8. Lo que faltó aquí fue romper con la fijación funcional, que definimos en el MTA1.
Esto ocurre cuando limitamos el uso de un objeto a sus funciones
convencionales.
Probablemente, en este caso, el agua solo les sirvió para quitarles la sed durante
el trabajo.
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9. Podrían haber ampliado su observación del objeto,para así conocer sus potenciales
usos. Dentro del tubo, el agua habría hecho flotar a las pelotas de ping pong.
En resumen, lo mejor habría sido emplear el pensamiento divergente.
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10. El pensamiento divergente es aquel que nos permite encontrar varias respuestas a un
problema. Nos ayuda a explorar nuevos caminos de ideas, aunque estos no sean del
todo claros. Nos invita a mirar las cosas desde muchos enfoques.
Y, finalmente, se complementa con el pensamiento convergente.
El pensamiento convergente es el que usamos con mayor frecuencia para resolver
problemas.
Nos permite despejar el camino entre las ideas y la solución.
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11. Si bien el pensamiento divergente es esencial para la creatividad, necesitamos de ambos
tipos de pensamiento durante el proceso.
Ahora, veamos los problemas.
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12. Tenemos un problema cuando necesitamos cambiar o mejorar algo de nuestra situación
actual y no sabemos cómo lograrlo. Es decir, nos sentimos inconformes con algún
aspecto de la realidad, pero no vemos la forma de transformarlo.
En resumen, existe cuando identificamos una brecha entre lo que tenemos y lo que
quisiéramos tener
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13. Si miras a tu alrededor, notarás que la mayoría de productos y servicios que te rodean
son soluciones a problemas. Sin embargo, la paradoja es que muchas soluciones
generan nuevos problemas.
Por ejemplo, inventar el auto trajo como problema el tráfico de todas las mañanas para
llegar al trabajo; mejoramos la forma de moler los alimentos, pero el ruido de la
licuadora aún perturba a quien quiere dormir.
Todos estos son problemas cotidianos, que surgen conforme aparecen las soluciones a
un problema anterior.
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14. La actitud creativa requiere buscar dificultades o mejoras y nos exige resolverlas. La
voluntad humana de mejorar las cosas es el motor de la innovación: las mentes creativas
se alinean para optimizar productos, servicios, recursos y, por supuesto, la calidad de
nuestras vidas.
Este motor es el componente motivacional, que algunos autores ,como Teresa Amabile,
llaman “motivación intrínseca para la tarea” (revisa el MTA1). Cuando una actividad o un
problema nos motiva por sí mismo, nuestro esfuerzo se enfoca en mejorarnos y
perfeccionarnos. Buscamos superar lo que se haya hecho antes. Logramos cierta
sensación de poder y vitalidad: esto refleja que hemos puesto en consonancia nuestras
habilidades y nuestros deseos.
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15. Esta actitud de búsqueda es fundamental para cualquier proyecto creativo. Los
problemas no se reducen a dificultades o limitaciones, sino también a alcanzar el estado
que deseamos.
¿Qué podemos transformar de la actividad que nos apasiona? Si se tratara, por ejemplo,
de algo como el fútbol, ¿cómo te gustaría cambiar este deporte? Son otras formas de
indagar por problemas que enfatizan nuestros deseos y aspiraciones: no solo debemos
concentrarnos en lo que nos molesta o genera dificultades.
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20. Cuando tienes un problema, ¿qué sueles hacer para resolverlo?
Tal vez…
Buscas las causas del problema…
Investigas sobre el problema: desde cuándo sucede o a quién afecta…
Divides el problema en sus partes más pequeñas para ir resolviéndolo poco a poco…
Buscas soluciones de contextos similares…
Consultas a un experto…
Veamos cómo puedes resolver problemas incorporando estrategias creativas.
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21. Este método se basa en el Creative Problem Solving, desarrollado por Alex
Osborn y Sidney Parnes, fundadores de la Escuela de Buffalo, en la década de los
cincuenta. El método alterna el uso de los pensamientos convergente y
divergente para alcanzar la solución. Consiste de seis pasos, que nosotros
dividiremos en tres fases.
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22. Los tres primeros pasos conforman la primera fase, o la exploración del problema. Estos
son la formulación del objetivo, el recojo de la información y la reformulación del
problema. Durante esta etapa, aclararemos la percepción del problema, y lo
construiremos y reformularemos a partir de la información recogida.
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23. Los dos pasos siguientes constituyen la segunda fase: la generación de soluciones. Aquí,
en primer lugar, se genera la mayor cantidad de ideas a partir del pensamiento
divergente; luego, se seleccionan las mejores ideas, empleando el pensamiento
convergente.
Luego de analizarlas, se seleccionan las ideas que mejor solucionan el problema y que
pueden realizarse.
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24. El último paso implica la tercera fase, la implementación. En esta, se establece un plan
de acción, se vende la idea y se busca llevarla a la práctica.
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25. En este MTA, vamos a trabajar parte de la primera fase.
Cabe señalar que este método es flexible y puede adaptarse a cada caso. Por ejemplo, si
ya sabemos exactamente cuál es el problema y lo conocemos a la perfección, podemos
saltar directamente a la generación de ideas. Veamos cada fase con mayor detalle.
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26. Sobre los problemas, Mauro Rodríguez Estrada señala en esta cita que pare identificar
un problema, el primer paso de esta fase es la formulación del objetivo.
Debes identificar qué quieres cambiar de la situación actual. Esto implica, al menos, un
conocimiento básico de las cosas. Si quieres cambiar algo es porque ese ‘algo’ tiene que
mejorar.
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27. Formular un objetivo o identificar un problema requiere una comprensión profunda de
la realidad, así como una visión amplia de esta: así entenderemos lo que debemos
resolver. No todo salta a la vista.
Conocer qué elementos intervienen en el problema y de qué forma, es esencial realizar
una lista de preguntas y procurar responderlas.
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28. Por ejemplo, el ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, entendió que el problema del
tránsito no solo consistía en hacer que los ciudadanos cumplan la ley, sino en lograr que
esta vuelva a tener un sentido moral para ellos. En otras palabras, dejó de pensar el
problema en términos de las sanciones y obligaciones; en cambio, impulsó campañas
muy creativas, dirigidas a hacer conscientes los valores que sustentan la ley. Con ello,
logró el compromiso de los ciudadanos.
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29. Para entender un problema, formularlo y reformularlo, debemos explorar las diversas
definiciones que tengamos de la realidad: comparar perspectivas, ángulos y enfoques.
Para ello, debemos realizar una adecuada investigación.
El segundo paso, entonces, es recoger información o investigar. Debemos registrar todos
los elementos que intervengan en el problema: no solo los datos aparentes, sino
también las sensaciones, percepciones, ideas y sentimientos; es decir, todo lo que pueda
ser relevante para tratar el problema.
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30. La creatividad cuestiona la formulación fija de los problemas.
Luego de investigar, el paso siguiente es reformularlos.
Debemos observar lo investigado, organizar las constantes y las variables, los
actores; en fin, toda la información relevante para así ensayar diferentes
concepciones del problema, que lo aborden desde distintos puntos de vista.
Se trata de cambiar el enfoque del problema, poniendo énfasis sobre un
elemento u otro. Dependiendo de dónde pongamos el acento, el camino hacia
una solución puede ser muy distinto.
En tal sentido, muchas personas pueden estar de acuerdo sobre la existencia de
un problema y, sin embargo, definirlo de forma diferente.
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31. Veamos un ejemplo de Bransford y Stein Aquí se abordan tres diferentes redefiniciones
del mismo problema: las salpicaduras de grasa cuando se fríe tocino.
Después de ver las múltiples perspectivas, debemos sintetizar o elegir cuál es el
problema que abordaremos. Por ende, reformulamos el problema.
Lograr una definición más original de un problema es uno de los mejores pasos para
alcanzar soluciones creativas.
Ahora pasemos a la segunda fase.
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32. Una dificultad para el proceso creativo es nuestra predisposición a buscar
soluciones inmediatas. Es posible que la incertidumbre normal al afrontar un
problema genere una tendencia a pensar enseguida en su solución. Sin embargo,
esto nos suele condenar a soluciones parciales y, sobre todo, convencionales.
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33. Para trabajar un problema de forma creativa, es necesario que busquemos formas que
nos permitan cambiar de perspectiva sobre el problema y enfocarlo de otra manera.
A través del pensamiento divergente, podemos dirigirnos a vías alternas para tratar el
problema. Aquí debemos preguntarnos qué estrategias o herramientas nos ayudarían a
cambiar la perspectiva. Las técnicas de generación de ideas son algunas de estas
herramientas.
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34. Las técnicas de creatividad nos apoyan en este objetivo. Su sustento es distinguir entre
el pensamiento convergente y el divergente. El primero engloba el tipo de pensamiento
que nos enseñan desde la escuela, que privilegia el orden lógico de las ideas y sus
conexiones más evidentes; es fuertemente crítico y sanciona el error y la ambigüedad.
Ahora bien, la prevalencia de este tipo de pensamiento genera un problema: obstruye la
generación de ideas nuevas.
A diferencia de este, el pensamiento divergente se enfoca en los procesos que permiten
nuevos vínculos entre nuestras ideas. Busca suspender el juicio crítico para obtener, de
lo ambiguo y no bien definido, nuevas relaciones entre nuestras ideas y nuestra
experiencia.
Estas técnicas, entonces, nos impulsan a considerar un mayor espectro de ideas. Cada
técnica hace énfasis en un tipo de recurso.
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35. La lluvia de ideas nos obliga a suspender el juicio y dejar libre a la mente para
producir ideas. No solo obtenemos más ideas, sino que nos permite reevaluar
aquellas que, en un principio, considerábamos absurdas o inviables. El
pensamiento cotidiano y racional es estrecho y niega rutas valiosas y originales.
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36. La técnica de relaciones forzadas nos lleva a comparar contextos disímiles. Nos
obliga a pensar más allá del problema y encontrar, en la comparación, nuevas
soluciones.
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37. El Scamper dirige la búsqueda de una solución mediante el principio de transformación.
Consiste en preguntarnos qué ideas, instrumentos y espacios pueden sustituirse,
combinarse, amplificarse, modificarse, ponerse en otro uso, eliminarse, reordenarse o
tener nuevos usos.
Con ello, cuestionamos el carácter fijo de nuestros recursos.
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38. De otro lado, un ejemplo distinto es la técnica de reversión de supuestos: esta
nos permite distanciarnos del concepto de elementos inamovibles del problema.
Consiste en precisar todo aquello que consideramos incuestionable para pensar
si el problema podría resolverse si cambiáramos esos prejuicios. Nos obliga a
pensar sin absolutos. Un ejemplo histórico es la concepción del universo que se
había heredado del gran pensador Tolomeo, quien consideraba que la Tierra era
el centro del universo. En el siglo XVII, Copérnico y Kepler cuestionaron esta idea
y abrieron una visión más amplia del mismo.
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39. Luego de generar ideas, debemos usar el pensamiento convergente para
seleccionarlas y reforzarlas.
Elegimos el curso de acción para buscar la solución y establecer los criterios, los
cuales están determinados por el contexto. Buscaremos, por ejemplo, la solución
más
económica, la más estética o la que preserve el medio ambiente.
Es necesario preguntarnos cuáles ideas atienden mejor el problema, si son
viables o
aplicables, si optimizan los recursos, si están alineadas con su contexto, si
cumplen el
plazo que tenemos, etc.
Ahora, veamos la tercera fase.
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40. La creatividad se mide por la capacidad de realizar productos. Los creadores
están motivados por la culminación de sus ideas en elementos tangibles y reales.
Por ello, todo proceso creativo se completa con el producto terminado.
En esta tercera fase, se establece el plan de acción para materializar la solución.
Luego de proponerla en un contexto real y concreto, verificamos sus efectos.
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41. Es momento de evaluar críticamente si la solución atiende el problema o si aún
necesita mejoras.
Esto ya no requiere solo de imaginación, sino también de buscar calidad en lo
que se realiza. Al darnos un tiempo para ver, desde varios enfoques, lo que sería
nuestro producto final, podremos apreciar todas las posibles consecuencias que
este podría tener (en ocasiones, más allá del problema que pretendíamos
resolver).
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42. En suma, hacer algún producto creativo requiere de hacer una investigación
personal, minuciosa en una primera instancia; una actitud cuestionadora frente a
lo evidente, una generación de ideas importante; una selección que sea generosa
frente al reto, una evaluación antes de su ejecución y por supuesto, la acción
inmediata.
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