3. El cristianismo nació en Oriente, donde surgieron las
primeras comunidades cristianas. La nueva doctrina llegó muy
pronto a Roma y se extendió por el resto del Imperio.
Su monoteísmo, que chocaba con el politeísmo romano, y
su rechazo al culto del emperador, hicieron que la nueva
religión fuera perseguida cruentamente y su arte se mantuvo
en la clandestinidad, hasta que el Edicto de Milán, dado por
Constantino en el 313, permitió a los cristianos celebrar
públicamente su religión sin ser perseguidos y su arte se
manifestó abiertamente mediante una nueva arquitectura y
un nuevo lenguaje simbólico.
4. La nueva religión supuso la aparición de un nuevo arte
y una nueva estética.
El arte paleocristiano se desarrolla durante los cinco
primeros siglos de nuestra era, en pleno Imperio romano.
No inventó formas nuevas, sino que asimiló y transformó
modelos del arte romano contemporáneo, adecuándolo a
sus necesidades espirituales. Posteriormente evolucionó
hasta crear unos modelos arquitectónicos propios y una
iconografía propia, que se repetirá a lo largo de la Historia
del arte occidental.
5. ARQUITECTURA
ARQUITECTURA ANTERIOR AL EDICTO DE MILÁN
En la etapa de persecuciones, los creyentes carecían de
medios suficientes para construir edificios en los que
celebrar sus cultos. Solían tener sus reuniones en las
casas particulares de los fieles.
Las catacumbas tenían una función funeraria y se
utilizaron como cementerios. Eran galerías subterráneas a
lo largo de las cuales se abrían los nichos. El lugar donde
se cruzaban se llama cubículum, y allí se enterraban
personajes importantes, como los mártires; a veces, en la
pared, se abría un arco semicircular sobre el
enterramiento: arcosolio.
6. Interior de una catacumba
Cubiculum
Arcosolio en las
catacumbas de San Calixto
7. ARQUITECTURA A PARTIR DEL EDICTO DE MILÁN
A partir del Edicto de Milán el cristianismo se convierte en religión oficial del
Estado y surgen nuevas construcciones que se adaptan a las necesidades del
culto cristiano. Éste es, fundamentalmente, asamblea o Ecclesia, es decir,
reunión de fieles, por lo que se necesitaban lugares amplios que pudieran
albergar a todos los creyentes.
Surgió así la Basílica cristiana, que deriva de la basílica civil romana, pero su
función es diferente, ya que es un lugar de reunión y culto.
8. Partes:
La Basílica consta de una sala longitudinal, precedida por un
atrio porticado con un nártex, galería que está destinada a los
catecúmenos.
En su interior la sala longitudinal es de 3 ó 5 naves divididas por
columnas, la central más ancha y más alta que las laterales,
aprovechando la diferencia de altura para abrir ventanas.
Posteriormente, sobre las naves laterales aparece el Matroneum o
tribuna, lugar destinado a las mujeres.
9. En la cabecera se sitúa el presbiterio con el ábside, semicircular
y abovedado. En él se sitúa el altar, que puede estar cubierto con
Transepto
un baldaquino. En las grandes basílicas, la cabecera se amplía con
una nave transversal. Techumbre plana, de madera. Al exterior la
cubierta es a dos aguas.
Naves
Nártex
Atrio
11. Basílica
de Santa
María La
Mayor.
Roma
El espacio interior de la basílica se ordena a lo largo de un
eje direccional, creando un espacio-camino que conduce
al altar y, simbólicamente, al encuentro con la divinidad.
12. El mausoleo
Los mausoleos eran edificios destinados a albergar la
sepultura de personajes importantes para la religión.
Utilizaban la planta centralizada, generalmente de cruz
griega, circular u octogonal, con el fin de situar en el centro el
objeto de veneración y facilitar el tránsito de los fieles a su
alrededor.
o Entre los mausoleos destaca el de
Santa Constanza en Roma.
oEn Rávena se conserva el Mausoleo de
Gala Placidia.
13. Otros Edificios.
Baptisterio: edificio independiente de planta circular o octogonal, ya que el ocho es el
número de la Resurrección. Su forma está tomada de los baños romanos. En su centro
se encuentra la cisterna o cuba de bautismo de gran tamaño y de forma cruciforme o
exagonal, el bautismo era por inmersión tres veces y solo a adultos. A partir del siglo VIII
el bautismo será también para niños, con lo que se reduce el tamaño de la pila.
San Juan de Letrán era octogonal, con columnata y deambulatorio para los fieles.
14. ICONOGRAFÍA CRISTIANA
Para representar sus ideas el cristianismo utilizó temas ya existentes
en el mundo clásico a los que dotaba de un significado distinto y, a la
vez, incorporó otros nuevos.
La clandestinidad le obligó a expresarse con temas simbólicos y
anagramas sólo comprensibles para ellos. La mayoría de estos temas se
encuentran decorando las catacumbas o esculpidos en los sarcófagos.
Estas imágenes perdurarán en el arte occidental posterior.
Hay temas de origen pagano, como el pez que se convierte en símbolo
de Cristo; el pavo real, de eternidad; la paloma simboliza el alma; y lo
mismo podemos decir del delfín, el áncora, la viña, el cordero.
15. Específicamente cristianos son el Crismón, y la orante.
El Crismón es el monograma de Cristo, formado por la unión de las
dos primeras letras de su nombre en griego. Posteriormente se le
agregó a los lados las letras alfa y omega y se encerró todo en un
círculo, símbolo de eternidad.
17. Otros temas se inspiran en el Antiguo y Nuevo Testamento: Jonás,
Daniel en el foso de los leones, los tres jóvenes en el horno, Bodas
de Caná. El tema del buen Pastor se inspira en el moscóforo griego.
La técnica es muy simple, masas de color de
estilo
impresionista,
muy
pobre,
sin
perspectiva y sin interés naturalista, que no
trata de buscar la belleza, sino despertar
emociones.
18. Hay dos temas que están en estrecha relación con la iconografía imperial: el
de la traditio legis y Cristo entronizado entre los apóstoles.
El primero presenta a Cristo con el rollo de la Ley en la mano. Es un Cristo
alejandrino, sin barba, y se conserva en muchos sarcófagos y en algún mosaico .
19. El segundo aparece en el mosaico de Santa Pudenciana, en Santa Constanza
y en el sarcófago de Junio Basso.
20. Tras la división del Imperio Romano, la ciudad de Constantinopla asumió la
capitalidad de la parte oriental. Esta ciudad había sido fundada sobre la antigua
ciudad griega de Bizancio.
Después de la caída del Imperio de Occidente (476), el Imperio de Oriente o
Imperio Bizantino se convirtió en el transmisor del legado cultural y político de la
antigua Roma.
Debido a su situación geográfica, se vio favorecido por influencias orientales y
griegas, y así surgió un arte y una cultura con personalidad propia.
El arte bizantino alcanzó su máximo apogeo y esplendor durante el reinado del
emperador Justiniano (527-565). La arquitectura y el mosaico fueron sin duda las
manifestaciones artísticas que alcanzaron mayor desarrollo.
21. Con la caída del imperio romano en poder de los bárbaros, Bizancio asume el
papel de continuador de la idea imperial.
Hay una presencia continua del cristianismo. Los emperadores bizantinos
desarrollaron un estado teocrático, existiendo prácticamente una fusión entre
poder civil y religioso, en el que el emperador era el jefe político y espiritual
(cesaropapismo).
Esta fusión entre Iglesia y Estado se reflejó en su arte, donde, junto a lo
divino se manifestaba la glorificación del poder civil.
Es un arte sincrético que funde las influencias helenístico-romanas con las
orientales. A la técnica romana se añade el lujo oriental.
Preocupación por expresar ideas más que la belleza: desinterés por la forma.
Bizancio ejerció una gran influencia sobre el arte y el pensamiento
occidental.
Una de sus principales aportaciones fue la creación de unos conjuntos
iconográficos que tratan de ofrecer los temas teológicos a través de imágenes
y escenas con una finalidad didáctica y carácter litúrgico.
22. Los períodos del arte bizantino se ajustan a las grandes fases de su historia política.
Se pueden distinguir tres períodos o Edades de Oro.
La primera tiene lugar durante los siglos VI y VII y en ella destaca la época de
Justiniano caracterizada por un destacado auge cultural.
El 2º período va del siglo IX al siglo XII. es la verdadera etapa creadora y definidora de
la estética bizantina.
El 3º período va del XIII al XV.
23. Características:
Las aportaciones arquitectónicas del arte bizantino son fruto de
profundos estudios científicos aplicados a la construcción y de las
influencias del arte romano.
Sustituye los espacios sólidos de la arquitectura romana por espacios
dilatados, dinámicos y elásticos.
Es abovedada. Material ligero, de consistencia porosa.
Los edificios son sobrios y pobres en el exterior, pero deslumbrantes en el
interior, decorados con mosaicos de colores intensos.
Su principal aportación: uso sistemático de la cúpula sobre pechinas dando
solución a los empujes por medio de contrarrestos.
La cúpula tiene una significación simbólica: representa el cielo. Se levanta
sobre cuatro arcos, que simbolizan los cuatro puntos cardinales sobre una
estructura cuadrada: la Tierra. La iglesia es una pequeña reproducción del cosmos.
24. Predominan las plantas centrales. También se usan las basilicales. A
veces se trata de combinar la planta central y la basilical.
La basílica evoluciona haciéndose más compleja. Consta de los
siguientes elementos:
El Atrio, es el patio; el nártex, es el espacio reservado a los
catecúmenos; en el interior, sobre las naves, se sitúa la tribuna, que
tiene su origen en el matroneum paleocristiano; el presbiterio, lugar
reservado para los presbíteros, se separa de las naves por el
iconostasio.
26. Entre el capitel y el arco se sitúa el cimacio.
Las columnas y
capiteles eran de
ricos materiales.
Capitel de aspecto troncocónico.
Suele ser corintio trabajado a trépano
27. La basílica de Santa Sofía de Constantinopla es la obra
cumbre de la arquitectura bizantina y una de las importantes
de todos los tiempos.
Fue mandada construir por Justiniano en el siglo VI, junto
al palacio imperial, y está dedicada a la Divina Sabiduría.
Los arquitectos de esta gran obra fueron Antemio de
Tralles e Isidoro de Mileto que resolvieron magistralmente el
problema de los empujes y contrarrestos de la bóveda
central
28. La planta se concibe como
una fusión del modelo
basilical occidental y el
modelo
centralizado
oriental que dio como
resultado una planta de
cruz griega, inscrita en una
planta de tres naves.
A los pies del edificio se
dispone un doble nártex.
29. En el centro cuatro arcos
sobre pilares soportan
toda la estructura de la
enorme cúpula, que se
asienta sobre pechinas
30. La cúpula sobre
pechinas, se eleva
hasta los 65 metros
de altura y está
reforzada por 40
nervios, entre los
cuales
observamos
ventanas
que
permiten una mayor
luminosidad en el
templo y que, según
un autor de la época
“parecía
estar
suspendida del cielo”.
31. Una serie de semicúpulas
y ábsides, que van
descendiendo en altura,
contrarrestan el peso y el
empuje de la central, de
forma que se puede
prescindir del tambor
32. Gruesos estribos en los que se alojan las escaleras también
contrarrestan estos empujes.
33. Las naves laterales,
divididas en dos pisos, se
cubren de bóvedas de
arista y se separan de la
nave
central
por
arquerías
de
medio
punto que se asientan
sobre columnas y pilares.
También se abren
ventanas en los
arcos y las paredes
laterales. La luz juega
un
papel
fundamental
y
conseguía crear un
ambiente mágico y
simbólico.
La decoración de mosaicos contribuía
con su colorido a crear efectos lumínicos
34. En el interior, este diseño sin precedentes, consigue una
sensación espacial diáfana y dinámica, única e inigualable.
36. La época de Justiniano
tuvo también su
esplendor artístico fuera
de Constantinopla.
El ejemplo
arquitectónico más claro
lo ofrece la iglesia italiana
de San Vital de Rávena,
levantada en el siglo VI, e
inspirada en la de los
Santos Sergio y Baco de
Constantinopla.
37. El exterior del templo presenta una estructura armoniosa con
paredes de ladrillo rojo que dan al edificio sobriedad. Sobre estas
paredes se abren grandes ventanas separadas por pilastras
adosadas.
La gran importancia de este templo radica en la influencia que
ejercerá sobre la arquitectura medieval de Europa occidental.
40. A su alrededor se abre un
amplio
deambulatorio
cubierto con una complicada
bóveda de arista. En el piso
superior del deambulatorio,
se dispone el matroneum.
A la entrada se dispone un
nártex transversal con dos
torres a los lados.
En el interior el presbiterio
tiene forma rectangular.
43. También se aprecia una
sensación de ingravidez, en
la que es fundamental el
papel
de
la
cúpula,
construida con materiales
muy ligeros: tubos de arcilla
huecos. La iluminación se
consigue a través de las
ventanas que se abren en el
tambor de la cúpula.
44. La
ornamentación
interior es de gran
belleza. Contribuyen a
ella las columnas y las
triples arcadas de los
dos pisos; y de modo
especial, los mosaicos.
El
conjunto
de
mosaicos que adorna
esta iglesia destaca
entre los principales
del arte bizantino.
45. El mosaico bizantino es heredero del paleocristiano. A
diferencia del romano que se usaba pavimentos, el bizantino,
se destinó a recubrir muros y bóvedas con gran suntuosidad y
colorido, alcanzando un alto nivel técnico.
Destaca por la riqueza de su colorido, su luminosidad, y
por su contenido simbólico: se utiliza para reafirmar el poder
de los emperadores.
Su impactante cromatismo se lograba con el empleo de
teselas de colores bien de mármol o bien de barro cocido
con pasta vítrea. Estas teselas, se inclinaban para producir
estudiados efectos de luz , riqueza y refinamiento.
46. Las imágenes se colocaban en lugares prefijados: en la
bóveda la figura de Cristo (Pantócrator). La Virgen y los
santos, debajo. A los pies: el Juicio final.
Destacan los mosaicos de Justiniano y Teodora, en San
Vital, y los de San Apolinar el Nuevo y San Apolinar en el
Puerto en Rávena.
La maestría de los bizantinos en el campo del mosaico
traspasó los límites del imperio, y así los vemos
trabajando para decorar la cúpula de la mezquita de la
Roca, en Jerusalén, o el mihrab de la mezquita de
Córdoba.
47. Mosaicos de Justiniano y Teodora. San Vital de Ravena.
Están colocados a uno y otro lado del presbiterio de esta Iglesia recalcando el poder civil y
religioso del emperador y su esposa.
Características:: Presentan una serie de convencionalismos en la representación de la figura
humana, como frontalidad; isocefalia; pies en V; hieratismo y rigidez en los personajes;
rostros indefinidos e impenetrables, en los que destaca la intensidad de sus miradas; mayor
canon en las figuras protagonistas.
Los fondos dorados producen una sensación de espacio indefinido e intemporal.
En el de Teodora se observa un intento de profundidad o perspectiva inversa o tolemaica.
48.
49. Justiniano y su séquito, 547 d. C.
Se caracteriza por una amplia gama cromática, lograda por la gran variedad
de teselas empleadas.
El rey viste túnica oscura, que destaca sobre el resto de los acompañantes.
La expresividad del rostro del emperador es autoritario, que muestra el nivel
alcanzado por los bizantinos en la concepción de mosaicos.
Los ojos almendrados, las figuras planas y alargadas y los pliegues de las
túnicas recuerdan el período arcaico griego, confiriendo un marcado hieratismo
a los personajes.
50. Justiniano y su séquito, 547 d. C.
La composición carece de perspectiva.
Justiniano preside el mosaico con su ofrenda, un recipiente de oro en sus
manos. Representa la tradicional oblatio imperial: costumbre que existía entre
los emperadores de hacer ofrendas a las iglesias más importantes, para
manifestar ante los fieles su virtud cristiana a la vez que su poder sobre el
Imperio.
Justiniano, porta la patena de oro, vistiendo de color púrpura, color que
simboliza el poder
51. Justiniano y su séquito, 547 d. C.
Lo flanquean, a su izquierda, el obispo Maximiano de Rávena y tres
miembros más de la Iglesia, que simbolizan el apoyo del clero; y a su derecha,
dos generales que reafirman el reconocimiento de su autoridad por parte del
ejército. Es la máxima autoridad tanto política como religiosa: cesaropapismo.
Un soldado sostiene un escudo con el crismón del Salvador, emblema de
Constantino, primer emperador cristiano de Roma.
El emperador aparece con nimbo o aureola, lo que supone la sacralización
del poder. Justiniano esperaba ser considerado como el decimotercer apóstol,
encargado de hacer triunfar el reino de Cristo en la tierra.
52. Teodora y su corte 547 d.C.
Se caracteriza por un a amplia gama cromática, lograda por la gran variedad
de teselas empleadas.
La reina viste túnica oscura, que destaca sobre el resto de los
acompañantes.
La expresividad del rostro de Teodora es bondadoso, mostrando el nivel
alcanzado por los bizantinos en la concepción de mosaicos.
Los ojos almendrados, las figuras planas y alargadas y los pliegues de las
túnicas recuerdan el período arcaico griego, confiriendo un marcado hieratismo
a los personajes.
53. Teodora y su corte 547 d.C.
La composición carece de perspectiva.
Teodora preside el mosaico con su ofrenda, un cáliz de oro con
incrustaciones de piedras preciosas. Representa la tradicional oblatio imperial.
Está acompañada de su séquito de damas y eunucos en el momento de la
ofrenda.
La pedrería que exhibe la emperatriz, los anillos y brazaletes de los
acompañantes, las suntuosas cortinas y las bellas túnicas, dan una idea de la
magnificencia de la corte.
54. Teodora y su corte 547 d.C.
La emperatriz aparece en posición centrada, con aureola y enmarcada en
una hornacina de venera.
En la decoración de su túnica podemos ver la escena evangélica de la
Adoración de los Reyes Magos.
A su derecha uno de sus acompañantes descorre una cortina, intentando
crear una falsa perspectiva.