1. las alcublas
Boletín informativo de La Asociación Cultural Las Alcublas (ACLA) - nº 3 agosto 2009
LA NIEVE EN ALCUBLAS:
VENTISQUEROS Y HORCHATERAS
CASA de la CULTURA de ALCUBLAS del 6 al 9 de AGOSTO de 2009
LA ASOCIACIÓN CULTURAL LAS ALCUBLAS (ACLA) PRESENTA UN
REPASO A LA RELACIÓN DE LOS ALCUBLANOS Y LAS ALCUBLANAS CON
EL COMERCIO DEL FRÍO DESDE EL SIGLO XVI HASTA EL SIGLO XXI
2. las
alcublas
Nº 3. II Época. Agosto 2009
LA NIEVE EN ALCUBLAS:
SUMARIO VENTISQUEROS Y HORCHATERAS
Editorial..............................................3
LA NIEVE EN ALCUBLAS:
VENTISQUEROS CASA de la CULTURA de ALCUBLAS del 6 al 9 de AGOSTO de 2009
Y HORCHATERAS..........................3-10 LA ASOCIACIÓN CULTURAL LAS ALCUBLAS (ACLA) PRESENTA UN
REPASO A LA RELACIÓN DE LOS ALCUBLANOS Y LAS ALCUBLANAS CON
EL COMERCIO DEL FRÍO DESDE EL SIGLO XVI HASTA EL SIGLO XXI
Actividades de ACLA ........................12
EDITORIAL
No cabe la menor duda de que unas de las ideas en Este 2009 está siendo un año complejo en el que en
las que estamos de acuerdo todos los miembros de algún momento se ha intentado distorsionar nues-
ACLA son la creencia de que lo colectivo debe estar tro trabajo por parte de algunas personas. Esto sin
por encima de lo individual, y de que el conjunto embargo lo que ha conseguido es que tengamos
debe prevalecer sobre los detalles aislados. Al pre- más claros, si cabe, cuáles son nuestros objetivos y
sentaros este nº 3 del Boletín de la Asociación prioridades, en coincidencia con una etapa de clara
Cultural Las Alcublas una de las primeras sensa- expansión de la asociación: este año hemos esta-
ciones que se tienen es la de que es muy poco baga- blecido contactos con numerosas personas y enti-
je el haber publicado en casi dos años sólo tres dades, de forma que se abren ante nosotros más
ejemplares del boletín. Luego, pensándolo mejor te posibilidades para desarrollar proyectos con éxito.
dices: “Bueno, ACLA no es una revista cultural, sino La colaboración con el Ayuntamiento y con el
que el boletín es una pequeña manifestación de Grupo Alcublano de Teatro para recuperar la
todo lo que hacemos”, y por otro lado publicar un Canción de San Antonio Abad de Alcublas en la
boletín no es barato ni nosotros nadamos precisa- Noche de las Hogueras, la colaboración con la Falla
mente en la abundancia. Los Generales para realizar una plantación de pinos
y carrascas, la colaboración de la Universitat de
Y realmente es así, el boletín quiere tener un carác- València para el marcado de la Ruta del Gallipato, o
ter simbólico, de ahí que lo publiquemos semes- la colaboración de la Universidad Politécnica en la
tralmente, en coincidencia con las fiestas de San exposición de Pilar Climent, y el Museu Valencià
Antón y las fiestas de verano. Al igual que en el d´Etnologia para el montaje de la exposición sobre
número de agosto de 2008, os presentamos este la nieve en Alcublas, son los resultados más rese-
año un ejemplar monográfico, dedicado al mismo ñables de este trabajo.
tema que la exposición que hemos preparado, pero
esto no quiere decir que todos los veranos vayamos Visto así, como símbolo del trabajo realizado en los
a presentaros una exposición necesariamente: pre- últimos seis meses, este nº 3 del Boletín Informativo
ferimos seguir trabajando sin caer en la rutina y sin de la ACLA ya no parece tan pobre bagaje, si no todo
marcarnos más metas que las que marquen nues- lo contrario, nos parece todo un éxito que espera-
tros asociados y nuestras ganas de trabajar, mante- mos poder seguir ofreciendo, con vuestra colabora-
niendo nuestra independencia como parte esencial ción y participación, al conjunto de la sociedad
del proyecto que es ACLA. alcublana durante mucho tiempo más.
3. Las Alcublas - 3 / Agosto 2009 3
LA NIEVE EN ALCUBLAS:
VENTISQUEROS Y HORCHATERAS
PRESENTACIÓN
La Asociación Cultural Las Alcublas rea-
liza desde su nacimiento un trabajo de
catalogación de construcciones tradicio-
nales realizadas en piedra seca, entre las
cuales se encuentran los ventisqueros y
neveros. Cuando el año pasado prepará-
bamos la exposición sobre la Colonia
Alcublana pudimos observar que, dentro
del fenómeno migratorio que afectó a la
localidad en el siglo XX, la mujer tuvo un
papel importante, sobre todo gracias a su
trabajo en las horchaterías más tradicio-
nales de la ciudad de Valencia. Analizar
las causas de este fenómeno migratorio y
definir sus características más importan-
tes, nos llevó inmediatamente a relacio-
narlo con el antiguo comercio de la nieve
en el Reino de Valencia, en virtud del cual
existía desde antiguo una relación íntima
entre los arrendadores del suministro de rales: en la preparación de esta exposi-
nieve para la ciudad de Valencia y la loca- ción se ha buscado la implicación del ALCUBLAS,
lidad de Alcublas, considerada la puerta mayor número posible de personas de la PUERTA DE LA BELLIDA.
de la zona que abastecía a la ciudad y localidad. La mayoría de los textos de la
pueblos cercanos: La Bellida. Por lo exposición se basan en las numerosas El comercio de la nieve en Alcublas a lo
demás no hay necesidad de insistir en la entrevistas realizadas a horchateras largo de la Historia.
lógica relación que se estableció entre los alcublanas y propietarios de horchaterí- La recogida y venta de nieve era una acti-
habitantes de Alcublas, los comerciantes as, y en testimonios de personas que vidad que ya se realizaba en Alcublas en
de nieve, y los principales consumidores vivieron el fenómeno desde fuera. los siglos XVI y XVII, pero que fue en el
de este producto desde mediados del Además, las fotografías y objetos recopi- siglo XVIII cuando adquirió importancia.
siglo XIX: las horchaterías. lados para realizar la exposición han sido La situación de Alcublas en una zona
Si hemos de realizar una primera lectura cedidos por gran número de personas, montañosa en la que con una cierta regu-
acerca de la finalidad de esta exposición muchas de las cuales han hecho suyo el laridad se producían precipitaciones en
sobre la nieve en Alcublas, sus objetivos proyecto, preocupándose de localizar a forma de nieve, su buena comunicación
principales son la recuperación para la otras personas que pudiesen tener mate- con la capital del Reino a través del
mentalidad colectiva de lo que fue el rial y convenciéndoles para que nos lo Camino Real de Aragón, y el hecho de que
comercio de la nieve y el valor del frío prestasen. en los montes de La Bellida en Canales se
como producto, uniendo en una misma Estamos convencidos de que una expo- encontrase la mayor concentración de
muestra la historia de este comercio en la sición de ésta índole no debe ser una ventisqueros de todo el Reino de Valencia
localidad y los restos físicos de aquella actividad creada por una asociación, y, por tanto, existiese una red comercial
actividad, aprovechando al mismo tiem- sino que debe ser una actividad que perfectamente organizada, son factores
po para seguir indagando en la historia surja desde los vecinos y para los veci- que posibilitaron su participación en este
más reciente, sobre todo en relación con nos: el papel de la ACLA debe ser actuar comercio, en el cual la villa veía una
el fenómeno de la emigración. como estímulo para crear una cultura buena oportunidad para aumentar sus
Pero además, uno de los elementos bási- de lo colectivo y de la participación ingresos.
cos en el proyecto de la ACLA es dinami- social, elementos que consideramos La recogida y almacenamiento de nieve
zar a nivel cultural la localidad y promo- necesarios para la mejora de las condi- tenían lugar previo concierto con el
ver la participación social a la hora de ciones de vida en una pequeña locali- Administrador General del Abasto de la
elaborar y desarrollar propuestas cultu- dad como es Alcublas. Nieve de la Ciudad de Valencia, con el
4. 4 Agosto 2009 / Las Alcublas - 3
cual se ajustaba el pago del Derecho de la venta de la nieve se repartían en pro-
Fillola - impuesto para poder comerciar porción al trabajo realizado, para lo cual
con la nieve-, las condiciones de abasteci- las cargas de nieve recogidas por cada
miento de nieve para la villa, y en ocasio- vecino y las caballerías aportadas para
nes el precio de los jornales de personas y su transporte eran anotadas minuciosa-
caballerías, aunque esto último solía mente. En otras ocasiones se fijaba un
ajustarse una vez almacenada la nieve y salario fijo para jornaleros y caballerías.
en el momento de cerrar la venta de la Sin embargo, éste último sistema era
misma. imposible usarlo en años en los que las
Esta actividad económica se mantuvo nevadas eran abundantes y nevaba en
hasta finales del siglo XIX, cuando las zonas más cercanas a Valencia, ya que en
fábricas de hielo artificial hicieron que el estos casos los Arrendadores de la Nieve
comercio de nieve resultase poco renta- se negaban a pagar por jornales, ofre-
ble y provocaron el abandono de los ven- ciendo unos precios mucho más bajos.
tisqueros y otras instalaciones relaciona- Los trabajos requerían mucha mano de
das con él. obra en poco tiempo, para aprovechar la
nieve antes de que se derritiese: el aca-
Los ventisqueros de rreo de paja hasta los ventisqueros para
conservar la nieve, la limpieza del ventis-
Alcublas quero, la recogida de nieve, su transporte
en mulas hasta los depósitos... Por ejem-
Para el almacenamiento de la nieve la plo en el año 1743, para abastecer de paja
villa contaba con al menos siete ventis- el ventisquero de Santa Bárbara hicieron
queros grandes y numerosos muros ven- falta 121 serones de paja acarreados por
tisqueros auxiliares, aunque tenemos 35 hombres en dos días. Además de los
constancia documental de sólo cinco de hombres era frecuente la participación de
ellos: el de mayor capacidad era el de la niños, participación a la que el Consejo de
Cueva Sabuquera, el de Guillamón o del la villa se negaba, prohibiéndola en sus
Barranco de Lucía, el del Alto de la Silla, acuerdos, como en el de 1706, en el que se
el del camino de La Balsilla o “ventisque- indica “que no vaya ninguno a palear que
ro de la Villa”, y el de Santa Bárbara, de no tenga quinze años, y a llevar las mulas
ubicación desconocida. que no tengan doze años “.
La recogida y almacena- El transporte de la nieve
miento de la nieve Una vez concertada su venta con el
Administrador de la Nieve de la Ciudad
Nada más nevar, si la cantidad era sufi- de Valencia, la villa debía llevarla
ciente, se reunía el Consejo General de la hasta Liria. La nieve era sacada de los
villa - el Ayuntamiento en el siglo XVIII -, ventisqueros y pesada antes de ser car-
y a propuesta del Jurado o del Regidor gada y preparada para su transporte en
Mayor se acordaba recoger nieve, dando carros, cubriéndola con paja y otros
público pregón en el que se indicaban los materiales para aislarla del calor. El
lugares a los que debían acudir los intere- viaje se realizaba de madrugada para
sados en participar en la recogida y las evitar el efecto del sol, y en él se utiliza-
condiciones en las que ésta se debía de ban las mulas de los vecinos aportadas
realizar. Por ejemplo el 10 de enero de “a tanda de villa“. Precisamente es por
1754 el Ayuntamiento acordó: esta causa por la que, en determinados
“(...) fue determinado que se plegue tramos especialmente empinados y de
Nieve por cuenta de la Villa, echando difícil paso, se labraron en la piedra
pregón que los vecinos que quisieren carriles por los que pudiesen rodar los
plegar nieve no se les ofreze jornal, carros sin miedo a volcar, las conocidas
sino a lo que se pudiere sacar, y que se popularmente como “carrilás”.
entre en las heredades que no estén Concluido el viaje la nieve volvía a ser
sembradas al menor perjuicio, y todos pesada y vendida. Las pérdidas sufridas
los muchachos que no tubieren doze durante el transporte eran evaluadas
años que no se les pagará si fueren a gracias a ese doble pesaje, y su mon-
plegar, y se haga saver a los vecinos tante era repartido entre los vecinos en
por pregón público”. proporción a los jornales o cargas rea-
Normalmente los beneficios obtenidos de lizados por cada uno.
5. Las Alcublas - 3 / Agosto 2009 5
Los beneficios de la venta
de nieve
El destino de los beneficios de la venta de
nieve fue en el año 1706 el origen de uno
de los muchos conflictos que tuvo
Alcublas con Valdecristo, ya que la villa
quería disponer libremente de ellos, ale-
gando que la recogida de nieve era un
derecho propio, mientras que la Cartuja
lo reclamaba como suyo, aunque permi-
tía que la villa lo disfrutase. A raíz del
Acuerdo del Consejo General de Alcublas
de 22 de enero de 1706 para recoger nieve,
el prior de Valdecristo reaccionó impo-
niendo a la villa una elevada multa de
“mil ducados a la Villa y quinientos a los
Justicia, Jurados y Síndico de la misma, y
que no osen plegar nieve en el
Ventisquero de la Balsilla y en el
Ventisquero de la Silla “. La Villa no acató
la orden de la Cartuja y el Consejo deter-
minó “que se plegue en cualquier sitio de
la Villa y en dichos ventisqueros “, y que
plegaba nieve “para los Arrendadores de
la Nieve de la Ciudad de Valencia, en vir-
tud de una carta que dichos Arrendadores
han enviado a la Villa [para] que plegara
nieve en los puestos acostumbrados “.
Parece ser que se llegó a una solución
pactada según la cual la villa tenía dere-
cho a recoger nieve, pero debía destinar
los beneficios de la venta de la nieve al
pago de sus deudas y a mejoras en la igle-
sia parroquial (por ejemplo en 1737 un
tercio de los beneficios se destinó a obras
en la iglesia, y en 1767 se recogió nieve
durante trece días, destinándose el valor
de lo recogido el último de ellos a sufra-
gar los gastos de un nuevo palio para la
iglesia.
El consumo de nieve
en la villa
Las primeras referencias que hallamos
sobre este consumo en Alcublas son
dos acuerdos del año 1758, uno sobre el
“Ajuste de la Nieve para el Abasto de la
Villa “, en el cual se indica que el
Administrador de la Nieve se compro-
metía a suministrar nieve a la villa
durante cuatro años al precio de dos
dineros la libra, y otro en el que se
acuerda arrendar la venta de nieve para
el consumo de los vecinos. El hecho de
que no encontremos referencias ante-
riores no quiere decir que no se consu-
miese nieve hasta esa fecha, ya que esto
6. 6 Agosto 2009 / Las Alcublas - 3
Alcublas se vio afectada por la emigra-
LAS HORCHATERAS ción de un importante número de habi-
tantes por causas principalmente econó-
DE ALCUBLAS: micas. Una parte importante de este
UN FENÓMENO fenómeno migratorio la protagonizaron
MIGRATORIO las mujeres, sobre todo las jóvenes, cuyo
destino fue principalmente la capital, a
PECULIAR donde se dirigieron para servir como
criadas o como dependientas. A ellas es a
quienes va dedicada esta exposición.
El consumo de nieve para refres-
cos y helados se había generali- El difícil salto a la ciudad
zado durante el siglo XIX en
Valencia, y las horchaterías se La edad de las jóvenes que fueron a tra-
habían convertido en locales de bajar a las horchaterías oscilaba entre los
moda. Por la confluencia de inte- 14 y los 18 años, y las motivaciones para ir
reses, los arrendadores del a Valencia fueron siempre más o menos
abasto de nieve y los propietarios las mismas: la pobreza generalizada del
de horchaterías entablaron una interior de la provincia de Valencia empu-
relación comercial íntima que jaba a las gentes hacia la ciudad, y en el
con toda probabilidad llevó a que caso de las mujeres, menos útiles en las
las mismas personas que poseí- labores agrícolas, poder colocarse a ser-
an las horchaterías controlasen vir en Valencia era toda una suerte para
el comercio de este producto, o ellas y para sus familias.
que quienes controlaban este Con anterioridad a la década de 1940
comercio se acabaran convir- sabemos de la presencia de horchateras
tiendo en propietarios de hor- alcublanas en las horchaterías de El Siglo
chaterías. y Santa Catalina. La llegada a la horcha-
En los siglos XVIII y XIX los tería era a través de alguien conocido: lo
sería algo muy extraño en una comuni-
arrendadores del suministro de nieve normal era que cuando se producía una
dad que se dedicaba a su recogida y
para la Ciudad de Valencia poseían paja- vacante, generalmente porque la joven
venta. La explicación que podemos dar
res en Alcublas y a principios del siglo XX regresaba al pueblo para casarse, alguna
a esta situación es más sencilla, ya que
los propietarios de alguna de las horcha- familiar de las que ya estaban trabajando
el aumento de la demanda de nieve en
terías más importantes de Valencia pose- pasase a ocupar el puesto, existiendo en
la segunda mitad del siglo XVIII debió
ían casa en Alcublas, y pasaban algunos cierto modo “lista de espera” para poder
hacer necesaria una mayor organiza-
periodos de tiempo residiendo en la loca- colocarse en las horchaterías. Y es que
ción del abastecimiento y venta de
lidad. No es pues de extrañar que, en trabajar en estos establecimientos era
nieve, hasta entonces solucionados de
determinados momentos y dada esta ínti- especial por varios motivos: porque se
manera menos compleja.
ma relación, personas de Alcublas aca- trabajaba con gente de una edad similar,
basen trabajando en las horchaterías porque se trabajaba con gente de tu
La nieve, ¿producto valencianas. mismo pueblo, y porque el régimen de
estratégico? Durante el siglo XX la localidad de vida en las horchaterías era parecido al
Para que nos hagamos una idea de la
importancia económica que llegó a
adquirir el comercio de la nieve, basta
con decir que durante la Tercera Guerra
Carlista el abastecimiento de nieve
para la ciudad de Valencia se convirtió
en un factor que podríamos denominar
casi como de “importancia estratégica”,
y si por un lado las tropas carlistas se
dedicaron a impedir el suministro a la
ciudad, por otro las tropas guberna-
mentales dedicaron numerosos esfuer-
zos a asegurarlo: el consumo de nieve
para refrescos y helados en las horcha-
terías de la capital se había generaliza-
do tanto que el desabastecimiento
habría supuesto una consecuencia de
la guerra muy impopular para el
gobierno.
7. Las Alcublas - 3 / Agosto 2009 7
de un internado: la tradicional honorabi-
lidad de estos locales y de sus dueños
hacía posible que las familias alcublanas
confiaran a sus jóvenes hijas sin temores
de ningún tipo, a pesar de enviarlas lejos
de casa.
La llegada a la
horchatería
En Valencia hemos constatado la presen-
cia de alcublanas trabajando en al menos
cinco horchaterías diferentes en los años
50 y 60: la Horchatería de la Plaza de la
Virgen, propiedad del padre de Don
Bernardo Mir, que fue maestro en
Alcublas, en helados Raykar –antigua
casa “El Gordo”-, y sobre todo en las hor-
chaterías de El Collado, -al menos desde
el año 1940, cuando la adquirió Martín
Civera cambiando su antiguo nombre de
Horchatería Casa Adríán, más conocida
como “La Central”-, y en las más antiguas
horchaterías de Santa Catalina y El Siglo.
En estas dos últimas además sabemos
que ya en los años veinte había mujeres
de Alcublas trabajando, y es en ellas,
junto con la de El Collado, donde el fenó-
meno de las horchateras alcublanas fue
más importante. alojamiento y comida, y el único benefi-
Por regla general, al llegar por primera El trabajo en la cio económico que se obtenía eran las
vez las jóvenes a las horchaterías de Santa propinas. Más tarde ya se pagaba un
Catalina y El Siglo, empezaban a trabajar horchatería salario, aunque en los años cuarenta de
en la cocina para más adelante pasar a En las horchaterías había cuatro clases nuevo se volvió a trabajar a cambio
servir en el local. No obstante se daban de trabajadores: las niñeras, las cocine- sólo de alojamiento y manutención. De
casos en los que se las colocaba como ras, los reposteros –se encargaban de la todos modos las propinas permitieron
niñeras o criadas en la casa de los señores, repostería y la elaboración de helados y a muchas alcublanas confeccionarse
y a veces compaginaban esta ocupación horchata-, y las camareras, a las que todo unos ajuares para casarse de una cali-
con el servicio en la horchatería. En otras el mundo conocía como horchateras. dad a la que pocas jóvenes de La
ocasiones, las menos, las chicas pasaban El local abría todos los días de la semana Serranía podían aspirar, además de
directamente a servir en el salón. y se trabajaba en dos turnos. De madru- liberar a la economía familiar de una
Una peculiaridad de la vida de las hor- gada, hacia las 3 de la mañana, se encen- boca que alimentar, e incluso aportar
chateras en Valencia era que se alojaban día la cocina de carbón, y el primer turno un dinero para la casa paterna.
en el mismo edificio de la horchatería: en de servicio empezaba a las 7 de la maña- Las chicas libraban un día entre semana
El Siglo y Santa Catalina el local estaba na, hasta la una y media o dos de la tarde. por turnos –los festivos no libraban, por-
en la planta baja y un salón en el primer El segundo turno sustituía a las chicas del que eran los días de más trabajo-, eligien-
piso, en el segundo vivían los dueños, y primero hasta las 10 de la noche. Cada do según la antigüedad en la casa, aun-
arriba del todo las chicas. En El Collado chica tenía asignadas sus propias mesas que a veces en lugar de librar cobraban el
también se alojaban en la parte superior –en Santa Catalina eran 7 u 8-, y había día, algo que muchas preferían para
del edificio de la Calle Ercilla. El aloja- clientes fijas que siempre buscaban la poder ahorrar. Tampoco en lo relativo a
miento era muy sencillo: en el caso de El misma mesa, estableciéndose una rela- vacaciones se puede hablar de un patrón
Siglo en los años 20 y 30 una sala amplia ción especial con la chica que la servía. La uniforme: antes de la Guerra Civil las
con varias camas para las chicas y una veteranía en la horchatería era importan- vacaciones eran de una semana que nor-
habitación menor que usaban para arre- te, pues según la antigüedad se elegía el malmente se empleaba en viajar al pue-
glarse y en Santa Catalina 3 habitaciones, grupo de mesas a servir, con lo cual a las blo a visitar a la familia –un día en ir,
una de ellas una sala amplia con varias novatas siempre les tocaba atender las cinco o seis de estancia y otro en volver-.
camas. Desde el alojamiento bajaban a mesas del salón superior, con la incomo- Después, ya en los años 50, las vacaciones
servir ya con el uniforme completo, y en didad que suponían las escaleras para eran de 15 días y luego de un mes, aunque
El Siglo nos cuentan que bajaban la esca- trabajar. había chicas que renunciaban a ellas y
lera de espaldas para no arrugar los Al principio, en los años 20, tanta era la preferían trabajarlas para ganar más
delantales almidonados… necesidad que se trabajaba a cambio de dinero.
8. 8 Agosto 2009 / Las Alcublas - 3
ños y bonitos-, para acoger a una cliente-
la más distinguida formada casi total-
mente por mujeres –los hombres iban a
los cafés, casinos o ateneos-, que meren-
daban o tomaban un refresco, y a quienes
las horchateras, como es lógico, siempre
sugerían tomar lo más caro: leche
merengada, la copa de helado de la
casa... En los años 20 y principios de los
30 era frecuente ver aparcado en la puer-
ta de la horchatería Santa Catalina o El
Siglo un coche de caballos con el mozo
esperando a que su señora saliese del
local: que muchas veces las señoras
pedían algo para los cocheros y las chicas
se lo sacaban a la puerta. También era
bastante frecuente salir a servir pedidos
de horchata, granizados y helados a
casas particulares de gente acomodada.
Ya en los años 60 esa división social de la
clientela fue reduciéndose, y las horcha-
terías se convirtieron en un referente para
la celebración de acontecimientos fami-
liares: bautizos, comuniones y sobretodo
Una clientela muy Por la tarde sin embargo los locales se bodas. Las horchaterías fueron las pre-
especial transformaban -incluso las chicas cam-
biaban sus delantales de la mañana más
cursoras de las actuales salas de banque-
tes, en unos momentos en los que el país
sencillos y largos por otros más peque- parecía despegar económicamente, y en
Trabajar en la horchatería permitía tener
una visión muy particular de la sociedad
valenciana, porque al tiempo que las
Horchaterías eran unos establecimientos
muy populares, eran también unos esta-
blecimientos de moda para gente acomo-
dada de la ciudad. Además la mayoría
estaban en el centro de Valencia, donde
se desarrollaba casi toda la vida pública
de la ciudad.
Por las horchaterías desfilaba un grupo
de gentes muy diverso, variando su proce-
dencia y clase social según la hora del día:
a primera hora de la mañana la clientela
de las horchaterías eran las gentes del
Mercado Central, los comercios cercanos
y los transportistas. Los del mercado solí-
an ir a desayunar antes de abrir las para-
das. También eran frecuentes los tratan-
tes de granos y otros productos agrícolas
que comerciaban en la Lonja. A lo largo de
la mañana a esta clientela se le añadían
las personas que llegaban desde los pue-
blos a pasar el día en la capital. Muchas
veces estas personas usaban las horcha-
terías como lugar de reunión tras hacer
sus compras y gestiones y como “base de
operaciones”: era frecuente que tras
almorzar dejasen allí algún bolso o caja
hasta la hora de comer, cuando aparecían
llevando su propia comida, a veces para
cocinar en la horchatería a cambio del
gasto en la bebida. Como podemos apre-
ciar eran unos locales muy populares.
9. Las Alcublas - 3 / Agosto 2009 9
los que la música de los “pick up” causa- Lonja en el año 1953 para autoridades de Aguas después de la sesión en la puerta
ba furor por todas partes –de hecho en las Madrid, donde las horchateras de El Siglo de la Catedral, y allí se celebraron tam-
celebraciones de bodas en Santa Catalina sirvieron con traje de fallera. bién juntas de la Falla Lope de Vega
se podía contratar el tocadiscos como un También las horchaterías fueron centros durante un tiempo.
servicio más-. Igualmente fueron precur- de reunión social: la primera sede de la
soras de los actuales servicios de “cate- Colonia Alcublana en Valencia fue en la Las grandes fiestas
ring”, y con frecuencia las horchateras horchatería El Siglo; en El Collado era
servían los productos de las horchaterías frecuente ver reunidos a falleros de esta Pero si en algún momento las horchaterí-
en eventos privados y actos oficiales, plaza y a comerciantes de la Lonja,; en as ocupaban –y ocupan-, protagonismo
como ocurrió por ejemplo en la recepción Santa Catalina almorzaban todos los jue- en la vida de la ciudad, ese era durante las
oficial que el Ayuntamiento ofreció en la ves los miembros del Tribunal de las fiestas grandes. Los días festivos en los
que se celebraba procesión en Valencia
eran días especiales para las horchaterías
por la gran afluencia de público, en los
que incluso se reforzaba la plantilla: así
ocurría en la festividad de San Vicente
Mártir, en la Virgen de los Desamparados
y en el Corpus Christi.
Hasta mediados de la década de 1970
existían en Valencia muy pocos locales
dedicados a la hostelería de calidad, y las
horchaterías, además de ofrecer un pro-
ducto tradicional y artesano, ofrecían un
producto casi exclusivo, y lo hacían en
unos locales atractivos para el público
familiar, cuyo éxito era debido en gran
medida al buen hacer del personal que
las atendía: las horchateras. Visitar estos
establecimientos en esas fechas era, ade-
más de un placer una tradición que pasa-
ba de padres a hijos, y que se mantiene
vigente hoy en día. También durante
10. 10 Agosto 2009 / Las Alcublas - 3
muchos años, para las procesiones del clientela a causa de su tipismo. to de sus trabajadoras. Por otro lado,
Corpus y de la Virgen de los En fallas medio pueblo “bajaba” a tampoco las jóvenes, por los cambios
Desamparados la horchatería Santa Valencia a trabajar en las horchaterías o a experimentados en la sociedad española
Catalina estuvo enviando dos chicas a la tocar con la banda de música, y el otro con la democracia, se sentían cómodas
Diputación provincial para servir horcha- medio “bajaba” a visitar a sus paisanos en viviendo en el lugar de trabajo, constreñi-
ta y limón granizado a las autoridades y la ciudad y a disfrutar de la fiesta. Las das por unas normas y unos horarios
sus invitados, y los Seguidores de la horchaterías, además de lugar de trabajo anticuados.
Virgen montaban una semana antes de la se convertían en punto de reunión y De este modo desapareció el alojamien-
festividad un altar en el salón del primer encuentro entre amigos, familiares y to en las horchaterías y el peculiar fenó-
piso de esta horchatería, con gran trajín vecinos. Durante años fue costumbre que meno migratorio protagonizado por las
de gente toda la semana. la Unión Musical Alcublana, contratada jóvenes alcublanas. Durante casi un
Pero la fiesta en la que las horchaterías por fallas de la ciudad, acudiese una siglo decir “horchatería” en Valencia
toman protagonismo, es la fiesta de San mañana a la puerta de las horchaterías El capital equivalía en cierto modo a decir
José: si hay algo tan característico de las Siglo, Santa Catalina y El Collado a tocar Alcublas, ya que en las principales hor-
fallas como tirar un petardo ese algo es el Himno de Valencia, a modo de saludo a chaterías del centro trabajadoras o due-
tomarse un chocolate con buñuelos. Para sus paisanas y paisanos de estos locales y ños tenían alguna relación con esta
fallas la plantilla de trabajadores se lle- a sus dueños, alcublanos o descendientes población de la comarca de los
gaba a triplicar y las horchaterías traba- de alcublanos. Serranos. Las horchateras fueron testi-
jaban sin descanso día y noche en varios gos de la evolución de Valencia como
turnos: los dormitorios siempre estaban El final de una época ciudad, de un siglo de cambios políticos
ocupados por alguien descansando. El y sociales, fueron el referente para los
protagonismo estos días lo tenían las A finales de la década de 1970 y principios sueños y esperanzas de muchas jóvenes
buñoleras, que no paraban un momento de la de 1980 el modelo hostelero que dio que vivían en un pueblo empobrecido.
de hacer buñuelos sentadas frente a los origen al fenómeno de las horchateras en Ellas fueron emigrantes que trabajaron
lebrillos, un trabajo para el que se solía Valencia se vio sometido a unos cambios duramente para hacerse el ajuar, para
contratar a especialistas, la mayoría anti- que hicieron insostenible el negocio de ayudar a sus familias, o para poder com-
guas trabajadoras de las horchaterías horchatería tradicional. La proliferación prar un piso, pero al hablar con ellas,
que esos días ayudaban a las chicas. No de locales de hostelería y el cambio en los siempre acaba por aflorar la sonrisa al
cabe la menor duda de que la imagen de modelos de gestión de los mismos hicie- recordar las muchas anécdotas que
una buñolera a la puerta de la horchate- ron que no resultase rentable un negocio vivieron, los ratos de ocio que compar-
ría es una de las más características de que había perdido en buena parte su tieron, el tiempo de juventud que pasa-
estos locales, y de hecho se utilizó –y se exclusividad y que además del sueldo ron juntas trabajando en las horchaterí-
sigue utilizando- como reclamo para la debía pagar la manutención y alojamien- as de Valencia.
11. Las Alcublas - 3 / Agosto 2009 11
EL SIGLO XXI, EL FRÍO Y ALCUBLAS
A principios del siglo XXI, muy poco queda mentos como los ventisqueros, el nevero y La exposición “La nieve en
de la percepción del frío como un “produc- los caminos de la nieve, de forma que se
to” del que se puede sacar un beneficio pudiese percibir en toda su magnitud la Alcublas: ventisqueros y horcha-
económico, y muy poco queda de la rela- complejidad e importancia de esta activi- teras” ha sido posible gracias a la
ción que Alcublas mantuvo con la nieve. dad económica en tiempos pasados. Por
Los ventisqueros y caminos de la nieve otro lado, la localización de este patrimo- colaboración desinteresada de
permanecen abandonados e incluso per- nio en una zona de alto valor ecológico y muchas personas que trabajaron
didos entre la vegetación, y su significado paisajístico refuerza su atractivo de cara a
y ubicación son desconocidos para gran la creación de rutas turísticas. en las horchaterías, que han con-
parte de la gente. En Valencia, de todas las En cuanto a las horchaterías, estrechar
horchaterías tradicionales que tuvieron lazos con estos establecimientos y utili-
versado pacientemente con nos-
relación con Alcublas, tan sólo las de El zarlos como punto de promoción turística otros relatándonos sus experien-
Collado y El Siglo mantienen relación con de la localidad es una posibilidad que
Alcublas y son el último lazo –aunque debería ser tenida en cuenta: aunque hoy cias, y que han hecho suyo este
sólo sea simbólico-, con el antiguo comer- en día muchos locales ofrecen helados, proyecto prestándonos sus foto-
cio del frío. granizados y horchata, muy pocos pueden
Llegados a este punto, y a modo de con- utilizar su relación con Alcublas como grafías y objetos. Gracias también
clusión, nos gustaría hacer una reflexión argumento promocional, enriqueciendo
a los propietarios y ex-propieta-
acerca de cuál podría ser el papel de este la experiencia que supone una degusta-
patrimonio cultural y etnológico de ción de sus productos con la perspectiva rios de horchaterías, y a todas
Alcublas en el desarrollo de la localidad. histórica del comercio de la nieve y el anti-
En una época en la que las localidades de guo origen de estos establecimientos. aquellas personas que a título
interior buscan en el turismo rural una Por nuestra parte nos conformamos si con personal y desde las instituciones
fórmula para diversificar sus ingresos esta exposición hemos conseguido llamar
económicos, en la que el turismo cultural la atención sobre la necesidad de conser- han hecho posible que este pro-
utiliza el patrimonio como materia prima var el patrimonio etnológico de la locali- yecto se convirtiese en realidad.
con la que estructurar una oferta atracti- dad –ventisqueros, nevero, “carrilás”-, y
va, la riqueza del patrimonio relacionado sobre la necesidad de recuperar, aunque
con el comercio de la nieve en Alcublas sea poco a poco, esa otra Historia de
permitiría crear un parque temático al Alcublas que no está en los libros, una
Muchas gracias a todos y todas .
aire libre de un alto valor cultural, en el tarea en la que estáis todos invitados a
cual sería posible relacionar entre sí ele- participar.
12. Participa en las activi-
dades de ACLA
Asociación
Cultural
Las Alcublas
Como el poeta, vamos
haciendo camino...
...en los próximos meses
seguiremos con el marcado
del tercer tramo de la Ruta
del Gallipato, la excursión y
trabajos de “Las caleras de
La Solana”, la puesta en
marcha de la 1ª fase de
catalogación de corrales de
ganado del término de
Alcublas…
y muchas más
ACLA agradece la colaboración
de Colchones Star en la
impresión de este boletín