El autor recuerda cómo de niño observaba a su madre bordando y le parecía confuso desde abajo, pero cuando se sentaba en su regazo podía ver la hermosa flor o atardecer que se estaba formando. Su madre le explicaba que aunque desde abajo parecía desordenado, ella estaba siguiendo un diseño planeado. En los momentos más difíciles de su vida, el autor mira al cielo y pregunta qué está haciendo Dios, y en sus sueños Dios responde que está bordando su vida.