SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  74
Télécharger pour lire hors ligne
VÍDEO DE HOY:
PUEBLO DE DIOS: La crisis que no cesa
Cáritas Diocesana de Barcelona evita desahucios a través de un servicio de mediación en vivienda,
atiende a parados de larga duración y a familias con bebés y niños pequeños, sin duda las víctimas más
inocentes de la crisis.
21 años del genocidio ruandés
ANA HENRÍQUEZ (TW: @SOIDEA)
07/04/2015
Hoy, 7 de abril, en el día internacional de reflexión sobre el genocidio de Ruanda, desde GuinGuinBali,
queremos recordar lo que ocurrió en este país entre abril y julio de 1994. Recordar para que no vuelva a
suceder en ningún lugar del mundo.
El genocidio más rápido y de mayor amplitud del siglo XX. Rápido porque se produjo en apenas cien
días, los tres meses que van de abril a julio. El de mayor amplitud por el número de muertes diarias, unas
10.000, que dejaron un saldo total estimado por la ONU entre 800.000 y un millón de muertos—
mayoritariamente, tutsis—. Pero, no es por el número de víctimas por lo que se lo llama ‘genocidio’, sino
porque se comete con la intencionalidad de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso: los hutus
querían acabar con los tutsis.
6 de abril de 1994. El avión donde viajan el presidente de Burundi y el presidente de Ruanda, Juvénal
Habyarimana, es abatido por dos misiles justo antes de aterrizar en el aeropuerto de Kigali. Todavía hoy
se ignora quiénes fueron los culpables pero, entonces, los hutus desde el poder y los medios de
comunicación —valga recordar el lamentable ejemplo de la Radio Televisión Libre de las Mil
Colinas (RTLM), que deshumanizaba a los tutsis mentándolos como ‘cucarachas’ y ‘serpientes’— no
dudaron en señalar a los tutsis como únicos responsables. Agitaron a la población haciéndoles creer que el
presidente había sido el primero pero que los tutsis querían exterminar a todos los hutus. Acto seguido,
repartieron armas, sobre todo, machetes. Al día siguiente, 7 de abril, comenzaron las matanzas en Kigali.
Antecedentes históricos
El derribo del avión presidencial fue el detonante de la barbarie, pero este odio entre etnias venía de muy
atrás. Antes de la llegada de los europeos a finales del XIX, tutsis y hutus eran un solo pueblo, con una
historia común de siglos de antigüedad, mismas creencias y una lengua, el kiniruanda. Fueron los
alemanes y, posteriormente, los belgas los que hicieron de ellos dos grupos étnicos diferenciados. Por un
lado, los tutsis fueron considerados por los colonos los “europeos negros”, dotados de una inteligencia
superior, simplemente, por la antropología racista de la época, que destacaba como nobles sus rasgos
físicos: cuerpo esbelto, piel negra clara, nariz fina. Por otro lado, los hutus, discriminados como “negros
bantúes” por ser más bajos, tener la piel más oscura y una nariz más ancha. Así, durante la ocupación
colonial, los tutsis fueron privilegiados en detrimento de los hutus. Sin embargo, con la independencia,
cambiaron las tornas y los hutus, tras décadas de discriminación, tomaron el poder y la emprendieron
contra los tutsis, llevando a que casi la mitad de estos, entre 1960 y 1973, emigrara a los países vecinos.
Los descendientes de los que se habían exiliado a Uganda crearon, en 1987, el Frente Patriótico
Ruandés (FPR) que, en octubre de 1990, iniciaba la guerra civil. Oficialmente, la guerra terminaría en
agosto de 1993, con la firma de los acuerdos de paz de Arusha (Tanzania). Pero el odio no solo no había
terminado, sino que iba a más y las autoridades hutus empezaron a importar mucho armamento y a
confeccionar listas de personas a las que matar.
Llegado este punto, conviene subrayar que lo que pasó en Ruanda en 1994 no se trató, por tanto, de una
guerra interétnica (a lo que, muy a menudo, se reduce, desde Occidente, la violencia en África), sino de
una exterminación planificada. Esta diferencia es importante ya que implica, para los otros Estados, la
obligación de intervenir para atajarla. Y esto no pasó. Hubo pasividad —Bill Clinton señaló su parálisis
ante el genocidio ruandés como el mayor error de sus ocho años en la Casa Blanca— y, peor aún, huida:
muerto el presidente Habyarimana, el 7 de abril, mataron a la Primera Ministra y a los diez soldados
belgas que la protegían; por lo que, ese mismo día, los Cascos Azules de la ONU pasaron de ser más de
2.500 efectivos a solo 270. Esto por no hablar de la actuación de Francia. Patrocinadora de los hutus en el
poder durante la guerra civil, se mantuvo cruzada de brazos desde la primera vez que se habló de
genocidio, en mayo, de boca del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Butros Butros-
Ghali, hasta que encabezó la polémica Operación Turquesa a finales de junio, cuando ya habían
transcurrido más de dos meses de masacres. Esta supuesta complicidad entre la república gala y el poder
hutu sigue condenándose: Francia no acudió a Kigali el año pasado, para el 20º aniversario del genocidio;
y el inglés está desbancando al francés como idioma más empleado en Ruanda.
21 años después
Hoy, Ruanda es el país africano con mayor densidad de población: en un territorio algo más pequeño que
Galicia, habitan 11 millones de personas. Más del 60% de esta población es tan joven que no vivió el
genocidio. Esto puede ser positivo para olvidar las atrocidades cometidas y alcanzar la ansiada
reconciliación, pero las secuelas continúan vigentes.
Si bien se reconocen mejoras en economía, sanidad o educación, y puede presumir de tener el parlamento
más femenino del mundo —el 64% de sus escaños lo ocupan mujeres—, la Ruanda de Paul Kagame
se tiene como un régimen autoritario, donde se respira tensión en el ámbito político y en todo lo referente
a la libertad de expresión. La aparentemente beneficiosa política de unión nacional, por la que se
abolieron las tarjetas de identidad étnica y por la que no se puede diferenciar entre hutus y tutsis, no
impide que los puestos de poder estén ocupados, en su amplia mayoría, por tutsis; volviendo a
reproducirse las discriminaciones que impusieron los colonos y, luego, se apropiaron los hutus. Además,
se restringe la identidad de las víctimas del genocidio, como si solo hubieran sido tutsis, cuando también
fueron exterminados hutus moderados, aquellos que se negaban a derramar sangre tutsi.
En recuerdo a estas víctimas, cada 7 de abril, desde que el ex Secretario General de las Naciones Unidas,
Kofi Annan, impusiera este día en 2004, se guarda un minuto de silencio a las 12 del mediodía de los
distintos husos horarios, enviando, según el propio Annan, “un mensaje de remordimiento por el pasado y
de resolución de prevenir toda repetición de esta tragedia en el futuro”.
Ellos y ellas tenían nombres… y
montones de sueños
Creado el 7 abril 2015 por Oscar Mateos
Oscar Mateos. [Todo es posible] Los 147 estudiantes kenianos asesinados por Al Shabab hace unos
días tenían nombres y apellidos y montones de sueños. Sus caras e historias, rememoradas en Twitter a
través de etiquetas como #TheyHaveNames o#147NotJustaNumber, me evocan irremediablemente los
dos años (2006-2008) que estuve en la Universidad de Sierra Leona (Fourah Bay College). Me vienen a la
mente, una y otra vez, las historias de Samuel, Reuben, Alimamy, Fatmata y tantos otros estudiantes que
conocí durante aquel tiempo, que tenían nombres y apellidos, una historia personal detrás y un futuro
plagado de sueños.
Cuando regresaba aquí, a menudo me preguntaban si aquellos estudiantes tenían un poder adquisitivo
muy elevado para poder acceder a la Universidad en un país como Sierra Leona. La respuesta era siempre
no. Las familias de los que tenían verdaderamente recursos (una absoluta minoría) eran enviados a
universidades europeas o estadounidenses, pero todos los que estaban en el Fourah Bay College lograban
pagar las altas tasas anuales de la Universidad (unos 300 dólares anuales en uno de los países más pobres
del mundo), a través de mil y una estrategias. Y es que en aquel tiempo conocí a estudiantes que habían
trabajado durante varios años para pagarse un año de matrícula (y que a veces debían interrumpir los
estudios hasta ahorrar dinero suficiente para pagar otro año); otros que eran la apuesta de toda una familia
(quien sólo podía pagar estudios a uno de los hijos o hijas); otros tantos que recibían algún tipo de ayuda
o beca de alguien importante y con poder económico y político en su pueblo o región de origen; muy
pocos los que recibían becas por parte del Estado…
Estudiar para todos ellos era un lujo que no querían desaprovechar, la
oportunidad de abrirse a un mundo con mayores oportunidades (si bien el paso por la
Universidad no garantizaba nada). De aquel tiempo recuerdo la atención y participación en las clases, con
aportaciones desbordantes de estudiantes que habían padecido la guerra que asoló el país entre 1991 y
2002. Todo aquello tenía lugar en medio de unas instalaciones muy precarias, sin electricidad, donde para
fotocopiar un artículo había que hacer una inmensa cola en una sala en la que una fotocopiadora
renqueaba gracias a un viejo generador. Todos y todas tenían mil planes para después de sus estudios. A
muchos les sigo la pista por redes sociales, y siguen luchando (esa es la única forma en que se concibe la
vida en Sierra Leona) para salir adelante y para mejorar su situación socioeconómica y la de familia.
Veo las fotos de los 147 estudiantes y algunas de sus historias de vida que circulan por las redes, las
instalaciones del campus de Garissa (tan similares a las del Fourah Bay College), y no dejo de acordarme
de tantas historias, con nombres y apellidos, que conocí en Sierra Leona. Hoy todas esas historias
que vienen desde Kenia parecen valer menos que las de otras tragedias o atentados
acaecidos en Europa o en EEUU. Sus historias no ocupan portadas durante varios días, ni
merecen tertulias acaloradas sobre las causas de lo sucedido. Habrá incluso quien se pregunte anonadado
“¿Pero en África hay universidades?”. Sí, en África hay Universidades, estudiantes llenos de sueños por
cumplir y mil y una historias que parecen no merecer ser contadas.
Hoy, desde este blog, un pequeño gesto de memoria, recuerdo y homenaje a los 147 estudiantes
de Garissa, aquellos que tenían nombres y apellidos concretos, y montones de sueños.
HOY MARTES 7 DE ABRIL, EN EL PARQUE UHURU DE NAIROBI, SE CELEBRARÁ UN VIGILIA EN RECUERDO DE LAS
VÍCTIMAS DE GARISSA.
Carta del Papa Francisco contra la pena
de muerte
01/04/2015
Se debate en algunos lugares acerca del modo de matar, como si se tratara de encontrar el modo de
"hacerlo bien". A lo largo de la historia, diversos mecanismos de muerte han sido defendidos por reducir
el sufrimiento y la agonía de los condenados. Pero no hay forma humana de matar a otra persona.
Excelentísimo Señor Federico Mayor, Presidente de la Comisión Internacional
contra la Pena de Muerte
Señor Presidente: Con estas letras, deseo hacer llegar mi saludo a todos los
miembros de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, al grupo de países
que la apoyan, y a quienes colaboran con el organismo que Ud. preside. Quiero además
expresar mi agradecimiento personal, y también el de los hombres de buena voluntad,
por su compromiso con un mundo libre de la pena de muerte y por su contribución para
el establecimiento de una moratoria universal de las ejecuciones en todo el mundo, con
miras a la abolición de la pena capital.
He compartido algunas ideas sobre este tema en mi carta a la Asociación
Internacional de Derecho Penal y a la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y
Criminología, del 30 de mayo de 2014. He tenido la oportunidad de profundizar sobre
ellas en mi alocución ante las cinco grandes asociaciones mundiales dedicadas al
estudio del derecho penal, la criminología, la victimología y las cuestiones
penitenciarias, del 23 de octubre de 2014. En esta oportunidad, quiero compartir con
ustedes algunas reflexiones con las que la Iglesia contribuya al esfuerzo humanista de la
Comisión.
El Magisterio de la Iglesia, a partir de la Sagrada Escritura y de la experiencia
milenaria del Pueblo de Dios, defiende la vida desde la concepción hasta la muerte
natural, y sostiene la plena dignidad humana en cuanto imagen de Dios (cf. Gen 1,26).
La vida humana es sagrada porque desde su inicio, desde el primer instante de la
concepción, es fruto de la acción creadora de Dios (cf. Catecismo de la Iglesia Católica,
n. 2258), y desde ese momento, el hombre, única criatura a la que Dios ha amado por sí
mismo, es objeto de un amor personal por parte de Dios (Gaudium et spes, 24).
Los Estados pueden matar por acción cuando aplican la pena de muerte, cuando
llevan a sus pueblos a la guerra o cuando realizan ejecuciones extrajudiciales o
sumarias. Pueden matar también por omisión, cuando no garantizan a sus pueblos el
acceso a los medios esenciales para la vida. «Así como el mandamiento de "no matar"
pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir
"no a una economía de la exclusión y la inequidad"» (Evangelii gaudium, 53).
La vida, especialmente la humana, pertenece sólo a Dios. Ni siquiera el
homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante. Como enseña
san Ambrosio, Dios no quiso castigar a Caín con el homicidio, ya que quiere el
arrepentimiento del pecador y no su muerte ( Evangelium Vitae, 9).
En algunas ocasiones es necesario repeler proporcionadamente una agresión en
curso para evitar que un agresor cause un daño, y la necesidad de neutralizarlo puede
conllevar su eliminación: es el caso de la legítima defensa (Evangelium Vitae, 55). Sin
embargo, los presupuestos de la legítima defensa personal no son aplicables al medio
social, sin riesgo de tergiversación. Es que cuando se aplica la pena de muerte, se mata a
personas no por agresiones actuales, sino por daños cometidos en el pasado. Se aplica,
además, a personas cuya capacidad de dañar no es actual sino que ya ha sido
neutralizada, y que se encuentran privadas de su libertad.
Hoy día la pena de muerte es inadmisible, por cuanto grave haya sido el delito
del condenado. Es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona
humana que contradice el designio de Dios sobre el hombre y la sociedad y su justicia
misericordiosa, e impide cumplir con cualquier finalidad justa de las penas. No hace
justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza.
Para un Estado de derecho, la pena de muerte representa un fracaso, porque lo
obliga a matar en nombre de la justicia. Escribió Dostoievski: «Matar a quien mató es
un castigo incomparablemente mayor que el mismo crimen. El asesinato en virtud de
una sentencia es más espantoso que el asesinato que comete un criminal». Nunca se
alcanzará la justicia dando muerte a un ser humano.
La pena de muerte pierde toda legitimidad en razón de la defectiva selectividad
del sistema penal y frente a la posibilidad del error judicial. La justicia humana es
imperfecta, y no reconocer su falibilidad puede convertirla en fuente de injusticias. Con
la aplicación de la pena capital, se le niega al condenado la posibilidad de la reparación
o enmienda del daño causado; la posibilidad de la confesión, por la que el hombre
expresa su conversión interior; y de la contrición, pórtico del arrepentimiento y de la
expiación, para llegar al encuentro con el amor misericordioso y sanador de Dios.
La pena capital es, además, un recurso frecuente al que echan mano algunos
regímenes totalitarios y grupos de fanáticos, para el exterminio de disidentes políticos,
de minorías, y de todo sujeto etiquetado como "peligroso" o que puede ser percibido
como una amenaza para su poder o para la consecución de sus fines. Como en los
primeros siglos, también en el presente la Iglesia padece la aplicación de esta pena a sus
nuevos mártires.
La pena de muerte es contraria al sentido de la humanitas y a la misericordia
divina, que debe ser modelo para la justicia de los hombres. Implica un trato cruel,
inhumano y degradante, como también lo es la angustia previa al momento de la
ejecución y la terrible espera entre el dictado de la sentencia y la aplicación de la pena,
una "tortura" que, en nombre del debido proceso, suele durar muchos años, y que en la
antesala de la muerte no pocas veces lleva a la enfermedad y a la locura.
Se debate en algunos lugares acerca del modo de matar, como si se tratara de
encontrar el modo de "hacerlo bien". A lo largo de la historia, diversos mecanismos de
muerte han sido defendidos por reducir el sufrimiento y la agonía de los condenados.
Pero no hay forma humana de matar a otra persona.
En la actualidad, no sólo existen medios para reprimir el crimen eficazmente sin
privar definitivamente de la posibilidad de redimirse a quien lo ha cometido
(Evangelium Vitae, 27), sino que se ha desarrollado una mayor sensibilidad moral con
relación al valor de la vida humana, provocando una creciente aversión a la pena de
muerte y el apoyo de la opinión pública a las diversas disposiciones que tienden a su
abolición o a la suspensión de su aplicación (Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia, n. 405).
Por otra parte, la pena de prisión perpetua, así como aquellas que por su
duración conlleven la imposibilidad para el penado de proyectar un futuro en libertad,
pueden ser consideradas penas de muerte encubiertas, puesto que con ellas no se priva
al culpable de su libertad sino que se intenta privarlo de la esperanza. Pero aunque el
sistema penal pueda cobrarse el tiempo de los culpables, jamás podrá cobrarse su
esperanza.
Como expresé en mi alocución del 23 de octubre pasado, «la pena de muerte
implica la negación del amor a los enemigos, predicada en el Evangelio. Todos los
cristianos y los hombres de buena voluntad, estamos obligados no sólo a luchar por la
abolición de la pena de muerte, legal o ilegal, y en todas sus formas, sino también para
que las condiciones carcelarias sean mejores, en respeto de la dignidad humana de las
personas privadas de la libertad».
Queridos amigos, los aliento a continuar con la obra que realizan, pues el mundo
necesita testigos de la misericordia y de la ternura de Dios.
Me despido encomendándoos al Señor Jesús, que en los días de su vida terrena
no quiso que hiriesen a sus perseguidores en su defensa – «Guarda tu espada en la
vaina» (Mt 26,52) -, fue apresado y condenado injustamente a muerte, y se identificó
con todos los encarcelados, culpables o no: «Estuve preso y me visitaron» (Mt 25,36).
Él, que frente a la mujer adúltera no se cuestionó sobre su culpabilidad, sino que invitó
a los acusadores a examinar su propia conciencia antes de lapidarla (cf. Jn 8,1-11), les
conceda el don de la sabiduría, para que las acciones que emprendan en pos de la
abolición de esta pena cruel, sean acertadas y fructíferas.
Les ruego que recen por mí. Cordialmente FRANCISCO
Vaticano, 20 de marzo de 2015
Caminemos con el Resucitado, envueltos
en su Misericordia, resuenan las palabras
del Papa
2015-04-07 Radio Vaticana
El 7 de abril de 2013, el Papa Francisco tomó posesión de la Catedral de
Roma
(RV).- «En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su
paciencia; he visto también en muchas personas la determinación de entrar en las llagas de Jesús... Y he
visto siempre que Dios ha acogido, consolado, lavado, amado».
Recordamos estas palabras del Papa Francisco, en el aniversario de su toma de posesión de la Catedral de
Roma, en la Basílica de Basílica papal de San Juan de Letrán, consagrada al Santísimo Salvador.
El 7 de abril de 2013, era el II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia:
«Con gran alegría celebro por primera vez la Eucaristía en esta Basílica Lateranense, catedral del Obispo
de Roma. Saludo a todos con gran afecto
¡Caminemos juntos a la luz del Señor Resucitado!
Celebramos hoy el segundo domingo de Pascua, también llamado «de la Divina Misericordia». Qué
hermosa es esta realidad de fe para nuestra vida: la misericordia de Dios. Un amor tan grande, tan
profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene,
nos levanta, nos guía.
A mí me produce siempre una gran impresión releer la parábola del Padre misericordioso, me impresiona
porque me infunde siempre una gran esperanza.
En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto
también en muchas personas la determinación de entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy
aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre. Y he visto siempre que
Dios lo ha hecho, ha acogido, consolado, lavado, amado.
Queridos hermanos y hermanas, dejémonos envolver por la misericordia de Dios;
confiemos en su paciencia que siempre nos concede tiempo; tengamos el valor de volver a su casa, de
habitar en las heridas de su amor dejando que Él nos ame, de encontrar su misericordia en los
sacramentos. Sentiremos su ternura, tan hermosa, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros
más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor.
Jesús ofrece la paz como don precioso, fruto de la victoria del amor y el perdón sobre el mal,
había reiterado el Papa Francisco, en el Regina Coeli, que rezó con unos cien mil peregrinos, que
acudieron a la Plaza de San Pedro.
«¡Queridos hermanos sean mensajeros y testigos de la misericordia de Dios!» había sido su
exhortación, alentando también a llevar la Buena Noticia, a todos los ambientes de la vida, «con suavidad
y respeto».
(CdM – RV)
“¡Jesucristo ha resucitado! ¡Feliz Pascua
a todos! Mensaje y bendición del Papa al
mundo entero
2015-04-05 Radio Vaticana
(RV).- “¡Jesucristo ha resucitado! El amor ha vencido al odio, la vida ha
vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad”, anunció el Pontífice en su Mensaje
Urbi et Orbi de la Pascua de Resurrección 2015, desde el balcón central de la basílica de San Pedro.
Después de presidir la celebración de la Santa Misa de Pascua, en una plaza de San Pedro repleta de
peregrinos y decorada para la ocasión con flores procedentes de Holanda, el Pontífice recorrió la plaza en
papamóvil, prodigando saludos, sonrisas y bendiciones a los numerosos presentes, llegados a la plaza no
obstante la lluvia.
En su Mensaje Pascual ‘a la ciudad de Roma y al mundo’, el Obispo de Roma explicó que la
humildad - y por consiguiente la humillación - es el camino de la vida y de felicidad
indicado por Jesús a todos, con su muerte. Porque “sólo quien se humilla puede ir hacia “las cosas
de allá arriba”, hacia Dios - dijo.
Constatando que el mundo de hoy propone imponerse a toda costa, el Papa subrayó que es “por la
gracia de Cristo muerto y resucitado”, que los cristianos ‘son el brote de otra
humanidad’, en la cual buscamos vivir al servicio, los unos de los otros”. “¡Ésta no es debilidad sino
verdadera fuerza!” – enfatizó - “porque quien lleva dentro la fuerza de Dios, su amor y su justicia no
necesita usar la violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad”. Por ello, Francisco invitó a
implorar del Señor resucitado “la gracia de no ceder al orgullo que alimenta la violencia y las guerras sino
tener el coraje humilde del perdón y de la paz”.
“Pidamos a Jesús victorioso para que alivie los sufrimientos de tantos hermanos nuestros
perseguidos a causa de su nombre, como también de todos aquellos que padecen injustamente
las consecuencias de los conflictos y de las violencias en curso”, rezó el Papa. Y pidió “paz” en primer
lugar, para Siria e Iraq, para que se restablezca la buena convivencia “en estos amados países”,
haciendo un llamamiento a la comunidad internacional para que “no se quede inerte de frente
a la inmensa tragedia humanitaria” en estos dos países y ante “el drama de los números refugiados”.
Paz pidió Francisco también para Tierra Santa, Libia, Yemen, Nigeria, Sudán, la
República Democrática del Congo, Ucrania, e invitó a elevar una oración incesante por
quienes han perdido la vida, con un pensamiento especial por los jóvenes asesinados el pasado jueves en
la universidad de Garissa, en Kenia, sin olvidar a los secuestrados y a quienes han debido abandonar la
propia casa y afectos. El Obispo de Roma encomendó también con esperanza el acuerdo alcanzado
en Lausana, en espera de que “sea un paso definitivo para un mundo más seguro y fraterno”.
Paz y libertad pidió el Papa para quienes sufren nuevas y viejas formas de esclavitud, para
los emarginados, encarcelados, sin olvidar a los pobres y a los migrantes, enfermos y
sufrientes, niños, en especial para los que sufren violencia, a quienes sufren el luto. Para que a
ellos llegue la voz consoladora del Señor: “¡La paz está con ustedes! No teman, he resucitado y
estaré siempre con ustedes”. E impartió su bendición apostólica.
Finalmente, el Pontífice saludó a todos los presentes deseándoles Feliz Pascua y, extendiendo sus saludos
a quienes han seguido la celebración a través de los medios de comunicación, el Papa los alentó a llevar a
las propias casas el alegre anuncio de que ¡el Señor de la vida ha resucitado, llevando consigo amor,
justicia, respeto y perdón!
Agradeció a todos por su presencia, por su oración y por el entusiasmo de su fe y no olvidó agradecer por
las flores, llegadas también este año de Holanda.
(MCM-RV)
Texto completo del Mensaje Urbi et Orbi de la Pascua de Resurrección 2015
Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!
¡Jesucristo ha resucitado!
El amor ha derrotado al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad.
Jesucristo, por amor a nosotros, se despojó de su gloria divina; se vació de sí mismo, asumió la forma de
siervo y se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz. Por esto Dios lo ha exaltado y le ha hecho Señor del
universo. Jesús es el Señor.
Con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: y esta vía es la
humildad, que comporta la humillación. Este es el camino que conduce a la gloria. Sólo quien se humilla
pueden ir hacia los «bienes de allá arriba», a Dios (cf. Col 3,1-4). El orgulloso mira «desde arriba hacia
abajo», el humilde, «desde abajo hacia arriba».
La mañana de Pascua, advertidos por las mujeres, Pedro y Juan corrieron al sepulcro y lo encontraron
abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se «inclinaron» para entrar en la tumba. Para entrar en el
misterio hay que «inclinarse», abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede
seguirlo en su camino.
El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de
Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de
los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos.
Esto no es debilidad, sino autentica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no
necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor.
Imploremos hoy al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las
guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos a Jesús victorioso que alivie
el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que
padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo. Son
muchas.
Roguemos ante todo por la amada Siria e Irak, para que cese el fragor de las armas y se restablezca una
buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países. Que la comunidad
internacional no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama
de tantos refugiados.
Imploremos la paz para todos los habitantes de Tierra Santa. Que crezca entre israelíes y palestinos la
cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones.
Pidamos la paz para Libia, para que se acabe con el absurdo derramamiento de sangre por el que está
pasando, así como toda bárbara violencia, y para que cuantos se preocupan por el destino del país se
esfuercen en favorecer la reconciliación y edificar una sociedad fraterna que respete la dignidad de la
persona. Y esperemos que también en Yemen prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien
de toda la población.
Al mismo tiempo, encomendemos con esperanza al Señor que es tan misericordioso el acuerdo alcanzado
en estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno.
Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán
y la República Democrática del Congo. Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración
incesante por aquellos que perdieron su vida ―y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el
pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia―, los que han sido secuestrados, los que han tenido
que abandonar sus hogares y sus seres queridos.
Que la resurrección del Señor haga llegar la luz a la amada Ucrania, especialmente a los que han sufrido
la violencia del conflicto de los últimos meses. Que el país reencuentre la paz y la esperanza gracias al
compromiso de todas las partes interesadas.
Pidamos paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud
por parte de personas y organizaciones criminales. Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de
droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia
humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas, que ganan con la
sangre de hombres y mujeres.
Y que a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y
desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia;
a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora
y sanadora del Señor Jesús: «La paz esté con ustedes». (Lc 24,36). «No teman, he resucitado y siempre
estaré con ustedes» (cf. Misal Romano, Antífona de entrada del día de Pascua).
Saludos de Pascua del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas,
Deseo dirigir mis augurios de Feliz Pascua a todos ustedes que han venido a esta plaza de diversos países,
como también a cuantos están conectados a través de los medios de comunicación social.
Lleven en a sus casas y a quienes encuentran el alegre anuncio que ha resucitado el Señor de la vida,
llevando consigo amor, justicia, respeto y perdón.
Gracias por su presencia, por su oración y por el entusiasmo de su fe. Un pensamiento especial y
agradecido por el don de las flores, que también este años previenen de los Países Bajos.
¡Feliz Pascua a todos!
El Papa pide a la comunidad
internacional que no permanezca muda
ante los crímenes
2015-04-06 Radio Vaticana
(RV).- Después de la oración a la Madre de Dios, el Papa Francisco saludó detalladamente a
diferentes grupos de peregrinos e hizo una mención especial al Movimiento Shalom y su misión
ante la persecución de los cristianos en el mundo, y pidió a la comunidad internacional que no mire hacia
otro lado antes los conflictos que se están viviendo en diversos países del mundo. “Que no permanezca
muda e inerte ante tales inaceptables crímenes, que constituyen una preocupante violación de los derechos
humanos fundamentales. Pido verdaderamente que la comunidad internacional no mire hacia otro lado”,
insistió.
Palabras del Papa después de la oración mariana:
En esta bonita atmósfera pascual, saludo cordialmente a todos ustedes, queridos peregrinos llegados de
Italia y de diversas partes del mundo para participar en este momento de oración. En especial, tengo el
gusto de recibir a la delegación del Movimiento Shalom, que ha llegado a la última etapa de la difusión
solidaria para sensibilizar a la opinión pública sobre las persecuciones de los cristianos en el mundo. Su
itinerario en las calles ha terminado, pero debe continuar por parte de todos el camino espiritual de
oración, intensa oración, de participación concreta y ayuda tangible en defensa y protección de nuestros
hermanos y de nuestras hermanas, perseguidos, exiliados, asesinados, decapitados, por el solo hecho de
ser cristianos. Ellos son nuestros mártires de hoy y son muchos; podemos decir que son más numerosos
que en los primeros siglos. Pido que la comunidad internacional no permanezca muda e inerte frente a
tales inaceptables crímenes, que constituyen una preocupante violación de los derechos humanos
fundamentales. Pido verdaderamente que la comunidad internacional no mire hacia otro lado.
A cada uno de ustedes, les deseo transcurrir en el gozo y la serenidad esta Semana pascual en la cual se
prolonga la alegría de la Resurrección de Cristo. Y para vivir más intensamente este periodo- y vuelvo
siempre sobre el mismo argumento-, nos hará bien leer cada día un pasaje del Evangelio en el cual se
habla del evento de la Resurrección. Cada día, un pequeño pasaje del Evangelio, donde se habla del
evento de la Resurrección; léanlo todos los días, les hará bien.
¡Buena y Santa Pascua a todos! Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
Müller sugiere una nueva tarea para la
Doctrina de la Fe
El cardenal Müller
El cardenal alemán preanuncia una inédita
competencia para su dicasterio: «estructurar
teológicamente un pontificado»
andrea tornielli
Ciudad del vaticano
El cardenal Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una de las
tantas entrevistas que ha concedido en las últimas semanas y que se concentran sobre el próximo Sínodo,
habló de una nueva tarea para su dicasterio. Una tarea que nunca ha sido mencionada en los documentos
que describen las precisas competencias del ex-Santo Oficio.
El purpurado alemán, en una entrevista con «La Croix», declaró: «La llegada a la Cátedra de Pedro de un
teólogo como Benedicto XVI es probablemente una excepción. Juan XXIII no era tampoco un teólogo de
profesión. Papa Francisco es también más pastor y la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene una
misión de una estructuración teológica del Pontificado». Así pues, según lo que declaró Müller, el ex-
Santo Oficio debe «estructurar teológicamente» el Pontificado de Papa Francisco. Y es probable que este
sea uno de los motivos por los cuales el Prefecto intervenga tan a menudo en público, como nunca antes
había sucedido.
Se trata de una significativa novedad, puesto que según el artículo 48 de la Constitución apostólica sobre
la Curia romana «Pastor bonus», promulgada por Juan Pablo II e 1988, «labor propia de la Congregación
para la doctrina de la fe es promover y tutelar la doctrina de la fe y las costumbres en todo el orbe
católico».
Mientras el Papa «por voluntad de Cristo mismo», como recordó también Francisco durante la clausura
del Sínodo de 2014, es el «Pastor y Doctor supremo de todos los fieles» (canon 749). Hasta hace pocas
décadas (el último que lo había hecho había sido Pablo VI) era el mismo Pontífice quien presidía en
primera persona la Congregación para la Doctrina de la Fe, justamente en razón de esta tarea que sólo
recae sobre el Pontífice, en virtud del primado pietrino. Un primado que pertenece al obispo de Roma:
presidir «en la caridad» y, si surgieran, también dirimir cuestiones teológicas.
Las palabras del cardenal Müller, con la introducción de la inédita y hasta ahora no formalizada tarea de
«estructurar teológicamente un Pontificado», pasaron casi inobservadas. Pero, si por una parte abren
escenarios nuevos con respecto a la tradición de la Iglesia, por otra parecerían dar a entender que, según
Müller, el actual Pontificado (así como el de san Juan XXIII) no tiene la suficiente «estructura» teológica.
Mongolia; la Iglesia apuesta por los
laicos
El padre Ernesto con el equipo pastoral
Ponen en marcha el proyecto formativo: «Formation of
full time ministers»: los jóvenes del lugar recibirán
formación, retribuciones y se ocuparán completamente
de la pastoral
Luciano Zanardini
Roma
Tiene una historia importante y un futuro muy prometedor. Después de la estabilidad alcanzada en los
primeros años 90, tras 70 años de régimen comunista, Mongolia se ha convertido en blanco de muchos
inversionistas debido a sus recursos minerales. La globalización está convirtiendo a una población
nómada en sedentaria, con su capital, Ulan Bator, que cuenta con casi la mitad de los habitantes (1,2
millones). El verdadero desafío de Mongolia, como cuenta un misionero de la Consolata, el padre Ernesto
Viscardi, es «conjugar lo hermoso de una cultura ilenaria con las oportunidades que los diferentes
elementos de la ‘modernidad’ pueden ofrecer». Han pasado de una sociedad caracterizada por viejas
tradiciones a un «bombardeo de modelos muy agresivos». En la cotidianeidad resisten las formas
tradicionales, como el chamanismo o el budismo mahayana tibetano, que se mezcla con los accesorios de
la modernidad (internet, coches de gran potencia…).
La normalidad, sobre todo entre los ancianos, está marcada por la costumbre: hay «días buenos o menos
buenos para concluir negocios, casarse o para hacer los funerales». Los jóvenes, en cambio, ven
telenovelas coreanas y dirigen sus miradas hacia los mercados de Singapur
La Iglesia en Mongolia es una realidad joven: los primeros misioneros de Scheut se establecieron en el
verano de 1992, los religiosos de la Consolata llegaron en julio de 2003 y, después de dos años de estudio
de la lengua, comenzaron su misión en Arvaiheer, a 430 k. de la capital. Hoy la comunidad católica de
Arvaiheer cuenta con sus primeros 20 bautizados. El padre Ernesto, siguiendo las indicaciones del obispo
Venceslao Padilla (fundador de la misión en Mongolia) se ocupa (como Prefecto apostólico delegado) de
la oficina de catequismo, de las comisiones pastorales y de las seis parroquias de la Prefectura Apostólica.
Para un misionero que ha pasado 12 años en África, Asia es «una experiencia única. Trabajar en un país
que se abre al resto del mundo, en una Iglesia casi incipiente, es una gracia y la realización del sueño de
cualquier misionero. Y por este motivo, como se exprimiría un mongol, digo: ‘Dios del cielo a ti doy
gracias’».
Son poco más de mil los católicos que frecuentan, mientras los 57 misioneros presentes (en un territorio
que es cinco veces el territorio de Italia) se ocupan de todos los servicios sociales: guarderías, escuelas,
instituto profesional don Bosco, las casas para los ancianos de las monjas de Madre Teresa, las
bibliotecas, las viviendas para los estudiantes de los campos, los centros para los chicos de la calle… En
diciembre de 2014 fue ordenado en Corea el primer diácono mongol, Joseph Inkh, que en julio de 2016
será ordenado sacerdote: el primero de Mongolia. En Corea otro joven mongol, Pedro Sanjajab, está
acabando el segundo año del seminario.
La Iglesia mantiene una actitud de enorme respeto hacia el budismo tibetano, la corriente religiosa más
difundida, aunque el diálogo no esté estructurado. Es complejo el archipiélago protestante, con una
miríada de denominaciones, de Iglesias independientes (sobre todo de origen coreano). Su objetivo es el
de convertir al 10% de toda la población antes de que llegue 2020. «El método, que a veces presenta
formas de fundamentalismo, suscita las sospechas de las autoridades y crea no pocos problemas, incluso
para nosotros, porque el cristianismo es considerado por la gente como un bloque único sin grandes
distinciones».
Para dar «un rostro mongol a la Iglesia católica», el padre Ernesto está llevando a cabo un proyecto
formativo: «Formation of full time ministers», que pretende formar a los laicos: dos años en Mongolia y
dos en Manila, en la Institución Fondacio Asia que prepara a los laicos misioneros para ser animadores de
comunidades. Los candidatos elegidos según algunos criterios (sentido de vocación-servicio, compromiso
serio y constante, resultados escolares) obtienen un contrato de tres años y son involucrados al 100% en
las actividades pastorales. «Juntos forman un ‘pastoral team’, un grupo ‘think tank’ de análisis, reflexión
y propuestas para inyectarlas en la Prefectura Apostólica».
Actualmente, el grupo está compuesto por seis personas, mientras dos chicas están en Manila acabando
sus estudios. «Estoy convencido de que el futuro de la Iglesia en Mongolia está en las manos de las
personas del lugar, más que en un constante relevo de misioneros extranjeros».
Una historia de Amor
Seguir a Jesús en la Vida Consagrada hoy
Martínez Díez, Felicísimo / Soto Varela, Carme /
García Paredes, José Cristo Rey / Rodríguez Carballo,
José / Arregi Guridi, Joxe Mari / Kulüke, Heinz / Noya
Arrizabalaga, Patricia / Arnáiz, José María
Colección: Surcos
Subcolección: Edición especial
ISBN:978-84-9073-105-5
Código EVD:1703002
Edición:1
Reimpresión:3
Páginas:224
Tamaño:140 x 210 mm
Encuadernación:Rústica, cosida, tapa plastificada brillo, con solapas
Precio sin IVA: 12,50 €
PVP: 13,00 €
Añadir a la cesta
Versión digital: Precio: 5,99 €
"¿Me amas más que estos?", preguntó Jesús a Pedro. Y esa es la pregunta que Jesús dirige a la vida
consagrada (¡no solo a ella!) y es a lo que ella se dedica: a amar a Jesús. Con más o menos acierto, con
más o menos errores, con más o menos intensidad, con más o menos gracia, pero ese es el centro y
esencia de la vida consagrada: amar a Jesús y, porque se le ama, seguirle.
En lo cotidiano y en lo sencillo de cada día o en las lejanas tierras donde están los pobres; en el silencio
del monasterio contemplativo o en la catequesis y predicación de nuestras iglesias; en los santuarios
donde nuestra gente busca sosiego o en medio de las barriadas obreras; en las aulas y patios donde
corretean nuestros muchachos o en los hospitales y clínicas donde los hombres y mujeres necesitan
cuidado; en comunidades con gran atractivo y fuerza joven o en las enfermerías de nuestros conventos...
Ahí es donde se va tejiendo y relatando esta historia de amor.
Este libro quiere ayudar a comprender la vida consagrada desde la perspectiva del amor, un amor
concreto, real y maduro a Jesús, que llama personalmente a seguirle, que da la gracia de los hermanos en
las comunidades y que nos envía a relatar esta historia de amor en la misión.
Hojear
Índice
Más sobre el autor
Materias relacionadas
La memoria de Jesús y los cristianismos
de los orígenes
Aguirre Monasterio, Rafael
Colección: Ágora
ISBN:978-84-9073-106-2
Código EVD:0600036
Edición:1
Páginas:192
Tamaño:150 x 230 mm
Encuadernación:Rústica, cosida, tapa plastificada mate con barniz UVI brillo, con solapas
Precio sin IVA: 15,38 €
PVP: 16,00 €
Añadir a la cesta
Versión digital: Precio: 7,49 €
Este libro aborda tres problemas centrales, profundamente concatenados, en la crítica bíblica de nuestros
días y con hondas repercusiones teológicas y culturales.
El primer capítulo examina la situación de la exégesis actual: lo que se entiende por métodos críticos, la
tensión entre la exégesis científica y la lectura creyente, los subterfugios para eludir el reto que supone la
crítica bíblica, la importancia decisiva del lugar social del intérprete.
Por su propia naturaleza, la fe cristiana no puede dejar de interesarse por su relación con la historia. Esto
afecta, ante todo, a dos grandes temas: a Jesús de Nazaret y al surgimiento del cristianismo y de la Iglesia.
A su estudio se dedican los dos siguientes capítulos prestando especial atención a algunos aspectos
especialmente discutidos en la actualidad. Se habla de «cristianismos» para expresar la pluralidad de
tradiciones existentes en los orígenes, lo que plantea ineludibles cuestionamientos y abre prometedoras
posibilidades en el presente.
Hojear
Índice
Más sobre el autor
El hombre-florero
El País | Mario Vargas LLosa
Cuando estoy en Madrid camino todos los días, temprano en las mañanas, por un circuito que, arrancando
de la plaza de las Descalzas, me lleva a cruzar la plaza de Isabel II, el Palacio de Oriente, pasar ante los
Jardines de Sabatini, bordear el parque de Debod, bajar por el paseo del Pintor Rosales hasta la
transversal que se hunde en el parque del Oeste, dar allí media vuelta y desandar todo lo andado por un
desvío que me permite recorrer, esta vez desde el interior, todo el parque de Debod y divisar a veces la
solitaria ardillita que vive allí, saltando entre sus árboles. Es un itinerario tranquilo y agradable, que toma
una hora justa, en la que suelo cruzarme y descruzarme con las mismas personas: el cojito del gran danés,
el japonés marcial y su paso de ganso, las alegres comadres del Debod y su solitario gonfalonero, y
Ángela Molina despidiendo a su hijita menor en la puerta del autobús de su colegio.
FERNANDO VICENTE
Pero hace algunos años advertí una novedad en mi recorrido: una de las bancas del paseo que discurre al
pie de la suave colina donde está el templo egipcio había sido decorada con las hojas y ramitas que el
viento arranca y había en este arreglo una gracia y un buen gusto que llamaban la atención. No muchos
días después conocí al decorador. Nunca supe su nombre y me acostumbré a llamarlo siempre el hombre-
florero. Porque él se decoraba también a sí mismo, con la elegancia y picardía con que adornaba la banca
en la que —supongo— vivía y dormía. A diferencia de la mayoría de personas que pasan la noche en las
bancas y jardines del lugar, y que suelen ser moldavos, rumanos y búlgaros, el hombre-florero era español
y, por su acento, inequívocamente castellano. Al pasar yo frente a su banca, ya estaba lavado, peinado y
decorado, con flores, hojas y ramitas que animaban su sombrerito y sus orejas, su camisa y hasta sus
pantalones. Había mucha gracia en la manera como se engalanaba y, más tarde, cuando nos hicimos
amigos, me aseguró enfáticamente que toda esa vegetación con la que él coloreaba su banca, su cuerpo y
su atuendo no había sido jamás arrebatada por él a las plantas, las flores o los árboles, sino por otros o por
el viento: él se limitaba a recogerla del suelo y a darle una segunda vida, ya no natural sino estética.
Nuestra amistad nació de un episodio circunstancial. Una de esas mañanas, al pasar frente a su banca, vi
al hombre-florero discutiendo con dos policías que querían sacarlo de allí, alegando que esa banca que él
había convertido en su vivienda y en una especie de monumento a la ecología y al arte bruto era un bien
público. Me apenó mucho que fueran a echarlo de allí y me atreví a interceder por él. Por fortuna, los dos
policías me reconocieron y se dejaron convencer por mis razones, que eran éstas: el hombre-florero no
hacía daño a nadie ni a nada, más bien colaboraba con los recogedores de la basura y había convertido
aquella banca del parque de Debod en una obra de arte que podía seguir siendo usada y a la vez admirada
por los transeúntes.
Desde entonces y mientras vivió en el parque de Debod, el hombre-florero, apenas me veía venir, se
ponía de pie, me acompañaba un buen trecho y conversábamos. Aunque, en realidad, hablaba sobre todo
él y yo lo escuchaba, fascinado por sus conocimientos. Me ofrecía siempre, como una guía viviente, todos
los espectáculos artísticos de que uno podía disfrutar gratis en Madrid en esa jornada o en las venideras:
ensayos de orquestas o cantantes, películas u obras de teatro que se daban en las embajadas, centros
culturales extranjeros, iglesias, cofradías, oenegés, conferencias, mesas redondas, recitales, exposiciones
y, un día, hasta una función gratuita que daba un circo ¡para enfermos, discapacitados e invidentes! Él
asistía a todo eso y por ello tenía sus días muy ocupados, pues se desplazaba por Madrid naturalmente
siempre a pie. Su amor por todas las manifestaciones de la cultura era tan genuino como el que profesaba
a la naturaleza y sus opiniones sobre películas, dramas, pinturas, música e ideas (a condición de que no
fueran políticas, contra las que parecía vacunado) siempre me parecieron respetables.
Era un hombre relativamente joven —entre 40 y 50, calculo— y nunca parecía haber llevado otra vida
que ésta, es decir, la de un hombre-florero de la calle, contento y entusiasta con lo que hacía y, sobre todo,
con lo que no hacía. Muchas veces tuve la tentación de entrevistarlo, para saber cómo y por qué había
llegado a ser eso que era —un vagabundo culto, insolvente y feliz—y preguntarle si a veces no lo
sobresaltaba el temor de una enfermedad, de una vejez sin recursos, si en esa soledad irreductible en la
que parecía confinado no echaba a veces de menos la idea de una pareja, de una familia, pero nunca me
atreví. Tenía la impresión de que someterlo a ese género de interrogatorio podía ofenderlo.
Un día descubrí que otro de sus quehaceres era echar una mano a los drogadictos que, como él, habían
hecho de la calle su hogar. Había sobre todo un muchacho de origen mexicano, que caía por las noches en
el parque de Debod y que, psíquicamente maltratado por la heroína, padecía de ataques autodestructivos y
hablaba de suicidarse. Seguí a través de lo que me contaba sus desesperados esfuerzos para convencerlo
de que, pese a todo, la vida valía la pena de ser vivida, porque había en ella muchas cosas hermosas,
incluso para quienes carecían de recursos. Un día me aseguró, resplandeciente de felicidad: “Creo que lo
he convencido”. Era un optimista visceral y siempre estaba risueño. Un día me atreví a preguntarle si una
persona sin dinero, en Madrid, no estaba irremediablemente condenada a perecer de inanición. “En
absoluto”, me explicó. Y de inmediato me enumeró por lo menos una docena de refectorios y comederos
regentados por órdenes religiosas —católicas, evangélicas— o sociedades laicas que ofrecían bocadillos o
la tradicional “sopa de pobres” a los menesterosos de la ciudad.
Como paso intervalos de largos meses fuera de Madrid, al retorno de uno de ellos me llevé la
desagradable sorpresa, en mi caminata tempranera, de que la banca del hombre-florero ya no existía. ¿La
había abandonado él mismo, empujado por su espíritu nómada, o la habían destruido unos policías menos
tolerantes que aquellos gracias a los cuales nació nuestra amistad? Me entristeció mucho la desaparición
de ese amigo momentáneo que daba siempre una nota emotiva y cálida a los paseos con que comienzo el
día. Pregunté a las alegres comadres del parque de Debod y ninguna de ellas se acordaba siquiera de él.
Pero el cojito del perro gran danés me dijo que, aunque él mismo no lo había visto con sus ojos, pensaba
que se había mudado a la plaza de Oriente porque había divisado allí una banquita con los adornos
vegetales con que arropaba su banca de estos lares.
No encontré la tal banca pero sí lo encontré a él, muchos meses después de aquello que cuento, al pie de
la bella estatua ecuestre de la plaza de Oriente. Nos dimos un abrazo. Era el mismo personaje risueño,
entusiasta y reconciliado con la vida de antaño, pero era también otro. Ya no había rastro de vegetación
en su ropa ni en su cuerpo y, en su boca, no era la cultura la que llevaba la voz cantante sino la religión.
Me habló, de entrada y sin parar, como si retomáramos una conversación de la víspera, y con la misma
fogosidad de antaño, del Santo Padre Pío de Pietrelcina, un monje capuchino italiano que, al parecer, hizo
milagros y exhibía en sus manos los estigmas de la pasión de Cristo, sobre el que tenía una información
apabullante. Conocía su vida, sus enfermedades, sus virtudes, sus hazañas sobrenaturales, y, como en el
pasado me recomendaba espectáculos, charlas, recitales o exposiciones, ahora me ilustró sobre las misas
donde se escuchaban los sermones más inspirados y donde se oían a los mejores coros de la ciudad y las
tertulias sagradas que valía la pena no perderse.
Al despedirnos, me dejó en las manos un prospecto de las actividades de la semana en el vecino
monasterio de la Encarnación. Fue la última vez que lo vi, hace de esto dos o tres años. ¿Por qué escribo
sobre él? Porque esta mañana, mientras hacía mi caminata matutina en el malecón de Barranco, dentro de
una neblina que anuncia ya el próximo invierno de Lima, de repente creí verlo, al borde de los
acantilados, pobre y libérrimo, exaltado y feliz, más que nunca convencido de que en esta vida nadie tiene
derecho de aburrirse ni de deprimirse, porque, pese a todo, ella es lo mejor que nos ha pasado.
Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2015.
© Mario Vargas Llosa, 2015
Confluencias filosóficas a través del tiempo:
Descartes y Algazel
Carlos Javier González Serrano —
Trotta publicó hace poco un librito (apenas 100 páginas al accesible precio de 10 euros), en su siempre
tentadora colección Pliegos de Oriente, de uno de los maestros musulmanes más respetados
no sólo por quienes compartieron -y comparten, puesto que sus escritos siguen constituyendo una
auténtica referencia en la actualidad- su religión, sino también por filósofos y pensadores de todo signo y
adscripción. Me refiero a Algazel (Abu Hamid al-Gazali, 1058-111), contemporáneo de algunas de las
figuras más importantes del pensamiento oriental, como el caso, por ejemplo, de Omar Jayyam.
La persona inteligente conoce la verdad y luego considera la locución misma, y si es verdad, la acepta
tanto si el que la profiere es verdadero como si es mendaz.
Sólo una fue la meta de Algazel en vida, tras sufrir una crisis o iluminación espiritual que le
empuja a abandonar definitivamente su trabajo en Bagdad y peregrinar a la Meca. Tal meta no será otra
que la búsqueda de la verdad y la certeza. Si leemos las líneas inaugurales de El salvador del error.
Confesiones (en magnífica traducción del profesor Emilio Tornero), al lector avanzado no dejará
de sorprenderle la semejanza de la argumentación de Algazel con los primeros compases del Discurso del
método de Descartes. Comparemos, por un momento, algunas de sus afirmaciones. Digamos algo a
este respecto.
Algazel comienza la obra dirigiéndose a alguien -un discípulo, imaginamos, “hermano en la religión”-,
que le ha solicitado orientación sobre “el fin y los secretos de las ciencias y sobre las
profundidades y honduras de las doctrinas de las distintas escuelas”. Y a tal tarea se
entrega sin dilación, no sin antes esbozar su particular “método”, que, como digo, tanto le acerca en el
fondo y en la forma a Descartes (¿acaso pudo tener acceso el pensador francés a la obra de Algazel, dos
autores separados por un cisma temporal de más de cuatro siglos?).
El cometido de Algazel no es otro que el de poner “en claro la verdad entre el desorden de
las sectas con sus diferentes vías y métodos”. Pero no sólo eso, es decir, Algazel no
persigue un mero objetivo doctrinal, imponer su verdad sobre las demás, sino analizar tales
“vías y métodos” y, tan sólo después, evaluar la certeza o falsedad de su religión. Este prolífico pensador
(se dice que escribió más de 70 obras, que tanto influyeron en el mundo medieval, tanto de corte
musulmán como cristiano, sobre todo en Tomás de Aquino) es claro al respecto:
Mi ánimo me movió a buscar la verdadera naturaleza originaria, la verdad de las creencias que provienen
de seguir ciegamente a los padres y maestros y el discernimiento entre estas creencias recibidas cuyos
principios son dictados desde fuera del propio individuo.
Perplejo ante la inmensidad de conocimientos que no habían sido examinados
“críticamente” por Algazel, pero que sin embargo había aceptado “ciegamente”, el sabio se propone
un claro punto de partida:
Me dije entonces: “Primeramente debo buscar el conocimiento de las verdaderas naturalezas de las cosas,
pero para ello es preciso buscar la verdadera naturaleza del conocimiento, ver en qué consiste éste”.
Vemos, pues, qué magnífica y llamativa similitud encierran los presupuestos de Algazel -que desea
conocer la verdad de las cosas (para lo que será necesario examinar las fuentes de nuestro conocimiento)-
con los de Descartes en Discurso del método (cuyo subtítulo, no lo olvidemos, reza “Para dirigir bien la
razón, y buscar la verdad en las ciencias”). Leamos al francés por un momento:
Mas por el hecho de que yo deseaba entonces ocuparme exclusivamente en la investigación de la verdad,
pensé que era necesario que hiciese todo lo contrario y rechazara como absolutamente falso todo aquello
en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si después de esto no quedaba en mi ciencia algo
indubitable [y por ello] me resolví a suponer que todas las cosas que habían penetrado en mi espíritu eran
tan falsas como las ilusiones de mis sueños (Discurso del método, IV).
Un asunto, el de los sueños, al que por cierto también hace alusión Algazel: cuando éste se pregunta
qué “árbitro” puede haber más allá de la percepción y de la razón para juzgar sobre la verdad de las cosas,
nos explica que entonces se quedó “un tiempo sin saber qué responder y el ejemplo del sueño afirmó aún
más mi perplejidad”:
¿No me veo en sueños dando crédito a una serie de cosas e imaginando situaciones, creyéndolo todo
firme y decididamente, sin dudar, y luego cuando despierto, me doy cuenta de que todas aquellas cosas a
las que daba crédito no tienen ningún fundamento ni valor?
Ambos llegarán, aparentemente, a la misma conclusión, esto es, a que de algún modo cualquiera de
nuestras ideas debe tener en el fondo algún fundamento de verdad. Será tarea del
lector, en un entretenido y nada ocioso ejercicio de lectura y estudio, discernir en qué se diferencian
ambas concepciones, tan lejanas en el tiempo, pero tan hermanadas por el mismo espíritu.
Hay que tener en cuenta, desde luego, que Algazel habla desde la religión (¡demasiado atrevidas parecen
ya sus palabras!, si tenemos en cuenta la época en la que escribe El salvador del error.
Confesiones), mientras que Descartes llegará a Dios más como necesidad de fundamento que como
elemento meramente dogmático. Sin embargo, como explica el profesor Emilio Tornero en la excelente
“Introducción” de este pequeño tesoro bibliográfico,
Algazel se lanzó de lleno al estudio de la Filosofía, al parecer por su propia cuenta y riesgo, recurriendo
exclusivamente a lecturas. Su objeto era entenderla primero para refutarla después.
Incluso llegó a redactar un libro, intitulado Destrucción de los filósofos, en el que nuestro protagonista se
dedicó a criticar los presupuestos de los propios filósofos desde la religión islámica. Pero, y he aquí el
valor indiscutible de la obra de Algazel, de lectura obligada para cualquier persona interesada
en el nunca bien conocido desarrollo de la historia de la Filosofía:
La posición ecléctica y moderada de Algazel le llevó a no negar totalmente la Filosofía, pues en sus
críticas a los filósofos se sitúa en su mismo terreno, ya que combatirá sus argumentos desde las
exigencias de una razón depurada, no dejándose llevar, pues, por el escepticismo exagerado de la
ortodoxia islámica.
Y es que, para terminar, leamos las maravillosas palabras de Algazel al comienzo de El salvador del
error. Confesiones, donde nos transmite su auténtica e irrenunciable vocación:
La sed por conocer las verdaderas naturalezas de las cosas ha sido mi costumbre y mi hábito desde un
principio y desde la flor de mi vida. Ha sido como un instinto y como una predisposición innata puesta
por Dios en mi naturaleza, no debida a elección o a industria mía, para que se me desatara el nudo de
imitación ciega y para que se me resquebrajaran las creencias heredadas.
León Felipe. Cartas desde el Castillo
interior
No fue un exiliado más. León Felipe, el poeta prometeico, el republicano sosegado
y espiritual ya vivía a caballo entre México y España cuando en 1939 el exilio le
deja varado en la otra orilla de la lengua. Desde allí recibe a los nuevos exiliados,
los ayuda, soluciona sus problemas. Y escribe, escribe sin pausa. Conferencias,
cuadernos, cartas. Una obra oculta e inédita, por la que se le escapa el alma, que
ahora reúne la Fundación Banco Santander en Castillo interior.
EL CULTURAL | 03/04/2015 | Edición impresa
Gonzalo Santonja, catedrático y director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, y Javier
Expósito, director literario de la Fundación Banco Santander, han fatigado el Legado León Felipe del
Archivo Histórico de Zamora para descubrir “cómo trabajaba”. “En Castillo interior hemos querido
mostrar al poeta en el obrador. Había llegado a México en 1922, su mujer era mexicana, conocía mejor
que nadie el exilio. Su casa se convierte desde 1939 en una agencia de inserción”, explica Santonja. Entre
los abundantes escritos de esos años destaca la correspondencia con Juan Larrea, poeta bilbaíno y
vanguardista, de la que exhumamos alguna carta. Un diálogo “espiritual y fluido” que va más allá de su
aparente carácter práctico, en el que, según Santonja, “nos asomamos al alma, al castillo interior de
Felipe”. Y reproducimos también la memorable felicitación a la niña María Luisa Gíner de los Ríos.
Carta de Juan Larrea a León Felipe
1 de julio de 1941
Querido León:
Bernardo, por mi conducto, te confía el encargo de invitar al Sr. Héctor Pérez Martínez a participar en el
financiamiento de nuestra revista suscribiendo una obligación de quinientos pesos. Creo que dada la
estrecha amistad que tanto a uno como a otro os une con dicho Sr. no presentará el asunto dificultades
mayores. Bernardo no se dirige a él directamente por estimar que tú puedes facilitarle de palabra más
amplias explicacionesque él por escrito. La entrega de fondospodría efectuarla a su gusto. Siempre, sin
embargo, sería más cómodo, hallándose fuera, que la hiciera en los menores plazos posibles.
Agobiados por tu imperturbable silencio de gran pirámide, seguimos dando vueltas a la misma noria.
Tuvimos ya una primera reunión constitutiva y pronto volveremos a reunirnos para puntualizar
importantes detalles de la organización, todavía en el aire, y formalizar la escritura. Se están cobrando las
participaciones, que ascienden ya a unas cuarenta.
He aceptado complacido el encargo de escribirte con la esperanza de tener noticias tuyas. Tanto más
cuanto nos convendría saber si es cierto, como se pretende, que no piensas regresar hasta fines de año, y
que este asunto de la revista no te interesa sino al contrario. Se me hace difícil creerlo. Más como no se
trata de mi creencia sino de una obra conjunta y algunos compañeros están un poco extrañados, te
agradecería muy de veras una amistosa y franca declaración a este respecto.
Guite y los niños bien. Juan Jaime ha reanudado sus clases, y aunque no se halle aún en plena posesión de
sus medios, sigue contento y mejorado. Te recordamos con cariñosa frecuencia y hemos sentido muy de
veras tu desgracia familiar. Supimos que tu viaje había sido excelente y que te encontrabas bien.
Ponme dos letras sin tardanza y recibe un afectuoso abrazo de
Juan
Carta de León Felipe a Juan Larrea
Campeche, 9 de julio de 1941
Querido Larrea
He estado fuera de Campeche en una ciudad llamada El Carmen donde las comunicaciones son difíciles.
Allí me mandaron tu carta cuando yo iba a venirme aquí a la capital del Estado en la que reside el
gobernador Héctor Pérez Martínez. Hoy he hablado con él sobre la revista y que él cree que es cosa
factible esa ayuda. Creo que ahora debe escribirle Bernardo, dándole todos los detalles para cerrar el
contrato, como dicen los hombres de negocios.
Nada hay para tu secreto en mi conducta. Me he venido aquí huyendo de mí mismo, como he andado
siempre corriendo por el mundo, y cada vez y en todas partes me encuentro en mi realidad de una manera
más dramática y desesperada: no tengo deseos ni fe. Me asombra que haya quien quiera luchar y amar y
vivir. No sé hacer nada y tal vez haga lo mejor no poniéndome en el camino de nadie. A mí no me
necesitáis. Y Bernardo y tú podéis llevar adelante la labor de la revista, si créis que una revista en estos
días puede servir de algo. Es muy difícil decir lo que uno piensa y lo que uno quisiera decir desde su
marco personal, pero es más difícil para mí aún hablar desde la terraza de una compañía. Si no puedo
gritar desde la ventana de mi casa porque no me oye nadie, tampoco quiero gritar desde un balcón con
cincuenta señores que me tirarán de la chaqueta en cuanto diga lo que no les convenga a sus intereses.
Pero no es esto lo esencial. Lo esencial probablemente es que yo no tengo nada que decir porque supongo
que esta desgana mía y este viejo amargor de boca no le interesan a nadie.
Por lo demás te quiero como siempre y a los tuyos también. Abrazos,
León
Carta de León Felipe a María Luisa Giner de los Ríos
y Díez-Canedo
México, agosto de 1955
María Luisa Giner de los Ríos y Díaza Canedo:
Mi querida y vieja amiga ¡cómo pasan los años! ¡Quién te ha visto y quién te ve!... Te han salido los
dientes y se te han caido las trenzas... Antes contabas los años con los dedos de las manos. Yo te conocí
cuando los contabas con el dedod meñique. Todavía cuando te fuiste a Chile te sobraban dedos para llevar
la cuenta. Ahora, tienes que escribir tus once años con dos anzuelos: 11; o con dos estacas: II; o con dos
trenzas cortadas: 33..., en fin, que te ha salido el tiempo como dos colmillos.
¡Terrible cosa son los años!... Además, te ha salido un álbum como un rumor de vanidad para que te
escriban tus amigos los poetas pequeños y gloriosos madrigales en lugar de cuentecillos..., porque tú
tienes más amigos poetas que Margarita y Violante...
Sin embargo, para que esos poetas pudiesen convertir los cuentos en madrigales no debiste haberte
cortado nunca las trenzas. Todos pensábamos que tú eras una pequeña Isolda que estaba creciendo para
ser la prometida de un rey. Y yo siempre supuse que las golondrinas, amigas de Tristán, te habían
arrastrado y se habían llevado ya en el pico una hebra de oro de aquellas crenchas tuyas antiguas. ¿Te
acuerdas cómo fue aquello de Tristán, del Rey Marco y del cabello dorado, junto al mar de Tintajel, dos
golondrinas mensajeras?... Es un cuento viejo y lento en el que se refiere que aquel cabello vino a posarse
en la barba cana del rey, y que el rey, tomándolo entre los dedos, dijo: “Me casaré con la mujer de cuyas
trenzas se ha desprendido esta hebra de oro”.
Y Tristán, que amaba al rey como a su padre, se fue a buscar el sol de donde había salido aquel rayito de
luz. Después de mucho navegar, Tristán encontró a Isolda... Y el cuento sigue... ¡largo, largo, largo!
Como las trenzas rubias de una novia germana.
Pero he aquí que este cuento ya no podrá contarse nunca, porque todas las Isoldas del mundo se han
cortado las trenzas de oro, como tú, y las golondrinas ya no tienen nada que hacer en el Reino del Amor,
donde los cuentos ingenuos e infantiles se convertían en luminosos madrigales...
Bueno, bueno; adiós, adiós; me voy que me espera el Silencio...
León Felipe
Carta de León Felipe a José Bernadette
[Mair José Bernadette (Dardanelos 1895-Massachussets 1989), fue un hispanista sefardita radicado en la
Universidad de Cornell, que se convirtió en compañero y amigo de León Felipe durante la estancia de
éste en dicha universidad en los años veinte como profesor de español. Unas vacaciones del poeta con
Berta, su esposa, en 1930, que se convirtieron después en una marcha definitiva, darían lugar a la
correspondencia entre ambos, de la que ésta carta es una muestra representativa. El libro al que se refiere
Felipe es Español del éxodo y el llanto, publicado a principios de 1939 por la Casa de España en México,
y dedicado al Presidente Lázaro Cardenas por la hospitalidad que sintiera ya en su primer viaje en 1923
cuando llegó solo con una carta para Alfonso Reyes. Henri Bremond fundó la corriente poética de la
llamada poesía pura (1926) con la obra del mismo título, que reaccionaba frente al romanticismo
decadente, y tuvo también en Paul Valery uno de sus grandes representantes. Bremond equipara la poesía
a un estado místico de la escritura.]
Athica, N.Y. 5 de mayo de 1939
Querido Bernadette:
Por delante va un libro para Ud. Es de los primeros que he recibido.
No sé cómo contestar a su última carta. En mis libros hallará Ud. Todo lo que yo podría decirle. Este
último no es un libro puramente lírico, ya lo sé; es sin embargo , más puro que el primero porque en él el
sentimiento del dolor y la melancolía han quedado deshechos. Pero a esta anulación no he llegado por una
impuesta estética apriorística sino por una actitud religiosa filosófica y vital que se ha definido claramente
en mí al contacto con este pueblo.
Estoy con Eliot y con los poetas metafísicos ingleses más que con las actuales corrientes francesas. Huyo,
sin embargo, como Ud ríe, del pesimismo de casi todos los últimos poetas norteamericanos. Mi devoción
por Valery es porque su poesía es un franco mentís a su estética. Tan poeta filosófico es él como
Lucrecio. Y acepto aquellas palabras del Abate Bremond: “ Toda poesía es una oración”. No he entrado a
rezar en las capillas de Góngora y no me he esforzado por encontrar una forma ceñida. Casi siempre he
trabajado sobre la sencillez del romance, no arrastrado por su democracia sino por su tolerancia que
admite el cruce con todos los versos; los más extranjeros y aristocráticos, con la forma amétrica primitiva,
y no se queja aunque le quebremos en pedazos monosilábicos. No creo que la imagen original sea la única
expresión lírica. Tan pura me parece a veces una frase hecha como una metáfora original.
Todo el libro está en contra de la manera vigente en España. La gente ortodoxa en Religión que es casi
toda España y la minoría vanguardista (capitaneada por Ortega), no han de encontrarlo de su agrado. Sin
embargo, el libro es hijo de una experiencia actual de mi vida.
Cervantes y Whitman, a pesar de la derrota democrática, son las dos voces más fecundas de la literatura
occidental y su cristianismo dinámico y dionisiaco me parece mejor que la aristocracia nietzschiana (que
está pregonando Ortega con gritos y gestos de plazuela).
Repito que todo esto lo hallará Ud. En el libro, pero si quiere Ud. Algún otro detalle, dígamelo más
específicamente.
Le abraza su amigo
León Felipe
Teresa de Jesús, presente en la Semana
de Vida Consagrada
MJ / 2 días ago
Teresa de Jesús, con motivo del V Centenario, estará presente en la 44ª Semana para Institutos de Vida
Consagrada. La Hna. Olga de la Cruz, priora del monasterio de Loeches (Madrid), y miembro de la
Comisión del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, evocará su figura con una ponencia titulada
“Carta de Santa Teresa de Jesús a la Vida Consagrada”.
Ofrecemos el programa completo de estas jornadas, que puede también descargarse en este enlace:
Memoria, presencia, futuro. La vida religiosa en el
Pueblo de Dios. 44ª Semana nacional para Institutos de
Vida Consagrada
Jueves 9
16.00 h. Acogida y entrega de materiales.
17.00 h. Sesión de apertura.
Excmo y Rvdmo. Sr. D. CARLOS OSORO, Arzobispo de Madrid.
Excmo. DR. D. ÁNGEL GALINDO, Rector magnífico de la UPSA.
M.R.P. LUIS ÁNGEL DE LAS HERAS,cmf. Presidente de CONFER.
Rvdmo. P. JOSEP MARIA ABELLA,cmf. Presidente del ITVR.
18.00 h. Presentación de la Semana
P. CARLOS MARTÍNEZ OLIVERAS,cmf. Director del ITVR.
MEMORIA AGRADECIDA
18.30 h. La vida religiosa desde el Concilio Vaticano II a nuestros días.
Emmo. y Rvdmo. SR. D. FERNANDO SEBASTIÁN AGUILAR,cmf. Cardenal arzobispo
emérito de Pamplona.
Viernes 10
10.00 h.La vida consagrada en el misterio de la Iglesia.
P. SEBASTIANO PACIOLLA,O. Cist. Subsecretario de la CIVCSVA.
12.00 h. Alientos e interpelaciones para la Vida Consagrada.
DR. D. GIOVANNI MARIA VIAN, Director de L’ Osservatore Romano.
13.00 h. Eucaristía
PORVENIR SOÑADO
17.00 h. El Dios de la fidelidad que sorprende y renueva.
P. JOSÉ CRISTO REY GARCÍA PAREDES,cmf. Subdirector del ITVR.
18.30 h. La Iglesia en diálogo evangélico con lacultura secular.
Sor IVONNE REUNGOAT, fma. Superiora general Hijas de María Auxiliadora.
Sábado 11
10.00 h. La vida consagrada “in servitum caritatis”.
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. ÓSCAR RODRÍGUEZ MARADIAGA, sdb. Presidente de Caritas
internationalis.
12.00 h. Mesa redonda.
«…y los jóvenes tendrán visiones» [Hch 2, 17].
Anhelos de la vida religiosa joven.
13.00 h. Eucaristía.
PRESENTE APASIONADO
17.00 h. Formar hoy para la vida consagrada del s. XXI.
Hno. SÉAN SAMMON, fms. Ex-superior general de los hermanos maristas.
18.00 h. Carta de Santa Teresa de Jesús a la Vida Consagrada.
Hna. OLGA DE LA CRUZ,ocd. Comisión V Centenario. Carmelo de Loeches.
19.00 h. Tarde de música y oración.
MAITE LÓPEZ MAHÚN. Hermanas de la Consolación.
Domingo 12
10.00 h.Crisis y kairós: nueva oportunidad de conversión personal y pastoral.
P. GONZALO FERNÁNDEZ SANZ,cmf. Prefecto general de espiritualidad.
12.00 h. El Año de la Vida Consagrada.
Emmo. y Rvdmo. SR. D. RICARDO BLÁZQUEZ PÉREZ. Presidente de la Conferencia
Episcopal Española.
13.00 h. Eucaristía de clausura.
«La experiencia mística es gratuita; el
hombre no la consigue, se le da»
El carmelita descalzo Santiago Guerra Sancho en su despacho de Salamanca. / J. H.
 Santiago Guerra Sancho / Carmelita descalzo y
profesor experto en mística, «La mística se da
en niveles más profundos que el nivel de
conciencia racional» para expresar estas
experiencias hay que recurrir a un lenguaje de
paradojas y símbolos
 Jorge Holguera Illera | salamanca
3 abril 201511:34
Norte de Castilla

 98
 4

El carmelita descalzo Santiago Guerra Sancho lleva viviendo en Salamanca 64 de sus joviales 83 años de
edad. La enorme vitalidad de su persona es alimentada por una incesante labor académica. En el ágil
trajinar de su día a día no faltan numerosas charlas como las que imparte cada viernes y cursos de
meditación. Además dirige un centro de Yoga que también fundó. En su día fue profesor de la Facultad
de Teología San Esteban. Con esta orden no ha dejado de estar vinculado gracias a su colaboración en
diversas ponencias como experto en mística. Es profesor de mística y diálogo interreligioso en la
Universidad de la Mística de Ávila. Precisamente por tratarse de una de las personas que hoy día está más
facultada para hablar de mística merece esta entrevista que ahondar en interesantes cuestiones que tratan
de desvelar la actualidad, y algún dato relacionado con esta materia tan difícil de definir y de delimitar
pero que tanto interés despierta.
–¿En palabras de hoy qué podríamos decir que es la mística?
–Depende, porque hay muchos tipos de mística, lo que sí te puedo decir es que está muy de actualidad.
Decir mística no es decir mística cristiana, es decir mística, en ese sentido no se puede dar una definición
de mística, porque no hay una mística. Hay una mística budista, hay una mística cristiana,.. pero que
desde el punto de vista fenomenológico tienen puntos comunes.
– ¿Podría decirnos algo común?
–Como algo común a todas las místicas es la experiencia de unidad de la persona con la realidad
trascendente. Pero luego hay místicas muy diferentes, por ejemplo está la mística hinduista, la budista, la
islamista, la cristiana,..
–¿Qué diferencia hay entre la mística de hoy y la de los tiempos de Santa Teresa?
–Diríamos que se tiende a unir mística y ciencia, con lo cual quedarían corroboradas las experiencias de
los místicos. Se da una relación entre determinadas ondas cerebrales muy profundas y las experiencias
místicas y entre el hemisferio cerebral derecho y las experiencias místicas. Esta es una característica, la
relación entre las experiencias místicas y las ondas cerebrales.
– ¿Qué tipo de personas se interesan hoy por la mística?
–Se interesan los estudiosos del fenómeno religioso, porque dentro del fenómeno religioso, la mística es
algo muy especial.; y se interesan los científicos, sobre todo la nueva física, y la nueva psicología, la
psicología transpersonal, cada uno desde su punto de vista. Pero la ciencia por mucho que se acerque a la
mística no es mística, la ciencia es ciencia y la mística es experiencia. Las experiencias místicas son muy
difícil de explicar, Santa Teresa decía, «me es más imposible expresar esas experiencias que hablar en
griego». Siempre ha sido una nota de la mística la inefabilidad.
–¿Inefabilidad?
–El místico tiene una experiencia que es inefable porque pertenece a un nivel de conciencia que no es el
racional y por lo tanto, ahí desaparece el lenguaje racional. Para, de alguna forma dar a entender la
experiencia mística tiene que recurrir a otro tipo de lenguaje como es el símbolo, la paradoja, .. La
paradoja es como una aparente contradicción desde el punto de vista lógico, pero que expresa lo más
profundo de la realidad. Lo más profundo de la realidad se explica solamente con símbolos y con
paradojas pero no se puede explicar con un lenguaje racional que es el propio del conocimiento racional,
porque la mística se da en niveles más profundos que el nivel de conciencia racional.
–¿Cualquier persona está preparada para tener experiencias místicas? ¿Qué condiciones hacen falta?
–No hay condiciones, la mística, se puede decir que el hombre no la consigue, se le da. Es una
experiencia gratuita. Yo suelo decir que normalmente, porque la experiencia mística puede venir
repentina, han habido casos. Normalmente se requiere un camino largo de preparación que consiste en un
camino para que te vacíes de tus operaciones naturales -de entendimiento, memoria y voluntad-, para que
esas potencias sean llenadas con la experiencia mística. Yo suelo decir que a través de este camino, que
podemos llamar el camino ascético, se puede llegar hasta la puerta del misterio, pero que no se puede
empujar, o sea que la puerta se abre desde dentro. Con lo cual quiero indicar que la experiencia mística es
gratuita, se da, como que viene de repente. Evidentemente la preparación ha influido, es decir, ha
preparado al sujeto, pero que no es el efecto de tu preparación, sino que le viene dada.
–¿Qué nos dice de los santos místicos por excelencia, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús?
–Quiero que se distinga entre vida mística, que es la experiencia de unión con la realidad trascendente, en
caso de Santa Teresa con Dios personal o con Cristo, y fenómenos místicos que la gente confunde
normalmente con la mística. Un ejemplo de vida mística es el que ponía la Santa de las dos velas que en
un extremo hacen una sola luz. Los fenómenos místicos, es algo que muchos consideran accesorio, Santa
Teresa, por ejemplo, lo llama arrobamiento, arrebatamiento, herida de espinas, duelo de espíritu y que en
ella acompañaron su vida mística y le ayudaron a intensificarlo cada vez más. A la Santa, todos esos
fenómenos le duran hasta que tiene la experiencia suprema mística que se llama matrimonio espiritual.
Una vez que tiene esa experiencia cesa todo eso, por lo tanto, en la Santa todos esos fenómenos místicos
eran lo que ella llamaba joyas que le va mandando el esposo futuro para prepararla para el matrimonio
espiritual y para la consumación de la experiencia mística. Fue una época concreta que en Las Morada
ella llamaba el desposorio espiritual. En ella fue una preparación que iba intensificando el amor divino, el
amor al prójimo, le iba haciendo más santa. San Juan de la Cruz y Santa Teresa se diferencian en que
Santa Teresa es más descriptiva, no es una intelectual pero es una sabia. San Juan de la Cruz es más
intelectual y entonces su mística está expresada en un nivel intelectual.
Teresa en la pluma de Ramón J. Sender
MJ / 2 días ago
Pedro Paricio Aucejo
La rica personalidad humana de Santa Teresa de Jesús, la densidad de sus relaciones sociales, la
relevancia temporal de sus actos, la trascendencia de su espiritualidad, la grandeza de su obra fundadora,
la universal influencia de sus escritos, su inextinguible repercusión –siglo tras siglo– en la historia… han
hecho de ella una figura propicia para ser novelada por narradores autóctonos y extranjeros, admiradores
y detractores, religiosos y no creyentes. En esta serie ininterrumpida de novelistas inspirados por la vida y
la obra de la monja castellana se encuentra –a pesar de su peculiar actitud respecto de la religión– el
aragonés Ramón J. Sender (1902-1982).
La vocación literaria de este escritor se despertó tempranamente con la colaboración, desde muy joven, en
publicaciones periódicas, llegando a lo largo de su vida a redactar más de 2.000 artículos. Terminada la
guerra civil, se exilió a Francia, México (donde, entre otros menesteres, fundó y dirigió una editorial) y,
en 1948, fijó su residencia en los Estados Unidos, país en el que ejerció como profesor de literatura
española y continuó su carrera de escritor. En España recibió varios premios literarios, como el Nacional
de Literatura y el Planeta. Hombre de activismo político durante muchos años, su escritura es una
manifestación más de su necesidad de acción, por lo que acopió una inmensa obra de monumental
extensión. Esta circunstancia le llevó compulsivamente a una pródiga creatividad literaria en la que,
además de cultivar la poesía y el teatro, alcanzó una ingente fecundidad narrativa con la práctica del
periodismo, el cuento, el ensayo y, sobre todo, la novela. Por su extensísima producción –enriquecida por
su variedad temática y de formas– quizá se le pueda considerar el más prolífico de nuestros escritores del
siglo XX.
Sender se sintió literariamente atraído por la figura de la Santa de Ávila, a pesar de que en su tarea
creativa dejara constancia escrita de su condena a toda fe instituida o encarnada y a cualquier mito, ritual
y dogma religioso, sin renunciar por ello a sus íntimos sentimientos de fraternidad universal, libertad y
amor, que vivía como meros ideales humanos. Aquella influencia de la reformadora carmelita en su vida
se remonta a sus años de bachillerato, en que, con ocasión de la celebración del IV centenario de su
nacimiento, se le quedó grabada en su imaginación la personalidad de la mística abulense,
despertándosele el deseo de conocer sus escritos. Esta fascinación continuó en el tiempo hasta que, en
1967, cuajó literariamente con la publicación de su obra Tres novelas teresianas. En ella su autor –
entreverando lo verosímil y lo verdadero– despliega los elementos más novelescos presentes en la Vida,
referidos a la biografía, la personalidad y el misticismo de la Doctora de la Iglesia, a la vez que mezcla
personajes históricos relevantes (Antonio Pérez, duque de Alba, don Juan de Austria, Carlos V…) con
referencias y personajes literarios (Lope de Vega, fray Luis de Granada, Erasmo de Rotterdam, don Juan
Tenorio, Lazarillo de Tormes…), sirviendo también así de puerta de acceso al conocimiento del Siglo de
Oro.
Se trata de tres breves narraciones de tipo histórico –llamadas novelas por Sender–, independientes entre
sí, que, si bien narran momentos distintos de la vida de Santa Teresa, al estar dotadas de una consistente
unidad, funcionan como estampas o capítulos de un mismo relato. En la primera (La puerta grande) se
describen los primeros meses de su noviciado en el convento y su posterior desplazamiento, por orden
paterna, a la localidad de Becedas –en cuyo recorrido se encuentra y dialoga con don Quijote y Sancho–
para convalecer de una enfermedad. Es un tiempo de dudas, en que la joven reflexiona sobre su vocación,
mostrando en sus inicios un espontáneo amor universal que, con el correr de los años, se concretará en su
definitivo amor a Cristo.La segunda (La princesa bisoja) presenta a Teresa como priora en el convento de
Pastrana, donado por la voluptuosa doña Ana Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, a la sazón retirada
allí desde la muerte de su esposo, y con la que mantuvo una variable relación. La tercera (En la misa de
Fray Hernando del Castillo), dentro de la peculiar visión que el escritor tiene de la España de los
Austrias, presenta a la religiosa descalza asistiendo a una eucaristía en la capilla real, en la que el capellán
de la corte –conocedor de la participación de Felipe II en el asesinato del barón de Montigny– predica su
sermón con la intención de que el rey sepa que se dirige a él y a sus cómplices allí asistentes.
En definitiva, en esta novela histórica, Sender, al tiempo que –con imaginación creadora– resalta su
visión humana y literaria de la Edad Dorada, en concordancia con la posición personal del autor respecto
de la religión, muestra su simpatía por el protagonismo de una Santa que, sin menoscabo de su cercanía a
Dios, contempla el mundo desde una amplia perspectiva fundamentada en el amor, la fraternidad y la
libertad.
¿Son “católicas” las universidades
católicas?
05 15:18:23 de abril de 2015
Jorge Costadoat, SJ
¿Son “católicas” las universidades católicas? Difícil decirlo. En realidad,
esta pregunta solo puede responderla el Padre Eterno. Si no fueran cristianas,
no serían católicas. Pero solo Dios sabe qué es cristiano y qué no. Sin
embargo, la pregunta nos sirve para orientarnos en lo que buscamos. Esto es,
una universidad al servicio de la misión de la Iglesia.
El marco más amplio en el que se ubica el tema, es el de la relación de la
Iglesia con la sociedad. La universidad católica hace real este vínculo. La
universidad depende del vínculo que la Iglesia establezca con la sociedad.
Pero también la Iglesia depende del vínculo que la universidad establezca con
la sociedad. En este ir y venir de la Iglesia a la universidad, en la sociedad,
depende en parte el cumplimiento de la misión de la Iglesia, cual es la
edificación de la “civilización del amor” (Pablo VI).
La relación de la Iglesia con la sociedad puede darse en diversos esquemas
eclesiológicos. Hasta el Concilio Vaticano II ha podido prevalecer un esquema
decimonónico de confrontación y de condena de la Iglesia a la modernidad.
Este planteamiento ha caracterizado una discordia estéril y nociva. Muchos de
nuestros contemporáneos se han alejado de la Iglesia. Pero, por otra parte,
nuestras sociedades no han llegado a conocer suficientemente el Evangelio y
sacar de él todas sus consecuencias humanizadoras y socializadoras.
En el Vaticano II se hicieron presentes otros dos esquemas eclesiológicos,
ambos positivos. Entonces la Iglesia se planteó en términos amistosos ante la
época. En uno de ellos, todavía se acentuó la diferencia entre Iglesia y mundo:
se supuso que ambos eran los interlocutores de un diálogo a favor de mayores
niveles de humanidad. Pero la representación ha sido la de una realidad frente
a la otra; la de un diálogo de la Iglesia “con” el mundo, en el entendido de que
la Iglesia enseña y, a veces, aprende del mundo.
En un segundo esquema, también conciliar, se entendió que la Iglesia es una
realidad “mundana” en el mejor sentido de la palabra. En este caso la Iglesia
está “en” el mundo y el mundo “en” la Iglesia. Todo lo que ella tiene que aportar
como evangelización puede hacerlo solo de un modo “mundano”. En otros
términos, de un modo empático y autorreflexivo. Esto es patente en la
Constitución Apostólica Gaudium et spes:
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias
de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y
esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de
Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no
encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana
está integrada por hombres que, reunidos en Cristo,
son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar
hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva
de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia
por ello se siente íntima y realmente solidaria del
género humano y de su historia (Gaudium et spes, 1).
En este esquema la Iglesia no se impone a la cultura contemporánea (esquema
preconciliar) ni dialoga simplemente con ella (primer esquema conciliar), sino
que discierne en ella -en su propia mundanidad- los signos de los tiempos y
anuncia el Evangelio en clave verdaderamente civilizadora.
Este último esquema fue posible elucidarlo en la medida que prevaleció en el
Concilio la convicción teológica de la salvación universal. Lo fundamental,
absolutamente esencial, pasó a ser el amor de Dios por todos los hombres y el
de estos entre sí (Lumen gentium, 1, 14). El Concilio reconoció explícitamente
que Dios encuentra a cada uno y a cada pueblo el camino de su salvación, por
vías que la Iglesia puede desconocer (Gaudium et spes, 22; Ad gentes, 7). La
verdad de la salvación pasó a ser un dato antropológico cumplido ya en toda la
humanidad gracias al acontecimiento Jesucristo. Esto no hace superflua a la
Iglesia, pero la obliga a redescubrir su ubicación en la historia y a redefinir su
servicio de la humanidad.
¿Qué podrá significar este modo de entender las relaciones de la Iglesia con la
sociedad y la cultura, para las universidades católicas? Por lo menos dos
cosas:
La universidad encuentra la verdad “en” la sociedad. Ella no tiene ninguna
verdad que enseñar a nadie que haya podido ser descubierta sin los demás o
por vías divinas pero no humanas (como ocurre con la Encarnación: a Dios lo
encontramos completamente en el hombre Jesús).
. La universidad católica constituye un lugar de arraigo de la Iglesia en un
mundo en el que la verdad, incluso la verdad de Cristo, se encuentra gracias al
diálogo y la discusión, a la crítica y a la autocrítica.
. La universidad católica, en realidad, no dialoga “con” la sociedad, sino “en” la
sociedad, en el tejido de lo humano, social, cultural e históricamente en
desarrollo. Pasándolo todo sin excepción por la criba de la razón, la universidad
católica destila la verdad eterna en verdades temporales civilizadoras y, por
esto mismo, preserva a la Iglesia del fideísmo, del fanatismo y de múltiples
equivocaciones.
¿Son “católicas” las universidades católicas? Sí, cuando buscan la verdad
que Dios nos revela humano modo, esto es, a través de todos los hombres, en
la pluralidad de lo humano y en el incesante cambiar de los tiempos.
Jorge Costadoat, SJ
Del libro: LA IGLESIA TODAVIA / Fracaso y porvenir en la transmisión de
la fe (pgs. 45-48).
Carta abierta a Jorge Costadoat, sj
Editado por
José Mª Castillo
Querido y admirado Jorge:
En el III Congreso de Teología, que organiza el Centro Monseñor Romero, de la UCA, en El Salvador,
me enteré de la prohibición de seguir enseñando Teología en la Universidad
Católica que te ha impuesto el cardenal de Santiago de Chile. Ignoro los verdaderos motivos que han
llevado al cardenal a tomar una decisión tan grave. En todo caso, me sorprende este asunto porque, por las
informaciones que nos van llegando, no mediaban errores doctrinales ni comportamientos
improcedentes por tu parte. Y si hay algo de esto, ¿por qué no lo dice claramente la
correspondiente autoridad jerárquica?
Pero la intención de esta carta no es aclarar lo que a mí no me corresponde. Lo que te quiero decir con
este escrito es más personal. En Abril de 1988, a mí me ocurrió algo parecido a lo que te
ha sucedido a ti. Como sabes, yo era catedrático de Teología en la Facultad de Teología de Granada
(España). Y un buen día, sin previo aviso, ni proceso, ni ocasión alguna para poder defenderme (ya que
no sabía, ni sé, por qué se tomó aquella decisión), el provincial de los jesuitas de Andalucía y Canarias
me comunicó, de palabra y sin mediar documento alguno, que se me prohibía seguir enseñando en la
Facultad. Sólo sé que la prohibición venía de Roma. Han pasado tantos años desde entonces, y a estas
alturas veo que me voy a ir de este mundo sin saber por qué se tomó aquella decisión.
Así las cosas, me tomo la libertad de indicarte - por si te sirve de algo - que cuides (todo lo que
puedas) tu salud emocional y psíquica. Te lo digo porque a mí me costó aquello una depresión
muy seria de la que tardé ocho años en salir. Y sobre todo no permitas que se tambalee tu fe, tu
amor a la Iglesia y a la Compañía de Jesús. No soy yo la persona más indicada para aconsejar
esto a nadie. Porque creo que no he sido, ni soy, ejemplar en ninguna de estas cosas. Pero, en mi caso al
menos, lo que soy y lo que sé, todo ello se lo debo a los jesuitas. Y, en definitiva, se lo debo a la Iglesia.
Porque ha sido la Iglesia la que ha hecho posible que yo conozca a Jesús de Nazaret. Y pueda conocer el
Evangelio y lo que representa en la vida el seguimiento de Jesús. He sido infiel, muchas veces, a mis
mejores ilusiones y deseos. Pero también es verdad que nunca he perdido la ilusión de ser libre y vivir la
libertad al servicio de la misericordia.
Me tomo también la libertad de decirte estas cosas, que tú sabes mejor que yo, por algo que seguramente
todavía no has vivido. Los que nos vemos sancionados por la Iglesia, como inaceptables para seguir
enseñando Teología, por eso mismo quedamos marcados para el resto de nuestros días. Porque ya resulta
inevitable que haya muchas personas (buenas personas) que pensarán de ti, como piensan de mí, “si ha
sido sancionado por la autoridad responsable, algo habrá hecho”. Y eso ya queda
como un cliché que nos marca y que nos cierra muchas puertas y aleja de nosotros a muchas personas.
Sólo la fe en Jesús, la ilusión por seguir trabajando en el quehacer teológico, y la firme decisión de no
dejarse dominar por el resentimiento, nos puede sacar adelante.
Perdona, querido Jorge, la libertad que me tomo al escribirte públicamente lo que aquí te digo. Acéptalo
como un desahogo. De mí, posiblemente, pensarán..., ¿qué se yo? Cada cual es libre para pensar lo que
crea más lógico. Lo que nos tiene que importar es si nuestra forma de vida evoca a los demás una imagen
que le pueda ayudar a ser más humanos, más honrados y siempre buenas personas.
Con un cordial abrazo,
José María Castillo
Del ateísmo al teísmo por la razón
científica: El caso de Antony Flew (II)
Argumentos de una sorprendente conversión racional
Durante el siglo XX, el filósofo inglés Antony Flew fue un protagonista de
una crítica a la religión construida desde la filosofía analítica. Su obra en
este sentido fue la de un gran maestro: Flew analizó los sistemas de
lenguaje religioso de las sociedades humanas, para mostrar que no
responden al mundo empírico, que es el único que podría dar carta de
legitimidad a nuestro lenguaje. Sin embargo, en sus últimos años, en Flew
se produjo una sorprendente conversión racional al teísmo que había
combatido. ¿En qué argumentos fundó su tránsito al teísmo? ¿Cómo
podemos valorarlos? Por Javier Monserrat.
inShare3
Portada del libro "Atheistic Humanism", publicado por Antony Flew en 1993.
En el presente artículo proseguimos el análisis del pensamiento de Antony Flew iniciado en un trabajo
previo, recientemente también publicado en Tendencias21 de las Religiones.
En otros artículos de esta revista me he referido a lo que se ha venido en llamar en la última década el
Nuevo Ateísmo , representado por Richard Dawkins, Daniel Dennett, Sam Harris y Christopher Hitchens.
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi
La posada del silencio, nº 73, curso vi

Contenu connexe

Tendances

Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...
Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...
Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...Crónicas del despojo
 
México: Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos
México: Caravana de Madres de Migrantes DesaparecidosMéxico: Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos
México: Caravana de Madres de Migrantes DesaparecidosCrónicas del despojo
 
Comunidad paz apartado
Comunidad paz apartadoComunidad paz apartado
Comunidad paz apartadoDeracaMandaca
 
Marcha Derecha
Marcha DerechaMarcha Derecha
Marcha Derechashagrant
 
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su MarchaRazones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marchagiovacove
 
Razones Y Su Marcha
Razones Y Su MarchaRazones Y Su Marcha
Razones Y Su Marchagueste12eab
 
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su MarchaRazones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marchaamericalatina
 
Fundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negra
Fundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negraFundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negra
Fundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negraAlifer Mora
 
Sin nadita de nada. los niños del sur del meta en la guerra
Sin nadita de nada.  los niños del sur del meta en la guerraSin nadita de nada.  los niños del sur del meta en la guerra
Sin nadita de nada. los niños del sur del meta en la guerraEmilio Garcia
 
Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)
Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)
Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)Luis Fernando Cantoral Benavides
 
22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba
22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba
22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cubaguestf376311
 

Tendances (16)

Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...
Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...
Goles, futbol, elecciones y olvido. Cinco siglos de despojo, un siglo de indi...
 
México: Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos
México: Caravana de Madres de Migrantes DesaparecidosMéxico: Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos
México: Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos
 
Comunidad paz apartado
Comunidad paz apartadoComunidad paz apartado
Comunidad paz apartado
 
Marcha Derecha
Marcha DerechaMarcha Derecha
Marcha Derecha
 
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su MarchaRazones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
 
Razones Y Su Marcha
Razones Y Su MarchaRazones Y Su Marcha
Razones Y Su Marcha
 
Marcha
MarchaMarcha
Marcha
 
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su MarchaRazones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
Razones Contra El Estado Colombiano Y Su Marcha
 
12 de agosto del 2014
12 de agosto del 201412 de agosto del 2014
12 de agosto del 2014
 
Fundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negra
Fundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negraFundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negra
Fundamentos del-racismo-en-puerto-rico -la-esclavitud-negra
 
Sin nadita de nada. los niños del sur del meta en la guerra
Sin nadita de nada.  los niños del sur del meta en la guerraSin nadita de nada.  los niños del sur del meta en la guerra
Sin nadita de nada. los niños del sur del meta en la guerra
 
Acin asessinan a lider indigena
Acin asessinan a lider indigenaAcin asessinan a lider indigena
Acin asessinan a lider indigena
 
Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)
Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)
Informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (México)
 
Articulo308 307
Articulo308 307Articulo308 307
Articulo308 307
 
LUM
LUMLUM
LUM
 
22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba
22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba
22 cuestiones que quizás no sepas sobre Cuba
 

Similaire à La posada del silencio, nº 73, curso vi

Mitos y realidad de áfrica
Mitos y realidad de áfricaMitos y realidad de áfrica
Mitos y realidad de áfricaKorimaSur
 
Ensayo Final SPAN343
Ensayo Final SPAN343Ensayo Final SPAN343
Ensayo Final SPAN343Lucy Turner
 
¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...
¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...
¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...Joaquín J. Martínez Sánchez
 
Inf ddhh mise
Inf ddhh miseInf ddhh mise
Inf ddhh miseanh
 
Revista Digital-6.pdf
Revista Digital-6.pdfRevista Digital-6.pdf
Revista Digital-6.pdfSolangeGarca6
 
Jorge galán - Noviembre
Jorge galán - NoviembreJorge galán - Noviembre
Jorge galán - NoviembreAndrea Argueta
 
Construcción de la identidad Nacional
 Construcción de la identidad Nacional Construcción de la identidad Nacional
Construcción de la identidad NacionalBetania García
 
El discurso y racismo social
El discurso y racismo social El discurso y racismo social
El discurso y racismo social MarceloLopez107
 
Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.
Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.
Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.Hernán Poloni
 
DIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdf
DIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdfDIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdf
DIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdfLorenaCantero7
 

Similaire à La posada del silencio, nº 73, curso vi (20)

Ruanda
RuandaRuanda
Ruanda
 
Analisis ruanda
Analisis ruandaAnalisis ruanda
Analisis ruanda
 
Hotel ruanda
Hotel ruandaHotel ruanda
Hotel ruanda
 
Ruanda
RuandaRuanda
Ruanda
 
Mitos y realidad de áfrica
Mitos y realidad de áfricaMitos y realidad de áfrica
Mitos y realidad de áfrica
 
Conflictos de africa geo3
Conflictos de africa geo3Conflictos de africa geo3
Conflictos de africa geo3
 
Ensayo Final SPAN343
Ensayo Final SPAN343Ensayo Final SPAN343
Ensayo Final SPAN343
 
Kilima 90 - Agosto 2011
Kilima 90 - Agosto 2011Kilima 90 - Agosto 2011
Kilima 90 - Agosto 2011
 
¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...
¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...
¿Por qué deberían contribuir los investigadores a la revitalización de las...
 
Inf ddhh mise
Inf ddhh miseInf ddhh mise
Inf ddhh mise
 
Revista Digital-6.pdf
Revista Digital-6.pdfRevista Digital-6.pdf
Revista Digital-6.pdf
 
Revista Digital.pdf
Revista Digital.pdfRevista Digital.pdf
Revista Digital.pdf
 
Jorge galán - Noviembre
Jorge galán - NoviembreJorge galán - Noviembre
Jorge galán - Noviembre
 
ruanda
ruandaruanda
ruanda
 
Construcción de la identidad Nacional
 Construcción de la identidad Nacional Construcción de la identidad Nacional
Construcción de la identidad Nacional
 
El discurso y racismo social
El discurso y racismo social El discurso y racismo social
El discurso y racismo social
 
Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.
Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.
Palmera final-22 de agosto- copia enviada a imprenta.
 
DIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdf
DIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdfDIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdf
DIA-ESI-DEL-MES-19-de-Abril-.pdf
 
Raza etnia e migracion
Raza etnia e migracionRaza etnia e migracion
Raza etnia e migracion
 
Genocidio Ruanda.pptx
Genocidio Ruanda.pptxGenocidio Ruanda.pptx
Genocidio Ruanda.pptx
 

Plus de Juan Antonio Mateos Pérez

Plus de Juan Antonio Mateos Pérez (20)

Las desamortizaciones del siglo xix
Las desamortizaciones del siglo xixLas desamortizaciones del siglo xix
Las desamortizaciones del siglo xix
 
Iglesias rupestres de goreme
Iglesias rupestres de goremeIglesias rupestres de goreme
Iglesias rupestres de goreme
 
Boletín nº 15 semana santa 2016 [2371029]
Boletín nº 15 semana santa 2016 [2371029]Boletín nº 15 semana santa 2016 [2371029]
Boletín nº 15 semana santa 2016 [2371029]
 
Domingo de ramos c
Domingo de ramos cDomingo de ramos c
Domingo de ramos c
 
Boletín 14 navidad 15 [18682116]
Boletín  14 navidad 15 [18682116] Boletín  14 navidad 15 [18682116]
Boletín 14 navidad 15 [18682116]
 
La posada del silencio nº 103, curso vi
La posada del silencio nº 103, curso viLa posada del silencio nº 103, curso vi
La posada del silencio nº 103, curso vi
 
La posada del silencio nº 102, curso vi
La posada del silencio nº 102, curso viLa posada del silencio nº 102, curso vi
La posada del silencio nº 102, curso vi
 
La posada del silencio nº 102, curso vi
La posada del silencio nº 102, curso viLa posada del silencio nº 102, curso vi
La posada del silencio nº 102, curso vi
 
La posada del silencio, nº 100, curso vi
La posada del silencio, nº 100, curso viLa posada del silencio, nº 100, curso vi
La posada del silencio, nº 100, curso vi
 
La posada del silencio, nº 99, curso VI
La posada del silencio, nº 99, curso VILa posada del silencio, nº 99, curso VI
La posada del silencio, nº 99, curso VI
 
La posada del silencio nº 97, curso vi
La posada del silencio nº 97, curso viLa posada del silencio nº 97, curso vi
La posada del silencio nº 97, curso vi
 
Boletín nº 12 corpus 2015
Boletín nº 12 corpus 2015Boletín nº 12 corpus 2015
Boletín nº 12 corpus 2015
 
La posada del silencio nº 96, curso vi
La posada del silencio nº 96, curso viLa posada del silencio nº 96, curso vi
La posada del silencio nº 96, curso vi
 
La posada del silencio nº 95, curso vi
La posada del silencio nº 95, curso viLa posada del silencio nº 95, curso vi
La posada del silencio nº 95, curso vi
 
La posada del silencio nº 94, curso vi
La posada del silencio nº 94, curso viLa posada del silencio nº 94, curso vi
La posada del silencio nº 94, curso vi
 
La posada del silencio nº 94, curso vi
La posada del silencio nº 94, curso viLa posada del silencio nº 94, curso vi
La posada del silencio nº 94, curso vi
 
La posada del silencio nº 92, curso vi
La posada del silencio nº 92, curso viLa posada del silencio nº 92, curso vi
La posada del silencio nº 92, curso vi
 
La posada del silencio nº 91, curso vi
La posada del silencio nº 91, curso viLa posada del silencio nº 91, curso vi
La posada del silencio nº 91, curso vi
 
La posada del silencio nº 90, curso vi
La posada del silencio nº 90, curso viLa posada del silencio nº 90, curso vi
La posada del silencio nº 90, curso vi
 
La posada del silencio nº 90, curso vi
La posada del silencio nº 90, curso viLa posada del silencio nº 90, curso vi
La posada del silencio nº 90, curso vi
 

La posada del silencio, nº 73, curso vi

  • 1. VÍDEO DE HOY: PUEBLO DE DIOS: La crisis que no cesa Cáritas Diocesana de Barcelona evita desahucios a través de un servicio de mediación en vivienda, atiende a parados de larga duración y a familias con bebés y niños pequeños, sin duda las víctimas más inocentes de la crisis. 21 años del genocidio ruandés ANA HENRÍQUEZ (TW: @SOIDEA) 07/04/2015 Hoy, 7 de abril, en el día internacional de reflexión sobre el genocidio de Ruanda, desde GuinGuinBali, queremos recordar lo que ocurrió en este país entre abril y julio de 1994. Recordar para que no vuelva a suceder en ningún lugar del mundo. El genocidio más rápido y de mayor amplitud del siglo XX. Rápido porque se produjo en apenas cien días, los tres meses que van de abril a julio. El de mayor amplitud por el número de muertes diarias, unas 10.000, que dejaron un saldo total estimado por la ONU entre 800.000 y un millón de muertos— mayoritariamente, tutsis—. Pero, no es por el número de víctimas por lo que se lo llama ‘genocidio’, sino porque se comete con la intencionalidad de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso: los hutus querían acabar con los tutsis. 6 de abril de 1994. El avión donde viajan el presidente de Burundi y el presidente de Ruanda, Juvénal Habyarimana, es abatido por dos misiles justo antes de aterrizar en el aeropuerto de Kigali. Todavía hoy se ignora quiénes fueron los culpables pero, entonces, los hutus desde el poder y los medios de comunicación —valga recordar el lamentable ejemplo de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM), que deshumanizaba a los tutsis mentándolos como ‘cucarachas’ y ‘serpientes’— no dudaron en señalar a los tutsis como únicos responsables. Agitaron a la población haciéndoles creer que el
  • 2. presidente había sido el primero pero que los tutsis querían exterminar a todos los hutus. Acto seguido, repartieron armas, sobre todo, machetes. Al día siguiente, 7 de abril, comenzaron las matanzas en Kigali. Antecedentes históricos El derribo del avión presidencial fue el detonante de la barbarie, pero este odio entre etnias venía de muy atrás. Antes de la llegada de los europeos a finales del XIX, tutsis y hutus eran un solo pueblo, con una historia común de siglos de antigüedad, mismas creencias y una lengua, el kiniruanda. Fueron los alemanes y, posteriormente, los belgas los que hicieron de ellos dos grupos étnicos diferenciados. Por un lado, los tutsis fueron considerados por los colonos los “europeos negros”, dotados de una inteligencia superior, simplemente, por la antropología racista de la época, que destacaba como nobles sus rasgos físicos: cuerpo esbelto, piel negra clara, nariz fina. Por otro lado, los hutus, discriminados como “negros bantúes” por ser más bajos, tener la piel más oscura y una nariz más ancha. Así, durante la ocupación colonial, los tutsis fueron privilegiados en detrimento de los hutus. Sin embargo, con la independencia, cambiaron las tornas y los hutus, tras décadas de discriminación, tomaron el poder y la emprendieron contra los tutsis, llevando a que casi la mitad de estos, entre 1960 y 1973, emigrara a los países vecinos. Los descendientes de los que se habían exiliado a Uganda crearon, en 1987, el Frente Patriótico Ruandés (FPR) que, en octubre de 1990, iniciaba la guerra civil. Oficialmente, la guerra terminaría en agosto de 1993, con la firma de los acuerdos de paz de Arusha (Tanzania). Pero el odio no solo no había terminado, sino que iba a más y las autoridades hutus empezaron a importar mucho armamento y a confeccionar listas de personas a las que matar. Llegado este punto, conviene subrayar que lo que pasó en Ruanda en 1994 no se trató, por tanto, de una guerra interétnica (a lo que, muy a menudo, se reduce, desde Occidente, la violencia en África), sino de una exterminación planificada. Esta diferencia es importante ya que implica, para los otros Estados, la obligación de intervenir para atajarla. Y esto no pasó. Hubo pasividad —Bill Clinton señaló su parálisis ante el genocidio ruandés como el mayor error de sus ocho años en la Casa Blanca— y, peor aún, huida: muerto el presidente Habyarimana, el 7 de abril, mataron a la Primera Ministra y a los diez soldados belgas que la protegían; por lo que, ese mismo día, los Cascos Azules de la ONU pasaron de ser más de 2.500 efectivos a solo 270. Esto por no hablar de la actuación de Francia. Patrocinadora de los hutus en el poder durante la guerra civil, se mantuvo cruzada de brazos desde la primera vez que se habló de genocidio, en mayo, de boca del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Butros Butros- Ghali, hasta que encabezó la polémica Operación Turquesa a finales de junio, cuando ya habían transcurrido más de dos meses de masacres. Esta supuesta complicidad entre la república gala y el poder hutu sigue condenándose: Francia no acudió a Kigali el año pasado, para el 20º aniversario del genocidio; y el inglés está desbancando al francés como idioma más empleado en Ruanda. 21 años después Hoy, Ruanda es el país africano con mayor densidad de población: en un territorio algo más pequeño que Galicia, habitan 11 millones de personas. Más del 60% de esta población es tan joven que no vivió el genocidio. Esto puede ser positivo para olvidar las atrocidades cometidas y alcanzar la ansiada reconciliación, pero las secuelas continúan vigentes. Si bien se reconocen mejoras en economía, sanidad o educación, y puede presumir de tener el parlamento más femenino del mundo —el 64% de sus escaños lo ocupan mujeres—, la Ruanda de Paul Kagame se tiene como un régimen autoritario, donde se respira tensión en el ámbito político y en todo lo referente a la libertad de expresión. La aparentemente beneficiosa política de unión nacional, por la que se abolieron las tarjetas de identidad étnica y por la que no se puede diferenciar entre hutus y tutsis, no impide que los puestos de poder estén ocupados, en su amplia mayoría, por tutsis; volviendo a reproducirse las discriminaciones que impusieron los colonos y, luego, se apropiaron los hutus. Además, se restringe la identidad de las víctimas del genocidio, como si solo hubieran sido tutsis, cuando también fueron exterminados hutus moderados, aquellos que se negaban a derramar sangre tutsi.
  • 3. En recuerdo a estas víctimas, cada 7 de abril, desde que el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, impusiera este día en 2004, se guarda un minuto de silencio a las 12 del mediodía de los distintos husos horarios, enviando, según el propio Annan, “un mensaje de remordimiento por el pasado y de resolución de prevenir toda repetición de esta tragedia en el futuro”. Ellos y ellas tenían nombres… y montones de sueños Creado el 7 abril 2015 por Oscar Mateos Oscar Mateos. [Todo es posible] Los 147 estudiantes kenianos asesinados por Al Shabab hace unos días tenían nombres y apellidos y montones de sueños. Sus caras e historias, rememoradas en Twitter a través de etiquetas como #TheyHaveNames o#147NotJustaNumber, me evocan irremediablemente los dos años (2006-2008) que estuve en la Universidad de Sierra Leona (Fourah Bay College). Me vienen a la mente, una y otra vez, las historias de Samuel, Reuben, Alimamy, Fatmata y tantos otros estudiantes que conocí durante aquel tiempo, que tenían nombres y apellidos, una historia personal detrás y un futuro plagado de sueños. Cuando regresaba aquí, a menudo me preguntaban si aquellos estudiantes tenían un poder adquisitivo muy elevado para poder acceder a la Universidad en un país como Sierra Leona. La respuesta era siempre no. Las familias de los que tenían verdaderamente recursos (una absoluta minoría) eran enviados a universidades europeas o estadounidenses, pero todos los que estaban en el Fourah Bay College lograban pagar las altas tasas anuales de la Universidad (unos 300 dólares anuales en uno de los países más pobres del mundo), a través de mil y una estrategias. Y es que en aquel tiempo conocí a estudiantes que habían trabajado durante varios años para pagarse un año de matrícula (y que a veces debían interrumpir los estudios hasta ahorrar dinero suficiente para pagar otro año); otros que eran la apuesta de toda una familia (quien sólo podía pagar estudios a uno de los hijos o hijas); otros tantos que recibían algún tipo de ayuda o beca de alguien importante y con poder económico y político en su pueblo o región de origen; muy pocos los que recibían becas por parte del Estado… Estudiar para todos ellos era un lujo que no querían desaprovechar, la oportunidad de abrirse a un mundo con mayores oportunidades (si bien el paso por la Universidad no garantizaba nada). De aquel tiempo recuerdo la atención y participación en las clases, con aportaciones desbordantes de estudiantes que habían padecido la guerra que asoló el país entre 1991 y 2002. Todo aquello tenía lugar en medio de unas instalaciones muy precarias, sin electricidad, donde para fotocopiar un artículo había que hacer una inmensa cola en una sala en la que una fotocopiadora renqueaba gracias a un viejo generador. Todos y todas tenían mil planes para después de sus estudios. A muchos les sigo la pista por redes sociales, y siguen luchando (esa es la única forma en que se concibe la vida en Sierra Leona) para salir adelante y para mejorar su situación socioeconómica y la de familia. Veo las fotos de los 147 estudiantes y algunas de sus historias de vida que circulan por las redes, las instalaciones del campus de Garissa (tan similares a las del Fourah Bay College), y no dejo de acordarme de tantas historias, con nombres y apellidos, que conocí en Sierra Leona. Hoy todas esas historias que vienen desde Kenia parecen valer menos que las de otras tragedias o atentados acaecidos en Europa o en EEUU. Sus historias no ocupan portadas durante varios días, ni merecen tertulias acaloradas sobre las causas de lo sucedido. Habrá incluso quien se pregunte anonadado “¿Pero en África hay universidades?”. Sí, en África hay Universidades, estudiantes llenos de sueños por cumplir y mil y una historias que parecen no merecer ser contadas. Hoy, desde este blog, un pequeño gesto de memoria, recuerdo y homenaje a los 147 estudiantes de Garissa, aquellos que tenían nombres y apellidos concretos, y montones de sueños. HOY MARTES 7 DE ABRIL, EN EL PARQUE UHURU DE NAIROBI, SE CELEBRARÁ UN VIGILIA EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE GARISSA.
  • 4. Carta del Papa Francisco contra la pena de muerte 01/04/2015 Se debate en algunos lugares acerca del modo de matar, como si se tratara de encontrar el modo de "hacerlo bien". A lo largo de la historia, diversos mecanismos de muerte han sido defendidos por reducir el sufrimiento y la agonía de los condenados. Pero no hay forma humana de matar a otra persona. Excelentísimo Señor Federico Mayor, Presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte Señor Presidente: Con estas letras, deseo hacer llegar mi saludo a todos los miembros de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, al grupo de países que la apoyan, y a quienes colaboran con el organismo que Ud. preside. Quiero además expresar mi agradecimiento personal, y también el de los hombres de buena voluntad, por su compromiso con un mundo libre de la pena de muerte y por su contribución para el establecimiento de una moratoria universal de las ejecuciones en todo el mundo, con miras a la abolición de la pena capital. He compartido algunas ideas sobre este tema en mi carta a la Asociación Internacional de Derecho Penal y a la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología, del 30 de mayo de 2014. He tenido la oportunidad de profundizar sobre ellas en mi alocución ante las cinco grandes asociaciones mundiales dedicadas al estudio del derecho penal, la criminología, la victimología y las cuestiones penitenciarias, del 23 de octubre de 2014. En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes algunas reflexiones con las que la Iglesia contribuya al esfuerzo humanista de la Comisión. El Magisterio de la Iglesia, a partir de la Sagrada Escritura y de la experiencia milenaria del Pueblo de Dios, defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y sostiene la plena dignidad humana en cuanto imagen de Dios (cf. Gen 1,26). La vida humana es sagrada porque desde su inicio, desde el primer instante de la concepción, es fruto de la acción creadora de Dios (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2258), y desde ese momento, el hombre, única criatura a la que Dios ha amado por sí mismo, es objeto de un amor personal por parte de Dios (Gaudium et spes, 24). Los Estados pueden matar por acción cuando aplican la pena de muerte, cuando llevan a sus pueblos a la guerra o cuando realizan ejecuciones extrajudiciales o
  • 5. sumarias. Pueden matar también por omisión, cuando no garantizan a sus pueblos el acceso a los medios esenciales para la vida. «Así como el mandamiento de "no matar" pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir "no a una economía de la exclusión y la inequidad"» (Evangelii gaudium, 53). La vida, especialmente la humana, pertenece sólo a Dios. Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante. Como enseña san Ambrosio, Dios no quiso castigar a Caín con el homicidio, ya que quiere el arrepentimiento del pecador y no su muerte ( Evangelium Vitae, 9). En algunas ocasiones es necesario repeler proporcionadamente una agresión en curso para evitar que un agresor cause un daño, y la necesidad de neutralizarlo puede conllevar su eliminación: es el caso de la legítima defensa (Evangelium Vitae, 55). Sin embargo, los presupuestos de la legítima defensa personal no son aplicables al medio social, sin riesgo de tergiversación. Es que cuando se aplica la pena de muerte, se mata a personas no por agresiones actuales, sino por daños cometidos en el pasado. Se aplica, además, a personas cuya capacidad de dañar no es actual sino que ya ha sido neutralizada, y que se encuentran privadas de su libertad. Hoy día la pena de muerte es inadmisible, por cuanto grave haya sido el delito del condenado. Es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona humana que contradice el designio de Dios sobre el hombre y la sociedad y su justicia misericordiosa, e impide cumplir con cualquier finalidad justa de las penas. No hace justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza. Para un Estado de derecho, la pena de muerte representa un fracaso, porque lo obliga a matar en nombre de la justicia. Escribió Dostoievski: «Matar a quien mató es un castigo incomparablemente mayor que el mismo crimen. El asesinato en virtud de una sentencia es más espantoso que el asesinato que comete un criminal». Nunca se alcanzará la justicia dando muerte a un ser humano. La pena de muerte pierde toda legitimidad en razón de la defectiva selectividad del sistema penal y frente a la posibilidad del error judicial. La justicia humana es imperfecta, y no reconocer su falibilidad puede convertirla en fuente de injusticias. Con la aplicación de la pena capital, se le niega al condenado la posibilidad de la reparación o enmienda del daño causado; la posibilidad de la confesión, por la que el hombre expresa su conversión interior; y de la contrición, pórtico del arrepentimiento y de la expiación, para llegar al encuentro con el amor misericordioso y sanador de Dios. La pena capital es, además, un recurso frecuente al que echan mano algunos regímenes totalitarios y grupos de fanáticos, para el exterminio de disidentes políticos, de minorías, y de todo sujeto etiquetado como "peligroso" o que puede ser percibido como una amenaza para su poder o para la consecución de sus fines. Como en los primeros siglos, también en el presente la Iglesia padece la aplicación de esta pena a sus nuevos mártires. La pena de muerte es contraria al sentido de la humanitas y a la misericordia divina, que debe ser modelo para la justicia de los hombres. Implica un trato cruel, inhumano y degradante, como también lo es la angustia previa al momento de la ejecución y la terrible espera entre el dictado de la sentencia y la aplicación de la pena, una "tortura" que, en nombre del debido proceso, suele durar muchos años, y que en la antesala de la muerte no pocas veces lleva a la enfermedad y a la locura.
  • 6. Se debate en algunos lugares acerca del modo de matar, como si se tratara de encontrar el modo de "hacerlo bien". A lo largo de la historia, diversos mecanismos de muerte han sido defendidos por reducir el sufrimiento y la agonía de los condenados. Pero no hay forma humana de matar a otra persona. En la actualidad, no sólo existen medios para reprimir el crimen eficazmente sin privar definitivamente de la posibilidad de redimirse a quien lo ha cometido (Evangelium Vitae, 27), sino que se ha desarrollado una mayor sensibilidad moral con relación al valor de la vida humana, provocando una creciente aversión a la pena de muerte y el apoyo de la opinión pública a las diversas disposiciones que tienden a su abolición o a la suspensión de su aplicación (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 405). Por otra parte, la pena de prisión perpetua, así como aquellas que por su duración conlleven la imposibilidad para el penado de proyectar un futuro en libertad, pueden ser consideradas penas de muerte encubiertas, puesto que con ellas no se priva al culpable de su libertad sino que se intenta privarlo de la esperanza. Pero aunque el sistema penal pueda cobrarse el tiempo de los culpables, jamás podrá cobrarse su esperanza. Como expresé en mi alocución del 23 de octubre pasado, «la pena de muerte implica la negación del amor a los enemigos, predicada en el Evangelio. Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad, estamos obligados no sólo a luchar por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal, y en todas sus formas, sino también para que las condiciones carcelarias sean mejores, en respeto de la dignidad humana de las personas privadas de la libertad». Queridos amigos, los aliento a continuar con la obra que realizan, pues el mundo necesita testigos de la misericordia y de la ternura de Dios. Me despido encomendándoos al Señor Jesús, que en los días de su vida terrena no quiso que hiriesen a sus perseguidores en su defensa – «Guarda tu espada en la vaina» (Mt 26,52) -, fue apresado y condenado injustamente a muerte, y se identificó con todos los encarcelados, culpables o no: «Estuve preso y me visitaron» (Mt 25,36). Él, que frente a la mujer adúltera no se cuestionó sobre su culpabilidad, sino que invitó a los acusadores a examinar su propia conciencia antes de lapidarla (cf. Jn 8,1-11), les conceda el don de la sabiduría, para que las acciones que emprendan en pos de la abolición de esta pena cruel, sean acertadas y fructíferas. Les ruego que recen por mí. Cordialmente FRANCISCO Vaticano, 20 de marzo de 2015 Caminemos con el Resucitado, envueltos en su Misericordia, resuenan las palabras del Papa
  • 7. 2015-04-07 Radio Vaticana El 7 de abril de 2013, el Papa Francisco tomó posesión de la Catedral de Roma (RV).- «En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas la determinación de entrar en las llagas de Jesús... Y he visto siempre que Dios ha acogido, consolado, lavado, amado». Recordamos estas palabras del Papa Francisco, en el aniversario de su toma de posesión de la Catedral de Roma, en la Basílica de Basílica papal de San Juan de Letrán, consagrada al Santísimo Salvador. El 7 de abril de 2013, era el II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia: «Con gran alegría celebro por primera vez la Eucaristía en esta Basílica Lateranense, catedral del Obispo de Roma. Saludo a todos con gran afecto ¡Caminemos juntos a la luz del Señor Resucitado! Celebramos hoy el segundo domingo de Pascua, también llamado «de la Divina Misericordia». Qué hermosa es esta realidad de fe para nuestra vida: la misericordia de Dios. Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía. A mí me produce siempre una gran impresión releer la parábola del Padre misericordioso, me impresiona porque me infunde siempre una gran esperanza. En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas la determinación de entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre. Y he visto siempre que Dios lo ha hecho, ha acogido, consolado, lavado, amado. Queridos hermanos y hermanas, dejémonos envolver por la misericordia de Dios; confiemos en su paciencia que siempre nos concede tiempo; tengamos el valor de volver a su casa, de habitar en las heridas de su amor dejando que Él nos ame, de encontrar su misericordia en los sacramentos. Sentiremos su ternura, tan hermosa, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor. Jesús ofrece la paz como don precioso, fruto de la victoria del amor y el perdón sobre el mal, había reiterado el Papa Francisco, en el Regina Coeli, que rezó con unos cien mil peregrinos, que acudieron a la Plaza de San Pedro. «¡Queridos hermanos sean mensajeros y testigos de la misericordia de Dios!» había sido su exhortación, alentando también a llevar la Buena Noticia, a todos los ambientes de la vida, «con suavidad y respeto». (CdM – RV) “¡Jesucristo ha resucitado! ¡Feliz Pascua a todos! Mensaje y bendición del Papa al mundo entero 2015-04-05 Radio Vaticana (RV).- “¡Jesucristo ha resucitado! El amor ha vencido al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad”, anunció el Pontífice en su Mensaje Urbi et Orbi de la Pascua de Resurrección 2015, desde el balcón central de la basílica de San Pedro. Después de presidir la celebración de la Santa Misa de Pascua, en una plaza de San Pedro repleta de peregrinos y decorada para la ocasión con flores procedentes de Holanda, el Pontífice recorrió la plaza en papamóvil, prodigando saludos, sonrisas y bendiciones a los numerosos presentes, llegados a la plaza no obstante la lluvia. En su Mensaje Pascual ‘a la ciudad de Roma y al mundo’, el Obispo de Roma explicó que la humildad - y por consiguiente la humillación - es el camino de la vida y de felicidad
  • 8. indicado por Jesús a todos, con su muerte. Porque “sólo quien se humilla puede ir hacia “las cosas de allá arriba”, hacia Dios - dijo. Constatando que el mundo de hoy propone imponerse a toda costa, el Papa subrayó que es “por la gracia de Cristo muerto y resucitado”, que los cristianos ‘son el brote de otra humanidad’, en la cual buscamos vivir al servicio, los unos de los otros”. “¡Ésta no es debilidad sino verdadera fuerza!” – enfatizó - “porque quien lleva dentro la fuerza de Dios, su amor y su justicia no necesita usar la violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad”. Por ello, Francisco invitó a implorar del Señor resucitado “la gracia de no ceder al orgullo que alimenta la violencia y las guerras sino tener el coraje humilde del perdón y de la paz”. “Pidamos a Jesús victorioso para que alivie los sufrimientos de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, como también de todos aquellos que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y de las violencias en curso”, rezó el Papa. Y pidió “paz” en primer lugar, para Siria e Iraq, para que se restablezca la buena convivencia “en estos amados países”, haciendo un llamamiento a la comunidad internacional para que “no se quede inerte de frente a la inmensa tragedia humanitaria” en estos dos países y ante “el drama de los números refugiados”. Paz pidió Francisco también para Tierra Santa, Libia, Yemen, Nigeria, Sudán, la República Democrática del Congo, Ucrania, e invitó a elevar una oración incesante por quienes han perdido la vida, con un pensamiento especial por los jóvenes asesinados el pasado jueves en la universidad de Garissa, en Kenia, sin olvidar a los secuestrados y a quienes han debido abandonar la propia casa y afectos. El Obispo de Roma encomendó también con esperanza el acuerdo alcanzado en Lausana, en espera de que “sea un paso definitivo para un mundo más seguro y fraterno”. Paz y libertad pidió el Papa para quienes sufren nuevas y viejas formas de esclavitud, para los emarginados, encarcelados, sin olvidar a los pobres y a los migrantes, enfermos y sufrientes, niños, en especial para los que sufren violencia, a quienes sufren el luto. Para que a ellos llegue la voz consoladora del Señor: “¡La paz está con ustedes! No teman, he resucitado y estaré siempre con ustedes”. E impartió su bendición apostólica. Finalmente, el Pontífice saludó a todos los presentes deseándoles Feliz Pascua y, extendiendo sus saludos a quienes han seguido la celebración a través de los medios de comunicación, el Papa los alentó a llevar a las propias casas el alegre anuncio de que ¡el Señor de la vida ha resucitado, llevando consigo amor, justicia, respeto y perdón! Agradeció a todos por su presencia, por su oración y por el entusiasmo de su fe y no olvidó agradecer por las flores, llegadas también este año de Holanda. (MCM-RV) Texto completo del Mensaje Urbi et Orbi de la Pascua de Resurrección 2015 Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua! ¡Jesucristo ha resucitado! El amor ha derrotado al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad. Jesucristo, por amor a nosotros, se despojó de su gloria divina; se vació de sí mismo, asumió la forma de siervo y se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz. Por esto Dios lo ha exaltado y le ha hecho Señor del universo. Jesús es el Señor. Con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: y esta vía es la humildad, que comporta la humillación. Este es el camino que conduce a la gloria. Sólo quien se humilla pueden ir hacia los «bienes de allá arriba», a Dios (cf. Col 3,1-4). El orgulloso mira «desde arriba hacia abajo», el humilde, «desde abajo hacia arriba». La mañana de Pascua, advertidos por las mujeres, Pedro y Juan corrieron al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se «inclinaron» para entrar en la tumba. Para entrar en el misterio hay que «inclinarse», abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino. El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos. Esto no es debilidad, sino autentica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor. Imploremos hoy al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que
  • 9. padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo. Son muchas. Roguemos ante todo por la amada Siria e Irak, para que cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países. Que la comunidad internacional no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados. Imploremos la paz para todos los habitantes de Tierra Santa. Que crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones. Pidamos la paz para Libia, para que se acabe con el absurdo derramamiento de sangre por el que está pasando, así como toda bárbara violencia, y para que cuantos se preocupan por el destino del país se esfuercen en favorecer la reconciliación y edificar una sociedad fraterna que respete la dignidad de la persona. Y esperemos que también en Yemen prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población. Al mismo tiempo, encomendemos con esperanza al Señor que es tan misericordioso el acuerdo alcanzado en estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno. Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo. Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida ―y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia―, los que han sido secuestrados, los que han tenido que abandonar sus hogares y sus seres queridos. Que la resurrección del Señor haga llegar la luz a la amada Ucrania, especialmente a los que han sufrido la violencia del conflicto de los últimos meses. Que el país reencuentre la paz y la esperanza gracias al compromiso de todas las partes interesadas. Pidamos paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales. Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas, que ganan con la sangre de hombres y mujeres. Y que a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora y sanadora del Señor Jesús: «La paz esté con ustedes». (Lc 24,36). «No teman, he resucitado y siempre estaré con ustedes» (cf. Misal Romano, Antífona de entrada del día de Pascua). Saludos de Pascua del Santo Padre Queridos hermanos y hermanas, Deseo dirigir mis augurios de Feliz Pascua a todos ustedes que han venido a esta plaza de diversos países, como también a cuantos están conectados a través de los medios de comunicación social. Lleven en a sus casas y a quienes encuentran el alegre anuncio que ha resucitado el Señor de la vida, llevando consigo amor, justicia, respeto y perdón. Gracias por su presencia, por su oración y por el entusiasmo de su fe. Un pensamiento especial y agradecido por el don de las flores, que también este años previenen de los Países Bajos. ¡Feliz Pascua a todos! El Papa pide a la comunidad internacional que no permanezca muda ante los crímenes 2015-04-06 Radio Vaticana (RV).- Después de la oración a la Madre de Dios, el Papa Francisco saludó detalladamente a diferentes grupos de peregrinos e hizo una mención especial al Movimiento Shalom y su misión ante la persecución de los cristianos en el mundo, y pidió a la comunidad internacional que no mire hacia
  • 10. otro lado antes los conflictos que se están viviendo en diversos países del mundo. “Que no permanezca muda e inerte ante tales inaceptables crímenes, que constituyen una preocupante violación de los derechos humanos fundamentales. Pido verdaderamente que la comunidad internacional no mire hacia otro lado”, insistió. Palabras del Papa después de la oración mariana: En esta bonita atmósfera pascual, saludo cordialmente a todos ustedes, queridos peregrinos llegados de Italia y de diversas partes del mundo para participar en este momento de oración. En especial, tengo el gusto de recibir a la delegación del Movimiento Shalom, que ha llegado a la última etapa de la difusión solidaria para sensibilizar a la opinión pública sobre las persecuciones de los cristianos en el mundo. Su itinerario en las calles ha terminado, pero debe continuar por parte de todos el camino espiritual de oración, intensa oración, de participación concreta y ayuda tangible en defensa y protección de nuestros hermanos y de nuestras hermanas, perseguidos, exiliados, asesinados, decapitados, por el solo hecho de ser cristianos. Ellos son nuestros mártires de hoy y son muchos; podemos decir que son más numerosos que en los primeros siglos. Pido que la comunidad internacional no permanezca muda e inerte frente a tales inaceptables crímenes, que constituyen una preocupante violación de los derechos humanos fundamentales. Pido verdaderamente que la comunidad internacional no mire hacia otro lado. A cada uno de ustedes, les deseo transcurrir en el gozo y la serenidad esta Semana pascual en la cual se prolonga la alegría de la Resurrección de Cristo. Y para vivir más intensamente este periodo- y vuelvo siempre sobre el mismo argumento-, nos hará bien leer cada día un pasaje del Evangelio en el cual se habla del evento de la Resurrección. Cada día, un pequeño pasaje del Evangelio, donde se habla del evento de la Resurrección; léanlo todos los días, les hará bien. ¡Buena y Santa Pascua a todos! Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista! Müller sugiere una nueva tarea para la Doctrina de la Fe El cardenal Müller El cardenal alemán preanuncia una inédita competencia para su dicasterio: «estructurar teológicamente un pontificado» andrea tornielli Ciudad del vaticano El cardenal Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una de las tantas entrevistas que ha concedido en las últimas semanas y que se concentran sobre el próximo Sínodo,
  • 11. habló de una nueva tarea para su dicasterio. Una tarea que nunca ha sido mencionada en los documentos que describen las precisas competencias del ex-Santo Oficio. El purpurado alemán, en una entrevista con «La Croix», declaró: «La llegada a la Cátedra de Pedro de un teólogo como Benedicto XVI es probablemente una excepción. Juan XXIII no era tampoco un teólogo de profesión. Papa Francisco es también más pastor y la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene una misión de una estructuración teológica del Pontificado». Así pues, según lo que declaró Müller, el ex- Santo Oficio debe «estructurar teológicamente» el Pontificado de Papa Francisco. Y es probable que este sea uno de los motivos por los cuales el Prefecto intervenga tan a menudo en público, como nunca antes había sucedido. Se trata de una significativa novedad, puesto que según el artículo 48 de la Constitución apostólica sobre la Curia romana «Pastor bonus», promulgada por Juan Pablo II e 1988, «labor propia de la Congregación para la doctrina de la fe es promover y tutelar la doctrina de la fe y las costumbres en todo el orbe católico». Mientras el Papa «por voluntad de Cristo mismo», como recordó también Francisco durante la clausura del Sínodo de 2014, es el «Pastor y Doctor supremo de todos los fieles» (canon 749). Hasta hace pocas décadas (el último que lo había hecho había sido Pablo VI) era el mismo Pontífice quien presidía en primera persona la Congregación para la Doctrina de la Fe, justamente en razón de esta tarea que sólo recae sobre el Pontífice, en virtud del primado pietrino. Un primado que pertenece al obispo de Roma: presidir «en la caridad» y, si surgieran, también dirimir cuestiones teológicas. Las palabras del cardenal Müller, con la introducción de la inédita y hasta ahora no formalizada tarea de «estructurar teológicamente un Pontificado», pasaron casi inobservadas. Pero, si por una parte abren escenarios nuevos con respecto a la tradición de la Iglesia, por otra parecerían dar a entender que, según Müller, el actual Pontificado (así como el de san Juan XXIII) no tiene la suficiente «estructura» teológica. Mongolia; la Iglesia apuesta por los laicos El padre Ernesto con el equipo pastoral Ponen en marcha el proyecto formativo: «Formation of full time ministers»: los jóvenes del lugar recibirán
  • 12. formación, retribuciones y se ocuparán completamente de la pastoral Luciano Zanardini Roma Tiene una historia importante y un futuro muy prometedor. Después de la estabilidad alcanzada en los primeros años 90, tras 70 años de régimen comunista, Mongolia se ha convertido en blanco de muchos inversionistas debido a sus recursos minerales. La globalización está convirtiendo a una población nómada en sedentaria, con su capital, Ulan Bator, que cuenta con casi la mitad de los habitantes (1,2 millones). El verdadero desafío de Mongolia, como cuenta un misionero de la Consolata, el padre Ernesto Viscardi, es «conjugar lo hermoso de una cultura ilenaria con las oportunidades que los diferentes elementos de la ‘modernidad’ pueden ofrecer». Han pasado de una sociedad caracterizada por viejas tradiciones a un «bombardeo de modelos muy agresivos». En la cotidianeidad resisten las formas tradicionales, como el chamanismo o el budismo mahayana tibetano, que se mezcla con los accesorios de la modernidad (internet, coches de gran potencia…). La normalidad, sobre todo entre los ancianos, está marcada por la costumbre: hay «días buenos o menos buenos para concluir negocios, casarse o para hacer los funerales». Los jóvenes, en cambio, ven telenovelas coreanas y dirigen sus miradas hacia los mercados de Singapur La Iglesia en Mongolia es una realidad joven: los primeros misioneros de Scheut se establecieron en el verano de 1992, los religiosos de la Consolata llegaron en julio de 2003 y, después de dos años de estudio de la lengua, comenzaron su misión en Arvaiheer, a 430 k. de la capital. Hoy la comunidad católica de Arvaiheer cuenta con sus primeros 20 bautizados. El padre Ernesto, siguiendo las indicaciones del obispo Venceslao Padilla (fundador de la misión en Mongolia) se ocupa (como Prefecto apostólico delegado) de la oficina de catequismo, de las comisiones pastorales y de las seis parroquias de la Prefectura Apostólica. Para un misionero que ha pasado 12 años en África, Asia es «una experiencia única. Trabajar en un país que se abre al resto del mundo, en una Iglesia casi incipiente, es una gracia y la realización del sueño de cualquier misionero. Y por este motivo, como se exprimiría un mongol, digo: ‘Dios del cielo a ti doy gracias’». Son poco más de mil los católicos que frecuentan, mientras los 57 misioneros presentes (en un territorio que es cinco veces el territorio de Italia) se ocupan de todos los servicios sociales: guarderías, escuelas, instituto profesional don Bosco, las casas para los ancianos de las monjas de Madre Teresa, las bibliotecas, las viviendas para los estudiantes de los campos, los centros para los chicos de la calle… En diciembre de 2014 fue ordenado en Corea el primer diácono mongol, Joseph Inkh, que en julio de 2016 será ordenado sacerdote: el primero de Mongolia. En Corea otro joven mongol, Pedro Sanjajab, está acabando el segundo año del seminario. La Iglesia mantiene una actitud de enorme respeto hacia el budismo tibetano, la corriente religiosa más difundida, aunque el diálogo no esté estructurado. Es complejo el archipiélago protestante, con una miríada de denominaciones, de Iglesias independientes (sobre todo de origen coreano). Su objetivo es el de convertir al 10% de toda la población antes de que llegue 2020. «El método, que a veces presenta formas de fundamentalismo, suscita las sospechas de las autoridades y crea no pocos problemas, incluso para nosotros, porque el cristianismo es considerado por la gente como un bloque único sin grandes distinciones». Para dar «un rostro mongol a la Iglesia católica», el padre Ernesto está llevando a cabo un proyecto formativo: «Formation of full time ministers», que pretende formar a los laicos: dos años en Mongolia y dos en Manila, en la Institución Fondacio Asia que prepara a los laicos misioneros para ser animadores de comunidades. Los candidatos elegidos según algunos criterios (sentido de vocación-servicio, compromiso serio y constante, resultados escolares) obtienen un contrato de tres años y son involucrados al 100% en las actividades pastorales. «Juntos forman un ‘pastoral team’, un grupo ‘think tank’ de análisis, reflexión y propuestas para inyectarlas en la Prefectura Apostólica». Actualmente, el grupo está compuesto por seis personas, mientras dos chicas están en Manila acabando sus estudios. «Estoy convencido de que el futuro de la Iglesia en Mongolia está en las manos de las personas del lugar, más que en un constante relevo de misioneros extranjeros».
  • 13. Una historia de Amor Seguir a Jesús en la Vida Consagrada hoy Martínez Díez, Felicísimo / Soto Varela, Carme / García Paredes, José Cristo Rey / Rodríguez Carballo, José / Arregi Guridi, Joxe Mari / Kulüke, Heinz / Noya Arrizabalaga, Patricia / Arnáiz, José María Colección: Surcos Subcolección: Edición especial ISBN:978-84-9073-105-5 Código EVD:1703002 Edición:1 Reimpresión:3 Páginas:224 Tamaño:140 x 210 mm Encuadernación:Rústica, cosida, tapa plastificada brillo, con solapas Precio sin IVA: 12,50 € PVP: 13,00 € Añadir a la cesta
  • 14. Versión digital: Precio: 5,99 € "¿Me amas más que estos?", preguntó Jesús a Pedro. Y esa es la pregunta que Jesús dirige a la vida consagrada (¡no solo a ella!) y es a lo que ella se dedica: a amar a Jesús. Con más o menos acierto, con más o menos errores, con más o menos intensidad, con más o menos gracia, pero ese es el centro y esencia de la vida consagrada: amar a Jesús y, porque se le ama, seguirle. En lo cotidiano y en lo sencillo de cada día o en las lejanas tierras donde están los pobres; en el silencio del monasterio contemplativo o en la catequesis y predicación de nuestras iglesias; en los santuarios donde nuestra gente busca sosiego o en medio de las barriadas obreras; en las aulas y patios donde corretean nuestros muchachos o en los hospitales y clínicas donde los hombres y mujeres necesitan cuidado; en comunidades con gran atractivo y fuerza joven o en las enfermerías de nuestros conventos... Ahí es donde se va tejiendo y relatando esta historia de amor. Este libro quiere ayudar a comprender la vida consagrada desde la perspectiva del amor, un amor concreto, real y maduro a Jesús, que llama personalmente a seguirle, que da la gracia de los hermanos en las comunidades y que nos envía a relatar esta historia de amor en la misión. Hojear Índice Más sobre el autor Materias relacionadas La memoria de Jesús y los cristianismos de los orígenes Aguirre Monasterio, Rafael Colección: Ágora ISBN:978-84-9073-106-2 Código EVD:0600036 Edición:1 Páginas:192 Tamaño:150 x 230 mm Encuadernación:Rústica, cosida, tapa plastificada mate con barniz UVI brillo, con solapas Precio sin IVA: 15,38 € PVP: 16,00 € Añadir a la cesta Versión digital: Precio: 7,49 € Este libro aborda tres problemas centrales, profundamente concatenados, en la crítica bíblica de nuestros días y con hondas repercusiones teológicas y culturales.
  • 15. El primer capítulo examina la situación de la exégesis actual: lo que se entiende por métodos críticos, la tensión entre la exégesis científica y la lectura creyente, los subterfugios para eludir el reto que supone la crítica bíblica, la importancia decisiva del lugar social del intérprete. Por su propia naturaleza, la fe cristiana no puede dejar de interesarse por su relación con la historia. Esto afecta, ante todo, a dos grandes temas: a Jesús de Nazaret y al surgimiento del cristianismo y de la Iglesia. A su estudio se dedican los dos siguientes capítulos prestando especial atención a algunos aspectos especialmente discutidos en la actualidad. Se habla de «cristianismos» para expresar la pluralidad de tradiciones existentes en los orígenes, lo que plantea ineludibles cuestionamientos y abre prometedoras posibilidades en el presente. Hojear Índice Más sobre el autor El hombre-florero El País | Mario Vargas LLosa Cuando estoy en Madrid camino todos los días, temprano en las mañanas, por un circuito que, arrancando de la plaza de las Descalzas, me lleva a cruzar la plaza de Isabel II, el Palacio de Oriente, pasar ante los Jardines de Sabatini, bordear el parque de Debod, bajar por el paseo del Pintor Rosales hasta la transversal que se hunde en el parque del Oeste, dar allí media vuelta y desandar todo lo andado por un desvío que me permite recorrer, esta vez desde el interior, todo el parque de Debod y divisar a veces la solitaria ardillita que vive allí, saltando entre sus árboles. Es un itinerario tranquilo y agradable, que toma una hora justa, en la que suelo cruzarme y descruzarme con las mismas personas: el cojito del gran danés, el japonés marcial y su paso de ganso, las alegres comadres del Debod y su solitario gonfalonero, y Ángela Molina despidiendo a su hijita menor en la puerta del autobús de su colegio.
  • 16. FERNANDO VICENTE Pero hace algunos años advertí una novedad en mi recorrido: una de las bancas del paseo que discurre al pie de la suave colina donde está el templo egipcio había sido decorada con las hojas y ramitas que el viento arranca y había en este arreglo una gracia y un buen gusto que llamaban la atención. No muchos días después conocí al decorador. Nunca supe su nombre y me acostumbré a llamarlo siempre el hombre- florero. Porque él se decoraba también a sí mismo, con la elegancia y picardía con que adornaba la banca en la que —supongo— vivía y dormía. A diferencia de la mayoría de personas que pasan la noche en las bancas y jardines del lugar, y que suelen ser moldavos, rumanos y búlgaros, el hombre-florero era español y, por su acento, inequívocamente castellano. Al pasar yo frente a su banca, ya estaba lavado, peinado y decorado, con flores, hojas y ramitas que animaban su sombrerito y sus orejas, su camisa y hasta sus pantalones. Había mucha gracia en la manera como se engalanaba y, más tarde, cuando nos hicimos amigos, me aseguró enfáticamente que toda esa vegetación con la que él coloreaba su banca, su cuerpo y su atuendo no había sido jamás arrebatada por él a las plantas, las flores o los árboles, sino por otros o por el viento: él se limitaba a recogerla del suelo y a darle una segunda vida, ya no natural sino estética. Nuestra amistad nació de un episodio circunstancial. Una de esas mañanas, al pasar frente a su banca, vi al hombre-florero discutiendo con dos policías que querían sacarlo de allí, alegando que esa banca que él había convertido en su vivienda y en una especie de monumento a la ecología y al arte bruto era un bien público. Me apenó mucho que fueran a echarlo de allí y me atreví a interceder por él. Por fortuna, los dos policías me reconocieron y se dejaron convencer por mis razones, que eran éstas: el hombre-florero no hacía daño a nadie ni a nada, más bien colaboraba con los recogedores de la basura y había convertido aquella banca del parque de Debod en una obra de arte que podía seguir siendo usada y a la vez admirada por los transeúntes. Desde entonces y mientras vivió en el parque de Debod, el hombre-florero, apenas me veía venir, se ponía de pie, me acompañaba un buen trecho y conversábamos. Aunque, en realidad, hablaba sobre todo él y yo lo escuchaba, fascinado por sus conocimientos. Me ofrecía siempre, como una guía viviente, todos los espectáculos artísticos de que uno podía disfrutar gratis en Madrid en esa jornada o en las venideras: ensayos de orquestas o cantantes, películas u obras de teatro que se daban en las embajadas, centros culturales extranjeros, iglesias, cofradías, oenegés, conferencias, mesas redondas, recitales, exposiciones
  • 17. y, un día, hasta una función gratuita que daba un circo ¡para enfermos, discapacitados e invidentes! Él asistía a todo eso y por ello tenía sus días muy ocupados, pues se desplazaba por Madrid naturalmente siempre a pie. Su amor por todas las manifestaciones de la cultura era tan genuino como el que profesaba a la naturaleza y sus opiniones sobre películas, dramas, pinturas, música e ideas (a condición de que no fueran políticas, contra las que parecía vacunado) siempre me parecieron respetables. Era un hombre relativamente joven —entre 40 y 50, calculo— y nunca parecía haber llevado otra vida que ésta, es decir, la de un hombre-florero de la calle, contento y entusiasta con lo que hacía y, sobre todo, con lo que no hacía. Muchas veces tuve la tentación de entrevistarlo, para saber cómo y por qué había llegado a ser eso que era —un vagabundo culto, insolvente y feliz—y preguntarle si a veces no lo sobresaltaba el temor de una enfermedad, de una vejez sin recursos, si en esa soledad irreductible en la que parecía confinado no echaba a veces de menos la idea de una pareja, de una familia, pero nunca me atreví. Tenía la impresión de que someterlo a ese género de interrogatorio podía ofenderlo. Un día descubrí que otro de sus quehaceres era echar una mano a los drogadictos que, como él, habían hecho de la calle su hogar. Había sobre todo un muchacho de origen mexicano, que caía por las noches en el parque de Debod y que, psíquicamente maltratado por la heroína, padecía de ataques autodestructivos y hablaba de suicidarse. Seguí a través de lo que me contaba sus desesperados esfuerzos para convencerlo de que, pese a todo, la vida valía la pena de ser vivida, porque había en ella muchas cosas hermosas, incluso para quienes carecían de recursos. Un día me aseguró, resplandeciente de felicidad: “Creo que lo he convencido”. Era un optimista visceral y siempre estaba risueño. Un día me atreví a preguntarle si una persona sin dinero, en Madrid, no estaba irremediablemente condenada a perecer de inanición. “En absoluto”, me explicó. Y de inmediato me enumeró por lo menos una docena de refectorios y comederos regentados por órdenes religiosas —católicas, evangélicas— o sociedades laicas que ofrecían bocadillos o la tradicional “sopa de pobres” a los menesterosos de la ciudad. Como paso intervalos de largos meses fuera de Madrid, al retorno de uno de ellos me llevé la desagradable sorpresa, en mi caminata tempranera, de que la banca del hombre-florero ya no existía. ¿La había abandonado él mismo, empujado por su espíritu nómada, o la habían destruido unos policías menos tolerantes que aquellos gracias a los cuales nació nuestra amistad? Me entristeció mucho la desaparición de ese amigo momentáneo que daba siempre una nota emotiva y cálida a los paseos con que comienzo el día. Pregunté a las alegres comadres del parque de Debod y ninguna de ellas se acordaba siquiera de él. Pero el cojito del perro gran danés me dijo que, aunque él mismo no lo había visto con sus ojos, pensaba que se había mudado a la plaza de Oriente porque había divisado allí una banquita con los adornos vegetales con que arropaba su banca de estos lares. No encontré la tal banca pero sí lo encontré a él, muchos meses después de aquello que cuento, al pie de la bella estatua ecuestre de la plaza de Oriente. Nos dimos un abrazo. Era el mismo personaje risueño, entusiasta y reconciliado con la vida de antaño, pero era también otro. Ya no había rastro de vegetación en su ropa ni en su cuerpo y, en su boca, no era la cultura la que llevaba la voz cantante sino la religión. Me habló, de entrada y sin parar, como si retomáramos una conversación de la víspera, y con la misma fogosidad de antaño, del Santo Padre Pío de Pietrelcina, un monje capuchino italiano que, al parecer, hizo milagros y exhibía en sus manos los estigmas de la pasión de Cristo, sobre el que tenía una información apabullante. Conocía su vida, sus enfermedades, sus virtudes, sus hazañas sobrenaturales, y, como en el pasado me recomendaba espectáculos, charlas, recitales o exposiciones, ahora me ilustró sobre las misas donde se escuchaban los sermones más inspirados y donde se oían a los mejores coros de la ciudad y las tertulias sagradas que valía la pena no perderse. Al despedirnos, me dejó en las manos un prospecto de las actividades de la semana en el vecino monasterio de la Encarnación. Fue la última vez que lo vi, hace de esto dos o tres años. ¿Por qué escribo sobre él? Porque esta mañana, mientras hacía mi caminata matutina en el malecón de Barranco, dentro de una neblina que anuncia ya el próximo invierno de Lima, de repente creí verlo, al borde de los acantilados, pobre y libérrimo, exaltado y feliz, más que nunca convencido de que en esta vida nadie tiene derecho de aburrirse ni de deprimirse, porque, pese a todo, ella es lo mejor que nos ha pasado. Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2015. © Mario Vargas Llosa, 2015 Confluencias filosóficas a través del tiempo: Descartes y Algazel
  • 18. Carlos Javier González Serrano — Trotta publicó hace poco un librito (apenas 100 páginas al accesible precio de 10 euros), en su siempre tentadora colección Pliegos de Oriente, de uno de los maestros musulmanes más respetados no sólo por quienes compartieron -y comparten, puesto que sus escritos siguen constituyendo una auténtica referencia en la actualidad- su religión, sino también por filósofos y pensadores de todo signo y adscripción. Me refiero a Algazel (Abu Hamid al-Gazali, 1058-111), contemporáneo de algunas de las figuras más importantes del pensamiento oriental, como el caso, por ejemplo, de Omar Jayyam. La persona inteligente conoce la verdad y luego considera la locución misma, y si es verdad, la acepta tanto si el que la profiere es verdadero como si es mendaz. Sólo una fue la meta de Algazel en vida, tras sufrir una crisis o iluminación espiritual que le empuja a abandonar definitivamente su trabajo en Bagdad y peregrinar a la Meca. Tal meta no será otra que la búsqueda de la verdad y la certeza. Si leemos las líneas inaugurales de El salvador del error. Confesiones (en magnífica traducción del profesor Emilio Tornero), al lector avanzado no dejará de sorprenderle la semejanza de la argumentación de Algazel con los primeros compases del Discurso del método de Descartes. Comparemos, por un momento, algunas de sus afirmaciones. Digamos algo a este respecto. Algazel comienza la obra dirigiéndose a alguien -un discípulo, imaginamos, “hermano en la religión”-, que le ha solicitado orientación sobre “el fin y los secretos de las ciencias y sobre las profundidades y honduras de las doctrinas de las distintas escuelas”. Y a tal tarea se entrega sin dilación, no sin antes esbozar su particular “método”, que, como digo, tanto le acerca en el fondo y en la forma a Descartes (¿acaso pudo tener acceso el pensador francés a la obra de Algazel, dos autores separados por un cisma temporal de más de cuatro siglos?). El cometido de Algazel no es otro que el de poner “en claro la verdad entre el desorden de las sectas con sus diferentes vías y métodos”. Pero no sólo eso, es decir, Algazel no persigue un mero objetivo doctrinal, imponer su verdad sobre las demás, sino analizar tales “vías y métodos” y, tan sólo después, evaluar la certeza o falsedad de su religión. Este prolífico pensador (se dice que escribió más de 70 obras, que tanto influyeron en el mundo medieval, tanto de corte musulmán como cristiano, sobre todo en Tomás de Aquino) es claro al respecto: Mi ánimo me movió a buscar la verdadera naturaleza originaria, la verdad de las creencias que provienen de seguir ciegamente a los padres y maestros y el discernimiento entre estas creencias recibidas cuyos principios son dictados desde fuera del propio individuo. Perplejo ante la inmensidad de conocimientos que no habían sido examinados “críticamente” por Algazel, pero que sin embargo había aceptado “ciegamente”, el sabio se propone un claro punto de partida: Me dije entonces: “Primeramente debo buscar el conocimiento de las verdaderas naturalezas de las cosas, pero para ello es preciso buscar la verdadera naturaleza del conocimiento, ver en qué consiste éste”. Vemos, pues, qué magnífica y llamativa similitud encierran los presupuestos de Algazel -que desea conocer la verdad de las cosas (para lo que será necesario examinar las fuentes de nuestro conocimiento)- con los de Descartes en Discurso del método (cuyo subtítulo, no lo olvidemos, reza “Para dirigir bien la razón, y buscar la verdad en las ciencias”). Leamos al francés por un momento: Mas por el hecho de que yo deseaba entonces ocuparme exclusivamente en la investigación de la verdad, pensé que era necesario que hiciese todo lo contrario y rechazara como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si después de esto no quedaba en mi ciencia algo indubitable [y por ello] me resolví a suponer que todas las cosas que habían penetrado en mi espíritu eran tan falsas como las ilusiones de mis sueños (Discurso del método, IV).
  • 19. Un asunto, el de los sueños, al que por cierto también hace alusión Algazel: cuando éste se pregunta qué “árbitro” puede haber más allá de la percepción y de la razón para juzgar sobre la verdad de las cosas, nos explica que entonces se quedó “un tiempo sin saber qué responder y el ejemplo del sueño afirmó aún más mi perplejidad”: ¿No me veo en sueños dando crédito a una serie de cosas e imaginando situaciones, creyéndolo todo firme y decididamente, sin dudar, y luego cuando despierto, me doy cuenta de que todas aquellas cosas a las que daba crédito no tienen ningún fundamento ni valor? Ambos llegarán, aparentemente, a la misma conclusión, esto es, a que de algún modo cualquiera de nuestras ideas debe tener en el fondo algún fundamento de verdad. Será tarea del lector, en un entretenido y nada ocioso ejercicio de lectura y estudio, discernir en qué se diferencian ambas concepciones, tan lejanas en el tiempo, pero tan hermanadas por el mismo espíritu. Hay que tener en cuenta, desde luego, que Algazel habla desde la religión (¡demasiado atrevidas parecen ya sus palabras!, si tenemos en cuenta la época en la que escribe El salvador del error. Confesiones), mientras que Descartes llegará a Dios más como necesidad de fundamento que como elemento meramente dogmático. Sin embargo, como explica el profesor Emilio Tornero en la excelente “Introducción” de este pequeño tesoro bibliográfico, Algazel se lanzó de lleno al estudio de la Filosofía, al parecer por su propia cuenta y riesgo, recurriendo exclusivamente a lecturas. Su objeto era entenderla primero para refutarla después. Incluso llegó a redactar un libro, intitulado Destrucción de los filósofos, en el que nuestro protagonista se dedicó a criticar los presupuestos de los propios filósofos desde la religión islámica. Pero, y he aquí el valor indiscutible de la obra de Algazel, de lectura obligada para cualquier persona interesada en el nunca bien conocido desarrollo de la historia de la Filosofía: La posición ecléctica y moderada de Algazel le llevó a no negar totalmente la Filosofía, pues en sus críticas a los filósofos se sitúa en su mismo terreno, ya que combatirá sus argumentos desde las exigencias de una razón depurada, no dejándose llevar, pues, por el escepticismo exagerado de la ortodoxia islámica. Y es que, para terminar, leamos las maravillosas palabras de Algazel al comienzo de El salvador del error. Confesiones, donde nos transmite su auténtica e irrenunciable vocación: La sed por conocer las verdaderas naturalezas de las cosas ha sido mi costumbre y mi hábito desde un principio y desde la flor de mi vida. Ha sido como un instinto y como una predisposición innata puesta por Dios en mi naturaleza, no debida a elección o a industria mía, para que se me desatara el nudo de imitación ciega y para que se me resquebrajaran las creencias heredadas. León Felipe. Cartas desde el Castillo interior No fue un exiliado más. León Felipe, el poeta prometeico, el republicano sosegado y espiritual ya vivía a caballo entre México y España cuando en 1939 el exilio le deja varado en la otra orilla de la lengua. Desde allí recibe a los nuevos exiliados, los ayuda, soluciona sus problemas. Y escribe, escribe sin pausa. Conferencias, cuadernos, cartas. Una obra oculta e inédita, por la que se le escapa el alma, que ahora reúne la Fundación Banco Santander en Castillo interior.
  • 20. EL CULTURAL | 03/04/2015 | Edición impresa Gonzalo Santonja, catedrático y director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, y Javier Expósito, director literario de la Fundación Banco Santander, han fatigado el Legado León Felipe del Archivo Histórico de Zamora para descubrir “cómo trabajaba”. “En Castillo interior hemos querido mostrar al poeta en el obrador. Había llegado a México en 1922, su mujer era mexicana, conocía mejor que nadie el exilio. Su casa se convierte desde 1939 en una agencia de inserción”, explica Santonja. Entre los abundantes escritos de esos años destaca la correspondencia con Juan Larrea, poeta bilbaíno y vanguardista, de la que exhumamos alguna carta. Un diálogo “espiritual y fluido” que va más allá de su aparente carácter práctico, en el que, según Santonja, “nos asomamos al alma, al castillo interior de Felipe”. Y reproducimos también la memorable felicitación a la niña María Luisa Gíner de los Ríos. Carta de Juan Larrea a León Felipe 1 de julio de 1941 Querido León: Bernardo, por mi conducto, te confía el encargo de invitar al Sr. Héctor Pérez Martínez a participar en el financiamiento de nuestra revista suscribiendo una obligación de quinientos pesos. Creo que dada la estrecha amistad que tanto a uno como a otro os une con dicho Sr. no presentará el asunto dificultades mayores. Bernardo no se dirige a él directamente por estimar que tú puedes facilitarle de palabra más amplias explicacionesque él por escrito. La entrega de fondospodría efectuarla a su gusto. Siempre, sin embargo, sería más cómodo, hallándose fuera, que la hiciera en los menores plazos posibles. Agobiados por tu imperturbable silencio de gran pirámide, seguimos dando vueltas a la misma noria. Tuvimos ya una primera reunión constitutiva y pronto volveremos a reunirnos para puntualizar importantes detalles de la organización, todavía en el aire, y formalizar la escritura. Se están cobrando las participaciones, que ascienden ya a unas cuarenta. He aceptado complacido el encargo de escribirte con la esperanza de tener noticias tuyas. Tanto más cuanto nos convendría saber si es cierto, como se pretende, que no piensas regresar hasta fines de año, y que este asunto de la revista no te interesa sino al contrario. Se me hace difícil creerlo. Más como no se trata de mi creencia sino de una obra conjunta y algunos compañeros están un poco extrañados, te agradecería muy de veras una amistosa y franca declaración a este respecto.
  • 21. Guite y los niños bien. Juan Jaime ha reanudado sus clases, y aunque no se halle aún en plena posesión de sus medios, sigue contento y mejorado. Te recordamos con cariñosa frecuencia y hemos sentido muy de veras tu desgracia familiar. Supimos que tu viaje había sido excelente y que te encontrabas bien. Ponme dos letras sin tardanza y recibe un afectuoso abrazo de Juan Carta de León Felipe a Juan Larrea Campeche, 9 de julio de 1941 Querido Larrea He estado fuera de Campeche en una ciudad llamada El Carmen donde las comunicaciones son difíciles. Allí me mandaron tu carta cuando yo iba a venirme aquí a la capital del Estado en la que reside el gobernador Héctor Pérez Martínez. Hoy he hablado con él sobre la revista y que él cree que es cosa factible esa ayuda. Creo que ahora debe escribirle Bernardo, dándole todos los detalles para cerrar el contrato, como dicen los hombres de negocios. Nada hay para tu secreto en mi conducta. Me he venido aquí huyendo de mí mismo, como he andado siempre corriendo por el mundo, y cada vez y en todas partes me encuentro en mi realidad de una manera más dramática y desesperada: no tengo deseos ni fe. Me asombra que haya quien quiera luchar y amar y vivir. No sé hacer nada y tal vez haga lo mejor no poniéndome en el camino de nadie. A mí no me necesitáis. Y Bernardo y tú podéis llevar adelante la labor de la revista, si créis que una revista en estos días puede servir de algo. Es muy difícil decir lo que uno piensa y lo que uno quisiera decir desde su marco personal, pero es más difícil para mí aún hablar desde la terraza de una compañía. Si no puedo gritar desde la ventana de mi casa porque no me oye nadie, tampoco quiero gritar desde un balcón con cincuenta señores que me tirarán de la chaqueta en cuanto diga lo que no les convenga a sus intereses. Pero no es esto lo esencial. Lo esencial probablemente es que yo no tengo nada que decir porque supongo que esta desgana mía y este viejo amargor de boca no le interesan a nadie. Por lo demás te quiero como siempre y a los tuyos también. Abrazos, León Carta de León Felipe a María Luisa Giner de los Ríos y Díez-Canedo México, agosto de 1955 María Luisa Giner de los Ríos y Díaza Canedo: Mi querida y vieja amiga ¡cómo pasan los años! ¡Quién te ha visto y quién te ve!... Te han salido los dientes y se te han caido las trenzas... Antes contabas los años con los dedos de las manos. Yo te conocí cuando los contabas con el dedod meñique. Todavía cuando te fuiste a Chile te sobraban dedos para llevar la cuenta. Ahora, tienes que escribir tus once años con dos anzuelos: 11; o con dos estacas: II; o con dos trenzas cortadas: 33..., en fin, que te ha salido el tiempo como dos colmillos. ¡Terrible cosa son los años!... Además, te ha salido un álbum como un rumor de vanidad para que te escriban tus amigos los poetas pequeños y gloriosos madrigales en lugar de cuentecillos..., porque tú tienes más amigos poetas que Margarita y Violante... Sin embargo, para que esos poetas pudiesen convertir los cuentos en madrigales no debiste haberte cortado nunca las trenzas. Todos pensábamos que tú eras una pequeña Isolda que estaba creciendo para ser la prometida de un rey. Y yo siempre supuse que las golondrinas, amigas de Tristán, te habían arrastrado y se habían llevado ya en el pico una hebra de oro de aquellas crenchas tuyas antiguas. ¿Te
  • 22. acuerdas cómo fue aquello de Tristán, del Rey Marco y del cabello dorado, junto al mar de Tintajel, dos golondrinas mensajeras?... Es un cuento viejo y lento en el que se refiere que aquel cabello vino a posarse en la barba cana del rey, y que el rey, tomándolo entre los dedos, dijo: “Me casaré con la mujer de cuyas trenzas se ha desprendido esta hebra de oro”. Y Tristán, que amaba al rey como a su padre, se fue a buscar el sol de donde había salido aquel rayito de luz. Después de mucho navegar, Tristán encontró a Isolda... Y el cuento sigue... ¡largo, largo, largo! Como las trenzas rubias de una novia germana. Pero he aquí que este cuento ya no podrá contarse nunca, porque todas las Isoldas del mundo se han cortado las trenzas de oro, como tú, y las golondrinas ya no tienen nada que hacer en el Reino del Amor, donde los cuentos ingenuos e infantiles se convertían en luminosos madrigales... Bueno, bueno; adiós, adiós; me voy que me espera el Silencio... León Felipe Carta de León Felipe a José Bernadette [Mair José Bernadette (Dardanelos 1895-Massachussets 1989), fue un hispanista sefardita radicado en la Universidad de Cornell, que se convirtió en compañero y amigo de León Felipe durante la estancia de éste en dicha universidad en los años veinte como profesor de español. Unas vacaciones del poeta con Berta, su esposa, en 1930, que se convirtieron después en una marcha definitiva, darían lugar a la correspondencia entre ambos, de la que ésta carta es una muestra representativa. El libro al que se refiere Felipe es Español del éxodo y el llanto, publicado a principios de 1939 por la Casa de España en México, y dedicado al Presidente Lázaro Cardenas por la hospitalidad que sintiera ya en su primer viaje en 1923 cuando llegó solo con una carta para Alfonso Reyes. Henri Bremond fundó la corriente poética de la llamada poesía pura (1926) con la obra del mismo título, que reaccionaba frente al romanticismo decadente, y tuvo también en Paul Valery uno de sus grandes representantes. Bremond equipara la poesía a un estado místico de la escritura.] Athica, N.Y. 5 de mayo de 1939 Querido Bernadette: Por delante va un libro para Ud. Es de los primeros que he recibido. No sé cómo contestar a su última carta. En mis libros hallará Ud. Todo lo que yo podría decirle. Este último no es un libro puramente lírico, ya lo sé; es sin embargo , más puro que el primero porque en él el sentimiento del dolor y la melancolía han quedado deshechos. Pero a esta anulación no he llegado por una impuesta estética apriorística sino por una actitud religiosa filosófica y vital que se ha definido claramente en mí al contacto con este pueblo. Estoy con Eliot y con los poetas metafísicos ingleses más que con las actuales corrientes francesas. Huyo, sin embargo, como Ud ríe, del pesimismo de casi todos los últimos poetas norteamericanos. Mi devoción por Valery es porque su poesía es un franco mentís a su estética. Tan poeta filosófico es él como Lucrecio. Y acepto aquellas palabras del Abate Bremond: “ Toda poesía es una oración”. No he entrado a rezar en las capillas de Góngora y no me he esforzado por encontrar una forma ceñida. Casi siempre he trabajado sobre la sencillez del romance, no arrastrado por su democracia sino por su tolerancia que admite el cruce con todos los versos; los más extranjeros y aristocráticos, con la forma amétrica primitiva, y no se queja aunque le quebremos en pedazos monosilábicos. No creo que la imagen original sea la única expresión lírica. Tan pura me parece a veces una frase hecha como una metáfora original. Todo el libro está en contra de la manera vigente en España. La gente ortodoxa en Religión que es casi toda España y la minoría vanguardista (capitaneada por Ortega), no han de encontrarlo de su agrado. Sin embargo, el libro es hijo de una experiencia actual de mi vida. Cervantes y Whitman, a pesar de la derrota democrática, son las dos voces más fecundas de la literatura occidental y su cristianismo dinámico y dionisiaco me parece mejor que la aristocracia nietzschiana (que
  • 23. está pregonando Ortega con gritos y gestos de plazuela). Repito que todo esto lo hallará Ud. En el libro, pero si quiere Ud. Algún otro detalle, dígamelo más específicamente. Le abraza su amigo León Felipe Teresa de Jesús, presente en la Semana de Vida Consagrada MJ / 2 días ago Teresa de Jesús, con motivo del V Centenario, estará presente en la 44ª Semana para Institutos de Vida Consagrada. La Hna. Olga de la Cruz, priora del monasterio de Loeches (Madrid), y miembro de la Comisión del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, evocará su figura con una ponencia titulada “Carta de Santa Teresa de Jesús a la Vida Consagrada”. Ofrecemos el programa completo de estas jornadas, que puede también descargarse en este enlace: Memoria, presencia, futuro. La vida religiosa en el Pueblo de Dios. 44ª Semana nacional para Institutos de Vida Consagrada Jueves 9 16.00 h. Acogida y entrega de materiales. 17.00 h. Sesión de apertura. Excmo y Rvdmo. Sr. D. CARLOS OSORO, Arzobispo de Madrid. Excmo. DR. D. ÁNGEL GALINDO, Rector magnífico de la UPSA. M.R.P. LUIS ÁNGEL DE LAS HERAS,cmf. Presidente de CONFER. Rvdmo. P. JOSEP MARIA ABELLA,cmf. Presidente del ITVR. 18.00 h. Presentación de la Semana P. CARLOS MARTÍNEZ OLIVERAS,cmf. Director del ITVR. MEMORIA AGRADECIDA 18.30 h. La vida religiosa desde el Concilio Vaticano II a nuestros días. Emmo. y Rvdmo. SR. D. FERNANDO SEBASTIÁN AGUILAR,cmf. Cardenal arzobispo emérito de Pamplona. Viernes 10 10.00 h.La vida consagrada en el misterio de la Iglesia. P. SEBASTIANO PACIOLLA,O. Cist. Subsecretario de la CIVCSVA. 12.00 h. Alientos e interpelaciones para la Vida Consagrada. DR. D. GIOVANNI MARIA VIAN, Director de L’ Osservatore Romano.
  • 24. 13.00 h. Eucaristía PORVENIR SOÑADO 17.00 h. El Dios de la fidelidad que sorprende y renueva. P. JOSÉ CRISTO REY GARCÍA PAREDES,cmf. Subdirector del ITVR. 18.30 h. La Iglesia en diálogo evangélico con lacultura secular. Sor IVONNE REUNGOAT, fma. Superiora general Hijas de María Auxiliadora. Sábado 11 10.00 h. La vida consagrada “in servitum caritatis”. Emmo. y Rvdmo. Sr. D. ÓSCAR RODRÍGUEZ MARADIAGA, sdb. Presidente de Caritas internationalis. 12.00 h. Mesa redonda. «…y los jóvenes tendrán visiones» [Hch 2, 17]. Anhelos de la vida religiosa joven. 13.00 h. Eucaristía. PRESENTE APASIONADO 17.00 h. Formar hoy para la vida consagrada del s. XXI. Hno. SÉAN SAMMON, fms. Ex-superior general de los hermanos maristas. 18.00 h. Carta de Santa Teresa de Jesús a la Vida Consagrada. Hna. OLGA DE LA CRUZ,ocd. Comisión V Centenario. Carmelo de Loeches. 19.00 h. Tarde de música y oración. MAITE LÓPEZ MAHÚN. Hermanas de la Consolación. Domingo 12 10.00 h.Crisis y kairós: nueva oportunidad de conversión personal y pastoral. P. GONZALO FERNÁNDEZ SANZ,cmf. Prefecto general de espiritualidad. 12.00 h. El Año de la Vida Consagrada. Emmo. y Rvdmo. SR. D. RICARDO BLÁZQUEZ PÉREZ. Presidente de la Conferencia Episcopal Española. 13.00 h. Eucaristía de clausura. «La experiencia mística es gratuita; el hombre no la consigue, se le da» El carmelita descalzo Santiago Guerra Sancho en su despacho de Salamanca. / J. H.
  • 25.  Santiago Guerra Sancho / Carmelita descalzo y profesor experto en mística, «La mística se da en niveles más profundos que el nivel de conciencia racional» para expresar estas experiencias hay que recurrir a un lenguaje de paradojas y símbolos  Jorge Holguera Illera | salamanca 3 abril 201511:34 Norte de Castilla   98  4  El carmelita descalzo Santiago Guerra Sancho lleva viviendo en Salamanca 64 de sus joviales 83 años de edad. La enorme vitalidad de su persona es alimentada por una incesante labor académica. En el ágil trajinar de su día a día no faltan numerosas charlas como las que imparte cada viernes y cursos de meditación. Además dirige un centro de Yoga que también fundó. En su día fue profesor de la Facultad de Teología San Esteban. Con esta orden no ha dejado de estar vinculado gracias a su colaboración en diversas ponencias como experto en mística. Es profesor de mística y diálogo interreligioso en la Universidad de la Mística de Ávila. Precisamente por tratarse de una de las personas que hoy día está más facultada para hablar de mística merece esta entrevista que ahondar en interesantes cuestiones que tratan de desvelar la actualidad, y algún dato relacionado con esta materia tan difícil de definir y de delimitar pero que tanto interés despierta. –¿En palabras de hoy qué podríamos decir que es la mística? –Depende, porque hay muchos tipos de mística, lo que sí te puedo decir es que está muy de actualidad. Decir mística no es decir mística cristiana, es decir mística, en ese sentido no se puede dar una definición de mística, porque no hay una mística. Hay una mística budista, hay una mística cristiana,.. pero que desde el punto de vista fenomenológico tienen puntos comunes. – ¿Podría decirnos algo común? –Como algo común a todas las místicas es la experiencia de unidad de la persona con la realidad trascendente. Pero luego hay místicas muy diferentes, por ejemplo está la mística hinduista, la budista, la islamista, la cristiana,.. –¿Qué diferencia hay entre la mística de hoy y la de los tiempos de Santa Teresa? –Diríamos que se tiende a unir mística y ciencia, con lo cual quedarían corroboradas las experiencias de los místicos. Se da una relación entre determinadas ondas cerebrales muy profundas y las experiencias místicas y entre el hemisferio cerebral derecho y las experiencias místicas. Esta es una característica, la relación entre las experiencias místicas y las ondas cerebrales. – ¿Qué tipo de personas se interesan hoy por la mística? –Se interesan los estudiosos del fenómeno religioso, porque dentro del fenómeno religioso, la mística es algo muy especial.; y se interesan los científicos, sobre todo la nueva física, y la nueva psicología, la psicología transpersonal, cada uno desde su punto de vista. Pero la ciencia por mucho que se acerque a la mística no es mística, la ciencia es ciencia y la mística es experiencia. Las experiencias místicas son muy difícil de explicar, Santa Teresa decía, «me es más imposible expresar esas experiencias que hablar en griego». Siempre ha sido una nota de la mística la inefabilidad. –¿Inefabilidad? –El místico tiene una experiencia que es inefable porque pertenece a un nivel de conciencia que no es el
  • 26. racional y por lo tanto, ahí desaparece el lenguaje racional. Para, de alguna forma dar a entender la experiencia mística tiene que recurrir a otro tipo de lenguaje como es el símbolo, la paradoja, .. La paradoja es como una aparente contradicción desde el punto de vista lógico, pero que expresa lo más profundo de la realidad. Lo más profundo de la realidad se explica solamente con símbolos y con paradojas pero no se puede explicar con un lenguaje racional que es el propio del conocimiento racional, porque la mística se da en niveles más profundos que el nivel de conciencia racional. –¿Cualquier persona está preparada para tener experiencias místicas? ¿Qué condiciones hacen falta? –No hay condiciones, la mística, se puede decir que el hombre no la consigue, se le da. Es una experiencia gratuita. Yo suelo decir que normalmente, porque la experiencia mística puede venir repentina, han habido casos. Normalmente se requiere un camino largo de preparación que consiste en un camino para que te vacíes de tus operaciones naturales -de entendimiento, memoria y voluntad-, para que esas potencias sean llenadas con la experiencia mística. Yo suelo decir que a través de este camino, que podemos llamar el camino ascético, se puede llegar hasta la puerta del misterio, pero que no se puede empujar, o sea que la puerta se abre desde dentro. Con lo cual quiero indicar que la experiencia mística es gratuita, se da, como que viene de repente. Evidentemente la preparación ha influido, es decir, ha preparado al sujeto, pero que no es el efecto de tu preparación, sino que le viene dada. –¿Qué nos dice de los santos místicos por excelencia, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús? –Quiero que se distinga entre vida mística, que es la experiencia de unión con la realidad trascendente, en caso de Santa Teresa con Dios personal o con Cristo, y fenómenos místicos que la gente confunde normalmente con la mística. Un ejemplo de vida mística es el que ponía la Santa de las dos velas que en un extremo hacen una sola luz. Los fenómenos místicos, es algo que muchos consideran accesorio, Santa Teresa, por ejemplo, lo llama arrobamiento, arrebatamiento, herida de espinas, duelo de espíritu y que en ella acompañaron su vida mística y le ayudaron a intensificarlo cada vez más. A la Santa, todos esos fenómenos le duran hasta que tiene la experiencia suprema mística que se llama matrimonio espiritual. Una vez que tiene esa experiencia cesa todo eso, por lo tanto, en la Santa todos esos fenómenos místicos eran lo que ella llamaba joyas que le va mandando el esposo futuro para prepararla para el matrimonio espiritual y para la consumación de la experiencia mística. Fue una época concreta que en Las Morada ella llamaba el desposorio espiritual. En ella fue una preparación que iba intensificando el amor divino, el amor al prójimo, le iba haciendo más santa. San Juan de la Cruz y Santa Teresa se diferencian en que Santa Teresa es más descriptiva, no es una intelectual pero es una sabia. San Juan de la Cruz es más intelectual y entonces su mística está expresada en un nivel intelectual. Teresa en la pluma de Ramón J. Sender MJ / 2 días ago Pedro Paricio Aucejo La rica personalidad humana de Santa Teresa de Jesús, la densidad de sus relaciones sociales, la relevancia temporal de sus actos, la trascendencia de su espiritualidad, la grandeza de su obra fundadora, la universal influencia de sus escritos, su inextinguible repercusión –siglo tras siglo– en la historia… han hecho de ella una figura propicia para ser novelada por narradores autóctonos y extranjeros, admiradores y detractores, religiosos y no creyentes. En esta serie ininterrumpida de novelistas inspirados por la vida y la obra de la monja castellana se encuentra –a pesar de su peculiar actitud respecto de la religión– el aragonés Ramón J. Sender (1902-1982). La vocación literaria de este escritor se despertó tempranamente con la colaboración, desde muy joven, en publicaciones periódicas, llegando a lo largo de su vida a redactar más de 2.000 artículos. Terminada la guerra civil, se exilió a Francia, México (donde, entre otros menesteres, fundó y dirigió una editorial) y, en 1948, fijó su residencia en los Estados Unidos, país en el que ejerció como profesor de literatura española y continuó su carrera de escritor. En España recibió varios premios literarios, como el Nacional de Literatura y el Planeta. Hombre de activismo político durante muchos años, su escritura es una manifestación más de su necesidad de acción, por lo que acopió una inmensa obra de monumental extensión. Esta circunstancia le llevó compulsivamente a una pródiga creatividad literaria en la que, además de cultivar la poesía y el teatro, alcanzó una ingente fecundidad narrativa con la práctica del periodismo, el cuento, el ensayo y, sobre todo, la novela. Por su extensísima producción –enriquecida por su variedad temática y de formas– quizá se le pueda considerar el más prolífico de nuestros escritores del siglo XX.
  • 27. Sender se sintió literariamente atraído por la figura de la Santa de Ávila, a pesar de que en su tarea creativa dejara constancia escrita de su condena a toda fe instituida o encarnada y a cualquier mito, ritual y dogma religioso, sin renunciar por ello a sus íntimos sentimientos de fraternidad universal, libertad y amor, que vivía como meros ideales humanos. Aquella influencia de la reformadora carmelita en su vida se remonta a sus años de bachillerato, en que, con ocasión de la celebración del IV centenario de su nacimiento, se le quedó grabada en su imaginación la personalidad de la mística abulense, despertándosele el deseo de conocer sus escritos. Esta fascinación continuó en el tiempo hasta que, en 1967, cuajó literariamente con la publicación de su obra Tres novelas teresianas. En ella su autor – entreverando lo verosímil y lo verdadero– despliega los elementos más novelescos presentes en la Vida, referidos a la biografía, la personalidad y el misticismo de la Doctora de la Iglesia, a la vez que mezcla personajes históricos relevantes (Antonio Pérez, duque de Alba, don Juan de Austria, Carlos V…) con referencias y personajes literarios (Lope de Vega, fray Luis de Granada, Erasmo de Rotterdam, don Juan Tenorio, Lazarillo de Tormes…), sirviendo también así de puerta de acceso al conocimiento del Siglo de Oro. Se trata de tres breves narraciones de tipo histórico –llamadas novelas por Sender–, independientes entre sí, que, si bien narran momentos distintos de la vida de Santa Teresa, al estar dotadas de una consistente unidad, funcionan como estampas o capítulos de un mismo relato. En la primera (La puerta grande) se describen los primeros meses de su noviciado en el convento y su posterior desplazamiento, por orden paterna, a la localidad de Becedas –en cuyo recorrido se encuentra y dialoga con don Quijote y Sancho– para convalecer de una enfermedad. Es un tiempo de dudas, en que la joven reflexiona sobre su vocación, mostrando en sus inicios un espontáneo amor universal que, con el correr de los años, se concretará en su definitivo amor a Cristo.La segunda (La princesa bisoja) presenta a Teresa como priora en el convento de Pastrana, donado por la voluptuosa doña Ana Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, a la sazón retirada allí desde la muerte de su esposo, y con la que mantuvo una variable relación. La tercera (En la misa de Fray Hernando del Castillo), dentro de la peculiar visión que el escritor tiene de la España de los Austrias, presenta a la religiosa descalza asistiendo a una eucaristía en la capilla real, en la que el capellán de la corte –conocedor de la participación de Felipe II en el asesinato del barón de Montigny– predica su sermón con la intención de que el rey sepa que se dirige a él y a sus cómplices allí asistentes. En definitiva, en esta novela histórica, Sender, al tiempo que –con imaginación creadora– resalta su visión humana y literaria de la Edad Dorada, en concordancia con la posición personal del autor respecto de la religión, muestra su simpatía por el protagonismo de una Santa que, sin menoscabo de su cercanía a Dios, contempla el mundo desde una amplia perspectiva fundamentada en el amor, la fraternidad y la libertad. ¿Son “católicas” las universidades católicas? 05 15:18:23 de abril de 2015 Jorge Costadoat, SJ
  • 28. ¿Son “católicas” las universidades católicas? Difícil decirlo. En realidad, esta pregunta solo puede responderla el Padre Eterno. Si no fueran cristianas, no serían católicas. Pero solo Dios sabe qué es cristiano y qué no. Sin embargo, la pregunta nos sirve para orientarnos en lo que buscamos. Esto es, una universidad al servicio de la misión de la Iglesia. El marco más amplio en el que se ubica el tema, es el de la relación de la Iglesia con la sociedad. La universidad católica hace real este vínculo. La universidad depende del vínculo que la Iglesia establezca con la sociedad. Pero también la Iglesia depende del vínculo que la universidad establezca con la sociedad. En este ir y venir de la Iglesia a la universidad, en la sociedad, depende en parte el cumplimiento de la misión de la Iglesia, cual es la edificación de la “civilización del amor” (Pablo VI). La relación de la Iglesia con la sociedad puede darse en diversos esquemas eclesiológicos. Hasta el Concilio Vaticano II ha podido prevalecer un esquema decimonónico de confrontación y de condena de la Iglesia a la modernidad. Este planteamiento ha caracterizado una discordia estéril y nociva. Muchos de nuestros contemporáneos se han alejado de la Iglesia. Pero, por otra parte, nuestras sociedades no han llegado a conocer suficientemente el Evangelio y sacar de él todas sus consecuencias humanizadoras y socializadoras. En el Vaticano II se hicieron presentes otros dos esquemas eclesiológicos, ambos positivos. Entonces la Iglesia se planteó en términos amistosos ante la época. En uno de ellos, todavía se acentuó la diferencia entre Iglesia y mundo: se supuso que ambos eran los interlocutores de un diálogo a favor de mayores niveles de humanidad. Pero la representación ha sido la de una realidad frente a la otra; la de un diálogo de la Iglesia “con” el mundo, en el entendido de que la Iglesia enseña y, a veces, aprende del mundo. En un segundo esquema, también conciliar, se entendió que la Iglesia es una realidad “mundana” en el mejor sentido de la palabra. En este caso la Iglesia está “en” el mundo y el mundo “en” la Iglesia. Todo lo que ella tiene que aportar como evangelización puede hacerlo solo de un modo “mundano”. En otros términos, de un modo empático y autorreflexivo. Esto es patente en la Constitución Apostólica Gaudium et spes: Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar
  • 29. hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia (Gaudium et spes, 1). En este esquema la Iglesia no se impone a la cultura contemporánea (esquema preconciliar) ni dialoga simplemente con ella (primer esquema conciliar), sino que discierne en ella -en su propia mundanidad- los signos de los tiempos y anuncia el Evangelio en clave verdaderamente civilizadora. Este último esquema fue posible elucidarlo en la medida que prevaleció en el Concilio la convicción teológica de la salvación universal. Lo fundamental, absolutamente esencial, pasó a ser el amor de Dios por todos los hombres y el de estos entre sí (Lumen gentium, 1, 14). El Concilio reconoció explícitamente que Dios encuentra a cada uno y a cada pueblo el camino de su salvación, por vías que la Iglesia puede desconocer (Gaudium et spes, 22; Ad gentes, 7). La verdad de la salvación pasó a ser un dato antropológico cumplido ya en toda la humanidad gracias al acontecimiento Jesucristo. Esto no hace superflua a la Iglesia, pero la obliga a redescubrir su ubicación en la historia y a redefinir su servicio de la humanidad. ¿Qué podrá significar este modo de entender las relaciones de la Iglesia con la sociedad y la cultura, para las universidades católicas? Por lo menos dos cosas: La universidad encuentra la verdad “en” la sociedad. Ella no tiene ninguna verdad que enseñar a nadie que haya podido ser descubierta sin los demás o por vías divinas pero no humanas (como ocurre con la Encarnación: a Dios lo encontramos completamente en el hombre Jesús). . La universidad católica constituye un lugar de arraigo de la Iglesia en un mundo en el que la verdad, incluso la verdad de Cristo, se encuentra gracias al diálogo y la discusión, a la crítica y a la autocrítica. . La universidad católica, en realidad, no dialoga “con” la sociedad, sino “en” la sociedad, en el tejido de lo humano, social, cultural e históricamente en desarrollo. Pasándolo todo sin excepción por la criba de la razón, la universidad católica destila la verdad eterna en verdades temporales civilizadoras y, por esto mismo, preserva a la Iglesia del fideísmo, del fanatismo y de múltiples equivocaciones. ¿Son “católicas” las universidades católicas? Sí, cuando buscan la verdad que Dios nos revela humano modo, esto es, a través de todos los hombres, en la pluralidad de lo humano y en el incesante cambiar de los tiempos. Jorge Costadoat, SJ Del libro: LA IGLESIA TODAVIA / Fracaso y porvenir en la transmisión de la fe (pgs. 45-48).
  • 30. Carta abierta a Jorge Costadoat, sj Editado por José Mª Castillo Querido y admirado Jorge: En el III Congreso de Teología, que organiza el Centro Monseñor Romero, de la UCA, en El Salvador, me enteré de la prohibición de seguir enseñando Teología en la Universidad Católica que te ha impuesto el cardenal de Santiago de Chile. Ignoro los verdaderos motivos que han llevado al cardenal a tomar una decisión tan grave. En todo caso, me sorprende este asunto porque, por las informaciones que nos van llegando, no mediaban errores doctrinales ni comportamientos improcedentes por tu parte. Y si hay algo de esto, ¿por qué no lo dice claramente la correspondiente autoridad jerárquica? Pero la intención de esta carta no es aclarar lo que a mí no me corresponde. Lo que te quiero decir con este escrito es más personal. En Abril de 1988, a mí me ocurrió algo parecido a lo que te ha sucedido a ti. Como sabes, yo era catedrático de Teología en la Facultad de Teología de Granada (España). Y un buen día, sin previo aviso, ni proceso, ni ocasión alguna para poder defenderme (ya que no sabía, ni sé, por qué se tomó aquella decisión), el provincial de los jesuitas de Andalucía y Canarias me comunicó, de palabra y sin mediar documento alguno, que se me prohibía seguir enseñando en la
  • 31. Facultad. Sólo sé que la prohibición venía de Roma. Han pasado tantos años desde entonces, y a estas alturas veo que me voy a ir de este mundo sin saber por qué se tomó aquella decisión. Así las cosas, me tomo la libertad de indicarte - por si te sirve de algo - que cuides (todo lo que puedas) tu salud emocional y psíquica. Te lo digo porque a mí me costó aquello una depresión muy seria de la que tardé ocho años en salir. Y sobre todo no permitas que se tambalee tu fe, tu amor a la Iglesia y a la Compañía de Jesús. No soy yo la persona más indicada para aconsejar esto a nadie. Porque creo que no he sido, ni soy, ejemplar en ninguna de estas cosas. Pero, en mi caso al menos, lo que soy y lo que sé, todo ello se lo debo a los jesuitas. Y, en definitiva, se lo debo a la Iglesia. Porque ha sido la Iglesia la que ha hecho posible que yo conozca a Jesús de Nazaret. Y pueda conocer el Evangelio y lo que representa en la vida el seguimiento de Jesús. He sido infiel, muchas veces, a mis mejores ilusiones y deseos. Pero también es verdad que nunca he perdido la ilusión de ser libre y vivir la libertad al servicio de la misericordia. Me tomo también la libertad de decirte estas cosas, que tú sabes mejor que yo, por algo que seguramente todavía no has vivido. Los que nos vemos sancionados por la Iglesia, como inaceptables para seguir enseñando Teología, por eso mismo quedamos marcados para el resto de nuestros días. Porque ya resulta inevitable que haya muchas personas (buenas personas) que pensarán de ti, como piensan de mí, “si ha sido sancionado por la autoridad responsable, algo habrá hecho”. Y eso ya queda como un cliché que nos marca y que nos cierra muchas puertas y aleja de nosotros a muchas personas. Sólo la fe en Jesús, la ilusión por seguir trabajando en el quehacer teológico, y la firme decisión de no dejarse dominar por el resentimiento, nos puede sacar adelante. Perdona, querido Jorge, la libertad que me tomo al escribirte públicamente lo que aquí te digo. Acéptalo como un desahogo. De mí, posiblemente, pensarán..., ¿qué se yo? Cada cual es libre para pensar lo que crea más lógico. Lo que nos tiene que importar es si nuestra forma de vida evoca a los demás una imagen que le pueda ayudar a ser más humanos, más honrados y siempre buenas personas. Con un cordial abrazo, José María Castillo Del ateísmo al teísmo por la razón científica: El caso de Antony Flew (II) Argumentos de una sorprendente conversión racional Durante el siglo XX, el filósofo inglés Antony Flew fue un protagonista de una crítica a la religión construida desde la filosofía analítica. Su obra en este sentido fue la de un gran maestro: Flew analizó los sistemas de lenguaje religioso de las sociedades humanas, para mostrar que no responden al mundo empírico, que es el único que podría dar carta de legitimidad a nuestro lenguaje. Sin embargo, en sus últimos años, en Flew se produjo una sorprendente conversión racional al teísmo que había combatido. ¿En qué argumentos fundó su tránsito al teísmo? ¿Cómo podemos valorarlos? Por Javier Monserrat. inShare3 Portada del libro "Atheistic Humanism", publicado por Antony Flew en 1993. En el presente artículo proseguimos el análisis del pensamiento de Antony Flew iniciado en un trabajo previo, recientemente también publicado en Tendencias21 de las Religiones. En otros artículos de esta revista me he referido a lo que se ha venido en llamar en la última década el Nuevo Ateísmo , representado por Richard Dawkins, Daniel Dennett, Sam Harris y Christopher Hitchens.