La marca Axe lanzó una campaña publicitaria llamada "Garrotazo de amor" que consistía en un juego donde los jugadores ganaban puntos golpeando mujeres virtuales con un garrote. Esto generó indignación y fue denunciado penalmente por promover la violencia de género. Legisladoras argentinas reaccionaron rápidamente ante la campaña misógina y se inició una investigación en el Observatorio de Discriminación.