Meschiati Teresa

Meschiati, Teresa Celia
Legajo Conadep Nº 4279
TESTIMONIO DE TERESA CELIA MESCHIATI
Sobre el campo de concentración "La Perla", Córdoba-Argentina
Origen CONADEP
Actor N° 004279
Ficha: Liberado
Datos Personales:
Apellido: MESCHIATI
Nombres: Teresa Celia
Fecha de Nacimiento: 04/07/43
Datos del hecho:
Fecha: 25/09/76
Lugar: Vía Pública
Liberada el 28/12/78
Datos del Centro Clandestino de Detención:
Nombre: La Perla
Nombres de detenidos: Rene Salamanca, Máximo Sanchez, Pedro Jua.......,
Eduardo Requena, Tomás Di Toffino, Patricio Calloway "Bar......, María Graciela
Gonzalez de Jensen, Joana del Carmen Avendaño de Gomez......
Nombres o apodos de represores:
Capitán Acosta, Teniente Primero Ernesto Guillermo Barreiro, Sargento Primero
Luis Manzanelli, Luciano Benjamín Menéndez, Ricardo Lujan o Lujan YAÑEZ
alias "Yanki" (civil), Secretario General de ATSA-Córdoba (Sánchez o Juárez)
Duración de la desaparición:
2 años.
Datos Actualizados:
Apellido: Meschiati
Nombres: Teresa Celia
Dirección: Refugiada en Ginebra - Suiza.
(*) "Nina", "Cacho" Alvarez, "Walter" Magallanes, "Federico" Ramírez...,
Honores Luis, Aguero Fdo. F., Aredes Rosario, Andrés Lucio Ariza, Apontes
José Antonio, Brizuela José Nicolás, Romero Raúl, Reyes Oscar, Oria Elber,
Galván Juan, Graieb Mario, Bustillo Ramiro, Casal Jórg..., Cafferati Juan,
Coldman David, Crus Peire Carlos, Casal Miguel, Ferrari de Suárez Silvia,
Monaco Luis, Nardini Claudio, Oviedo, Ortman Pablo, Pache Humberto, Perazzi
Berta, Pilichu, Romanuti Daniel, Reynoso Antonio, "Boliviano", "Joaquín",
"Mateo", "Susana".
info@asociacionnuncamas.org

PACIFICACION
Un poema de Eliahu Toker
"Yo me absuelvo.
Yo, el criminal, me absuelvo de
todos los crímenes que
cometí
y de todos los que
voy a seguir cometiendo
para acabar de una vez con la memoria
de aquellos crímenes. Tengo la conciencia
intranquila porque no terminé
de matar a todos los demonios. Soy
demasiado generoso. Que nadie
mencione siquiera ante mí
la sangre muerta. Yo, ya me la perdoné
y esto es suficiente. Ahogué
la sangre en sangre y ya no existe.
En cambio yo sí existo.
¡Cómo podrían juzgarme a mí, a
mí que tuve en mis manos vidas y bienes de
la gente, de toda la gente:
que era Dios, dueño y señor de
la vida, del dolor, de la
muerte! Sobre todo de la muerte.
Exageran; dicen decenas de miles, puede ser
¿y qué? ¿Cuántos mueren en las rutas
sin sentido? En mis manos sus muertes
tuvieron un sentido: terminar con
el demonio. Yo actúo en nombre de Dios;
mejor que Dios. Yo sé cómo se lo defiende
mejor que él. Como si yo fuera
El. Torturé y maté, ¿y qué? ¿Treinta mil?
¿Sobre veintiocho millones? ¿Uno de cada
mil? ¿Es mucho? Nunca mencionan a cuántos
no maté, a cuántos no
torturé. No me dió el tiempo.
Por eso, nadie puede juzgarme salvo
yo mismo. Estoy más allá de la vida:
vivo en la muerte. Soy -¿fuí?- dueño
de todos. Sé destruir a un hombre
atado
con un dedo, limpiamente
con un cigarrillo;
hacer gritar y llorar al más orgulloso

reducir a pura carne dolorida al más
espiritual. ¿Quién puede
juzgarme después de lo que hice? ¿de lo
que me vi hacer, de lo que me oí
mandar hacer? Un hombre es nadie para
mí, con un gesto lo levantan entre cuatro
y se terminó. Por eso nadie puede
juzgarme, ni Dios. Sólo
yo mismo. Y yo
ya me perdoné".
Así pensaban los que decidieron, los que llevaron adelante los Campos de concentración
en la Argentina e hicieron desaparecer a 30.000 personas.
Presentación
Mi nombre es TERESA CELIA MESCHIATI, soy de nacionalidad argentina, nacida el 4 de
julio de 1943 en Capital Federal, República Argentina, con Cédula de Identidad y
Pasaporte N° 5.222.654 y Documento Nacional de Identidad N° 4.739.472.
Cursé mis estudios primarios y secundarios en la ciudad Gral. Belgrano, Partido de La
Matanza, donde obtuve el título de Maestra Normal Nacional en el año 1960.
Desempeñé la docencia durante varios años, trabajando luego como fotógrafa profesional
en distintos medios de la capital.
Mi compañero EDUARDO TOMAS MOLINETE, de nacionalidad argentino, fue asesinado
junto a otras 6 personas, el 9 de marzo de 1977 cuando se encontraban en una casa
llamada "El Castillo", sita en el Barrio Villa Cabrera de la ciudad de Córdoba.
Soy madre de un niño de nombre Gustavo, nacido en Capital Federal el 26 de noviembre
de 1975.
A partir de 1967 soy militante del peronismo revolucionario.
El 25 de setiembre de 1976 fui secuestrada en la ciudad de Córdoba cuando transitaba
por la calle Patria, frente a la iglesia San Ramón Nonato, casi esquina 24 de setiembre a
las 15hs.
Fui tomada del hombro y encañonada en la cabeza, por un individuo que portaba una
pistola calibre 45mm y una radio portátil, que transmitía todos mis movimientos. Esta
persona, era el comandante de gendarmería, de apellido QUIJANO (alias) "ANGEL".
Para secuestrarme, se había montado "una ratonera" en una casa de un barrio vecino y
también en la puerta de la iglesia.
Es por esta razón, que en el procedimiento participaron aproximadamente 30 personas,
que llegaron provenientes de la vivienda mencionada arriba y aquellos que ya estaban en

el lugar.
Varios de ellos me reducen violentamente, golpeándome en la sien izquierda con la culata
de un arma, tirándome al piso y atándome los pies y las manos a la espalda. Me
transportan suspendida en el aire, a uno de los varios coches estacionados en el lugar,
colocándome en el suelo trasero de un vehículo.
Se cuidan bien, de que mis zapatos y mi sacón no queden tirados en el suelo.
El suboficial primero LUIS MANZANELLI me dice: "perdiste Tina".
El único testimonio de mi paso por ese lugar fue la mancha de sangre que quedó en la
vereda.
El personal que participa de civil en mi secuestro, es miembro del Destacamento de
Inteligencia 141 "General Héctor A, Iribarren", en especial la 3ra. sección de Operaciones
Especiales OP3 La Perla (oficiales, suboficiales y personal civil) y "números", llamado así
al personal de otras unidades del III Cuerpo de Ejército.
Nombre de algunos de mis secuestradores:
Teniente Primero JORGE EXEQUIEL ACOSTA
Teniente Primero ERNESTO GUILLERMO BARREIRO
Sargento Primero LUIS MANZANELLI
Civil JOSE LOPEZ
Civil FERMIN DE LOS SANTOS
Civil RICARDO LARDONE
Civil RICARDO LUJAN o LUJAN YAÑEZ
Comandante de Gendarmería Nacional QUIJANO
Inmediatamente después fui conducida al Campo de Concentración LA PERLA, sito en
las afueras de la ciudad de Córdoba.
Una vez llegada allí, me llevan a una oficina, donde me presentan alrededor de 10
personas, que habían sido secuestradas con anterioridad, (algunas habían desaparecido
varios meses antes). Es el Teniente Primero BARREIRO quien realiza estas
presentaciones.
Al ver que mi actitud no cambiaba frente a "la bondad" de los militares, me llevan otra vez,
suspendida en el aire, a la sala de tortura o "sala de terapia intensiva".
Allí, con los ojos vendados, me desnudan totalmente.
Escucho los murmullos de varios de ellos que me rodeaban. Me atan los pies y las manos
a los barrotes de una cama, quedando suspendida en el aire. Me ponen un cable en el
dedo del pie derecho.
La tortura me fue aplicada en forma gradual, usándose 2 picanas con distinta intensidad:
• una de 110 a 125 voltios que me producía movimientos involuntarios en los músculos y
dolor en todo el cuerpo, aplicándola en la cara, ojos, boca, brazos, vagina y ano.
• otra de 220 voltios llamada "Margarita" que me dejaron profundas ulceraciones que aún
conservo y que me producían una violenta contracción, como si me arrancaran todos los
miembros a la vez, especialmente los riñones, piernas, ingle y costados del cuerpo.
También me colocaron un trapo mojado en el pecho para aumentar la intensidad del
shock.

Esta primera parte de la tortura (que duró hasta las 7 de la tarde) fue acostada boca arriba
y con los ojos vendados.
Los envié a una cita falsa, porque querían que entregara a mi compañero, quien se
encontraba junto a nuestro hijo en nuestra vivienda.
Intento suicidarme, tomando el agua podrida que había en un tacho destinado para otro
tipo de tortura llamado "submarino", pero mi estómago resiste.
Me dejan atada con una esposa metálica al barrote de la cama. Intento sacármela y lo
único que consigo es ajustarla aún más, lo cual hace que mi mano derecha se hinche
enormemente.
Los gendarmes que caminaban por el galpón de vehículos en desuso, son los encargados
de controlarme.
Cuando vuelven mis verdugos, me demostraron en la práctica todo el sadismo de que
eran capaces.
Aquí me torturan boca abajo y ya sin vendas en los ojos.
Salgo de la sala de tortura, aproximadamente a la 1 de la mañana.
Nombre de mis torturadores:
Teniente Primero GUILLERMO BARREIRO
Sargento Primero LUIS MANZANELLI
Civil: JOSE LOPEZ
Civil: JORGE ROMERO
Civil: FERMIN DE LOS SANTOS
Al salir de la tortura, mi cuerpo hervía y tenía la sensación de parecer un "pollo al spiedo".
Posteriormente BARREIRO me tortura en una oficina golpeándome en los riñones con un
palo.
Esta sala era una pequeña habitación, ubicada en el galpón de los vehículos en desuso:
había como único mobiliario una cama de metal con una colchoneta manchada de sangre
y varios trapos o papeles encima. Además se encontraba una batería eléctrica, un tacho
de 200 litros lleno de agua podrida y aceite y numerosas manchas oscuras tanto en la
pared como en el piso.
Luego de esta "sesión" me llevan a una de las oficinas, donde permanezco
aproximadamente 3 días, acostada sobre una colchoneta. Numerosas personas vinieron a
verme, entre ellas el Coronel FIERRO.
En un momento dado, se aproxima el Sargento Primero MANZANELLI, quien es el
encargado de llevarme a "la cuadra", diciéndome proféticas palabras: "Tina, se acabó la
farsa".
A partir de allí, permanezco en esta "siniestra" cuadra hasta el 28 de diciembre de 1978,
fecha en que me permiten residir en el domicilio de mis padres, sito en la ciudad de
Cosquín, bajo el régimen de libertad vigilada.
Durante mi cautiverio, tanto el Teniente Primero BARREIRO como el Sargento Primero
MANZANELLI me dijeron fríamente que iba a ser fusilada. Recuerdo las palabras de
Barreiro: "para que vamos a hacerles sufrir tantas penurias... mejor es mandarte al pozo...
el miedo que podés sentir es cosa de algunos minutos, es todo el tiempo que se tarda en

subir al camión y llegar al lugar destinado a tal fin... después todo se termina
inmediatamente."
Como así también las palabras de Manzanelli: "vos sos pozo, Tina".
Tardo aproximadamente un mes y medio en recuperarme de la tortura.
Mi piel se seca y se cae, tenía marcas de color marrón en todo el cuerpo, salvo las
quemaduras producidas por "la margarita" que me dejaron agujeros.
No puedo ponerme de pie por mis propios medios, no puedo comer alimentos sólidos,
porque los vomito. Tuve además una gran infección en los órganos genitales.
Tampoco podía hablar porque tenía la boca y la garganta reseca. Según decían en el
campo, mi "salvación" se debió a que durante 15 días, bebo pequeños sorbos de agua
azucarada, que permite el funcionamiento de mis riñones.
La persona que realiza mis curaciones, es el doctor HORACIO ALVAREZ (también
secuestrado) con agua oxigenada y jabón "La Perdiz".
A pesar de ser "un cadáver viviente", el traslado no se produce. Intentaré plantear algunas
de las hipótesis:
El Teniente Primero Barreiro, que durante el año 1976 era el jefe de interrogadores en La
Perla y presuntamente (mi responsable), dado que era el único que me interrogaba,
pretendía "exprimir" a cada detenido sacando todo el provecho posible de esa situación
• mediante una conferencia de prensa contra las organizaciones subversivas
• hacerle llegar una carta a mi compañero, a través de mi familia, diciéndole que yo
estaba viva y "colaborando" con mis captores.
• chantajeando a mis padres, ofreciéndole mi vida a cambio de la de mi compañero.
Todas estas instigaciones no se llevan a cabo porque mi compañero es asesinado el 9 de
marzo de 1977 en la ciudad de Córdoba.
Producto de divergencias personales entre el teniente primero Barreiro y el capitán
ACOSTA (jefe de La Perla) en 1977, se suspende mi traslado del 18 de febrero de 1977.
A partir de este momento se alarga mi "sobrevida". Aparentemente se me incluye en un
grupo al cual se pretende "recuperar". Aunque es no excluye, que en setiembre de ese
año, el coronel ANADON (jefe del Destacamento) quisiera definir la situación de los
"negros", color en el que me incluían.
En La Perla había tres grupos: blancos, grises y negros. Para estos últimos no había
ninguna posibilidad.
Producto de una estratagema elaborada por mis compañeros, llega a mi la noticia de mi
traslado (que no se produce) porque el Coronel Anadon no podía "soportar" que un
detenido supiera de antemano su destino final.
El 19 de noviembre de 1977 me autorizan a comunicarme telefónicamente con mis
padres, que vivían en ese momento en la Capital Federal. Nuestro primer reencuentro se
produce el 26 de noviembre de 1977.
A partir de allí, se define un poco nuestra ambigua situación; el contactarse con la familia

personalmente daba una cierta "garantía" de legalidad.
Aparentemente la "recuperación" significaba "volver a la vida normal". Pero también
significaba callar y olvidar todo lo visto y oído dentro del campo de concentración.
A fines de 1979 tramito legalmente ante la Policía Federal de Córdoba mi pasaporte, sin
que las autoridades militares tuvieran conocimiento.
Huyo del país el 18 de febrero de 1980 junto a mi hijo Gustavo.
Una vez en Suiza, presento mi testimonio ante las Naciones Unidas el 1° de Agosto de
1980.
Desde ese momento hasta hoy (diciembre de 1983) no he dejado de testimoniar contra
los responsables de tantos secuestros, torturas, y asesinatos ocurridos en mi país.
Decía en el testimonio presentado ante Naciones Unidas:
"Deseo que mi testimonio sirva para presionar a las FF.AA. y a la Junta Militar,
responsables de los genocidios en Argentina. El pueblo Argentino juzgará en algún
momento de su historia, las atrocidades cometidas. Por lo tanto me constituyo en testigo
de cargo y me pongo a disposición de todos los organismos nacionales e internacionales
que investigan la violación de los Derechos Humanos.
Además responsabilizo a las FF.AA. y a la JUNTA MILITAR sobre cualquier tipo de
represalias que se realicen en la persona de mis padres, residentes en la Argentina en
este momento.
Mi padre CARLOS MESCHIATI, de profesión fotógrafo, de nacionalidad italiana, y mi
madre MARIA ENRIQUETA BARBAGLIA, de profesión ama de casa, fueron sacados de
su negocio d venta de artículos fotográficos sito en Capital Federal, a fines de 1976, a
plena luz del día y ante la presencia de números vecinos; siendo trasladados a la
ESCUELA DE MECANICA DE LA ARMADA donde permanecieron 24 horas
aproximadamente.
La Marina Argentina robó gran parte de sus bienes, que según el militar que dirigía el
procedimiento 'era un regalo para los muchachos'. Posteriormente mi padre hizo la
denuncia correspondiente en la Comisaría N° 40 de Capital Federal, pero su pedido no
fue atendido.
Confío en que la presión internacional y las campañas que se llevan a cabo para
desenmascarar a los verdaderos asesinos del PUEBLO ARGENTINO, sirvan para frenar
otros asesinatos."
También en otros informes que he presentado posteriormente en Suiza he dado mi
posición frente a los hechos.
"La década del 60 marca en América Latina el inicio de profundas transformaciones
sociales bajo el signo del antiimperialismo. En Argentina en particular, la lucha contra el
imperialismo significó la lucha contra las llamadas FUERZAS ARMADAS ARGENTINAS.
El Cordobazo que derrotó al onganiato, la movilización popular que liberó a los presos, el
camporismo, influyeron sobre varias generaciones que creyeron que el triunfo de la
voluntad de los pueblos era posible.

Producto de esas generaciones, somos nosotros y los miles de compañeros que pasaron
por los campos de concentración.
Nosotros, sobrevivientes, tenemos el compromiso de contar lo que hemos visto y vivido.
El compromiso de romper con el desconocimiento de esa realidad destructiva y alienante,
grabada para siempre en nuestra memoria. Nosotros, seguimos creyendo que el triunfo
de la voluntad de los pueblos es posible.
A pesar de que las FF.AA. intentaron pisotearnos con su bota militar, nosotros podemos
demostrar que la resistencia fue posible (dentro del campo de concentración) y hoy,
sumándonos a la lucha que desarrolle pueblo en su conjunto: porque luchamos por una
sociedad basada en la Justicia y no en la explotación del hombre por el hombre".
Introducción
Toda la etapa de terror, muerte y desapariciones vividas por el conjunto de nuestra
sociedad, tiene como protagonistas represivos fundamentales a las Fuerzas Armadas
Argentinas, dirigidas por el Partido Militar e inspiradas ideológicamente en la Doctrina de
la Seguridad Nacional.
Cabe recordar al respecto "El Acta de la Revolución Argentina" que comienza por
describir el estado de desintegración total de la nación en términos que recuerdan la idea
del "borde del abismo".
El resultado es que "todo aquello ha creado condiciones propicias a una penetración
marxista sutil y agresiva en todos los sectores de la vida nacional, y ha suscitado un clima
favorable a los excesos extremistas y que pone a la nación en peligro de caer ante los
ataques del totalitarismo extremista" Osiris Villegas.
Esta represión de Estado, desencadenada por la dictadura militar argentina generó miles
de víctimas, represión económica, desocupación, inflación astronómica, inimaginable
deuda externa, entrega del patrimonio nacional y una guerra contra una de las grandes
potencias militares.
A partir del 24 de marzo de 1976, las FF.AA. estructuraron a nivel nacional un sistema
represivo al cual responden EJERCITO, MARINA Y AERONAUTICA, apoyados por el
resto de las Fuerzas de Seguridad:
Gendarmería Nacional
Policía Federal y Provinciales.
En Córdoba, es el III Cuerpo de Ejército el dueño y señor de todo el ámbito geográfico y
político, es quien conduce el proceso. Se basa en su propia fuerza:
Batallones, Destacamentos, Institutos militares.
En Gendarmería Nacional
En Aeronáutica
En la Policía provincial y federal
en el SIDE.

El general LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ es quien conduce todas las actividades
respectivas del III Cuerpo, participando en operativos, combates, reconocimientos y
fusilamientos.
Con las tropas regulares realiza las tareas de control urbano, es decir, operaciones de
rastrillaje, control de las vías de comunicación, patrullaje de las zonas industriales.
También desarrolla campañas psicológicas de propaganda y desinformación al controlar
todos los medios de información orales y escritos.
En cuanto a las tareas de aniquilamiento de la oposición política, gestión de las cárceles,
campos de concentración, pertenecen al ámbito del Destacamento de Inteligencia 141
"General Héctor A. Iribarren".
Antecedentes de la represión en Córdoba
El secuestro y desaparición en Córdoba, tiene sus antecedentes en el año 1974-75 bajo el
gobierno de Isabel Perón y López Rega.
Para esa fecha comienza a actuar un grupo parapolicial y paramilitar bajo el nombre de
COMANDO LIBERTADORES DE AMERICA, similar a otra organización que funcionaba,
sobre todo en Buenos Aires, llamada 3A.
El objetivo fundamental de este grupo que actuaba en Córdoba era "sembrar el terror
negro" entre la población, para intimidar, paralizar y separar así, las organizaciones
populares del pueblo cordobés que cuenta con una larga historia de lucha.
El fundador y principal conductor de este comando fue el capitán HECTOR PEDRO
VERGEZ (alias "GASTON" o "VARGAS"), siendo secundado a nivel de la D2 Servicio de
Inteligencia Policial por el Comisario Inspector PEDRO RAUL TELLELDIN.
Este grupo es responsable de numerosos atentados y asesinatos:
• Secuestro y asesinato de varios miembros de la Familia Pujadas.
• Asesinato de 6 o 7 estudiantes bolivianos
• Voladuras de viviendas
• Voladuras de cuerpos con explosivos
• Muerte de Marcos Osatinsky
• Secuestro y asesinato del soldado Gimenez
• Secuestro y asesinato de EDUARDO JENSEN y otra persona que estaba con él.
• Secuestro de aproximadamente 60 personas entre enero y febrero de 1976

• Secuestro de las hermanas WAQUIN
(contados aparte)
Este comando si bien actuaba con total autonomía táctica, era apoyado por el Coronel
BOLLACINI, Jefe del Destacamento de Inteligencia 141 y por el General LUCIANO
BENJAMIN MENENDEZ, jefe del III Cuerpo de Ejército.
Durante la primera etapa, que va desde el comienzo de la actuación del Comando hasta
la apertura del Campo de la Rivera como centro clandestino (mediados de 1975) los
cuerpos torturados, destrozados o dinamitados aparecían en las calles. El detenido era
ejecutado inmediatamente después de su secuestro.
A iniciativa del capitán VERGEZ se abre el Campo de la Rivera o "ESCUELITA", situada
en el barrio de San Vicente en Córdoba.
El campo de la Rivera era una antigua prisión militar y siguió manteniendo esta cobertura
pública, hasta que a partir del golpe de estado del 24.3.76 su rol pasa a ser secundario,
cuando se inaugura LA PERLA como principal centro de detención.
Si bien el objetivo fundamental del comando no cambió, la necesidad de tener una
infraestructura sólida, es fundamental para el desarrollo del futuro exterminio de toda la
oposición activa y los llamados ideólogos.
LA RIVERA sirvió para que los militares tuvieran al secuestrado vivo durante algún
tiempo. Mediante la tortura cotidiana se obtenía la confesión que permitía llegar a otros y
así comenzar "la cadena".
Los procedimientos eran bestiales, como así la tortura o la muerte.
MANZANELLI decía al respecto "los datos que obtengan de los secuestrados lo anotaban
en papelitos que luego perdían..." o por ejemplo: "que secuestraban gente y no tenían
ningún dato, no sabían qué preguntarle..."
Ya, cuando se desata el Golpe de Estado, el Servicio de Inteligencia había preparado una
larga lista de personas a secuestrar. Empezaron la noche anterior al mismo. El capitán
GUSTAVO VON DIEDRICH y el civil ROBERTO LUDUENA fueron los encargados de la
confección de esta lista.
A partir del 24.3.76 se inaugura LA PERLA, también llamada "LA UNIVERSIDAD", por
contraponerla a "LA ESCUELITA": este lugar estaba reservado para todos los "opositores
activos" (no solamente de la militancia político-sindical, sino también aquellos sectores
que pertenecían a núcleos sociales activos, como el estudiantado, la clase obrera, los
barrios, etc.)
El golpe de Estado inaugura el ingreso total del Ejército en la represión. La Policía que
con la creación del Comando Libertadores de América sumo sus fuerzas al Ejército, pasa
a cubrir un rol secundario auxiliar. Sin embargo continúan operando, manteniendo grupos
operativos e infraestructuras que denominan "chupaderos".
Algunos de sus hombres trabajan como torturadores en LA PERLA, pero poco después

son expulsados a raíz de contradicciones internas. Las excusas fueron "abuso del poder",
"falta de moral" "torturadores sádicos", cuando en realidad la acción represiva que
desarrolla el Ejército fue demostrando su eficacia en el proceso de monopolización del
terrorismo de Estado, relegaron a un segundo plano al Departamento de Informaciones
D2 quien debía informar de sus procedimientos y pasar sus detenidos a LA PERLA.
Uno de sus "chupaderos", llamado "embudo", funcionaba en las cercanías del Dique San
Roque.
Una detenida el mismo día del golpe, fue llevada a LA PERLA y torturada por la policía.
Secuestro y asesinato de varios miembros de la familia Pujadas
Esta familia, compuesta por los padres, varios hermanos y cuñadas de Mariano Pujadas,
muerto en el año 1972 en la Base Almirante Zar, después que intentó fugarse de la cárcel
de Trelew; fue un operativo que realiza el Comando LIBERTADORES DE AMERICA para
intimidar al conjunto de la población cordobesa pero también con el único fin de vengarse
sobre toda la familia de un militante montonero.
En la casa quedan sólo un niño de 11 años y un bebé. El resto fue llevado a una fosa y
ametrallados sin piedad alguna.
Este relato lo contó LUIS MANZANELLI en LA PERLA.
Asesinato de 6 o 7 estudiantes de origen boliviano
Estos estudiantes que vivían en un pensionado en la ciudad de Córdoba fueron
secuestrados y fusilados en la ruta a Alta Gracia.
Ninguna de las víctimas tenía vinculación con actividades políticas, sindicales o
estudiantiles. Sus muertes fueron planeadas como un operativo de terror.
Este relato lo cuenta el capitán JOSE CARLOS GONZALEZ en LA PERLA.
Voladuras de cuerpos con explosivos
En 1977 el teniente Primero CARLOS VILLANUEVA contó que en 1975, participó de las
actividades terroristas del comando más arriba mencionado. Según él nos dijo (y haciendo
el gesto de generar el contacto) voló cuerpos junto a RICARDO LARDONE. Según el
teniente primero, los explosivos eran colocados en la cintura de los secuestrados.
Muerte de Marcos Osatinsky
El civil RICARDO LUJAN o LUJAN YAÑEZ se jactaba de tener la pistola calibre 9 mm
arrebatada al militante Osatinsky (inclusive mostró una una)
Secuestro y asesinato del soldado GIMENEZ
Mientras este soldado cumplía el servicio militar obligatorio, se produjo el asalto del
Batallón 141, donde el ERP redujo a la guardia, apoderándose del armamento.
Gimenez fue llevado en 1975 al campo de La Rivera y ferozmente torturado hasta morir.
Le aplicaron la resistencia de una plancha eléctrica en la cara. Su agonía fue muy larga.

Este relato fue contado por gendarmes que hacían la guardia en dicho lugar, vivamente
impresionados por los tormentos infligidos al soldado.
Secuestro y asesinato de Eduardo Jensen y otra persona
Estas 2 personas fueron secuestradas en la calle, cuando el Comando efectuaba un
"lancheo" en un vehículo (en la jerga militar lancheo significa salir a la calle, para detectar
a los sospechosos).
Eduardo soportó estoicamente la tortura, sin delatar a sus compañeros. El sargento
primero HUGO HERRERA comentó, que fue llevado a un aljibe de Chacra de la Merced,
tirado adentro del mismo, para luego ametrallarlo.
Secuestro de aproximadamente 60 personas entre enero y febrero de 1976
Todas estas personas estuvieron en el Campo de La Rivera. Al respecto el capitán
VERGEZ comentó que una vez ordenó a los prisioneros ponerse en fila en el pasillo de La
Rivera, ametrallándolos personalmente.
Personas que fueron secuestradas antes del golpe de Estado de 1976:
Humberto Orlando ANNONE
Juan CAFARATTI o CAFFERATI
Rene CARO
Oscar Domingo CHABROL
Juan José CHABROL
Eduardo DUCLOS
Hermanos FINGER
Silvia Dina FERRARI de SUAREZ
Sacerdote FOURCADE
Eduardo JENSEN
Soldado GIMENEZ
Daniel KHON
"Nene" LANDABURU
"Negra" LEDESMA
Susana LUNA
José MARTINEZ AGUERO
Mario Alberto NIVOLI
Carlos Guillermo ROTH
Rene SALAMANCA (el día del golpe de estado)
Alicia Noemi SCIUTTO de DUCLOS
Cecilia Beatriz SUZZARA (el día del golpe de estado)
Silvia Graciela SUAREZ de MARTINEZ
Osvaldo Ramón SUAREZ
Gloria Isabel WAQUIN
Norma Eleonor WAQUIN
Ricardo José ZUCARIAS HITT
"ALBERTO"
"ARMANDO"
"NAZI"
"AMIGO DEL NAZI"
"NOVIA DEL AMIGO DEL NAZI"

El capitán GONZALEZ definió "como un error irreparable" el secuestro de las hermanas
WAQUIN, 2 jóvenes que no tenían ninguna vinculación con entidades políticas, sindicales
o estudiantiles. Las delató una persona de apellido RIERA, informante del servicio de
Inteligencia.
Miembros del Comando Libertadores de América
ORGANIZACION PARAMILITAR Y PARAPOLICIAL similar a las 3 A, que operó en
Córdoba a partir de 1975. Responsable de muchos asesinatos, torturas y voladuras de
cuerpos con explosivos.
1. Capitán HECTOR PEDRO VERGES (a) "GASTON" "VARGAS"
Fundador y Organizador del COMANDO LIBERTADORES DE AMERICA.
2. Capitán GUSTAVO VON DIEDRICH ó DIETRICH (a) "LEON"
3. Coronel BOLLACINI (a) "GERENTE" "MONO".
4. Teniente Primero JOSE CARLOS GONZALEZ (a) "JUAN" "JUAN XXIII"
"MONSEÑOR" "QUIROGA"
Luego ascendido a Capitán.
5. Sargento Primero LUIS MANZANELLI (a) "LUIS" "EL HOMBRE DEL VIOLIN"
Ascendido a SARGENTO AYUDANTE
6. Sargento Primero HUGO HERRERA (a) "HUGO" "FERRERO" "TARTA"
"QUEQUEQUE"
Ascendido a SARGENTO AYUDANTE
7. Civil JOSE LOPEZ (a) "CHUBI"
8. Civil JORGE ROMERO (a) "PALITO"
9. Civil JORGE PEREYRA (a) "EL NEGRO" "EL HIJO DE LA TIA"
10. Civil RICARDO LUJAN o LUJAN YAÑEZ (a) "YANKI"
Militares que participaron en la decisión Final: Traslado, Cárcel y libertdad de los detenidos
desaparecidos
• El Jefe del Destacamento: Coronel
• El subjefe del Destacamento: Teniente Coronel.

• Los Oficiales responsables de las 4 secciones.
• 1. Política
• 2. Grupo Calle
• 3. Operaciones Especiales OP3 "La Perla"
• 4. Logística - Servicios y personal.
• Los Suboficiales de la Tercera Sección podían elevar sus propuestas sobre la decisión
final, pero no tenían voto en la decisión.
• Las listas completas sobre las decisiones e informes sobre los detenidos-
desaparecidos del Campo "La Perla" pasaban diariamente al JEFE DEL III CUERPO DE
EJERCITO GENERAL LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ (a) "CACHORRO
• Una copia quedaba en BASE (DESTACAMENTO DE INTELIGENCIA 141) y otra en el
CAMPO LA PERLA ó UNIVERSIDAD
Rol de la Gendarmería Nacional
Su función específica era garantizar la seguridad del campo de concentración ante un
ataque externo o una posible fuga planeada por los prisioneros.
La tarea de seguridad y control la desarrollan a mediados de 1975 cuando comienza a
funcionar el Campo de La Rivera. Ellos cuentan lo sucedido al soldado GIMENEZ, su
tortura y muerte llevada a cabo por el capitán VERGEZ.
En noviembre de 1975 es secuestrado en Buenos Aires, un militante de apodo
"ARMANDO" y llevado al campo de La Rivera. Este compañero fue fusilado junto a
"ALBERTO" (detenido en Diciembre de 1975) y otras 9 personas por el segundo
Comandante de Gendarmería, a cargo de la seguridad en ese momento, en respuesta a
una "supuesta" agresión externa de intimidación, llevada a cabo por ERP y Montoneros.
El personal venía de la Escuela de Suboficiales ubicada en la localidad de JESUS MARIA,
CORDOBA.
Los oficiales habían completado su formación profesional en la Escuela de Gendarmería
Nacional sita en la ciudad General Martín de Güemes (ex Ciudad Evita) (ex Ciudad
General Belgrano) en el Partido de Matanza, provincia de Buenos Aires.
Todos los oficiales habían recibido entrenamiento en la selva de Tucumán, participando
en la destrucción del ERP. Conocen los campos de concentración de esa provincia,
donde habrían cumplido una función de guardia.

Cambiaban semanal o quincenalmente los guardias, cuyo jefe ea un oficial, hasta el grado
de Cte.
Efectuaban también la guardia externa de la Unidad Penitenciaria 1 (UP1)
Cumplieron con su tarea, también en La Perla, desde su apertura hasta su cierre.
En 1976 el Comandante QUIJANO participaba en los operativos de la 3ra. sección como
voluntario.
Durante todo el año 1976 y parte del 77 el régimen era muy estricto:
• presenciaban las torturas
• mantenían al secuestrado en un estado de máxima tensión abusando de la tortura,
sobre todo psicológica
• en algunos casos se pegaba a los detenidos con cualquier pretexto
• una vez obligaron a un detenido a besar las botas de un gendarme
• se observaba a las detenidas cuando se bañaban
• robaban nuestra comida que se guardaban para sí, sabiendo que nuestra estadía allí
era provisoria y que luego pasaríamos a ingresar la larga lista de desaparecidos.
• nos impedían descansar durante las noches, alumbrándonos con potentes luces
• nos mantenían con la cara tapada con una venda que llegaba hasta la boca, poniendo
delante de los ojos algodones para impedir la visión.
• mucha gente debió dormir esposada con las manos atrás.
Desde el momento que el secuestrado llegaba a la cuadra (superada la primera quincena
de recuperación física debido a la tortura y la incomunicación con el resto de los
detenidos), el primer contacto lo hacíamos con el gendarme:
al distribuir la comida
al llevarnos al baño
al pedirle cigarrillos.
En marzo-abril de 1977 un nuevo equipo de oficiales vino a La Perla.
La gran mayoría de ellos no tuvieron hacia nosotros una actitud considerada dura o muy
estricta. Nos permitían movernos con cierta libertad adentro de la cuadra y posteriormente
nos permitieron salir a tomar sol.
Hacer peñas folklóricas durante las noches.
El régimen alimentario mejoró notablemente.
También se nos permitía jugar a las cartas o trabajar en actividades manuales.
Así como la actitud de ciertos oficiales cambio con respecto a nosotros. Por ejemplo
"Carita Prohibida", "Güemes", "Salsita", "Turco" también cambió la actitud de los
suboficiales y gendarmes.

Algunas veces nos explicaban sus contradicciones con el Ejército: debido a sus orígenes
de clase diferentes, como que también fueron sacados de sus actividades específicas
(control de la frontera, lucha contra el contrabando). Eran hombres muy duros y muy bien
preparados. Conocían todos los terrenos del país y eran hábiles baqueanos.
A pesar de establecer relaciones más cordiales con ellos, siempre fuimos considerados
rehenes. La orden que tenían ante cualquier ataque externo o fuga: era matarnos a todos.
Hubo alguno de ellos que no pudieron soportar lo que vieron en La Perla. recuerdo el
caso de un joven gendarme, en que llorando pidió la baja al suboficial encargado. Luego
venía a nosotros y nos decía: "Yo no tengo la culpa, nadie va a perdonar lo que estamos
haciendo".
Esta situación hizo crisis en él luego de un procedimiento llevado a cabo el 26.9.77 en que
fuerzas vestidas de verde secuestraron al matrimonio Iavicoli, que vivían en la Ruta 20 y
Empalme Tanti, Córdoba. Esta pareja fue llevada a La Perla.
Este gendarme en un momento dado se acercó a ellos y les contó lo que iban a hacerle
los militares, que de allí no iban a salir vivos; el personal del Destacamento tenía por
norma desinformar sobre el destino "preparado" al secuestrado (pienso que con el solo
objetivo de no cortar la "posible colaboración" del detenido). Por esta razón "se mentía"
siempre, diciendo que los varones pasaban a la Unidad Penitenciaria 1 y las mujeres iban
al BUEN PASTOR.
El gendarme rompió con esta norma por lo cual fue arrestado o amonestado.
Nosotros pensábamos dentro de La Perla, que si ninguno de nosotros salía para contar lo
que habíamos visto allí, serían los gendarmes los que iban a contar.
No generalizo de ninguna forma esta posibilidad a otros miembros de las Fuerzas de
Seguridad, que también ejercieron la misma tarea de control en otros campos de
concentración.
Rol de la Aeronáutica Argentina en Córdoba
Esta fuerza en Córdoba, no tuvo el mismo rol desarrollado por el Ejército, quien ejercía la
hegemonía sobre la represión, secuestro, tortura y desaparición de personas.
Sino mas bien, ejerció una función de apoyo, realizando tareas de control urbano de la
población, control de las vías de comunicación, etc.
También facilitó las pistas de aterrizaje y despegue de la Fábrica Militar de Aviones, lugar
al que llegaban y partían los secuestrados clandestinos. Este transporte de prisioneros se
hacía en aviones militares.
Facilitó el secuestro del matrimonio GEUNA - CAZORLA quienes eran llevados en los
baúles de 2 vehículos hacia La Perla. Al pasar frente a IME (INDUSTRIAS MECANICAS
DEL ESTADO), el matrimonio logró saltar de los vehículos, pidiendo ayuda a la guardia.

La 3ra. sección de Operaciones Especiales OP3 (quien realiza el procedimiento) muestra
sus credenciales al Mayor WENKS, jefe de la guardia en ese momento quien entrega al
matrimonio a sus captores. Al día siguiente, los familiares de este matrimonio se
entrevistan con el Brigadier BURGOS, Jefe del Area Material Córdoba, ante una noticia
aparecida en los diarios. Este Brigadier dice que el matrimonio secuestrado se llama
LOPEZ y proviene de la provincia de FORMOSA.
Secuestró al soldado MAXIMO JOSE JUAREZ el 14 de setiembre de 1976, quien
realizaba el servicio militar en la Fuerza Aérea, en el Area Material Córdoba. Este joven
fue torturado ferozmente, inclusive llevaba las marcas en su cuello, de un intento de
estrangulamiento, por personal de la Fuerza Aérea. Luego fue llevado a LA PERLA, en la
primer quincena del mes de octubre de 1976, hasta que fue trasladado el 5.11.76.
El padre de Juarez es de origen español, dueño de una empresa de transportes
(posiblemente CACORBA). Fue secuestrado junto a su novia que fue dejada en libertad.
A mediados de 1978, mediante tareas de inteligencia, se logra detectar que una
compañera concurría a la dentista o pediatra del Hospital Aeronáutico, montándose un
operativo para secuestrarla. Las autoridades del Hospital, no sólo facilitan las
instalaciones sino que comprometen al personal, para llevar a cabo el secuestro.
Estructura y funcionamiento del Destacamento de
Inteligencia 141 "General Héctor A. Iribarren"
La sede del Destacamento o "BASE" está ubicada en la calle Teniente General Ricchieri
N° 745, Barrio Martínez, Córdoba. Su teléfono hasta 1979 era: 64720.
La jefatura del Destacamento era ejercida por un Coronel, siendo secundado (como
segundo jefe) por un Teniente Coronel.
Dependía directamente del Comando del III Cuerpo de Ejército sito en el Camino a La
Calera, km. 7 1/2 (5000) Córdoba, bajo las órdenes del general LUCIANO BENJAMIN
MENENDEZ.
El Jefe del Destacamento de Inteligencia, mantenía relaciones periódicas con el General,
al cual le informaba sobre los avances en la represión.
Durante 1976-77 el Destacamento era considerado "la niña mimada" de todo el III Cuerpo,
ya que recaía sobre él, todo el peso de la destrucción de las fuerzas populares.
El general Menéndez, como así también otros generales, vinieron a La Perla en varias
oportunidades, en visitas de inspección.
El Destacamento o BASE se dividía en 4 secciones, cuyo mando era ejercido por un
Capitán o Teniente Primero, teniendo como personal: oficiales de menor graduación,
suboficiales y personal civil adscripto al servicio de inteligencia.
La primera sección, también denominada Política, funcionaba en BASE. Tenía como

función la centralización, la selección de la información y el control de las actividades
sindicales, políticas, estudiantiles, iglesia, soldados, etc. De ésta dependía el Campo de
La Rivera y en el año 1978 Malagueño.
La segunda sección, también llamada "Grupo Calle" funcionaba en una oficina ubicada en
un edificio de departamentos, en la Avda. Colón, casi esquina Gral. Paz, Córdoba. En
diagonal al Jockey Club. Sus teléfonos hasta 1979 eran: 21597 y 38375.
También utilizaba como cobertura, un comercio ubicado en una galería de la calle 25 de
Mayo, frente a la Plaza San Martín, cuyo nombre era COPISTERIA CORDOBA.
La tercera sección de operaciones especiales, OP3, La Perla o La Universidad
funcionaba, principalmente, en el campo de concentración.
La cuarta sección o Logística-Servicios y Personal, funcionaba en BASE.
Campo de La Rivera:
Funcionaba bajo la responsabilidad de la primera sección. Ubicada al lado del Cementerio
del Barrio San Vicente. Allí se llevaban a detenidos de todo tipo. La detención también era
clandestina.
Una vez verificado los antecedentes de las personas, pasaban a la cárcel, salían en
libertad o ingresaban en La Perla. Era algo así como el "paso previo a la legalidad o a su
definitiva desaparición".
Malagueño: Ver en el plano de La Perla
La primera y tercera sección ponen en funcionamiento (durante 1978) unas viejas
dependencias del Ejército, situadas en el camino asfaltado secundario y paralelo a la Ruta
N° 20, frente a la estación de servicio y la ruta de entrada al pueblo de Malagueño.
Objetivo: centro de detención "legal". Servía para aquellos prisioneros que venían de la
cárcel o iban a ella, o aquellas personas evaluadas como "perejiles" (de escaso o sin nivel
de compromiso, pero que estaban dentro de una lista de 1000 "blancos").
Estos blancos estaban confeccionados desde hacía tiempo, por el Destacamento y se
refería a aquellas personas que no habían tomado parte activa en la oposición pero que
habían "alentado" con sus ideas a los primeros.
En Malagueño estuvieron PORTA y el abogado George Rafael entre otros.
La Perla
Ubicación de la misma:
Yendo por la ruta 20, desde la ciudad de Córdoba hacia Carlos Paz, inmediatamente
después de un puente nuevo que permite la entrada al pueblo de Malagueño, sobre un
terreno elevado a mano derecha, se encuentra el campo de concentración.
El mismo es visible desde la ruta, llamando la atención las 4 garitas que lo rodean.
Durante 1979 comenzó a funcionar una unidad de caballería. Aparentemente no se
modificó la construcción, pero sí los aspectos exteriores (pintura, plantación de árboles,
etc.)
Desde el patio externo, era visible la fábrica de cemento Corcemar (llamada Calera de
Yocasina).
Internamente adjunto el plano. Señalo especialmente la "cuadra" (lugar por el cual
pasaron entre 1500 y 2000 personas, con capacidad para 70 personas acostadas en
colchonetas de paja sin separación ninguna, las cuales estaban dispuestas contra las
paredes y en el centro del salón).

Estas 4 secciones "trabajaban" en estrecha y combinada relación. El círculo infernal de la
información, secuestros, tortura y traslados se desarrollaba de la siguiente manera:
Información
La información que llegaba a la primera sección, provenía de otros destacamentos, del
Campo de La Rivera, las cárceles, o la obtenida mediante tortura, arrancada a los
detenidos en La Perla, en la "sala de terapia intensiva", como así llamaban los verdugos a
la sala de tortura.
También las patronales de fábricas, la dirección de Colegios y Universidades y otras
unidades del III Cuerpo, cooperaban en esta "sucia tarea", enviando los dossiers
personales (foto, dirección, etc.) de obreros, alumnos, estudiantes y soldados vestidos de
civil y uniforme, para ser reconocidos por los detenidos en La Perla.
La segunda sección, investiga en "la calle" controlando los agentes e informantes,
realizando seguimientos, indagaciones, interceptando correspondencia y llamadas
telefónicas:
valiéndose en muchos casos de sus relaciones políticas y sindicales anteriores al 24.3.76,
dado que, parte de su personal civil había pertenecido a grupos de choque de la derecha
peronista y
contando después del golpe con su total acceso al aparato de Estado.
Este personal funcionaba "camuflado", usando coberturas de fotógrafos, vendedores de
seguros, vendedores ambulantes, empleados, etc.
Es así como, interviniendo el teléfono del padre de Alicia Hopps de Hunziker en Córdoba,
se logra detectar y secuestrar a la compañera en Buenos Aires.
El suboficial HERRERA pudo secuestrar a una persona, sin que la población se diera
cuenta... "vestido de vendedor de helados y subido a una bicicleta que había sustraído a
la empresa FRIGOR".
Una vez secuestrada la persona, era llevada a La Perla e inmediatamente después a la
sala de tortura. Si la información obtenida no satisfacía a los torturadores, se llamaba por
radio conectada constantemente con BASE, para profundizar la investigación buscando
en dossiers de anteriores detenidos que estuvieran relacionados con este último.
El oficial de turno, encargado de la tercera sección, confeccionaba las declaraciones de
los detenidos (que no eran firmadas) por duplicado (una quedaba en La Perla y la otra iba
a BASE); mientras que las listas de detenidos se hacían por triplicado (una quedaba en La
Perla, la segunda iba a BASE y la tercera era para el Gral. Menéndez).
Luego de centralizar y verificar la información obtenida, se formaban archivos, remitiendo
la misma a la Central de Inteligencia, llamada BATALLON, que recibía similar
documentación proveniente de todo el país; y que una vez computada se redistribuía a los

destacamentos.
Aunque este era el "mecanismo lógico", era corriente en el destacamento, esconder la
información propia, porque el rol jugado por ella, servía para "negociarla" luego, según
como se fuera desarrollando "la guerra sucia" en el resto del país. Barreiro decía "la
información es poder". Los militares sabían también que "a mayor exterminio, mayor
prestigio".
A principios de 1978 se comienzan a sacar de La Perla, los dossiers de todos los
secuestrados, llevándolos a BASE, donde se conservan microfilmados. El capitán CECCI
dijo que él había sido designado para esta tarea, especializándose en la técnica de
microfilm y asegurando la relación BASE y BATALLON.
Operaciones Especiales: Objetivo - Secuestros
Entre los miles de operativos (hasta 15 por día aproximadamente), los militares
secuestraron aproximadamente de 1500 a 2000 personas, durante el período que va
desde el 24 de marzo de 1976 hasta diciembre de 1978, fecha en que se cierra La Perla
como campo de concentración.
¿Dónde y cuándo operan?
De día como de noche, en la vía pública como en las casa particulares, en las fábricas, en
las universidades, en las maternidades u hospitales, en las salas de cine como en los
cuarteles: toda la provincia parecía pertenecerles, como así también sus instituciones y
sus habitantes.
¿Cómo operaban?
Actuaban aproximadamente 20 hombres vestidos de civil, que circulaban en 4 o 5
vehículos robados en la calle o sustraídos a detenidos, en anteriores procedimientos.
Robaban indiferentemente cualquier marca de vehículos, después del Ford Falcon o
Taunus.
En muchas oportunidades se hacían pasar por miembros de organizaciones guerrilleras.
El secuestro se hacía generalmente a cara descubierta, pero algunas veces se
disfrazaban con pelucas, medias de nylon en la cabeza, o máscaras, con el fin de
aterrorizar a la víctima.
Portaban armas de grueso calibre y una radio en el coche comando (donde iba el jefe del
operativo) que se comunicaba:
• con BASE, donde se seguía paso a paso el procedimiento.
• con la policía, que conocía la zona donde operaba el ejército, alejando sus fuerzas del
lugar para no interferir.
Cada vehículo poseía además radios portátiles o walkies-talkies.
El Destacamento recibe a fines de 1977 una orden nacional que intenta "frenar" el
excesivo robo de pertenencias a los civiles.
No es un problema de "bondad" el ejército, sino que el intento está dirigido, por una parte:

a "calmar" a la opinión pública, y por la otra a recuperar la conducción por parte de las
jefaturas, ante la anarquía reinante y el excesivo poder acumulado por los miembros del
Servicio de Inteligencia, en el desarrollo de la "guerra sucia" y por supuesto... lucrativa.
¿Quiénes operan?
El personal del Destacamento, en especial la 3ra. sección (oficiales, suboficiales y civiles
adscriptos) y también los llamados números: que eran los miembros de otras unidades
que no pertenecían al Destacamento. Entre los números célebres se encuentran: el
Coronel ANADON y un hijo del Gral. VIDELA, de nombre JORGE. En todos los casos, los
números se subordinan al mando del jefe del operativo.
La comunicación con BASE mediante la radio ubicada en el coche comando aseguraba
que cualquier "desviación peligrosa" en el procedimiento, posibilitara la aparición de los
"Verdes", llamado así al personal uniformado.
El extenso cautiverio vivido, me permite recordar diferentes y dolorosos procedimientos,
donde participó primero, el Destacamento y luego para "rematar" la situación, llamó a los
"verdes".
Asesinato de 7 militantes en una casa llamada "El Castillo" Barrio Villa Cabrera, Córdoba
(contado aparte).
La manera violenta de aniquilar al enemigo durante 3 años, va evolucionando, dado su
incidencia negativa en el conjunto de la población (uso de armas pesadas de guerra:
bazookas, tanques, etc.)
A fines de 1979, el capitán CARLOS VILLANUEVA, alias "Villagra", "Principito", "Gato"
(que el año anterior había sido 2do. jefe de la 3ra. sección), en una de sus visitas de
control que efectuó en mi domicilio, comentó lo siguiente:
• que había sido ascendido a Capitán, por lo exitoso que había sido el año 79 en su
carrera militar (secuestro de 6 militantes)
• que los procedimientos se hacían más "discretamente"... Se vigilaba a la persona,
esperando el momento oportuno en que ésta saliera de su domicilio, a pasear, a hacer las
compras, o pasear el perro... En ese momento se la capturaba....
La parte final del secuestro consistía en llevar al detenido-desaparecido (que a partir de
ese momento, entraba en la categoría de tal) en el baúl de algunos de los vehículos o en
el asiento trasero, por tierra, la mayoría de las veces golpeado, amordazado o atado...
escuchando por radio "vamos a la Universidad... ya tenemos el paquete".
Ginebra, 20 de Enero de 1984
Informe sobre "El Castillo"
Operativo realizado por el Destacamento de Inteligencia 141 "General Héctor A. Iribarren",
apoyado por fuerzas regulares del III Cuerpo de Ejército; donde son asesinadas 7
personas el 9.3.77 en una casa llamada "El Castillo", sito en el barrio Villa Cabrera de la

ciudad de Córdoba-Argentina.
Me llamo TERESA CELIA MESCHIATI, soy argentina, nacida el 4.7.43 en Capital Federal,
D.N.I. N° 4.739.472.
Fui secuestrada el 25.9.76 en la ciudad de Córdoba y llevada a LA PERLA donde
permanecí hasta el 28.12.78, fecha en que fui dejada bajo libertad vigilada en el domicilio
de mis padres, sito en la ciudad de Cosquín, Córdoba. El 17.2.80 huyo el país junto a mi
hijo Gustavo. Actualmente soy refugiada política en Suiza.
El día 9.3.77 aproximadamente entre 8 y 9 horas de la mañana, un vehículo del
Destacamento circulaba por el Barrio de Villa Cabrera, con la misión de inspeccionar la
zona.
JORGE ROMERO, alias "PALITO", personal civil y ANDRES REMONDEGUI, alias
"CHACHO" antiguo secuestrado, se detuvieron en un bar llamado LOS CUBANITOS.
Dentro del bar se encontraban 2 jóvenes (uno de ellos de apellido CORDOBA), que fue
reconocido por "CHACHO", generándose un violento tiroteo entre ROMERO y los 2
jóvenes que logran huir. Uno de ellos iba muy mal herido: porque había huellas de sangre
en el piso y en la calle.
ROMERO y REMONDEGUI subiéndose al vehículo en que venían, recorren el barrio sin
encontrarlos.
Inmediatamente informan por radio a LA PERLA y a la sede central del Destacamento
llamado BASE, quien decide transformar el operativo (que hasta ese momento era
clandestino) en legal, enviando una patrulla uniformada (en la jerga llamada "los verdes").
Este grupo llega hasta una casona a la cual llamaban "El Castillo", vivienda de
aproximadamente 3 pisos con numerosas terracitas en lo alto.
En este lugar se reunían estudiantes universitarios y personas jóvenes de diversa
nacionalidad, que escuchaban música, cantaban, y hablaban fuerte hasta altas horas de
la noche.
Estas características de la gente que vivía en esta casa, la hizo altamente sospechosa. Es
por esta razón que la patrulla se dirigió directamente hacia la puerta de entrada.
Inmediatamente se genera un tiroteo entre las personas que moraban en la casa y la
patrulla militar. El jefe de la misma informa a BASE llegando al lugar aproximadamente
200 militares fuertemente pertrechados y vestidos de uniforme.
A la cabeza venía el general MENENDEZ quien arengó a las tropas antes del ataque final.
La casa estaba totalmente rodeada.
Estos militares, poniendo en peligro a los vecinos del lugar y a sus viviendas, emplearon
todo el armamento mortífero que poseían )inclusive bazookas, posiblemente de nombre
intarasa), con las cuales tiraron aproximadamente 20 cargas. Inclusive una de ellas pasó
por encima del Castillo y se depositó en los techos de una iglesia vecinas sin explotar.
El Castillo, entre escombros, quedó reducido a la mitad.

El dueño de la casa, de origen boliviano, que no tenía relación política ninguna con el
resto de los moradores, intentó salir por adelante (posiblemente con un trapo blanco en la
mano) pero lo mataron en el acto.
Cuando los "valientes y arrojados hombres de armas" escucharon que dentro de la casa
no había señales de vida... entraron en ella. Cabe recordar que por el campo de
concentración LA PERLA pasaron aproximadamente 2000 compañeros; solamente 3
miembros de la 3ra. sección murieron en enfrentamientos durante 1976 hasta 1979.
Seis de los siete moradores estaban muertos, el séptimo agonizaba. Se trataba de mi
compañero EDUARDO TOMAS MOLINETE. El capitán JORGE EXEQUIEL ACOSTA,
alias "RULO", lo metió dentro de un coche, pero murió en el camino al Hospital Militar
Córdoba a las 13 horas.
El general MENENDEZ, alias "CACHORRO" porque su cara asemeja a la de un perro,
también entró a la casa derrumbada y silenciosa.
Un camarada le había rumoreado acerca de 2 valijas llenas de dólares. Buscando
desesperadamente entre los escombros encontró una. La otra se la entregó un
subalterno.
El general se fue muy contento a su casa... (con las dos valijas). El procedimiento había
sido muy provechoso...
Todo el personal de La Perla que estuvo presente en el operativo "se quejaba" porque
esta vez el "botín de guerra" había sido "recuperado" solamente por y para el general.
En ese momento yo estaba secuestrada en La Perla. Ya a media mañana había mucho
movimiento. Estaban muy contentos. "Husmeaban algo grande". Yo tuve el
presentimiento de que mi compañero podía ser uno de las posibles víctimas. Esperé todo
el día. A la noche se mostraron fotos tomadas a las 7 personas luego del procedimiento.
Eran individuales, recién habían muerto y estaban tiradas en el piso. La de mi compañero
estaba fuera de foco. No lo reconocí. Pero ahí mismo me dijeron que era él. También vi a
CONOCCHIARI, a una linda muchacha que apodaban "la condesa", el muchacho
boliviano y de los otros que no recuerdo su nombre.
También supe que 3 de ellos prefirieron matarse antes de entregarse vivos. Los
encontraron en el baño. Habían escrito con su sangre la palabra Montoneros....
A la semana siguiente la noticia del operativo salió en todos los diarios del país. Me
trajeron "La Voz del Interior" donde pude ver grandes fotos del lugar y de la casa.
También aparecían los nombres de las 7 personas asesinadas con el curriculum personal
respectivo, que fue confeccionado por el Sgto. 1ro. LUIS MANZANELLI en La Perla.
A continuación, el campo se llenó con una gran cantidad de vecinos que en su mayoría
fueron secuestrados de noche y posteriormente fueron dejados en libertad. El paranoico
Capitán CHECHI, responsable de estos procedimientos pensaba que por ser boliviano o
paraguayo y vivir en los alrededores de la casa, bastaba para parecer sospechoso de
encubrimiento.
Posteriormente, a mediados de 1978 ante el capitán JOSE CARLOS GONZALEZ expresé
mi deseo de enterrar cristianamente a mi compañero y hacerle una tumba (hasta ese

momento creía que era uno de tantos NN. El capitán GONZALEZ me informó que su
cuerpo se encontraba en el cementerio de SAN VICENTE y también el mismo capitán
gestionó ante el Registro Civil el certificado de defunción.
A partir de este certificado pude constatar que las 7 personas habían sido enterradas
aproximadamente el 22.12.77. Desde el día 9.3 hasta el 19.12.77 permanecieron en la
MORGUE JUDICIAL de CORDOBA, fecha esta última, en que el médico forense expidió
los 7 certificados de defunción, procediendo a enterrarlos en el citado cementerio citado
más arriba.
Una vez que llegamos al cementerio, pudimos revisar los libros de la semana del 19 al
26.12.77 encontrando los 7 nombres escritos, con una letra y un número de identificación,
que son las que aparecían en un palo en la cabecera del lugar del enterramiento. Mi
compañero llevaba la letra y el número Q 45.
Una vez ubicados los cuerpos enterrados, nos dirigimos a la parte denominada VIEJA del
cementerio, allí vimos la Q 45 y varios enterramientos similares identificados con palos;
los 7 estaban ubicados uno muy cerca del otro.
Posteriormente hicimos construir una tumba que lleva su nombre. La persona que la
construyó, nos informó que en ese cementerio había habido muchos enterramientos de
cadáveres NN (durante 76-77) durante la noche, a cargo del ejército (se rumoreaba que
habían sido ejecutados y llevados allí posteriormente).
Es por eso que pienso que:
1. A través de los diarios de fecha 9.3.77 hasta 25.3.77 se pueden conocer los nombres
de todos los compañeros muertos.
2. A través del certificado de defunción de mi compañero EDUARDO se pueden acceder
a los otros certificados de defunción.
3. Consultando los libros de entrada del cementerio de San Vicente de fecha 19.12 hasta
el 26.12.77 se puede conocer el lugar exacto donde están enterradas las 6 personas
restantes (el procedimiento fue legal y tomó parte la policía)
4. Se puede, a través de este testimonio, llegar a informar al resto de los familiares.
Antes de huir del país, nos fuimos a despedir, mi hijo y yo, de mi querido compañero
Eduardo. En esa oportunidad pude apreciar que en lugares cercanos a su tumba habían
depositado flores de plástico.
Nombre de las 7 personas:
1) Eduardo Tomás Molinete
2) Juan Carlos Connocchiari
3) Carlos Eduardo Antonio Mayo
4) Ada Alicia Juaneda
5) Hilda Inés Olivier de Santilli
6) Víctor (Berroan) (Berman) Salinas Pinheiro
7) "Pepe" Gattavara ?

PLANO DEL LUGAR DE ENTERRAMIENTO DE LAS 7 PERSONAS ASESINADAS
UBICADOS EN EL CEMENTERIO DE SAN VICENTE, CORDOBA (PARTE VIEJA)

Certificado de Defunción de Eduardo Tomás Molinete
Exhumación de los supuestos restos de
Eduardo T. Molinete
(por Alberto Amuchástegui, Página 12, 22 de Abril de 1993)
Lo que debía ser un simple trámite administrativo en el cementerio de San Vicente de esta
ciudad derivó en una nueva investigación judicial por otro caso de desaparecidos durante
la última dictadura militar. Al vencer los plazos para la conservación en tierra de los restos
de Eduardo Tomás Molinete, muerto en marzo de 1977 durante un operativo militar
conducido en persona por el general Luciano Benjamín Menéndez, su esposa Teresa
Meschiati solicitó su exhumación y tropezó con la sorpresa de que en su lugar estaban los
restos de una jovencita no identificada aún y no los de su cónyuge, tal como figuraba en
los registros del cementerio.
Al cumplirse 15 años del entierro de Molinete, su esposa inició los trámites para evitar que
sus restos fueron ubicados en una fosa común. No obstante, ella albergaba ciertas dudas
sobre el destino final de su esposo, por lo cual solicitó a la Justicia la exhumación
correspondiente. Uno de los motivos de sus dudas surgió de los libros del cementerio, que
acreditaba el ingreso del cadáver el día 22 de diciembre de 1977, cuando la muerte de
Molinete había ocurrido en marzo de ese mismo año.

La presentación se realizó ante la Fiscalía de Tercer Turno, a cargo de Marcelo
Sanmartino, quien promovió acción penal por homicidio y solicitó la declaración de
incompetencia del fuero provincial, ya que la totalidad de los hechos vinculados con la
represión militar correspondían a la esfera federal. No obstante, el juez de instrucción
Enrique Martínez Núñez entendió que no podía haber dilaciones y ordenó la exhumación.
Inmediatamente, entre los días 14 y 17 de abril de este año, tres integrantes del Equipo
de Antropología Forense se trasladaron a Córdoba.
Enrique Fondebrider, Alejandro Inchaurregui y Anahí Shinasti trabajaron durante cuatro
días para determinar que en lugar de los restos buscados se hallaban los de una jovencita
de 21 años, aún no identificada.
"El día de su muerte, estaba detenida en La Perla", recordaba ayer Teresa Meschiati. "En
aquel momento, los militares me mostraron su foto junto a seis muertos más para que lo
reconociera y así lo hice. El 28 de diciembre de 1978 fui liberada y viví bajo vigilancia, con
mis padres y mi hijo, en Cosquín. Durante todo el año '79 busqué sus restos porque
quería enterrarlo cristianamente, para que no fuera otro NN. Al principio, tirábamos flores
al fondo del cementerio donde sabíamos que había muertos sin identificar. Nunca vi su
cadáver, sólo un montículo de tierra y un Q 45 -denominación del sector más antiguo del
cementerio-, adonde construí una lápida antes de conseguir asilo político en Suiza",
explicó.
Eduardo Molinete era militante de la organización Montoneros y cayó tras un operativo
militar comandado en persona por el general Luciano Benjamín Menéndez el 9 de marzo
de 1977. Se trató del ataque al "Castillo" una edificación ubicada entre el Parque
Autóctono y la avenida Rafael Núñez, en las inmediaciones del barrio Cerro de las Rosas.
Sólo quedó en pie la planta baja de la construcción: los explosivos volaron completamente
dos pisos. Para ese entonces, Teresa Meschiati ya estaba secuestrada en el campo de
concentración La Perla, de cuyo paso daría testimonio en el juicio a los ex comandantes,
en particular sobre las sesiones de tortura a que la sometió el mayor Ernesto "Nabo"
Barreiro, principal responsable de ese centro de detención.
"La aparición de un hecho nuevo, la sustitución del cadáver, o robo o secuestro del
mismo, nos obliga a investigar si esto suspende o interrumpe los términos de la
prescripción de la acción por el esclarecimiento del homicidio de Molinete, desde el
momento en que hay que determinar cuándo fue muerto y cuándo sepultado. Hay que
mantener la lucha contra la impunidad", sostuvo Amalio Rey, su abogado.
El último acto del drama
El caso de Eduardo Molinete, muerto durante la última dictadura militar y ahora
transformado en un nuevo NN cuando se suponía que estaba sepultado en el cementerio
San Vicente, reabre uno de los capítulos más siniestros de la represión ilegal y que en el
informe local de la CONADEP se describió como "el último acto en el drama de la
desaparición forzada de personas: el enterramiento clandestino de un elevado número de
cuerpos en fosas comunes o individuales en violación de toda normativa vigente sobre
inhumaciones".
En esta ciudad, una ordenanza establece que todo sepelio debe realizarse durante el día,
en cajones y fosas individuales, además de cumplimiento de otros actos administrativos.
Según pudo probarse ante la justicia federal, los entierros clandestinos violaron todas

esas normas, con los principios humanitarios básicos que implicaban.
Con la reapertura democrática, una investigación judicial que contó con la colaboración de
la CONADEP y la Municipalidad de Córdoba permitió esclarecer lo que según las Fuerzas
Armadas había sido "el enfrentamiento de Los Surgentes, en la provincia de Santa Fe", en
el que resultaron muertos siete jóvenes, que luego fueron trasladados a este cementerio y
ubicados en una fosa común. Cuando los restos fueron exhumados, se comprobó que las
víctimas habían estado maniatadas en el momento de su muerte.
Todavía en la actualidad, un sector del cementerio permanece bajo la resolución judicial
de no innovar. Según algunos organismos de derechos humanos, se trata de una enorme
fosa común en la que podrían hallarse unos 300 cadáveres sin identificar.
Tortura en La Perla
La llegada del secuestrado con el bagaje de información que pudiera acumular en su
cabeza (la cual había que sacar por cualquier medio y lo más rápidamente posible), era
considerada como "una fiesta" por el conjunto del personal militar y civil de La Perla.
Todos rodeaban al detenido al cual se interrogaba vendado. Primero se lo intentaba
"ablandar" hablándole del rol que cumplían los oficiales jóvenes como salvadores de la
Patria, o bien se utilizaban golpes de puño, palos, patadas, amenazas, gritos, etc. Durante
bastante tiempo, las paredes de las oficinas mostraron las manchas de sangre seca o
marcas de pisadas.
Posteriormente el detenido era llevado a la "sala de terapia intensiva".
La sala de tortura era una pequeña habitación, ubicada en el galpón donde se guardaban
los vehículos en desuso y donde los militares mataban palomas para probar su capacidad
de tiro.
En esta habitación había una cama de metal, una batería eléctrica con dos salidas
(picana) y un tacho de agua podrida y aceite.
La tortura física principal consistía en la aplicación de corriente eléctrica en todo el cuerpo
utilizando distinta intensidad que iba de 110 a 220 voltios.
También se metía la cabeza del detenido en el tacho de agua podrida. Este método se
llamaba "submarino". Había una variante de este último llamado "submarino en seco", que
consistía en meter una bolsa de plástico en la cabeza con el fin de asfixiar al detenido.
Todo esto se completaba con golpes de puño o de palos de distinto grosor y tamaño, o se
quemaba la piel con cigarrillos.
Si bien la gran mayoría de los militares eran torturadores, en especial se destacó el

sargento primero ELPIDIO ROSARIO TEJEDA, alias "TEXAS", especialista adiestrado en
Panamá en lucha antiterrorista; su método consistía en pegar con un objeto duro en las
articulaciones mientras que profería alaridos para aterrorizar a sus víctimas.
Murió en un enfrentamiento con Montoneros, pocos días antes de mi secuestro. Recuerdo
las palabras de BARREIRO: "vos estás viva Tina, porque no está Texas". El mencionado
"Texas", cuando la gente se negaba a hablar moría en la tortura. Este asesino no perdía
el tiempo.
Mi impresión personal de los torturadores es en general la siguiente:
• Había algunos casos como LUIS MANZANELLI que ponían en práctica una "mise en
scene"; antes de torturar se transformaba, su cara se endurecía y sus ojos se ponían fijos
(asumía el rol). Así como sentía orgullo al decir que "por sus manos habían pasado todos
los militantes de La Perla", también solía decir que en la media hora del día en que se
quedaba solo frente a si mismo, recordaba todos los ojos de los torturados.
• A pesar de que no vaciló en matar a varias de sus víctimas, solía "respetar" a aquellos
con los cuales se había enfrentado (aún en un combate desigual), donde el militante
prefería morir antes que entregarse.
• Otros eran sádicos y asesinos extremadamente feroces como VERGEZ, TEJEDA,
ROMERO, LOPEZ...
• Otros, como el capitán BARREIRO, que era considerado como un interrogador eficaz e
ideológicamente fascista, torturaba desde su ideología vanidosa, arrogante y
autosuficiente: para salvar su proyecto, despreciaba a todos los detenidos por igual.
• Había algunos que realmente nos tenían miedo y que felizmente para nosotros no se
atrevían a torturarnos. Eran aquellos que en la práctica no aceptaban los marcos de la
"guerra sucia". Sus pares que se daban cuenta de esta situación, los consideraban
cobardes y blandos (esta gente no duraba mucho en La Perla).
Pero aún el más asesino sufría las contradicciones de su doble vida. Afuera debía llevar
una vida como los demás seres humanos; mientras que adentro y sobre todo en "la
cuadra" se sacaba la máscara y ejercía su verdadero rol mostrando su cara de
secuestrador, torturador y asesino.
Traslado
Nuestro testimonio que intenta en parte desnudar la naturaleza del método represivo y la
señalización de los culpables, no es un mensaje de muerte, sino un llamado a continuar la
lucha hasta el fin; al relatar los dos largos años vividos en La Perla, intento describir los
hechos objetivamente, sabiendo que el término "traslado" encierra connotaciones de
hondo sufrimiento humano.
Usamos este término, porque es la manera de definir en La Perla: "el movimiento de una
o varias personas de un lugar a otro".

Existían 2 tipos de traslado:
Por derecha: el secuestrado salía en libertad o pasaba a la cárcel. Se confeccionaba un
dossier con sus datos, su declaración, su fotografía y se le tomaban las impresiones
digitales. El detenido firmaba su declaración.
Salía de La Perla en coches o en un camión cerrado y a la vista de todo el mundo.
Se transformaba en detenido legal.
Por izquierda:
1. Secuestrados que estaban de paso por La Perla.
Se refiere a los detenidos que provenían de otros campos y quedaban en La Perla, o
aquellos que siendo detenidos en Córdoba poseían información de utilidad para los
servicios de inteligencia de otros lugares
2. Muertos en la cuadra.
En la cuadra tuvimos que soportar lo inimaginable. El suplicio del camión del traslado, la
tortura física y psicológica que nos infligían nuestros torturadores y el personal que nos
custodiaba, pero lo más amargo era la agonía de los torturados, cuando presentaban los
síntomas irreversibles de la infección que se generalizaba en todo el cuerpo.
Después de aplicar la tortura (mezcla de picana y palos) especialmente en la zona renal,
se dejaba al detenido en la cuadra para su "recuperación".
El torturado consumía en los primeros días, sus últimas reservas orgánicas mostrando un
aspecto saludable, pero inmediatamente venía el derrumbe total.
Fernández Samar murió con toda su lucidez, en medio de horribles dolores, cuidado por
sus compañeros. También María Luz Mujica de Ruarte, Luis Honores, Monjeau, "Rene"
Herminia Falik de Vergara solo dijo "que no entregaba a sus hijos", entonces la
picanearon salvajemente hasta que no volvió a reaccionar. Los militares tenían una cena
de fin de año y querían partir rápidamente. Herminia agonizó sola en la sala de torturas.
Murió la mañana siguiente.
Ana Abad de Perucca no llegó nunca por la cuadra, la mataron a palos en la salita
macabra.
Raúl Mateo Molina murió porque le pegaron una trompada que lo tiró contra la pared.
Susana Luna fue estrangulada por el capitán VERGEZ, alias "Gastón" "Vargas".
Nosotros los hemos visto agonizar y morir, pero sus cuerpos no fueron entregados a sus
familiares. Hoy figuran como desaparecidos
3. Ventilador.
El personal del Destacamento evaluaba que el secuestrado debía aparecer, pero
"muerto", para lo cual se sacaba al detenido (generalmente de noche) y se fraguaba un
enfrentamiento con las "fuerzas del Orden".

En algunos caso el "ventilador" servía como medio para frenar una huelga y en otros para
mostrar que siempre los militantes eran derrotados en el terreno militar.
4. Traslado propiamente dicho.
El último tipo de traslado era el más "ritual".
Se nos obligaba a ajustarnos las vendas en los ojos, a veces debajo de esta se
agregaban algodones. Luego se colocaban biombos de tela blanca a la entrada de la
cuadra y se comenzaba a llamar a los compañeros por su número de entrada o por su
nombre.
En las oficinas se "preparaba" al detenido: se le vendaban los ojos fuertemente, se lo
amordazaba con la boca abierta y se le ataban las manos en la espalda.
Un camión Mercedes Benz esperaba en la puerta (que todos irónicamente llamábamos
MENENDEZ BENZ).
Luego escuchábamos al camión marcharse.
Durante el año 1976 estos tipos de traslado se hacían a cualquier hora del día. A veces
fueron al alba, en este caso el personal de Gendarmería sacaba a la gente hacia las
oficinas en silencio para no despertar al resto. Luego, la guardia nos obligaba a juntar las
colchonetas que quedaban perdidas en el gran espacio de la cuadra.
En febrero de 1977 salían 3 personas por día a las 4 de la tarde. A fines de 1977 se
realizaban mucho más distanciados en el tiempo (aproximadamente una vez cada 15
días).
En La Perla siempre hubo 2 constantes:
- Nunca se nos permitió ver partir a la gente.
- Siempre que Menéndez venía de visita de inspección a La Perla, hubo este tipo de
traslado.
Las personas que decidían acerca del "destino final" de los detenidos, llamado así a los
dos tipos de traslado eran:
El jefe del Destacamento: Coronel
El subjefe del Destacamento: Teniente Coronel
Los oficiales responsables de las 4 secciones: Capitanes.
Los suboficiales de la 3ra. sección podían elevar sus propuestas sobre el destino final,
pero no tenían voto en la decisión.
El general Menéndez fue el creador del maquiavélico "pacto de sangre", que
concretamente significa: "todas las manos sucias, de igual manera, no podrán declarar,
porque el castigo se reparte y sobre todo las bocas se cierran porque están
comprometidas".
Es por esta razón que, a partir de 1977 se decidió comprometer a todos los oficiales y

suboficiales en los "destinos finales de los secuestrados".
Si bien considero que hay que juzgar a todos los responsables, pienso que quienes deben
responder y tienen la respuesta son los general Menéndez, Centeno, Maradona, Sasiain;
los coroneles Bollacini, Fierro, Anadon; los capitanes Vergez, Barreiro, González, Acosta,
Dietrich...
La suerte corrida por los 2.000 compañeros que pasaron por La Perla y que en su gran
mayoría están desaparecidos, es responsabilidad de la oficialidad del Destacamento de
Inteligencia 141 y la jefatura del III Cuerpo de Ejército, quienes son los que decidieron
"fríamente" sobre este tipo de traslado.
Numerosas conjeturas se tejían alrededor de este tema:
las carpetas de viejos desaparecidos, que despojados de su dossier que quedaba en
BASE, se usaban (en un plan de economía) para nuevos detenidos, figurando en la tapa
el nombre de la persona y al lado la sigla QTH fijo; que en lenguaje militar significa
muerto.
A María Graciela de los Milagros Doldan (también secuestrada) le hicieron 2 simulacros
de traslado. El capitán Barreiro y el sargento primero Manzanelli la llevaron hasta el
camión y le hicieron retroceder, diciéndole que era una broma. La tercera vez fue el
traslado verdadero. Hoy figura como desaparecida.
Si bien este tema era "tabú", y solamente se conversaba en voz baja, con algunos
militares y personal civil, que no "aguantaba" tamaña responsabilidad y por esta razón
preferían emitir sus opiniones, o aquellos "enloquecidos por el triunfo militar" que no
vacilaban en decir, que todos teníamos que morir porque éramos "los agentes del mal" y
que ellos habían vencido en "la guerra santa".
Yo soy testigo de dos conversaciones sobre este tema:
la primera:
A mediados de 1978, estando presentes el teniente primero Villanueva, el suboficial
mayor Vega, los sargentos Aytes Ríos y Padivani, y el civil Yañez conversaban sobre el
suboficial que arrendaba los campos vecinos a La Perla para sembrarlos. La jefatura del
III Cuerpo no quería renovarle el contrato. Este señor, a pesar de plantear su desacuerdo
con la mencionada jefatura, prefería esta resolución... "porque mientras roturaba la tierra,
había encontrado restos humanos" (marcado en el plano de La Perla como /// )
la segunda:
Poco tiempo después, cuando vinieron algunos miembros de organizaciones
internacionales a investigar los hechos acaecidos en Córdoba (posiblemente septiembre
de 1978), el teniente primero Villanueva comentó: "no me interesa que venga esta gente,
porque nosotros levantamos una montaña con topadoras" (marcado en el plano de La
Perla como IMAGEN)
A mediados de 1978 (cuando Videla pasa a retiro) envía una circular "suspendiendo" los
traslados por izquierda... parra aquellos considerados como "perejiles" (personas de
escaso compromiso). Conservando, sin embargo, este destino para los militantes

"dirigentes de organizaciones".
Como ex-desaparecida, víctima de la represión de estado, desencadenada por la
dictadura militar argentina; me sumo a la lucha que lleva adelante el pueblo y sus
organizaciones dedicadas a desentrañar, esclarecer y juzgar a las FF.AA., responsables
del genocidio ocurrido en mi país.
La "aparición con vida" es símbolo de toda esta lucha. El seguir luchando "hasta
encontrarlos" significa para mi, una enorme responsabilidad y un compromiso moral hacia
mis compañeros que partieron con rumbo desconocido, en un camión Menéndez Benz.
La Cuadra
El método central de los militares en los campos de concentración consistía en destruir al
individuo, amputándolo del contexto de la realidad, de "la normalidad humana".
Es decir, que una vez que cesan los derechos sociales( derecho que posee cada persona
en tanto que miembro de la sociedad), el secuestro quedaba totalmente solo, frente a una
maquinaria que se presentaba poderosa y omnipotente, inmerso en un mundo donde
reinaba la locura y siempre al límite de la resistencia física y mental.
¿Qué es un detenido-desaparecido?
Es una persona llevada a la cuadra (local de aproximadamente 15 x 50 metros), después
de haber sido torturado salvajemente. Tal cual nos definían nuestros verdugos, éramos
"muertos en vida" totalmente solos e indefensos. Sin ninguna posibilidad de ayuda
externa, jamás reconocidos.
Secuestrados por el Comando Libertadores de América, conocido por sus historia de
vejámenes y crímenes. A merced (como rehenes) de un grupo de locos-asesinos que
creían tener todo el poder y el tiempo necesario para hacer de nosotros seres sin
personalidad, con los cuales se podía experimentar y copiar lo ocurrido en los campos de
concentración nazis.
El campo de concentración nos separó de la sociedad y luego cortó nuestra relación con
ella. Nos obligó a vivir en un mundo que parecía ser totalmente ilógico, pero que tenía una
organizada estructura interna, que servía para destruir al ser humano.
Tuvimos que aprender "todos juntos" a convivir en la incertidumbre y la espera, entre
amenazas de muerte e intuyendo un destino desconocido. Escuchamos cientos de veces,
como el personal de inteligencia salía a buscar o a traer a alguien, los gritos de la tortura,
el dolor de los compañeros heridos o los que morían producto de ella, que sacaran gente
a cualquier hora del día o de la noche y que luego aparecieran muertos en
enfrentamientos fraguados.
Hubo que soportar los algodones en los ojos y la venda que nos tapaba la cara, las luces
potentes que iluminaban el lugar y que atraían a cientos de cascarudos y juanitas durante

las noches.
Hubo que soportar el manoseo de la requisa, del cacheo, de que nuestros guardias nos
miraran mientras nos bañábamos.
Sobre todo, hubo que aprender a vivir como desaparecido, sabiendo el dolor de nuestra
familia buscándonos sin descanso, recibiendo siempre la misma respuesta negativa.
En muchas oportunidades, llegaron hasta las puertas de La Perla , numerosos padres,
hermanos, hijos esposos, buscando a sus familiares. Siempre se mostraron listas falsas,
con nombres de personas que jamás existieron.
El sgto. 1ro. Manzanelli contó en secuestros de Marcelo Escobar que era hijo de un
militar. Este señor averiguó que el joven se encontraba en La perla, y pidió a las
autoridades inspeccionar el lugar. Desde BASE, a través de la radio, alertaron al campo;
el personal de turno, lo saca inmediatamente del lugar. Hoy, Marcelo figura como
desaparecido.
He dividido para su mejor comprensión, nuestra estadía en La Perla en dos partes: la
primera va desde su creación hasta mediados de 1977 y la segunda desde esa fecha
hasta su cierre a fines de 1978.
A mediados de 1977, el servicio de inteligencia y la comandancia del III Cuerpo de
Ejército consideran que la destrucción de la oposición activa a las FF.AA. en Córdoba,
había concluido con una victoria militar y política.
¿Quiénes eran sus opositores activos?
La clase obrera y sus comisiones de fábrica, los sindicalistas, los soldados, las personas
de origen judío, los estudiantes y sus organizaciones, los intelectuales, abogados y otros
profesionales y sobre todo las organizaciones semi-clandestinas y clandestinas.
Durante la primera parte (que va desde su creación hasta mediados de 1977).
No éramos considerados seres humanos. Éramos rehenes sumamente peligrosos, con un
número que nos imponían al abrirse el dossier el día de nuestra entrada en La Perla: el
mío era el número 400.
Una pequeña parte de lo acontecido lo he relatado más arriba, considerando que es
imposible "revivir minuciosamente" un día en el campo de concentración.
Las sensaciones subjetivas se entremezclan.
Como síntesis, podría decir que "estábamos tensados hasta el límite de nuestras
posibilidades humanas y que a la vez sucedían todas las situaciones inimaginables al
mismo tiempo.
Durante la segunda etapa (que va desde mediados de 1977 hasta cierre en diciembre de
1978). Los militares, en esta etapa, centraron su mira, en la represión selectiva de los
"ideólogos". O sea todas las personas, que sin haber tomado parte activa en la oposición,
habían alentado con sus ideas a los primeros. En la ciudad de Córdoba había una lista de
mes de 1000 personas incluidas, llamadas "blancos".
El detenido en esta etapa, al cambiar las condiciones en la represión (no había opositor
activo a quien reprimir), de ahí la elección de los " blancos" enumerados más arriba, tuvo

una mayor libertad de movimientos. Esta mayor libertad en nuestros movimientos, que
nos daba ciertos privilegios con respecto al resto de los detenidos, nos permitió conocer a
fondo las dependencias de La Perla, y sobre todo interesarnos en la vida de nuestros
verdugos, conocer sus ideas, formas de vida, etc.
Pienso al respecto lo siguiente:
La elite de la oficialidad, esta casta prepotente, que en su mayoría creyó haber "sacado al
país del caos", "salvando a la Patria", a la vez que acumuló un excesivo poder como
servicio de inteligencia frente al resto del Ejército, también fue desarrollando en su seno,
una lucha ambiciosa por el poder interno, una puja persona que se manifestaba entre los
oficiales jóvenes.
Las capacidades individuales (de esta elite), tanto en el plano militar como político,
desarrolladas y exaltadas en el marco de puesta de práctica, por primera vez en la
Argentina , de métodos no convencionales de lucha y la victoria militar (cacería) alcancen
dos años de éxito, los llevaba constantemente a sobreevaluar y sobredimensionarse y
sobre todo, sobredimensionar la derrota en el campo popular.
En este complejo marco de luchas contradictorias entre las diferentes fuerzas que
pugnaban en el seno del Destacamento; algunos prisioneros (por voluntad de sus
captores) pasaron a la cárcel, otros fueron dejados en libertad, mientras que la mayoría
trasladada: todos al poco tiempo de su secuestro.
En este mismo contexto un pequeño grupo "fue quedando". Para estos no hubo algo
preconcebido, los militares fueron "ensayando" y tomando sus decisiones sobre la
marcha. Sin embargo, "quedar", no significaba "salir" de La Perla.
Creemos que el general Menéndez participó de una reunión importante realizada en
Buenos Aires a fines de 1977. En esta reunión estuvieron los máximos responsables de
todos los campos de concentración. Allí, el general apodado "El cachorro" vio que también
otros militares dejaban "vivos" a otras personas.
Según mi hipótesis no hay un gesto de "bondad" de su parte con respecto a nosotros.
Simplemente no podía "ser menos".
Es así, que a fines de 1977, los últimos 6 de una lista de 17, considerados los "negros"
fuimos autorizados a hablar o escribir a nuestra familia, después de aproximadamente 14
meses de desaparición.
Estas 17 personas fueron pasando progresivamente al régimen de libertad vigilada con el
objetivo de "reintegrarse" a la sociedad.
Para mi, el campo de concentración significó una gran explosión dentro de mi cerebro.
Sin embargo y a pesar de haber vivido situaciones extremas y desesperantes, pudimos
guardar junto a algunos compañeros, ese ser humano que resistió a la destrucción de la
personalidad.
Porque antes del campo de concentración, nuestra lucha estaba en función del Hombre,
de su dignidad y de su futuro. Esos valores perduraron y se plasmaron después cuando
empezamos a decir lo que habíamos vivido y quienes eran sus responsables.

"Recuperación" en La Perla
Estas dos tarjetas fueron escritas por el Suboficial mayor Carlos Alberto Vega (alias)
"Vergara" o "El Tío" encargado de la administración interna del campo de concentración,
en lo que hace los detenidos por la 3ra. sección OP3 de Operación Especiales.
La primera dice:
Tina:
Aún en tu corazón de madre, se percibe el amor de tu "Primavera".
Felicidad - 21 set. 77

Tina:
Te deseamos un muy feliz cumpleaños.
Los chicos de la "Universidad": Quiroga- Villagra- Vergara- Carlos- Gino y Yanky-
Cba. 02 Jul 78-
(aún en las tarjetas de cumpleaños, los militares se ordenan según su jerarquía)
22 de febrero de 1984
Deseo que estas dos tarjetas que presento como prueba sirvan para detener y juzgar a
aquellos que están señalados en ellas.
Hoy, han pasado 7 años y medio en que fui secuestrada y llevada al campo de La Perla,
lugar en el que permanecí durante 2 años y 2 meses. Este escaso tiempo, si se toma todo
una vida (tengo 40 años) significaron profundas huellas, no solamente en mi cuerpo, sino
en mi vida. Todavía no me siento en condiciones de unir todos los pedazos en que saltó
mi cerebro.
Tampoco cuando caí, quería para mi un campo de concentración; no estaba ni estaré
preparada para ello jamás. Sin embargo así fue.
Hoy puedo describir las contradicciones existentes entre los militares y nosotros, como
también aventurar hipótesis del porque nosotros pudimos "durar" y luego "salir" del campo
de concentración.
Hoy puedo mostrar solamente pedazos de esta cruel historia que vivimos, 2000
compañeros dentro de "la cuadra", submundo en el cual aprendimos a sobrevivir minuto a
minuto.
Hasta que pude huir del país, nunca pude saber a ciencia cierta, si podía morir en la
media hora que iba a venir. Esas tarjetas marcan esas contradicciones.
Entre la primera y segunda hay casi un año de diferencia y están encuadradas en la
segunda etapa que mencioné en hojas anteriores.
Mi posición personal al respecto es la siguiente:
Para mi esta segunda etapa fue aún mas cruel y dura que la primera. Porque al principio,
si bien nuestro destino era totalmente incierto, estábamos todos juntos, nos trasmitíamos
el calor. Para los militares éramos simplemente números.
Para mi la segunda etapa arranca el 9 de julio de 1977.
Ese día nos sacan a la mayoría del campo de concentración. Era la primera vez que veía
el mundo, la calle, la gente. El choque fue tremendo. La vida estaba del otro lado del
vidrio.
Durante mucho tiempo después sentí que yo era algo inmóvil que siempre observaba a
los demás. El mundo me era totalmente ajeno. Pensé que me iban a matar. Esperaba el
tiro de gracia. Sin embargo no sucedió así.

El capitán ACOSTA nos llevó a ver el desfile militar. Nos subieron a un palco a todos.
Delante de nosotros estaba Centeno y su comitiva. Todavía recuerdo su cabeza y su
espalda.
Nosotros estabamos vestidos con las ropas que dejaban los compañeros que ya habían
partido, con los zapatos rotos, mal peinados...
A nuestra izquierda había otro palco alto donde estaban las señoras de los militares,
"sabiamente vestidas" con los tapados de piel acorde a esa mañana fría de invierno, que
nos observaban con mucha extrañeza.
Desfilaban los "números" que venían del campo de concentración y cuando pasaban,
hacían guiños con su cara.
A la tarde fuimos al Hipódromo a ver a los paracaidistas.
Luego volvimos por La Perla, a nuestra carta, a dormir en la colchoneta junto a aquellos
que no podían "darse el lujo" de ir al desfile.
En ese momento no tenía contacto con mi familia. Mis padres creían que estaba muerta.
En septiembre estuve a punto de ir a mi segundo traslado.
El 21 de septiembre de 1977, día en que se festeja la primavera, los militares regalaron
flores a todas las secuestradas (aunque el camión se las llevara al día siguiente).
También para esa fecha, el capitán ACOSTA mató de un escopetazo a un compañero en
la calle, cuando realizaba un procedimiento. El sargento primero PADOVANI, que nos
odiaba profundamente, me mandó a lavar un Renault 4 propiedad del compañero
asesinado. Recuerdo la imposibilidad de hacer esa tarea, porque no podía olvidar quién
había estado adentro, además los vidrios estaban rotos y había sangre coagulada por
todos lados.
También estuve con la "mujer policía" en sus últimos momentos (que comento en
testimonio aparte).
Después, el 26 de noviembre de 1977, cuando hacía un año y dos meses de mi
secuestro, vuelvo a ver a mis padres y a mi hijo que había dejado cuando tenía 10 meses.
En marzo-abril de 1879 la gran mayoría de los detenidos pasaron al régimen de libertad
vigilada.
A partir de esa fecha, se profundiza la confrontación ideológica con nuestro captores.
Todo el personal de LA PERLA (oficiales, suboficiales y personal civil) que trabajaba en
ese momento, tiene la posibilidad de estudiar cada uno de nuestros gestos, de
interiorizarse sobre cada detalle de nuestra vida pasada, presente y futura.
El cínico capitán GONZALEZ, jefe de LA PERLA en ese momento, deja salir a los poco
detenidos que allí había, enviándolos a sus domicilios y me dice:
"...vos sos fuerte Tina, te vas a quedar a cuidar LA PERLA este fin de semana..." y me
quedo totalmente sola, con el personal de Gendarmería durante 3 días.

Recuerdo esta etapa, como al borde de mis posibilidades psicológicas. Sin embargo, hay
dos hechos entre otros que me permiten seguir resistiendo a su penetración ideológica:
• el primero: cuando hablé una vez con el capitán BARREIRO sobre la muerte y le dije:
"que si me querían matar, que lo hicieran ellos, porque en caso de terminar yo misma mi
vida, sería uno menos en su larga lista, y si lo hacían ellos sería una más".
• el segundo (como broche final) es lo que me dice el sargento ayudante RIOS, dos
meses antes de salir del campo de concentración hablándole al civil YAÑEZ: "...no se por
qué hablás con Tina, no ves que es un enemigo..."
La recuperación que los militares nos proponían, era vivir esa constante dualidad, el
olvidar la solidaridad hacia todos los que habían pasado por La Perla, y llegar a decir "yo
me he salvado", "debo renunciar a todo lo que he sido", "tengo un precio".
Es por esta razón, que en el campo de concentración también se festejaban los
cumpleaños. Estar vivo, en medio de tanto horror y tanta muerte "era un regalo".
Pero nadie puede construir su futuro, si da la espalda a su pasado. Si niega una historia
que es única en nuestro país, pero que nos compete a tantos.
La elección ya fue hecha cuando huimos del país y comenzamos a testimoniar.
El tentáculo del campo de concentración no se termina el día en que uno sale
definitivamente para su casa. Sutilmente seguimos siendo "rehenes", algo así como el
personal de reserva.
Comento 2 visitas de control:
Una noche de verano, estaba con mi hijo en brazos, en el fondo de mi casa, mostrándole
las hojas de un árbol. Sentí a mi alrededor una pequeña brisa; al darme vuelta, tenía a
mis espaldas al sargento ayudante LUIS MANZANELLI, quien había llegado y se había
colocado detrás mío sin que yo me diera cuenta.
Una compañera que vivía en un edificio de departamentos, en un segundo o tercer piso,
ve llegar por la ventana al sargento mencionado más arriba. Se había trepado, en pleno
día, por las paredes...
Enero de 1984

Testimonio sobre la mujer policía y su esposo
En agosto de 1977 secuestran a un matrimonio, en horas de la noche, en un barrio de la
ciudad de Córdoba. El procedimiento está a cargo del capitán JORGE EXEQUIEL
ACOSTA. Ella era empleada en la Policía de la Provincia de Córdoba. El estudiaba
psicología. En la casa quedan tres hijos del matrimonio.
Les habían permitido juntar sus colchonetas. Recuerdo que estaban juntos.
Ella escribió en el día de la madre, algo para mi hijo (que adjunto).
Tampoco yo tenía contacto en esa fecha con mi familia.
Recuerdo a esta mujer profundamente, porque su traslado tiene que ver conmigo. Cuando
llegó el camión para llevarlos, a nosotros nos encerraron en una oficina. De repente entró
RICARDO LARDONE, alias "FOGO", diciendo que la mujer policía quería ir al baño. Voy
yo y la acompaño al pequeño baño que había al fondo del pasillo (marcado en el plano
general de La Perla).
Allí ella me toma de las ropas, desesperadamente, planteándome que no quería partir,
que hiciera algo, que la iban a matar. No me atrevo a dejarla sola, porque eso hubiera
significado que efectivamente ella iba a morir. Trato de calmarla, pero no lo consigo.
Nosotros teníamos estrictamente prohibido decirle al resto de los prisioneros, cuál era
nuestra posición frente a los traslados.

De repente entra el suboficial mayor CARLOS ALBERTO VEGA, alias "VERGARA", que
trata de apurarla, luego entra LARDONE.
El camión esperaba afuera.
Ella les plantea también a ellos que hicieran algo para salvarla. Ambos intentan ponerle la
venda, pidiéndole que abra la boca. El rito era: las manos atadas a la espalda, los ojos
profundamente vendados y la boca amordazada bien abierta, para que no saliera ningún
sonido.
Ninguno de los 2 consigue cumplir con el rito, porque ella luchaba por su vida. Al final se
la llevan así como estaba. Con la venda que se le caía, aferrada por los brazos.
Esta imagen infernal me deja profundamente conmovida y tocada. Durante varias horas,
no me dejaron de temblar las manos y todavía recuerdo esto, sin poder hacer nada para
cambiar su destino.
Posteriormente el chofer del camión dijo que "la mujer policía" había muerto de un ataque
al corazón durante el trayecto.
Represión sobre embarazadas y niños
En el año 1977 tuve la oportunidad de ver una hoja fotocopiada, de un mensaje escrito a
máquina y firmado por el General HARGUINDEGUY, donde planteaba que los niños
nacidos en cautiverio, o aquellos secuestrados junto a sus padres, o detenidos luego de
enfrentamientos fueran entregados a los familiares o a las autoridades competentes.
Las mujeres que fueron detenidas en La Perla embarazadas, fueron trasladadas con
frazadas colocadas en forma de poncho, para que el personal no viera los vientres
pronunciados.
A fines de 1976 hubo un enfrentamiento en el Barrio General Bustos. Murieron 3
militantes de la organización Montoneros. Dentro de la casa había aproximadamente de 4
a 5 niños y una mujer. Estos últimos fueron detenidos. Todos los niños salieron con las
manos en alto. La casa luego fue derrumbada con bazookas.
El capitán GONZALEZ llevó sus hijos a visitar a los otros que estaban detenidos junto a la
mujer. Según sus conclusiones posteriores: "...él llevó a sus hijos, para que éstos
observaran a los hijos de los guerrilleros, que no eran muy diferentes a otros niños..."
Por supuesto, los niños "de guerrilleros" no tenían los mismos privilegios que sus hijos,
porque estaban detenidos.
Creería que luego pasaron a la Casa Cuna.
Enero de 1984

Testimonio sobre embarazadas y niños
1. Dalila Bessio de Delgado.
Nació en Rosario, Provincia de Santa Fé.
De 1,70 mts de estatura, tez blanca, cara redondeada, de pelo lacio, largo, de color
castaño oscuro.
Es detenida junto a su esposo OSCAR VICENTE DELGADO en abril de 1977 en la
peatonal de la ciudad de Córdoba.
Vivían en La Falda. Poseían una camioneta Fiat que quedó en poder de los militares.
Cuando fue detenida estaba en avanzado estado de gravidez.
Tuvo una niña en el hospital Militar de Córdoba. Luego del alumbramiento fue trasladada.
Su compañero no conocía este hecho y le enviaba cartas a través de los militares. Ella
nunca contestó.
Según el capitán JOSE CARLOS GONZALEZ, el compañero fue trasladado al poco
tiempo.
La niña fue entregada a los abuelos maternos y fue llevada en una ambulancia, propiedad
del Destacamento de color azul metalizado por el sargento primero ORESTE PADOVAN y
DORA ZARATE DE PRIVITERRA
Esta última comentó que la niña fue dejada en el umbral de la casa.
2. Rita Ales de Espindola
A fines de 1977 se secuestra en RIO DE LOS SAUCES, localidad vecina a Río Cuarto al
matrimonio ESPINDOLA.
La presencia de Rita en La Perla generaba grandes problemas para los militares. No
querían llevarla al Hospital Militar Córdoba porque a pesar de que la secuestrada no tenía
contacto con el personal del Hospital, siempre trascendía la presencia y sobre todo, el
traslado después del alumbramiento.
Pensaban intervenir a Rita en La Perla, dándole una sobredosis de anestésicos que la
matara después del parto, pero quedaba muy a la vista la catadura moral de estos
siniestros personajes. Algunas veces guardaban la forma, y sobretodo en el caso de una
embarazada.
Dora Zárate de Privitera se ofreció suministrar esa sobredosis.
Finalmente se deciden por el Hospital Militar Córdoba.
Su estadía generó cierta resistencia por parte de los médicos que no querían dejar salir a

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