GOBIERNO DE ALAN GARCIA DE ESPALDAS AL PUEBLO PERUANO
1. Lucha de ideas
GOBIERNO: DE ESPALDAS A LA HISTORIA
Oscar Felipe Ventura
El Dr. García selló su suerte con lo más oscuro, conservador y entreguista
que conocemos en el país. La estabilidad y el orden que la derecha reclama,
significa reconocer que el neoliberalismo es el rumbo natural que el Perú debe
seguir – aun con crisis mundial – y que el pueblo debe aceptar con la esperanza
de que por esa vía se abrirá paso a una prosperidad futura y a un mayor “goteo” de
la riqueza; mito que se alimenta, a su vez, de la promesa incumplida de que el
desarrollo y el progreso del país dependen exclusivamente de la “inversión
extranjera”, en lugar de la acumulación interna y de una estrategia de desarrollo
nacional independiente. Con el neoliberalismo, y, con él la “apertura”, el
desmontaje del Estado y las privatizaciones, las concesiones mineras y
energéticas, la desregulación laboral, etc., abrieron paso a una estrategia de
saqueo y desnacionalización de la economía en tal magnitud que ha convertido al
Perú en neocolonia en la que hasta sectores de la burguesía criolla son tragados
sin miramientos.
Las crisis siempre llevan, al lado de elementos destructivos, la oportunidad
para encontrar nuevos caminos y superar las condiciones existentes. Si la crisis es
una oportunidad, éste sería el momento para un cambio de rumbo, lo que no es
posible esperar del gobernante de turno, verdadero perro del hortelano satisfecho
con el hueso que le arrojan. Las soluciones de coyuntura, aún las más
progresistas, tienen un límite; no modifican el cuadro de conjunto. En el Perú, éste
es el problema y reto a la vez, ir más allá de los límites impuestos por el
neoliberalismo. Está claro que el gobierno continuará de espaldas a la historia,
independientemente de que al interior del APRA existan sectores descontentos
con la política oficial.
El plan anticrisis – llamado eufemísticamente “Plan de Estímulo Económico”,
sólo servirá para paliar la crisis. Tiene beneficiarios – los exportadores – a quienes,
a su pedido, se les ha incrementado el drawback (devolución de impuestos);
además, satisface al gran capital, que se prepara para sacar la tajada
correspondiente con las obras públicas que se realizarán. ¿Y las exoneraciones
tributarias que goza el gran capital?. ¿Y la reforma tributaria para que paguen más
los que concentran la riqueza?. ¿Y los aumentos de sueldos y salarios?. Podrán
construir carreteras, puentes, viviendas, etc. Pero todo esto al margen de un
Proyecto Nacional y de los respectivos Proyectos Regionales de Desarrollo, no
tiene mayor sentido. Se requiere además, un Estado que dirija, regule y resguarde
la soberanía nacional. En ausencia de estos elementos fundamentales, el país
continuará su marcha errática y caótica como lo ha sido a lo largo de la vida
republicana.
Mientras tanto, ya se preparan alianzas y bloques para los próximos
procesos electorales. Su gran limitación – en mi modesta opinión – es su falta de
visión estratégica. No es poco lo que está en debate. Cambio de rumbo o
continuismo neoliberal, es el verdadero problema. Son las dos únicas opciones
posibles. Pretender colocarse en el centro es una manera vergonzosa de servir a
los amos de siempre.
T. 11/02/09