al mito por una parte –concebido en
adelante como perteneciente al tiempo remoto, pero aún presente en las conciencias– y
por otra a los nuevos valores […] En el conflicto trágico, el héroe, el rey o el tirano
aparecen insertos aún en la tradición heroica y mítica, pero la solución del drama se les
escapa […]” [5]
La tragedia constiste en la conciencia de que ningún hombre, por más excelente que sea,
se salva del incontenible devenir del mundo, su existencia está siempre limitada por la
muerte. Este género literario no inventa los personajes ni la intriga de sus obras, los
retoma de la tradición poética anterior. “Pero en el espacio de la escena y en el contexto
de la representación trágica, el héroe deja de ser el modelo que era […] se ha convertido
en el problema. Lo que había sido contado como el ideal de valor, como piedra de toque
de la excelencia, se ve puesto en tela de juicio ante el público, en el transcurso de la
acción y a través del juego de diálogos, el debate, el examen del que el héroe será objeto
[…]”. [6]
El mito muestra la virtuosidad de un hombre excelente que, sin embargo, no deja de ser
hombre y se muestra vulnerable e indefenso. La historia mítica dentro de la tragedia
señala un tiempo remoto y a la vez presente, pues a pesar de que los héroes no
pertenecen a esa época, los problemas que en ellos se presentan pueden ser los de
cualquiera. “De esta manera, la tragedia plantea al espectador una pregunta de alcance
general sobre la condición humana, sobre sus límites y su necesaria destrucción.”. [7]
La tragedia, como el mito, tiene funciones educativas, funciones que cambiaron con la
transformación del pensamiento. El texto trágico refleja las nuevas inquietudes que el
mito en sí mismo ya no era capaz de resolver. El hombre comenzó a preguntarse ya no
sólo por el origen del mundo, sino también por el ser o estar en el mismo. A partir de la
tragedia los actos de los individuos más virtuosos son cuestionados, la acción en general
es cuestionada como un efecto de la voluntad pero, ¿de quién? ¿Son los dioses los que
deciden en definitiva el rumbo de la humanidad, o son acaso los procesos cósmicos, o
quizá los mismos hombres los que libremente deciden?
El Universo es considerado como un orden que surge de los procesos cósmicos o de la
voluntad divina, mas no del hombre, que nada puede hacer para alterar el curso de los
acontecimientos. “[…] dado que el tiempo es eterno y el mundo también lo es, los dados
ya están echados, es decir, todo lo que sucedió, sucede y sucederá ya estaba pre-
determinado, sin que las cosas puedan ser de otro modo. […] la noción de un destino o
fatum que todo lo domina, alcanza a todo lo que existe, incluído el hombre y su libertad,
por lo que a éste sólo le queda vivir su propio tiempo, que no es más que un momento
en el funcionamiento de la gran máquina del Eterno Retorno.”. [8]
Es muy difícil encontrar dentro de la cultura griega clásica un pensamiento totalmente
desligado del mito. La tradición que ha venido desde épocas muy remotas, incluso antes
de la escritura, es sin duda parte de la creencia popular y pauta para el desarrollo de su
intelecto. La razón siempre razona sobre algo; es el fundamento y la explicación de lo
que se ha dado, pero necesita bases, no surge de la nada.
“En el pensamiento mitológico tendríamos una noción de Verdad que es impuesta a los
hombres por los dioses, héroes o reyes a través de los poetas y los ritos. La Verdad es
sacar a la luz las hazañas de los humanos por lo que tienen de divino. Nadie puede
cuestionar o criticar la verdad, sólo se cree y se acepta sin más”. [9] En la tragedia las
cuestiones o verdades se revelan más por los actos humanos; un solo acto, de cualquier
hombre, puede hacer que su vida cambie, que se vea favorecido o despreciado por los
dioses.
La inquietud que se tiene en ambos pensamientos –el mítico y el filosófico– es la
búsqueda de la verdad, la comprensión de la existencia y de lo existente. “El
pensamiento mítico conseguía acceder a ella (la verdad) a través de la memoria que
proporcionaba la poesía, los cantos de las hazañas de los dioses y sus creaciones,
permitiendo así que se revelase la verdad del mundo, objetivo perseguido también por la
filosofía pero a través del método de la investigación, del razonamiento y del
comportamiento de los hombres.”. [10]
A pesar de que los cambios que sufre el pensamiento y los nuevos planteamientos sobre
el mundo, la cultura griega no se deslinda del todo del valor mítico, los dioses continúan
siendo parte de su cosmos, e incluso filósofos posteriores como Platón y Aristóteles
continúan teniendo por base esa gran tradición mitológica. El mito no es sólo fundador
en el principio de la civilización, sino que llega con la tradición hasta los textos ya
propiamente filosóficos, evoluciona junto con las formas de escribir, con el lenguaje y
los nuevos cuestionamientos. El mito es la primer respuesta que logra dar el ser humano
a todas sus interrogantes existenciales, es el punto de partida que dio sentido y base a la
conformación de la civilización. La filosofía no es sólo una nueva forma de pensar y
conocer, es también una nueva forma de escritura, surgida de dos formas literarias
importantes: la poesía lírica y la tragedia.”. [11]
Notas.
[1] V. García, Gual. Introducción a la mitología griega. Madrid, Alianza, 1999. p.14
[2] Cfr. “El mito griego” de Samadhi Aguilar Rocha. En A parte Rei, Revista de
filosofía.http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/aguilar55.pdf
[3] Cfr. Ong, Walter J. Oralidad y escritura. FCE.
[4] Crf. Morey, Miguel. Los presocráticos, del mito al logos. España, Montesinos,
1988. pp 15-20
[5] Vernant, Jean-Pierre; Vidal-Naquet, Pierre. Mito y tragedia en la Grecia antigua.
Trad. Mauro Armiño. Barcelona, Paidós, 1987. [vol I] pp. 12
[6] Vernant, Jean-Pierre; Vidal-Naquet, Pierre. Mito y tragedia en la Grecia antigua.
Trad. Ana Iriarte. Barcelona,Paidós, 1989. [vol II]. p.82
[7] Ibid. p. 86.
[8] “Dos visiones del tiempo y la eternidad” de Verónica Benavides
Gónzalez.http://arpa.ucv.cl/archivum4/historia%20antigua/dos%20visiones%20del%20t
iempo…v.benavides.pdf
[9] Cfr. “El mito griego” de Samadhi Aguilar R.
[10] Cfr. “El mito griego” de Samadhi Aguilar R.
[11] Morey, Miguel Op. cit. p. 21
“Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?”,
lema del Día del Seminario
MJ / 2 días ago
El próximo 19 de marzo se celebra el Día del Seminario. Este año, la Conferencia Episcopal española ha
elegido un lema teresiano, y los materiales que ofrece para la reflexión y la celebración están orientados
desde la enseñanza de la santa doctora.
REFLEXIÓN TEOLÓGICO-PASTORAL
«Siervos del Amor»
Celebrar en España cualquier acontecimiento eclesial en este Año Jubilar Teresiano nos lleva a buscar en
la palabra de santa Teresa aquella luz que ella recibió para la Iglesia.
Ser ministro ordenado en esta Iglesia de Cristo en el corazón de Teresa es descubrirse como «siervo del
amor», y haberle dado a Dios la honra (cf. V 11, 1-4). Es determinarse a ser pobres, no buscando en el
ministerio el camino no solo para que no falte lo necesario, sino incluso lo superfluo. Olvidar que tal
puesto no lo es para granjear privilegios. Abrirse a una voluntad que nos envuelve en esa realidad que es
hacerse «siervos del amor». Alcanzar esta meta es fruto de una intensa vida de gracia, que nace de la
propia determinación personal, abierta a Dios, y de saberse alentado por aquellos miembros de la Iglesia
que viven el ministerio ordenado como una gracia para la iglesia. Descubramos desde santa Teresa estas
dos facetas.
«Capitanes del castillo o ciudad» (CE 3, 2)
Acercarse a las páginas del Camino de Perfección en las que Teresa desvela su propósito fundacional,
«Orar por los capitanes de este castillo» (CE 3, 2), no siempre puede traducirse en una situación idéntica a
la nuestra, por ello su descripción, siempre viva y realista, se puede ampliar a momentos presentes, sin
tergiversar su sentido. Quien duda de que teólogos y letrados lo estaban, como bien nos lo dice la santa,
en las religiones. Eran ministros ordenados en el seno de las Órdenes religiosas. El impulso dado a la
formación del clero a partir de Trento nos permite aplicarlo hoy a quienes en la Iglesia se preparan para el
ministerio ordenado con una seria formación teológica. Solo así, entiende santa Teresa, se convertirán en
ese brazo eclesiástico que valdrá más en la lucha, contra la herejía luterana tal y como se vivía en aquella
Iglesia de Castilla, cuya corona ostentaba Felipe II, y que hoy lo es frente a un mundo ajeno al
seguimiento de Jesús, por una vida verdaderamente evangélica. Nuestro tiempo necesita también
ministros ordenados que puedan ser garantía para la Iglesia de una victoria frente a las realidades que
destruyen la verdadera fe en nuestro mundo. No es presunción la que lleva a santa Teresa a lograr su
intento, sino la convicción de que una vida retirada y contemplativa como la suya ha de asociarse en la
oración a aquellos capitanes que ella entiende sirven a la Iglesia con su arrojo en la batalla: «Pensáis, hijas
mías, que es menester poco para tratar con el mundo y vivir en el mundo y tratar negocios del mundo, y
hacerse como he dicho a la conversación del mundo, y ser en la interior extraños del mundo y enemigos
del mundo y estar como quien está en destierro, y en fin, no ser hombres sino ángeles» (CE 3, 4). El
proyecto teresiano no ha surgido como relámpago en una noche oscura, sino que ha sido largamente
madurado. Ahora que comprende bien para qué las juntó el Señor, sabe también, pues fue su caso, que es
la dinámica de una oración responsable, con fuerte determinación, la que puede llegar a forjar vidas
auténticamente despegadas de sí y de las realidades de este mundo. No es de extrañar, pues, que se pida
hoy en la Iglesia, que quiere ser verdadero misterio de comunión y vida, un serio compromiso con los
pobres, nacido de un auténtico aprecio del desprendimiento y la pobreza. Es bueno recordar, de la mano
de Teresa, que esta valoración de la vida desprendida de falsa honra y riquezas se alcanza como gracia y
don de Dios.
«En el espíritu de la verdadera pobreza»
Conocer a fray Pedro de Alcántara le descubrió a Teresa el valor de la pobreza. Sin embargo, fue la gracia
de una oración abierta a Dios -en la que Dios mueve su vida-, el desearla en su más hondo sentido, como
una gracia que abre su vida a los demás, así le parece y lo confiesa al padre Pedro Ibáñez en la
primera cuenta de conciencia: «Deseo de pobreza, aunque con imperfecciones; más paréceme que,
aunque tuviese muchos tesoros, no tendría renta particular ni dineros escondidos para mí sola, ni se me
da nada, solo querría tener lo necesario. Con todo, siento tengo harta falta en esta virtud, porque, aunque
para mí no lo deseo, querríalo tener para dar, aunque no deseo renta ni cosa para mí» (CC 1, 16).
En este sentido el Concilio Vaticano II ha invitado a vivir esa pobreza voluntaria a los ministros sagrados:
«Guiados, pues, por el Espíritu del Señor, que ungió al Salvador y lo envió a evangelizar a los pobres, los
presbíteros, y lo mismo los obispos, mucho más que los restantes discípulos de Cristo, eviten todo cuanto
pueda alejar de alguna forma a los pobres>> (PO, n. 17).
Estas primeras inquietudes conciliares se vinieron a desarrollar en la «opción preferencial por los pobres»,
que, como fruto del Espíritu, será uno de los grandes deseos pastorales de la Iglesia pos conciliar. En este
sentido el papa Francisco ha dedicado todo un apartado del capítulo cuarto de la Evangelii gaudíum a los
pobres y a la dinámica evangelizadora que resulta de un acercamiento a ellos, nacido como en santa
Teresa del deseo de escuchar su clamor desde una profunda conversión en la oración al Dios de los
pobres.
Es esta la gran lección de santa Teresa. No se acerca a los pobres desde unas meras inclinaciones de su
afecto natural a los pobres, viene a ellos movida por esa oración que trae estos frutos:
«Paréceme tengo mucha más piedad de los pobres que solía, teniendo yo una lástima grande y deseo de
remediarlos, que, si se mirase a mi voluntad, les daría lo que traigo vestido. Ningún asco tengo de ellos,
aunque los trate y llegue a las manos. Y esto veo es ahora don de Dios, que aunque por amor de él hacia
limosna, piedad natural no la tenía. Bien conocida mejoría siento en esto» (CC 2, 4).
Esta conciencia que brota del aliento del Espíritu que anima a la Iglesia es la que vuelve a recibir con
renovado sentido la Iglesia de nuestros días, y con ella el compromiso de sus ministros. Sabemos, como
nos dice el papa Francisco, que el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres (EG, n. 197),
de modo que esta opción percibida por la Iglesia se constituye en una categoría teológica. Esta inclinación
tal y como nos lo puede venir a descubrir santa Teresa nace de esa comunicación viva con el Señor. Toda
acción eclesial en este sentido debe venir marcada por esta conciencia abierta a Dios, que nos permite
superar los meros intereses demagógicos y economicistas. La fuerza del Espíritu ha de venir a mover
también las macro-relaciones de los pueblos para impulsar una verdadera acción en favor de los pobres.
¿Y por qué no acudir a Dios para que inspire sus planes? Estamos convencidos de que partiendo de una
apertura a la trascendencia podría formarse una nueva mentalidad política y económica que ayudaría a
superar la dicotomía absoluta entre la economía y el bien común social (EG, n. 205).
Si en la sociedad de santa Teresa el compromiso por los pobres inspirado por Dios despertaba en el
corazón, tal y como ella lo testimonia, esa piedad para con los pobres, eso conllevaba el so correrlos
eficazmente; hoy, la Iglesia, y con ella sus ministros, se ve alentada a promover entre los hombres esas
estructuras sociales que remedien la situación de tantos pobres en el mundo.
Fuente: Conferencia Episcopal Española
 Reflexión teológico-pastoral
 Subsidio litúrgico
 Catequesis para niños, adolescentes y jóvenes
 Catequesis para adultos
 Estampa
 Cartel
 Textos Santa Teresa
El conocimiento propio según Teresa de
Jesús
MJ /
Fray Oswaldo Escobar, ocd
Superior Provincial de América Central
En los tiempos de Teresa, no existía toda la gama psicológica y psicométrica que ahora tenemos. El
orante moderno ha de aprovechar, todo lo que ahora se le ofrece como ayuda para conocerse más
concienzudamente. Sin embargo, la Santa abulense estaría en contra de dos extremos en los cuales
habitualmente se cae con mucha facilidad, son: los psicologismos extremos y por otro lado,
espiritualismos evasores. En la experiencia Teresiana el perfecto equilibrio en estas dos dimensiones: la
de la que podríamos llamar la psicología de su tiempo (conocimiento propio) y la espiritualidad
(conocimiento desde Dios) da la certeza que una persona en verdad se está conociendo atinadamente. El
estudio que haremos pretende ser un humilde aporte a un tema tan abordado en Teresa de Jesús. No
pretendo decir nada que no se conozca sobre este tema, tal vez la única originalidad es agrupar diversos
puntos que están dispersos en su doctrina y que inciden en la tarea del conocimiento propio, intentaré
además abordar el tema desde la dinámica del discernimiento espiritual teresiano.
Contenido
1. ¿Qué es el conocimiento propio?
2. Peligros en el conocimiento propio: “el demonio… tuerce el propio conocimiento”
Virtudes para condenar; el caso de los principiantes.
La tentación del saborear indiscretamente los gustos espirituales.
Falsos fervores, con la finalidad de enfriarlos en la caridad para con el prójimo.
3. La vida de Teresa integrada en Dios por medio de la oración.
4. El conocimiento propio desde Dios: la propuesta de Teresa de Jesús
5. Ayudas para el conocimiento propio
5.1. Cristo empuja al conocimiento propio.
5.2. La ayuda de las amistades orantes.
5.3. La ayuda de las críticas.
5.4. La ayuda de las miserias personales: “Con regalos grandes castigabais mis delitos” (V 7,19).
5.5. La ayuda de los halagos y reconocimientos.
CONCLUSIONES
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Fundamentalismo de Occidente y del Extremo
Occidente
Leonardo Boff
El fundamentalismo islámico es predominante. Pero hay también una ola de fundamentalismo,
especialmente en Francia y Alemania, donde aparecen con fuerza la xenofobia, la islamofobia, y el
antisemitismo. Los varios atentados de al-Qaeda y de otros grupos yihadistas alimentan ese sentimiento
que deshumaniza a todos: a las víctimas y a los que causan las víctimas. Podemos comprender los
contextos globales que subyacen a la violencia terrorista, pero jamás, por ningún motivo, aprobarlas por
su carácter criminal.
En varios grupos del islam el fundamentalismo es radical, creando un nuevo tipo de guerra: el terrorismo.
Actualmente es ofensivo acusar a alguien de fundamentalista. Generalmente sólo los otros son
fundamentalistas, olvidando, no es raro, que quien acusa vive también en una cultura de fundamentalista.
Sobre esto quiero detenerme brevemente, aunque irrite a no pocos lectores. Me refiero al
fundamentalismo presente en amplios sectores de Occidente y del Extremo Occidente (las Américas).
Históricamente el fundamentalismo, que ya pre-existía, ganó cuerpo en el protestantismo norteamericano
entre 1890 y 1915 cuando un grupo de pastores publicó una colección de 12 fascículos teológicos con el
título Fundamentals: a testimony of the Thruth (Fundamentos: un testimonio de la verdad). En él se
afirmaba el carácter absoluto de las verdades de fe, contra la secularización, fuera de las cuales solo
podría haber error. Ese fundamentalismo perdura todavía hoy en muchas denominaciones cristianas y en
sectores del catolicismo conservador al estilo Lefebvre.
Diría con cierta exageración, pero tampoco tanta, que el fundamentalismo es una de las enfermedades
crónicas de Occidente y también del Extremo Occidente y una de las más deletéreas. Está tan arraigada
que se ha vuelto inconsciente pero fue bien expresada por el político más hilarante y grosero de Europa,
Silvio Berlusconi, que declaró que la civilización occidental era la mejor del mundo y, por eso, debía ser
impuesta a todos. Cito dos tipos de fundamentalismo: uno religioso y otro político.
El cristianismo de versión romano-católica fue durante siglos la ideología hegemónica de la sociedad
occidental, del orbis catholicus. En esta lógica se ve el absolutismo de dos Papas, como una expresión
clara de fundamentalismo.
El Papa Alejandro VI (l492-1503) por la bula Inter Caetera destinada a los reyes de España determinaba:
«Por la autoridad de Dios todopoderoso a nos concedida en San Pedro, así como el vicariato de
Jesucristo, os donamos, concedemos y entregamos con todos sus dominios, ciudades fortalezas, lugares y
villas, las islas y las tierras firmes halladas y por hallar». Esto fue tomado en serio y legitimó la
colonización española con la destrucción de etnias, culturas y religiones ancestrales.
El Papa Nicolás V (1447-1455) en la bula Romanus Pontifex dirigida a los reyes de Portugal es aún más
arrogante: «Concedo plena y libre facultad para invadir, conquistar, combatir, vencer y someter a
sarracenos y paganos en cualquier parte que estuvieren y reducir a servidumbre perpetua las personas
de los mismos». También esa facultad fue ejercida en el sentido de «dilatar la fe y el imperio» incluso a
costa del exterminio de nuestros indígenas (eran 6 millones) y de la devastación de nuestras selvas.
Esa versión religiosa alcanzó una traducción secular en los colonizadores que practicaban tal terror sobre
los pueblos.
Lamentablemente esta versión absolutista fue resucitada por un controvertido documento del entonces
cardenal Joseph Ratzinger, Dominus Jesus (2001), donde reafirma la idea medieval de que fuera de la
Iglesia no hay salvación. Los demás están en situación de peligro ante la salvación eterna.
La versión religiosa anterior ganó expresión política por el Destino Manifiesto de Estados Unidos. Esta
expresión fue acuñada en 1845 por el periodista John O ‘Sullivan para justificar el expansionismo
norteamericano, como en la anexión de parte de México. En 1900 el senador por Indiana, Albert
Beveridge explicaba: «Dios designó al pueblo norteamericano como nación elegida para dar inicio a la
regeneración del mundo». Otros presidentes, especialmente George W. Bush, se remitieron a esa
pretenciosa exclusividad. Ella justificó guerras de conquista especialmente en Oriente Medio. Parece que
en Barak Obama no está totalmente ausente.
En resumen concentrado: los dos Occidentes se imaginan los mejores del mundo: la mejor religión, la
mejor forma de gobierno, la mejor tecnociencia, la mejor cosmovisión. Esto es fundamentalismo que
significa hacer de su verdad la única e imponerla a los demás. Esa arrogancia está presente en el
consciente y en el subconsciente de los occidentales. Gracias a Dios, creamos también un antídoto: la
autocrítica sobre los males que ese fundamentalismo ha traído para la humanidad. Pero no es compartido
por la colectividad.
Viene a la medida la frase del gran poeta español Antonio Machado: «No tu verdad. La verdad. Y ven
conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela». Si la buscamos juntos, mediante el diálogo y la cordialidad,
entonces desaparece cada vez más mi verdad para dar lugar a la Verdad comulgada por todos. Y así se
puede, quien sabe, limitar el fundamentalismo en el mundo en los dos Occidentes.
Sí, se puede; yes, one can
SalamancaRTV al Día
César Estrada Chávez (¡no confundir con Hugo R. Chaves Frías, militar y político,
presidente que fue de Venezuela!) nació en Arizona. EE.UU., el 31 de marzo de 1927 y
murió el 23 de abril de 1993. La fecha de su nacimiento es fiesta oficial en los estados
de Arizona, California, Texas y Colorado para recordar su larga lucha por los derechos
de los campesinos estadounidenses. Es una de las grandes figuras en la lucha por los
derechos humanos y de él escribió el presidente Clinton: “Era como un Moisés para su
gente”
Vivió de niño en el barrio “Get Out If You Can” (Sal si puedes ) en las afueras de San
José. ¡Qué nombre para un barrio de miseria! Y logró salir, a pesar de todo. Y desde la
conciencia de aquella experiencia inició después su camino de lucha para que los
campesinos salieran del círculo de la explotación y de la pobreza. Por eso Sí, se puede
(yes, one can/I can ), fue la consigna que adoptó como lema de muchas de sus campañas
y que Obama utilizaría muchos años más tarde en su campaña electoral de 2008,
canción famosa incluida y con el hijo de Bob Dylan por medio.
Hasta aquí la historia, tan resumida, de Chávez el de Arizona y el homenaje a su lucha
por los últimos, aunque habría que recordar también su ambigua postura ante los
inmigrantes mejicanos con su idea, y práctica, de la Line wet, “la línea mojada”, los
“espaldas mojadas” (The Wetback ) de hoy. Y de todas formas, a nivel lingüístico, de
aquí al We can, Podemos, no hay más que un paso. Con tal éxito que ha servido para
todo, hasta para una marca de nutrición infantil. Y aprovecho que el Pisuerga pasa por
Valladolid para decirme dos o tres cosas, al margen de toda política de partidos.
Pretendo ir más allá.
Lo primero, la ciudadanía tiene claras media docena, o más, de demandas urgentes,
levantadas en alto una y otra vez con más o menos indignación. Basta ver/leer/oír a los
medios, escuchar cualquier conversación en el salón de casa o iniciar una conversación
seria jugando a la subasta en el bar. Sin pensar en los que sufren cada día la mordedura
de la crisis y la pedrada de los recortes. Y mientras tanto los políticos andan a lo suyo y
a lo de su partido, se juegan mucho –de nuevo el poder y el dinero- en la cascada de
elecciones que vienen.
Lo segundo, que la gente que andamos por ahí, o sea casi todos menos una élite
endógena y lejana, se ve más cargada de razones tras cada telediario o boletín de
noticias y a la vez más impotente ante lo que parece que pasa y más descolgada de las
soluciones, repasando indignada los planes de cada partido intentando ganar el trozo de
pasta, tan suculento, que corresponde en dinero y en poder a cada sillón, a cada victoria
en las urnas, a cada acta de diputado y a cada pueblo, ciudad o autonomía conquistada.
El ciudadano, medianamente atento, se ve rodeado de una especia de “política de
garrafón” sin marca de calidad, aun salvando con razón a personas concretas. Es el
sistema lo que hiede.
Ah, que no piense el lector que yo pienso que Podemos, o similares, pueden sacarnos de
ese pozo. No. El pozo es más profundo, si es que tiene fondo. Sólo invito a quitar la
tapa del brocal y mirar dentro. Y levantando la cabeza ver y hasta vivir lo que se pueda
hacer. Y si es posible, en cuanto se levante cabeza y antes de nada, repasar a algunos de
los viejos profetas, releer las utopías que en el mundo han sido y reescribir el futuro y
los pasos que lo abren según las visiones de los que han visto y revelado lo que viene.
Bueno, yo me entiendo y hoy, sobrepasando ya las setecientas palabras, esto no da para
más.
Ante las segundas nupcias: ¿Fidelidad
y/o misericordia?
Voces. Tony Mifsud. [Mirada Global] En su discurso en la clausura de la III Asamblea General
Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, el 18 de octubre de 2014, el papa Francisco agradeció a los
participantes el animado debate que se produjo durante las reuniones, expresando que “si todos hubiesen
estado de acuerdo o silenciosos”, el encuentro no habría sido más que “una falsa y quietista paz”. Este
ambiente de auténtico diálogo no puso jamás en duda “las verdades fundamentales del sacramento del
Matrimonio”. Uno de los temas que constituyó el centro de muchas conversaciones y debates sinodales
fue el desafío pastoral que presentan las segundas nupcias, es decir, los divorciados vueltos a casar en
matrimonio civil cuando su primer matrimonio fue por la Iglesia. Estas situaciones, que hoy están muy
presentes en la pastoral, son relativamente nuevas, pues se deben a la introducción del matrimonio civil
en el Código Civil de Napoleón (1804) y su posterior inserción en los distintos países.
Ya en el Consistorio de Cardenales, el 20 de febrero de 2014, el cardenal Walter Kasper planteaba la
pregunta sobre “cómo la Iglesia puede responder a este binomio inseparable de la fidelidad y la
misericordia de Dios en su actividad pastoral con respecto a los divorciados vueltos a casar en una
ceremonia civil”.
En la disciplina de la Iglesia, los divorciados vueltos a casar no tienen acceso a la comunión sacramental,
pero pueden recibir aquella espiritual. Sin embargo, esta disposición no deja de plantear una interrogante
inevitable. En palabras de Kasper, una vez que los que reciben la comunión espiritual se unen a Jesús el
Cristo, “¿por qué, entonces, no pueden también recibir la comunión sacramental?”.
Los sacramentos no son una recompensa ni un premio por el buen comportamiento, sino una ayuda
para poder vivir fielmente la vocación del cristiano, del discípulo de Jesús el Cristo. “La misericordia”,
recuerda Kasper, “corresponde a la fidelidad de Dios en su amor a los pecadores”, que, obviamente, exige
de parte del cristiano la conversión.
Por tanto, ¿cómo lograr compaginar la fidelidad que significa el matrimonio sacramental y la
misericordia, que constituye un atributo del mismo Dios? Los Padres de la Iglesia primitiva, señala
Kasper, “querían, por razones pastorales, con el fin de ‘evitar lo peor’, tolerar lo que es en sí mismo
imposible de aceptar. Existía, por tanto, una pastoral de la tolerancia, de la misericordia y de la
indulgencia, y existen buenas razones para que esta práctica contra el rigor de los Novacianos haya sido
confirmada por el Concilio de Nicea (325)” (1). Las Iglesias ortodoxas han conservado hasta el día de hoy
esta práctica pastoral de un proceso de arrepentimiento, seguido por una tolerancia pastoral de
misericordia que abre a la recepción de la comunión.
Por tanto, ¿se debe o se puede negar, después de un tiempo de una nueva orientación (metanoia), el
sacramento de la Penitencia y después la comunión? El mismo Kasper, subrayando que no se trata de una
solución general, sino de una opción para aquellos casos de divorciados vueltos a casar que de verdad
La posada del silencio nº 57, curso vi
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  • 1. La rosa menos romántica de San Valentín se cultiva en Kenia El 90% de las flores que cultiva Kenia se dedican a la exportación, lo que ha convertido al país africano en el principal proveedor de Europa La demanda aumenta debido a San Valentín y empeora las condiciones de los miles de recolectores: Esther ha cobrado tres euros por 16 horas de trabajo al día La sobreexplotación del suelo keniano tiene graves consecuencias: sus tierras se dedican a cultivar flores en lugar de alimentos y daños en la flora y fauna autóctonas EFE (Jèssica Martorell) - Naivasha (Kenia) 13/02/2015 - 17:40h En las últimas semanas, miles de recolectores de flores han cobrado tres euros por dieciséis horas de trabajo al día para que Europa disfrute de su San Valentín. / Fotografía:/ EFE/Xavi Fernández De Castro Pocos saben que muchas de las rosas que este sábado regalarán para decir "te quiero" tienen raíces kenianas y no muy románticas: en las últimas semanas, miles de recolectores han cobrado tres euros por dieciséis horas de trabajo al día para que Europa disfrute de su San Valentín. "Están explotando a la población de Kenia y destruyendo nuestra tierra", asegura a Efe el ecologista y activista keniano Isaac Ouma, que nació en Naivasha y ha visto en las últimas décadas cómo su región se ha transformado con el único objetivo de cultivar flores para abastecer a Europa. En la actualidad, el 90% de las flores que crecen allí se exportan y Kenia ya se ha convertido en el principal proveedor del viejo continente, por delante de Etiopía, Ecuador y México. Las orillas del lago Naivasha, el único de agua dulce en el Valle del Rift (noroeste de Nairobi) donde conviven poblaciones de hipopótamos y una diversa fauna avícola, son una ubicación ideal para la floricultura por su clima y altitud. A tan solo unos metros de los papiros y acacias que delimitan el lago, decenas de invernaderos rompen la armonía estética del paisaje e invaden la región, tradicionalmente dedicada a la pesca, agricultura y ganadería. La industria de las flores se afianza año tras año como uno de los pilares de la economía keniana –las exportaciones superaron los 440 millones de euros en 2013 y en la actualidad emplea a más de 500.000 trabajadores, en su mayoría mujeres–, pero con una contrapartida: sobreexplota el suelo del que vive su población. "Kenia recibe donaciones de comida del Programa Mundial de Alimentos pese a tener en Naivasha un lago de agua dulce que nos permitiría cultivar y alimentarnos. Pero preferimos aprovechar el agua para cultivar flores y enviarlas a Europa. Es inmoral", denuncia Ouma. Tres euros por 16 horas de trabajo Ahora, cuesta encontrar a alguien en esta zona que no trabaje en los invernaderos. "No tenemos otra opción. No hay otro trabajo", confiesa a Efe Esther, nombre ficticio de una mujer de 29 años que, pese a trabajar siete años como recolectora de flores, teme perder su empleo por hablar con periodistas. Aunque las empresas garantizan a sus empleados el salario mínimo interprofesional –que ronda los 7.000 chelines mensuales (67 euros)–, los trabajadores denuncian sus condiciones. "Normalmente trabajamos diez horas diarias, pero en las últimas dos semanas hemos trabajado hasta dieciséis. Y el salario ha sido el mismo. No es justo, pero no tenemos alternativa", lamenta Esther. Ella es una de las miles de mujeres que
  • 2. cortan, seleccionan y empaquetan las rosas que, en un máximo de tres días, se venderán a precio de lujo en las calles europeas. John, que desde hace dos años es camionero en los invernaderos, forma parte del sindicato de trabajadores y lucha por mejorar esta situación. "Es muy injusto. Yo ya estoy buscando otro empleo, pero no encuentro nada. Ahora intento conseguir dinero extra con otros trabajos para poder sacar adelante a mi familia", cuenta a Efe. Reacciones a los daños mediambientales La presencia abrumadora de los invernaderos en Naivasha también está provocando daños medioambientales: deforestación, bajo nivel del agua en el lago, aumento de los asentamientos informales (donde viven los trabajadores) y contaminación por fertilizantes y pesticidas. La comunidad local es la que más sufre estas consecuencias: la pesca se ha debilitado y las condiciones para el ganado y el cultivo son cada vez peores. Ante las críticas, las empresas han puesto en marcha varios mecanismos para mitigar su impacto, como el reciclaje hidráulico con el que reutilizan hasta un 30% del agua. "Al menos una vez al año nuestro equipo acude a los invernaderos para supervisar su trabajo y asegurar que realiza una producción sostenible", asevera a Efe Jane Ngige, directora del Consejo de Flores de Kenia (KFC, en inglés), que agrupa al 70% de las explotaciones del país. Además, el KFC "tiene un sistema de certificación para garantizar un ambiente de trabajo seguro que se ajuste a las leyes kenianas", apunta. Pese a la concienciación de los productores y sus esfuerzos por conseguir la etiqueta de "respetuoso con el medioambiente", el crecimiento imparable de la industria –alimentada por la enorme demanda extranjera– sigue teniendo consecuencias inevitables para la comunidad local. "Pueden decir que respetan los derechos de los trabajadores y el medioambiente. Pero la realidad es otra", añade John. Bangladesh lucha contra la desigualdad desde el preescolar Por Naimul Haq © Reproducir este artículo| En la remota aldea de Mohonpur, donde viven 140 familias, niñas y niños se benefician una escuela preescolar gratuita de una organización que promueve la enseñanza para los más pequeños de las zonas rurales de Bangladesh. Crédito: Mahmuddun Rashed Manik/IPS. JAMALPUR, Bangladesh, 6 feb 2015 (IPS) - Shanta solo tiene cuatro años, pero ya le encanta la escuela. Todas las mañana, su madre la lleva al centro preescolar cerca de su casa en la aldea de Mohonpur, a unos 140 kilómetros de la capital de Bangladesh, y la deja al cuidado de una joven maestra que organiza las actividades. Mosammet Laily Begum, la madre, se dedica a las tareas domésticas en su hogar. Ella y su marido, quien tira un “rickshaw” (un triciclo para transportar pasajeros) y gana el equivalente a 100 dólares al mes, viven en una choza con techo de paja. La familia cultiva verduras para mejorar sus ingresos y apenas si pueden alimentar y vestir a sus tres hijos. La educación es un lujo, uno al que, en otro momento y lugar, habrían tenido que renunciar para cubrir sus necesidades vitales. Bangladesh logró avances enormes en materia de educación en las últimas dos décadas. Actualmente, tiene uno de los mayores sistemas de enseñanza primaria del mundo, con unos 20 millones de alumnos de entre seis y 10 años, y unos 365.000 educadores en 82.000 escuelas.
  • 3. Pero la escuela preescolar que está cerca de su casa es gratis. Los hermanos mayores de Shanta (nombre ficticio) también ocuparon los mismos salones. Allí aprendieron a leer y escribir en inglés y bangladesí. Les fue muy bien en la escuela primaria. Su mamá atribuye el amor por el estudio a la base que obtuvieron en esta aldea de norteño municipio de Jamalpur. Es una familia con suerte; a diferencia de la mayoría de la población rural de Bangladesh que no tienen posibilidades de ir a una escuela preescolar, ellos viven cerca de una de las varias miles de escuelas de la organización BRAC, que se dedica a la educación de niños y niñas de entre tres y cinco años. Hay unos 3,3 millones de niños, niñas y adolescentes que no asisten a la escuela en Bangladesh. Hasta 2012, el gobierno no ofrecía alternativas a familias como la de Shanta, sin recursos para costear la enseñanza preescolar. Eso supone que los alrededor de 45 millones de bangladesíes que subsisten con menos de 1,25 dólares al día apenas pueden preparar a sus hijos para la enseñanza básica. Eso genera un círculo vicioso: los niños y niñas más pobres que no pudieron prepararse para la primaria quedan rezagados respecto de sus compañeros más privilegiados. Esta desigualdad se perpetúa en la enseñanza secundaria y terciaria. Muchos de los jóvenes más desfavorecidos constituyen el grueso de las personas desempleadas en Bangladesh, quienes representan 4,5 por ciento de los 168 millones de habitantes. Para nivelar un poco la situación, BRAC tiene 12.450 escuelas preescolares en el país, donde se educan unos 360.000 niños y niñas cada año. Su Programa de Educación Preescolar es la mayor iniciativa gratuita para ese sector de la población en este país. En total son unos 5,2 millones de niñas y niños en edad preescolar que se beneficiaron del programa desde sus inicios en 1997. Hacia la escuela primaria Parada en medio de la pequeña caseta de hojalata que oficia de aula, Rowshanara Begum, de 27 años, está en su salsa. Tiene un grupo de 30 alumnos, 18 niñas y 12 varones, y sabe que su trabajo marca una diferencia. Una de las prioridades de BRAC es lograr una matrícula femenina de 50 por ciento. Durante dos horas y media al día, seis días a la semana, la maestra se ocupa con esmero de enseñar el alfabeto ayudándose de dibujos, rimas y juegos. La estructura flexible e informal hace que las familias sigan llevando a sus hijos. “Hay una gran presión de los padres para abrir otra escuela preescolar gratuita en la aldea de Mohonpur”, contó a IPS.
  • 4. Las familias pobres apenas puede pagar el costo de la educación preescolar privada. Dependen la enseñanza ofrecida por organizaciones como BRAC, para prepararlos para la vida. Crédito: Mahmuddun Rashed Manik/IPS Las escuelas gratuitas no son una iniciativa menor en un país donde un estudiante promedio demora 8,6 años en terminar el ciclo de primaria de cinco años. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia atribuye la situación a los bajos estándares de la enseñanza pública y al hecho de que 24 por ciento de las maestras de las escuelas estatales o registradas por el gobierno no tienen capacitación. Un trabajador de BRAC que no quiso dar su nombre remarcó que la organización obtuvo un logro “notable” en la transición de los preescolares a la escuela primaria, cerca de 99,14 por ciento. Y, sin embargo, no es más que la mitad de la batalla ganada. Bangladesh logró avances enormes en materia de educación en las últimas dos décadas. Actualmente, tiene uno de los mayores sistemas de enseñanza primaria del mundo, con unos 20 millones de alumnos de entre seis y 10 años, y unos 365.000 educadores en 82.000 escuelas. Desde 1990, aumentó la matrícula de 72 a 97 por ciento y su tasa de terminación pasó de 40 a 79 por ciento. El número de escuelas primarias que reciben libros de texto gratuitos se incrementó de 32 por ciento, en 2010, a más de 90 por ciento, en 2014. Según la directora ejecutiva de la Campaña para la Educación Popular, Rasheda K Choudhury, una red integrada por 1.000 organizaciones que trabajan en educación, Bangladesh también disminuyó la tasa de deserción escolar de 33 por ciento, hace unos años, a 20 por ciento en 2014. “La mejor capacitación profesional, una menor proporción entre estudiantes y maestras (actualmente 49 a 1, menos que 77 a 1 en 2005) y la entrega de un estipendio para los alumnos son algunas de las razones de los avances”, detalló en diálogo con IPS. Pero aún quedan asuntos por atender. Numerosos especialistas coinciden en que para mejorar la situación hay que aumentar los recursos para la educación, del actual 2,5 por ciento del producto interno bruto a
  • 5. cuatro por ciento. También hay que mejorar el acceso a la educación de las 71 por ciento de las personas que viven en zonas rurales, así como de las comunidades indígenas. Según el director de país del Banco Mundial, Johannes Zutt, el gobierno atiende a los que quedaron fuera de la reforma educativa, “incluyendo a quienes residen en tugurios, menores trabajadores, indígenas y otros con discapacidades”. Pero mientras programas como el de BRAC no se implementen a gran escala en todo el territorio, Bangladesh mantendrá un rendimiento desigual en materia educativa, y la meta de lograr la educación primaria universal, el segundo de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, seguirá siendo inalcanzable. Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme El fin de las políticas de manipulación del miedo Por: Autor invitado | 13 de febrero de 2015 AUTOR: MANUEL SORIA Un grupo de inmigrantes intenta entrar en Melilla, el pasado agosto. / Antonio Ruiz El hecho migratorio ha sido, a lo largo de la historia, un proceso natural de los seres humanos con el deseo de buscar un lugar mejor donde vivir. Un hecho que continúa ahora en multitud de sitios del planeta, pero que para la sociedad española ocurre fundamentalmente en las dos ciudades españolas norteafricanas, Ceuta y Melilla. Ciudades que, curiosamente, han sido desde su fundación paso de civilizaciones, conquistas, migraciones y cruce de caminos hacia diferentes puntos del Mediterráneo. El concepto "valla" nunca existió en el lenguaje de los melillenses hasta que se decidió levantar una impresionante verja con el comienzo de las migraciones de subsaharianos a finales de los años noventa. Hasta entonces, la ruta de las migraciones era a la inversa. Melilla fue un lugar por el que cruzaron miles de peninsulares buscando trabajar en las tierras del Protectorado español y francés de Marruecos y de la Argelia francesa. Más tarde, durante la Guerra Civil, fue vía de escape para decenas de miles de huidos de la represión franquista. En general llegar al África colonizada por Europa suponía una oportunidad para vivir mejor. Ahora ocurre lo contrario. El neocolonialismo económico y cultural de África está haciendo estragos. La gran explosión demográfica, la rapiña de sus recursos naturales y las guerras consentidas expulsan de sus territorios a cientos de miles de personas que quieren alcanzar el sueño europeo. Pero, ¿por qué los rechazamos? Es normal que el humano sea prudente ante lo desconocido y muestre sus reticencias a absorber cambios, pero esa prudencia, esa precaución, a los gobernantes les interesa convertirlas en miedo, en pavor. Y así lo han hecho tanto los políticos como las políticas públicas. Con el
  • 6. miedo se gobierna muy bien, con el miedo es todo más fácil de llevar, con el miedo nos olvidamos de crisis, corrupciones u otras formas de mal gobierno, con el miedo dejamos recortar nuestros derechos sociales, nuestra intimidad y nuestra capacidad de pensar. Es por eso que a nuestros gobernantes no les gusta plantear la inmigración como un proceso natural de la humanidad, sino como una invasión en toda regla. La propia forma de referirse al problema al relatar los hechos con palabras como invasión, salto masivo o hecatombe es una prueba de ello. La valla de Melilla es un ejemplo claro de esa política. En lugar de apostar por políticas de integración o de cooperación con los países de origen, se opta por políticas de criminalización y por las devoluciones en caliente, que no resuelven el problema. Las soluciones al fenómeno migratorio, siempre soluciones parciales, son de tan alto calado y de tanta diversidad que no es posible definirlas en unas cuantas líneas, pero sí tenemos claro que esas soluciones pasan primero porque los gobernantes dejen de manipular el miedo al inmigrante. Debemos mirar en los lugares donde ha funcionado la convivencia de culturas, y para no ir muy lejos ahí tenemos la ciudad de Melilla, ciudad que ha integrado de forma pacífica a miles de musulmanes de origen marroquí en su ciudadanía, no sin dificultades, pero no deja de ser un laboratorio en el que aprender. En los años ochenta la propia idea que pudiera existir un funcionario musulmán era descabellada. En la actualidad, no muchos años después, un musulmán exmarroquí es el mismísimo Delegado de Gobierno de la ciudad, paradójicamente responsable máximo del rechazo de inmigrantes en la valla, pero no deja de ser un ejemplo de integración. Las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo nos ofrecen una oportunidad para pensar en políticas migratorias en positivo, que luego puedan tener el necesario calado en la política estatal, y así lo estamos haciendo desde Equo Melilla y las diferentes organizaciones, movimientos sociales y partidos que integramos Ganemos Melilla. Dejar de manipular el miedo es el principio para poder impulsar políticas y actuaciones que la resuelvan la situación de las personas migrantes y respeten sus derechos humanos, y dejemos de convertir la inmigración, un proceso natural, en un problema. Manuel Soria es miembro de Equo Melilla y co-portavoz de Ganemos Melilla. El Papa a los nuevos cardenales: Que el pueblo de Dios vea siempre en nosotros la denuncia de la injusticia y el servicio a la verdad Ciudad del Vaticano, 14 febrero 2015 (VIS).- Esta mañana, a las 11, se ha celebrado en la Basílica Vaticana el Consistorio ordinario público en el que el Santo Padre ha creado 20 nuevos cardenales, a los que ha impuesto la birreta, ha entregado el anillo y ha asignado el título o diaconía. A la celebración ha asistido también el Papa emérito Benedicto XVI al que el Papa Francisco saludó entrando en la basílica y que también fue saludado en su discurso por el cardenal Dominique Mamberti, Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el primero entre los nuevos cardenales, que dirigió al Santo Padre, en nombre de todos los neo- purpurados unas palabras de gratitud. ''Entrar a formar parte del Colegio Cardenalicio-dijo- nos inserta de una forma particular en la historia y en la vida de la Iglesia de Roma que -según la hermosa expresión de San Ignacio de Antioquia- preside en la caridad. Estamos invitados, pues, a salir de nosotros mismos, de nuestras costumbres y comodidades, para servir a la mision de esta Iglesia, conscientes de que implica tener un horizonte más amplio''. En el acto no pudo participar el cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez que, a causa de su avanzada edad, no pudo desplazarse a Roma y recibirá la birreta en Colombia.
  • 7. En la homilía que pronunció ante los nuevos cardenales, el Papa eligió como pauta el himno a la caridad de la primera carta de San Pablo a los Corintios y recordó a los cardenales que la caridad debe presidir siempre su ministerio. ''El cardenalato -dijo- 'ciertamente es una dignidad, pero no una distinción honorífica. Ya el mismo nombre de ''cardenal'', que remite a la palabra latina ''cardo - quicio'', nos lleva a pensar, no en algo accesorio o decorativo, como una condecoración, sino en un perno, un punto de apoyo y un eje esencial para la vida de la comunidad. Sois ''quicios'' y estáis incardinados en la Iglesia de Roma, que ''preside toda la comunidad de la caridad'' . En la Iglesia, ''toda presidencia proviene de la caridad, se desarrolla en la caridad y tiene como fin la caridad. La Iglesia que está en Roma tiene también en esto un papel ejemplar: al igual que ella preside en la caridad, toda Iglesia particular, en su ámbito, está llamada a presidir en la caridad. Por eso creo que el ''himno a la caridad'', de la primera carta de san Pablo a los Corintios, puede servir de pauta para esta celebración y para vuestro ministerio, especialmente para los que desde este momento entran a formar parte del Colegio Cardenalicio. Será bueno que todos, yo en primer lugar y vosotros conmigo, nos dejemos guiar por las palabras inspiradas del apóstol Pablo, en particular aquellas con las que describe las características de la caridad. Que María nuestra Madre nos ayude en esta escucha. Ella dio al mundo a Aquel que es ''el camino más excelente'': Jesús, caridad encarnada; que nos ayude a acoger esta Palabra y a seguir siempre este camino. Que nos ayude con su actitud humilde y tierna de madre, porque la caridad, don de Dios, crece donde hay humildad y ternura. ''En primer lugar -señaló el Santo Padre- san Pablo nos dice que la caridad es ''magnánima'' y ''benevolente''. Cuanto más crece la responsabilidad en el servicio de la Iglesia, tanto más hay que ensanchar el corazón, dilatarlo según la medida del Corazón de Cristo. La magnanimidad es, en cierto sentido, sinónimo de catolicidad: es saber amar sin límites, pero al mismo tiempo con fidelidad a las situaciones particulares y con gestos concretos. Amar lo que es grande, sin descuidar lo que es pequeño; amar las cosas pequeñas en el horizonte de las grandes, porque ''non coerceri a maximo, contineri tamen a minimo divinum est''. Saber amar con gestos de bondad. La benevolencia es la intención firme y constante de querer el bien, siempre y para todos, incluso para los que no nos aman. ''A continuación, el apóstol dice que la caridad ''no tiene envidia; no presume; no se engríe''. Esto es realmente un milagro de la caridad, porque los seres humanos –todos, y en todas las etapas de la vida– tendemos a la envidia y al orgullo a causa de nuestra naturaleza herida por el pecado. Tampoco las dignidades eclesiásticas están inmunes a esta tentación. Pero precisamente por eso, queridos hermanos, puede resaltar todavía más en nosotros la fuerza divina de la caridad, que transforma el corazón, de modo que ya no eres tú el que vive, sino que Cristo vive en ti. Y Jesús es todo amor''. ''Además, la caridad ''no es mal educada ni egoísta''. ''Estos dos rasgos -subrayó Francisco- revelan que quien vive en la caridad está des-centrado de sí mismo. El que está auto-centrado carece de respeto, y muchas veces ni siquiera lo advierte, porque el ''respeto'' es la capacidad de tener en cuenta al otro, su dignidad, su condición, sus necesidades. El que está auto- centrado busca inevitablemente su propio interés, y cree que esto es normal, casi un deber. Este ''interés'' puede estar cubierto de nobles apariencias, pero en el fondo se trata siempre de ''interés personal''. En cambio, la caridad te des-centra y te pone en el verdadero centro, que es sólo Cristo. Entonces sí, serás una persona respetuosa y preocupada por el bien de los demás''. ''La caridad, dice Pablo, ''no se irrita; no lleva cuentas del mal''. Al pastor que vive en contacto con la gente no le faltan ocasiones para enojarse. Y tal vez entre nosotros, hermanos sacerdotes, que tenemos menos disculpa, el peligro de enojarnos sea mayor. También de esto es la caridad, y sólo ella, la que nos libra. Nos libra del peligro de reaccionar impulsivamente, de decir y hacer cosas que no están bien; y sobre todo nos libra del peligro mortal de la ira acumulada, ''alimentada'' dentro de ti, que te hace llevar cuentas del mal recibido. No. Esto no es aceptable en un hombre de Iglesia. Aunque es posible entender un enfado momentáneo que pasa rápido, no así el rencor. Que Dios nos proteja y libre de ello''.
  • 8. ''La caridad, añade el Apóstol, ''no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad''. El que está llamado al servicio de gobierno en la Iglesia debe tener un fuerte sentido de la justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia, ni siquiera la que podría ser beneficiosa para él o para la Iglesia. Al mismo tiempo, ''goza con la verdad'': ¡Qué hermosa es esta expresión! El hombre de Dios es aquel que está fascinado por la verdad y la encuentra plenamente en la Palabra y en la Carne de Jesucristo. Él es la fuente inagotable de nuestra alegría. Que el Pueblo de Dios vea siempre en nosotros la firme denuncia de la injusticia y el servicio alegre de la verdad''. Por último, la caridad ''disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites''. Aquí hay, en cuatro palabras, todo un programa de vida espiritual y pastoral. El amor de Cristo, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, nos permite vivir así, ser así: personas capaces de perdonar siempre; de dar siempre confianza, porque estamos llenos de fe en Dios; capaces de infundir siempre esperanza, porque estamos llenos de esperanza en Dios; personas que saben soportar con paciencia toda situación y a todo hermano y hermana, en unión con Jesús, que llevó con amor el peso de todos nuestros pecados''. ''Queridos hermanos,todo esto no viene de nosotros, sino de Dios. Dios es amor y lleva a cabo todo esto si somos dóciles a la acción de su Santo Espíritu -afirmó al final de la homilía- Por tanto, así es como tenemos que ser: incardinados y dóciles. Cuanto más incardinados estamos en la Iglesia que está en Roma, más dóciles tenemos que ser al Espíritu, para que la caridad pueda dar forma y sentido a todo lo que somos y hacemos. Incardinados en la Iglesia que preside en la caridad, dóciles al Espíritu Santo que derrama en nuestros corazones el amor de Dios.'' Terminada su alocución, el Papa ha pronunciado la fórmula de creación de los nuevos cardenales, sus nombres y el orden diaconal o presbiteral al que han sido asignados. Los nuevos cardenales han recitado el Credo y el juramento de fidelidad y obediencia al Papa y a sus sucesores. Seguidamente, han recibido la birreta cardenalicia y el anillo de manos del Papa, que les ha asignado también el título o la diaconía. Al final del rito el cardenal Angelo Amato S.D.B., Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se dirigió al Santo Padre para solicitar la inscripción en el Libro de los Santos de tres beatas. La primera, Jeanne-Emilie de Villeneuve nacida en Francia en 1811, Fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres para la educación de las niñas y muchachas pobres, para los enfermos y las misiones en tierras lejanas. Falleció en 1854 y fue beatificada por Benedicto XVI en 2009. La segunda, Marie-Alphonsine Danil Ghattas ( en el siglo Maryam Sultanah), nacida en Jerusalén en 1843 que desarrolló un intenso apostolado en favor de las jóvenes y las madres cristianas, y fundadora de la Congregación de las Hermanas del Santísimo Rosario de Jerusalén.Falleció en 1927 y fue beatificada por Benedicto XVI en 2009. Por último María de Jesús Crucificado (en el siglo Maryam Baouardy),nacida en Abellín, cerca de Nazareth en 1846, religiosa profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas, fue enviada para la fundación de los nuevos Carmelos a la India y más tarde a Belén donde murió en 1878. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1983. En el curso del Consistorio, el Papa decretó que las tres, junto con la beata Maria Cristina de la Inmaculada Concepción (en el siglo Adelaide Brando), italiana (1856-1906) Fundadora de la Congregación de las Hermanas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado, cuya canonización se decidió en el consistorio del 20 de octubre de 2014, sean canonizadas el domingo, 17 de mayo de 2015. En las visitas a los cardenales surge el «Consistorio global del sur»
  • 9. (©Ansa) (©Ansa) La fiesta alrededor del nuevo cardenal Arlindo Gomes Furtado Coros para los nuevos cardenales de Cabo Verde, Tonga y Etiopía; el uruguayo Sturla tomando mate; Bertone fue de los primeros en saludar a los nuevos purpurados Iacopo Scaramuzzi Ciudad del Vaticano Después de una hora de apretones de manos, abrazos, palmadas en las espaldas, bendiciones, el nuevo cardenal uruguayo Diego Fernando Sturla Berthouet se quitó el birrete que el Papa le impuso pocas horas antes. En el aula de las audiencias, adobada como salón para las visitas a los cardenales, hacía calor, y el purpurado salesiano se quita el birrete al que todavía no se había acostumbrado. Pasan pocos minutos y un joven sacerdote compatriota, Gonzalo Aemilius, conocido de Jorge Mario Bergoglio, le ofreció un mate recién preparado. El cardenal lo bebe sonriente, «¡Qué alivio!», exclama y después abraza al sacerdote que conoce desde hace mucho tiempo. A pocos metros de distancia, el nuevo cardenal de Tonga, Soane Patita Paini Mafi, primer cardenal en la historia de estas islas, está rodeado de fieles y parientes que entonan a todo pulmón un coro tradicional. Estos últimos, unas treinta personas, llevan puesta el tradicional camisón blanco y una foto colgando del cuello que retrata al nuevo purpurado hace veinte años, rodeado por un consistente grupos de hermanos y hermanas. En la otra parte del corredor, se escuchan las melodías de la célebre cantante Cesarea Evora: un grupo de mujeres de Cabo Verde, sentadas con elegancia, acompañaban el paso de los fieles y amigos que van a saludar al cardenal Arlindo Gomes Furtado. Surge, en las visitas de cortesía de este segundo Consistorio presidido por Papa Francisco en San Pedro (y que hace tiempo eran llamadas «visitas de afecto» de los fieles, familiares, romanos y simples curiosos), el «consistorio global del sur».Los cardenales, como es costumbre, se dividen en dos espacios: la mayor parte en los locales del Aula Pablo VI y un grupito de cinco cardenales en los salones llenos de frescos del Palacio apostólicos. Entre ellos está el único curial, Dominique Mamberti, ex «ministro del Exterior» de la Santa Sede y ahora Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica: «Esta vez soy el único cardenal que salió de la curia», responde a los periodistas, «el Santo Padre quiso dar testimonio de su deseo de un colegio cardenalicio que represente a toda la iglesia católica». Antes de que llegara la multitud, pasó a saludarlo el Secretario de Estado emérito, cardenal Tarcisio Bertone. En los salones del Palacio apostólico se encuentran los nuevos cardenales con más de ochenta años Luigi de Magistris (a quien Bertone saluda inclinándose hacia el sillón para que no se levantara), el ex nuncio alemán Karl-Josed Rauber y el argentino Luis Héctor Villalba (Julio Duarte Langa tuvo que anular al último momento el viaje a Roma por motivos de salud).
  • 10. Mucho más concurrida, por el Aula de las audiencias serpentea una fila interminable para los dos cardenales italianos Francesco Montenegro (en la multitud surgen varios rostros africanos) y Edoardo Menichelli. Un consistente grupo de fieles saluda al tailandés Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, a Charles Maung Bo, al nuevo cardenal John Atcherley Dew de Nuova Zelanda y al panameño José Luis Lacunza Maestrojuán. El Patriarca de Lisboa, Manuel José Macario do Nascimento Celmente, distribuye una imagen colorida con las palabras «d.Manuel Clemente» (no todos los cardenales llevan estas imágenes para los fieles; la más sencilla es la del argentino Villalba; la más elaborada es la del mexicano Suárez Inda). El etíope Berhaneyesus Demerew Souraphiel está rodeado por compatriotas que cantan y ondean una bandera nacional. El vietnamita Pierre Nguyen Van Nhon se mantiene de pie, lejos del sillón, pues debe saludar a muchísimas personas. También llega el cardenal cubano, Jaime Ortega Alamino: «Las cosas van muy bien, no pensábamos que se llegara tan adelante», responde a los periodistas que le preguntan sobre la evolución en las relaciones con los Estados Unidos. Platica un poco con el nuevo «ministro del Exterior», mons. Paul Richard Gallagher. El mexicano Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, en medio de una de las zonas más violentas del país, explica que la situación en México «es difícil», pero que no hay que ceder al «pesimismo». El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez, de rasgos tímidos, está rodeado por un grupo de fieles a poca distancia del cardenal Antonio María Rouco Varela, su predecesor como guía de la Conferencia Episcopal de España. Entre todos los fieles de diferentes nacionalidades, embajadores, romanos curiosos, están el prelado del Opus Dei, mons. Javier Echevarría, el líder de los neocatecumenales, Kiko Argüello; además, pasan sonrientes monseñor Becciu y monseñor Wells, el sustituto a la Secretaría de Estado, con su «brazo derecho». El Patriarca de Jerusalén, Fouad Twal, se detiene para hablar con los periodistas y explica que está feliz con las nuevas santas palestinas: «La Tierra Santa no es solo guerra, violencia o muros, sino también santidad». El cardenal Wuerl responde a Burke (y a los “disidentes”) El cardenal Donald Wuerl El arzobispo de Washington habló en su blog sobre las críticas a Papa Francisco, recordando los ataques
  • 11. contra sus predecesores: «Están en desacuerdo con el Papa porque él no sigue sus posiciones» andrea tornielli Ciudad del vaticano «Una de las cosas que he aprendido es que hay un hilo común que conecta todas estas “disidencias”. Están en desacuerdo con el Papa porque él no está deacuerdo con ellos y no sigue sus posiciones». Esta es la conclusión a la que llegó el cardenal arzobispo de Washington, Donlad Wuerl, en un artículo que publicó en su blog, titulado “El Papa, piedra angular de fe y unidad”. El comentario del cardenal estadounidense se refiere a los que dentro de la Iglesia expresan sus críticas hacia el Papa. Wuerl no cita nombres, pero dice que recibió por correo electrónico «una entrevista» y «un artículo» de «hermanos obispos». Hace pocos días, provocó algunas discusiones la entrevista del cardenal Leo Raymond Burke en un programa de la televisora France2, durante la cual el purpurado afirmó que quería «resistir» al Papa si decidía abrir la posibilidad de que los divorciados que se han vuelto a casar reciban los sacramentos. Wuerl recuerda que siguió el domingo pasado el Ángelus del Papa, frente a decenas de miles de personas, y recordó que «este popularísimo y veneradísimo sucesor de Pedro» habló sobre «la ternura de Jesús, sobre su compasión amorosa y, al mismo tiempo, sobre nuestra necesidad de ser atentos y compasivos con los demás seres humanos». Pero, observó, la admiración que se siente en todos los rincones del planeta hacia Francisco «no es compartida por todos». «Mientras estaba viendo al Santo Padre por la televisión, mi bandeja de entrada se estaba llenando con un número de correos, entre los que había una entrevista y un artículo de hermanos obispos que son mucho menos entusiastas con Papa Francisco». Estos correos hicieron que Wuerl recordara sus años de joven seminarista, cuando experimentó por primera vez la “disidencia” frente «a la doctrina y la práxis de un Papa». Ese Papa era Juan XXIII, y la enseñanza que no fue «bien recibida por todos» fue la encíclica “Mater et magistra”. Uno de los “disidentes” usó una expresión que tuvo cierto éxito en algunos círculos: la Iglesia, «madre, sí; maestra, no». «Junto con cierto número de compañeros de clase, recuerdo que quedé escandalizado por este rechazo de la encíclica». Pero un sacerdote del seminario regañó a Wuerl y a sus compañeros por su ingenuidad, y les explicó que «siempre ha habido una corriente de “disenso” en la Iglesia», incluso en el Colegio cardenalicio. «Fue entonces cuando escuché hablar del cardenal Louis Billot –escribe Wuerl–, que era muy poco discreto en su oposición frente a Pío XI, que condenó el movimiento político y religioso de la Action Française». El arzobispo de Washington recuerda que Billot fue «convencido de abandonar su dignidad cardenalicia» y volvió a ser un simple padre jesuita. Los disgustos con respecto a la postura del Papa en relación con temas doctrinales, pastorales, canónicos o incluso simplemente relacionados con su forma de vestir, «parecen siempre haber existido de alguna manera. En 1963 San Juan XXIII se convirtió nuevamente en el objeto de las iras de los que no querían su encíclica “Pacem in Terris”, así como el beato Pablo VI por su encíclica “Populorum progressio”, de 1967, y, ciertamente, por su encíclica “Humanae vitae” de 1968. El “disenso” de algunos religiosos frente a la enseñanza de la “Humanae vitae” los llevó a abandonar su ministerio sacerdotal». Pero Wuerl, con importantes y evidentes referencias a todos los que se han aficionado a ciertos paramentos del pasado, añade: «en un nivel mucho menos importante, hubo un notable desconcierto entre algunos en 1969, cuando el Secretario de Estado de Papa Pablo VI publicó una instrucción sobre el hábito de los obispos y de los cardenales. El esfuerzo por racionalizar y acabar con cosas como la capa magna (el largo manto de los obispos y cardenales con una larga, larguísima, cola)». El cardenal estadounidense recuerda que el breve Pontificado de Papa Luciani «no dejó de tener críticas. Algunos escribieron que consideraban su sonrisa poco digna de un Papa, pues disminuía la gavitas (seriedad) de su oficio». Y luego, recuerda Wuerl, llegó San Juan Pablo II. «Todo lo que escribió recibió algunas críticas, desde sus encíclicas sociales, como “Laborem exercerns” de 1981 o “Sollicitudo rei sociales” de 1987” de 1987 o “Centesimus annus” de 1991, hasta su encíclica sobre la permanente validez del esfuerzo misionero de
  • 12. la Iglesia, “Redemprotis missio”. Hubo algunos que lo criticaron constantemente por sus viajes, aunque hubiera en sus casi 27 años como Papa revitalizado a la Iglesia. Personalmente, siempre he considerado las críticas a San Juan Pablo II particularmente dolorosas, porque tengo tanto afecto y admiración por él». El cardenal recuerda, para concluir, todas las críticas que acompañaron el Pontificado de Benedicto XVI, «buen, brillanre y santo pastor de la Iglesia». No es ninguna sorpresa, pues, que Francisco se vea expuesto a este fenómeno. «Una de las cosas que he aprendido en todos estos años, a partir de esos primeros e ingenuos días de 1961, es que, al examinar con mayor atención, se encuentra un hilo común que conecta todas estas “disidencias”. Están en desacuerdo con el Papa porque él no está deacuerdo con ellos y no sigue sus posiciones. El “disenso” es, tal vez, algo que siempre tendremos, deplorable en cuanto tal, pero tendremos siempre a Pedro y a su sucesor como una roca y piedra angular de nuestra fe y de nuestra unidad». QUO VADIS PETRUS? (©Afp) (©Afp) Papa Francisco Reflexiones sobre el actual Pontífice argentino y su Pontificado Padre Eduardo de Paola En el análisis del presente, la historia, que lo es del pasado, nos ayuda a salir de algunos puntos de sombra o duda. Podríamos volver a San Juan XXIII, al Beato Paulo VI , a San Juan Pablo II , a Benedicto XVI y escrutar las páginas abundantes de aseveraciones duras contra sus pontificados y alertas y perplejidades, en tiempo condicional, sobre algunas actitudes, determinaciones y pensamientos. Pero la historia ha ido haciendo su trabajo, lento, muchas veces complicado, pero ha ido aportando una idea más objetiva, menos apasionada, menos condicionada por ideologías y posturas intereclesiales de esos momentos y circunstancias. Esa es la Iglesia que me gusta. La que critica y objeta .La que duda y se interpela. La que queda perpleja ante la figura providencial de un hombre sobre cuyos hombros el Señor ha querido depositar la Iglesia. Unos hombros , que gracias a Dios, tienen la asistencia, jurada, del Espíritu Santo. Unos hombros que quieren compartir el peso, sinodalizando el duro caminar.
  • 13. Pero también es cierto, lo dice la historia, que durante aquellos Pontificados y durante éste mismo, aparecieron voces de apoyo, de entusiasmo. Voces que veían un nuevo amanecer en la Iglesia de Cristo, siempre la misma y siempre cambiante, bajo la música de los signos de los tiempos. Ahora con una partitura cimentada en el Concilio Vaticano II que quiso vestir de nuevo a la Única Verdad, para que no pareciera una extraña en medio de sus contemporáneos. Aseveraciones He leído opiniones de un cardenal, que decía que Bergoglio “es demasiado de izquierda y que es de los que hablan mucho y nunca hacen nada”. No hay ningún verbo en condicional. Me he puesto en la piel de ese Cardenal, he tratado de comprender, lo que con esas palabras, duras por cierto, intentaba expresar. Hay cosas que nos desestabilizan. Sobre todo cuando somos cada vez más grandes y hemos vivido dignidades y niveles de vida, muy alejados del común de la gente. La edad produce esa necesidad de estabilidad y un poco de rechazo por las novedades que nos vienen a cambiar las cosas “que siempre fueron de otro modo”. Me fascina que Bergoglio, grande, viejo, se anime a desestabilizarse y desestabilizarnos. Pero el viejo cardenal de la frase antes citada , me parece que nos quiere expresar fundamentalmente que mirar el mundo desde Europa o desde América o desde el resto del mundo de “economías emergentes” (eufemismo de sociedades y pueblos pobres), es radicalmente distinto. Y lo que suena en nuestros oídos americanos, como una interpretación autentiquísima del evangelio de Jesús, allá en el Norte suena a marxismo puro. Sin embargo, bajo las columnatas de la Plaza de San Pedro, duermen hermanos míos, que viven en Europa, no en América, y en cuyos oídos, el Evangelio predicado por Francisco seguramente sonará igual que para nosotros. Sospecho que en Lampedusa debe suceder lo mismo. Otro Cardenal que ha preferido prescindir del tiempo condicional de los verbos, ha advertido que “si las medidas del sínodo se concretan, serán de una gravedad inaudita”.Se trata de un Cardenal –Canonista. A sus opiniones las han apodado “filípicas”. Se ve que está asustado. Tiene miedo que le destruyan “el deposito de la fe”. Cuando leí su artículo, pensaba en mi fe. En lo que me enseñaron de chico : las puertas del infierno no prevalecerán. No tengo dudas al respecto. El que conduce la Iglesia es el mismo Señor. Con mediaciones, si, pero el timón lo tiene Dios. Mal que le pese a ese otro cardenal que veía una Iglesia sin timonel. Otra vez la fe!. Es posible, solo posible, que a éste hermano lo motive también algo de su ideología, que no concuerda con la del Papa y por eso crea tanto miedo y rechazo. Perplejidades y dudas Vittorio Messori ha usado, hasta remarcarlo machaconamente, verbos condicionales para hacer el balance de éste Pontificado. Comparte, creo, el espíritu de otro Cardenal norteamericano que ha dicho “ciertamente lo respeto como Papa, pero me falta todavía entender lo que quiere hacer”. Messori ha preferido hablar de perplejidad, duda y adhesión. Lo único con lo que no coincido del todo (respetando el condicional de Messori) ha sido su parentesco con otro Cardenal de la Curia, en” la sospecha de un posible populismo, capaz de obtener un interés tan amplio, como superficial y efímero”. Me parece que a dos años, uno podría sospechar , que el fenómeno de los 6 millones de personas , no tiene vocación efímera ni superficial. Una mirada desde la realidad del mundo de los mediáticos, podría darles la razón, pero aquí como en otros casos tenemos el desafío de la mirada de la fe y de qué es lo que quiere el Señor. Fueron los sencillos de corazón los que comprendieron el mensaje de Jesús a diferencia de los Sumos Sacerdotes y los Escribas Hay muchas críticas entre los “entendidos”, y mucha adhesión en la gente sencilla, que “entiende” todo lo que el Papa dice y hace. Si es así, no estaríamos ante un “populismo” de Francisco, sino ante algo mucho más serio y un material más complicado para el análisis: en medio de la crisis de credibilidad mas aterradora de los últimos siglos, para la Iglesia, surge éste liderazgo, basado en cosas sencillas como evangélicas, que atraen, encantan, alegran, crean empatía y esperanza. Para mi, muy lejos del populismo, muy cerca de Jesús. Pero volvamos al cuerpo de la reflexión de Messori. El es , sin dudarlo, un hombre de fe. A diferencia de algunos otros, que cuando tienen que aplicar la que dicen tener, no la encuentran.
  • 14. Tiene delicadeza, cuidado, respeto, al decir sus perplejidades, dudas y adhesiones. Casi diría que a las primeras las dice con un poco de miedo. Miedo a fallarle a la fe que profesa. Lo primero que me nació, interiormente, mientras leía su articulo, fue una certeza nacida en éstas tierras: es imposible predecir a Bergoglio. Ha sido ,es y seguramente será impredecible. Algunos se dicen sus “voceros” en distintos temas. Salvo cuando él manda a alguno a decir lo que él no quiere decir, todos los demás hacen adivinanzas .Jn 3,8: “El viento sopla dónde quiere: tu oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a donde va. Lo mismo sucede con todo aquel que ha nacido del Espíritu” Hay que acostumbrarse. Cuesta, pero con el tiempo uno lo logra. Una cosa es predecir a Bergoglio y otra muy distinta saber que piensa: como él mismo lo dijo , ahí está EG, las homilías de Santa Marta y las numerosas intervenciones que ha tenido durante éstos dos años. Sabemos que piensa y que quiere de la Iglesia. Coincido totalmente con Messori, en sus perplejidades y dudas. El enumera algunos hechos puntuales, que trasparentan alguna aparente contradicción. Esos tienen el sello “made in Adan y Eva”. A mi me preocuparían y mucho esos hechos puntuales ambiguos sino tuvieran como telón de fondo una absoluta coherencia lineal. Eso es que lo que tranquiliza .Eso es lo que importa en definitiva. La línea, no el punto aislado. Ambigüedades las tuvieron Juan XXIII, Paulo VI , Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero esos hechos puntuales no pasaron a la historia, sino la línea de coherencia con ellos mismos y con el Evangelio. Pero hay algo todavía más interesante en las perplejidades y dudas de Messori: yo, con todo el respeto del mundo, lo invitaría a sentarse un buen rato a mirar las escenas del evangelio, no desde el escenario, sino en la butaca del público. Nos enseña, en una cátedra de fe, la Madre del Señor, cuando nos muestra su perplejidad y dudas, ante el Anuncio de que será la Madre del Redentor. Es de una hermosura y belleza singular, ver la perplejidad y las dudas de Juan el Bautista : ¿es El o debemos esperar a otro?. Uno se siente atraído a las profundidades de una psicología y de un corazón que no entiende y persiste en hacerlo.”Díganle que los ciegos ven y los sordos oyen”. Es lindo ponerse en los ojos de la Santísima Virgen y mirar con Ella, las perplejidades y dudas, más el desánimo de los Apóstoles, cuando el drama del calvario ha terminado y han quedado solos. Pero todavía falta lo mejor, que está al llegar: Pentecostés!! Solo que después de Pentecostés, ellos entendían menos, estaban más perplejos que antes, por las maravillas que Dios obraba a través de ellos, pero se habían abandonado y arrodillado ante la omnipotencia salvadora del Amor del Padre. En los fariseos uno puede sentir el miedo a perder el poder, pero también en los más buenos, junto a los escribas y sacerdotes, sentían temor por la predicación del Señor que les proponía algo osado, nuevo. Por eso lo combaten. Algo con tintes de un populismo que tendría que durar poco, por superficial. Pero esas multitudes que lo acompañaron al Señor, perduraron hasta hoy. Los hermanos míos a los que sirvo en el ministerio, tienen la capacidad infinita de dejarme perplejo, de hacerme dudar y de hacerme sentir que el piso se mueve a mis pies, cuando me hacen preguntas, me presentan propuestas o me piden que transforme el modo de anunciar la alegría del evangelio. Que sería de nosotros si ellos, como el Señor Jesús, no nos desafiaran, permanentemente a vivir abandonadamente de la Gracia. La vida sería triste y gris si solo estuviera poblada de certezas. Comenzando porque no habría lugar para la fe.¿Quién entiende los designios de Dios?. Adhesiones Pero, finalmente, Vittorio Messori habla de adhesiones. Allí está el tesoro. Tenemos que volver a pensar, porque 24 meses han sepultado la memoria, de dónde veníamos. Veníamos de ese verdadero calvario que le tocó vivir a un Grande, como Benedicto y con él a la Iglesia toda. El tuvo la grandeza de sumirnos en la perplejidad y la duda, cuando decidió bajar el telón y renunciar. Allí comenzó un proceso de restauración, que dura hasta hoy. Un modo nuevo. Un estilo nuevo. Me voy a animar a decir por más que le duela a
  • 15. algún cardenal: una “disciplina nueva”. Todo evidencia una revitalización de la Iglesia, que se muestra fresca, espontánea y genuina. También inflexible con quien lo merece. ¿Sería bueno decir: no me importan las perplejidades y dudas, si estoy viendo todo esto? No. Porque sería como separar en el Señor las perplejidades y dudas que engendró en sus cercanos y no tanto, de las maravillas que obró con el poder de su Amor. Todo va junto. También en Francisco. Creo que para todos lo que sienten y piensan como Messori y también como yo en medio de perplejidades, dudas y adhesiones, nos hace mucho bien, volver a meditar las tres palabras de la Anunciación: “Alégrense -No tengan miedo- ¡¡El Espíritu Santo ¡¡”. Simone Weil Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social Lo que empezó siendo un artículo para La Critique sociale en el que se cuestionaba la doctrina marxista del crecimiento ilimitado de las fuerzas productivas acabará adquiriendo las dimensiones de un ensayo que pretende hacer el inventario de la civilización actual. Las Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social constituyen una síntesis del pensamiento de Simone Weil a finales de 1934 que recapitula las enseñanzas de su militancia en el seno del sindicalismo revolucionario antes de su decisiva experiencia como obrera en la gran industria. Su propósito principal es captar el mecanismo de la opresión en las condiciones materiales de la organización social. Para este análisis invita a servirse de lo que considera el verdadero legado de Marx, el materialismo como método de conocimiento y acción. Una aplicación consecuente de este método lleva a descubrir las causas de la opresión en la estructura de la fábrica, en la especialización y división de funciones, no en el régimen de propiedad. Frente a la «religión de las fuerzas productivas» característica de la vulgata marxista y al dogma reconfortante del progreso como crisol mágico de la revolución, Simone Weil pone los cimientos para una nueva ciencia de la sociedad centrada en el estudio de la lucha por el poder y de la fuerza social. Sobre esta base, y en la época del auge de los totalitarismos, propone indagar las condiciones de una sociedad libre, en la que la capacidad individual de pensar y actuar, el «espíritu metódico», prevalezca sobre la máquina social y la colectividad ciega. Juan Antonio Estrada ¿Qué decimos cuando hablamos de Dios? La fe en la cultura escéptica ¿Qué contenido damos al lenguaje sobre Dios? ¿Sabemos lo que decimos cuando repetimos una palabra cargada de significados pero carente de referencias? Preguntas como estas son el punto de partida de este libro, marcado por la crisis del imaginario religioso y cristiano acerca de Dios. Pero desde la amenaza del vacío de sentido surgen otras preguntas. Pues si Dios existe, ¿cómo comunicarse con él? ¿Cómo designarlo y nombrarlo? ¿A quién o a qué dirigirse si no forma parte del universo físico? ¿Es posible una revelación divina que se diferencie de una proyección subjetiva? ¿Qué criterios encontrar para evaluar la posible verdad de una experiencia religiosa? A partir de aquí se plantea la crisis de las imágenes tradicionales sobre Dios; de un concepto de salvación orientado a después de la muerte; de la fe como un creer en lo que no se ve, y de un concepto de revelación cuya legitimación última viene dada por la jerarquía de la Iglesia. Hay que replantear la fe desde una cristología renovada en la que la humanidad del judío Jesús sea el referente fundamental. La fe en Dios está mediatizada por la fe en Jesucristo y esta remite a un proyecto de vida con sentido, en el que la dimensión religiosa abre horizontes de significado y de motivación. Lo cual exige replantear teologías sobre Jesús, y en especial la cristología paulina, que desplazan su oferta de salvación y responden a cuestiones diferentes de las nuestras. Se hace necesaria una transformación del imaginario cultural y religioso sobre Dios que se apoye en el cambio que se dio en el mismo Jesús. El mensaje del Nuevo Testamento, incluidos los evangelios, ha de ser contextualizado histórica y culturalmente. El proceso de desmitificación del Nuevo Testamento ha de
  • 16. tener continuidad y abarcar también la tradición dogmática para que la fe resulte comprensible, comunicable y creíble en una cultura determinada por el escepticismo. La identidad cristiana remite a la discontinuidad cultural, y desde ambas hay que deconstruir y reconstruir los contenidos de la fe para responder a la pregunta: ¿qué decimos cuando hablamos de Dios? El mundo es una proyección cerebral Los órganos de los sentidos son completamente neutrales El cerebro proyecta al mundo exterior lo que genera internamente y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. En realidad, quien ve, oye, huele, gusta y siente, es el cerebro. Los órganos de los sentidos son, en lo que a esto respecta, completamente neutrales. Luego no existe “un” mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes estímulos que en él se encuentran. Por Francisco J. Rubia (*). El cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. Imagen: Peripitus. Fuente: Wikimedia Commons. La neurociencia nos dice que las cualidades secundarias de los objetos son creaciones del cerebro. Esto significa que los colores, sonidos, olores, gustos y el frío y el calor no están en la realidad exterior, sino que son atribuciones que las distintas regiones de la corteza cerebral hace a los impulsos que llegan de los órganos de los sentidos. Distintos tipos de energía inciden sobre los receptores que están localizados en los órganos de los sentidos y estos se encargan de traducir estos tipos de energía al único lenguaje que el cerebro entiende: los potenciales eléctricos, llamados potenciales de acción, que son iguales todos, procedan de la retina, del oído interno, de la mucosa olfativa, de las papilas gustativas o de la piel. Así, por ejemplo, en la visión, las radiaciones electromagnéticas de una determinada longitud de onda inciden sobre los fotorreceptores de la retina que traducen este tipo de energía en energía eléctrica en forma de potenciales de acción. En la audición, son las ondas sonoras las que llegan al oído interno como energía mecánica, y es traducida igualmente a energía eléctrica en forma de potenciales de acción que no se distinguen de los potenciales de acción de la retina. Hacemos colores y sabores Esto no es nada nuevo. Demócrito, Galileo, Descartes, Hobbes y Locke ya lo habían dicho, pero sigue siendo algo “contraintuitivo”, es decir, que está en contra de lo que llamamos sentido común o intuición, por lo que nos cuesta trabajo comprenderlo y asumirlo. El filósofo napolitano Giambattista Vico, en su libro La antiquísima sabiduría de los italianos, decía que “si los sentidos son facultades, viendo hacemos los colores de las cosas; degustándolas, sus sabores; oyéndolas, sus sonidos; y tocándolas, hacemos lo frío y lo caliente”. Con otras palabras: el cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. En realidad, quien
  • 17. ve, oye, huele, gusta y siente es el cerebro. Los órganos de los sentidos son en ese sentido completamente neutrales. Una respuesta especializada De acuerdo con esto podemos responder a la pregunta que se hacían los discípulos del filósofo irlandés George Berkeley. Estos discutían sobre si se oiría algún ruido cuando caía un árbol en el bosque y nadie estuviera presente para oírlo. De acuerdo con lo dicho anteriormente, parece evidente que no se oiría ningún ruido precisamente porque no había nadie que lo oyese. Rita Carter, periodista británica especializada en el cerebro humano, se pregunta por qué un estímulo determinado se percibe con regularidad como un sonido, mientras que otra clase de estímulo se percibe como un visión. Responde que cada uno de los órganos de los sentidos está intrincadamente adaptado para hacerse cargo de su propio tipo de estímulo, y traduce estos tipos de estímulos a pulsos eléctricos. Todos estos pulsos son iguales y la corteza cerebral que se encarga de recibirlos está especializada en atribuir esas cualidades secundarias a los pulsos que recibe. No existe un solo mundo Existen animales que tienen la capacidad de captar energías que nosotros no podemos captar. Por ejemplo, las serpientes que tienen detectores para los rayos infrarrojos que les permiten detectar el calor de las presas. O el sistema de la línea lateral de los peces que pueden así detectar los movimientos y las presiones del agua circundante. O el sistema sonar de los murciélagos que les permite mediante la producción de sonidos de alta frecuencia registrar el eco de esos sonidos y de esa manera orientarse a ciegas en el espacio. El “mundo exterior” de estos animales tiene que ser completamente distinto al nuestro. Luego no existe “un” mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes estímulos que en él se encuentran. “Exploración de las fuentes del río Orinoco”, de la pintora surrealista española y mexicana, Remedios Varo, especializada en el retrato de ensoñaciones. Fuente: Wikipedia. Proyecciones cerebrales y figuras sobrenaturales La cuestión que se plantea es que si el cerebro tiene dificultades en diferenciar lo que ocurre en lo que he llamado en otro lugar la primera realidad, o realidad cotidiana, ¿ocurre también lo mismo en la así llamada “segunda realidad” a la que se accede en las experiencias místicas, religiosas, numinosas, espirituales o de trascendencia? Si así fuese, entonces los seres sobrenaturales que en estas experiencias se perciben serían asimismo generados en el propio cerebro y proyectados al exterior haciéndonos creer que están “ahí afuera”. Y, sin embargo, seres sobrenaturales que se ven en los ensueños no se consideran “fuera”, sino dentro del cerebro. Hemos aprendido probablemente a lo largo de la historia que estas apariciones en los ensueños no son reales, aunque en la Antigüedad los dioses que aparecían en los ensueños eran considerados como si lo hiciesen en la realidad cotidiana. Los contenidos de los ensueños eran tenidos como mensajes divinos. El ensueño se juzgaba como un vehículo para que los dioses expresasen su voluntad a los humanos. Aunque no se conoce que Aristóteles exprese esta opinión, sin embargo a partir de él se abrió paso la interpretación del origen divino de estos fenómenos, en la que se suponía que los humanos entraban en contacto con los seres sobrenaturales. Para el filósofo estoico Posidonio, del siglo II a.C., el ser humano entra en contacto con los seres sobrenaturales en tres ocasiones: en el delirio profético, en el ensueño y en la muerte. Y Artemidoro, también del mismo siglo, en su Interpretación de los sueños, divide los sueños en provocados y divinos; estos últimos, como el nombre indica, de origen sobrenatural.
  • 18. En Homero, las figuras que aparecen en los ensueños pueden ser o un dios, un espíritu, un mensajero o cualquier otra imagen. La aparición en los ensueños de un figura sobrenatural puede tener una misión profética, dar consejos o proferir alguna advertencia. El estudioso irlandés de los clásicos Eric R. Dodds, en su libro The Greeks and the Irrational, explica que para conseguir que se produjera un ensueño “divino” se han practicado en muchas sociedades ciertas técnicas, como la soledad, la oración, el ayuno, la mortificación, etc., es decir las mismas que suelen utilizarse para entrar en lo que denomino “segunda realidad” o trance extático. Por eso es difícil entender que hoy consideremos los ensueños como productos cerebrales, pero sigamos juzgando las visiones obtenidas en los trances como productos de seres sobrenaturales. Creo que ya es hora de que a fenómenos iguales o parecidos les adjudiquemos un origen similar o igual. No se entiende que las apariciones de seres sobrenaturales en las visiones de místicos o “iluminados” se entiendan como “reales” en el sentido normal de la palabra mientras las que tienen lugar en los ensueños no. A fin de cuentas, lo que denomino “segunda realidad” es el resultado de la hiperactividad de estructuras del cerebro emocional. Y en los ensueños es precisamente el cerebro emocional el que está activo. Por tanto, es lógico pensar que las figuras sobrenaturales que aparecen en ambas visiones no sean otra cosa que proyecciones cerebrales. (*) Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad. Lo trágico de la comedia en el teatro de Nikos Kazantzakis Daniel Alejandro Colmenero González febrero 1, 2015 El autor es promotor de lectura y coordinador de talleres literarios a nivel superior y medio superior por parte de la Revista Luvina, miembro del equipo de la revista cultural independiente Delta, ha colaborado en las revistas literarias Numen y Vaivén, actualmente cursa el último semestre de la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. (Guadalajara, Jalisco, 1992). … “Comedia”, de Nikos Kazantzakis, resulta muy interesante porque desde un inicio nos encamina hacia dos direcciones distintas relacionadas al género dramático: por una parte el título “Comedia”, nos lleva a pensar que las acciones a desarrollarse son de carácter risible, que los personajes son arquetípicos, y que los conflictos son acciones de la vida cotidiana; por otra parte vemos que la obra es una tragedia dado que los personajes se enfrentan a la fatalidad, al destino, al designio divino, y la conclusión lleva a los personajes a tocar lo ínfimo, dejándolos degradados por los conflictos presentados. No podemos decir que es una tragicomedia dado que estos dos géneros no se asimilan concretamente dentro de la obra. El título tiene el objetivo de llevarnos a una reflexión profunda y está íntimamente ligado a un conjunto de conceptos que signan la obra. Estos conceptos aparecerán constantemente, ya sea de manera evidente o de manera velada, desde el inicio hasta el final. El concepto que predomina retoma al existencialismo, puesto que nos presenta una forma distinta de la realidad. El primer caso se encuentra en el preámbulo, en donde nos dice: “Esta comedia se representa en el cerebro del hombre a la hora de la agonía cuando el alma se eleva hacia la
  • 19. sublime y totalizante coronación de la vida” (Kazantzakis, 1909). Antes de entrar a la obra el preámbulo nos sitúa en un lugar y momento específicos que nos hacen cuestionar la realidad en donde sucederán los hechos posteriores. El carácter existencialista se refuerza con la situación de los personajes, dado que se da a entender que están muertos, a pesar de que actúan como seres naturales, por lo que nos remite a esta filosofía espiritual que plantea que el cuerpo muere pero el alma prevalece. Un aspecto existencialista más es la espera de Dios, que nunca tiene su aparición, ya que nos habla de una posibilidad de la vida, posterior a la muerte. Pasando a un segundo concepto podemos nombrar a la espera, ya que las acciones de todos los personajes se encuentran subordinadas por este concepto. Todos esperan con insistencia la llegada de Dios, y sin embargo éste jamás aparece. Es una espera frustrada que los lleva a quedarse estancados en el mismo sitio, que les impide una trascendencia y los deja en el olvido. Como tercer constante podemos nombrar a la búsqueda, que aparece desde un inicio, con la pareja de ancianos. Estos dos ancianos en sus diálogos nos remiten a la búsqueda del secreto de la vida: “Con triste paciencia yo sólo interrogaba a los pesados libros, pidiéndoles que me dijeran el secreto de la vida”. La pareja de ancianos nos habla de una búsqueda infructífera que termina al mismo tiempo que su existencia. Vemos aquí el fracaso de otro de los conceptos. Un concepto más es el recuerdo, el hecho de develar quiénes son, quiénes han sido en vida, es el recurso que utilizan para darse a conocer, para continuar con la búsqueda de lo que fueron, y de lo que esperan. El par de ancianos nos cuenta el recuerdo de lo que fueron, así mismo, el Asceta y el Obrero hablan de lo que recuerdan haber sido en vida, en donde dejan ver un recuerdo completamente triste y vacío: EL ASCETA.-‐ ¿Y tú qué eras en la vida? EL OBRERO.-‐ ¿Yo? Nada, nada. Una cosa que trabajaba durante cincuenta años y lloraba y tenía hambre y a la que golpeaban. (Kazantzakis, 1909) Un concepto más, que no es el último pero que será con el que se hará el cierre del cuerpo, se encuentra relacionado con el espacio, ya que tiene cierta peculiaridad. En primera instancia el preámbulo nos señala una espacialidad abstracta: dentro del cerebro humano. Posterior al preámbulo se encuentra un apartado denominado “situación existencial de la obra”, que nos describe el espacio como un lugar cerrado, en donde hay una puerta que se abre y se cierra constantemente. El espacio limita de cierta forma las acciones de los personajes, ya que todos los presentes se encuentran esperando, en lugar de salir a buscarlo, dado que Dios no llega. Nadie tiene la iniciativa de ir a buscar a Dios, aun cuando pierden las esperanzas de su llegada. Estos conceptos en conjunto nos remiten de nuevo al título porque de cierta manera nos hace reflexionar la condición humana en la que el hombre se encuentra limitado por una espera falsa, por una promesa incumplida que los lleva a someterse a la resignación. En apariencia la desgracia de estos personajes no es cómica, dado que el sufrimiento de los personajes es terrible. Sin embargo la función de la comedia no radica sólo en el humor como tal, sino que trata de ridiculizar los vicios y los defectos humanos para crear este efecto. De alguna manera la obra ridiculiza a los personajes por su sometimiento y su incapacidad de actuar ante los problemas. Por tanto, la obra se convierte en una burla que degrada estos errores humanos que forman parte de la conducta de la sociedad actual. … Bibliografía Nikos Kazantzakis: Comedia… Tragedia en un acto. Traducción de Roberto Quiroz Pizarro. En Roberto Quiroz Abismo y Fe: Aproximaciones a la Comedia de Kazantzakis. Santiago: Centro de Estudios Griegos, Neohelénicos y Bizantinos “Fotios Malleros”, 1998.
  • 20. El papel del mito en el desarrollo de la filosofía Resumen: La problematización filosófica, la preocupación por la verdad y el ser de los entes es en gran parte una herencia del mito, a partir del cual evolucionan la literatura, el lenguaje y el pensamiento racional. Talía Morales El mito surge en las sociedades arcaicas con el fin de dar sentido a lo que carecía de él, es una historia de gran valor que revela los secretos del mundo y sus inicios; además de ser sagrado, el mito es un modelo a seguir en la comunidad. Para los griegos mythos significaba “lo que se ha dicho”, era una representación de su historia, lo que hacía comprensible y significativa su existencia. [1] El mito, al considerarse una narración sagrada, es considerado también una historia verdadera; relata el origen del Mundo y de los seres, su historia y su pasado. El mito, por lo tanto, no da una simple explicación del surgimiento de las cosas, también es el suelo de los hombres, la tierra donde pueden estar plantados, el sostén de su realidad. El hombre de antaño trata de dar respuestas a los fenómenos que están fuera de él y de su comprensión, ante su ignorancia sólo le queda creer en los relatos míticos, revelados a los hombres por los mismos dioses. La mitología resuelve todos los problemas que causa la falta de sentido, el miedo a la muerte y todo lo que el ser humano no es capaz de comprender. A pesar de que no se encuentren propiamente en el terreno filosófico, los mitos dan pauta a su surgimiento y si bien éstos son una creencia, que como tal, muestra signos de fe y no de razón, es el primer esbozo de un pensamiento más científico. Durante todo el desarrollo de la cultura griega hay una continuidad, desde los inicios del mito en la oralidad hasta la redacción de textos filosóficos, en la evolución de las formas de pensar. El mito, poco a poco, se va racionalizando y lentamente pierde su carácter poético metáforico para convertirse en prosa argumentativa. “La poesía, el canto y los ritos religiosos eran los medios a través de los cuales se accedía a la verdad (mítica). La verdad filosófica no poseía ninguno de estos medios y en cambio sí podemos destacar el uso de la prosa, en lugar del uso de la poesía, debido al paso que supuso el entender el mundo bajo una mirada filosófica respecto de la mítica.” [2] Rubens. Alegoría de las bendiciones de la paz La transformación del discurso mítico en lógico tiene que ver con la situación histórica que atraviesa la antigua Grecia. El rey deja de ser el responsable del acaecer del pueblo dejando un espacio vacío, las invasiones de los dorios y la destrucción del equilibrio en que vivían las culturas micénica y minoica abren una brecha de enormes alcances. A la par de estos acontecimientos comienza a darse el uso de la moneda, que permite la
  • 21. universalización del valor; hacia el siglo VIII a.C. comienza a usarse la escritura alfabética (se introduce el término “lo”, que hace posible hablar de universales, de lo común de las cosas [3]) y el saber comienza a ser público. La vida cambió y el pensamiento también. El mito, que es el primero en pretender solucionar los problemas de la creación, no desapareció ni se olvidó, más bien fue modificado y se usó de otra manera. [4] La revelación contenida en los primeros relatos épicos, cambia y se sustituye por la inspiración de las musas. La verdad deja de ser absoluta debido al olvido y la ambigüedad en la palabra, lo que hace frágil al logos o pensamiento racional. Ese movimiento argumentativo se convirtió finalmente en la tragedia griega. La tragedia aportó al mundo clásico, de la cultura griega, una nueva perspectiva. Marca la importancia de las instituciones sociales, escenifica a la ciudad y revoluciona las formas de la escritura, pues se escribe para ser representada; se involucra en el terreno de la experiencia humana creando la “conciencia trágica” y apoyando el desarrollo de la ética socrática. “[…] el género trágico hace su aparición a finales del siglo IV, cuando el lenguaje del mito deja de estar en conexión con la realidad política de la ciudad. El universo trágico se sitúa entre dos mundos, haciendo […] referencia al mito por una parte –concebido en adelante como perteneciente al tiempo remoto, pero aún presente en las conciencias– y por otra a los nuevos valores […] En el conflicto trágico, el héroe, el rey o el tirano aparecen insertos aún en la tradición heroica y mítica, pero la solución del drama se les escapa […]” [5] La tragedia constiste en la conciencia de que ningún hombre, por más excelente que sea, se salva del incontenible devenir del mundo, su existencia está siempre limitada por la muerte. Este género literario no inventa los personajes ni la intriga de sus obras, los retoma de la tradición poética anterior. “Pero en el espacio de la escena y en el contexto de la representación trágica, el héroe deja de ser el modelo que era […] se ha convertido en el problema. Lo que había sido contado como el ideal de valor, como piedra de toque de la excelencia, se ve puesto en tela de juicio ante el público, en el transcurso de la acción y a través del juego de diálogos, el debate, el examen del que el héroe será objeto […]”. [6] El mito muestra la virtuosidad de un hombre excelente que, sin embargo, no deja de ser hombre y se muestra vulnerable e indefenso. La historia mítica dentro de la tragedia señala un tiempo remoto y a la vez presente, pues a pesar de que los héroes no pertenecen a esa época, los problemas que en ellos se presentan pueden ser los de cualquiera. “De esta manera, la tragedia plantea al espectador una pregunta de alcance general sobre la condición humana, sobre sus límites y su necesaria destrucción.”. [7] La tragedia, como el mito, tiene funciones educativas, funciones que cambiaron con la transformación del pensamiento. El texto trágico refleja las nuevas inquietudes que el mito en sí mismo ya no era capaz de resolver. El hombre comenzó a preguntarse ya no sólo por el origen del mundo, sino también por el ser o estar en el mismo. A partir de la tragedia los actos de los individuos más virtuosos son cuestionados, la acción en general es cuestionada como un efecto de la voluntad pero, ¿de quién? ¿Son los dioses los que
  • 22. deciden en definitiva el rumbo de la humanidad, o son acaso los procesos cósmicos, o quizá los mismos hombres los que libremente deciden? El Universo es considerado como un orden que surge de los procesos cósmicos o de la voluntad divina, mas no del hombre, que nada puede hacer para alterar el curso de los acontecimientos. “[…] dado que el tiempo es eterno y el mundo también lo es, los dados ya están echados, es decir, todo lo que sucedió, sucede y sucederá ya estaba pre- determinado, sin que las cosas puedan ser de otro modo. […] la noción de un destino o fatum que todo lo domina, alcanza a todo lo que existe, incluído el hombre y su libertad, por lo que a éste sólo le queda vivir su propio tiempo, que no es más que un momento en el funcionamiento de la gran máquina del Eterno Retorno.”. [8] Es muy difícil encontrar dentro de la cultura griega clásica un pensamiento totalmente desligado del mito. La tradición que ha venido desde épocas muy remotas, incluso antes de la escritura, es sin duda parte de la creencia popular y pauta para el desarrollo de su intelecto. La razón siempre razona sobre algo; es el fundamento y la explicación de lo que se ha dado, pero necesita bases, no surge de la nada. “En el pensamiento mitológico tendríamos una noción de Verdad que es impuesta a los hombres por los dioses, héroes o reyes a través de los poetas y los ritos. La Verdad es sacar a la luz las hazañas de los humanos por lo que tienen de divino. Nadie puede cuestionar o criticar la verdad, sólo se cree y se acepta sin más”. [9] En la tragedia las cuestiones o verdades se revelan más por los actos humanos; un solo acto, de cualquier hombre, puede hacer que su vida cambie, que se vea favorecido o despreciado por los dioses. La inquietud que se tiene en ambos pensamientos –el mítico y el filosófico– es la búsqueda de la verdad, la comprensión de la existencia y de lo existente. “El pensamiento mítico conseguía acceder a ella (la verdad) a través de la memoria que proporcionaba la poesía, los cantos de las hazañas de los dioses y sus creaciones, permitiendo así que se revelase la verdad del mundo, objetivo perseguido también por la filosofía pero a través del método de la investigación, del razonamiento y del comportamiento de los hombres.”. [10] A pesar de que los cambios que sufre el pensamiento y los nuevos planteamientos sobre el mundo, la cultura griega no se deslinda del todo del valor mítico, los dioses continúan siendo parte de su cosmos, e incluso filósofos posteriores como Platón y Aristóteles continúan teniendo por base esa gran tradición mitológica. El mito no es sólo fundador en el principio de la civilización, sino que llega con la tradición hasta los textos ya propiamente filosóficos, evoluciona junto con las formas de escribir, con el lenguaje y los nuevos cuestionamientos. El mito es la primer respuesta que logra dar el ser humano a todas sus interrogantes existenciales, es el punto de partida que dio sentido y base a la conformación de la civilización. La filosofía no es sólo una nueva forma de pensar y conocer, es también una nueva forma de escritura, surgida de dos formas literarias importantes: la poesía lírica y la tragedia.”. [11] Notas. [1] V. García, Gual. Introducción a la mitología griega. Madrid, Alianza, 1999. p.14
  • 23. [2] Cfr. “El mito griego” de Samadhi Aguilar Rocha. En A parte Rei, Revista de filosofía.http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/aguilar55.pdf [3] Cfr. Ong, Walter J. Oralidad y escritura. FCE. [4] Crf. Morey, Miguel. Los presocráticos, del mito al logos. España, Montesinos, 1988. pp 15-20 [5] Vernant, Jean-Pierre; Vidal-Naquet, Pierre. Mito y tragedia en la Grecia antigua. Trad. Mauro Armiño. Barcelona, Paidós, 1987. [vol I] pp. 12 [6] Vernant, Jean-Pierre; Vidal-Naquet, Pierre. Mito y tragedia en la Grecia antigua. Trad. Ana Iriarte. Barcelona,Paidós, 1989. [vol II]. p.82 [7] Ibid. p. 86. [8] “Dos visiones del tiempo y la eternidad” de Verónica Benavides Gónzalez.http://arpa.ucv.cl/archivum4/historia%20antigua/dos%20visiones%20del%20t iempo…v.benavides.pdf [9] Cfr. “El mito griego” de Samadhi Aguilar R. [10] Cfr. “El mito griego” de Samadhi Aguilar R. [11] Morey, Miguel Op. cit. p. 21 “Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?”, lema del Día del Seminario MJ / 2 días ago El próximo 19 de marzo se celebra el Día del Seminario. Este año, la Conferencia Episcopal española ha elegido un lema teresiano, y los materiales que ofrece para la reflexión y la celebración están orientados desde la enseñanza de la santa doctora. REFLEXIÓN TEOLÓGICO-PASTORAL «Siervos del Amor» Celebrar en España cualquier acontecimiento eclesial en este Año Jubilar Teresiano nos lleva a buscar en la palabra de santa Teresa aquella luz que ella recibió para la Iglesia. Ser ministro ordenado en esta Iglesia de Cristo en el corazón de Teresa es descubrirse como «siervo del amor», y haberle dado a Dios la honra (cf. V 11, 1-4). Es determinarse a ser pobres, no buscando en el ministerio el camino no solo para que no falte lo necesario, sino incluso lo superfluo. Olvidar que tal puesto no lo es para granjear privilegios. Abrirse a una voluntad que nos envuelve en esa realidad que es hacerse «siervos del amor». Alcanzar esta meta es fruto de una intensa vida de gracia, que nace de la propia determinación personal, abierta a Dios, y de saberse alentado por aquellos miembros de la Iglesia
  • 24. que viven el ministerio ordenado como una gracia para la iglesia. Descubramos desde santa Teresa estas dos facetas. «Capitanes del castillo o ciudad» (CE 3, 2) Acercarse a las páginas del Camino de Perfección en las que Teresa desvela su propósito fundacional, «Orar por los capitanes de este castillo» (CE 3, 2), no siempre puede traducirse en una situación idéntica a la nuestra, por ello su descripción, siempre viva y realista, se puede ampliar a momentos presentes, sin tergiversar su sentido. Quien duda de que teólogos y letrados lo estaban, como bien nos lo dice la santa, en las religiones. Eran ministros ordenados en el seno de las Órdenes religiosas. El impulso dado a la formación del clero a partir de Trento nos permite aplicarlo hoy a quienes en la Iglesia se preparan para el ministerio ordenado con una seria formación teológica. Solo así, entiende santa Teresa, se convertirán en ese brazo eclesiástico que valdrá más en la lucha, contra la herejía luterana tal y como se vivía en aquella Iglesia de Castilla, cuya corona ostentaba Felipe II, y que hoy lo es frente a un mundo ajeno al seguimiento de Jesús, por una vida verdaderamente evangélica. Nuestro tiempo necesita también ministros ordenados que puedan ser garantía para la Iglesia de una victoria frente a las realidades que destruyen la verdadera fe en nuestro mundo. No es presunción la que lleva a santa Teresa a lograr su intento, sino la convicción de que una vida retirada y contemplativa como la suya ha de asociarse en la oración a aquellos capitanes que ella entiende sirven a la Iglesia con su arrojo en la batalla: «Pensáis, hijas mías, que es menester poco para tratar con el mundo y vivir en el mundo y tratar negocios del mundo, y hacerse como he dicho a la conversación del mundo, y ser en la interior extraños del mundo y enemigos del mundo y estar como quien está en destierro, y en fin, no ser hombres sino ángeles» (CE 3, 4). El proyecto teresiano no ha surgido como relámpago en una noche oscura, sino que ha sido largamente madurado. Ahora que comprende bien para qué las juntó el Señor, sabe también, pues fue su caso, que es la dinámica de una oración responsable, con fuerte determinación, la que puede llegar a forjar vidas auténticamente despegadas de sí y de las realidades de este mundo. No es de extrañar, pues, que se pida hoy en la Iglesia, que quiere ser verdadero misterio de comunión y vida, un serio compromiso con los pobres, nacido de un auténtico aprecio del desprendimiento y la pobreza. Es bueno recordar, de la mano de Teresa, que esta valoración de la vida desprendida de falsa honra y riquezas se alcanza como gracia y don de Dios. «En el espíritu de la verdadera pobreza» Conocer a fray Pedro de Alcántara le descubrió a Teresa el valor de la pobreza. Sin embargo, fue la gracia de una oración abierta a Dios -en la que Dios mueve su vida-, el desearla en su más hondo sentido, como una gracia que abre su vida a los demás, así le parece y lo confiesa al padre Pedro Ibáñez en la primera cuenta de conciencia: «Deseo de pobreza, aunque con imperfecciones; más paréceme que, aunque tuviese muchos tesoros, no tendría renta particular ni dineros escondidos para mí sola, ni se me da nada, solo querría tener lo necesario. Con todo, siento tengo harta falta en esta virtud, porque, aunque para mí no lo deseo, querríalo tener para dar, aunque no deseo renta ni cosa para mí» (CC 1, 16). En este sentido el Concilio Vaticano II ha invitado a vivir esa pobreza voluntaria a los ministros sagrados: «Guiados, pues, por el Espíritu del Señor, que ungió al Salvador y lo envió a evangelizar a los pobres, los presbíteros, y lo mismo los obispos, mucho más que los restantes discípulos de Cristo, eviten todo cuanto pueda alejar de alguna forma a los pobres>> (PO, n. 17). Estas primeras inquietudes conciliares se vinieron a desarrollar en la «opción preferencial por los pobres», que, como fruto del Espíritu, será uno de los grandes deseos pastorales de la Iglesia pos conciliar. En este sentido el papa Francisco ha dedicado todo un apartado del capítulo cuarto de la Evangelii gaudíum a los pobres y a la dinámica evangelizadora que resulta de un acercamiento a ellos, nacido como en santa Teresa del deseo de escuchar su clamor desde una profunda conversión en la oración al Dios de los pobres. Es esta la gran lección de santa Teresa. No se acerca a los pobres desde unas meras inclinaciones de su afecto natural a los pobres, viene a ellos movida por esa oración que trae estos frutos: «Paréceme tengo mucha más piedad de los pobres que solía, teniendo yo una lástima grande y deseo de remediarlos, que, si se mirase a mi voluntad, les daría lo que traigo vestido. Ningún asco tengo de ellos,
  • 25. aunque los trate y llegue a las manos. Y esto veo es ahora don de Dios, que aunque por amor de él hacia limosna, piedad natural no la tenía. Bien conocida mejoría siento en esto» (CC 2, 4). Esta conciencia que brota del aliento del Espíritu que anima a la Iglesia es la que vuelve a recibir con renovado sentido la Iglesia de nuestros días, y con ella el compromiso de sus ministros. Sabemos, como nos dice el papa Francisco, que el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres (EG, n. 197), de modo que esta opción percibida por la Iglesia se constituye en una categoría teológica. Esta inclinación tal y como nos lo puede venir a descubrir santa Teresa nace de esa comunicación viva con el Señor. Toda acción eclesial en este sentido debe venir marcada por esta conciencia abierta a Dios, que nos permite superar los meros intereses demagógicos y economicistas. La fuerza del Espíritu ha de venir a mover también las macro-relaciones de los pueblos para impulsar una verdadera acción en favor de los pobres. ¿Y por qué no acudir a Dios para que inspire sus planes? Estamos convencidos de que partiendo de una apertura a la trascendencia podría formarse una nueva mentalidad política y económica que ayudaría a superar la dicotomía absoluta entre la economía y el bien común social (EG, n. 205). Si en la sociedad de santa Teresa el compromiso por los pobres inspirado por Dios despertaba en el corazón, tal y como ella lo testimonia, esa piedad para con los pobres, eso conllevaba el so correrlos eficazmente; hoy, la Iglesia, y con ella sus ministros, se ve alentada a promover entre los hombres esas estructuras sociales que remedien la situación de tantos pobres en el mundo. Fuente: Conferencia Episcopal Española  Reflexión teológico-pastoral  Subsidio litúrgico  Catequesis para niños, adolescentes y jóvenes  Catequesis para adultos  Estampa  Cartel  Textos Santa Teresa El conocimiento propio según Teresa de Jesús MJ / Fray Oswaldo Escobar, ocd Superior Provincial de América Central En los tiempos de Teresa, no existía toda la gama psicológica y psicométrica que ahora tenemos. El orante moderno ha de aprovechar, todo lo que ahora se le ofrece como ayuda para conocerse más concienzudamente. Sin embargo, la Santa abulense estaría en contra de dos extremos en los cuales habitualmente se cae con mucha facilidad, son: los psicologismos extremos y por otro lado, espiritualismos evasores. En la experiencia Teresiana el perfecto equilibrio en estas dos dimensiones: la de la que podríamos llamar la psicología de su tiempo (conocimiento propio) y la espiritualidad (conocimiento desde Dios) da la certeza que una persona en verdad se está conociendo atinadamente. El estudio que haremos pretende ser un humilde aporte a un tema tan abordado en Teresa de Jesús. No pretendo decir nada que no se conozca sobre este tema, tal vez la única originalidad es agrupar diversos puntos que están dispersos en su doctrina y que inciden en la tarea del conocimiento propio, intentaré además abordar el tema desde la dinámica del discernimiento espiritual teresiano. Contenido 1. ¿Qué es el conocimiento propio?
  • 26. 2. Peligros en el conocimiento propio: “el demonio… tuerce el propio conocimiento” Virtudes para condenar; el caso de los principiantes. La tentación del saborear indiscretamente los gustos espirituales. Falsos fervores, con la finalidad de enfriarlos en la caridad para con el prójimo. 3. La vida de Teresa integrada en Dios por medio de la oración. 4. El conocimiento propio desde Dios: la propuesta de Teresa de Jesús 5. Ayudas para el conocimiento propio 5.1. Cristo empuja al conocimiento propio. 5.2. La ayuda de las amistades orantes. 5.3. La ayuda de las críticas. 5.4. La ayuda de las miserias personales: “Con regalos grandes castigabais mis delitos” (V 7,19). 5.5. La ayuda de los halagos y reconocimientos. CONCLUSIONES Descargar el documento en Word / PDF Fundamentalismo de Occidente y del Extremo Occidente Leonardo Boff El fundamentalismo islámico es predominante. Pero hay también una ola de fundamentalismo, especialmente en Francia y Alemania, donde aparecen con fuerza la xenofobia, la islamofobia, y el antisemitismo. Los varios atentados de al-Qaeda y de otros grupos yihadistas alimentan ese sentimiento que deshumaniza a todos: a las víctimas y a los que causan las víctimas. Podemos comprender los contextos globales que subyacen a la violencia terrorista, pero jamás, por ningún motivo, aprobarlas por su carácter criminal. En varios grupos del islam el fundamentalismo es radical, creando un nuevo tipo de guerra: el terrorismo. Actualmente es ofensivo acusar a alguien de fundamentalista. Generalmente sólo los otros son fundamentalistas, olvidando, no es raro, que quien acusa vive también en una cultura de fundamentalista. Sobre esto quiero detenerme brevemente, aunque irrite a no pocos lectores. Me refiero al fundamentalismo presente en amplios sectores de Occidente y del Extremo Occidente (las Américas). Históricamente el fundamentalismo, que ya pre-existía, ganó cuerpo en el protestantismo norteamericano
  • 27. entre 1890 y 1915 cuando un grupo de pastores publicó una colección de 12 fascículos teológicos con el título Fundamentals: a testimony of the Thruth (Fundamentos: un testimonio de la verdad). En él se afirmaba el carácter absoluto de las verdades de fe, contra la secularización, fuera de las cuales solo podría haber error. Ese fundamentalismo perdura todavía hoy en muchas denominaciones cristianas y en sectores del catolicismo conservador al estilo Lefebvre. Diría con cierta exageración, pero tampoco tanta, que el fundamentalismo es una de las enfermedades crónicas de Occidente y también del Extremo Occidente y una de las más deletéreas. Está tan arraigada que se ha vuelto inconsciente pero fue bien expresada por el político más hilarante y grosero de Europa, Silvio Berlusconi, que declaró que la civilización occidental era la mejor del mundo y, por eso, debía ser impuesta a todos. Cito dos tipos de fundamentalismo: uno religioso y otro político. El cristianismo de versión romano-católica fue durante siglos la ideología hegemónica de la sociedad occidental, del orbis catholicus. En esta lógica se ve el absolutismo de dos Papas, como una expresión clara de fundamentalismo. El Papa Alejandro VI (l492-1503) por la bula Inter Caetera destinada a los reyes de España determinaba: «Por la autoridad de Dios todopoderoso a nos concedida en San Pedro, así como el vicariato de Jesucristo, os donamos, concedemos y entregamos con todos sus dominios, ciudades fortalezas, lugares y villas, las islas y las tierras firmes halladas y por hallar». Esto fue tomado en serio y legitimó la colonización española con la destrucción de etnias, culturas y religiones ancestrales. El Papa Nicolás V (1447-1455) en la bula Romanus Pontifex dirigida a los reyes de Portugal es aún más arrogante: «Concedo plena y libre facultad para invadir, conquistar, combatir, vencer y someter a sarracenos y paganos en cualquier parte que estuvieren y reducir a servidumbre perpetua las personas de los mismos». También esa facultad fue ejercida en el sentido de «dilatar la fe y el imperio» incluso a costa del exterminio de nuestros indígenas (eran 6 millones) y de la devastación de nuestras selvas. Esa versión religiosa alcanzó una traducción secular en los colonizadores que practicaban tal terror sobre los pueblos. Lamentablemente esta versión absolutista fue resucitada por un controvertido documento del entonces cardenal Joseph Ratzinger, Dominus Jesus (2001), donde reafirma la idea medieval de que fuera de la Iglesia no hay salvación. Los demás están en situación de peligro ante la salvación eterna. La versión religiosa anterior ganó expresión política por el Destino Manifiesto de Estados Unidos. Esta expresión fue acuñada en 1845 por el periodista John O ‘Sullivan para justificar el expansionismo norteamericano, como en la anexión de parte de México. En 1900 el senador por Indiana, Albert Beveridge explicaba: «Dios designó al pueblo norteamericano como nación elegida para dar inicio a la regeneración del mundo». Otros presidentes, especialmente George W. Bush, se remitieron a esa pretenciosa exclusividad. Ella justificó guerras de conquista especialmente en Oriente Medio. Parece que en Barak Obama no está totalmente ausente. En resumen concentrado: los dos Occidentes se imaginan los mejores del mundo: la mejor religión, la mejor forma de gobierno, la mejor tecnociencia, la mejor cosmovisión. Esto es fundamentalismo que significa hacer de su verdad la única e imponerla a los demás. Esa arrogancia está presente en el consciente y en el subconsciente de los occidentales. Gracias a Dios, creamos también un antídoto: la autocrítica sobre los males que ese fundamentalismo ha traído para la humanidad. Pero no es compartido por la colectividad. Viene a la medida la frase del gran poeta español Antonio Machado: «No tu verdad. La verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela». Si la buscamos juntos, mediante el diálogo y la cordialidad, entonces desaparece cada vez más mi verdad para dar lugar a la Verdad comulgada por todos. Y así se puede, quien sabe, limitar el fundamentalismo en el mundo en los dos Occidentes. Sí, se puede; yes, one can
  • 28. SalamancaRTV al Día César Estrada Chávez (¡no confundir con Hugo R. Chaves Frías, militar y político, presidente que fue de Venezuela!) nació en Arizona. EE.UU., el 31 de marzo de 1927 y murió el 23 de abril de 1993. La fecha de su nacimiento es fiesta oficial en los estados de Arizona, California, Texas y Colorado para recordar su larga lucha por los derechos de los campesinos estadounidenses. Es una de las grandes figuras en la lucha por los derechos humanos y de él escribió el presidente Clinton: “Era como un Moisés para su gente” Vivió de niño en el barrio “Get Out If You Can” (Sal si puedes ) en las afueras de San José. ¡Qué nombre para un barrio de miseria! Y logró salir, a pesar de todo. Y desde la conciencia de aquella experiencia inició después su camino de lucha para que los campesinos salieran del círculo de la explotación y de la pobreza. Por eso Sí, se puede (yes, one can/I can ), fue la consigna que adoptó como lema de muchas de sus campañas y que Obama utilizaría muchos años más tarde en su campaña electoral de 2008, canción famosa incluida y con el hijo de Bob Dylan por medio. Hasta aquí la historia, tan resumida, de Chávez el de Arizona y el homenaje a su lucha por los últimos, aunque habría que recordar también su ambigua postura ante los inmigrantes mejicanos con su idea, y práctica, de la Line wet, “la línea mojada”, los “espaldas mojadas” (The Wetback ) de hoy. Y de todas formas, a nivel lingüístico, de aquí al We can, Podemos, no hay más que un paso. Con tal éxito que ha servido para todo, hasta para una marca de nutrición infantil. Y aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid para decirme dos o tres cosas, al margen de toda política de partidos. Pretendo ir más allá. Lo primero, la ciudadanía tiene claras media docena, o más, de demandas urgentes, levantadas en alto una y otra vez con más o menos indignación. Basta ver/leer/oír a los medios, escuchar cualquier conversación en el salón de casa o iniciar una conversación seria jugando a la subasta en el bar. Sin pensar en los que sufren cada día la mordedura de la crisis y la pedrada de los recortes. Y mientras tanto los políticos andan a lo suyo y a lo de su partido, se juegan mucho –de nuevo el poder y el dinero- en la cascada de elecciones que vienen. Lo segundo, que la gente que andamos por ahí, o sea casi todos menos una élite endógena y lejana, se ve más cargada de razones tras cada telediario o boletín de noticias y a la vez más impotente ante lo que parece que pasa y más descolgada de las soluciones, repasando indignada los planes de cada partido intentando ganar el trozo de
  • 29. pasta, tan suculento, que corresponde en dinero y en poder a cada sillón, a cada victoria en las urnas, a cada acta de diputado y a cada pueblo, ciudad o autonomía conquistada. El ciudadano, medianamente atento, se ve rodeado de una especia de “política de garrafón” sin marca de calidad, aun salvando con razón a personas concretas. Es el sistema lo que hiede. Ah, que no piense el lector que yo pienso que Podemos, o similares, pueden sacarnos de ese pozo. No. El pozo es más profundo, si es que tiene fondo. Sólo invito a quitar la tapa del brocal y mirar dentro. Y levantando la cabeza ver y hasta vivir lo que se pueda hacer. Y si es posible, en cuanto se levante cabeza y antes de nada, repasar a algunos de los viejos profetas, releer las utopías que en el mundo han sido y reescribir el futuro y los pasos que lo abren según las visiones de los que han visto y revelado lo que viene. Bueno, yo me entiendo y hoy, sobrepasando ya las setecientas palabras, esto no da para más. Ante las segundas nupcias: ¿Fidelidad y/o misericordia? Voces. Tony Mifsud. [Mirada Global] En su discurso en la clausura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, el 18 de octubre de 2014, el papa Francisco agradeció a los participantes el animado debate que se produjo durante las reuniones, expresando que “si todos hubiesen estado de acuerdo o silenciosos”, el encuentro no habría sido más que “una falsa y quietista paz”. Este ambiente de auténtico diálogo no puso jamás en duda “las verdades fundamentales del sacramento del Matrimonio”. Uno de los temas que constituyó el centro de muchas conversaciones y debates sinodales fue el desafío pastoral que presentan las segundas nupcias, es decir, los divorciados vueltos a casar en matrimonio civil cuando su primer matrimonio fue por la Iglesia. Estas situaciones, que hoy están muy presentes en la pastoral, son relativamente nuevas, pues se deben a la introducción del matrimonio civil en el Código Civil de Napoleón (1804) y su posterior inserción en los distintos países. Ya en el Consistorio de Cardenales, el 20 de febrero de 2014, el cardenal Walter Kasper planteaba la pregunta sobre “cómo la Iglesia puede responder a este binomio inseparable de la fidelidad y la misericordia de Dios en su actividad pastoral con respecto a los divorciados vueltos a casar en una ceremonia civil”. En la disciplina de la Iglesia, los divorciados vueltos a casar no tienen acceso a la comunión sacramental, pero pueden recibir aquella espiritual. Sin embargo, esta disposición no deja de plantear una interrogante inevitable. En palabras de Kasper, una vez que los que reciben la comunión espiritual se unen a Jesús el Cristo, “¿por qué, entonces, no pueden también recibir la comunión sacramental?”. Los sacramentos no son una recompensa ni un premio por el buen comportamiento, sino una ayuda para poder vivir fielmente la vocación del cristiano, del discípulo de Jesús el Cristo. “La misericordia”, recuerda Kasper, “corresponde a la fidelidad de Dios en su amor a los pecadores”, que, obviamente, exige de parte del cristiano la conversión. Por tanto, ¿cómo lograr compaginar la fidelidad que significa el matrimonio sacramental y la misericordia, que constituye un atributo del mismo Dios? Los Padres de la Iglesia primitiva, señala Kasper, “querían, por razones pastorales, con el fin de ‘evitar lo peor’, tolerar lo que es en sí mismo imposible de aceptar. Existía, por tanto, una pastoral de la tolerancia, de la misericordia y de la indulgencia, y existen buenas razones para que esta práctica contra el rigor de los Novacianos haya sido confirmada por el Concilio de Nicea (325)” (1). Las Iglesias ortodoxas han conservado hasta el día de hoy esta práctica pastoral de un proceso de arrepentimiento, seguido por una tolerancia pastoral de misericordia que abre a la recepción de la comunión. Por tanto, ¿se debe o se puede negar, después de un tiempo de una nueva orientación (metanoia), el sacramento de la Penitencia y después la comunión? El mismo Kasper, subrayando que no se trata de una solución general, sino de una opción para aquellos casos de divorciados vueltos a casar que de verdad