1. EL ACONDICIONAMIENTO PSICOFÍSICO DEL BAILARÍN.
INTRODUCCIÓN.
Generalmente concebimos al bailarín como aquél que desarrolla una actividad meramente
física que atiende a factores como la energía, la expresión facial y corporal, la amplitud del
repertorio de pasos, la capacidad de transmisión de sentimientos, y/o las condiciones físico-
motoras. Sin embargo el bailarín es ante todo un SER HUMANO, y como tal, le influyen gran
cantidad de factores tanto internos como del contexto donde se desenvuelve. Las personas, a
rasgos generales, somos cuerpo, mente y emoción. Según la Teoría de Sistemas, somos un
TODO formado por distintas partes interrelacionadas entre sí, lo que viene a decir que todas se
influyen mutuamente, y que un cambio en una significa la modificación de las demás en
algún aspecto. En base a esto, resulta obvio que la danza no se resume en un trabajo físico,
sino también psicológico y emocional, por lo que el trabajo para ejercer la danza debe
realizarse a nivel holístico e integral. Seguramente que en alguna ocasión te han dado alguna
noticia muy buena y te has puesto a chillar y a saltar, y te has sentido más enérgico/a durante
el día (relación psiquico-física). Pues esto sucede sencillamente porque tu estado emocional
influye directamente en la manera en la que te sientes y te comportas, y viceversa.
Sin embargo, estos aspectos se quedan en el olvido en la mayoría de las clases impartidas por
profesionales dedicados a la enseñanza de este tipo de manifestación artística (la danza), la
cual no deja de tener un cuerpo científico fisiológico y psicológico que la fundamenta y que
se tiende a obviar e ignorar.
La información que se recoge a continuación supone una aproximación al trabajo cuerpo –
mente como una condición primordial para desarrollar una técnica adecuada y cada vez
más perfecta desde el interior del bailarín y no impuesta.
1.1. REGLAS DE LA MENTE.
Existen diversas y podríamos destacar:
1. Todo pensamiento o idea causa una reacción física: los pensamientos pueden afectar a
todas las funciones del cuerpo. Por ejemplo la preocupación suele manifestarse en dolor de
estómago, y su derivación a largo plazo sería la úlcera. Una idea o pensamiento intenso puede
alcanzar el inconsciente y quedar grabado en él, y continuar produciendo la misma reacción
física una y otra vez, a no ser que otra experiencia diferente lo neutralice.
2. Un síntoma emocional si persiste lo suficiente tiende a generar cambios orgánicos: nuestros
temores continuos, nuestras obsesiones y nuestra forma de hablar del cuerpo, del dolor y de
nuestras condiciones como bailarines inciden en nuestra fisiología hasta el punto de ocasionar
cambios orgánicos. Más del 60 % de las enfermedades padecidas por el hombre tienen origen
psicosomático.
3. Lo que se espera tiende a hacerse realidad: cuando el cerebro y el sistema nervioso en
conjunto reciben imágenes mentales repetitivas tienden a convertirlas en pautas fijas. Una
experiencia mental positiva nos facilita no sólo el éxito, sino también la salud y el equilibrio
interno.
4. La imaginación es más poderosa que el conocimiento o la información: la imaginación
anula fácilmente la razón. Es por ello que mediante técnicas que hagan uso de ella podremos
2. suministrar al inconsciente, imágenes que contrarresten o sustituyan las que no nos son de
provecho.
5. Cada cambio de idea llevado a cabo a la práctica disminuye la resistencia a sucesivos
cambios: el cambio es un fenómeno que también se aprende (o al menos se aprende a dejar
de temerlo). Cada vez que el inconsciente acepta cambiar un hábito o una creencia, da un
paso más a favor de la flexibilidad conductual, de modo que abre camino para nuevos
cambios o sugerencias.
1.2. PRINCIPIOS GENERALES PARA EL ACONDICIONAMIENTO PSICOFÍSICO DEL BAILARÍN.
En muchas ocasiones nos hemos encontrado, tanto desempeñando un rol de profesor como
de alumno, que cuando no logramos la ejecución correcta de un paso se dice simplemente
que no disponemos de la suficiente fuerza para realizarlo. Sin embargo, lo que puede parecer
a simple vista una falta de fuerza en los músculos individuales puede, de hecho, deberse a una
técnica ineficaz, como un alineamiento pobre, escasez de equilibrio, falta de flexibilidad y/o
elasticidad, o un movimiento de iniciación inadecuado. La cuestión está en que si se
incrementa la fuerza de los músculos individuales, sin considerar las condiciones corporales
globales, la técnica no irá a mejor. De modo que, si se aumenta la fuerza de un cuerpo
desalineado, lo único que se conseguirá es fortalecer el desalineamiento.
El acondicionamiento de un bailarín, independientemente de la modalidad o disciplina que
desempeñe, es un ejercicio de cuerpo – mente para el que es necesario entrenar la fuerza, el
equilibrio, la flexibilidad, el alineamiento y la visualización, para conseguir un equilibrio corporal
completo. Todo esto se consigue a través de los que, en los estudios científicos aplicados a la
danza y la bibliografía que trata la temática, se denomina incorporar los principios cuerpo –
mente en el entrenamiento.
Estos principios se resumen en lo siguiente:
• Influencia sistémica: todos los elementos que forman parte del acondicionamiento físico
de un bailarín están interrelacionados: alineamiento, flexibilidad, equilibrio, fuerza y
resistencia cardiorrespiratoria. Un cambio en un solo elemento influirá en los demás de
algún u otro modo. Del mismo modo, cada ejercicio que se realiza tiene que tener un
efecto sobre el cuerpo entero, no solamente sobre el músculo que está trabajando en
cada momento preciso.
• Estado mental: el estado de la mente influye de manera directa en los efectos que
conllevan los ejercicios que realizas en un entrenamiento.
• Presencia mental y concentración: significa involucrarse totalmente en cada
movimiento, es decir, sentir los cambios momento a momento, en la forma y en la
dinámica de la parte del cuerpo que se ve afectada en cada ejercicio. El control motor
del cuerpo se ve favorecido cuando aumentamos la observación de los mecanismos
de feedback sensorial del sistema nervioso, y eso se consigue a través de la mejora de
la concentración y la atención.
A continuación se detallan de una manera sintética y clara las consideraciones básicas a
tener en cuenta por el bailarín a la hora de trabajar su acondicionamiento:
3. 1. Despréndete de viejos hábitos: acostúmbrate a practicar mejores modos de realizar
movimientos familiares, informando siempre a tu cuerpo sobre el alineamiento correcto y el
movimiento, y buscando de manera constante caminos para mejorar la técnica.
2. Utiliza la visualización: aprende a utilizar las imágenes y la práctica mental. Visualiza y siente
en tu cuerpo nuevas ideas durante el entrenamiento.
3. Apóyate en profesores experimentados, que no sólo dominen la danza, sino que también
sean capaces de ayudar a tu cuerpo a bailar como más facilidad.
4. Atiende a tu estado cognitivo y emocional: evita que los miedos y la ansiedad te coarten
pues son la mejor receta para llegar al fracaso. Haz uso de imágenes y sensaciones de dónde
quieres estar y de cómo quieres bailar, combinadas con expectativas y emociones positivas. Si
pones tu mejor energía mental y física al servicio de tu mejor imagen como bailarín pronto
observarás los progresos.
5. Flexibilidad y elasticidad equilibradas: aumenta estas cualidades de modo equilibrado y
busca nuevas y distintas vías de estiramiento para mejorarlas.
6. Realiza ejercicios de fuerza que estén bien estructurados y que desarrollen tus músculos en
movimientos que se apliquen específicamente a la danza. Te ayudará el llevar a cabo las
series de ejercicios como si de un baile se tratara.
7. Mejora tu alineamiento sin tensión: la tensión lo perjudica activamente. Así mismo la
flexibilidad y el alineamiento van cogidos de la mano, por lo que mejorarlo te permitirá utilizar
tu flexibilidad completa y tu potencial del equilibrio.
La flexibilidad y la fuerza son condiciones indispensables para cualquier bailarín. Sin embargo
sólo con eso no se hace un artista. El entrenamiento de la flexibilidad y la fuerza es solamente
una parte de la habilidad de ejecución, tal entrenamiento debe realizarse en presencia de la
mente y el cuerpo para crear una ejecución inspirada que pueda dominar todos los pasos
eficazmente y con facilidad.
Así mismo, se necesita también alcanzar un gran desarrollo de:
• Sentido del equilibrio.
• El tiempo.
• El ritmo.
• La orientación.
• Nivel de forma cardiovascular.
Existe un número amplio de disciplinas tanto de danza como paralelas a ella que te ayudarán
a mejorar tu técnica y acondicionamiento psicofísico, tales como el yoga, tai-chi, ejercicios
aeróbicos, danza del vientre, aprender a tocar algún instrumento, cantar, etc.
Solo necesitas empeño, dedicación, imaginación y
trabajar desde la CONCIENCIA.