El poema describe a una mujer que camina delante de su sombra, precedida por la luz como las aves en el solsticio. Es dócil a la naturaleza y ofrece sus ojos al animal oscuro que la mira mansamente. Ha estado con el poeta desde el principio y ha trazado la forma de las cosas con el agua oculta. El segundo párrafo habla de la belleza y fragilidad de la mujer, exhortándola a no dejar que el maltrato opaque su belleza ni la tristeza opaque sus ojos.