Este poema describe al pedo como un fenómeno natural con cualidades tanto físicas como emocionales. Se presenta al pedo como una fuerza impredecible que puede soplar o tronar y que es parte natural de la vida humana, experimentada por personas de todas las edades y posiciones sociales. El poema concluye sugiriendo que el pedo es una señal natural del cuerpo que precede a la defecación.