2. La psiquiatría la describe como un trastorno del
estado de ánimo. Su síntoma habitual es un
estado de abatimiento e infelicidad que puede ser
transitorio o permanente.
El término médico hace referencia a un
síndrome que afecta principalmente a la esfera
afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la
irritabilidad o un trastorno del humor que puede
disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la
actividad vital habitual, independientemente de
que su causa sea conocida o desconocida
3. Origen complejo, ya que en su aparición influyen
factores genéticos, biológicos y psicosociales.
Hay evidencias de alteraciones de los
neurotransmisores, citoquinas y hormonas que
parecen modular o influir de forma importante
sobre la aparición y el curso de la enfermedad.
La psiconeuroinmunología ha evidenciado
trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-
adrenal relacionados con los neurotransmisores.
4. En los últimos años, la investigación científica ha
demostrado que algunas enfermedades físicas
pueden acarrear problemas mentales.
Enfermedades tales como los accidentes
cerebrovasculares, los ataques del corazón, el
cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos
hormonales pueden llevar a una enfermedad
depresiva.
5. Suele comenzar entre los 15 y los 30 años
La prevalencia es casi el doble en la mujer que en el
hombre
Algunos factores estresantes vitales, como el nacimiento
de un hijo, las crisis de pareja, el abuso de sustancias
tóxicas (principalmente alcohol) o la presencia de una
enfermedad orgánica crónica se asocian con un riesgo
incrementado de desarrollar un trastorno depresivo
mayor.
En cuanto a la asociación familiar debida a factores
genéticos, la existencia de un pariente de primer grado con
antecedentes de trastorno depresivo mayor aumenta el
riesgo entre 1,5 y 3 veces frente a la población general.
6. Tratamientos farmacológicos.
Tratamientos cognitivos.
Tratamientos conductuales
Psicoterapia: Su fin es ayudar al paciente a conocerse
mejor y cambiar sus malas formas de pensar, sentir y
actuar
7. Los antidepresivos se utilizan para corregir
desequilibrios en los niveles de las sustancias químicas
del cerebro, especialmente la serotonina.
No suelen provocar dependencia.
Normalmente tienen efecto entre tres y seis semanas
después de iniciar el tratamiento. Si no se han
producido avances en este tiempo, el médico suele optar
por cambiar el tratamiento, añadiendo más dosis u
optando por otro antidepresivo.
Entre sus efectos secundarios más comunes se
encuentran el insomnio, nerviosismo, disfunción sexual,
nauseas, mareos o aumento de peso.
8. Aparte del tratamiento farmacológico o psicoterapéutico es importante -una
vez que haya hecho efecto y que el paciente sienta que ha mejorado su
condición, es importante que se sigan ciertos consejos o modos de vida.
Tener pensamientos positivos
Cuidar la salud física
Mantener un calendario diario uniforme.
Reanudar las responsabilidades forma lenta y gradual.
Aceptarse a uno mismo. No compararse con otras personas que considera
favorecidas.
Expresar las emociones
Seguir en todo momento y hasta el final el tratamiento impuesto
Reunirse periódicamente con el terapeuta
Comer una dieta equilibrada
Hacer ejercicio físico
9. Aproximadamente el 70% de los pacientes con
depresión mayor responden al tratamiento de primera
línea con monoterapia farmacológica
Estudios recientes afirman que un 15 por ciento de los
pacientes con depresión evolucionan a la cronicidad.
Una vez se han superado los síntomas de la depresión
convendrá seguir bajo tratamiento antidepresivo el
tiempo necesario para evitar posibles recaídas. En
algunos casos, el tratamiento deberá prolongarse de
por vida.
10. Se asocia frecuentemente con un desinterés en la
higiene oral, dieta cariogénica, disminución del flujo
salival, caries rampante, y enfermedad periodontal
avanzada.
Muchos medicamentos utilizados para tratar la
enfermedad aumentan la xerostomía y la incidencia
de enfermedades dentales.
11. El manejo dental adecuado requiere un vigoroso
programa de prevención, el uso de productos salivales
artificiales y enjuagues antisépticos y con flúor,
además de precauciones especiales cuando se
administran anestésicos locales con vasoconstrictores
y en la prescripción de analgésicos.
Cuando la depresión está presente, la eficacia
potencial del tratamiento con las nuevas dentaduras
no será apreciada plenamente por el individuo. Hay
estudios que respaldan la relación entre insatisfacción
con las prótesis y depresión.