El documento habla sobre la lepra, una enfermedad antigua que causaba pérdida de sensación y era considerada un castigo divino. Jesús sanó a un leproso tocándolo, lo que ilustra cómo Él puede purificar el alma del pecado. Al igual que el leproso se convirtió en un amigo de esperanza después de ser sanado, todos pueden encontrar en Jesús un amigo que los purifique y transforme.