Contextualización y aproximación al objeto de estudio de investigación cualit...
Análisis: Cataluña una escena de debate cultural
1. Lina María EspinosaGómez
14 de abril de 2009
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Análisis: Cataluña una escena de debate cultural
En Cataluña, como en cualquier lugar del mundo, el continente que forma la cultura se ve
afectado por las decisiones tomadas por el poder deturno. Los argumentos presentados en
el artículo Cataluñauna escena de debate cultural formulan ciertos interrogantes sobre el
futuro de la cultura y el lugar que ocupa en la política actual. Estas incertidumbres afectan
de manera directa a cualquier organización cultural que opere en ese estado.
Una de las grandes preocupaciones para la industria cultural catalana es que, pese a que es
una de las bases principales de identidad y economía del país, el gobierno no le da la
prioridad quesemerece. El motivo deeste“desamparo” por partedel estado es porque los
valores que respalda pocas veces son compatibles con los que trasmite la cultura
humanística. No obstante, el sistema político está deduciendo que la cultura tiene gran
importancia en la sociedad y por consiguiente en los próximos comicios autonómicos. Esta
concientización es necesaria ya que las entidades culturales sin el apoyo del gobierno no
podrían intercambiar y competir con las grandes empresas culturales a nivel nacional e
internacional.
Llátzer Moix afirma que una política cultural deseable es aquella que sitúa a la
administración al servicio de la cultura. Sin embargo, hoy en día, la cultura no parece ser
mas que una plataforma utilizada por los políticos para llegar al poder. Es evidente la
necesidad de cambiar esa estructura y poner en práctica la posibilidad presentada por
Moix. De esta manera un proyecto producido por una organización cultural contaría con el
apoyo administrativo, sin importarel beneficio que éste signifique para el poder de estado.
La creación cultural dependede dos cosas: de la ayuda proporcionada por el gobierno para
llevar un proyecto a cabo y de la libertad que tenga el creador, de pensar y de sentir, sin ser
limitado y manipulado por el patrocinador.
La administración pública debe preocuparse por las necesidades de la sociedad, respaldar
proyectos que la beneficien y que estén al alcance de todos los ciudadanos. Pese a esto, el
gobierno le ha dado la espalda a muchos creadores por el temor de que sus ideas objeten
los valores impuestos y quedebiliten la cultura nacional. Por este motivo, los organismos
culturales tienen el compromiso de producir proyectos que generen debate y que se
conviertan en un referente de la población catalana.
Es ahí, donde las instituciones culturales tienen su camino: tratar de concienciarse y de
concienciar de que la cultura juega un papel cívico esencial y, como afirma Xavier Bru de
Sala, debe volver al ágora como actor e interlocutor social. Hoy en día existe una
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preocupantedescoordinación entrelo social y lo cultural. La política no respalda la “libertad
natural” de un individuo de pensar y de sentir, ni tampoco proporciona las herramientas
necesarias para la creatividad, la industria cultural y la circulación interior y exterior de sus
productos.
En otra delas notas, Moix asegura queel estado debe velar por la existencia de tres niveles
de contenedores culturales: la escuela, las instituciones de cabecera y la red de sedes
territoriales. Indiscutiblemente, la educación y la cultura son dos ámbitos que se
interrelacionan; la enseñanza moldea a los creadores que influenciarán la cultura nacional
en el futuro. Es lamentable ver como el gobierno ha desvinculado los objetivos y los
proyectos de ambas áreas, cuando en realidad, la efectividad de una depende de la
existencia de la otra.
Asimismo, a la administración leda pavor asumir nuevosretos quepuedan desestabilizar el
control social. Muchos artistas no cuentan con el subsidio para poder sustentar sus
proyectos culturales ya que “las subvenciones las tienden a recibir los de siempre” alega
Imma Merino, “una cultura subvencionada tiende a ser una cultura acomodada y hasta
comprada”. Los protegidos por el sistema no puedan actuar con soltura y se vean obligados
a realizar proyectos regidos a las normas políticas. Mientras que los desamparados se ven
imposibilitados para crear o dar a conocer lo creado.
Otro de los problemas al que se enfrentan muchas organizaciones culturales se encuentra
en el entorno digital. Las nuevas tecnologías de comunicación, como el Internet, son
supremamente importantes en la labor de divulgar la cultura. Por medio de estos canales,
las identidades culturales pueden comunicarse abiertamente, dialogar entre sí y hasta
influenciarse unas de otras. Sin embargo, en este momento “ha decrecido el uso de
Internet por parte de los ayuntamientos catalanes. Y hay un montón de zonas rurales
pidiendo que la banda ancha desembarque en ellas” dice Àlex Barnet.
Todas estas complicaciones perjudican al desarrollo de la cultura catalana. Por
consecuencia, muchas organizaciones culturales se ven imposibilitadas para realizar
proyectos que representen la verdadera cultura colectiva. La solución está en las manos de
los dominantes, es decir dela Generalitat. Es hora de que ésta le dé a la cultura el valor que
se merecey por ende darle un lugar en la asamblea. El gobierno tiene el deber de respaldar
proyectos culturales que representen la verdadera identidad de los habitantes.
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Organizaciones privadas vs. Organizaciones públicas
Las cuestiones planteadas anteriormenteacerca del futuro de la cultura afectan de manera
directa a las organizaciones culturales queoperan en el sector público y a las que operan en
el sector privado. No obstante, existe una gran diferencia entre ambas organizaciones. Y es
que la administración, apartedeno darleun lugar significativo a la cultura en su legislatura,
todavía sepregunta cuál es el mejor modelo de gestión a implantar. Estos conflictos hacen
más difícil la labor cultural en Cataluña.
Las organizaciones culturales en el sector público cuentan con una continua ayuda por
parte de la administración. Estos organismos trabajan directamente con el gobierno para
garantizar servicios culturales en el estado. Es decir, se encargan de realizar proyectos que
encaren las distintas responsabilidades sociales y que promuevan los valores culturales.
Puesto de esa manera, parece un modelo de gestión magnífico. Sin embargo, como se
explicó anteriormente, la política cultural establecida no es eficaz y no responde las
verdaderas necesidades de la población. Por eso, muchos de los proyectos llevados a cabo
por las organizaciones públicas son incapaces de prestar servicios adecuados y de calidad.
Las empresas privadas pretenden llenar ese vacío cultural creando proyectos que
respondan a las verdaderas necesidades de los ciudadanos; por desgracia, no cuentan con
liquidez económica. Por su parte, la administración, especialmente ahora en tiempo de
crisis, escatima las ayudas públicas en el ámbito de la cultura. Esto hace más difícil la labor
de las organizaciones culturales, especialmente en el sector privado ya que las públicas
tienen primacía.
Otro factor que afecta al sector privado es el miedo que siente la administración a
externalizar los servicios públicos. Temen perder el control, dejar todo en manos de
gestores privados y al final ser los responsables del proyecto. Muchas organizaciones
remedian esto dejando que la junta administrativa dirija rígidamente sus acciones. Esa
disposición termina eliminando la aportación “especializada” y la razón de la
externalización. Por consiguiente, para que la externalización sea fructífera es necesario
que la administración confiéen el trabajo de los gestores privados;esto no quiere decir que
no tenga el deber de evaluar y dirigir las propuestas presentadas organización privada.
La mediocridad de gestión cultural por parte del gobierno afecta considerablemente,
aunque de diferente manera, la labor realizada por ambas organizaciones culturales.
Tristemente, al final, quien sufre las repercusiones de estos conflictos son los ciudadanos.