El documento describe la epidemia de fiebre amarilla que ocurrió en Colombia en 2004, la cual mató a 8 personas en 25 días. La cantidad de personas infectadas en un mes fue igual a toda la cantidad del año anterior, y fue la mayor cantidad de casos en los últimos 10 años, lo que demuestra un retroceso de 60 años en el control de la enfermedad. A pesar de recibir vacunas de emergencia de Venezuela y Brasil, el gobierno reconoció las dificultades de erradicar el mosquito transmisor debido a la resistencia desarrollada y a la presen
3. Otra crisis que resume el desorden nacional actual. Emergencia. El gobierno de
Uribe reconoce que la epidemia de fiebre amarilla del 2004 ha matado ya a 8
personas en 25 días. El número de enfermos en un mes es igual al de todo el año
pasado, cuando se registraron tantos casos como en los últimos diez años. El país
ha retrocedido 60 años en el control de la fiebre amarilla. No había suficientes
vacunas para detener la epidemia, Venezuela donó entonces 500 mil y de
urgencia se transportaron 1 millón quinientos mil desde Brasil.
El vicepresidente Santos anunció que se trabajará por exterminar el mosquito que
transmite la enfermedad. Hace 80 años y aun hace 40 se creía que esto podía
hacerse, pero la experiencia demostró que esto era imposible en el trópico, en un
país de bosques húmedos como Colombia. Una cosa es alejar a los mosquitos de
las ciudades, otra tratar de eliminarlos en las ciénagas y las selvas. En los años
50 los mosquitos Aedes de Cúcuta y el Catatumbo se volvieron resistentes al DDT.
Pero además, los científicos, ente quienes se destacó el colombiano Osorno,
comprobaron que otras especies de mosquitos selváticos, Haemagogus, Aedes y
Sabethes también trasmiten la fiebre desde los primates en la selva. Las
comunidades percibieron que peores que las enfermedades