Hacia una escuela para todos y con todos..evidencia paloma.. lectura 1
Hacia un nuevo modelo de atención a la diversidad
1. HACIA UN NUEVO MODELO DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD: LA ESCUELA INCLUSIVA<br />A pesar de la puesta en marcha del proceso de integración escolar en nuestro país, durante los años 80 y 90 se inició a nivel internacional un movimiento el cuál planteó nuevas formas de atención a la diversidad. Éste rechazaba y cuestionaba la segregación y el aislamiento que sufrían las personas con déficit en el sistema educativo. <br />Al respecto, hemos de destacar el movimiento estadounidense “Regular Education Iniciative” (R.E.I.) el cuál pretendía “incluir” a los alumnos con déficit en la escuela ordinaria. Criticaba cómo el modelo de exclusión de alumnos con déficit del aula ordinaria no lograba dar respuesta a sus necesidades individuales destacando, además, el carácter categórico de los programas educativos dirigidos a este tipo de alumnos así como la ineficacia de los sistemas de clasificación de alumnos con minusvalías. <br />Como continuación a éste, surgió el movimiento de la Inclusión. Éstos discutieron el tratamiento educativo ofrecido a los alumnos con necesidades educativas, centrado en un modelo médico el cuál consideraba las dificultades de aprendizaje del alumnado como consecuencia del déficit que éstos presentan.<br />Asimismo, también hemos de destacar la importante labor que realizan organismos como UNICEF o la UNESCO los cuáles desarrollan variadas acciones en pro de una educación para todos los alumnos (Arnaiz y Ortiz, 1998: 191). Sin duda, la que, de manera más decisiva promovió el impulso a favor de este movimiento fue la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales celebrada en la ciudad de Salamanca en el año 1994. Los expertos allí reunidos establecieron un marco de acción dirigido a ofrecer una enseñanza a todos los alumnos, independientemente de sus características, el cuál destacaba:<br />“todos los niños de ambos sexos tienen un derecho fundamental a la educación y debe dárseles la oportunidad de alcanzar y mantener un nivel aceptable de conocimientos; <br />cada niño tiene características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje que le son propios, los sistemas educativos deben ser diseñados y los programas aplicados de modo que tengan en cuenta toda la gama de esas diferentes características y necesidades; <br />las personas con necesidades educativas especiales deben tener acceso a las escuelas ordinarias, que deberán integrarlos en una pedagogía centrada en el niño, capaz de satisfacer esas necesidades;<br /> las escuelas ordinarias con esta orientación integradora representan el media más eficaz para combatir las actitudes discriminatorias, crear comunidades de acogida, construir una sociedad integradora y lograr la educación para todos;<br /> proporcionan una educación efectiva a la mayoría de los niños y mejoran la eficiencia y, en definitiva, la relación costo-eficacia de todo el sistema educativo” (UNESCO, 1994: 59)<br />Consecuencia de todo ello, se ha producido un cambio en el concepto de integración por el de inclusión plena debido a una serie de razones, tal y como apuntan autores como Stainback, Stainback y Jackson (2007:21):<br />Comunica con mayor precisión y claridad lo que hace falta: incluir a todos los niños en la vida educativa y social de sus escuelas <br />Implica que la meta es integrar en la vida escolar y comunitaria a alguien o algún grupo que está siendo ciertamente excluido. <br />La atención se centra en cómo construir un sistema que incluya y esté estructurado para hacer frente a las necesidades de cada alumno.<br />El interés se centra en el apoyo y las necesidades de cada miembro de la escuela y no sólo en estudiantes con discapacidad.<br />El concepto de educación inclusiva plantea la necesidad de que todos los alumnos deben recibir una educación de calidad centrada en la atención a sus necesidades individuales. Por tanto, “la inclusión se opone a cualquier forma de segregación, a cualquier argumento que justifique la separación, a cualquier pretexto en el ejercicio de los derechos a la educación” (García Pastor, 1996:23). Uno de los conceptos básicos en las escuelas inclusivas es la construcción de la comunidad gracias a la cuál todos los alumnos se sienten unidos, aceptados, apoyados y, a la vez, se satisfacen sus necesidades educativas. Así, “somos una comunidad, todos estamos unidos en esto, cada uno es responsable de los demás y no queremos abandonar a las personas por sus diferencias o dificultades” (Sapon- Shevin, 1999:53)<br />Siguiendo a autores como Sainback, Stainback y Jackson (2007:25), las principales características a destacar en el aula inclusiva son: <br />Filosofía de la clase: todos los niños pertenecen y pueden aprender en el aula ordinaria; la diversidad se concibe como un elemento que fortalece a la clase y ofrece a todos sus miembros mayores oportunidades de aprendizaje.<br />Reglas en el aula: los derechos de cada niño son comunicados de manera intencionada. De estos se desprende un trato justo e igualitario entre los alumnos y otros miembros de la comunidad educativa.<br />Instrucción acorde a las características del alumno: se proporciona apoyo a los alumnos para ayudarles a conseguir con éxito los objetivos del currículum apropiado a sus necesidades.<br />Apoyo dentro del aula ordinaria: las modificaciones que necesita el alumno son desarrolladas dentro de los marcos normales y naturales existentes.<br />Por su parte, Corbett (1999a: 53) plantea cuatro estrategias para hacer posible la inclusión en los centros docentes:<br />Profesores que escuchan, capaces de crear un proceso de aprendizaje mutuo en los centros que contribuya a crear una buena cultura escolar.<br />Inteligencias múltiples: la posibilidad de fracaso de determinados alumnos aumenta en la medida en que se expresen fuera de los conocimientos socialmente valorados.<br />Igualdad de oportunidades: crear una cultura institucional que acepte y, a la vez, apoye las necesidades del alumnado.<br />Valores y educación: respetar y celebrar las diferentes identidades culturales, estilos de aprendizaje y experiencias. <br />Analizando dichos planteamientos, se pueden deducir algunas ventajas asociadas a este movimiento al compararlo con los enfoques tradicionales de atención a la diversidad. Autores como Stainback, Stainback y Jackson (2007:24) establecen algunas de ellas: <br />Todo el mundo se beneficia de unas escuelas inclusivas preocupadas por el modo de establecer comunidades que apoyen y atiendan a todos los alumnos y no sólo a determinadas categorías seleccionadas<br />Todos los recursos y esfuerzos del personal escolar se dedican a evaluar las necesidades docentes, adaptar la enseñanza y dar apoyo a los alumnos<br />Posibilidad de proporcionar apoyos sociales y docentes a todo el alumnado al estar centradas en la construcción de la independencia, el respeto mutuo y la responsabilidad<br />Por el contrario, también se han vertido algunas críticas hacia este movimiento, al considerar que éste puede privar a alumnos con discapacidad de una adecuada educación (Fuchs y Fuchs 1994: 294; Shanker, 1995: 18)<br />Siguiendo esta línea de actuación, se promulga en España la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación la cuál establece cómo la respuesta educativa debe ser concebida a partir del principio de inclusión, entendiendo que únicamente de ese modo se garantiza el desarrollo de todos, se favorece la equidad y se contribuye a una mayor cohesión social. Además, describe cómo el alumnado puede ser escolarizado en un centro de educación especial en aquellos casos en los que sus necesidades no puedan ser atendidas en un centro ordinario. <br />Sustituye la denominación de “alumnos con necesidades educativas especiales” por “alumnos con necesidad específica de apoyo educativo” la cuál alberga a alumnos que requieran atención educativa diferente a la ordinaria por presentar necesidades educativas especiales, por altas capacidades intelectuales, por incorporación tardía al sistema educativo o por cualquier otra circunstancia personal o familiar que suponga necesidad de apoyo educativo. “Se entiende por alumnado que presenta necesidades educativas especiales, aquel que requiera, por un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta” (LOE, Art. 76). <br />Dicha normativa de carácter estatal se ha desarrollado en nuestra comunidad autónoma mediante la Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación de Andalucía la cuál pretende regular dicho sistema educativo y su evaluación así como también fomentar una participación segura de la sociedad y sus instituciones en el mismo. <br />En dicho texto, se establece cómo el proceso de escolarización del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo se ha de basar en los principios de normalización, inclusión escolar y social, flexibilización, personalización de la enseñanza y coordinación interadministrativa. Además, este tipo de alumnado puede escolarizarse en aquellos centros que dispongan de determinados recursos específicos difícilmente generalizables. Asimismo, se favorece también la adopción, entre otras, de medidas organizativas flexibles así como la disminución de la relación numérica alumnado- profesorado en función de las características y posibilidades del alumnado y de los centros. <br /> <br />