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3. DIFERENCIAS ENTRE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR Y CATEQUESIS.

A continuación y, a modo de esquema, podemos ver un cuadro de distinción entre el modo de
presentar la fe según se trate de la enseñanza de la religión o de la Catequesis.



                               ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN                 LA CATEQUESIS: La fe como
                               La fe como objeto de estudio             objeto de práctica

1. La ciencia de fondo.        Pedagogía didáctica.                     Teología pastoral Catequética.
2. El tipo de educación.       Enseñanza religiosa escolar.             Catequesis.
3. La exigencia.               Misión de la escuela.                    Misión eclesial.
4. La justificación.           Fundamentos educativos.                  Motivos teológico-pastorales.
5. Origen.                     Diálogo fe – cultura.                    Diálogo en la fe.
                               Personalización,         culturización, Crecimiento y maduración en la fe
6. Los fines y objetivos.
                               socialización.                          y la comunidad – Iglesia.
                               Mediaciones culturales         de   la
7. Los contenidos.                                                      Contenidos de la fe.
                               revelación cristiana.

                               Relación activa y empática con la Participación activa y personal en
8. La metodología.             cultura     religiosa;    método la relación con Dios; métodos
                               fenomenológico.                   vivenciales.

                               Escuela -     Iglesia;    Maestro   y
9. Los responsables.                                                    Iglesia – Catequistas.
                               profesores.
10. Los destinatarios.         Ciudadanos.                              Cristianos.

11. Clase de vínculo.          Relaciones académicas.                   Vínculo de la fe.

                                                                        Comunidad cristiana - familia -
12. El lugar.                  Colegio, lugar de cultura.
                                                                        colegio como comunidad cristiana.
13. El material.               Programas escolares.                     Manuales de catequesis.
14.    Las       actividades Confesionales - culturales - no
                                                             Vivenciales – apostolado.
complementarias.             confesionales.
15. La evaluación.             Evaluación escolar.                      Seguimiento del proceso de fe.


       La enseñanza religiosa escolar pretende la inteligencia de la fe: qué significado tiene
esta fe para el sentido total de la existencia, tanto individual como comunitaria. Esto es lo que
se quiere indicar cuando decimos que su objeto de estudio es la fe.

        La inteligencia de la fe persigue hacernos a nosotros mismos la fe razonable (como
sentido último de la vida), poder dar razón de la fe a los demás (expresándola en el lenguaje de
nuestra cultura) y ejercer una función crítica en el campo de la cultura (confrontar la fe con
otros “saberes”).
La catequesis pretende la experiencia de la fe: entablar una relación de amistad
personal con el Dios de Jesucristo, abriéndose a la acción del Espíritu y formando parte de la
comunidad cristiana.

       La experiencia de la fe persigue interpretar toda la realidad desde su vivencia (aspecto
dogmático), celebrarla comunitariamente (aspecto litúrgico) y vivir en consecuencia con su
opción fundamental (aspecto ético-moral).

      “La enseñanza religiosa escolar y catequesis de la comunidad cristiana se sitúan en dos
ámbitos distintos, que les proporciona su peculiaridad propia:

        En la escuela los grupos humanos quedan primariamente unidos por relaciones
académicas de índole pedagógica, mientras que en los ámbitos de la Iglesia, los grupos de
creyentes están primordialmente reunidos por el vínculo de la fe, constituyendo comunidades
eclesiales; la relación con los catequizados es de índole testimonial, exigiendo una comunión
en la misma fe”. 1


    3.1 LA CIENCIA DE FONDO

       En la enseñanza de la religión en la escuela, la ciencia de la religión se hace presente
en el ámbito escolar para prestar un servicio a la finalidad pedagógica: la maduración del ser
humano.

        La enseñanza de la religión en la escuela pretende ayudar al alumno a realizar de forma
crítica y sistemática una valoración y selección de los elementos de la cultura que recibe y que
más contribuyen a su armónico desarrollo dentro del proceso educativo. Todo educador debe
hacer posible que el alumno reciba aquellos elementos culturales que le humanicen y
potencien sus valores.2

       La enseñanza religiosa en la escuela es una materia propia y rigurosamente escolar,
equiparable a las demás asignaturas en el planteamiento de sus objetivos, en el rigor científico
de sus contenidos, en el carácter formativo de sus métodos, y en la significación educativa del
conjunto del programa escolar y del currículo.3

       En la Catequesis, las Ciencias de la educación se hacen presente en el ámbito eclesial
para prestar un servicio a la finalidad pastoral: hacer posible y madurar la fe de los creyentes.

        “En la situación actual de la catequesis, razones de método o de pedagogía aconsejen
organizar la comunicación de las riquezas del contenido de la catequesis de un modo más bien
que de otro. Se puede partir de Dios para llegar a Cristo, y al contrario; igualmente, se puede
partir del hombre para llegar a Dios, y al contrario. La adopción de un orden determinado en la
presentación del mensaje debe condicionarse a las circunstancias y a la situación de fe del que
recibe la catequesis.

       Hay que escoger el itinerario pedagógico más adaptado a las circunstancias por las que
atraviesa la comunidad eclesial o los destinatarios concretos a los que se dirige la catequesis.

1
  COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 59.
2
  Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y
misión, 33..
3
  Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 16.
De aquí la necesidad de investigar cuidadosamente y de encontrar los caminos y los modos
que mejor respondan a las diversas situaciones”.4


    3.2 EL TIPO DE EDUCACIÓN

         El tipo de educación en la Enseñanza de la Religión impartida como materia ordinaria a
aquellos alumnos que la deseen, está en la línea de los objetivos mismos de la escuela. Es
función propia de la escuela transmitir, de manera sistemática y crítica, la cultura. Esta
transmisión no se hace sólo en orden a lograr que el alumno acreciente sus conocimientos o se
inicie en los métodos de aprendizaje y de aplicación del saber a problemas concretos, sino
también en orden a una educación de la persona en su capacidad de análisis y de decisión
responsable. Los alumnos acuden a los centros escolares no sólo para adquirir una formación
científica y unos hábitos intelectuales en los distintos campos del saber, sino también para
aprender a orientarse en la vida individual y social.

       La escuela es lugar privilegiado para la formación integral del hombre, no puede
contentarse con instruir, sino que ha de educar, debe cultivar todas las dimensiones de la
personalidad de los alumnos y, entre ellas, la dimensión religiosa.

       Para un sistema educativo entendido como factor de liberación y humanización, como
contribución esencial a la comprensión del mundo, como apertura universal y realista a los
problemas de la humanidad, la formación religiosa es una exigencia imprescindible, ya que
funda, potencia, desarrolla y completa la acción educadora de la escuela.5 Además de ser un
instrumento único para comprender aspectos fundamentales que son base de nuestra cultura.

       La catequesis busca poner a uno no sólo en contacto sino en comunión, en intimidad
con Jesucristo.

       “Toda la acción evangelizadora busca favorecer la comunión con Jesucristo. A partir de
la conversión inicial de una persona al Señor, suscitada por el Espíritu Santo mediante el
primer anuncio, la catequesis se propone fundamentar y hacer madurar esta primera adhesión.
Se trata, entonces, de ayudar al recién convertido a conocer mejor a ese Jesús en cuyas
manos se ha puesto: conocer su “misterio”, el Reino de Dios que anuncia, las exigencias y las
promesas contenidas en su mensaje evangélico, los senderos que Él ha trazado a quien quiera
seguirle. El Bautismo, sacramento por el que nos configuramos con Cristo, sostiene con su
gracia este trabajo de la catequesis”.6

        Esta idea es constante en la concepción de catequesis. “La catequesis es esa forma
particular del ministerio de la Palabra que hace madurar la conversión inicial hasta hacer de
ella una viva, explícita y operativa confesión de fe: La catequesis tiene su origen en la
confesión de fe y conduce a la confesión de fe”.7


    3.3 LA EXIGENCIA

      La exigencia de la enseñanza de la religión es la propia misión de la escuela. , siendo
una necesidad el que la dimensión religiosa se integre en los procesos de transmisión de la

4
  D.G.C., 118.
5
  Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 10 - 12.
6
  D.G.C. 80.
7
  Idem. 82.
cultura, es, consecuentemente, una exigencia del sistema escolar, y, en su raíz, un derecho del
educado tutelado por los padres. 8 “La enseñanza religiosa escolar hace suyas las finalidades
generales de la escuela, desarrollando los objetivos propios de las disciplinas escolares en las
dimensiones específicas de la conciencia cristiana: capacidad creadora y crítica de la fe,
sentido histórico desde la fe, capacidad para captar la estructura semántica del lenguaje
religioso y su función insustituible en la configuración de la personalidad, un modo peculiar de
entender las relaciones interpersonales y la convivencia humana, un peculiar sentido de las
limitaciones radicales del hombre...”. 9

        La institución escolar no debe renunciar a su función educadora y pretender ser una
hipotética escuela neutral que nada tendría que ver con los problemas humanos del sentido y
se dedique sólo a la transmisión de saberes, preferentemente de tipo racional y técnico y por la
llamada "razón instrumental".

        Esa renuncia pondría en juego la libertad y el ser del hombre. La escuela no puede
renunciar a su condición de ser un lugar señalado para la formación integral del hombre,
mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura; hechos, saberes, valores, sentido de
la vida humana, ética, formas de interpretación, creadora de la realidad, esperanzas,
capacidades de autodefinición, de discernimiento, de distanciamiento crítico respecto a lo dado
y establecido. El objetivo irrenunciable de la institución escolar lleva consigo la referencia a una
determinada visión del hombre y a su sentido último, para afirmarlo, negarlo o prescindir de
él.10 “La escuela no puede olvidar su función de orientar y responder a las grandes preguntas
sobre el sentido final de la vida, en las que el ser humano fundamenta su libertad y construye
su propia personalidad, es decir, donde el alumno aprende esencialmente a ser. Es el servicio
que la enseñanza religiosa aporta a la formación integral del alumno, en su aspecto más
humanizador, colaborando con otras áreas y materias al desarrollo de las capacidades
intelectuales, espirituales y religiosas de la persona”. 11

       La escuela debe buscar una educación plena e integral, no solo q enseñe a conocer y a
hacer, sino también, a ser y a ser con los demás, a convivir.12

        La catequesis situada en el interior de la misión evangelizadora de la Iglesia, es un
momento esencial de la misma y recibe de la evangelización un dinamismo misionero que la
fecunda interiormente y la configura en su identidad. El ministerio de la catequesis es un
servicio eclesial fundamental en la realización del mandato misionero de Jesús, ya mencionado
en el apartado 1.

        La catequesis ofrece una fundamentación a la primera adhesión a Jesucristo y su
Iglesia. Los convertidos son iniciados en el misterio de la salvación y en el estilo de vida propio
del Evangelio. La catequesis, al realizar con diferentes formas esta función de iniciación del
ministerio de la Palabra, lo que hace es poner los cimientos del edificio de la fe. Otras
funciones de ese mismo ministerio irán construyendo, después, las diversas plantas de ese
mismo edificio.




8
  COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 47.
9
  Idem. 89.
10
   Cf. Idem., 5 - 7.
11
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y
misión, 10.
12
   Cf idem.., 9.
La catequesis llama a la fe, y la acción pastoral, que alimenta constantemente a la
comunidad cristiana. Es una acción básica y fundamental en la construcción tanto de la
personalidad del discípulo como de la comunidad.13


     3.4 LA JUSTIFICACIÓN

      La enseñanza religiosa tiene fundamentos educativos, intenta aportar al ser humano
una dimensión de profundidad a su experiencia: MIRA AL CREYENTE (o simpatizante) como
EDUCANDO.

        Dicha enseñanza se basa en el derecho de la persona y de los padres a la formación
religiosa y moral de sus hijos según sus convicciones; y en la contribución que esta enseñanza
proporciona al pleno desarrollo de la personalidad del alumno, finalidad que la Constitución
Española asigna a la educación escolar.14 “A esa finalidad responde la enseñanza religiosa con
la oferta de la dimensión religiosa y trascendente par ala formación integral del alumno, como
un área más dentro del sistema educativo y mediante el diálogo de la fe con la cultura”.15

       Cuando los padres piden que la educación de sus hijos no carezca de esta dimensión,
lo que más o menos explícitamente, desean es que lo religioso se integre en la formación
humana, que el sentido de la vida y visión del mundo que van a recibir en la escuela tengan
perspectiva cristiana.16

      La catequesis se fundamenta en motivos teológico – pastorales, intenta el encuentro
personal con Dios en la profundidad de la experiencia humana: MIRA AL EDUCANDO como
CREYENTE (o simpatizante).

       La catequesis es un deber que tiene su origen en un mandato del Señor ya citado en
varias ocasiones a lo largo de este trabajo. “La Iglesia transmite la fe de forma activa, la
siembra en el corazón de los catecúmenos y catequizandos para que fecunde sus experiencias
más hondas. La profesión de fe recibida de la Iglesia (traditio), al germinar y crecer a lo largo
del proceso catequético, es devuelta (redditio) enriquecida con los valores de las diferentes
culturas”. 17

        Y un derecho porque todo bautizado tiene el derecho de recibir de la Iglesia una
enseñanza y una formación que le permitan iniciar una vida verdaderamente cristiana y porque
toda persona humana tiene el derecho a buscar la verdad religiosa y de adherirse plenamente
a ella.18 La Iglesia, al transmitir —en la iniciación cristiana— la fe y la vida nueva actúa como
madre de los hombres, que engendra a unos hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y
nacidos de Dios.19 Precisamente por ser madre es también educadora de la fe; es madre y
maestra. “Por la catequesis alimenta a sus hijos con su propia fe y los inserta, como miembros,
a la familia eclesial. Como buena madre, les ofrece el Evangelio en toda su autenticidad y



13
   Cf. D.G.C. 63 y 64.
14
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 17 - 33.
15
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y
misión, 6.
16
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 62.
17
   D.G.C., 78.
18
   Cf. C.T. 14.
19
   Cf. L.G. 64.
pureza, que les es dado, al mismo tiempo, como alimento adaptado, culturalmente enriquecido
y como respuesta a las aspiraciones más profundas del corazón humano”.20

         Los padres que envían a sus hijos a catequesis, o que acuden a ella por propia
iniciativa, se supone una intención directa y explícita de buscar la evangelización y una más
profunda integración en la comunidad cristiana.


     3.5 ORIGEN

        Según el Directorio General para la Catequesis: “El ministerio de la Palabra se ejerce de
forma múltiple. La Iglesia, desde la época apostólica, en su deseo de ofrecer la Palabra de Dios
de la manera más conveniente, ha realizado este ministerio a través de formas muy variadas.
Todas ellas sirven para canalizar aquellas funciones básicas que el ministerio de la Palabra
está llamado a desplegar”.21

        Aplicado esto a la enseñanza religiosa escolar vemos que su peculiaridad estriba en la
situación en que se ejerce (el ámbito escolar) y en el fin original que pretende (hacer posible la
síntesis entre fe y cultura en el interior del proceso educativo). 22 El ministerio de la Palabra se
ejerce en un diálogo de la Iglesia con el mundo y, en concreto, con la institución escolar.

        Esta identidad de la enseñanza religiosa dentro del ministerio de la Palabra hace que se
rija por leyes propias, lo cual es muy importante a la hora de plantearse la finalidad, los
contenidos, los objetivos y el método de esta enseñanza.23

        En la catequesis, el ministerio de la Palabra se realiza en un diálogo en el interior de la
comunidad cristiana. Tras una convocatoria y llamada a la fe procedente de un primer anuncio,
la Iglesia realiza la función de iniciación fundamentalmente por medio de la catequesis, en
relación íntima con los sacramentos de iniciación.24

       Igualmente, la Iglesia, por medio de una catequesis permanente, o mejor dicho por una
formación permanente, término más correcto como hemos visto en clase, no deja de prestar
una atención hacia aquellos que han recibido la fe y que permanecen en contacto con el
Evangelio. Así trata de hacer más madura la fe de esos creyentes, profundizando en ella,
consolidándola y alimentándola.25


     3.6 LOS FINES Y OBJETIVOS

         La enseñanza religiosa escolar tiene como objetivo “estimular a que, desde un
conocimiento de la fe cristiana, tenga lugar el diálogo interdisciplinar que debe establecerse
entre el Evangelio y la cultura humana, en cuya asimilación crítica madura el alumno. La
enseñanza religiosa pretende integrar esta dimensión en la formación de la personalidad,
incorporar el saber de la fe en el conjunto de los demás saberes y la actitud cristiana en el
interior de la actitud general que el alumno va adoptando ante la vida”.26
20
   D.G.C., 79.
21
   Idem., 50.
22
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 72.
23
   Idem., 73.
24
   Cf. D.G.C. 51.
25
   Cf. E.N. 54.
26
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 65.
Nuestra cultura occidental está sustentada y conformada profundamente por creencias,
costumbres, ritos, fiestas, valores y modos de vida cristianos. Es imposible interpretarla en
profundidad sin tener en cuenta ese punto de referencia. La escuela debe transmitir el
patrimonio cultural cristiano ofreciendo a los alumnos los elementos del suelo nutricio de
nuestra cultura. Y ha de poder ofrecerlos en toda su verdad y realidad, mediante una
presentación creyente de los mismos. Igualmente, la escuela debe tener como objetivo que los
alumnos se inserten de forma crítica en la sociedad y dar respuesta al sentido último de la vida
con todas sus implicaciones éticas.27
       No persigue necesariamente la adhesión a la fe.

        La catequesis de la comunidad cristiana tiene como objetivo que la fe del cristiano se
inicie y madure en el seno de esa comunidad, enraizándose en la fe de la misma,
explicitándose en todas sus dimensiones noéticas o cognoscitivas, nutriéndose en las
celebraciones litúrgicas y robusteciéndose en los compromisos cristianos. La vivencia de la
comunidad cristiana, en suma, es el lugar apropiado para la maduración de la fe personal y
comunitaria.

       “El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no sólo en contacto sino en comunión,
en intimidad con Jesucristo: sólo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y
hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad”.28


     3.7 LOS CONTENIDOS

       El contenido de la enseñanza religiosa escolar debe ser una presentación del Mensaje y
acontecimiento cristiano que haga posible la síntesis entre la fe y la cultura, procurando al
alumno una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo y abrirle desde ella a los
problemas del sentido último de la vida y orientarle en ellos. Para ello es necesario presentar lo
que es la fe cristiana en sus elementos fundamentales, en su contenido esencial.29

        Pero los contenidos de la enseñanza de la religión no son sólo un saber sobre el hecho
religioso cristiano. “Esta enseñanza busca situarse, no al lado de los demás saberes, como las
matemáticas pueden situarse junto a la historia, sino en diálogo interno con ellos. El mensaje y
acontecimiento cristiano es palabra viva y eficaz que acrecienta la fe de muchos cristianos y
puede nacer en los no creyentes y fortalecer la vida de los que escuchan y la aceptan. Hay que
tener en cuenta que en la enseñanza de la Religión y Moral Católica se transmite no sólo una
palabra sobre Dios sino la Palabra de Dios, que se dirige a todo el ser humano, a todas sus
capacidades, vivencias y expectativas”.30

       “Este núcleo esencial consiste en dar testimonio, de una manera sencilla y directa, del
Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo, haciendo ver cómo en Jesucristo, Hijo




27
   Cf. Idem., 13 - 16.
28
   C.T. 5.
29
   Los contenidos de la Enseñanza Religiosa Escolar los podemos encontrar explicitados en los Diseños Curriculares
de Religión y Moral Católicas de la Educación Infantil, Primaria, Secundaria y F.P. Aquí nos referiremos a los
presentados por la COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, en las Orientaciones pastorales
sobre la enseñanza religiosa escolar, 91 – 96; y por la CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA,
Dimensión religiosa de la educación en la Escuela Católica, 82 - 95.
30
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y
misión, 20.
de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como
don de la gracia y de la misericordia de Dios”. 31

        “Cualquiera que fuera el desarrollo escolar de este núcleo esencial del Mensaje
cristiano, habrá de revertir siempre la forma de una cierta síntesis orgánica de pensamiento”.32

      En la catequesis, el contenido son los contenidos de la fe, los mismos contenidos de la
evangelización, que Pablo VI indicó en Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi:33

       Es Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo. También debe contener la
proclamación de que Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, es la
salvación para todos los hombres. Además comprende la predicación del amor de Dios para
con nosotros y de nuestro amor hacia Dios, la predicación del amor fraterno para con todos los
hombres, capacidad de donación, de perdón, de renuncia, de ayuda al hermano.

        Este mensaje debe ser fiel al depósito confiado a la Iglesia y es un mensaje de
liberación integral de la persona, entrada en el reino de Dios que exige una respuesta por parte
del hombre

        Además de estos elementos a no olvidar presentes en la catequesis, se debe dar una
integridad del contenido, unos métodos pedagógicos adaptados y una dimensión ecuménica en
dicha catequesis.34


     3.8 LA METODOLOGÍA

        La enseñanza religiosa escolar supone una metodología que provoca una relación
activa y empática con la cultura religiosa. Usa el método fenomenológico.35

        Pretende establecer un diálogo con la realidad cultural en una triple dirección:
informando sobre la relación e influjo mutuo entre la cultura occidental y el hecho religioso y
cristiano; juzgando y criticando esa cultura a la luz de la fe; y reinterpretando las expresiones
de la fe a la luz de los valores que emergen de la cultura actual.36

        La enseñanza religiosa tiene acentos distintos según la edad de los alumnos. El
despertar del juicio crítico en el alumno comienza con el nacimiento de la adolescencia y marca
un momento determinante. Antes de la adolescencia, la enseñanza religiosa se debe situar
bajo el signo de una presentación de datos para integrar la síntesis del Mensaje en el proceso
de su formación. Posteriormente, se acentuará el análisis de datos de manera que la
presentación sintética de la fe cristiana se vea acompañada de un discernimiento crítico, tanto
del propio Mensaje como de la cultura humana. Sólo sobre la base de unas convicciones
fundamentales, el juicio crítico y el diálogo serán constructivos.37

31
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 92.
32
   Idem., 93.
33
   Cf. E.N. Cap. III. Contenido de la eangelización. 25 – 39.
34
   Cf. C.T. 29 –33.
35
   La CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, en su documento: Dimensión religiosa de la
educación en la Escuela Católica, ofrece unas orientaciones para la presentación del mensaje, 82 – 95. Y la
COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, hace notar diferentes modalidades de presentación, 97 – 128.
36
   Cf. D.C.B. de Religión y Moral Católica. (1991). Cap.VI: Orientaciones didácticas, 10.
37
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 97.
La catequesis no posee un método propio ni único. La integridad del mensaje no
dispensa del equilibrio entre fidelidad al mensaje y adaptación a los catequizandos, ni del
carácter orgánico y jerarquizado de dicha comunicación. “Se puede partir de Dios para llegar a
Cristo, y al contrario; igualmente, se puede partir del hombre para llegar a Dios, y al contrario.
La adopción de un orden determinado en la presentación del mensaje debe condicionarse a las
circunstancias y a la situación de fe del que recibe la catequesis”.38 En la transmisión de la fe, a
la luz de la pedagogía de Dios, discierne los métodos de cada época, asume con libertad de
espíritu todos los elementos que no son contrarios al Evangelio, y los pone a su servicio. La
metodología de la catequesis tiene por objeto la educación de la fe; se sirve de las ciencias
pedagógicas y de la comunicación aplicadas a la catequesis; tiene en cuenta las muchas y
notables adquisiciones de la catequética contemporánea.39

         Se elegirá el lenguaje que mejor transmita este contenido a determinada persona o
grupo de personas. La elección sería válida en la medida en que esté inspirada por el humilde
afán de ajustarse mejor a un contenido que debe permanecer intacto. El método y el lenguaje
utilizados deben ser instrumentos para comunicar la totalidad y no una parte del Evangelio.40
“Hay que escoger el itinerario pedagógico más adaptado a las circunstancias por las que
atraviesa la comunidad eclesial o los destinatarios concretos a los que se dirige la catequesis.
De aquí la necesidad de investigar cuidadosamente y de encontrar los caminos y los modos
que mejor respondan a las diversas situaciones”.41 El catequista debe reconocer que el método
está al servicio del Evangelio y de la conversión y saber que el contenido de la catequesis no
es indiferente a cualquier método, que exige un proceso de transmisión adecuado a la
naturaleza del mensaje, a sus fuentes y lenguajes, a las circunstancias concretas de la
comunidad eclesial, a la condición de cada uno de los catequizandos. “Por su importancia para
la catequesis tanto en el pasado como en el presente merecen ser recordados el método de
iniciación a la Biblia; el método o pedagogía del documento, del Símbolo en particular, en
cuanto que la catequesis es transmisión de los documentos de la fe; el método de los signos
litúrgicos y eclesiales; el método propio de la comunicación a través de los mass-media. Un
buen método de catequesis es garantía de fidelidad al contenido”.42

        “Atendiendo a la historia de la catequesis, hoy se habla habitualmente de vía inductiva y
deductiva. El método inductivo consiste en la presentación de hechos (acontecimientos
bíblicos, actos litúrgicos, hechos de la vida de la Iglesia y de la vida cotidiana...) a fin de
descubrir en ellos el significado que pueden tener en la Revelación divina.

       El método inductivo no excluye, más bien exige el método deductivo, que explica y
describe los hechos procediendo desde sus causas. Pero la síntesis deductiva tendrá pleno
valor sólo cuando se ha hecho el proceso inductivo”. 43


     3.9 LOS RESPONSABLES

       La enseñanza religiosa escolar tiene, por un lado una “estructura civil” con metas,
métodos y características comunes a cualquier otra asignatura de la institución escolar. Y, por
otro, se presenta también como “una forma del ministerio de la Palabra con una identidad

38
   D.G.C. (1997). 118.
39
   Cf. D.G.C. (1997). 148.
40
   Cf. C.T. 31.
41
   D.G.C. (1997). 118.
42
   Idem. 149. También se encuentra más detalladamente desarrollado aspectos como el lenguaje y los medios de
comunicación, en 208 y 209 respectivamente.
43
   D.G.C. 150.
propia. Trata, en efecto, de hacer presente el Evangelio en el proceso personal de asimilación
sistemática de la cultura que realizan los alumnos. Es, por tanto, una actividad plenamente
eclesial”.44

        Según lo afirmado anteriormente, la competencia e iniciativa radical sobre la escuela se
encontraría en la sociedad basada en el derecho de la familia y configurada por grupos
diversos; la competencia garantizadora del tipo de educación, en las diversas comunidades
culturales y religiosas del país; la competencia e iniciativa promotora y de tutela, en el Estado.

        La responsabilidad de ofrecer la enseñanza religiosa radica en la escuela en cuanto
servicio de la sociedad. Pero la escuela tiene el deber de reclamar que la confesión religiosa
correspondiente asegura la veracidad de la enseñanza religiosa que se oferte. La Iglesia tiene
el derecho y la obligación de garantizar la autenticidad de esta enseñanza. Su contenido, y sus
líneas metodológicas fundamentales de él derivadas, deben ser decididos por la competente
autoridad eclesiástica. Cuando realizan su labor docente, los profesores de religión actúan en
nombre de la sociedad y desde la naturaleza propia de la escuela, pero también en nombre de
la Iglesia, y desde su vocación de creyentes; actúan desde su competencia científica y
académica, pero al mismo tiempo desde la fe y el testimonio. La misión del profesor de Religión
en la escuela es indudablemente una vocación especial al servicio de la Iglesia. El servicio de
la enseñanza lo realizan los profesores de religión, no sólo como creyente sino además como
enviados y colaboradores de los obispos.45

       “La Iglesia católica, al asumir esta responsabilidad en el ámbito educativo, es consciente
de ejerce un tipo de evangelización muy particular sobre el que no tiene la total iniciativa,
principalmente en las escuela estatales, ya que colabora en un servicio social, desarrollado por
esa institución cívica que es la escuela, con todos sus condicionantes.

        La Iglesia –las confesiones religiosas– puede y debe colaborar en el campo de la acción
social, que el Estado tiene obligación de dejar libre en el ámbito de la cultura y de la
enseñanza, en un marco jurídico de respeto a los derechos fundamentales de la persona
humana y, en concreto, el derecho a la libertad religiosa. No invade, por tanto, la Iglesia un
campo ajeno. Hace una oferta al grupo humano desde el punto de vista de la acción social y
educativa, aunque, desde el punto de vista de la conciencia eclesial, esa oferta social sea un
servicio vinculado por una parte a la misión jerárquica de evangelizar a los hombres y por otra
al deber de los creyentes de exigirla y de recurrir a ella.

        La Iglesia está llamada a servir a los hombres. Debe estar dispuesta a poner al servicio
de todos cuanto ella es y posee, sin distinguir siempre y necesariamente entre quienes son
miembros de la Iglesia y quienes no lo son. Por eso, una enseñanza religiosa escolar que no se
proponga ayudar a toda clase de alumnos a pensar y actuar con pleno sentido y madurez,
presentándoles toda la riqueza de la vida religiosa y de la fe, es algo absolutamente legítimo
desde el punto de vista de la evangelización. Si se impidiese a la Iglesia realizar esta misión, se
mutilaría una de las posibilidades más altas de realización de la vida humana”.46

       Como resumen, “en la enseñanza religiosa escolar, la Iglesia actúa en un ámbito creado
primordialmente para la educación del ciudadano en cuanto tal, en estructuras de la sociedad
para tal fin. En ellas, la Iglesia es llamada a prestar un servicio, como pueden ser llamadas
otras confesiones religiosas u otros grupos culturales. La Iglesia puede tener o no posibilidades

44
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y
misión, 41.
45
   Cf. Idem., 42 – 43.
46
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 44 - 46.
de responder a esta petición. Si acepta, tiene que adaptar la enseñanza religiosa a los
objetivos y métodos propios del quehacer escolar: encarnar su acción dentro de los
condicionantes concretos históricos de la institución docente.

       Aunque el sistema educativo o el centro escolar pueden adolecer de condicionantes
negativos, hay que impartir enseñanza religiosa en la medida en que tales condicionantes no
entren en contradicción con la fe cristiana.

       En la catequesis de la comunidad cristiana, la Iglesia actúa por propia iniciativa en las
estructuras que ella misma establece para catequizar: catecumenados, parroquias, grupos
apostólicos, pequeñas comunidades,... Es la comunidad la que convoca e invita”.47

       La catequesis es una responsabilidad de toda la comunidad cristiana. La misma
educación permanente de la fe es un asunto que atañe a toda la comunidad. La catequesis es,
por tanto, una acción educativa realizada a partir de la responsabilidad peculiar de cada
miembro de la comunidad, en un contexto o clima comunitario rico en relaciones, para que los
catecúmenos y catequizandos se incorporen activamente a la vida de dicha comunidad.

        La comunidad cristiana al final del proceso catequético acoge a los catequizados en un
ambiente fraterno donde puedan vivir, con la mayor plenitud posible, lo que han aprendido. Los
nuevos convertidos aportan a la comunidad que los acoge una nueva riqueza humana y
religiosa. Así, la comunidad crece y se desarrolla, ya que la catequesis no sólo conduce a la
madurez de la fe a los catequizandos, sino a la madurez de la misma comunidad como tal.

        Aunque toda la comunidad cristiana es responsable de la catequesis, no todos reciben
la misión de ser catequistas. Junto a la misión originaria que tienen los padres respecto a sus
hijos, la Iglesia confía oficialmente a determinados miembros del Pueblo de Dios,
especialmente llamados, a la delicada tarea de transmitir orgánicamente la fe en el seno de la
comunidad.48


     3.10      LOS DESTINATARIOS

        La enseñanza religiosa escolar va dirigida a grupos humanos, no necesariamente
creyentes, convocados a una formación integral en la escuela. Como es lógico, este grupo
humano está compuesto por alumnos en edad escolar y el motivo de su presencia es que lo
religioso se integre en su formación humana, el sentido de la vida y la visión del mundo en
perspectiva cristiana. La presencia es libre, pedida por ellos o por sus padres.49

        La catequesis va destinada a50 creyentes que desean una formación básica en la
doctrina o una formación permanente en la misma, aunque a esto no sea propio llamarlo
catequesis, traducida en testimonio. Estos creyentes son adultos, jóvenes y también niños,
pero no en cuanto que son alumnos. El motivo de su presencia es la búsqueda directa y
explícita de evangelización y su presencia es libre.51




47
   Idem. 61 – 60.
48
   Cf. D.G.C. 220 - 221
49
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 63.
50
   Sobre los destinatarios de la catequesis, ver: C.T. 35 – 45, y D.G.C., toda la cuarta parte,163 – 214.
51
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 62.
Las distintas y variadas situaciones de las personas impulsa a la catequesis “a recorrer
múltiples caminos para salir a su encuentro y adaptar el mensaje cristiano y la pedagogía de la
fe a sus diversas necesidades.

        Así, si se considera la condición inicial de la fe, se abre el camino a la iniciación de
catecúmenos y neófitos; si se atiende al desarrollo de la fe de los bautizados, se habla de
catequesis de profundización o de fundamentación para quienes todavía necesitan
orientaciones esenciales. Si se considera la evolución física y psíquica de los catequizandos,
se trata de la catequesis por edades. Si se tiene en cuenta, en cambio, los contextos socio-
culturales, se presenta una catequesis según categorías...”.52


     3.11     CLASE DE VÍNCULO

       En la enseñanza religiosa escolar los grupos humanos están vinculados por las
estructuras y objetivos propios de la escuela, por relaciones académicas de índole
pedagógica.53

        En la catequesis, los grupos de creyentes están primordialmente reunidos por el vínculo
de la fe, por convicciones de fe vivida, celebrada y anunciada; constituyendo comunidades
eclesiales; la relación es de índole testimonial, exigiendo una comunión en la misma fe.54


     3.12     EL LUGAR

       El espacio propio de la educación religiosa escolar es el colegio, lugar de cultura. La
formación del ciudadano dentro de una estructura creada por la sociedad, la escuela, creadas
para tal fin. La E.R.E. asume y se desarrolla desde los objetivos propios de la escuela.

       La enseñanza religiosa escolar se desarrolla en contextos escolares diversos, lo que
hace que adquiera también acentos diversos. “Estos acentos dependen de las condiciones
legales y organizativas, de la concepción didáctica, de los presupuestos personales de los
educadores y de los alumnos, y de la relación de la enseñanza religiosa escolar con la
catequesis familiar y parroquial”.55

        Es necesario que la orientación que se dé a la enseñanza religiosa escolar, responda a
su finalidad y a sus peculiares características.

       “Los alumnos tienen el derecho de aprender, con verdad y certeza, la religión a la que
pertenecen. Este derecho a conocer más a fondo la persona de Cristo y la integridad del
anuncio salvífico que Él propone, no puede ser desatendido. El carácter confesional de la
enseñanza religiosa escolar, desarrollada por la Iglesia según las modalidades y formas
establecidas en cada país, es -por tanto- una garantía indispensable ofrecida a las familias y a
los alumnos que eligen tal enseñanza”.56




52
   D.G.C. 165.
53
   Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza
religiosa escolar, 59.
54
   Cf. Idem.
55
   D-G.C. 74.
56
   Idem.
El lugar propio de la catequesis son los lugares propios de la comunidad cristiana: las
Comunidades Eclesiales de base, la parroquia, la familia, la escuela, los grupos apostólicos,
etc.

        “La comunidad cristiana es el origen, lugar y meta de la catequesis. De la comunidad
cristiana nace siempre el anuncio del Evangelio, invitando a los hombres y mujeres a
convertirse y a seguir a Jesucristo. Y es esa misma comunidad la que acoge a los que desean
conocer al Señor y adentrarse en una vida nueva. Ella acompaña a los catecúmenos y
catequizandos en su itinerario catequético y, con solicitud maternal, les hace partícipes de su
propia experiencia de fe y les incorpora a su seno”. 57

         La parroquia “debe encontrar su vocación, el ser una casa de familia, fraternal y
acogedora, donde los bautizados y los confirmados toman conciencia de ser pueblo de Dios.
Allí, el pan de la buena doctrina y el pan de la Eucaristía son repartidos en abundancia en el
marco de un solo acto de culto; desde allí son enviados cada día a su misión apostólica en
todas las obras de la vida del mundo”.58


     3.13        EL MATERIAL

        Con respecto al material, hay poco que decir, pues aunque no sea obligatorio y, a veces
incluso desaconsejable y mucho más aconsejable según los destinatarios un material propio
que logre la consecución de los objetivos propuestos en la enseñanza religiosa escolar o las
directrices marcadas por el Directorio General para la Catequesis; sin embargo, hay cantidad
de material al que se puede acudir o seguir en cualquiera de las dos acciones evangelizadoras
que venimos citando.

      Para la enseñanza religiosa escolar hay muchísimos libros de texto enmarcados en
programas escolares diseñados por las distintas editoriales siguiendo lo marcado por la
Conferencia Episcopal Española y con su aprobación posterior.

        Para la catequesis también las distintas editoriales, aunque en menor número que para
la enseñanza religiosa escolar, ofrecen manuales de catequesis que se analizan desde las
distintas delegaciones de catequesis en las distintas diócesis para posteriormente aconsejar
unas u otras.

        Una última observación, que ya hace Pablo VI, “sucede a veces que las escuelas
estatales ponen libros a disposición de los alumnos, en los que las religiones, incluida la
católica, son presentadas a título cultural histórico, moral y literario. Una presentación objetiva
de los hechos históricos, de las diferentes religiones y confesiones cristianas puede contribuir a
una mejor comprensión recíproca. En tal caso se hará todo lo posible para que la presentación
sea verdaderamente objetiva, al resguardo de sistemas ideológicos y políticos o de pretendidos
prejuicios científicos que deformarían su verdadero sentido. De todos modos, estos manuales
no deben considerarse como obras catequéticas: les falta para ello el testimonio de creyentes
que exponen la fe a otros creyentes, y una comprensión de los misterios cristianos y de lo
específicamente católico, todo ello sacado de lo profundo de la fe”.59


57
   Idem. 254. En 255 –264 se refiere al ámbito de la familia, del catecumenado bautismal de adultos, a la parroquia
como lugar más significativo de la catequesis, a la escuela; a asociaciones, movimientos y agrupaciones de fieles; y,
por último, a las comunidades eclesiales de base.
58
   C.T. 67. Seguidamente hace referencia a “otros lugares” como la familia, la escuela, movimientos, y por último,
institutos de formación (cf. 68 – 71)
59
   C.T. 34.
Es precisamente esta característica del testimonio de creyentes una de las principales
características que diferencian los manuales de catequesis a los libros de texto escolares de
religión y moral católica.

       “Junto a los instrumentos dedicados a orientar y planificar el conjunto de la acción
catequética (análisis de situación, programa de acción y Directorio catequético) están los
instrumentos de trabajo de uso inmediato, que se utilizan dentro del mismo acto catequético.
En primer lugar están los textos didácticos que se ponen directamente en manos de los
catecúmenos y catequizandos. Y junto a ellos están también las guías para los catequistas y,
tratándose de catequesis de niños, para los padres. Asimismo son importantes los medios
audiovisuales que se utilizan en catequesis y sobre los que se debe ejercer el oportuno
discernimiento.

       El criterio inspirador de estos instrumentos de trabajo ha de ser el de la doble fidelidad a
Dios y a la persona humana, que es una ley fundamental para toda la vida de la Iglesia. Se
trata, en efecto, de saber conjugar una exquisita fidelidad doctrinal con una profunda
adaptación al hombre, teniendo en cuenta la psicología de la edad y el contexto socio-cultural
en que vive”.60

          Estos instrumentos catequéticos han de ser capaces de:61
–      conectar con la vida concreta de la generación a la que se dirigen, teniendo bien presentes
       sus inquietudes y sus interrogantes, sus luchas y sus esperanzas;
–      encontrar el lenguaje comprensible a esta generación.
–      producir en sus usuarios un conocimiento mayor de los misterios de Cristo, en orden a una
       verdadera conversión y a una vida más conforme con el querer de Dios.


       3.14         LAS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS

           Poco hay que mencionar sobre las actividades complementarias.

        En la enseñanza religiosa escolar, las actividades son de tipo confesionales, culturales y
pueden ser también no confesionales. Normalmente son visitas a instituciones o edificios con
objetivos incardinados en los contenidos de conocimiento. Algunas pueden ir encaminadas a la
consecución de los actitudinales, siendo referentes el voluntariado o la acción que ejercen
dichas personas o instituciones a las que se visita. Otras son de tipo procedimentales, tales
como trabajos de investigación, entrevistas, etc.

        En la catequesis, las actividades complementarias son de tipo vivenciales o de
apostolado. Están encaminadas normalmente a la mayor inserción en la vida de la comunidad
cristiana, o para que los niños o jóvenes o adultos experimenten situaciones que les lleve a un
mayor compromiso cristiano o simplemente de iniciación al apostolado para que se produzca
una toma de contacto con dicho compromiso y se vayan creando expectativas en dicho campo.

        No obstante, se deben cuidar dichas actividades con un planteamiento de criterios y
objetivos claros en el diseño y realización de tales actividades. No deben quedar reducidas a
mero premio o actividades lúdicas, sino que deben tener una clara intención evangelizadora y
de formación cristiana a la persona o provocando un crecimiento en la madurez de la fe según
pertenezca al ámbito de la enseñanza religiosa escolar o la catequesis, respectivamente.
Aunque no sea fácil diferenciar las actividades propias para cada campo.


60
     D.G.C. 283.
61
     Cf. C.T. 49.
3.15     LA EVALUACIÓN

        La evaluación en la enseñanza religiosa escolar debe ser la propuesta por el modelo
educativo vigente, en este caso, la LOGSE. Introduce este sistema una distinción fundamental,
entre “evaluación del alumno”, “evaluación de los procesos educativos” y “evaluación del
sistema educativo”62. Con respecto al alumno, la Evaluación deja de ser un sistema de
selección que deja atrás a los menos preparados para contribuir a la construcción de la
pirámide social. El nuevo sistema educativo consagra la Evaluación como un sistema de
promoción.

       En consecuencia, cambia también la perspectiva sobre el sujeto de la Evaluación. En el
sistema anterior era el alumno el principal sujeto de la Evaluación. En el modelo LOGSE63
además del alumno, se evalúa el sistema como tal64 y la acción de sus principales
protagonista.65 Cambia, asimismo, el “lugar” de la Evaluación. En el anterior sistema, la
Evaluación tenía lugar siempre “después de”. Se evaluaba “después de” ver una unidad; o
“después de” haber visto el programa del trimestre, o “al final de” curso, después que han sido
desarrollados los programas y realizadas las actividades docentes. En el modelo educativo
LOGSE, la Evaluación es una actividad plenamente integrada en el resto de las actividades
docentes. Es una actividad docente más.

       El profesor de religión, como el de las otras áreas, evalúa el proceso de enseñanza -
aprendizaje teniendo en cuenta los elementos que lo componen, es decir, los objetivos y
contenidos del currículo. No evalúa la fe en su grado de adhesión al mensaje, ni sus posibles
consecuencias transformadoras en la vida real de los alumnos, aunque el aprendizaje
académico de la religión sea apoyo importante de la fe de los mismos.66

      La evaluación en la catequesis es personal y de “acompañamiento”. Se realiza y se
plasma en un seguimiento del proceso de fe del catequizando.

       Igualmente se debería ampliar dicha evaluación a la situación en que viven los
catequizandos y cómo ésta ha influido en nuestra programación pastoral. Evaluación de dicha
acción pastoral: cómo está ubicada en el proceso evangelizador, la coordinación ejercida con la
comunidad cristiana, la calidad interna, los contenidos impartidos y metodología utilizada, la
labor de los catequistas y su formación, las experiencias humanas y religiosas evocadas, los
valores propuestos. Todo esto resumido en el resultado final de la presencia cristiana en la
sociedad de los catequizandos.




62
   Libro Blanco, pp. 241, n.2 y 243, n.8.
63
   LOGSE, art. 61.
64
   Blanco, p. 241, n.2. Cfr. DCB Primaria, p. 67.
65
   Libro Blanco, p. 244, n.10.
66
   COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica. Identidad y
Misión, 20

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  • 1. 3. DIFERENCIAS ENTRE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR Y CATEQUESIS. A continuación y, a modo de esquema, podemos ver un cuadro de distinción entre el modo de presentar la fe según se trate de la enseñanza de la religión o de la Catequesis. ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN LA CATEQUESIS: La fe como La fe como objeto de estudio objeto de práctica 1. La ciencia de fondo. Pedagogía didáctica. Teología pastoral Catequética. 2. El tipo de educación. Enseñanza religiosa escolar. Catequesis. 3. La exigencia. Misión de la escuela. Misión eclesial. 4. La justificación. Fundamentos educativos. Motivos teológico-pastorales. 5. Origen. Diálogo fe – cultura. Diálogo en la fe. Personalización, culturización, Crecimiento y maduración en la fe 6. Los fines y objetivos. socialización. y la comunidad – Iglesia. Mediaciones culturales de la 7. Los contenidos. Contenidos de la fe. revelación cristiana. Relación activa y empática con la Participación activa y personal en 8. La metodología. cultura religiosa; método la relación con Dios; métodos fenomenológico. vivenciales. Escuela - Iglesia; Maestro y 9. Los responsables. Iglesia – Catequistas. profesores. 10. Los destinatarios. Ciudadanos. Cristianos. 11. Clase de vínculo. Relaciones académicas. Vínculo de la fe. Comunidad cristiana - familia - 12. El lugar. Colegio, lugar de cultura. colegio como comunidad cristiana. 13. El material. Programas escolares. Manuales de catequesis. 14. Las actividades Confesionales - culturales - no Vivenciales – apostolado. complementarias. confesionales. 15. La evaluación. Evaluación escolar. Seguimiento del proceso de fe. La enseñanza religiosa escolar pretende la inteligencia de la fe: qué significado tiene esta fe para el sentido total de la existencia, tanto individual como comunitaria. Esto es lo que se quiere indicar cuando decimos que su objeto de estudio es la fe. La inteligencia de la fe persigue hacernos a nosotros mismos la fe razonable (como sentido último de la vida), poder dar razón de la fe a los demás (expresándola en el lenguaje de nuestra cultura) y ejercer una función crítica en el campo de la cultura (confrontar la fe con otros “saberes”).
  • 2. La catequesis pretende la experiencia de la fe: entablar una relación de amistad personal con el Dios de Jesucristo, abriéndose a la acción del Espíritu y formando parte de la comunidad cristiana. La experiencia de la fe persigue interpretar toda la realidad desde su vivencia (aspecto dogmático), celebrarla comunitariamente (aspecto litúrgico) y vivir en consecuencia con su opción fundamental (aspecto ético-moral). “La enseñanza religiosa escolar y catequesis de la comunidad cristiana se sitúan en dos ámbitos distintos, que les proporciona su peculiaridad propia: En la escuela los grupos humanos quedan primariamente unidos por relaciones académicas de índole pedagógica, mientras que en los ámbitos de la Iglesia, los grupos de creyentes están primordialmente reunidos por el vínculo de la fe, constituyendo comunidades eclesiales; la relación con los catequizados es de índole testimonial, exigiendo una comunión en la misma fe”. 1 3.1 LA CIENCIA DE FONDO En la enseñanza de la religión en la escuela, la ciencia de la religión se hace presente en el ámbito escolar para prestar un servicio a la finalidad pedagógica: la maduración del ser humano. La enseñanza de la religión en la escuela pretende ayudar al alumno a realizar de forma crítica y sistemática una valoración y selección de los elementos de la cultura que recibe y que más contribuyen a su armónico desarrollo dentro del proceso educativo. Todo educador debe hacer posible que el alumno reciba aquellos elementos culturales que le humanicen y potencien sus valores.2 La enseñanza religiosa en la escuela es una materia propia y rigurosamente escolar, equiparable a las demás asignaturas en el planteamiento de sus objetivos, en el rigor científico de sus contenidos, en el carácter formativo de sus métodos, y en la significación educativa del conjunto del programa escolar y del currículo.3 En la Catequesis, las Ciencias de la educación se hacen presente en el ámbito eclesial para prestar un servicio a la finalidad pastoral: hacer posible y madurar la fe de los creyentes. “En la situación actual de la catequesis, razones de método o de pedagogía aconsejen organizar la comunicación de las riquezas del contenido de la catequesis de un modo más bien que de otro. Se puede partir de Dios para llegar a Cristo, y al contrario; igualmente, se puede partir del hombre para llegar a Dios, y al contrario. La adopción de un orden determinado en la presentación del mensaje debe condicionarse a las circunstancias y a la situación de fe del que recibe la catequesis. Hay que escoger el itinerario pedagógico más adaptado a las circunstancias por las que atraviesa la comunidad eclesial o los destinatarios concretos a los que se dirige la catequesis. 1 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 59. 2 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y misión, 33.. 3 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 16.
  • 3. De aquí la necesidad de investigar cuidadosamente y de encontrar los caminos y los modos que mejor respondan a las diversas situaciones”.4 3.2 EL TIPO DE EDUCACIÓN El tipo de educación en la Enseñanza de la Religión impartida como materia ordinaria a aquellos alumnos que la deseen, está en la línea de los objetivos mismos de la escuela. Es función propia de la escuela transmitir, de manera sistemática y crítica, la cultura. Esta transmisión no se hace sólo en orden a lograr que el alumno acreciente sus conocimientos o se inicie en los métodos de aprendizaje y de aplicación del saber a problemas concretos, sino también en orden a una educación de la persona en su capacidad de análisis y de decisión responsable. Los alumnos acuden a los centros escolares no sólo para adquirir una formación científica y unos hábitos intelectuales en los distintos campos del saber, sino también para aprender a orientarse en la vida individual y social. La escuela es lugar privilegiado para la formación integral del hombre, no puede contentarse con instruir, sino que ha de educar, debe cultivar todas las dimensiones de la personalidad de los alumnos y, entre ellas, la dimensión religiosa. Para un sistema educativo entendido como factor de liberación y humanización, como contribución esencial a la comprensión del mundo, como apertura universal y realista a los problemas de la humanidad, la formación religiosa es una exigencia imprescindible, ya que funda, potencia, desarrolla y completa la acción educadora de la escuela.5 Además de ser un instrumento único para comprender aspectos fundamentales que son base de nuestra cultura. La catequesis busca poner a uno no sólo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo. “Toda la acción evangelizadora busca favorecer la comunión con Jesucristo. A partir de la conversión inicial de una persona al Señor, suscitada por el Espíritu Santo mediante el primer anuncio, la catequesis se propone fundamentar y hacer madurar esta primera adhesión. Se trata, entonces, de ayudar al recién convertido a conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto: conocer su “misterio”, el Reino de Dios que anuncia, las exigencias y las promesas contenidas en su mensaje evangélico, los senderos que Él ha trazado a quien quiera seguirle. El Bautismo, sacramento por el que nos configuramos con Cristo, sostiene con su gracia este trabajo de la catequesis”.6 Esta idea es constante en la concepción de catequesis. “La catequesis es esa forma particular del ministerio de la Palabra que hace madurar la conversión inicial hasta hacer de ella una viva, explícita y operativa confesión de fe: La catequesis tiene su origen en la confesión de fe y conduce a la confesión de fe”.7 3.3 LA EXIGENCIA La exigencia de la enseñanza de la religión es la propia misión de la escuela. , siendo una necesidad el que la dimensión religiosa se integre en los procesos de transmisión de la 4 D.G.C., 118. 5 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 10 - 12. 6 D.G.C. 80. 7 Idem. 82.
  • 4. cultura, es, consecuentemente, una exigencia del sistema escolar, y, en su raíz, un derecho del educado tutelado por los padres. 8 “La enseñanza religiosa escolar hace suyas las finalidades generales de la escuela, desarrollando los objetivos propios de las disciplinas escolares en las dimensiones específicas de la conciencia cristiana: capacidad creadora y crítica de la fe, sentido histórico desde la fe, capacidad para captar la estructura semántica del lenguaje religioso y su función insustituible en la configuración de la personalidad, un modo peculiar de entender las relaciones interpersonales y la convivencia humana, un peculiar sentido de las limitaciones radicales del hombre...”. 9 La institución escolar no debe renunciar a su función educadora y pretender ser una hipotética escuela neutral que nada tendría que ver con los problemas humanos del sentido y se dedique sólo a la transmisión de saberes, preferentemente de tipo racional y técnico y por la llamada "razón instrumental". Esa renuncia pondría en juego la libertad y el ser del hombre. La escuela no puede renunciar a su condición de ser un lugar señalado para la formación integral del hombre, mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura; hechos, saberes, valores, sentido de la vida humana, ética, formas de interpretación, creadora de la realidad, esperanzas, capacidades de autodefinición, de discernimiento, de distanciamiento crítico respecto a lo dado y establecido. El objetivo irrenunciable de la institución escolar lleva consigo la referencia a una determinada visión del hombre y a su sentido último, para afirmarlo, negarlo o prescindir de él.10 “La escuela no puede olvidar su función de orientar y responder a las grandes preguntas sobre el sentido final de la vida, en las que el ser humano fundamenta su libertad y construye su propia personalidad, es decir, donde el alumno aprende esencialmente a ser. Es el servicio que la enseñanza religiosa aporta a la formación integral del alumno, en su aspecto más humanizador, colaborando con otras áreas y materias al desarrollo de las capacidades intelectuales, espirituales y religiosas de la persona”. 11 La escuela debe buscar una educación plena e integral, no solo q enseñe a conocer y a hacer, sino también, a ser y a ser con los demás, a convivir.12 La catequesis situada en el interior de la misión evangelizadora de la Iglesia, es un momento esencial de la misma y recibe de la evangelización un dinamismo misionero que la fecunda interiormente y la configura en su identidad. El ministerio de la catequesis es un servicio eclesial fundamental en la realización del mandato misionero de Jesús, ya mencionado en el apartado 1. La catequesis ofrece una fundamentación a la primera adhesión a Jesucristo y su Iglesia. Los convertidos son iniciados en el misterio de la salvación y en el estilo de vida propio del Evangelio. La catequesis, al realizar con diferentes formas esta función de iniciación del ministerio de la Palabra, lo que hace es poner los cimientos del edificio de la fe. Otras funciones de ese mismo ministerio irán construyendo, después, las diversas plantas de ese mismo edificio. 8 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 47. 9 Idem. 89. 10 Cf. Idem., 5 - 7. 11 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y misión, 10. 12 Cf idem.., 9.
  • 5. La catequesis llama a la fe, y la acción pastoral, que alimenta constantemente a la comunidad cristiana. Es una acción básica y fundamental en la construcción tanto de la personalidad del discípulo como de la comunidad.13 3.4 LA JUSTIFICACIÓN La enseñanza religiosa tiene fundamentos educativos, intenta aportar al ser humano una dimensión de profundidad a su experiencia: MIRA AL CREYENTE (o simpatizante) como EDUCANDO. Dicha enseñanza se basa en el derecho de la persona y de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos según sus convicciones; y en la contribución que esta enseñanza proporciona al pleno desarrollo de la personalidad del alumno, finalidad que la Constitución Española asigna a la educación escolar.14 “A esa finalidad responde la enseñanza religiosa con la oferta de la dimensión religiosa y trascendente par ala formación integral del alumno, como un área más dentro del sistema educativo y mediante el diálogo de la fe con la cultura”.15 Cuando los padres piden que la educación de sus hijos no carezca de esta dimensión, lo que más o menos explícitamente, desean es que lo religioso se integre en la formación humana, que el sentido de la vida y visión del mundo que van a recibir en la escuela tengan perspectiva cristiana.16 La catequesis se fundamenta en motivos teológico – pastorales, intenta el encuentro personal con Dios en la profundidad de la experiencia humana: MIRA AL EDUCANDO como CREYENTE (o simpatizante). La catequesis es un deber que tiene su origen en un mandato del Señor ya citado en varias ocasiones a lo largo de este trabajo. “La Iglesia transmite la fe de forma activa, la siembra en el corazón de los catecúmenos y catequizandos para que fecunde sus experiencias más hondas. La profesión de fe recibida de la Iglesia (traditio), al germinar y crecer a lo largo del proceso catequético, es devuelta (redditio) enriquecida con los valores de las diferentes culturas”. 17 Y un derecho porque todo bautizado tiene el derecho de recibir de la Iglesia una enseñanza y una formación que le permitan iniciar una vida verdaderamente cristiana y porque toda persona humana tiene el derecho a buscar la verdad religiosa y de adherirse plenamente a ella.18 La Iglesia, al transmitir —en la iniciación cristiana— la fe y la vida nueva actúa como madre de los hombres, que engendra a unos hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios.19 Precisamente por ser madre es también educadora de la fe; es madre y maestra. “Por la catequesis alimenta a sus hijos con su propia fe y los inserta, como miembros, a la familia eclesial. Como buena madre, les ofrece el Evangelio en toda su autenticidad y 13 Cf. D.G.C. 63 y 64. 14 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 17 - 33. 15 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y misión, 6. 16 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 62. 17 D.G.C., 78. 18 Cf. C.T. 14. 19 Cf. L.G. 64.
  • 6. pureza, que les es dado, al mismo tiempo, como alimento adaptado, culturalmente enriquecido y como respuesta a las aspiraciones más profundas del corazón humano”.20 Los padres que envían a sus hijos a catequesis, o que acuden a ella por propia iniciativa, se supone una intención directa y explícita de buscar la evangelización y una más profunda integración en la comunidad cristiana. 3.5 ORIGEN Según el Directorio General para la Catequesis: “El ministerio de la Palabra se ejerce de forma múltiple. La Iglesia, desde la época apostólica, en su deseo de ofrecer la Palabra de Dios de la manera más conveniente, ha realizado este ministerio a través de formas muy variadas. Todas ellas sirven para canalizar aquellas funciones básicas que el ministerio de la Palabra está llamado a desplegar”.21 Aplicado esto a la enseñanza religiosa escolar vemos que su peculiaridad estriba en la situación en que se ejerce (el ámbito escolar) y en el fin original que pretende (hacer posible la síntesis entre fe y cultura en el interior del proceso educativo). 22 El ministerio de la Palabra se ejerce en un diálogo de la Iglesia con el mundo y, en concreto, con la institución escolar. Esta identidad de la enseñanza religiosa dentro del ministerio de la Palabra hace que se rija por leyes propias, lo cual es muy importante a la hora de plantearse la finalidad, los contenidos, los objetivos y el método de esta enseñanza.23 En la catequesis, el ministerio de la Palabra se realiza en un diálogo en el interior de la comunidad cristiana. Tras una convocatoria y llamada a la fe procedente de un primer anuncio, la Iglesia realiza la función de iniciación fundamentalmente por medio de la catequesis, en relación íntima con los sacramentos de iniciación.24 Igualmente, la Iglesia, por medio de una catequesis permanente, o mejor dicho por una formación permanente, término más correcto como hemos visto en clase, no deja de prestar una atención hacia aquellos que han recibido la fe y que permanecen en contacto con el Evangelio. Así trata de hacer más madura la fe de esos creyentes, profundizando en ella, consolidándola y alimentándola.25 3.6 LOS FINES Y OBJETIVOS La enseñanza religiosa escolar tiene como objetivo “estimular a que, desde un conocimiento de la fe cristiana, tenga lugar el diálogo interdisciplinar que debe establecerse entre el Evangelio y la cultura humana, en cuya asimilación crítica madura el alumno. La enseñanza religiosa pretende integrar esta dimensión en la formación de la personalidad, incorporar el saber de la fe en el conjunto de los demás saberes y la actitud cristiana en el interior de la actitud general que el alumno va adoptando ante la vida”.26 20 D.G.C., 79. 21 Idem., 50. 22 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 72. 23 Idem., 73. 24 Cf. D.G.C. 51. 25 Cf. E.N. 54. 26 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 65.
  • 7. Nuestra cultura occidental está sustentada y conformada profundamente por creencias, costumbres, ritos, fiestas, valores y modos de vida cristianos. Es imposible interpretarla en profundidad sin tener en cuenta ese punto de referencia. La escuela debe transmitir el patrimonio cultural cristiano ofreciendo a los alumnos los elementos del suelo nutricio de nuestra cultura. Y ha de poder ofrecerlos en toda su verdad y realidad, mediante una presentación creyente de los mismos. Igualmente, la escuela debe tener como objetivo que los alumnos se inserten de forma crítica en la sociedad y dar respuesta al sentido último de la vida con todas sus implicaciones éticas.27 No persigue necesariamente la adhesión a la fe. La catequesis de la comunidad cristiana tiene como objetivo que la fe del cristiano se inicie y madure en el seno de esa comunidad, enraizándose en la fe de la misma, explicitándose en todas sus dimensiones noéticas o cognoscitivas, nutriéndose en las celebraciones litúrgicas y robusteciéndose en los compromisos cristianos. La vivencia de la comunidad cristiana, en suma, es el lugar apropiado para la maduración de la fe personal y comunitaria. “El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no sólo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo: sólo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad”.28 3.7 LOS CONTENIDOS El contenido de la enseñanza religiosa escolar debe ser una presentación del Mensaje y acontecimiento cristiano que haga posible la síntesis entre la fe y la cultura, procurando al alumno una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo y abrirle desde ella a los problemas del sentido último de la vida y orientarle en ellos. Para ello es necesario presentar lo que es la fe cristiana en sus elementos fundamentales, en su contenido esencial.29 Pero los contenidos de la enseñanza de la religión no son sólo un saber sobre el hecho religioso cristiano. “Esta enseñanza busca situarse, no al lado de los demás saberes, como las matemáticas pueden situarse junto a la historia, sino en diálogo interno con ellos. El mensaje y acontecimiento cristiano es palabra viva y eficaz que acrecienta la fe de muchos cristianos y puede nacer en los no creyentes y fortalecer la vida de los que escuchan y la aceptan. Hay que tener en cuenta que en la enseñanza de la Religión y Moral Católica se transmite no sólo una palabra sobre Dios sino la Palabra de Dios, que se dirige a todo el ser humano, a todas sus capacidades, vivencias y expectativas”.30 “Este núcleo esencial consiste en dar testimonio, de una manera sencilla y directa, del Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo, haciendo ver cómo en Jesucristo, Hijo 27 Cf. Idem., 13 - 16. 28 C.T. 5. 29 Los contenidos de la Enseñanza Religiosa Escolar los podemos encontrar explicitados en los Diseños Curriculares de Religión y Moral Católicas de la Educación Infantil, Primaria, Secundaria y F.P. Aquí nos referiremos a los presentados por la COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, en las Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 91 – 96; y por la CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Dimensión religiosa de la educación en la Escuela Católica, 82 - 95. 30 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y misión, 20.
  • 8. de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios”. 31 “Cualquiera que fuera el desarrollo escolar de este núcleo esencial del Mensaje cristiano, habrá de revertir siempre la forma de una cierta síntesis orgánica de pensamiento”.32 En la catequesis, el contenido son los contenidos de la fe, los mismos contenidos de la evangelización, que Pablo VI indicó en Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi:33 Es Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo. También debe contener la proclamación de que Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, es la salvación para todos los hombres. Además comprende la predicación del amor de Dios para con nosotros y de nuestro amor hacia Dios, la predicación del amor fraterno para con todos los hombres, capacidad de donación, de perdón, de renuncia, de ayuda al hermano. Este mensaje debe ser fiel al depósito confiado a la Iglesia y es un mensaje de liberación integral de la persona, entrada en el reino de Dios que exige una respuesta por parte del hombre Además de estos elementos a no olvidar presentes en la catequesis, se debe dar una integridad del contenido, unos métodos pedagógicos adaptados y una dimensión ecuménica en dicha catequesis.34 3.8 LA METODOLOGÍA La enseñanza religiosa escolar supone una metodología que provoca una relación activa y empática con la cultura religiosa. Usa el método fenomenológico.35 Pretende establecer un diálogo con la realidad cultural en una triple dirección: informando sobre la relación e influjo mutuo entre la cultura occidental y el hecho religioso y cristiano; juzgando y criticando esa cultura a la luz de la fe; y reinterpretando las expresiones de la fe a la luz de los valores que emergen de la cultura actual.36 La enseñanza religiosa tiene acentos distintos según la edad de los alumnos. El despertar del juicio crítico en el alumno comienza con el nacimiento de la adolescencia y marca un momento determinante. Antes de la adolescencia, la enseñanza religiosa se debe situar bajo el signo de una presentación de datos para integrar la síntesis del Mensaje en el proceso de su formación. Posteriormente, se acentuará el análisis de datos de manera que la presentación sintética de la fe cristiana se vea acompañada de un discernimiento crítico, tanto del propio Mensaje como de la cultura humana. Sólo sobre la base de unas convicciones fundamentales, el juicio crítico y el diálogo serán constructivos.37 31 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 92. 32 Idem., 93. 33 Cf. E.N. Cap. III. Contenido de la eangelización. 25 – 39. 34 Cf. C.T. 29 –33. 35 La CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, en su documento: Dimensión religiosa de la educación en la Escuela Católica, ofrece unas orientaciones para la presentación del mensaje, 82 – 95. Y la COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, hace notar diferentes modalidades de presentación, 97 – 128. 36 Cf. D.C.B. de Religión y Moral Católica. (1991). Cap.VI: Orientaciones didácticas, 10. 37 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 97.
  • 9. La catequesis no posee un método propio ni único. La integridad del mensaje no dispensa del equilibrio entre fidelidad al mensaje y adaptación a los catequizandos, ni del carácter orgánico y jerarquizado de dicha comunicación. “Se puede partir de Dios para llegar a Cristo, y al contrario; igualmente, se puede partir del hombre para llegar a Dios, y al contrario. La adopción de un orden determinado en la presentación del mensaje debe condicionarse a las circunstancias y a la situación de fe del que recibe la catequesis”.38 En la transmisión de la fe, a la luz de la pedagogía de Dios, discierne los métodos de cada época, asume con libertad de espíritu todos los elementos que no son contrarios al Evangelio, y los pone a su servicio. La metodología de la catequesis tiene por objeto la educación de la fe; se sirve de las ciencias pedagógicas y de la comunicación aplicadas a la catequesis; tiene en cuenta las muchas y notables adquisiciones de la catequética contemporánea.39 Se elegirá el lenguaje que mejor transmita este contenido a determinada persona o grupo de personas. La elección sería válida en la medida en que esté inspirada por el humilde afán de ajustarse mejor a un contenido que debe permanecer intacto. El método y el lenguaje utilizados deben ser instrumentos para comunicar la totalidad y no una parte del Evangelio.40 “Hay que escoger el itinerario pedagógico más adaptado a las circunstancias por las que atraviesa la comunidad eclesial o los destinatarios concretos a los que se dirige la catequesis. De aquí la necesidad de investigar cuidadosamente y de encontrar los caminos y los modos que mejor respondan a las diversas situaciones”.41 El catequista debe reconocer que el método está al servicio del Evangelio y de la conversión y saber que el contenido de la catequesis no es indiferente a cualquier método, que exige un proceso de transmisión adecuado a la naturaleza del mensaje, a sus fuentes y lenguajes, a las circunstancias concretas de la comunidad eclesial, a la condición de cada uno de los catequizandos. “Por su importancia para la catequesis tanto en el pasado como en el presente merecen ser recordados el método de iniciación a la Biblia; el método o pedagogía del documento, del Símbolo en particular, en cuanto que la catequesis es transmisión de los documentos de la fe; el método de los signos litúrgicos y eclesiales; el método propio de la comunicación a través de los mass-media. Un buen método de catequesis es garantía de fidelidad al contenido”.42 “Atendiendo a la historia de la catequesis, hoy se habla habitualmente de vía inductiva y deductiva. El método inductivo consiste en la presentación de hechos (acontecimientos bíblicos, actos litúrgicos, hechos de la vida de la Iglesia y de la vida cotidiana...) a fin de descubrir en ellos el significado que pueden tener en la Revelación divina. El método inductivo no excluye, más bien exige el método deductivo, que explica y describe los hechos procediendo desde sus causas. Pero la síntesis deductiva tendrá pleno valor sólo cuando se ha hecho el proceso inductivo”. 43 3.9 LOS RESPONSABLES La enseñanza religiosa escolar tiene, por un lado una “estructura civil” con metas, métodos y características comunes a cualquier otra asignatura de la institución escolar. Y, por otro, se presenta también como “una forma del ministerio de la Palabra con una identidad 38 D.G.C. (1997). 118. 39 Cf. D.G.C. (1997). 148. 40 Cf. C.T. 31. 41 D.G.C. (1997). 118. 42 Idem. 149. También se encuentra más detalladamente desarrollado aspectos como el lenguaje y los medios de comunicación, en 208 y 209 respectivamente. 43 D.G.C. 150.
  • 10. propia. Trata, en efecto, de hacer presente el Evangelio en el proceso personal de asimilación sistemática de la cultura que realizan los alumnos. Es, por tanto, una actividad plenamente eclesial”.44 Según lo afirmado anteriormente, la competencia e iniciativa radical sobre la escuela se encontraría en la sociedad basada en el derecho de la familia y configurada por grupos diversos; la competencia garantizadora del tipo de educación, en las diversas comunidades culturales y religiosas del país; la competencia e iniciativa promotora y de tutela, en el Estado. La responsabilidad de ofrecer la enseñanza religiosa radica en la escuela en cuanto servicio de la sociedad. Pero la escuela tiene el deber de reclamar que la confesión religiosa correspondiente asegura la veracidad de la enseñanza religiosa que se oferte. La Iglesia tiene el derecho y la obligación de garantizar la autenticidad de esta enseñanza. Su contenido, y sus líneas metodológicas fundamentales de él derivadas, deben ser decididos por la competente autoridad eclesiástica. Cuando realizan su labor docente, los profesores de religión actúan en nombre de la sociedad y desde la naturaleza propia de la escuela, pero también en nombre de la Iglesia, y desde su vocación de creyentes; actúan desde su competencia científica y académica, pero al mismo tiempo desde la fe y el testimonio. La misión del profesor de Religión en la escuela es indudablemente una vocación especial al servicio de la Iglesia. El servicio de la enseñanza lo realizan los profesores de religión, no sólo como creyente sino además como enviados y colaboradores de los obispos.45 “La Iglesia católica, al asumir esta responsabilidad en el ámbito educativo, es consciente de ejerce un tipo de evangelización muy particular sobre el que no tiene la total iniciativa, principalmente en las escuela estatales, ya que colabora en un servicio social, desarrollado por esa institución cívica que es la escuela, con todos sus condicionantes. La Iglesia –las confesiones religiosas– puede y debe colaborar en el campo de la acción social, que el Estado tiene obligación de dejar libre en el ámbito de la cultura y de la enseñanza, en un marco jurídico de respeto a los derechos fundamentales de la persona humana y, en concreto, el derecho a la libertad religiosa. No invade, por tanto, la Iglesia un campo ajeno. Hace una oferta al grupo humano desde el punto de vista de la acción social y educativa, aunque, desde el punto de vista de la conciencia eclesial, esa oferta social sea un servicio vinculado por una parte a la misión jerárquica de evangelizar a los hombres y por otra al deber de los creyentes de exigirla y de recurrir a ella. La Iglesia está llamada a servir a los hombres. Debe estar dispuesta a poner al servicio de todos cuanto ella es y posee, sin distinguir siempre y necesariamente entre quienes son miembros de la Iglesia y quienes no lo son. Por eso, una enseñanza religiosa escolar que no se proponga ayudar a toda clase de alumnos a pensar y actuar con pleno sentido y madurez, presentándoles toda la riqueza de la vida religiosa y de la fe, es algo absolutamente legítimo desde el punto de vista de la evangelización. Si se impidiese a la Iglesia realizar esta misión, se mutilaría una de las posibilidades más altas de realización de la vida humana”.46 Como resumen, “en la enseñanza religiosa escolar, la Iglesia actúa en un ámbito creado primordialmente para la educación del ciudadano en cuanto tal, en estructuras de la sociedad para tal fin. En ellas, la Iglesia es llamada a prestar un servicio, como pueden ser llamadas otras confesiones religiosas u otros grupos culturales. La Iglesia puede tener o no posibilidades 44 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica, Identidad y misión, 41. 45 Cf. Idem., 42 – 43. 46 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 44 - 46.
  • 11. de responder a esta petición. Si acepta, tiene que adaptar la enseñanza religiosa a los objetivos y métodos propios del quehacer escolar: encarnar su acción dentro de los condicionantes concretos históricos de la institución docente. Aunque el sistema educativo o el centro escolar pueden adolecer de condicionantes negativos, hay que impartir enseñanza religiosa en la medida en que tales condicionantes no entren en contradicción con la fe cristiana. En la catequesis de la comunidad cristiana, la Iglesia actúa por propia iniciativa en las estructuras que ella misma establece para catequizar: catecumenados, parroquias, grupos apostólicos, pequeñas comunidades,... Es la comunidad la que convoca e invita”.47 La catequesis es una responsabilidad de toda la comunidad cristiana. La misma educación permanente de la fe es un asunto que atañe a toda la comunidad. La catequesis es, por tanto, una acción educativa realizada a partir de la responsabilidad peculiar de cada miembro de la comunidad, en un contexto o clima comunitario rico en relaciones, para que los catecúmenos y catequizandos se incorporen activamente a la vida de dicha comunidad. La comunidad cristiana al final del proceso catequético acoge a los catequizados en un ambiente fraterno donde puedan vivir, con la mayor plenitud posible, lo que han aprendido. Los nuevos convertidos aportan a la comunidad que los acoge una nueva riqueza humana y religiosa. Así, la comunidad crece y se desarrolla, ya que la catequesis no sólo conduce a la madurez de la fe a los catequizandos, sino a la madurez de la misma comunidad como tal. Aunque toda la comunidad cristiana es responsable de la catequesis, no todos reciben la misión de ser catequistas. Junto a la misión originaria que tienen los padres respecto a sus hijos, la Iglesia confía oficialmente a determinados miembros del Pueblo de Dios, especialmente llamados, a la delicada tarea de transmitir orgánicamente la fe en el seno de la comunidad.48 3.10 LOS DESTINATARIOS La enseñanza religiosa escolar va dirigida a grupos humanos, no necesariamente creyentes, convocados a una formación integral en la escuela. Como es lógico, este grupo humano está compuesto por alumnos en edad escolar y el motivo de su presencia es que lo religioso se integre en su formación humana, el sentido de la vida y la visión del mundo en perspectiva cristiana. La presencia es libre, pedida por ellos o por sus padres.49 La catequesis va destinada a50 creyentes que desean una formación básica en la doctrina o una formación permanente en la misma, aunque a esto no sea propio llamarlo catequesis, traducida en testimonio. Estos creyentes son adultos, jóvenes y también niños, pero no en cuanto que son alumnos. El motivo de su presencia es la búsqueda directa y explícita de evangelización y su presencia es libre.51 47 Idem. 61 – 60. 48 Cf. D.G.C. 220 - 221 49 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 63. 50 Sobre los destinatarios de la catequesis, ver: C.T. 35 – 45, y D.G.C., toda la cuarta parte,163 – 214. 51 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 62.
  • 12. Las distintas y variadas situaciones de las personas impulsa a la catequesis “a recorrer múltiples caminos para salir a su encuentro y adaptar el mensaje cristiano y la pedagogía de la fe a sus diversas necesidades. Así, si se considera la condición inicial de la fe, se abre el camino a la iniciación de catecúmenos y neófitos; si se atiende al desarrollo de la fe de los bautizados, se habla de catequesis de profundización o de fundamentación para quienes todavía necesitan orientaciones esenciales. Si se considera la evolución física y psíquica de los catequizandos, se trata de la catequesis por edades. Si se tiene en cuenta, en cambio, los contextos socio- culturales, se presenta una catequesis según categorías...”.52 3.11 CLASE DE VÍNCULO En la enseñanza religiosa escolar los grupos humanos están vinculados por las estructuras y objetivos propios de la escuela, por relaciones académicas de índole pedagógica.53 En la catequesis, los grupos de creyentes están primordialmente reunidos por el vínculo de la fe, por convicciones de fe vivida, celebrada y anunciada; constituyendo comunidades eclesiales; la relación es de índole testimonial, exigiendo una comunión en la misma fe.54 3.12 EL LUGAR El espacio propio de la educación religiosa escolar es el colegio, lugar de cultura. La formación del ciudadano dentro de una estructura creada por la sociedad, la escuela, creadas para tal fin. La E.R.E. asume y se desarrolla desde los objetivos propios de la escuela. La enseñanza religiosa escolar se desarrolla en contextos escolares diversos, lo que hace que adquiera también acentos diversos. “Estos acentos dependen de las condiciones legales y organizativas, de la concepción didáctica, de los presupuestos personales de los educadores y de los alumnos, y de la relación de la enseñanza religiosa escolar con la catequesis familiar y parroquial”.55 Es necesario que la orientación que se dé a la enseñanza religiosa escolar, responda a su finalidad y a sus peculiares características. “Los alumnos tienen el derecho de aprender, con verdad y certeza, la religión a la que pertenecen. Este derecho a conocer más a fondo la persona de Cristo y la integridad del anuncio salvífico que Él propone, no puede ser desatendido. El carácter confesional de la enseñanza religiosa escolar, desarrollada por la Iglesia según las modalidades y formas establecidas en cada país, es -por tanto- una garantía indispensable ofrecida a las familias y a los alumnos que eligen tal enseñanza”.56 52 D.G.C. 165. 53 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, 59. 54 Cf. Idem. 55 D-G.C. 74. 56 Idem.
  • 13. El lugar propio de la catequesis son los lugares propios de la comunidad cristiana: las Comunidades Eclesiales de base, la parroquia, la familia, la escuela, los grupos apostólicos, etc. “La comunidad cristiana es el origen, lugar y meta de la catequesis. De la comunidad cristiana nace siempre el anuncio del Evangelio, invitando a los hombres y mujeres a convertirse y a seguir a Jesucristo. Y es esa misma comunidad la que acoge a los que desean conocer al Señor y adentrarse en una vida nueva. Ella acompaña a los catecúmenos y catequizandos en su itinerario catequético y, con solicitud maternal, les hace partícipes de su propia experiencia de fe y les incorpora a su seno”. 57 La parroquia “debe encontrar su vocación, el ser una casa de familia, fraternal y acogedora, donde los bautizados y los confirmados toman conciencia de ser pueblo de Dios. Allí, el pan de la buena doctrina y el pan de la Eucaristía son repartidos en abundancia en el marco de un solo acto de culto; desde allí son enviados cada día a su misión apostólica en todas las obras de la vida del mundo”.58 3.13 EL MATERIAL Con respecto al material, hay poco que decir, pues aunque no sea obligatorio y, a veces incluso desaconsejable y mucho más aconsejable según los destinatarios un material propio que logre la consecución de los objetivos propuestos en la enseñanza religiosa escolar o las directrices marcadas por el Directorio General para la Catequesis; sin embargo, hay cantidad de material al que se puede acudir o seguir en cualquiera de las dos acciones evangelizadoras que venimos citando. Para la enseñanza religiosa escolar hay muchísimos libros de texto enmarcados en programas escolares diseñados por las distintas editoriales siguiendo lo marcado por la Conferencia Episcopal Española y con su aprobación posterior. Para la catequesis también las distintas editoriales, aunque en menor número que para la enseñanza religiosa escolar, ofrecen manuales de catequesis que se analizan desde las distintas delegaciones de catequesis en las distintas diócesis para posteriormente aconsejar unas u otras. Una última observación, que ya hace Pablo VI, “sucede a veces que las escuelas estatales ponen libros a disposición de los alumnos, en los que las religiones, incluida la católica, son presentadas a título cultural histórico, moral y literario. Una presentación objetiva de los hechos históricos, de las diferentes religiones y confesiones cristianas puede contribuir a una mejor comprensión recíproca. En tal caso se hará todo lo posible para que la presentación sea verdaderamente objetiva, al resguardo de sistemas ideológicos y políticos o de pretendidos prejuicios científicos que deformarían su verdadero sentido. De todos modos, estos manuales no deben considerarse como obras catequéticas: les falta para ello el testimonio de creyentes que exponen la fe a otros creyentes, y una comprensión de los misterios cristianos y de lo específicamente católico, todo ello sacado de lo profundo de la fe”.59 57 Idem. 254. En 255 –264 se refiere al ámbito de la familia, del catecumenado bautismal de adultos, a la parroquia como lugar más significativo de la catequesis, a la escuela; a asociaciones, movimientos y agrupaciones de fieles; y, por último, a las comunidades eclesiales de base. 58 C.T. 67. Seguidamente hace referencia a “otros lugares” como la familia, la escuela, movimientos, y por último, institutos de formación (cf. 68 – 71) 59 C.T. 34.
  • 14. Es precisamente esta característica del testimonio de creyentes una de las principales características que diferencian los manuales de catequesis a los libros de texto escolares de religión y moral católica. “Junto a los instrumentos dedicados a orientar y planificar el conjunto de la acción catequética (análisis de situación, programa de acción y Directorio catequético) están los instrumentos de trabajo de uso inmediato, que se utilizan dentro del mismo acto catequético. En primer lugar están los textos didácticos que se ponen directamente en manos de los catecúmenos y catequizandos. Y junto a ellos están también las guías para los catequistas y, tratándose de catequesis de niños, para los padres. Asimismo son importantes los medios audiovisuales que se utilizan en catequesis y sobre los que se debe ejercer el oportuno discernimiento. El criterio inspirador de estos instrumentos de trabajo ha de ser el de la doble fidelidad a Dios y a la persona humana, que es una ley fundamental para toda la vida de la Iglesia. Se trata, en efecto, de saber conjugar una exquisita fidelidad doctrinal con una profunda adaptación al hombre, teniendo en cuenta la psicología de la edad y el contexto socio-cultural en que vive”.60 Estos instrumentos catequéticos han de ser capaces de:61 – conectar con la vida concreta de la generación a la que se dirigen, teniendo bien presentes sus inquietudes y sus interrogantes, sus luchas y sus esperanzas; – encontrar el lenguaje comprensible a esta generación. – producir en sus usuarios un conocimiento mayor de los misterios de Cristo, en orden a una verdadera conversión y a una vida más conforme con el querer de Dios. 3.14 LAS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS Poco hay que mencionar sobre las actividades complementarias. En la enseñanza religiosa escolar, las actividades son de tipo confesionales, culturales y pueden ser también no confesionales. Normalmente son visitas a instituciones o edificios con objetivos incardinados en los contenidos de conocimiento. Algunas pueden ir encaminadas a la consecución de los actitudinales, siendo referentes el voluntariado o la acción que ejercen dichas personas o instituciones a las que se visita. Otras son de tipo procedimentales, tales como trabajos de investigación, entrevistas, etc. En la catequesis, las actividades complementarias son de tipo vivenciales o de apostolado. Están encaminadas normalmente a la mayor inserción en la vida de la comunidad cristiana, o para que los niños o jóvenes o adultos experimenten situaciones que les lleve a un mayor compromiso cristiano o simplemente de iniciación al apostolado para que se produzca una toma de contacto con dicho compromiso y se vayan creando expectativas en dicho campo. No obstante, se deben cuidar dichas actividades con un planteamiento de criterios y objetivos claros en el diseño y realización de tales actividades. No deben quedar reducidas a mero premio o actividades lúdicas, sino que deben tener una clara intención evangelizadora y de formación cristiana a la persona o provocando un crecimiento en la madurez de la fe según pertenezca al ámbito de la enseñanza religiosa escolar o la catequesis, respectivamente. Aunque no sea fácil diferenciar las actividades propias para cada campo. 60 D.G.C. 283. 61 Cf. C.T. 49.
  • 15. 3.15 LA EVALUACIÓN La evaluación en la enseñanza religiosa escolar debe ser la propuesta por el modelo educativo vigente, en este caso, la LOGSE. Introduce este sistema una distinción fundamental, entre “evaluación del alumno”, “evaluación de los procesos educativos” y “evaluación del sistema educativo”62. Con respecto al alumno, la Evaluación deja de ser un sistema de selección que deja atrás a los menos preparados para contribuir a la construcción de la pirámide social. El nuevo sistema educativo consagra la Evaluación como un sistema de promoción. En consecuencia, cambia también la perspectiva sobre el sujeto de la Evaluación. En el sistema anterior era el alumno el principal sujeto de la Evaluación. En el modelo LOGSE63 además del alumno, se evalúa el sistema como tal64 y la acción de sus principales protagonista.65 Cambia, asimismo, el “lugar” de la Evaluación. En el anterior sistema, la Evaluación tenía lugar siempre “después de”. Se evaluaba “después de” ver una unidad; o “después de” haber visto el programa del trimestre, o “al final de” curso, después que han sido desarrollados los programas y realizadas las actividades docentes. En el modelo educativo LOGSE, la Evaluación es una actividad plenamente integrada en el resto de las actividades docentes. Es una actividad docente más. El profesor de religión, como el de las otras áreas, evalúa el proceso de enseñanza - aprendizaje teniendo en cuenta los elementos que lo componen, es decir, los objetivos y contenidos del currículo. No evalúa la fe en su grado de adhesión al mensaje, ni sus posibles consecuencias transformadoras en la vida real de los alumnos, aunque el aprendizaje académico de la religión sea apoyo importante de la fe de los mismos.66 La evaluación en la catequesis es personal y de “acompañamiento”. Se realiza y se plasma en un seguimiento del proceso de fe del catequizando. Igualmente se debería ampliar dicha evaluación a la situación en que viven los catequizandos y cómo ésta ha influido en nuestra programación pastoral. Evaluación de dicha acción pastoral: cómo está ubicada en el proceso evangelizador, la coordinación ejercida con la comunidad cristiana, la calidad interna, los contenidos impartidos y metodología utilizada, la labor de los catequistas y su formación, las experiencias humanas y religiosas evocadas, los valores propuestos. Todo esto resumido en el resultado final de la presencia cristiana en la sociedad de los catequizandos. 62 Libro Blanco, pp. 241, n.2 y 243, n.8. 63 LOGSE, art. 61. 64 Blanco, p. 241, n.2. Cfr. DCB Primaria, p. 67. 65 Libro Blanco, p. 244, n.10. 66 COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, El Profesor de Religión Católica. Identidad y Misión, 20