La biblioteca tiene normas para mantener un ambiente silencioso y ordenado. Los usuarios deben entrar y permanecer en silencio, poner su mochila en un lugar designado, y no hablar con otros. También no se permite comer, beber o dañar los libros. Los usuarios pueden pedir libros al bibliotecario, tomar uno prestado cada vez, y usar los ordenadores siguiendo las normas establecidas.