La red de transporte eléctrico transforma y eleva la tensión de la energía producida para reducir las pérdidas durante su transmisión a largas distancias a través de subestaciones y líneas de alta tensión. Las líneas de transmisión, constituidas por cables conductores y torres de soporte, transportan la energía a grandes distancias operando usualmente a voltajes de 220 kV o más.