Buen Samaritano En Clave De P.E.A. Modificado 2009 Segunda Parte
1. Dos Preguntas Decisivas a partir de la Parábola
“El amor de Dios por nosotros es una cuestión fundamental para la vida y
plantea preguntas decisivas sobre ¿quién es Nuestro Dios y
quiénes somos nosotros?” Benedicto XVI.
Resulta imposible la aproximación a la problemática sobre el misterio de
Dios si previamente, de manera explícita o implícita, no se ha considerado la
problemática inherente a la condición humana. Es incontestable que
cuando decimos algo sobre Dios, estamos afirmando algo sobre nosotros
mismos. La remisión a lo lejano y desconocido siempre sucede a partir de lo
cercano y familiar.
2. Todas los seres humanos pero más un
profesor@ maestr@ siempre se
encuentran, como lo recuerda el gran
teólogo Karl Barth, ante el dilema de no
poder hablar de Dios y de tener
que hablar de Él.
3. Dios no es un dato metafísico conocido a
priori, sino que es presencia y
ausencia es “Deus - absconditus” el
Dios escondido y “Deus revelatus” El
Dios revelado en la persona de Jesús de
Nazareth. Esta tensión es constitutiva del
cristianismo.
Dios no es una idea sino alguien que me
descubre y a quien yo descubro en mi
cotidianidad.
4. Dios se sitúa más bien en el nivel
de los interrogantes y no de las
certezas. El deseo y la búsqueda de
Dios son ya de alguna manera tal vez
la única respuesta posible en clave
provisional y transitoria a ese
Dios que es siempre, lo sepan o no
nuestro contemporáneo.
El conflicto de las imágenes
de Dios, no es sino otra manera de
expresar el conflicto de
interpretaciones con el que el ser
humano ha de enfrentarse siempre,
sin poder alcanzar nunca.
“Una solución definitiva”
5. Toda imagen de Dios,
para que no se convierta en
idolátrica, ha de someterse
sin cesar a la crítica –
discernimiento de los
espíritus – que nace del
convencimiento de que es
totalmente imposible el
empalabramiento
definitivo y exhaustivo
de la inefabilidad de lo
divino. No conocemos a
Dios, solo encarnaciones de
Dios.
6. El problema de fondo está en que no nos cabe en la cabeza que a partir de la
encarnación de Dios, el cristianismo modificó radicalmente nuestra
manera de entender la trascendencia de Dios.
Resulta comprensible que a las
instituciones religiosas les viene
mejor el Omnipotente de la
Filosofía que el Misericordioso del
Evangelio.
El Omnipotente diviniza el poder y
nos empuja a desear ser poderosos,
para ser imagen suya. Es el Dios que
cuadra divinamente y paradójicamente
con la tentación satánica: “seréis como
dioses” – Gen 3,5 -.
El Misericordioso no empuja a nadie
a desear poderes, por muy divinos que
sean. Porque es el Dios que no
“legitima” nada más que la identificación
y hasta la fusión con el destino de todos
los que se ven machacados por el dolor
y la injusticia del “orden” presente.
7. Todo esto significa que el cristianismo, no sólo cambió el concepto de Dios,
sino igualmente el modo de encontrar a Dios. El modo de encontrar a
Dios no va por el camino ascendente de la perfección y la divinización,
sino por el camino descendente de la humanización y la
Misericordia. Es decir, encontramos a Dios en la medida, y sólo en la
medida, en que - como lo hizo Dios mismo - nos fundimos con lo
humano, precisamente para liberar a los seres humanos, y a la sociedad
en que vivimos los seres humanos, de la deshumanización que a todos nos
amenaza y a todos nos domina, causando tanta inhumanidad y tanto
sufrimiento.
8. LA PARÁBOLA NOS ACERCA A UNA IMAGEN
MAS CREIBLE DE NUESTRO DIOS
Tito 3,4
Con la llegada de Jesús, la relación de la persona humana con Dios sufre un
cambio radical: El Dios de Jesús rescata la profunda imperfección del
hombre e intensifica su relación con ella.
La inconsistencia se vuelve la
nueva versión de Dios, del mismo
modo que la Misericordia viene a
ser su contenido. El Dios de
Jesús es definido a partir de su
sensibilidad por todo cuanto el ser
humano tiene de frágil, finito, limitado,
humano. Pensar algo respecto de
Dios significa pensar en su
Misericordia.
9. Jesús hace varias revelaciones a partir de su experiencia de Dios:
• Un Dios desprovisto de dogmatismos
• Un Dios desprovisto de control y poder.
En resumen un Dios al que le basta la Misericordia para correr al encuentro
del hombre, abrazarlo y cubrirlo de besos.
10. Hacer lo mismo que hizo el samaritano, implicaba corregir totalmente una
concepción de Nuestro Dios centrada en el culto, en el olvido de la persona
humana, de la subordinación a la ley. Para Jesús es claro que hay que dejar a un
lado las reglas y ayudar al que sufre. En la parábola Jesús revela el “genuino
rostro de Nuestro Dios” – Padre – Madre “Clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en amor” Jonás 4,2. Ex 34,6.
11. La parábola del Buen Samaritano, leída en el contexto de la crítica al
compromiso de Jesús con los cobradores de impuestos y los pecadores, es la
revelación de una imagen de Dios que invita a la persona creyente a una
entrega incondicional a favor del que sufre. Refleja las tensiones que
rodean el Misterio de Jesús y cómo los fariseos entienden muy bien que Jesús
rechaza la caricatura que encierra a Dios en el marco de unos preceptos
vacíos del amor y de la Misericordia de Dios.
La conducta del Buen Samaritano es
el mejor retrato de Jesús: EL
SAMARITANO es el único que
encuentra a Dios en el dolor del
herido, el único que se
compromete con él y hace verdad la
unidad del amor a Dios y el prójimo
como a uno mismo. Es el camino a
transitar para conseguir la plenitud
de la vida.
12. La parábola del Buen
Samaritano nos recuerda que
“Ahora le toca al ser humano
darle lo suyo a Dios que
ha renunciado a su poder
para que la creación se
hubiera podido dar”.
En este caso el samaritano
comprende que no es Dios
quien puede ayudarnos, sino
él es quien debe ayudar a
Dios. SI el no socorre al
herido, Dios “no puede “hacer
nada”
13. En la parábola del Buen Samaritano se nos
muestra que no es Dios el llamado a evitar el
sufrimiento del hombre, sin que el hombre es el
llamado a evitar el dolor de Dios en la
historia
14. Dios respeta las leyes de la naturaleza y de la libertad humana. Entonces la
oración no debe ir tanto dirigida al Señor para que arregle las cosas “sino
para que nos cambie a nosotros, nos asista y nos ayude a arreglarlos; para
que asumamos nuestras responsabilidades”.
15. No se trata de pedirle a Dios que resuelva el hambre de los pobres sino de
pedirle que nos haga más sensibles a la miseria y responsables para ayudar
con nuestros bienes y talentos a calmar su hambre. Lo que no hagamos
nosotros no suele hacerlo Dios. Lo que no hubiera hecho el
samaritano se hubiera quedado para siempre sin ser hecho. Lo
que dejemos de hacer nosotros, por egoísmo, lo deja de hacer Dios! Así de
serio.
16. Lo decía la judía Etty Hillesum asesinada en Auschwitz en 1943 “solo una
cosa me parece cada vez más clara: no eres tu quien puede ayudarnos, sino
nosotros somos los que podemos ayudarte, y haciéndolo, nos ayudamos a
nosotros mismos”
17. En la parábola del Buen Samaritano se revela la
calidad humana de Jesús y la grandeza del Dios
en quien creía. En Jesús Dios se revela como
aquel que está a merced del hombre en
la historia supuesto que ni siquiera “intervino” en
la muerte de su Hijo
18. De Jesús impactaba la Misericordia y la gran importancia que le
otorgaba: nada hay más acá ni más allá de ella, y desde ella defina la
verdad de Dios y del Ser Humano.
19. La Misericordia constituye la respuesta a la indigencia humana no el juicio
y la condenación. La Misericordia es la respuesta de Dios al delirio de
la persona humana de querer ser perfecta. Jesús da a entender que el
elemento central de su proyecto no es la contabilidad sino la
COMPASÍÓN – MISERICORDIA
20. Esta parábola nos hace presente el fascinante
misterio de Nuestro Dios. Un Dios “semper
maior et semper novus”. Nos ayuda a comenzar
a experimentar la innegable incomprensibilidad
de Dios la sorprendente libertad que le
caracteriza de un modo cada vez más intenso y
más puro.
Nos comunica algo acerca de Nuestro Dios y de
su gracia, de Jesucristo crucificado y resucitado.
NOS LLEVA A EXPERIMENTAR A NUESTRO
DIOS: COMPASIVO Y MISERICORDIOSO,
SILENCIOSO Y CERCANISIMO,
INEFABLE Y SORPRENDENTE.
Nos conduce a encontrar realmente a Nuestro
Dios, al Dios Vivo y Verdadero, al Dios que
merece ese nombre superior a cualquier nombre.
En el Samaritano está Nuestro Dios a
quien tenemos que “contemplar” y
“practicar” en nosotros, en nuestros colegios.
21. La perenne actualidad de Dios, nos exige la perenne actualidad de sus imágenes
… Más que de respuestas, lo importante, el meollo de la cuestión es la
pregunta acerca de Dios: viviente por antonomasia, fuente, a la vez de
inquietudes y de alegría, de zozobra y de esperanza, de interrogantes
angustiosos y de confianza que vence todo desaliento.
22. LA PARÁBOLA NOS MUESTRA UNA IMAGEN
AUTÉNTICA DE LA PERSONA HUMANA
En la Parábola Jesús descubre al hombre concreto por
excelencia: el que al VER un Herido en el camino, le funciona el
corazón, se le mueven las entrañas, atiende y cura sus heridas y
lo acompaña hasta la sanación total. No se trata de “obras de
misericordia” sino de la estructura fundamental que nos hace
humanos: re-accionar ante las víctimas de este mundo.
23. La Parábola nos manifiesta, pues, quién es el auténtico ser
humano:
El que vio al herido en el camino, escuchó sus gritos de auxilio,
reaccionó y lo ayudó a curarse.
El que interioriza las necesidades ajenas, las hace parte de sí
mismo y las vuelve motor de su existencia.
24. LO CENTRAL DEL PROYECTO DE NUESTRO DIOS
“No endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano”.
Tener corazón es lo que define la humanidad. La falta de
corazón nos deshumaniza, nos endurece. Nuestro Dios no
comparte este punto de vista “Bien vista tengo la aflicción de mi
pueblo he visto la opresión con que los egipcios los oprimen, y he
escuchado su clamor... Ya conozco sus sufrimientos. He bajado
para liberarle... El clamor de los Israelitas ha llegado hasta mi”.
Ex 3, 7 –9. “Yo los oiré porque soy compasivo” Ex 22,
20-26. “Todo lo contrario que le sucede al Faraón cuyo
corazón “se endureció”. Ex. 7,13.22;8,15
“Nuestro Dios no nos trata según nuestros pecados, ni
nos da lo que merecemos por nuestras culpas” Salmo
103,10
25. Jeremías pone en boca de Nuestro Dios las siguientes Palabras conmovedoras que lo
muestran como es: Movido por Misericordia: “Mis entrañas, mis entrañas! Me
duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí…” Jeremías 4,19. “No es
Efraím para mí un hijo predilecto, o un niño mimado, para que después de cada amenaza deba
siempre pensar en él, y por él se conmuevan mis entrañas y se desborde mi ternura?”
Jeremías 31,20
“Mi corazón se conmueve y a la vez se
estremecen mis entrañas. No
puedo dejarme llevar por mi
indignación …Porque soy Dios y no
hombre y no me gusta destruir”
Oseas 11,8-9.
“Les daré un corazón nuevo, infundiré en
ustedes un Espíritu nuevo, quitaré de su carne
el corazón de piedra y les daré UN
CORAZÓN DE CARNE” Ez 36, 26 –27.
26. LO CENTRAL DEL PROGRAMA DE JESÚS: El
Reino de Dios “Sed Misericordiosos, como vuestro
Padre es Misericordioso”
“Dios es Misericordioso con todos” Rom
11,32
“La Misericordia no tiene porque temer
el juicio” Sant 2,13.
el Tener capacidad de asombrarse, de
enternecerse y estremecerse con
el dolor ajeno. Salir de nosotros
mismos es decir no pasar de
largo ante el dolor humano.
“Sentimos el dolor del otro, luego existimos”
Es el camino de la humanización que pasa necesariamente por
la espiritualidad de la Compasión – Misericordia.
27. “El programa del Cristiano – el programa del Buen
Samaritano, el programa de Jesús – es un Corazón
que ve donde se necesita amor y actúa en consecuencia”
“Cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos
ante Dios” Benedicto XVI – Carta Dios es Amor
– No. 31 y No. 16 -.
28. Lo captó profundamente Paulo VI en la Evangelii Nuntiandi “Lo único absoluto
es el Reino, todo lo demás es relativo” yo me atrevería a traducirlo así: “Lo
absoluto es la misericordia, todo lo demás es relativo”, “La primacía
la tiene el sufrimiento, no la ley. La experiencia de la misericordia – corazón
con entrañas de misericordia que no pasa de largo – como experiencia de
conocimiento de Dios, Mt 9, 13; 12, 7 Luc 1. 51-54. El seguimiento, o
acontece aquí, o no acontece en absoluto. Lo que está en juego no es la soteriología sino
la Teodicea.
29. No podemos olvidar que lo que Jesús cuestionó fue el modo de
relacionarnos con su Dios. Para la religión, la relación con Dios se realiza
mediante la aceptación de verdades absolutas, de normas intocables y de
observancias y prácticas rituales. Para Jesús lo fundamental y
determinante no fueron ni las verdades, ni las normas, ni las observancias sino las
PERSONAS: su vida, su dignidad y sobre todo la liberación del sufrimiento de los más
desgraciados, los pobres, los enfermos, los excluidos de la sociedad – Sant 1,27.
30. Hablar de la vida humana es hablar de la dignidad de las personas, de sus
derechos, del respeto que merecen, de la libertad a la que tienen derecho, de la
seguridad y la felicidad a la que aspira cualquier persona normal.
31. La utopía del Reino no consiste en que nos divinicemos, sino en que nos
humanicemos tanto y de tal manera, que nos resulte insoportable el
sufrimiento, la humillación, la falta de seguridad y de libertad o cualquier forma
de agresión que sufra cualquier ser humano.
32. Me suena que “el entre vosotros no
debe ser así”, va en esa dirección
son las “entrañas de misericordia” de
la parábola del Buen Samaritano.
Acaso no es la misericordia de
Nuestro Dios la que nos transforma en
testigos de su misericordia, la
que nos convierte en mediación para
encarar la dureza del mundo. Una
dureza que empieza en la debilidad,
pasa a la mezquindad y la ceguera y
muchas, muchísimas veces termina
en la maldad.
33. El proyecto central de la fe cristiana se tiene que centrar en la lucha
contra la inhumanidad que todos llevamos dentro ya que no
puede haber vida divina donde la vida humana se ve amenazada, limitada,
humillada o deteriorada de la manera que sea.
34. “La necesidad de dejar que el sufrimiento hable con elocuencia, es
condición de toda verdad” Adorno. La teología actual, encabezada por Karl
Rahner se opone a todo intento por reconciliarse con Dios a espaldas de la
historia del sufrimiento humano. San Juan de Ávila decía que lo que nos pasa
es que “desnatamos la misericordia” y nos quedamos con la justicia a
secas que corre el peligro de volverse venganza.
35. Para nosotros los cristianos la pregunta clave debe ser QUIÉN SUFRE? Mt
25, 31-46. Es la “memoria passionis” como rememoración cristiana de Nuestro
Dios. Si no nos queda en el alma sitio privilegiado y claro para los que
sufren para los que cada noche se acuestan sin comer, para los que se
pudren en los hospitales, en las cárceles, en los barrios de la periferia es porque
estamos satisfechos, porque tenemos cubiertas todas nuestras aspiraciones y
no podemos olvidar que ni el Evangelio, ni la espiritualidad son para gentes
satisfechas, mucho menospara gentes arrogantes.
36. Cuidemos para no caer en “el auto-
atrofiamiento del corazón”.
San Agustín
37.
38. Vivimos una época de bienestar y contrastes, de miedos y de
amenazas, de indefinición en la que las seguridades se diluyen. La
información es intensiva y las distancias difusas. Hay la sensación de
que los vemos todo y lo sabemos todo: injusticias, corrupción,
sufrimientos, soledad, violencia … Y cada vez nos sorprendemos
menos con lo que vemos y oímos.
39. Como hemos sido capaces de,
viendo tanto, hacer tan poco?
Por qué ese letargo? Las
causas pueden ser muchas:
40. La privatización de la vida: Los objetivos vitales que tenemos
son personales poco sociales.
La sensación de impotencia ante las tragedias: que
puede impermeabilizar el corazón, crear un cierto mecanismo de
defensa.
La distancia física y mediática que hace que esa realidad
se convierta en pura información, pero no en algo que le afecte y
muchos menos que la apasione.
41. La falta de comunicación, de motivación personal: El
otro me es demasiado ajeno como para sentirlo mío. Tan rápido
como llega el sentimiento se va. Sabemos más de los problemas de
los personajes del corazón que de la vida real de la gente con la que
vivimos.
42. La dificultad para comprender la diferencia: El contacto
con los otros muchas veces es aséptico, impersonal, anónimo o
profesional. Hay poco interés, poco tiempo o falta de seguridad para
asomarse a la vida del diferente. Terminamos tratando únicamente
con quienes son como nosotros.
43. Unos se refieren a la COM – PASIÓN – Misericordia como una
pasión, otro como una moción, otros como un sentimiento…
pero todos coinciden en que tiene que ver con nuestra común humanidad.
La compasión nos sitúa en una especie de humanidad entre seres
radicalmente iguales en su humanidad.
44. La COM-PASIÓN – Misericordia tiene
que ver con vibrar con lo que vive el
otro, sufrir con lo que sufre el otro,
pasar por lo que pasa el otro.
COM-PASIÓN – Misericordia significa
indignarse ante la desgracia ajena, compartirla,
sentirla y dolerse de ella. La compasión exige
un proceso de identificación con el otro, con el
que sufre, imaginarme su dolor, viajar
imaginariamente a su situación, experimentar su
alteridad.
45. La COM-PASIÓN –
Misericordia supone
asumir la carga
existencial del otro,
cargar con su propio
sufrimiento y descubrir
intuitivamente que
no soy imposible e
indiferente sino frágil y
vulnerable también,
porque los otros sufren.
46. La COM-PASIÓN – Misericordia es la superación del egoísmo que nos
lleva a ponernos en lugar del otro y actuar por y para él. En ella
prevalece la igualdad y dignidad básica y común del ser humano.