Este documento proporciona información sobre el género literario del terror gótico. Explica que se originó en Inglaterra a finales del siglo XVIII como reacción al racionalismo, y que se caracteriza por historias ambientadas en castillos y monasterios medievales con elementos sobrenaturales. También resume las obras fundacionales del género de autores como Horace Walpole, Mary Shelley, John Polidori, Ann Radcliffe y Bram Stoker, describiendo brevemente los argumentos y aportaciones de cada una.
4. Se deriva de godo, aunque en el contexto de este subgénero literario
remite a que gran parte de estas historias trascurren
en castillos y monasterios medievales.
En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria,
fundamentalmente anglosajona, que se extendió desde finales
del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción
al Racionalismo.
5. Las localizaciones góticas son fundamentales: bosques sombríos, mazmorras,
granjas abandonadas, calles oscuras, casonas vacías, criptas…
Las descripciones son abundantes para crear una atmósfera que acongoje al
lector. De hecho, la localización en estas narraciones es protagonista del
suspenso.
9. El marco suelen ser épocas pasadas o
inexistentes que alejan al lector del
presente.
Personajes dominados por sus pasiones,
inteligentes y enigmáticos, siempre
atractivos. A veces, castigados por la culpa.
10. Habitualmente aparece un
noble malvado que simboliza el peligro y
una doncella inocente perseguida por él. En
contrapunto, el héroe valeroso, también de
alto linaje, que intentará salvarla del terror.
El amor también es un rasgo imprescindible.
11. La mayoría de veces cuenta con una profecía ancestral (una
maldición pesa sobre la propiedad o sobre sus habitantes,
presentes o remotos)
12.
13.
14. Horace Walpole (El castillo de Otranto)
Esto sucede en el castillo, cuyo dueño se
cree que fue asesinado en las cruzadas, y
usurpó su lugar Manfred, pero el Castillo
tiene una maldición. El hijo de Manfred se
casa con una chica, pero luego muere y a
partir de ahí, la trama se va complicando.
En contraposición con la novela histórica
que luego se popularizaría a través de
autores como Walter Scott, los sucesos no
sirven como excusa para exponer un
periodo histórico sino que es éste el que se
subyuga a los acontecimientos creando
una atmósfera adecuada.
15. Mary Shelley (Frankenstein)
La novela adopta una forma epistolar. Ubicada
en la Europa del siglo XVIII y en plena
efervescencia científica, el capitán de un barco
ballenero escribe a su hermana Margaret sus
vicisitudes y su encuentro con el físico Víctor
Frankenstein, quien en busca del secreto de la
vida y sin medir las consecuencias que esto le
traerá, crea un nuevo ser con partes de otros
seres humanos. El resultado es monstruoso y a
partir de aquí se inicia una confrontación
llevada hasta su extremo, un cuestionamiento
filosófico y moral del hombre contra su
creador que verá su fin hasta la trágica muerte
de ambos.
16. John William Polidori (El Vampiro)
Lord Ruthven es un vampiro, que se aprovecha de que la
gente no cree en los vampiros y asi cometer sus actos
sanguinarios. Ruthven posee una gran capacidad de
seducción y es capaz de conseguir cualquier presa.
El vampiro es el relato fundacional del género del
«vampiro romántico». Polidori lo escribió en las
tormentosas noches de verano, entre el 16 de junio y el 19
de junio de 1816 (en el que fue el año sin verano), en Villa
Diodati, junto con Lord Byron, Percy Shelley, Mary Shelley,
la condesa Potocka y Matthew Lewis. Villa Diodati era
considerado por Mary Shelley como un lugar
culturalmente sagrado, en donde habían estado escritores
como John Milton, Rousseau y Voltaire. El relato trata de
exponer la fuerza del mito que hace que la gente común no
crea en los vampiros, de ahí que el protagonista, Lord
Ruthven, se aproveche de esta situación para cometer sus
actos sanguinarios. Otra de las armas de Ruthven es su
gran capacidad de seducción y su efectividad como lo que
es, un vampiro, que destaca en el cruel final de este relato
con el que Polidori transformó el personaje de vampiro del
folclore en una personalidad aristocrática, causando gran
impacto en la sociedad de la época.
17. E. T. A. Hoffman (Vampirisme)
El relato de algún modo prefigura algunas características
de los cuentos de vampiros posteriores, pero
conservando siempre los rasgos comunes a todas las
leyendas de vampiros de Europa oriental. Recordemos
que allí, el folclore no menciona a los vampiros como una
raza de seres que vagan en busca de sangre, de hecho ni
siquiera se mencionan los famosos colmillos, detalle que
llegará con la literatura gótica. Los vampiros de la
leyenda, y los de E.T.A. Hoffman, son seres lóbregos y
necrófagos, que abandonan el lecho durante la noche (la
luz tampoco los afecta) para procurarse alguna cena
hedionda en las tumbas más antiguas de los cementerios.
El relato de E.T.A. Hoffman nos introduce en el tema
del vampirismo mediante dos artificios: El primero es la
voz del narrador, que cuenta una historia de dudosa
procedencia, como él mismo confiesa. Y la segunda es el
título del relato, Vampirismo, es decir, alguien que
adopta los extraños hábitos culinarios del vampiros; sin
ser necesariamente un ente sobrenatural.
18. Ann Radcliffe (Los misterios de Udolfo )
Una joven francesa se queda huérfana después
de la muerte de su padre. Es encerrada en el
castillo Udolfo en las manos de un bandolero
italiano que se ha casado con su tía quien no la
quería. La muchacha estaba enamorada pero
su amor se ve frac sado por las intromisiones de
su tío , en el castillo suceden acontecimientos
estremecedores dentro del castillo, y al final,
Emily recupera el control de su herencia y se
une a su amor .
19. Edgar Allan Poe (La cita)
La Cita es, esencialmente, un cuento gótico, con
una atmósfera concebida y ejecutada de manera
genial. La historia está atravesada por
un amor inconcluso, que desemboca en el
suicidio. Pero detrás de esta trama,
cuidadosamente urdida por Edgar Allan Poe,
subyace toda una concepción artística del amor
y sus implicancias éticas.
Otro detalle, es el énfasis que Edgar Allan
Poe marca en algunos pasajes, utilizando una
repetición que en español causa espanto, pero
que en inglés deja el sabor de un poema.
La Cita también incluye un poema completo,
más accesible a la traducción, y escrito por el
pobre joven martirizado en su amor, el cual
nada tiene que envidiar a otros versos de Edgar
Allan Poe.
20. Gustavo Adolfo Bécquer (El monte de las almas)
La historia transcurre en Soria, en el llamado Monte de las
Ánimas, el día de los difuntos. Los Condes de Borges y de
Alcudiel, junto a sus hijos Beatriz y Alonso y pajes iniciaban
el camino hacia la cacería, montados a caballo. Alonso,
empezó a relatar una leyenda, la del Monte de las Ánimas. Al
parecer, a este monte que llamaban de las ánimas pertenecía a
los Templarios, que eran guerreros y religiosos a la vez.
Cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo
venir para defender la ciudad, lo que ofendió a los nobles de
Castilla y se creó rivalidad entre ellos. Así, se inició una
batalla hasta que el rey finalizó la lucha; el monte fue
abandonado y en la capilla de los religiosos se enterraron los
cuerpos de unos y otros. Cuenta la leyenda que cuando llega
la noche de los difuntos las almas de los muertos corren junto
con los animales del monte y nadie quiere estar ahí en dicha
fecha.
Una vez en casa de los Condes y reunidos junto a la lumbre,
sólo los primos estaban ajenos a la conversación: Alonso y
Beatriz, hasta que Alonso rompió el prolongado silencio
diciéndole a su prima que, debido a que ella se separará de él
próximamente, le gustaría hacerle un regalo para que se
acordara siempre de él. Después de insistir mucho, la joven
acepta una joya sin decir nada y su primo a cambio le pidió
algún obsequio suyo. Beatriz estuvo conforme y le expuso
que en el Monte de las Ánimas perdió la banda azul y que era
lo que deseaba regalarle.
21. Oscar Wilde (El fantasma de Canterville)
Una familia de americanos se trasladan a pasar el verano a
Inglaterra, después de haber comprado Canterville Chase, en la
que un fantasma habitaba la casa desde hacía 300 años, se trataba
del alma culpable de Sir Simón de Canterville. Vagaba por la casa
tras desaparecer en circunstancias misteriosas nueve años después
de haber asesinado a su propia esposa junto a la chimenea del
salón, en cuyo sitio aparecía una y otra vez una curiosa mancha de
sangre. Pero los Otis no harán caso a esas historias. Sin embargo,
nada más llegar a la casa, Mis Otis descubrirá con desagrado la
supuesta mancha de sangre, que manda inmediatamente limpiar
(pese a ello la mancha aparecerá repetidamente cada mañana) y
esa misma noche, el fantasma hace su aparición, despertando con
el chirriar de sus cadenas a sir Otis, que él ofrece una botellita de
ensagrador, y a los gemelos que le lanzan una almohada. La
impasividad y el descaro de los Otis le indigna y se siente
obligado a huir.
Lleno de ira prepara su venganza, pero sus continuos planes fracasan ante la sangre fría de mis Otis,
el ingenio de Washington y las fechorías de los gemelos. La niña le ayudará a encontrar el descanso
profundo, le acompañará al “jardín de la muerte”, llorando y rezando junto a él. Así logra que su
alma sea perdonada y pueda descansar en paz para siempre, al igual que la casa que queda
tranquila y libre de fantasmas.
22. Henry James (Otra vuelta de tuerca)
Una institutriz acepta un trabajo para educar a dos niños en una
mansión llamada la mansión Bly. Es contratada por el dueño de la
mansión, que es el tío de los niños que viven en ella. Nunca va a
verles, sólo se encarga de su educación.
Cuando la institutriz llega a la mansión Bly conoce a la señora Grose,
la encargada de llevar la mansión. La institutriz conoce a los dos niños
que va a cuidar, Miles y Flora, de manera que pasa el tiempo, la
institutriz se da cuenta de que los niños actúan de una manera
extraña, pero no sabe el por qué.
Se suceden distintas apariciones. La institutriz investigando descubre
que son la anterior institutriz “La señora Llesel” y un encargado “el
Doctor Quint. Ambos muertos.
Estas apariciones iban detrás de los niños. La institutriz se da cuenta y
pretende salvarlos, pero no sabe como.
Decide investigar preguntando a la Sra. Grose y esta le cuenta que
estas dos personas habían trabajado anteriormente en la casa, y que
influían mucho en los niños.
La institutriz intenta sacar información a los niños, pero siempre por un motivo u otro la esquivan. Al
final, se da cuenta de que lo que tiene que hacer es enfrentarse a los fantasmas, y así lo hace. Cuando
vuelve a aparecer el Dr. Quint, la institutriz se le enfrenta con la mirada, conteniendo el miedo y
entonces el fantasma se marcha para siempre.
Solo en ese momento, se dio cuenta de que el alma del Dr.Quint estaba poseyendo al niño, y por eso,
cuando se fue, el niño murió.
23. Bram Stoker (Drácula)
Drácula parte de la existencia de Vlad Tepes, un
personaje histórico situado en la Rumania del
siglo XV, y conocido por su heroicidad contra la
invasión otomana, pero también por su crueldad.
A partir de esta historia y de no pocas leyendas
acerca de él, Bram Stoker escribe esta magistral
novela en forma de diarios y cartas que los
personajes principales van intercambiándose. Una
obra trascendental de la literatura gótica que abrió
un nuevo camino en la novela de terror y que
instauró la figura del aristócrata transilvano como
arquetipo del mal y modelo de seducción
perversa, y sus páginas han sido fuente
innagotable de innumerables adaptaciones
cinematográficas. Por fin una edición a la altura
de la grandeza literaria de este clásico,
profusamente ilustrada con grabados de la época.
Drácula es uno de los personajes más conocidos
del terror gótico.
24. Howard Phillips Lovecraft
(La bestia en la cueva )
Durante una visita guiada por las Cueva del
Mamut, un turista se pierde por el laberinto de
pasillos y corredores naturales. Durante sus
vagabundeos a oscuras, acaba matando a una
criatura monstruosa con aspecto humano, justo
a tiempo de ser rescatado por el guía.
25.
26. El gabinete del doctor Caligari
Los primeros pasos del cine gótico se remontan a los comienzos del expresionismo
alemán, donde la primera película que marca la pauta para una configuración de lo
que después se consideraría horror gótico es El gabinete del doctor Caligari, dirigida
por Robert Wiene en 1919.