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Martínez Herrera Zoraida
Reporte de lectura, Poema de Mio Cid, de Ruiz Díaz de Vivar, Editorial Porrúa, Av.
Republica Argentina, 15, México, 1977
El cantar de Mio Cid es el único cantar épico de la literatura española conservado casi
completo. El texto que ha llegado a nuestros días no es el manuscrito original, sino una
copia hecha en 1307 por Per Abbat, copia descubierta y publicada, a fines del siglo XVII,
por Tomas Antonio Sánchez. Se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el
interior del códice.
El cantar de Mio Cid es un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas
libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar.
Esta escrito en castellano medieval y compuesto alrededor del año 1200 (fechas post
quem y ante quem: 1195-1207). Se desconoce el titulo original, aunque probablemente se
llamaría gesta o cantar, términos con los que el autor describe su obra en los versos 1,085 y
2,276, respectivamente.
El Poema se divide en tres partes o cantares: cantar del Destierro, Cantar de las
bodas y Cantar de la afrenta de Corpes.
Este poema se encuentra en el primer cantar “Destierro del Cid”
Ultima Noche que el Cid duerme en castilla. Un ángel consuela al desterrado.
Se acostó el Cid después de anochecido, durmió muy bien y tuvo un dulce sueño.
Vino a el en visiona el ángel Gabriel:
“Montad a caballo Cid, el buen campeador,
“nunca tan buen momento cabalgó varón alguno;
“todo lo tuyo saldrá bien mientras vivas.”
Cuando despertó el Cid se santiguó.
Este poema me gusto mucho, como lo menciona el autor, ya que fue la última noche
que el Cid estuvo en castilla, y por el sueño que tuvo, fue grandioso que el ángel le haya
dicho que todo lo que haga le saldrá bien. Y durante la mayoría de este poema se relata
como el Cid, obtiene terrenos y victorias sin igual.
Cabe mencionar que en este poema del Mio Cid, se menciona mucho la religión y esto
hace que se refleje más la historia.
2. Este poema se encuentra en el segundo cantar “Bodas de las hijas del Cid”
El rey de Sevilla quiere recobrar Valencia
Ya descansaba Mío Cid con todos sus hombres en Valencia,
cuando llego al rey de Sevilla la noticia,
de que la cuidad había sido tomada por no poder resistir el sitio mas tiempo
Vino, pues, a atacarlos con treinta mil hombres.
Cerca de la huerta valenciana se dio la batalla,
y los derroto el Cid, el de la luenga barba,
Haciéndolos huir hasta dentro de Játiva,
pero al pasar Júcar, se armó la de San Quintín,
los moros bebían agua contra corriente y a la fuerza,
El rey de Sevilla escapó (descalabrado), de tres golpes,
y el Cid vuelve a la ciudad con la ganancia obtenida,
que si fue buena cuando tomaron a Valencia,
más provechosa fue para ellos la de esta victoria:
a los más insignificantes les tocaron hasta cien marcos de plata.
Así medraba, como veis, la fama de nuestro caballero.
Me gustó mucho, ya que nos muestra la gloria que esta obtenido el Cid Campeador,
como es que va derrotando hasta reyes muy rápido, además de que menciona que fue
atacarlos con más treinta mil hombres y los liquido a todos.
Este poema se encuentra en el segundo cantar “La afrenta de Corpes”
Asur insulta al Cid
“¡Señores míos! ¿Cuándo se ha visto cosa semejante?
“¡Quien diría que íbamos a recibir nobleza de parte del Cid el de Vivar!
“¡Váyase al rió Ubierna a picar las piedras de sus molinos
“y a cobrar maquilas, como suele hacerlo!
“¡quien le diría que iba a casar sus hijas con los condes de Carrión!”
A simple vista se ve la envidia que le tenían al Cid, desde el principio hasta el final,
el solamente busco lo justo, recuperó su honra y se hizo de tierras y riquezas
incomparables. Me gusta este comentario que hace Asur al Cid ya que resalta la envidia de
todos ellos cuando estaban en la corte.
3. Conclusión del Poema del Mio Cid
Cuenta la historia de un vasallo del rey de castilla Don Alfonso, llamado Ruy Díaz de
Vivar, el Cid Campeador („el Batallador‟), que fue desterrado por envidias producidas por
la capacidad que tenía para la batalla y demostrarle al rey de lo que era capaz. Tenía un
plazo de 9 días para salir del reino de castilla, por su travesía llegó a Burgos, donde nadie lo
quería hospedar, iba junto con su esposa e hijas, además de sus fieles vasallos. Se encuentra
a Martín Antolinez, quien con su astucia le proporciona el “objeto mágico” los 600 marcos,
los obtuvo mediante un engaño, hizo arcas llenas de arenas haciéndolas pasar por riquezas,
las empeñó en Burgos y con esto consiguió lo que necesitaba.
El Cid llega a San Pedro Cardeña donde logra hospedar a su esposa e hijas,
prometiéndoles regresar victorioso y llegar a casar a sus hijas honradamente. Continuando
con su viaje; llega al Reino Moro de Toledo, un tributario del Rey Alfonso, después marcha
a tierras de Zaragoza, Alcocer y lo toma en un santiamén, lo vende, y le manda un presente
al rey Don Alfonso; después corre por tierras amparadas por el conde de Barcelona, y se
hace de Barcelona, matando a moros sin igual.
Sigue el Cantar Segundo “Bodas de las hijas del Cid”
El Cid sigue tomando terrenos, hasta que conquista Valencia, el lugar donde se establece, y
le pide a su esposa que se casen con los infantes de Carrión; llamados Diego y Fernando,
por petición de estos, sus hijas llamadas Elvira y Sol. Se casan.
4. Catar Tercero “La afrenta de corpes”
El rey Búcar de Marruecos ataca a Valencia con muchísimos hombres, los infantes temen
de la batalla y se lavan las manos, pero los vasallos del Cid, obtiene la victoria en contra de
éste. Después, los infantes de Carrión piden al Cid llevarse a sus hijas de Valencia a
Carrión, a su tierra; hechos de riquezas, el Cid concede su petición y se las llevan, durante
el camino los infantes de Carrión, sin testigo alguno, golpean a sus mujeres dejándolas
moribundas y las abandonan, el sobrino del Cid, Félez Muñoz sospecha de ellos y vuelve a
tras en camino por sus hijas y se dan cuenta de la deshonra que han provocado. El Cid pide
a gritos justicia al rey Don Alfonso y el hace una audiencia o una corte en Toledo, con un
plazo de siete días, y todos van para allá, junto con los infantes de Carrión. En la audiencia
el Cid quiere justicia, sus vasallos retan a los infantes, y salen victoriosos. El Cid
Campeador obtiene honra de nueva cuenta y ya podrá casar a sus hijas de nueva cuenta sin
ningún problema. Los de Navarra y Aragón, se casaron con las hijas del Cid, esto hace que
la familia del buen Campeador, se vuelva de la realeza, ya que son parientes de los reyes de
España. Nuestro Cid, Señor de Valencia.