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FASES DE LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS CON LA COMPUTADORA
1. Análisis del problema: en esta fase se determina que hará el programa. Consiste
entonces en una clara definición donde se contemple exactamente lo que la
aplicación debe hacer y que necesita para hacerlo. Para ello se tratar de entender
comprender el contexto del problema en cuestión, recopilar toda la información
necesaria para dicha comprensión y como las partes que lo componen afectan. Mas
en concreto, si un programa ejecuta una serie de instrucciones que modifican su
estado, en esta fase se determina a que estado se tiene que llegar, dado un estado
inicial, para que se garantice la resolución del problema. Para la ejecución de esta
fase es recomendable seguir los pasos que a continuación se mencionan:
Confirmación de que el problema existe realmente: se deben identificar y
recoger los datos requeridos para confirmar que el problema identificado es
real. Para comprender un problema los mismos datos deben indicar quién,
qué, cuándo, dónde y por qué el problema es más grave, así como ciertas
preguntas relacionadas con cuánto, de qué tamaño, cuántas o cuántos.
Presentación gráfica de los datos: esta forma de presentación de los datos
permite usar la información con mayor facilidad.
Identificación de las causas potenciales: es necesario identificar y poner de
manifiesto todas las causas potenciales que están contribuyendo a la
existencia del problema bajo consideración.
2. Diseño del Algoritmo: en esta fase se determina como hace el programa la tarea
solicitada. Para ello se utilizan los Algoritmos, que consisten en una secuencia
ordenada de pasos que conducen a la resolución de un problema dado,
sin ambigüedades y expresado en lenguaje natural. Para diseñar un algoritmo se
debe comenzar por identificar las tareas más importantes para resolver el problema y
disponerlas en el orden en el que han de ser ejecutadas. Los pasos en esta primera
descripción pueden requerir una revisión adicional antes de que podamos obtener un
algoritmo claro, preciso y completo. En un algoritmo se deben de considerar tres
partes:
Entrada: Información dada al algoritmo.
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Proceso: Operaciones o cálculos necesarios para encontrar la solución del
problema.
Salida: Respuestas dadas por el algoritmo o resultados finales de los
procesos realizados.
Al diseñar algoritmos para escribir un programa, es necesario conocer determinadas
estructuras cuyo objetivo es controlar su ejecución. Estas, se denominan Estructuras
e Control, las cuales, permiten modificar el flujo u orden de ejecución de los distintos
pasos de un programa. Las Estructuras de Control pueden ser de tres tipos:
Estructura Secuencial: es aquélla en la
que una acción sigue a otra en secuencia.
Las tareas se suceden de tal modo que la
salida de una es la entrada de la siguiente
y así sucesivamente hasta el fin del
proceso. La estructura secuencial tiene
una entrada y una salida.
Estructuras Selectivas: en estas se evalúa una condición y en función del
resultado de la misma se realiza una opción u otra. Las condiciones se
especifican usando expresiones lógicas.
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Estructuras Repetitivas: consisten en la repetición de una secuencia de
instrucciones un número determinado de veces hasta que una condición de
terminación se cumpla.
También se hace necesario diseñar algoritmos bajo algún método que permita guiar
este proceso: entre estos dos métodos encontramos:
Diseño descendente: los problemas complejos se pueden resolver mas
eficazmente cuando se descomponen en subproblemas que sean mas fáciles
de resolver que el original. De esta manera, un problema complejo se divide
en módulos o partes más simples, cuya resolución se hace más sencilla.
Refinamiento por Pasos: consiste en describir un reducido número de pasos,
que deberán ser expresados con mayor detalle posteriormente. Tras esta
primera descripción, estos se especifican con mayor minuciosidad, de forma
más extensa y con más pasos específicos.
3. Implementación del Algoritmo: a partir del diseño del algoritmo, este se expresa
en términos de un lenguaje de programación concreto y se ejecuta para probar su
correcto funcionamiento. Para ello se realizan los siguientes pasos:
Codificación: es la conversión de un algoritmo en instrucciones de un lenguaje
de programación. Dicha conversión consiste en la escritura de la
representación del algoritmo de acuerdo con la sintaxis del lenguaje de
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programación escogido, ya que únicamente las instrucciones sintacticamente
correctas pueden ser interpretadas por el computador.
Documentación: consiste en añadir a los programas suficiente información
mediante comentarios o etiquetas de texto que expliquen lo que hace, punto
por punto, de forma que no sólo los ordenadores sepan qué hacer, sino que
además los humanos entiendan qué están haciendo y por qué.
Compilación: es el proceso de traducción de un programa escrito en un
lenguaje de programación, para generar otro en un lenguaje que la
computadora sea capaz de entender. Una vez que el algoritmo se ha
convertido en un programa fuente, debe ser traducido a lenguaje máquina. Si
al compilar el programa fuente se presentan errores (errores de compilación),
es necesario volver a editar el programa, corregir los errores y compilar de
nuevo.
Ejecución: tras la codificación del programa, este deberá ejecutarse en un
computador. El resultado de esta primera ejecución es incierto, ya que existe
una alta posibilidad de que aparezcan errores.
Verificación: consiste en comprobar que el programa realiza las tareas para
las que se ha diseñado y produce el resultado correcto y esperado.
Depuración: una vez que el programa se ejecuta, es probable que arroje
errores de lógicos o de sintaxis originados por diversas causas. La
Depuración es el proceso de identificar dichos errores y corregirlos.