3. La tradición lo atribuye a
Jeremías,
un contemporáneo testigo ocular
del destierro.
4. Poesía,
endecha o lamento
en forma de acróstico.
5. Si se acepta que Jeremías es su
autor, 587 a. C
Si su autor es un contemporáneo
de Jeremías, bien se podría fechar
alrededor del 540 a. C
6. La ocasión histórica de los poemas es la toma
y destrucción de Jerusalén por los caldeos
(587 a.C.).
Aunque no se ofrece prueba histórica directa
(excepto 4.22), la coincidencia con las
descripciones de los últimos días de Judá son
inconfundibles:
7. Sitio: 2 R 25.1, 2; Lm 2.22; 3.5, 7;
Hambre: 2 R 25.3; Jer 37.21; Lm 1.11, 19; 2.11, 12, 19,
20; 4.4, 5, 9, 10;
Fuga del rey: 2 R 25.4–7; Lm 1.3, 6; 2.2; 4.19, 20;
Saqueo del templo: 2 R 25.13–15; Lm 1.10; 2.6, 7;
Incendio del templo, palacio, etc.: 2 R 25.8, 9; Lm 2.3–
5; 4.11; 5.18;
Matanza de los líderes: 2 R 25.18–21; Jer 39.6; Lm 1.15;
2.2, 20;
Cautiverio de los habitantes: 2 R 25.11, 12; Lm 1.1, 4, 5;
2.9, 14; 3.2, 19.
8. Expresar el dolor del
arrepentimiento a la vez que un
invencible sentimiento de confianza
en Dios.
9. I.- Primera Endecha:
La destrucción de Jerusalén 1
II.- Segunda Endecha:
La ira de Dios 2
III.- Tercer Endecha:
La oración por misericordia 3
IV.- Cuarta Endecha
El sitio de Jerusalén 4
V.- Quinta Endecha
La oración por restauración 5
10. Junto con los demás libros de sabiduría,
Lamentaciones escudriña el misterio del
sufrimiento y la voluntad de Dios.
El mensaje combina el elemento:
sacerdotal,
el profético
y el de la sabiduría .
11. La angustia del pueblo desolado es
presentada a Dios en oración. (sacerdote)
Pero junto a esta oración intercesora, está el
reconocimiento profético: el desastre es un
juicio de Dios, Judá ha caído a causa de su
pecado.
Dios, sin embargo, castiga para llamar al
arrepentimiento (3.25–30) y no dejará de
confirmar su pacto (3.19–24). (Sabiduría)
12. Lamentaciones usa algunas expresiones
peculiares para referirse a su pueblo:
«hija de Sion» (2.1),
«hija de Judá» (2.5)
«hija de Jerusalén» (2.15).
Estas expresiones muestran:
dolor
esperanza
En Dios siempre hay esperanza.