2. Destacado militar y estadista, Simón Bolívar es sin
duda una de las más grandes figuras de la historia
americana. Sus dotes de estratega contribuyeron de
manera decisiva para conseguir la libertad de
Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Bolivia y
Perú del domino español.Nacido el 24 de julio de
1783 en Caracas, perdió a sus padres a temprana
edad. A los 16 años, su tutor, Simón Rodríguez, lo
envió a Europa, donde completó su instrucción.
Poco después se casó con María Teresa del Toro,
quien falleció en la luna de miel en Venezuela.
Simón Bolívar regresó a Europa. En Austria se
reencontró con Simón Rodríguez y juntos visitaron
Roma. Estando en el Monte Sacro (15-8-1805)
expresó su anhelo de luchar por la libertad de su
patria.
3. Llegando a Venezuela se unió a los conspiradores patriotas, que en 1810 derrocaron
al Capitán General Vicente de Emparan. Desde entonces se hizo protagonista de los
principales sucesos y batallas por la Independencia de Nueva Granada, a la que
bautizó como República de Gran Colombia.En 1823, llegó al Perú donde organizó el
Ejército Unido Libertador que logró las brillantes victorias de Junín y Ayacucho (1824).
Permaneció en Lima hasta 1826 organizando la Federación de los Andes, proyecto
que uniría a la Gran Colombia, Perú y Bolivia. Retornando a Bogotá no pudo superar
los planes nacionalistas de Caracas y Quito. Lima y La Paz también se le
sublevaron.Decepcionado, acorralado por sus enemigos y enfermo de tuberculosis,
Simón Bolívar renunció al poder en abril de 1830, y se retiró a Santa Marta. Aquí se
agravó su tisis pulmonar y falleció el 17 de diciembre de 1830.
4. entró triunfalmente en Caracas el 6 de agosto de 1813. Prosiguió la campaña contra
los realistas, a quienes infligió, entre otras, las derrotas de Carabobo y Boyacá. Fue
proclamado el Libertador. se dirigió hacia territorio colombiano en cuya marcha tuvo
que atravesar la Cordillera de Los Andes. Su resonante victoria sobre las tropas
realistas de Boyacá (1819) le abrió las puertas de Bogotá donde recibido
triunfalmente proclamó la Colombia, que comprendía Nueva Granada y Venezuela.
Con la provincia de Quito, Ecuador, liberada e incorporada a la Gran Colombia,
cinco países debían a Bolívar una ingente obra de soberanía y estructuración
política que se disociaría bajo la acción de ambiciones e intrigas.
5. LA GRAN COLOMBIA Y EL IDEAL BOLIVARIANO DE UNIDAD DE LOS PUEBLOS
LATINOAMERICANOS Después de la batalla del Pichincha (24 de Mayo de 1822) el
territorio correspondiente a la Real Audiencia de Quito quedó en libertad y pronto se
anexó (junio de 1822) al gran estado que formó la Constitución Gran Colombina de
Angostura en 1819.Ese gran estado fue la Gran Colombia y constituyó el más noble
de los ideales del Libertador Simón Bolívar, cuyo sueño fue lograr unidad política con
el fin de ofrecer respetabilidad a esos pueblos que estaban amaneciendo a la vida
independiente y soberana, en medio de un ambiente internacional impregnado por
afanes de dominio imperialista, con Inglaterra a la cabeza, y ser capaces de enfrentar
otras potencias y evitar caer nuevamente en la dependencia.Por el lapso de ocho
años, el territorio del actual Ecuador se llamó Distrito del Sur y estuvo subdividido en
tres jurisdicciones: Quito, Guayaquil y Cuenca.La vida de la Gran Colombia fue corta;
contribuyeron a su pronta extinción: afanes personalistas, nacionalidades diversas con
deseos fervorosos de autodefinición, escenarios geográficos distantes sin posibilidad
de mantenerse en unidad de ideales, anhelos y metas.
6. Debemos esperar mucho del tiempo, su
inmenso vientre contiene más esperanzas
que sucesos pasados y los prodigios
futuros deben ser superiores a los
pretéritos.
La libertad del nuevo mundo, es la
esperanza del universo.
Un soldado feliz no adquiere ningún
derecho para mandar a su patria. No es el
árbitro de las leyes ni del gobierno. Es
defensor de su libertad.
Como amo la libertad tengo sentimientos
nobles y liberales; y si suelo ser severo, es
solamente con aquellos que pretenden
destruirnos.
Más cuesta mantener el equilibrio de la
libertad que soportar el peso de la tiranía.
Nuestras discordias tienen su origen en las
dos más copiosas fuentes de calamidad
pública: la ignorancia y la debilidad.