1. El alcoholismo o dipsomanía es una dependencia con
características de adicción a las bebidas
alcohólicas. Su causa principal es la adicción
provocada por la influencia psicosocial en el
ambiente social en el que vive la persona. Se
caracteriza por la necesidad de ingerir sustancias
alcohólicas en forma relativamente frecuente, según
cada caso, así como por la pérdida del autocontrol,
dependencia física y síndrome de abstinencia.
El alcoholismo supone un serio riesgo para la salud que a menudo conlleva el riesgo de
una muerte prematura como consecuencia de afecciones de tipo hepática como la
cirrosis hepática, hemorragias internas, intoxicación alcohólica, hepatocarcinoma,
accidentes o suicidio.
El alcoholismo no está fijado por la cantidad ingerida en un periodo determinado:
personas afectadas por esta enfermedad pueden seguir patrones muy diferentes de
comportamiento, existiendo tanto alcohólicos que consumen a diario, como alcohólicos
que beben semanalmente, mensualmente, o sin una periodicidad fija. Si bien el proceso
degenerativo tiende a acortar los plazos entre cada ingesta.
El consumo excesivo y prolongado de esta sustancia va obligando al organismo a
requerir cantidades crecientes para sentir los mismos efectos, a esto se le llama
"tolerancia aumentada" y desencadena un mecanismo adaptativo del cuerpo hasta que
llega a un límite en el que se invierte la supuesta resistencia y entonces “asimila
menos”, por eso tolerar más alcohol es en sí un riesgo de alcoholización.
Las defunciones por accidentes relacionados con el alcohol (choques, atropellamientos
y suicidios) ocupan los primeros lugares entre las causas de muerte en muchos países.
TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO
Los tratamientos contra el alcoholismo incluyen programas de desintoxicación
realizados por instituciones médicas. Esto puede suponer la estancia del paciente
durante un periodo indeterminado, (quizás varias semanas), bajo tutela en hospitales
especializados donde puede que se utilicen determinados medicamentos para evitar el
síndrome de abstinencia. Después del período de desintoxicación, puede someterse al
paciente a diversos métodos de Terapia de grupo o psicoterapia para tratar problemas
psicológicos de fondo que hayan podido llevar al paciente a la dependencia. Además, se
2. puede apoyar el programa con terapias que inciten al paciente a repugnar el alcohol
mediante fármacos como el Disulfiram, que provoca fuertes y repentinas resacas
siempre que se consuma alcohol. La terapia nutricional es otro tratamiento. Muchos
alcohólicos tienen síndrome de resistencia a la insulina, un desorden metabólico debido
al cual el cuerpo no regula correctamente el azúcar causando un suministro inestable a
la circulación sanguínea. Aunque este desorden se puede tratar con una dieta
hipoglucemia, esto puede afectar a su comportamiento y su estado anímico. Estos
síntomas son efectos secundarios que se observan a menudo en alcohólicos sometidos
bajo tratamiento de desintoxicación. Los aspectos
metabólicos del alcoholismo a menudo se pasan por alto
dando como resultado tratamientos de dudosos resultados.
En los años 1990, los grupos de consultas de autoayuda
fueron adquiriendo notoriedad por sus logros, como lo ha
sido el movimiento de Alcohólicos Anónimos.
¿Es el alcoholismo una enfermedad?
Sí, el alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y
degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte
necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas.
La enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del
organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema
cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado.
Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce
tolerancia. Es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las
mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de
grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber. Al suspender
la utilización de alcohol, se desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad.
Por otra parte, el alcohólico pierde el interés por lo que le rodea, lo cual puede
ocasionar la pérdida de su empleo y de su familia.
¿Cuáles son los efectos inmediatos del consumo de las bebidas alcohólicas?
Los efectos se presentan en una secuencia de etapas, siempre que el individuo continúe
bebiendo y de acuerdo con la cantidad y el tipo de bebida ingerida. Influye también el
volumen de alimentos que se encuentran en el estómago, el peso corporal de la persona
y las circunstancias en que se bebe:
Primera: El sujeto se ve relajado, se torna comunicativo, sociable y desinhibido, debido
a que el alcohol primero deprime los centros nerviosos que controlan la inhibición de los
impulsos, por lo que la conducta se libera, el individuo parece excitado.
3. Segunda: La conducta es esencialmente emocional, errática, se presentan problemas
de juicio y existe dificultad para la coordinación muscular; así como trastornos de la
visión y del equilibrio.
Tercera: El individuo presenta confusión mental, se tambalea al caminar, tiene visión
doble, así como reacciones variables del comportamiento: pánico, agresividad y llanto.
Por otra parte tiene serias dificultades para pronunciar adecuadamente las palabras y
para comprender lo que se le dice.
Cuarta: Incapacidad para sostenerse en pie, vómitos, incontinencia de la orina,
estupor, aproximación a la inconsciencia.
Quinta: inconsciencia, ausencia de reflejos. Estado de coma que puede llevar a la
muerte por parálisis respiratoria.
Lo que sucede es que cuando una persona ingiere una copa, el 20% del alcohol presente
en esa bebida es absorbido en forma inmediata a través de las paredes del estómago y
pasa a la sangre.
El otro 80% es procesado un poco más lentamente y también se absorbe, desde el
intestino delgado, para circular en la sangre. Si la ingestión de bebidas alcohólicas se
detiene o continúa en forma moderada, los niveles de alcohol en la sangre se
mantendrán bajos, pues el hígado sano podrá metabolizarlas, con la ayuda de la
eliminación del alcohol en la orina y el aliento. Sin embargo, cuando la velocidad de
ingestión y la cantidad ingerida rebasan la posibilidad de eliminarlo, se dificultan la
coordinación muscular y el equilibrio, se obstaculizan la memoria y el juicio; además se
puede llegar a estados de intoxicación que ponen en peligro
la vida.
¿Cuáles son las consecuencias del consumo exagerado?
Ø Después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas
alcohólicas, se presenta un deterioro en diversos órganos
como el estómago, el hígado, los riñones y el corazón, así
como en el sistema nervioso.
Ø Existen una serie de enfermedades que se relacionan con
el consumo reiterado de bebidas alcohólicas, como la cirrosis
hepática y las enfermedades cardiacas.
Ø Algunos estudios señalan que quienes se inician en el abuso
de las bebidas alcohólicas desde jóvenes, tienen una expectativa de vida 5 a 10 años
menor que los que no experimentan esta situación.
Ø El alcohol es una de las drogas más peligrosas para la mujer que esta embarazada, ya
que en el cuerpo de la mujer el alcohol se transforma en sustancias dañinas para las
células que son absorbidas por el feto. En cantidades abundantes aumenta el riesgo de
nacer con defectos, como el "síndrome alcohólico fetal", que implica la formación de un
cráneo pequeño, facciones anormales, retardo físico y mental. Consumir bebidas
alcohólicas al final del embarazo, puede también afectar al feto.
Ø En el sistema cardiovascular, incrementa el riesgo de enfermedades al corazón, el
4. bebedor incrementa sus niveles de lípidos (grasa en al sangre) que puede resultar en
arteriosclerosis, incrementa el riesgo de una muerte temprana y un ataque al corazón,
y el desarrollo de cardiomiopatía.
Ø En el sistema nervioso, daño en el sistema nervioso central se reconoce luego de
muchos años.
Ø Pueden aparecer problemas neurológicos desarrollados por falta de vitamina B.
Ø El sistema gastrointestinal es probablemente el sistema más dañado por efecto del
consumo de alcohol. Podemos ver úlceras faciales (ulceras sangrantes y perforantes),
problemas en el páncreas e incremento de la incidencia de desarrollo de cáncer al
esófago.
Ø Los alcohólicos podrían desarrollar cirrosis. En la primera etapa de la cirrosis, las
células del hígado se perjudican y acumulan gotas de grasa; cuantas más células sufren
esta infiltración, el hígado se dilata más. Si el consumo de alcohol continúa, se forman
cicatrices hasta que esto se vuelve irreversible.
¿Qué es el abuso de alcohol?
El abuso del alcohol se presenta cuando el bebedor llega
a sentirse intoxicado y no puede cumplir con sus
obligaciones o pone en peligro su vida y la de los demás al
manejar, toma riesgos excesivos o presenta conductas
violentas bajo los efectos del alcohol. Si estos episodios
en los que se bebe en exceso se repiten con frecuencia,
puede desarrollarse dependencia o alcoholismo.
¿Puede el alcoholismo ser curado?
Aun no. El alcoholismo es una enfermedad tratable y la medicación ha llegado a estar
disponible para prevenir las recaídas, pero la cura aun no ha sido encontrada. Ello
significa que es posible sostener la abstinencia por un periodo largo de tiempo, con lo
cual la salud del alcohólico mejora; sin embargo la recaída es un riesgo permanente.
CAUSAS
El alcoholismo es un tipo de drogodependencia.
Hay dos tipos de dependencia en esta adicción: la física y la psicológica. La dependencia
física se revela por sí misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas
muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su
consumo.
El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso es la depresión, como resultado de la
disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e
inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del
cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el juicio
empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol
produce una intoxicación y envenenamiento.
El alcohol también afecta a otros sistemas corporales. Puede
aparecer una irritación del tracto gastrointestinal con
erosiones en las paredes del estómago debidas a las náuseas
5. y vómitos. Las vitaminas no se absorben bien, y esto ocasiona deficiencias nutricionales
en los alcohólicos de larga evolución. También ocasiona problemas en el hígado (cirrosis
hepática).
El sistema cardiovascular se ve afectado por cardiopatías. También puede aparecer una
alteración sexual causando una disfunción en la erección del pene en el hombre y una
desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo
puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal
del alcohol.
El desarrollo de la dependencia del alcohol puede ocurrir entre los 5 y 25 años siguiendo
una progresión. Primero se desarrolla la tolerancia alcohol. Esto ocurre en personas que
son capaces de consumir una gran cantidad de alcohol antes de que se noten los efectos
adversos.
Después de la tolerancia aparecerán los lapsus de memoria. Más tarde aparece la falta del
control de beber, y la persona afectada no puede permanecer sin beber, lo necesita para
desarrollar su vida diaria.
El problema más serio de los bebedores son las complicaciones físicas y mentales.
Algunas personas son capaces de conseguir un control sobre su dependencia en las fases
tempranas antes de la total pérdida del control.
No hay una causa definida del alcoholismo pero hay factores que pueden jugar un papel
en su desarrollo. Es más probable el desencadenamiento de un alcoholismo en las
personas con algún familiar alcohólico que en otras que no lo tienen. No se conoce la
razón, que puede encontrarse en anomalías genéticas o bioquímicas.
Entre los factores psicológicos se incluyen: la necesidad de consuelo para la ansiedad,
conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, etc...
Los factores sociales incluyen: la facilidad de consumo de alcohol, la aceptación social del
consumo de alcohol, estilos de vida de stress, etc...
La incidencia en la dependencia del alcohol está aumentando.
Las estadísticas varían pero aproximadamente un 7% de
adultos en Europa están afectados.
PREVENCIÓN
Hasta que las causas primarias del alcoholismo sean
descubiertas, el problema no puede ser prevenido. De todas
formas, los programas educativos sobre el alcohol dirigido a los
niños y adolescentes y a sus familiares pueden ser de gran
utilidad. Los hábitos sociales correctos son fundamentales para
la prevención de su abuso.
SINTOMAS
• Tolerancia de los efectos del alcohol.
• Necesidad diaria o frecuente de alcohol para su función diaria.
• Pérdida de control con incapacidad de interrumpir o reducir el consumo de alcohol.
• Bebedor solitario.
• Dar excusas para beber.
6. • Episodios de pérdida de memoria asociados al consumo de alcohol (ausencias
negras).
• Episodios de violencia asociados al consumo de alcohol.
• Deterioro en las relaciones sociales y familiares y en la responsabilidad laboral.
• Absentismo laboral.
• Inexplicable mal genio.
• Conducta que tiende a esconder el alcoholismo.
• Hostilidad al hablar de la bebida.
• Negarse a la ingesta de alimento.
• Negar la apariencia física.
• Nauseas.
• Vómitos.
• Vacilación por las mañanas.
• Dolor abdominal.
• Calambres.
• Enrojecimiento y capilares de la cara dilatados (especialmente en la nariz).
• Confusión.
• Temblores e incontroladas sacudidas del cuerpo.
• Cansancio y agitación.
• Insomnio.
• Pérdida de apetito e intolerancia a toda la comida.
• Confusión.
• Alucinaciones.
• Taquicardia.
• Sudores.
• Convulsiones.
• Problemas en la lengua.
• Desvanecimiento.
7. • Episodios de pérdida de memoria asociados al consumo de alcohol (ausencias
negras).
• Episodios de violencia asociados al consumo de alcohol.
• Deterioro en las relaciones sociales y familiares y en la responsabilidad laboral.
• Absentismo laboral.
• Inexplicable mal genio.
• Conducta que tiende a esconder el alcoholismo.
• Hostilidad al hablar de la bebida.
• Negarse a la ingesta de alimento.
• Negar la apariencia física.
• Nauseas.
• Vómitos.
• Vacilación por las mañanas.
• Dolor abdominal.
• Calambres.
• Enrojecimiento y capilares de la cara dilatados (especialmente en la nariz).
• Confusión.
• Temblores e incontroladas sacudidas del cuerpo.
• Cansancio y agitación.
• Insomnio.
• Pérdida de apetito e intolerancia a toda la comida.
• Confusión.
• Alucinaciones.
• Taquicardia.
• Sudores.
• Convulsiones.
• Problemas en la lengua.
• Desvanecimiento.