Seguimos caminando diariamente, buscándonos a nosotros mismos entre las
experiencias que nos entregan la vida y nuestras propias reflexiones.
Seguimos así descubriendo paso a paso nuestra amble naturaleza Divina
manifiesta en la bondad de nuestra alma, también encontramos en este camino
las penurias propias de un ser finito, frágil y terrenal.
La Poesía nos descubre. Nos lleva a las entrañas de las emociones en un viaje
supremo del lenguaje. Así finalmente la Poesía es una dadiva entregada o
hallada por algunos hombres para el enaltecimiento de la vida, el
conocimiento y la cultura.
Dedico con especial agrado esta obra, primeramente a mis amados Padres por
quienes soy hoy en día, también a aquellos que siempre creyeron en mi y en
mis sueños.
Que se abran entonces las puertas del Cosmos.
2. Prólogo
Seguimos caminando diariamente, buscándonos a nosotros mismos entre las
experiencias que nos entregan la vida y nuestras propias reflexiones.
Seguimos así descubriendo paso a paso nuestra amble naturaleza Divina
manifiesta en la bondad de nuestra alma, también encontramos en este camino
las penurias propias de un ser finito, frágil y terrenal.
La Poesía nos descubre. Nos lleva a las entrañas de las emociones en un viaje
supremo del lenguaje. Así finalmente la Poesía es una dadiva entregada o
hallada por algunos hombres para el enaltecimiento de la vida, el
conocimiento y la cultura.
Dedico con especial agrado esta obra, primeramente a mis amados Padres por
quienes soy hoy en día, también a aquellos que siempre creyeron en mi y en
mis sueños.
Que se abran entonces las puertas del Cosmos.
Boris Palma Díaz
Longaví, Chile 2009
Propiedad Intelectual
3. Ausencia
Cuando me retire a vuestra memoria
mi voz será el silencio
mi clamor será la ausencia.
Reposaré en los mudos árboles
en las hojas que cantan al viento,
en la taciturna soledad plantaré mi tienda
y me amarrare al aire, a los recuerdos
navegare en todas las aguas que llore la tierra.
Habrá saciedad de mi en todos los rincones
le marcare el camino al caminar de las luces
seré el sendero de la piedra y la gota
el circulo eterno de la flora celosa.
Viviré en los ojos de los pájaros
en el murmullo de la playa y la ensenada
en el refugio imperecedero de todos los días.
Yo llegue a ser la poesía
y la poesía llego a ser mi espíritu
así como mi espíritu era sol de Dios
y luna de simple hombre.
Nos devoramos insaciablemente y con vehemencia
nos entrelazamos como el bosque y el crepúsculo
discurrimos juntos por el mundo
sembramos fragancia
y abrimos cráteres donde no había cielo.
Si me muero algún día
que se valla el cuerpo a ser tierra y jardín
que se siente el humilde y el niño en mis terrenos.
Ahí mismo deberá estar la casa de mis Padres
un río, un durazno y un ciruelo que floree.
No llores por mi, vida.
Cuando las voces se apaguen y se ausenten
imperara la voz silente
de las palabras que de mi boca rodaron
4. ¿acaso muere el recuerdo
acaso fenece el pensamiento?
Seguiré viviendo en la vos tronadora
de la poesía,
mientras halla poesía
habrá de mi un tocón
vagabundeando entre las estrofas.
No llores por mí, vida
yo estaré durmiendo en una noche mas larga
mas aun así soñare en el sueño de la vida
y seré silencio
y seré lejanía
y seré muda presencia,
y árboles y tierra
y pájaros y cuentos.
Dentro del Cosmos
Miramos la Tierra desde arriba, a ella sola abandonada o acompañada por
Dios, los ángeles reteniendo los vientos u otras esferas a lo cerca o a lo lejos
en el vaso de esa oscuridad. ¿Quién sabrá de nosotros allá afuera y quién sabrá
de Dios aquí adentro? Nos miramos entre nosotros y no entendemos al camina
al lado, nos miramos al espejo todas las mañanas por que él es sincero y no
nos halaga mas de la cuenta, pero no nos reconocemos, ¿quién sabrá de
nuestro corazón allá en nuestra mente y quien sabrá de nuestra mente aquí
dentro del corazón?
Vivo y muero dentro de mi mismo cosmos, Dios y el demonio reclaman sus
territorios en los patios de mi humilde casa y yo no concilio el sueño por el
ruido de la batalla y camino con ojeras abismales en el rostro y no hablo
cuando la hoja me abre los oídos y escucha los sueños y lamentos. Hay un
alma de mujer soplando las velas del barco con aliento de montaña y selva y
sabor caribe y voz tierra.
¿Qué seria de la corbeta fantasmal sin su mar ni las constelaciones?
5. Vistámonos juntos de aire, agua y tierra y algún sentimiento, allí estaremos
armados con la armadura del tiempo para conversar con nuestros hijos
y arreglar el mundo en un saludo. Arreglar el mundo, arreglarse la corbata,
arreglarse los cordones, ¿cuál es la diferencia? si todo se hace con las manos
como un saludo y del saludo nace la mirada y de la mirada nace la sonrisa
y de la sonrisa nace la alegría y de la alegría nacen los recuerdos
y el recuerdo es la sombra de los días eternos.
¿Quién sabrá de nuestro corazón allá en nuestra mente y quien sabrá de
nuestra mente aquí dentro del corazón?
Noche mía
La noche vuela solitaria
vuela solitaria sin acompañante
camina cargada de las huellas del silencio
con la voz apagada de las estrellas
vuela y canta, con su peinado brillante
y bailable.
La noche merodea serena y tempestuosa
entre los terrenos baldíos
y entre los callejones de los gatos
y el vuelo borracho de las polillas,
aquella es la noche
sin prendas claras
desvestida de mascaras blancas
y cabalgares ruidosos.
Ahí va la noche con sus ejércitos amables
con sus tiendas de campaña oscuras
con el emblema de las luces tímidas del día.
Ahí va esa vieja joven
mirando desde las terrazas del crepúsculo
merodeando en cada sombra de los árboles
en cada inseguro pestañeo.
Volando va
y yo voy tras ella desesperado
6. ojeroso, despeinado
con el pijama el cuerpo pegado.
Pero la dejo escapar
pasar a otros lugares remotos
donde se deshace la claridad
y reina callado el atardecer.
Pero la dejo escabullirse entre todos,
a que se amarre a la luna
y sea embestida por la señal plateada
del lucero.
Dejo que dormite eternamente
que dormite y ande sonámbula
a tropezones con las ampolletas
y quemando sus flecos con las velas.
Ya se acerca,
inevitablemente como todos los días
siendo por el grito vaporoso invitada
de las teteras
y por los ojos rojos
de los braseros.
Noche de brazos invisibles
y boca trasparente,
veredas de camas con senderos de sabanas
y calles almohadas,
noche doncella voladora
que corres taciturna
y duermes sin sobresalto.
Los Versos Tristes
Voy a escribir los versos más desgarradores
de esta noche lluviosa,
escribir que en esta mañana
se cae a pedazos la noche
que en esta noche de aurora
7. las celestes luces se apagan
y se caen en los desiertos.
Escribir que mi cabeza sangre llora
que se volaron las piernas
en el pecho un abismo.
Mis ojos son precipicios,
a lo lejos desde alto
se divisan entre ramas
escarlatas riachuelos
de amanecidas amargas
de noches en velo.
Las flores son negras
el cielo es negro
siempre a sido negro
el ayer fue gris
el hoy es negro
el edén fue blanco
mañana quizás no existan los colores.
Hay un hacha incrustada
en medio de dos cisnes juntando las cabezas,
hay un hacha incrustada
y flechas clavadas en las alas.
Voy a escribir los versos mas desgarradores
de esta mañana lluviosa,
están lloviendo piedras afiladas
sobre el techo quebradizo.
Se humedecen rápidamente
las paredes de papel,
una cortina color arandino
encierra ala luz allá afuera.
Llueve y nadie canta,
los pájaros empapados
se esconden en sus nidales.
La tierra saturo sus estómagos
y regurgita el agua que baño su rostro.
8. Sol cobarde
esperanzas cobardes
espíritu tímido y autista
todo es negro para ti
las heridas son negras
la sangre es negra
el cielo es negro
siempre a sido negro.
En esta noche de aurora
se quiebran las estrellas
y muchos ventanales…
caen en los desiertos.
No hay nadie que se mire en ellos.
Porque todo es negro
y se apago la luz.
Ya seremos viejos
Ya seremos viejos
ya seremos viejos y daremos vuelta la cabeza
se sacudirá la escarcha de nuestros lomos
miraremos al postrero pasado
y nos recordaremos de los almendros.
Porque almendros es infante primavera
e infante primavera fue juventud.
Nos miraremos de alto sobre las montañas nevadas
y nos veremos corriendo en la pampa.
Ahí habían muchas silvestres coqueterías
y fotos volando por todas partes.
Ya seremos viejos
y añoraremos este día
las alas de fuego extrañaremos
las patas de guepardo
la cola de pavo real.
9. Antes eran almendras las que caían en el patio
hoy los robles regalan su erudita sombra,
es porque somos viejos
mas viejos que nosotros mismos
cuando jóvenes mirábamos a los niños.
Porque almendros es infante primavera
e infante primavera fue juventud.
Relojes de Sangre
No es ocioso el tiempo que nos carga las espaldas, va sobre
un carruaje de gacelas y leopardos alados, va vestido con trajes invisibles
ya arena en los bolsillos y el cabello cano de plata o hilos de seda. Nació
en la cuna galáctica del espacio besándolo todo y sabiéndolo todo
en si juventud perfecta e infinible. Trajo consigo desde las altas montañas
a la soledad prendida al vestido a la vejes agarrada de las faldas
como una ramera hambrienta de los hombres.
No descansa el tiempo en nuestras tiendas ni dialoga con los reyes
en las esquinas de sus gobiernos, ¿ qué bufón lo entretendrá
y que ladrón le hurtara nuestros años?
Recuerdo muy bien cuando fui niño y niños y nos caíamos en la bicicleta
con mi Padre, recordare también cuando fui joven y navegaba en todos
los mares y en todas las tierras, pero cómo recordare cuando fui viejo
si después el tiempo nos corta y nos dice: “te quiero y hasta luego”.
Y ahí llega el plañir y las flores del cementerio y los discursos
sobre nuestra bondad por que todo muerto es bueno y llegan las consolaciones
de los enemistados y reina el perdón y sojuzga la esperanza
en el cielo o en resurrecciones.
Pero el agua no envejece ni ala aire le duele la espalda
aunque a veces se esconden en los escondrijos, sucios y manchados.
La piedra y el viento nos miran desde su lugar privilegiado
con mirada displicente y lastimosa, en sus conversaciones por la tarde
10. aparece el hombre sobre la mesa del té corriendo y jadeando con lengua de
camello y en la lengua amarrado un reloj y en los parpados sueño y vacías las
manos y un corazón extraño.
Un anciano y un niño se encontraron en esta calle transitada,
se miraron a los ojos apasionadamente y mudas las bocas corrieron juntos
bajo el aguacero, el uno cercano a la ausencia después de la vida
y el otro cercano a la ausencia después de esta. Así se planta, crecen los
duraznos juntos a las amapolas y así nace la humanidad y el cuesco al suelo
para engendrar otro árbol y el esqueleto al suelo para nacer el recuerdo
o el olvido.
Y el tiempo traerá en abundancia barcos repletos de jóvenes e infantes nuevos
caídos de entre las madres, los graneros estarán satisfechos de primaveras
en la ocasión de nuestro otoño y miraremos el álbum de fotografías
para mostrarles a nuestros nietos que no nacimos viejos y fuimos jóvenes
y fuimos príncipes y pisábamos los relojes quebrando las horas
por que todo era fresco rocío y selvático pecho.
El tiempo no nos dirá nada, pasara por nuestro lado callado y sigiloso
como huida de culebra, nosotros tampoco le diremos palabra alguna,
lo miraremos desde abajo y el nos mirara desde los tejados y sus terrazas altas
y caminaremos juntos aunque no queramos y nos amaremos y odiaremos
cada efímero y glorioso día.
Letras y Recuerdos
Voy a inmortalizar a mis queridos
En estos cuentos que escribe la pluma mía
Pluma mía de pájaros del sol
De las aves que emigran desde Júpiter
hasta las correntosas olas del corazón.
Les robare un instante la vida
como un ladrón que les hurta la semilla,
para al tiempo de la siega
retornarles a sus almacenes
una cosecha de recuerdos y tiempo inmutable.
11. Voy a pegar a la hoja a mi Padre
para que no muera
y siga construyendo casas de madera
con un ejercito de topos siguiéndole.
Voy a encerrar con regocijo a mi Madre
en esta piel de árboles
para que no desfallezcan sus brazos
y siga regando las plantas de la casa
con huestes de mariposas el rostro besándole.
Les regalare la vida eterna echa de papel
hasta que bajen cabalgando desde arriba
con fuego y relampagueo santo,
hasta que flameen las bibliotecas
en una llamarada triste y purificada.
Ingresé a través de un libro
en la cámara recóndita de la pirámide,
ahí estaba Napoleón en el sarcófago
estremeciéndose.
Mas regrese con el viento de la mañana
con el espíritu asoleado y moreno,
tome la pluma y la conciencia
para escarbar en el pozo que late
y hallar la sombra de Dios
en un banquete pequeño de primavera perpetua.
Y extendí los tallos de la vida
con la tinta enfrascada en el alma mía
y me vendí al recuerdo que no perece
y me presente delante de la rememoranza
para iniciarme en su juventud pletórica
y ser fruto
y ser luna
y ser siempre.
El olvido es macabro
el recuerdo es vida
los cuentos y esta poesía
12. volverán en la amanecida
antes o después que bajen cabalgando desde arriba
y crepiten los libros
en fogata llorosa y purificada.
Crepúsculo
Existe un tiempo entre el día y la noche
al que llamaremos crepúsculo
también hay guerra o baile entre luna y sol
el día se sumerge en la fuente marina
la noche es un vestido que cae sobre las brazas
los flecos de la vestidura son los atardeceres
cargados de cielo y prisma.
Cargados de cielo y prisma
las gaviotas se pasean entre las gotas
la corbeta blanca va elevando sus banderas
llena de especias y árboles.
Y va tachando la terneza de las aguas
como un Cristo de madera y astiles.
Los peces vuelan en el mar
los hombres nadan en el viento.
Hay un reino mudo que no es el silencio
al que llamaremos profundidad oceánica
y oscuridad acuosa y corales.
La existencia es crepúsculo
el olvido es noche
el recuerdo día
¡hay, cuan poco dura este crepúsculo!
y nos largamos con la noche
y vivimos en nuestros hijos
todos los días
todos los días
todos los días.
13. El Pacto
Hago un pacto con la poesía, aquella que no es Dios ni demonio
aquella que no es el mas alto cielo mi el abismo mas oscuro,
aquella no es esto no lo otro, aquella que no es bondad ni malicia,
ni flor ni escupo. Allá va la vida a presentarse vasalla delante de esta palabra
ella le entregara obsequiosa las entrañas de todas las cosas, también laureles
y espadas de madera y doradas preseas y aplausos y abolengo.
Esta vida le ofrendara a ella su sangre oscura y clara, los ojos de los girasoles
abiertos, el pecho verdoso y la voladora mente de pájaros y tortugas y el
insondable corazón del muchacho que sonríe y llora. Te regalo oh poesía la
fuerza de esta mocedad, la que es de Dios y hoy vagabundeaba por las plazas,
te brindo oh poesía el presente y los días que están guardados para nosotros
mañana, y tu , y tu obséquiame el recuerdo, y tu ,y tu obséquiame la gracia de
toda palabra.
Yo soy la palabra de la piedra y la voz de los árboles, yo soy la exclamación
de la lluvia y el decir de la tierra, yo soy el silbido del viento y el mensaje de
los ríos. Llámenme grito de piel, lengua de la noche. El amor estuvo entre las
espinas. El pan será la estrofa o la prosa, al hambre llamaremos inspiración y
habrá abundancia en los almacenes de mi Egipto y Zafenat- Panea seré
llamado.
Salí nadando del foso vacío con el propio caudal de mis lágrimas, arriba
esperaba el rocío y el follaje con los brazos abiertos de los consoladores y
había también un paraíso pequeño con niños corriendo y mil amores y no
existían hombres buenos pues todos los hombres sólo eran hombres.
Nos amaremos apasionadamente poesía, no mirare coquetamente ni a la
música dulce ni a los maquillados lienzos, para mi la pintura y la melodía
serán sacerdotisas de otros templos. No existirán más besos que los nuestros
en nuestra cama y en el camino que siempre nos llama.
Sólo nos retiraremos cuando todas las voces de todas las almas se ahoguen
en las aguas del frío silencio y nadie alabe ni glorifique a nadie jamás.
14. Translucido
El mismo recorrido de siempre
Amanecer tendido como una tabla
Levantarme siempre hacia el lado derecho
Lavarme el rostro para inundar la sobnoliencia
Que se apodera de los ojos
Con latigazos rojos y casas echas de lagañas.
Me peino el carbón que llevo de pelo
Me miro minuciosamente al espejo
Para reconocerme y odiarme
Para ver que sigo siendo el mismo y no vuelo.
Salgo de la casa rápidamente
Camino por la calle, me saludan yo saludo
Me siento estúpido
Por que me reconocen el mismo
Soy el mismo en esta misma calle.
He sido el mismo durante mucho tiempo
Y no me harto de esta sombra
Ni me arranco el cuerpo
Para ser ángel
O simplemente una luz deambuladora.
Leo un libro y escribo para no sentirme un perro
Me traslado en la góndola de la mente nocturna
A la inexistencia del mañana
Por que ame mi pasado
He muerto en mi presente
Y renazco en un Mayo ya cercano.
Ah, amable y entristecedora soledad mía
Que la distancia fuera un vaso de greda
Para volverlo añicos.
Amados míos, amadas mías
Tan lejanos y silenciosos.
¿Qué diferencia hay con la muerte?
Allá afuera la noche es un teatro
Donde se tejen telarañas con voces y risas,
15. Acá en esta cueva no hay noche ni día
El tiempo se apago como una llama muda
Las ratas se mueren enflaquecidas.
¡Ven a mi Marco Polo
Y llévame con los mercaderes
A los puertos de telas aventureras!
¡Qué por bajo mi catre llegara a Narnia!
¿Por qué me condenaste a ser la soledad?
¿Habrá salario para mi mañana?
El amor rehúye de mí
Como si estuviera arto de mis alabanzas
Me escupe el rostro
Y se marcha doloroso en las caderas
De la mujer.
Un ejército de hormigas
Esta trepando por mi imperio ruinoso.
Es así cada día de esta vida
Caminar por mi pueblo amable
Caminar por la desgracia,
Sigo siendo opaco
Sigo siendo mi propio fantasma
Un translucido animal
Durmiendo sobre los relojes.
Mañana ¿qué habrá mañana
Para esta escritura?
¿Habrá recuerdo,
Habrá buscarla desaparecida,
Habrá extensión de sus días,
Habrá cenizas,
Habrá florecimiento,
Habrá melancolía?
Mañana, qué habrá mañana para este muchacho?
Veo grandiosas puertas abiertas
Veo una luz de rayo de luciérnagas
16. Veo una mano misericordiosa
El rostro de mis Padres acariciando
Veo guerra
Veo a Dios
Veo a Dios,
El vuelve a mirarme
Y hablamos sosegados.
Gobierno Peluche
Se incendian las olas en la hoguera espumosa del mar,
en el aire se ahogan los peces
Llueve hacia el cielo y se anegan las nubes.
Tirita el sol empañando a la luna
Beben arena los sedientos camellos del ártico
mientras despierto sueño
como la alborada se traga a la noche
y un pequeño crepúsculo acompaña al lucero.
El canal de la mancha es mi reguero.
Me atacan enajenados los peluches espinosos
hay maseteros plantados en las flores
lechos que se acaman sobre hombres
versos bosquejando poetas
libros viendo televisión.
Gobiernan los peluches tiránicamente
los árboles corren y orinan a los perros
nadan los gatos, se peinan los gorriones.
Yo que siempre los tuve de aliados
con sus bracitos abiertos
y su corazón blando acendrado.
Ahora todos los seres humanos
en las repisas están arrinconados
pintados de colores y empolvados.
Cuando de reojo miro por la ventana
17. veo murallas de casas
resguardando a una pobre pared,
linternas iluminándose con velas
a letreros en los espejos leyéndose
y a pingüinos tomando café.
Ahí viene el Comandante Peluche Magno
con su ejercito de ojos acerbos,
el tanque peluche y los aviones p-16
¡ de adorno los humanos
a todo quien escuche,
desde ahora y para siempre
gobiernan los peluches!
Ese era su grito de guerra
y ya en toda la Tierra
se supo que eran mas fuertes
por que aunque les sacaran un ojo
se cosían otro a la frente.
Mar níveo
Ah, grandiosas cúspides nevadas
Ah, vastedad del silencio
dominante voz del silencio que merodea meditabunda
en la boca profunda de los precipicios,
invisible cuerpo del aire
que se escabulle por las cuevas del Himalaya.
Ah, tigres y leopardos blancos
flores de loto naciendo en el ombligo de los valles
olores a jazmín, cabellos adornados con almendras.
Ah, crepúsculo hirviente de vítreos colores
las hojas son pájaros que se quedaron para siempre en los árboles.
Miro desde la cima como se extiende níveo mar
de sabias y eruditas montañas
el vacío que silba como una flauta de bambú
18. escritos sánscritos que aletean en el llano cielo
lamas que navegan por los ríos serenos de sus espíritus.
Ah, la vastedad del silencio
aldeanas sonrientes entre terrazas de arroz segando
amando su camino entre ondulados bosques
quizás mañana no nazcan mas y mueran sosegados.
La casa donde nací
La casa donde nací ya no existe
ni el patio de mi madre
donde plantaba flores,
ni los hoyitos donde caían las polcas
cuando jugaba de niño chico.
De niño chico
porque ahora soy niño grande.
Esa casa de tablas delgadas
el paraíso de arañitas grises
la alameda de algunas conocidas lagartijas.
De piso quejosos y crujiente
perdición de mis juguetes
abismos de caballitos y jinetes.
La casa donde nací ya no existe
hay terreno baldío, basura amontonada
o quizás algunas telefonistas
ahí donde estaba mi cama.
Me atormente cuando quebraron sus huesos
y despeinaron su cabellera,
cuando quitaron sus astillosas puertas
y la desnudaron vergonzosamente.
Ya nadie podrá decir en cien años:
aquí nació Boris Palma Díaz
aquí jugaba a la pelota
en estas calles terrosas
19. y ni pensaba ser poeta
porque la pecosa musa
recién se criaba en la ensenada.
De niño chico quería ser químico
para inventar una formula
que diera vida a mis juguetes,
mezclaba jabón con shampoo en la artesa verdosa
y tiraba al remojo a los héroes de goma.
Al final todos desaparecieron
no se si arrancaron o se cayeron
porque los juguetes son raza que se extingue
cuando se vuela la niñez.
De niño chico
miraba con lupa las estrellas
y a las bolitas las acercaba a la ampolleta
para navegar en su adentro vítreo cristalino.
Los ojos de gato
las polcas
y las estrellas
son todas la misma cosa.
Eso era en mi casa
por donde paseaban las lagartijas.
Ahora de niño grande
que soy poeta,
cada primavera me enamoro de las flores níveas
de los ciruelos,
me cansa la amanecida
y no me arto del rutinario crepúsculo
de todas las mismas tardes.
La casa donde nací ya no existe
ni el patio de mi madre
donde plantaba flores,
ni los hoyitos donde caían las polcas
cuando jugaba de niño chico.
20. Todo eso es parte del recuerdo
rebeldía del olvido
como yo, lo seré mañana.
El Bosque Luminoso
En el atardecer de este día
A caminar solo yo iría
Por el bosque de frutos luminosos
Donde la brisa azucarada
S cobija entre los árboles antiguos.
Las hojas, son faroles de colores
En el baile de las flamas
Pupilas del viento.
Los piñones en el suelo
Encandilan a los insectos
Y las almendras centelleantes
Entorpecen a los barcos
Que exaltados buscan tierra.
Les pareciera a los ángeles
Las tierras ver llameando
A las estrellas volcadas cuerpo a tierra
A la asamblea de las luces boreales
Tenazmente debatiendo entre un trajinero,
Pero es solo el bosque,
Pero soy solo yo entrelazado a los filósofos árboles,
Pero es solo la luz de los frutos
Y la coquetería de sus flores nuevas
Que resucitan cada primavera.
Ah, el infinible aroma del crepúsculo hirviente
El batallón de las sombras
Apaga amablemente todas las luces
Se duerme el trajinero
Se silencia el bosque
Se baja el telón de los hombres que imaginan.
21. El Tálamo
Que rico el té con canela,
Acostado en un tálamo inexistente
Contemplando noticias que son de otro mundo
En la tele pequeña que incesante pestañea.
Que rico el té con canela,
Mientras las murallas se desasen
Y los globos caen como piedras
Me sonríen los relojes
Apurando el tiempo
A tus ojos de avellana,
Apresurando la noche
A mi espalda adolorida.
Por que decidí amarte y solo ser tuyo
Decidí crear un mundo
De everest pequeños
Y grandiosas hormigas
Para quedarme en él un rato
Cuando no te tengo
Y regresar a ti,
Cuando la realidad
Sea más dadivosa y florida.
Veo que las puertas vuelan
Y ya no pestañean clavadas a las paredes,
Florece la alfombra
Hurtándole a la noche
El rocío fresco de las afueras.
Es el mundo nuevo
Del inexistente tálamo
Del inexistente reloj guepardo
De las murallas que no son
Y los globos que no se desinflan.
22. Que rico el té con canela
Té verdadero; sabor verdadero
De estas verdaderas noches
Y estos veraces fríos.
Pero, qué es la realidad
Si no estoy contigo
Es realidad sombría
Realidad egoísta y ladrona,
Y allí hállame creando
Balanceándome en los arco iris
Acamandome en el tálamo inexistente.
Paradoja
Es primaveral otoño
Odiar un amor
Amar un odio
Arrebol la noche después del agua
Quemante hielo
Fría pasión
Hay recuerdos olvidados
Tus fotografías son ventanas.
Las hojas secas son del otoño,
Es lluvioso verano
Huir para hallarse
Vivir aquí es morir
Morir aquí es vivir mañana
Ya pronto llegara esa mañana.
Caen las hojas
Más solos los árboles quedan.
23. Mis Diamantes
MIS DIAMANTES
ESTÁN ESCONDIDOS ENTRE ESTAS HOJAS
MIS SECRETOS
ENREDADOS EN ESTA SELVA VERDOSA,
OCULTOS BAÚLES
TESOROS Y PIEDRAS PRECIOSAS.
LAS LETRAS HERMANADAS DE LA MANO
Y LAS PALABRAS TEJIDAS
POR EMOCIONES TRASPARENTES,
ESTÁN ANCLADAS A LA VIDA MÍA
A LOS RECUERDOS
MELANCOLÍAS,
AL HOY EN DÍA
A MIS HOY PLANTADOS EN EL MAÑANA
QUE SON EL FUTURO.
LA RISA Y EL LLANTO DE MI MOCEDAD
SE LA DEBO,
A MIS PROPIAS DECISIONES
FORJADAS EN LIBERTAD,
MAS MI CANTO Y POESÍA SE LOS DEBO AL DÍA A DÍA
QUE DIOS ME DA."
Poesía
LA POESÍA NO BUSCA
LA FAMA
LAS LUCES DE ESTA TIERRA
VESTIDOS ESCANDILANTES
NI JOYAS
NI CELEBRIDAD
A ELLA LE DAS.
24. NO SE ENAMORA
DE GALVANOS
MEDALLAS
DIPLOMAS O CORONAS
DE LAURELES
NI DE APLAUSOS DE SALÓN.
NO SE ACOMPAÑA
DELORGULLO
NI DE VANIDAD,
SOLO BUSCA UNA SONRISA
UN CORAZÓN SEDIENTO
COMO A UNA COPA VACÍA.
DAR A ESTA HUMANIDAD
ALICAÍDA
BELLAS REGALÍAS.
EL PRESTIGIO
EL RECONOCIMIENTO
Y LA ALGARABÍA
SI VIENEN ALGÚN DÍA
COMO AÑADIDURA
SOLO SERÁN RECIBIDAS."
Venecia
“SI SACAS TUS MANOS DE DEBAJO DE VENECIA, VENECIA SE
HUNDE, VENECIA ES AGUA Y ESCALINATAS LLOROSAS,
BARCAS ENFLAQUESIDAS Y RESPINGADAS QUE HABREN
SURCOS EN LAS CALLES DILUIDAS. TUS CALLEJUELAS, TUS
PASAJES RECONDITOS TEMEN AL AGUA, IGUAL QUE TUS
GATOS OH VENECIA VESTIDOS DE TELAS ARRANCAN DE
ELLA.
25. VENECIA ES UNA CUCHARADA DE AZÚCAR HUNDIÉNDOSE EN
EL TÉ DE LOS NAVEGANTES. VENECIA ES MITAD DE SOL,
MITAD DE LUNAS DESASIDAS, VENECIA NO SE QUIERE
AHOGAR MANOTEA CONSTANTEMENTE PARA NO MOJAR SU
CABELLERA.
VENECIA ES UN ÁRBOL ELEGANTE EN LAS ORILLAS DEL MAR,
QUE CUANDO SUBE MARAVILLOSAMENTE LA MAREA SUELTA
SUS GÓNDOLAS HOJAS PARA POLINIZAR PUERTOS LEJANOS.
VENECIA, VENECIA, VENECIA, DE BAÑO ETERNO Y ESPEJOS
ABUNDANTES, QUE EN LA NOCHE LAS ESTRELLAS DEL CIELO
SE TACHONAN EN TUS CALLES."
Lloran las luciérnagas"
Divaga el silencio entre tu lejanía
y mi quietud, hay cobertura de sombras remotas
el viento que peina la tierra
el callado silencio y los cardos invisibles
de tu despedida...en el aire quedaron.
Lloran las luciérnagas en la noche
este atardecer es nuestra negra aurora
¡hay cadenas ensangrentadas!
mujer lejana, con la rosa de nuestro amor
te has marchado
dejando a mi lado
los acres pétalos de recuerdos vuestros
mas nada.
Lloran las luciérnagas en la noche.
26. Si tú te fueras
¡Hay que si te fueras!
nadarían mis pupilas
se mojarían los flecos
de mis cortinas pestañas,
¡hay que si me abandonaras!
se caería mi corazón a la tierra
y un sable frío incrustarían en mi pecho
y grilletes al asecho
abrasarían mi cuello con sus mandíbulas oxidadas
destrozando la manzana
que en él se hallaba,
anudando la respiración
y desviando las aguas
a mis ventanales ojos.
¡Hay si tú no estas!...
te vas aunque tu sombra rebelde
se quede atrás,
te vas regalándome tu espalda,
perdido yo en mi propia casa
desollado
en la boca un desierto
mi frente sangre llorando.
Luna punta de uña
Ronda en las noches
un dedo invisible
de fondo de estrellas,
solo su uña de candelabros
brilla en su punta teñida
de esmaltes dorados.
La luna es punta de uña
en Mayo,
punta de uña de Cleopatra
27. punta de uña de Julieta y de Cenicienta
antes de las doce.
Solo de la noche
se ve la punta de su dedo
como una sonrisa de dientes brillantes,
es la luna enflaquecida
invisible
es la luna de orillas,
la mitad de un anillo de compromiso
con el alba.
Es un plátano solitario
en la frutera de la noche
salpicado de uvas estrellas
en un mantel de color arándano.
Lobo Subceleste
"Eres un fuego estremecedor, una llamarada vibrante, eres temblor y
cosquilleo exquisito venido de la lejanía. Eres una paloma transparente
emigrando hacia los cabos del mundo, hasta una tierra angosta y elegante. Tus
palabras rosadas zarpan hacia el sur en navíos de energía pura, trazando en el
océano una estela de cuásares subcelestes.
Hablar de ti es hablar de un sueño desvestido sin piel, sin envoltorio sin ropaje
subyugado por el tiempo. Hablar de ti es referirme ala mañana deseosa que
burbujea y destella centelleante tras las montañas oscuras.
Creo que somos dos hojas distantes bailando en la noche primaveral, en la
oscuridad espesa y abrigadora después del día. No se si las luces flotantes se
acercan, o si esta esfera azulada se mueve a ellas cuando bailamos, cuando
volamos tomados del viento, del mismo aire amarrados.
Eres la lejanía más cercana, una flecha de Luna hundiéndose en mi corazón,
eres infinita, libre avecilla en vuelo perpetuos que danzas junto a un joven
leopardo bajado del crepúsculo. Somos dos gotas ahogándose en este mar,
trazando en el océano un hilo vítreo o una estela de subcelestes cuásares."
Dedicado con cariño a mi compañera de letras y colaboradora en el arte
Lorena Barragán.
28. Amor inmaterial
Si fueras muda, te amaría, te seguiría amando, si te desarraigaran los ojos, aún
así te amaría. Aunque podaran tu cabellera extendida y te robaran las cejas y
cortaran las pestañas... te amaría.
Si fueras avecilla del campo, flamenco o alondra, si tu canción entonara una
mariposa nocturna borracha de luz...también te querría.
Si la vanidad se vistiera de ti, si se quedase con tu pequeño envoltorio y
asaltara tu cuerpo de virgen...la rechazaría, la abandonaría hasta que muriera
ahogada.
No amo tu pelo quieto y solitario, amo como le haces danzar ondulante y
primaveral.
No amo tus pupilas tímidas ni inmovibles, amo como las haces tiritar
flotantes, como rotan en el sistema de tus ojos.
No añoro tu boca de miel, tus labios rosados no los quiero si no exhalan tu voz
de cristales quebradizos tus campanales trisados. Amo tu adentro, tu fondo
oscuro y luminoso, tu copa de rojo femenino, los puentes hilados de tu cabeza.
Si fueras calva te amaría y si tu figura abstracta se mezclara con el viento, aun
te querría Valentina.
29. Barca terca, velas de seda
Intente imaginarme con otra mujer, pero ni ella ni aquella me alegraron el
mañana ni de tu recuerdo me desvistieron. Intente clausurarte el paso a los
bosques de mi mente, confundir mi amor con caminos y laberintos
enredadisos, pero cómo arrancarme del aire y esconderme de la Luna?
Trate de embaucar a mis sentimientos, de persuadir a los ojos de mi mente a
que pasaran por alto tu incontrolable imagen. Ni un día soportaste en la celda
del olvido. Tus jóvenes alas revolotearon con frenesí aunque tú no querías ni
yo lo pretendiera. Si deseas mi olvido pues inventa otro tiempo que este
tiempo no me sirve, pues crea otra lejanía que esta lejanía no duele nada.
¿Cómo deshacerme de mis huellas y esconderme de mis propios ojos?
Ni un día soportaste con las alas amarradas en la celda de mis despedidas,
vuelves barca terca velas de seda, regresas ave pequeña, te vas, pero quizás a
las puertas está el amor.
Papeles Rojos
Mujer, en el camino subterráneo
ofreces papeles rojos
tendiendo tu mano y cediendo tu sonrisa
con ella iluminando el oscuro camino
bajo los caminos
bajo los ruidos
y bajo la luz,
tú, rostro sonriente
cabello amable
quieto porque en el camino subterráneo
ni el viento merodea intruso.
Solo hay polillas y algunas goteras
y gente que vende,
y tu mano extendida
que ofrece papeles rojos.
30. Parpadeando o durmiendo
¿Dónde esta el tiempo que se escapo de entre los relojes,
qué es de la vida que hemos dejado atrás mientras avanzamos por la calle,
qué es esta soledad amable y traicionera que se pega al cuerpo
como una piel invisible y un aire inexistente,
dónde estas tu y dónde estoy yo entre tantas divagaciones?
Será que estas en la mente o en algún otro lugar entremedio del mundo
perdida o conversando con algún conocido que no es mi conocido
llorando a carcajadas o riendo a mares sola o con el viento parpadeando o
durmiendo.
Besos bajo la lluvia
Me sentí más vivo que un niño, cuando las calles recorrimos bajo la lluvia,
éramos dos árboles vagabundos buscando el amparo de otros mudos árboles,
pero las nubes nos siguieron en su danza brumosa y tres gotas en tus ojos
cayeron y yo bebí de ellas al rodar por tus mejillas y después entre en tu boca
para beber tu aliento. Nunca ame tanto la oscuridad y desprecie tanto a la
gente, al amparo de tu abrazo, ¿quienes eran aquellos fantasmas que
discurrían por nuestras calles? y ¿quienes fueron aquellas sombras que nos
despertaron de nuestro Reino del Silencio?
Empapado te bese, empapada me besaste y también el agua y nuestros
juveniles rostros se besaron y nuestras lenguas bailaron en el remolino de
nuestras bocas. Fuimos dos flautas por donde entro el viento de la noche para
tocar melodía de pasiones en las veredas del pueblo. Los perros nos ladraron y
nos aulló el tiempo con su cara quieta y sus labios presurosos, ya la despedida
se acercaba como una naranja madura y se desclavarían nuestros cuerpos en la
esquina de la discordia, tú preocupada por los ojos que siempre rondan, yo
mas vivo que un niño con su góndola por esta mi pequeña Venecia.
En un miércoles lluvioso.
32. El Libro, el Túnel y los Jazmines
Ya era tarde. Los candelabros de la antiquísima biblioteca resplandecían
opacamente entregando una luz amarilla crepuscular amable y sosegada. El
bibliotecario había cerrado las puertas del recinto sólo unos pocos minutos
después de que se retirara un hombre de traje negro, camisa blanca y corbata
verdosa que hojeaba y olía los libros incesantemente. Un silencio reposado se
suspendía en el aire. La noche era tan similar a las otras noches, los mismos
libros en los mismos estantes, las mismas sillas ocupando las mismas mesas
circulares que se mantenían desde la inauguración décadas atrás. Sólo algo le
resulto diferente al bibliotecario, un libro distinto en el mueble de la pared.
Era un ejemplar antiquísimo, prolijamente empastado, sus tapas color
caramelo mostraban un dibujo en relieve de un valle profundo y cautivante.
Las hojas eran de un color de amarillo intenso olor a jazmín, grabadas con
letras oscuras de algún dialecto desconocido. Tal libro nunca estuvo allí, el
abuelo intrigado trataba de recordar y analizar el inventario, una y otra vez
llegaba la conclusión misma: ese extraño libro no formaba parte del registro.
Cuando lo tomo del mueble sintió un pequeño estremecimiento en el piso de
la biblioteca, el mueble crujió, se desplazo levemente hacia la izquierda. Una
luz relampagueante de color verde escapo des de atrás del mueble como si
saliera de la misma pared de concreto. El hombre se perturbo, con un esfuerzo
implacable logro desplazar el pesado mueble y mirar atrás de él, una
elegantísima cortina sedosa cubría el espacio del mueble en la pared, en ella
estaba bordada la imagen de un imponente y grandioso árbol tras unas
lóbregas murallas. El bibliotecario no se detuvo mucho en la belleza
insinuante de la imagen, levanto la cortina, tras esta encontró un agujero
hexagonal que profundizaba en las entrañas de la pared. Cuando miro por su
boca ancha sintió de inmediato el mismo olor a jazmín de las hojas del libro.
Ni siquiera se do cuenta cuando ya se hallaba ingresando en el túnel, camino
en línea recta por unos cuantos minutos hasta que se topo con una puerta, en la
cerradura estaba la llave como si lo esperara desde hace tiempo impaciente.
Cuando abrió la puerta sin ninguna dificultad, una luz blanca de alborada lo
recibió centelleante y poderosa. Al salir del túnel vio delante de él el dibujo de
las tapas del libro materializado en un abismal valle sembrado en jazmines. El
cielo resultaba de un color amarillento y flameante como las llamas de una
hoguera al aire libre. El abuelo camino por un sendero tejido entre las flores
mientras pequeñas luces esféricas discurrían por todos lados. El sendero lo
condujo finalmente a una silla mecedora tallada en roble, se sentó en ella para
hallar en el descanso la comprensión a cada uno de los sucesos que estaba
33. viviendo. Una brisa con gusto a miel paseaba por cada rincón del verdoso
lugar. De repente notó en las alturas que bajaba en presurosa carrera un
gallardo león de cabellera oscura, el felino siguió corriendo hasta llegar
delante de él. Cuando estuvieron frente a frente, el animal abrió su magno
hocico……
En la mañana el bibliotecario despertó tendido sobre el mesón en el cual
atendía en la biblioteca, junto a él había un pañuelo de seda, un jazmín y un
gato lamiéndole el rostro.
Las nueve Celestelias
La nave salía de la atmósfera terrestre, el manto de nubes y el panorama azul
que a la Tierra envolvía sólo eran un poco más altos que el polvo del suelo que
pisan todos los hombres. Diez tripulantes en diez asientos remozados para la
ocasión, la nave ya antes había sido utilizada para el traslado de diplomáticos
desde y hacia Marte cada un año terrestre. No recuerdo muy bien el año, a
nadie le importaba el tiempo ni las fechas. Para ese tiempo el planeta de los
hombres había sido íntegramente esterilizado, la radiactividad eliminada, la
temperatura normalizada, el deshielo controlado, los mares filtrados, la
totalidad de los grandes terrenos fueron sometidos a 49 años de descanso.
Luego se reutilizaron para el sembradío y cultivo de alimentos y nutrientes. La
Tierra se transformo en el invernadero del sistema solar, sólo residían el ella
los encargados del trabajo agrícola y los reservistas del Despacho Mundial.
Cuando la nave paso junto a Marte notamos el alboroto del lugar, el centro
económico y comercial del sistema cayó en crisis tras los impases territoriales
con el vecino Tylo. Los grandes políticos y comerciantes desarrollaban sus
labores en Marte, así también la gran masa de trabajadores eran empleados de
estos magnates. Todos los días debían viajar desde las lunas Jupiterianas hasta
el planeta rojo las actividades productivas.
Después de cruzar sin imprevisto el anillo de asteroides llegamos a Júpiter.
Atravesamos las doce capas gaseosas que envuelven a bet-nimra, el pequeño
lugar sólido ubicado al centro del planeta. Allí los cielos y los ríos resultan ser
de todos los colores que forman el espectro, los árboles son tan grandiosos que
alcanzan a cosquillear las primeras nubes cristalizadas de la noche. Mañana se
ocultará la Tierra tras su luna, en bet-nimra florecerán las nueve celestelias
que jure para el cabello de la novia. Una flor en cada frasco, nueve flores para
nueve frascos para nueve asientos remozados y claro, yo que retorno al
planetoide donde me espera mi amada.
34. Jairo y la Princesa subterránea
Jairo la vio caminando con la mirada pegada al suelo como si rehuiera de
alguna forma, voluntariosamente la vista a las personas y a su entorno.
Caminaba esta niña con una simpleza y agilidad propias de las abejas, su edad
no superaba los 18 años, rubia de pupilas penetrantes, nariz aguda y caderas
ondulantes. Vestía casi andrajosamente unos pantalones deshilachados en los
extremos, zapatillas blancas, polera celeste o fucsia sin mangas, el pelo
tomado. En la sencillez y timidez que despedía irradiaba también un
magnetismo seductor y embriagador que amarro a Jairo hasta los talones.
No pensó en nada, solo en seguirla como si un aire hipnótico aplacara su
conciencia y lo alentara a una excursión desconocida. Jairo la siguió
silenciosamente por las calles de la ciudad, avanzo tras ella temeroso y
valiente escondiéndose tras los árboles y los edificios.
La niña llego caminando hasta un canal de regadío a las afueras de la ciudad.
Entro en él descalza y a medida que avanzaba, su cuerpo se iba sumergiendo
paulatinamente dentro de las aguas. Se fue hundiendo hasta que su cuerpo se
hundió completamente. Jairo espero verla salir, pero enorme fue su asombro
cuando noto que pasado ya un largo periodo la niña aun no regresaba.
Entonces entro al canal de la misma forma en que anteriormente la niña lo
había echo, poco a poco se fue hundiendo, a cada paso se hundía más y más.
Cuando ya no pudo contener la respiración sintió que las aguas iban quedando
sobre su cabeza suspendida. Parecía que se hallaba bajo el canal y bajo toda la
tierra. Cuando logro apreciar con mayor claridad su entorno, noto maravillado
a su alrededor bellas construcciones en piedras preciosas, casas de jade y
amatista, calles de crisol y esmeralda. Cerca de aquello vio a la niña completa
y elegantemente desnuda sobre una gigantesca flor celeste, y junto a ella se
encontraba un hombre de traje negro, camisa blanca y verde corbata,
leyéndole un libro. Entonces Jairo se sentó y se quedo ahí para siempre
apreciando aquella imagen.
Fin