la infancia y a la adolescencia dentro de los microsistemas.docx
Segovia. "La Ilustración Española y Americana", 15 de mayo de 1920
1. ^^0 LXIV. NUIWS. XVllI Y XIX )Kic.NAs: SAGASTA. 17.—MAUKID AÑOf
KKVISTA UNIVKKSAI. 1X( lí 1 Mrh.[>l< A W:- UI-IXAS AKfK--. LIKXCIAS. LITERATURA, ACTUALIDADES Y TURISMO
SEGÓ VI A
^
l l T T
SP^.
A I- C A Z A R (Torres del homeínaje).
(Fortísimo castillo de origen romano, con adiciones árabes y con transíormacione» gotico-mu-déjares
del XV y herrerianas del XVI. Elévase majestuoso 3- altivo, asentando los cimientos de
su gallarda mole en alta y caliza roca, y presentando una fantástica perspectiva de ¡encantador
efecto. El Gobierno de la Regencia le declaró monumento nacional en el año de 1773.)
N'úd inero extraordinario. Precio: 2,50 pesetas.
2. oc
GRAN FÁBRICA DE CURTIDOS Y LAVADERO DE LANAS
D E ;
HIJOS DE ENRIQUE REDONDO. - SEGOVIA
C>tVS A . F ' U f S l D A D A EPM l e SO
Los ;ittualcs dueños de esta importante fáltrica, coiincidisima en el mercado
catftlán, especialmente, y en el extranjero, han procurado, sin escatimar gasto
alguno, que sus talleres sean lioy unos de los mejores en su clase.
A este efecto, poseen lavadcrob mecánicos modernísimos que les permiten-exportar,
por término medio, la cantidad de 60.000 arrobas de lana.
. Como las compnis, por lo ¡rcDcral, las efectúan en píeles, la fabricación de éstas
es también de mucha importancia, y lo revela el hecho de sus grandes almacenes
y existencias.
)<
•> — ¡
» t, '::^í^^^^^^BIM ^^^^ d e . c l a s l f i c a c i ón y d i s t r i b u c i ó n d e l a lana. tt
Es, realmente, la fábrica que hace honor a la histórica industria ^^^"^^g-aús |(
seguramente, dentro de muy poco tiempo será una de las principales de ^^^^^ ^
toda vez que sus diferentes dependencias han de ser ampliadas, en bre-v ,
con arreglo a las mayores exigencias (|ue fábricas de esta índole requieren^ ^^^^ n
para la mayor facilidad en la distribución de los pedidos, además de ° ^3^3, Q
^^^„ •..:,^^.^^ammmmm^^^^^mmm desalmacenes que poseen en Segovia. tienen r-stablecidos depósitos en ^.^^^ J
Poseen igualmente en Segovia un almacén de paños: elaborados con ^
Lavaderos mecánicos. lanas de su fabricación. Jj
ier iÉiio de UÉIÉ I ¡I0^
F» R o F=l E X A R I O : j
i mili iiKiiiKiiiK iiiiiiniiKf i.uiiv j
Almacenesy despacho: Plaza Mayor, H- )¡
Talleres: Jardines de San Roque.-Sego^'^'jj
Uno de los talleres.
WF'-'
• ^
' '^í^jrv»
Ifc-í^' , ^^^
p ^•-••-
s
IE construyen toda clase de muebles de
I lujo y económicos y se hacen obras de
i carpintería en general.
i Se sirven en condiciones ventajosas
I toda clase de pedidos para fuera de la
' capital.
Dirección técnica a cargo del aparejador
DON ECEQUIEL RAMOS VILLARREAL
^ a
Detalle del despacho de muebles.
3. ~- MAvq I9¿t) LA ILUSTRACIÓN HSi'AíJUi.A A-Mh-KlL-A-^A MiMS. iM V M;.—27j
LJ rwl A R I O
vi: I)i; Ila;, qqnu¡i„nLc-ecnnaa.. CCrrtt''miicc;;!!..-—De España para
rtmérica. Sesovia, por Antonio Valdés. —Arte c
'*'toria, por Carlos de I.ecea y García (cronista de
^govia)._poemas de piedra. La .Casa de la Tie-noi*
^''^ S'^R'^via, por Pedro de Répide.—Algunas
2QV^^ '^'^'^''íi''"'te segoviano, por el marqués de Lo-g
í'^'~"''^í*gov!anerías. por José Rodao.—Lo que
p 'fiamos qiif: Sea la urbe segoviana, por Pascual
-; 'ijardo (alcalde de Segovia).—Rttrizontes seijo-laiios,
p,,,- Emulo Masera (gobernador civil de Se-
HaV "^ los Si-ñores siiScriptores. —Esta ciu-
^""-•Pí>rM. AlvarezCerrtn.—Kl alma de Segovia,
por ..,icc-sla() Delgado.—La industria de a y e r y l.l
• I ^^y ^» -Segovia. por Aíari.ino f 1, B.irtolonié (prc-
Kiente de la Dijjutüción Provincia!).- -Actividades
> ' ptitudes, por Luis Carretero. —Etnografía e liis-
^^','a segovianris, por Gabriel María Vergara.—Se-
» ^'<' y LA IUISTRACI(5W 'EÜPAÍSOLA V AMKKICANA, por
' niarqu¿.s de Santa Cruz.—Monumentos, artes y
1 "nramas de Segovia y su provincia. Fotografías
^ Z"'^'''*'-'* anotaciones, por Benito de í'^utos Gó-
•^- Industria pinariega de la provincia de .Segó-
^•a, pn,. Octavio EIorrieta.—Gratitud. por A. V . -
cnllc de Segovia en Madrid. Levenda de !a dama
uiO y"*^^'^^^ por Luis de Aibar. -Él ceramista Da-
. -íuloaga, por J. Oyarzun.—Arte v artistas con-
^'-niporán.eos, por V. Fernándes Berzal.—La vida
sid .'^""'*-''*^'" "^^^ Segovia, por Claudio Moreno (pre-ente
de la ('.-ímara de Comercio).—Lo quo nos
T)(^^!¡'' ^^ América y lo que a ella nos debería unir,
Lj 'j^EUStín Moreno.—Hermoseaniiento de ciuda-
•"• Lnsayo de |j5Ícolügía nmnicipíd, por Ignacio
arral.~--ijj^.p^(.jjp., y literatos del día, por Mariano
«••iiitanilla,—Crónica. Las afueras de Segovia. por
__ pnzaio España.—Juan 11, el emplazado. Tradición
so^^V^'-"' ^^'^' ^'^''•'"'•*'" Navarro Cámara.—Labor
eiaj. Una interviú, por Hispano.—.'X.gricuitura y
sj^^^dería, por José Ramírez Ramos.
C>E: LA QUINCENA
.,,„„„„ C R ó ÍVJ I C A
i l^fAs pasados se inauguró solemnemente
la Exposición del Abanico en el
^ local de la Biblioteca Nacional, asis-
S " ? " " tiendo al acto la real familia, auto-
/•aesygran nimiero de aristócratas,
al ^ "^^'Posición del Abanico en España es un
i^at; de riqueza, de arte y de buen gusto.
-1 la sala quinta, Isabelina v Alftnsina, se
«arri]-
tün
"•a el abanico pintado en París por For-y~~-
únicü del inmortal artista—, represcn-na
dama con traje Luis XV y un perista
°Ne de la comedia italiana.
Xlv" '^ ^-^'^ primera, decorada al estilo Luis
Cti r^^ ^'"íponen veintiún cuadros de la Reina
(i , '"^con abanicos que se suponen fueron
'^s esposas de Felipe iV y Carlos 11,
ssta'^P P''*^ciosidades que se han reunido en
noc '^P^^'ción, y el valor histórico de algu-
^ abanit
ICOS, hacen sumamente interesaníes
ejihibi
Clones.
El
'iialestai
Dre "^'Jndo entero. Aqui en España hemos
ci^j^^^Jíido estos días los mítines y constitu-
Por f^ ^^ í-^gas para cambiar el calzado usual
* *
cunde de manera formidable
^ •democrática alpargata.
(JQ g. ^." ' °^ Estados Unidos, a fines del pasa-
" ' . en varias de sus principales ciudades—
Nueva York a la
cabeza—iniciaron esta
protesta contra ia carestía
del calzado, del
vestido, subsistencias,
etcétera.
En Inj^iaterra fan:-
bién nos dicen los tele-grainas
de la Prensa
diaria que se extiende el
movimientode protesta.
Y es que la vida la
están poniendo imposible
los acaparadores,
logreros y demás gente
del vivir de ocasión y
de ganga.
No vamos a discutir
si está bien o mal pensado
la tácita constitución
de la ya célebre
Liga de la Alpargata.
jPara qué? Nos basta
con saber que ello proviene
DE LA i-lliSXA UE ACRlCULTUItA: Lüi ASiSTENTK.S AL iXSTlVAL VlENtJ£> FUNCIONAR
de una angustiosa lucha por el vivir;
que es no un desahogó de buen humor como
alguien lo ha calificado, sino una protesta
contra lo inaguantable de la carestía absurda,
y hasta temeraria, que el calzado ba tenido en
España.
Ojalá se proponga el pueblo español sacudir
el yugo de los explotadores y arrecie en
sus protestas hasta conseguir quii.el ccmercio
sea un negocio licito y lucrativo—como debe
ser—pero no una especie de bandidaje sordo
y a mansalva como lo estarnos padeciendo.
¡Un puco de decoro, señores comerciantes,
altos y bajos, que e! sufrido, apacible, bonachón
y un poco candido pueblo español puede
cansarse!
Y cuando los pueblos se cansan de sufrir,
sobrevienen las catástrofes...
1^ más palpitante actualidad en estos días
que corren del florido mes de mayo la componen
dos sucedidos, tristísimo el uno, no menos
triste el otro.
Un hombre pleno de vida, a los veinticinco
años, ha muerto en el circo taurino.
El pueblo de Madrid está sin pan.
Hay que ir, una vez más, dándole golpes a
nuestra excelsa fiesta nacional{).
Es vergonzoso, enormemente vergonzoso,
el auge que todo lo toreril ha tomado: parece
como que se vive por y para los toros. En el
extranjero nos miran a través de una lente que
da visiones falsas y nos creen señores exclusivamente
de pandereta, Claro, que son
los señores extranjeros que solamente por ser
europeos o norteamericanos se creen super-civilizados.
Los verdaderos hombres civiliza
dos y cultos son aquellos que constan te i nenie
estudian e investigan,
y éstos saben có-moesEspaña
aforíuna-damente.
Peí o nosotros—¡bueno!
diremos nosotros
para no lastimar—nos
enipeñamos en que se
nos conceptúe mal.
Una Prensa diaiia y
giáfica, que dedica casi
todas sus planas a lese-ñar
la muerte y actos
en vida de Joselito, nos
parece lamentabilísima,
y ella culpable de que
el pueblo entero se apene
por la mueite de un
torero. ¡Por Dios, señores,
que pretender hacer
duelo nacional la
UN TRACTOR (j^of. Enn'í/ue.)
qué bienes ha reportado a la Humanidad Jose-lito
el torero?
La muerte de un hombre a ios veinticinco
años es espantoso, y apena a todo corazón noble
y bueno. La muerte de un torero nos debe
tener completamente sin cuidado.
Nosotros desligamos por completo a José
Gómez Ortega, que üios le dé gloria, con Jo-selito
el toreío.
Recordamos que cuando se recibió en Madrid
el cablegrama del desastre de Cavite era
domingo y había tiesta de toros: jla plaza de
Madiid, se llenó por completo! Al día siguiente
de la muerte de Joselito se suspendió la corrida
que habla anunciada: ¡bien hecho! y
aunque se suspendieran todas nada perderíamos.
Una pregunta: ¿Qué fué más pérdida y más
dolor nacional, la derrota y muerte de nuestros
hombres allá y la separación, por ende,
de nuestras tierras coloniales o la muerte,
siempre lamentabilísima, de un torero?
Pero Madrid está sin pan, y esto también es
una tragedla, aunque nuestr-as autoridades y
el supremo Gobierno no lo crean.
En la Plaza de Talavera corrió Ui sangre de
un hombre que no debió morir, que no hubiera
muerto si no hubiese sido torero: y el pueblo
se consternó. El pueblo español padece
necesidad, hambre en una palabra, y nuestros
Gobiernos no se consternan.
¡Ah! Pero se preocupa—éste como todos—.
de que no se altere el orden público. ¡Como
que gobernar es eso: que no haya alteración
de orden público, aunque todos nos muramos
de asco...!
Nuestro ministro de Estado, y con él el resto
del Gobierno, y con el Gobierno todos los
políticos, deben fijar su atención muy detenidamente
en io que está pasando en Méjico.
Habla la Prensa de preparativos de intervención
yanqui en la nación mejicana. Nos-otios
creemos que la guerra pasada, con todos
sus fracasos, terminada oficialmente por
el Tratado de Versalles había hecho la afirmación
de las nacionalidades, y había proclamado
la plena libertad de los pueblos. La Liga
de las Naciones parecía ser una salvaguardia
del Derecho, de la Justicia y dé la Libertad:
en ella, la nación española tiene un puesto, y
nuestro representante debe reclamar con claridad
meridiana y con energía el respeto debido
a cada país.
Y en este caso especial de Méjico, como
cuando se trate de cualquier otra nación hispanoamericana,
tenemos el deber de intervenir
a tiempo para que no surja el atropello.
Son aquellos hombres de nuestra misma
*"AMiLi REAL EN LA INAUGUttAClÓN DE LA KXPOSICIÓN DE ADANICOS
(fol. hnrique-}
pérdida de Joselito, de
un tíirero,es el acabóse!
¿Quéera Josenio,qué hombros en estos críticos momentos^ por que
representaba Joselito y atraviesa la nación centroamericana.
raza, nos unen aún vínculos de sangre, y es
responsabilidad histórica el encogerse de
4. NÚMS. tS V 19.—274 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 35 y 22 MAYO 19-*
De España tara América
S^oLfia.
ON la satisfacción de ver por los caniles
de la realidad un pensamiento
noble, patriótico y práctico nos ponemos
a escribir este articulo.
La veneiable Revista que cuenta sus anos
por más de sesenta; la que ha sido madre de
todas las revistas actuales; la que en sus páginas
acogió a la flor y nata de los escritos de
los grandes literatos de varias generaciones; !a
que st; fundó con el ánimo de estrechar amorosa,
íntimamente, las relaciones üntie las naciones
del Muevo Continente con la quijotesca
y desinteresada madre la vieja España, surge
otra vez potente y altruista dispuesta a una
labor de amor y desinterés para echar sobre
sus canas más laureles, para hacer el bien que
pueda por los españoles y los hispanoamericanos.
España, con el descubrimiento de América
por Colón, engendró a veinte naciones.
Ha cien años empezó la emancipación de
las hijas, ha más de veinte terminó definitivamente.
Kubo luchas y dolores para esas separaciones,
que son ley de vida. Después,
frialdad en el hogar materno, en los nuevos
hogares.
Corrieron los años. La madre ha visto que
sus hijos emancipados son fuertes, robustos y
dignos de ella. Los hijos poco á poco han visto
también, desoyendo las malas consejas de
los intrusos y perturbadores de otras razas,
que es un orgullo ser descendientes de Híspanla.
Desaparecidos de la tierra descubridores y
colonizadores; acabada definitivamente ia dominación,
nos encontramos los españoles de
ahora y los americanos actuales, que somos
hijos legítimbs de aquellos que—llenos de defectos
y llenos de virtudes—fueron nuestros
padres. Los corazones en ia hora presente laten
con fuerza, por las venas rápidamente circula
la sangre hispana aquí y allá, y cayendo
de los ojos de la razón la venda que los cegara,
fijamos un instante nuestro pensai, nos
reconocemos y nos damos pecho con pecho
el abrazo fraterno más cordial y más apretado
que nunca... jSomos hermanos!
Acabó la ceguera; terminaron las pasiones;
la ecuanimidad y la razón nos guia; el cariño
nos atrae. Demos un viva a España y a la América
española!
Desde que se íirmaron el armisticio y la paz
entre los beligerantes de la gran guerra pasada
empezamos a observar que las naciones
como Inglaterra. Erancia. Italia, etc., y sobre
todas ios Estados Unidos fijaron ansiosamente
su mirada en la América española del Centro
V Sur. Pueblos vírgenes, pletóricos de
riqueza y vida, son estos de América el porvenir
del mundo. No les conviene a las naciones
europeas ni a la norteamericana que España
se acerque aún más de lo que está con
aquellas sus hermanas.
Pretenden, como siempre, que para nosotros
llegar hasta los americanos y los americanos
hasta nosotro.s pasemos por el tamiz
de sus conveniencias o egoísmos. No debe
ser y no será.
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICA-NA e s tá
di!ipuesta a trabajar sin reposo para dar a conocer
la España actual, con sus riquezas aríis-ticas
y monumentales de antiguo, con su comercio
e industria actuales.
Es preciso, y lucharemos hasta conseguirlo,
que en las repúblicas hispanoamericanas
sepan cómo es la España de ahora, y procuraremos
que los españoles sepan también
cómo es la América actual.
Una nueva era va a empezar en el conocimiento
y en el intercambio general entre las
naciones hispanoamericanas y España. Nuestro
augusto Soberano va allá. Cuando don
Alfonso KIU pise tierra americana será el
principio de esta era. ¡Momento solemne,
grandioso, que tendrá por si solo la vii tud de
la'aproximación más pura y real!
El descendiente en el trono de Isabel la Católica
irá como nuevo Colón a hacer un descubrimiento
definitivo; el descubrimiento del
amor, de la fusión, de la indisolubilidad de la
raza. [Acto romántico, acto espiritual! El otro,
el material, obra tiene que ser de los Gobiernos
de aqui y de allá, de los americanos y de
los españoles que con la luz de la razón vean
cuan grandes y poderosos podemos ser los
cien millones de hombres de raza hispana
con sólo unirnos y mutuamente protegernos.
¡Acaben de una vez y para siempre, la falsía
y el egoísmo extranjero, que siempre fué
en perjuicio y desdoro de nuestros intereses
y reputaciónl ¡Huya la leyenda y deje paso
franco a la historia real!
El león de la raza, bramando e impotente a
las injusticias del Destino, reculó hacia la
Cueva inmortal, y sufrió un letargo de años de
rabia y de dolor. La sangre de este rey corre
pura por nuestras venas: alienta en nuestrospe-chos
bizarra y pujante la nobleza y la hidalguía;
pueblií de conquistadores y de héroes, de sabios
y de santos, de mártires y de románticos,
tiene vida imperecedera.
Las generaciones del día no tienen prejuicios;
extintos los dolores no quedan sedimentos
de odio. Todo es amor y todo es alegría.
Con infantil ingenuidad, con retozona alegría
vienen los americanos a España y... cómo
van a ser extranjeros si están en la casa de
su madre!!!
Acuden los españoles a América y ven el
hogar filial lleno de luz y de pujanza, grandes
y nobles, aptos para todas las empresas; y
también la alegría rebosa en nuestros pechos
^Podremos ser los españoles extranjeros en
América, estando en la casa del hermano...?
Hemos tenido un pensamiento, y la idea
cuajada hoy en realidad la damos a los cuatro
vientos con la fe del convencido.
Para que en América sepan la verdad de
cómo es la España de ahora. LA iLusrnAcióN
Esi'AiíOLA Y .'VMEKÍC.^NA, va a dar periódicamente
en números extraordinarios, las provincias
españolas. (Cómo? Como da hoy a Segovia.
Hecho el número intei^ramente por los sego-vianos.
En él. los escritores y poetas, los hombres
de ciencia, los de las prolesiones liberales, las
autoiidades y los que ejercen cargos representativos,
los" industriales y comerciantes, etcétera,
compenetrados perfectamente de nuestro
pensamiento han hecho la exposición de la
vida actual sejíoviana.
Estos castellanos—naciones americanas^
os dicen cómo es la Segovia del año 1920; y
os lo dicen sin lalsía y sin engaño, os lo dicen
noblemente.
Y en esta forma daremos a conocer las cuarenta
y nueve provincias de la nación.
Labor ardua, cansina, abrumadora, hemos
tenido todos los colaboradores de esta magna
empresa. El pago lo recibimos con creces, en
la intima satistacción de ver hecho realidad
nuestro pensamiento.
Seguiremos este trabajo patriótico que nos
hemos impuesto, sin desmayo en' la lucha,
ofrendándolo todo a la Patria y a la Raza.
Antonio VALDES
ñne e Historia.
¡fíj de tan alta estima la labor que, des-
M de mediados del .pasado siglo. '•e^^.'^_
jl zan sabios arqueólogos y .^^P^'^^^L,!
.,oo=>,oj| nístas eruditos, con el notii''^.''"*' ^^
de dar a conocer al mundo culto las ril^^^'.
inapreciables que constituyen el patrinion
artístico de España, que no hay Palabras su^^
cientemente expresivas en el hermoso i"'"'
castellano para ensalzarla cual es debido-
Revistas ilustradas, guias de viajeros,
bums fotográficos, cartillas de eíí'^"''^'?"!f[¡¿
manuales, libros valiosos y obras espléi"J'° .
de científica enseñanza, difunden por ^°^^ ¿.
lo que son y lo que valen las bellezas sm n^^
mero que atesora nuestra patria, lo cnisnio
monumentos arquitectónicos civiles <l^^
templos, alcázares, mansiones señoriales, af
plásticas y toda clase de objetos ornsni
tale.s. .5
Fielmente reflejadas en semejantes estu
las impresiones que esas y otras varias o ^^
artísticas inspiran a los que las *^^^'^''^'^.^^;o
afición que despiertan sus escritos y el m ^j^
que producen en la cultura general aunifí ^
de tal suerte, que vienen a constituir un
dadero timbre de honor para la genera
presente. . ¡^,
La parte destinada en lan notables P^^.^^Q,
clones a delinear el rico tesoro de maraví
grandeza que aún conservan cuidadosain^^^^
algunas regiones ee Sspp aa iñioulmaas s.71uUeWlIeV s.-'—er• i'"'^^'^n rfi-chable.
no sólo por la exactitud con q.ue ^P
cía la importancia cierta de algunas cons ^^^
clones geniales, el gusto estético, el s^" ' y-detalles
y los primores de los grandes "} ,^
mentos. sino también por lo que recor»' ^.^^
la consideración y el aprecio a los de "^ j.
relativo.-salvo opiniones discutibles, en ^^,
y otros, sobre la integridad actual de ^^* ¡g,
junto, sobre los nombres de los autoies a 4 ^^^_
nes se atribuyan, o por su mayor o '^^"""'jy^tos
ligLieddd, ante la carencia absoluta de
positivos. ^igu-
No suele brillar tanta certidumbre e" ^,5
no o algunos de los relatos históricos'^O'^ ^g
los escritores adornan a veces tales °^^^^^»
por falta de conipettincia literaria, sino P^^^,
premura con que realizan sus visitad '^'^•eiri-siohes,
o, más bien, porque en ahorro'de ^^^^
po parrt comprobar sucesos poco esolaie'' „
se valen de los primero.s textos que a su ,
llegan y los siguen, de buena fe a no .jjio
lo. aunque no sean fuentes seguras de^
fidedigno. nlu^^'*
Aqui, en Segovia, se ofrece un ejenip -.
confirma este juicio. Un escritor t^"'"^ ^,511
uio (omite.se su nombre en Justo rtspe •]o'
bueíia y honrada memoria), literato, '^'^'^.jgraf"
go, poeta, historiador de alto vuelo. P" pii-insígne,
de celebridad por nadie '^*^^''-'',pre'
blicó, hace más de cincuenta años, sus
siones de viaje a esta tierra, pt>'' '""
ta'*
s^oIle^ uc Viaje a esla tierra, poi "-^ .¡uilü^
ameno e instructivo que ninguno de '^ ^_^ |^¡i
se han ocupado después en parecida ^^
logrado igualarle. u-.ne'^^^^
Admirable su libro bajo todos los "^íJ^^^U'
del arte, cayó inadvertidamente su ^''"1;. ^p r
tor (aiiquando houns dormitat Hotnerns) ^^^^^Q
mentables errores por haber acogido ^ jg
buenas dos equivocadas afirmacione-- ^^e
tanto bulto fueron aquellos errores, coni ^^ ^^,
llegaron a calificar áe fantástica ^^"^"^^K^ piáS
yenda siti apoyo uno de los sucesos ^^VÍ»'
gloria para este antiquísimo pueblo ^.^^¿rico
no., a pesar de ser verdadero hecho i ^^^p-plenamente
comprobado, a la vez *^ gj^, a''
sidera con tal carácter una vulgar con .J^-pof
tamente ofensiva para ese mismo pue
5. ' 5 V22 MAVO J,Q30 LA ILUSTRACIÓN' E.-PAÁOLA V AMER!CA'..A NL'.MS. :H V 1 9 . — 2 7 :
iberia leído en rancios anales, inexactos en
"luchas de sus anónimas referencias.
'^|ás aún. A los dos grandes hombres que
jsaliZaron aquel hecho de gloria inmarcesible
^s retrata el ilustre sabio como caudillos ri-
'ale^, y los supone empeñados en fuertes con-lendas
y tumultos populares, a! frente de
gestes enemigas, con fines de ambición pu-
Jiible, siendo así que las contiendas y revuel-asi
en que los incluye ocurrieron un par de
^iglos después de la muerte de ambos caba-
_ ^"""^s. Lastimosa en demasía la tremenda equi-
•^ocación aquella, resulta más grave aún si se
lene en cuenta que los dos valerosos guerre-
•^os vivieron siempre unidos en la más íntima
^^oniunidad de afectos e intereses, hasta el
punto de que, por falta de sucesores directos,
S'ii'on (JQ mutuo acuerdo su inmenso patri-
"ifniü al pueblo de Segovía y a sus nobles
'majes.
. ^^ la inadvertencia casual del gran publi-
^•sta referido, cobijada a la sombra de la au-ondad
de su nombre celebérrimo, ha provecido
alguna otra sensible caída en igual trtf-
P ^'¿0. Por eso apuntamos la necesidad de
^C'inprobar discretamente los sucesos antes de
Y'os el calificativo de realidades históricas,
y 'a conveniencia de leer con previsora caute-
[^í^ Hileras reseñas de que suelen ir acom-
P^nadas algunas de las publicaciones escritas,
P'mcipaimente para uso de touristas y aficionados.
";-& iiistoria no se escribe por impresiones
"^ .leiivas, cual la descripción de las obras mo-
|^"¡neníales, sino con el prudente y sano cri-
^^'0 que aconseja la critica racional, cuando
^° hay a la vista documentos o testimonios
^ autenticidad positiva que sirvan de base y
^Poyo a los hechos historiablss.
Carlos de LECEA Y GARCÍA
(Cronista de Segovia.)
Poemas de fiiedm.
£(1 * Casa de ía Tiefra > de Segouia.
NTRE el Azoguejo y San Millán, al comienzo
dtíl picaresco y misterioso
barrio de las Brujas, álzase un case-y
^_=^ ion de piedra con ancho balconaje y
^" blasón singularísimo sobre la puerta de su
''«da. Llámase, ¡oh prestigio de un bello
""I^^^'I^Ma Casa de la Tierra.
ecir la Casa de la Tierra es un enorme
tarft-^.'^'^ todos los tiempos, y en ese lugar
Se P'*^*^ ^*^^ viejo arrabal segoviano, donde
extiende un barrio medroso y de misterio,
1^ T^onibre suena a mayor maravilla aún que
lad^ ^^ raigambre terrena y ciudadana. A un
^^0, la muralla, y al otro, efcerro del Calvario,
ce^ ^ ^^^ montaña de oro. que aiza sus cru-bra'^*^
^^ el campo de un viejo cementerio he-da^*^*^'
''"litan ese caserío, donde la vulgari-
«diticj,
'as casas plebeyas está rota poi' dos
t^j -'*^s típicos y admirables. La ^iglesia ve-
^ • a sorprende por su arte remoto, cuya'rraza
órri ^^^ se nos representan, propicios al des-yenrT
^^^'^^ií^t»- Y ese ininenso palacio con le-cuv
^'nifistra que nos recuerda ei crimen
yo relato nos asustaba cuando niños, y
'«eslía (tif^U.-^^v..^A,. .. ^..^^...:.A^A ^„,-t^Ll^
'}^ de las
^•enecií construcciones, esa galería de traza
g,.g . ^^i^> con el prim'or de .sus arcos j la
baj-.^ "^^ ^^ balaustrada elegante, como el
Y^" de los Dux sobre el Adriático.
ber. ^^S*^'' coino una afirmación de la sola so-de
a 1^ ^*^nfi'sible y de un envidiable régimen
la T" ^^"^^ democracia, aparece esta Casa de
rned'^''^^' '^^^ " ° ^ recuerda una institución
flue ^^^'- ^^^^'^^ y ejemplar. Este era el palacio
la o^^''^''a de aposento a los procuradores de
si(Jaj'^^""dad y Tierra de Segoviao IJniver-blas
¿ '^ Tierra. Y es curioso, en verdad, el
cJiJQ j". ^"^ ostenta sobre su entrada. Un amor-
Un '^"diendo el arco y teniendo al otro lado
de] ig '^5°- ^^ interesante la interpretación
''ogiífico, que establece una armonía entre
el amoroso emblema y el símbolo hermético,
que igual puede estar relacionado con los
comerciantes, con los médicos o con los ladrones.
Eran frecuentes en el viejo régimen castellano
estas Comunidades de la Tierra que se
anticipaban a las teorías georgístas, como los
sistemas políticos de Castilla y de Aragón dieron
a sus Estados lo que después, y considerándolo
como un progreso, habían de instaurar
para su gobierno los países de Europa, tenidos
por modelos de democracia. Estas Comunidades,
cuyo principal objeto era el disfrute
y aprovechamiento en común de los territorios
que pertenecían a los pueblos que la
formaban, llegaban a la defensa pública de sus
deiecliüs, y harto memorable es en la historia
el momento en que sus voceros lucharon en
nom'bre de las libertades, cruelmente abatidas
en la jornada de 'illalar.
Días tíñ que los Quiñones, que eran la milicia
de la Comunidad recién constituida en
medio de las contiendas de la reconquista, vigilaban
los desfiladeros de la sierra para impedir
las rachas de los moros que,desp(iseído5
de sus dominios en tierra segovíana, y arrojados
hacia Madrid, hacían, volviendo en rápida
incursión a los dominios que fueron suyos.
La Comunidad, fortalecida con sus derechos
y sus armaSi no supo, sin embargo, al
correr de los tiempos, resistir a las peticiones
de Jos Príncipes, que desde plena Edad Media
hasta ya comenzada la Moderna, arrancaron a
ios fieros comunales para su satisfacción espiritual
o corporal.
Paraje propio de esta Comunidad era ese
valle de Lozoya, de tan magnífica belleza. De
allí separóse el Real de Manzanares, que de
sitio de placer de los Monarcas de Castilla
pasó a ser propiedad de la casa del Infantazgo,
y de allí también el incomparable del Paular,
para cuya fundación inovió quizá al fraticida
Tr-íistaniara, el recuerdo de su crimen, ya que
en aquellos días legendarios bastaba, por lo
visto, para espiar e! más h-jrrible delito, el levantar
una espléndida residencia destinada a
una Orden religiosa que allí entretuviera su
buen vivir impetrando la misericordia divina
para el delincuente arrepentido.
Y esa cartuja gloriosa en nuestro arte, en
nuestra historia y en nuestras tierras, no es la
única residencia maravillosa alzada en tierra
de esta Comunidad. Balsain y El Pardo, primitivamente
modestos cobijos para el descanso
en cacerías reales, fueron transformándose,
hasta adquirir, sobre todo el segundo, la grandeza
de una suntuosa mansión, entre palacio
y fortaleza, de esta tierra, y con análogo origen
convirtióse la Granja de los Jerónimos,
aposento dé descanso regio, en posesión fastuosa,
hasta llegar a ser el Real Sitio de San
Ildefonso. Así también el de Riofrío, aunqué-la
dehesa y soto en que fué construido pertenecían
al marqués de Paredes, en 1751, cuando
lo adquirió dona Isabel de FfiT-nesin, procedían
del mismo terreno comunero. Y el de
Aranjuez, cuyo primitivo palacio, edificado por
la Orden militar de Santiago para recreo de su
GranMaestre, Suárez de l^gueroa, estaba enclavado
en lo mejor del sesmo de Valdemoro,
que pertenecía a la Comunidad de ja Tierra de
Segovia, hasta que Isabel !a Católica, tan poco
agradecida a los segiwianos, le segregó de la
Corporación para cttncedérselo como regalo a
los marqueses de Moya.
Y c u a p ' " '•'•^'•ne el Prudente quiere imitar
los días -1^' su padre, y dar en otro
Yuste un _ lU y postrero refugio a su espíritu,
elige también asiento para ello en la misma
Comunidad y Tierra, porque primero intenta
levñiitar el monasterio y panteón en San
Cristóbal, a media legua de Segovia, y después,
porque exisHendo ya el Parral, convento
de .Ierónim^. stinado a esta Orden el
nuevo edifici'",. lía que hubiese tan próximas
dos casas u- la misma religión, decidióse,
después de recorrer por sí mi.'smo la cordillera
carpetana, erigirle en la dehesa de las
Herrerías, donde ha perpetuado su fama en
ese monumento, que es el relrato de su alma
*y la más firme y fiel representación de la España
de su tiempo.
Por cierto que cuando determinóse el sitio
más a propósito, y en la reunión celebrada el
30 de noviembre en Guadarrama, para recibir-el
juez de bosques informaciones a los vecinos
de las aldeas de las cercanías sobre la
fundación del gran edificio, levantóse el alcalde
de Galapagar, protestando contra la continua
expoliación que de las tierras comunales
se venía haciendo, y acabó diciendo así:
«Asentad que tengo noventa años; que he sido
veinte veces alcalde, y otras tantas regidor, y
que el Rey ha.'ú ahí un nido de orugas que se
com'a toda esta tierra». Que así en aquella épo-cadel
deZalamea hablaban los alcaldes frente a
toda otra potestad cuando se intentaba algo
que fuese en contra del bien y de la soberanía
del pueblo.
Y de este modo, sufriendo tales mermas en
su territorio y derechos, y después de haber
padecido en sus fueros y en sus armas la derrota
de Villalar, ha seguido, sin embargo, su
existencia la Comunidad de la Tierra de Segovia,
como sus otras Corporaciones hermanas,
hasta 1837, en que las alcanzaron las leyes
desamortizadoras, n • en todos los casos
loables, y motivaron su transforniación en la
Junta que actualmente existe, porque no es
posible la radical desaparición de organizaciones
de tan recia y tan honda raigambre.
Pero ya no son los procuradores de la Tierra,
nombrados en la víspera de la Santísima
Trinidad, y uno por cada sesmo, reunidos una
vez ai año en el convento de San Francisco,
hasta que, más modernamenle, edificaron esta
ca-^a en el barrio de San Millán, donde sus Juntas,
más frecuentes, seguían lleva.ndo a la ciudad
las necesidades comuneras y alzando sus
peticiones aseguradas con la más noble y
fuerte protección y defensa.
Pero esta Casa de la Tierra, cenotafio de tan
insigne Cuerpo perdido, ostenta todavia su
traza de palacio de recia deinociacia, v el niís-teiioso
emblema del ainoi' que hiande su iirco
y tiene a su otro lado el hermético caduceo.
Pedro de R E P Í D E
ñigunas notas sobre arte
segouíano-ii
LGUiEN ha dado la característica de la ar-i
queologia e.spañola medioeval afírman-
• do que toda la arquitectura de España
> en la Eílad i^ledia es mudejar, esto es,
que nn hay en ella sino monumentos en que el
arte cristiano y el arte musulmán se influyen mutuamente
en mayor o menor grado, según la po-sicióii
que cada ejemplar ocupa en tiempo y lugar;
resultado de las continuas relaciones de diversa
especie que durante muchos siglos hubieron
r'c mantener las dos ci^ilizacitmes que en
nuestra tierra |uijaron en constante alarde de
energía. •
I^s esta frase demasiado amplia para coiíicidir
en absoluto con la verdad, pero circunscribiéndola
a Segovia resulta sumamente exacta y precisa;
OÍOS sabe cuáles, serán las causas históricas de
ese mudejarismo que aparece en nuestra ciudad
con más intensidad que en ninguna otra de Castilla;
quizá moros y judíos figuraron en la población
de Segovia en mayor proporción que en
otras ciudades (la judería y la aljama de moros
eran en ella populosas y ricas, y muchos de lo.s
habitantes de esta última dedicábanse a las artes
de construir); tal vez la gran riqueza existente en
la ciudad permitía traer las cuadrillas de los más
hábiles alarifes de otros aljamas. Esta influencia
musulmana p-, rmanece casi oculta en ciertos monumentos,
pero aun en aquellos []ue parecen
•guardar mejor
renta en ciertOí
muchos de los constr- ie basílicas y templos
la unidad de su estilo se transpa-
)s''vLslumb- lue nos indican que
no llevaban en j ; ; '••••¿i„on a Cristo.
El arte románico tieu- ;n Segovia una impor-tanr-
--^'«pcional por el número, calidad y va-riedáu
de SI "cios; la Catedral antigua, más
de treinta ig!i .las y un numeroso caserío formaban
un maravilloso conjunto, del cual aún no..
6. NÚMS. iS Y ig.—276 LA ILU5TRACÍ0N' ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 y 22 MAVO 1920
quedan una veintena de templos conservados
gracias a la añeja institución de la Catorcena y
algunas casas, especialmente tas que fiierun muradas
de canónicos en el barrio de las Canongías.
Las iglesias románicas seguvianas son, en general,
más suntuosas que en el interii.r en el t-x-ter¡
r}r, donde el cincel de los imagineros ntedioe-vales
se complacían en iidornar las cornisas, los
ábsides y los pói ticos; ti atrio, cuyas arqneri.is,
que se apoyan en columnas pareadíts de his'.oria-dos
capiteles, rodean a la iglesia por el lado del
mediodía, y a veces por el poniente, y aun por
el norte, es el detalle más característico del románico
segovianís debemos buscar su origen en la
recia vida corpurativa de la ciudad medioeval,
que precisaba en cada parroquia un. lugar en dun-de
se reuniesen las Juntas de feligreses que entendían
en ciertos asuntos parroquiales, las cofradías
de operarios y aun el Cabildo del Concejo, que
celebraba sus sesiones en el atrio de una de ellas.
Son estos pórticos muy apropiados para conversar
al sol de esas claras mañanas que son tan frecuentes
en el invierno segoviano.
El mudejarismo aparece en las iglesias románicas
de Segovia en numerosos detalles de construcción
y de ornameiitación; la cubierta de las
naves suele ser armadura de madera en vez de
la bóveda de niedi' cañón tan [lecuUar del estilo;
los arcos de puertas y ventanas snn a veces reentrantes
y frecuentemente cibijadis por un alfiz.
En la iglesia de lus Templaiius fLa Vera Criu),
es más marcada ¡a inñupncia oriental, sin duda
por el PS|iíritu de la orden que la hizo cirristrviir;
en ella se ven arcos decnraiivos completamente
en herrduura.
El románico segdviano no es de aparición tan
tardía como se lia pretendido demostrar, pues
muchos de sus edificios pueden fecharse sin dificultad
en el promeJíu del siglo xii y alguno pudiera
ser aún mas antiguo, pero su viíalídud es
tanta que sigue prodominando durante iodo el
siglo Xiit y probablemente en el xiv.
No hay en Segovia ningiin templo en estilo gótico
con las características del siglo xiv, quizá fué
construida en él alguna de las parroquias de los
arrabales (El Salvador, Santa Eulalia), pero conforme
al estilo románico, que triunfaba todaví?
eti aquella centuria. En la provincia quedan iglesias
que claramente se pueden atribuir a ella.
Üurante todo el siglo xv, y particularmente en
el reinado de Enrique IV,se elevan muchos edificios;
su construcción es notoriamente morisca y
en su decorado, áe una suntuosidad incomparable
» entran motivos del gótico flamígero, con distribución
y ritmi:i mahometanos; los muros son de
mamposteiia con cadenas y arcos de descarga de
ladrillo y cornisas de ladrillo y teja hábilmente
dispuestas; las arquerías, puertas y ventanas suelen
ser de ladrillo labrado con maravillosa habilidad
y llevan generalmente baquetones en los per-filejí;
frisos y sobrepuertas se adornan frecuentemente
con afi igranadas yeserías y los techos son
de alfargería vistosísima pintada de lojo, de azul,
de blanco y de oro; ejemplares de ese estilo son
li'S monasterios de! Parral y de San Antonio el
Rea!, el Palacio de San Martín y las salas de la
crujía norte del Alcázar, de las cuales, la del Pabellón
está firmada por el tiiaestro Xadel, alcalde
(probablemente mahometano) en 1456.
El caserío segoviano, que conserva maravillosamente
su carácter, rodea todos estos monu-mentus
y hace que se presenten a los ojos en un
ambiente apropiado, que le.s da todo su valor; se
ven en la ciudad casas fuertes defendidas por recios
torreon*^s, casas hidalgas con palio portica-do,
casitas de canónigos de portadita ntmánica y,
en los arrabales, las muradas que fueron de aquellos
tejedores, tundidores y pelaires que hicieron
fuerte y rica a la ciudad con el (jbraje de los pa-ñ..'
S; suelen ser estas casas populares, de ladrillo
con entramado de madera, visible al exterior y
su crujía alta «vanza sobre la calle, bien sobre canes
de madera, bien sobre columnas de piedra
que forman ".órtico; por remate, llevan una galena
de madi^cA. 'ííspuesta para secadero de lana,
•>i-ialle qni n^ducido en piedra o ladrillo se ve
' imhién Ín '«i'; de noble aspecto. A parti-- del
i,;;'; XV r.:- ; ¡i.caba para cubrir ja mampostería
>e las fac.had ^ un típico revoque con motivos
irtidos i< -I amenté por medio de plantillas,
!'• conirii uv ,M0 poco a acentuar el mudeja-
. - ' 1 1 if '• id.
i.n lie '•)& r'í.?ycs Católicos se reconstruye
el »• - n de Santa Cruz y se edifican
muchas casas, ci^n ios caracteres propius de la
época; en ellas la maznneria, generalmente de
granito, sustituyo en parte n la castiza mampostería;
años más tarde la opulencia de los sego-vianos,
enriquecidos por su industria, hace surgir
la nueva Catedral, inmensa mole de sillería que
es una tardía manifestación de un estilo que hasta
entonces nunca se había ostentado en Segovia
en toda su pureza; más adelante se construyen
conventos y palacios en las diversas modalidades
del RenacimiL-ntc; pero toda esta invasión
exótica no consigue borrar el verdadero carácter
de la ciudad, producto maravillu.S'i de la recia y
Compleja vida meilioeval.
El marqués de LOZOYA
£0 que anhetamos
Que sea ía urbe segauiami
Segouíaneñas.
• [Mientes túU—gritó altanero
el valiente comunero
Juan Bravo, cuando marchaba
al cadalso y le culpaba
de traidor el pregonero.
Y ese «¡Mientes tú!» ¿quién duda
que era allí la expresión cruda,
pero altiva y elocuente,
de la hermosa, noble y ruda
bravura de aquella gente?
Hoy, ante el mismo pregón,
cualquier sufrido varón
diría con humildad:
— «Falta usted a la verdad».
Y eso.., ¡no es inciignaciónl .
En la Casa de los Picos,
recordé el pico que tienes,
los picos de tus enaguas
¡y el pico aquel que me debes!
Censuran de Segovia la apatía,
y eso es lina solemne tontería.
Aquí de actividad se hace derroche.
El Acueducto se hizo en una noche
¡y estamos descansando t'jdavia!
Como en otras poblaciones
que en días de fiesta vi,
también tenemos aquí
los famosos gigantones.
Su cabeza coronada
entre las gentes descuella,
pero no tienen en ella
absolutamente nada;
pues aunque grande la vemos
no piensa, ni por asomo.
¡Es una cabeza como
otras mil que conocemos!
Por su colosal figura
chocan a los que los ven,
sin recordar que fambién
es un mito su estatura;
pues es su facha mezquina
y su as[iecto ruin y pobre
cuando no se elevan sobre
el mozo que los empina.
En Segovia, sólo son
por los chicos admirados,
¡y es que estamos ya cansados
de ver tanto gigantón!
Las hijas de las madres que adoré...
lya empiezan a llamarme don Josél
A Perogordo te fuste
una tarde con tu novio.
[Ojalá que no te traiga
un disgusto, J>cro gordo!
I-Vente a nuestra Catedral
—que la opinión general
llama,'en crónicas y anales
dama de las catedrales
por su esbeltez sin igual—
cuando yo era pollo, había
• un taller de costureras,
frente al que estarme solía,
a pie firme horas enteras
por la noche y por í:l día.
Y enamorado y contento
contemplaba, entre otras cosas,
al mirar al firmamento,
las agujas primorosas
del gótico monumento.
¡Dama de las catedrales
que en el fondo azul dibujas
tus agujas colosales,
¡ayl, mirando tus agujas'
conquisté muchos dedales!
José RODAO
• ^ A ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA V AM^KICAN*
1 ( 1 ; 'lí'i pi^*= tiutí en [¡d calidad de HMI-m
¿X ^^ "^^ Segovia le remita unas cuarti-
^ ^ j | lias referentes a lo que fué Segovia y
a io que puede ser en el porvenir.
Dil'icil es hablar de esta capital en los tiempos
pretéritos, pues pai-a ello habría necesidad
de dedicar mucho espacio; pero condensándolo
en unas cuantas lineas, me limitaré a expresar
que Segovia alcanzó en un tiempo
gran importancia, merced al ñorecimiento de
sus industrias, ya que sus paños y otros pio-ductos
eran universalmente conocidos y m'^-^
apreciados.
Desgr^^ciadainente, y debido a varias causas
que no es del caso señalar, sobrevino la decB-dencia
de esas industrias y con ella 'a de la
ciudad segoviana. .
En cuanto a lo que Segovia puede ser en et
porvenir, es tema que se presia a la fantasía.
Pero desechando ésta y ateniéndonos a la realidad,
puede asegurarse que si se llevan a le-liz
término mis propósitos, que ya tiene hecho
suyos el Ayuntamiento, de realizar una operación
de crédito, a fin de poner en perfectas
condiciones servicios urbanos tan importante
como los de abastecimiento y distribución de
aguas, mercados de abastos, pavimentos y f^'
gulaiización de algunas vías públicas, la *-'
dad del Acueducto, cuyas condiciones topográficas
y climalológicas son excelentes, se
conveitirá en LÍ la concurridísima estación veraniega.
Además, la gran riqueza monumental que
posee la dan derecho a figurar entre las poblaciones
más visitadas por los turistas.
.El veraneo y el turismo, cuyo fomento hay
que procurar insisientemente, unido al resurgimiento
industrial, que ya felizmente se observa,
pueden ser, y de hecho lo serán, lo^
principales factores que harán de Segovia una
población digna de figurar a la cabeza Je la?
de su clase.
Ese es mi vehemente deseo, y para logf^'^r
lo pondré a contribución todas mis energía
y todos mis entusiasmos.
P a s c u a l
GUAJARDO
(Alcalde de Segovia-)
Horizontes segomano^-
E toda la región castellana, es tal ve^
Segovia !a provincia que ofrece un m»^
intenso y vario contenido histórico. ^^^
»<,===oo==»¿ tenso, porque en los anales píií"*^^ j ' " ^
guna efeméride puede parangonarse cotí el de
cubrimiento del Nuevo Mundo, v de ese '"^^'^
episodio bien puede afirmarse que es en Seg^í''
donde su gestación tuvo lugar, pues si An)er"j^
nació a la civilización al sentir en sus arenas
planta hispana y despertó a la Religión al ^^'~-
el saludo generoso de la Cruz, fué p"fn"*^.^j'^j
tiempo antes había ceñido en esta invicta ciu"í*
la Corona de Castilla una Reina aninH'sa Qi' '
puesta su fe en Dios y su amor en su puebl»*- P
germinar la semilla que en su frente de ilunn"
do encerraba el inmortal Colón, glorioso pereg
no de los mares.
Varia, además de intensa, es la historia de es
provincia, y huella? bien características de las
vilizaciones que la fueron nutriendo ostenta
el.relicario artístico de sus ciudades, en eí l
panorama de sus tierras, en la potencialida'^^
su ganadería, en los vestigios seculares de sa=
dusrrias.
No es, sin embargo, sólo de su historia g'^'^^i^
sa y pródiga de lo que Segovia ha de vivir- ^^
los tiempos actuales un pasado brillante eS sie ^^
pre galardón preciado; pero debe ser algo n'^^
que eso; debe ostentarse como prenda que ^^
la conducta presente y futura. 1 Nobleza obhg '
reza un adagio castellano. «Historia exig^*'.' ig
dría glosarse a ese adagio, y así, pues, '^^ '^ j¡a
ctmsecuencia de que Segovia, en la lucha del '
tiene que excederse a si misma para llenar c
pii lamente su cometido.
7. S V 22 M^YO 1920 LA ILUSTRACIÓN LSPAIÍJOLA V AMERICANA .IOMS. 18 V ig.^277
dez T ' ° ^ para lugrarlof Los posee con esplendi-
• J ierra de gran riqueza agrícola, de fortísi-to*^/'^'""^^"'^
ganadero, de piódiyo rendímien-ind
^^^i^^^'' f^^*^ necesitabü que estas ramas de la
p¡ ^'^'•'i* primitiva y funüamentai alcanzasen en
f '^.'^"'^'^^ste económico situación aventajada; y
J'zaesreconocer quese balogrado con largueza.
der'^V^'^^^'^^ han duplicado su valor; la gana-en
1'^, , í^ beneficios en las carnes, en los cueros,
ras ^^ "^^' superiores a todo cálculo; las made-cin
^^ ^^"(íen con formidable aumento de pre-
3 .^'" "liedu a la competencia de los hierros, hoy
san'^*^^ '"abordables; las resinas que los pinos
Doc^n^" ^^uecan en plata el cobre que antes cada
did h ''^P^'^sentaba. Labrador hay que ha ven-las
"^l '^^ ^' ^"g'^ <íe 'res cosechas, y ganadero
arr ^í^^^ ^^ cuatro esquileos. Municipios que
de ^?, "^V ^"^ pinares en cincuenta,obtienen hoy
brar '"'*' ^' " ^ ^ riqueza, que sólo podría quede
r^^ ^"^^ ^' ^'^^ '^^ '**^ precios de los artículos
«mb'^"^'^"''^'' sufre aquí en grado muy pequeño los
j_^ ates de esa carestía, por(|ue la sobriedad de
oi-j.'^^^ L-astellana da margen a un ahorro que
•js pueblos, pletóricos también de ingresos,
nn . P'"'^eí(ífs de la fiebre de ostentación y lujo.
"" sabrán formar. / ^
ficie^^'^^'^' "^ ^'bstante, no ha encauzado aún su-sg
"^^"'^""te sus energías para que el mañana
p^^ tan próspero cual corresponde a su vitalidad
just^^"*^^' "' ^^ adoptado de una manera eficaz
pre^-^ y/eparadoras medidas que a l a vez sean
POr^*'^*^''^" para que en los hogares, en los que
de n?^ '^^t)er antes nada hoy no pueda pasarse
Pnviír^ I*"c*J' na se sienta la mordedura de una
sab ^"^ pueda ser el germen de futuros sin-cuei
^.^^-^^ *"*y ^" ^^^^^ ^ realizar, para lo cual
sin;"^'^ ^^g'-^^ia no sólo con medios materiales,
lett' ''"^ ^-t'nibres de Inteligencia y voluntad per-plan^
H*^"^^ "P^citados para desarrollar un vasto
biig^, /'^'-'^"stitiición provincial; plan en el que,
ción^" ^^ Pn un movimiento de sana emancipa-pj.,
^^ií"Jnal una mayor actividad y eficacia,
Csta ciudad...
Esta ciiid.id .'ircíiica df f.-tsiillíi !a Vicj;i,
medula de granito y ánima di; conseja,
es oración monumental,
E] Ensueño la mece, la Leyendü la ¡imparn.
Por aiisttrra y por mística la vida n depara
unaS sandalias y un H;tyal.
Sabe el hondo secreto de las piedras antiguas,
las tristezas que lloran las gárg(Oas ambiguas,
el buen cantar del esquilón...
Sabe las letanías solemnes de los siglos,
conoce los sepulcros, conoce los vestiglos
de la divina Evocación,..
¡Oh formidables ruinas! ¡Oh dor;idos sillares,
crónicas indelebles de dniínas seculnres...!
¡Sordo zumbido de oijuedad—I
Calle silente, calle sonora... Canipíinarin
ingrávido en la noche de jjaz y de; rosario,
y, en el üar, fuego de bondad...
Una luz inquietante, lontano; un can medroso;
la sombra encapuchada de un sereno premioso;
trémula voz, de vez en vez,
Extrañks perspectivas de casonas; el viento
que ulula en los desvanes lo mismo que un lamento.
La catedril suena las diez...
En los templos se enmusgan -A^ estatuas j'acentés.
Hay cerúleos ex votos de ingenuos penitentes.
Hay ecos de la tradición.
¡Y el espíritu esclavo de las cosas senectas
triunfador de ios años, triuniador de las sectas,
que late igual que un corazór..,.!
jCiudad de jos crepúsculos....' Es la Bella Dur-
(miente,
es la amiga entrañable del áureo sol poniente,
es un pelásgico menhir...
¡Alma aligera y noble, de vieja aristocracia,
asida a la roi|ueda con densa contumacia,
y no se sabe desasir...!
M. ALVAREZ CERÓN
^«rase desenvolverse con el concurso de los ^ f /~tPtri/~l W/? C / ? / ^ / ^ / li/~S
P'''S medios económicos de la provincia. ¡Es ^^VLIUIILI LVC Q)K^^^Í/lLt»
Prt,
que
rro ['^"^ ésta emplear en nada mejor su aho-
•^iem ^ ^" Cubrir un empréstito para su mejora-
(;¡¿ '^' ^T^préstito qué permitiera a su Diputa-cojj
f""'^vincial, que tan rectamente regida está y
tijdap^i" ^^''osos elementos cuenta, auxiliada de
•'me'"''^^ personalidades, organismos y entidades
{.( „ '."Í^^Sran la vida segovíana, dar a sus tierras
Igj. I '^" máximo que consientan, mejorar y se-lag
i '^j''"" -''US ganados, montar en su propio solar
que 1 "^^"^'^'^ que se nutren de primeras materias
Via i ^^'^'^^''^cla da, rehacer, en fin, aquella Sego-cog
"^-''trial que sirvió de orgullo a los históri-todosf"^'*^^'
^ ^"^ ^^^ ^^ ofrecería servida por
it](.p ^^ recursos científicos que cinco siglos de
ni^„. "'^ estudio han ido acumulandoi' Ciertu-
Y^^ 'íue para que esas industrias puedan com-ante
/^"''J'^^aniente en los tnercados es preciso
^'Cac ' "-"jue se intensifiquen las vías de comu-
Caso h"' ^^ulro de la provincia, que n.> se dé el
Se eñf"^ frecuente, de que productos segovianos
crjuj '^'^^'^can Con un transporte inicial, hasta eti-tros
n'^ '^'"'•ocarril, de setenta u ochenta kilóme-de
i^,^"""^ ^'STetera o mal camino; pero he ahí uno
findria^^^^^'^*^^^ en donde ese esfuerzo provincial
enir,r¿ f'^P'^rtar mayor beneficio, donde aquel
Y ^ "^"^ podría encentrar preferente colocación,
'^^''sidarf^''^ f*^rma, multiplicando por la maynr in- '
ía dg y niás lucrativo.« rendimientos ia rique-
^1 tra-k ^^ "hermosa tierra, abiertos nuevos cauces
des co^'''^' 'SUalándose en lo posible las facilida-do
los p^'^'^'^'^s ^^ t^odos su.s p- V derivan-ecrierQ
^''^'"idos arrendamientt colonia
^•'ítimuf^ lut- infiltre en el es -c, ...Jariado
'íiaftyj,.*^^ ^e propietario, poi..^ la Segovia del
gali-' ?'^ .'^ ^^u nuevos y prestigiosos cuarteles
* Iravée 1 ^''"eta de su .Acueducto, que campea
de los siglus en su legendario Escudo.
E m i l i o LLASERA
iGobernador civil de Segovia.)
^^ los señores suscriptores
Papeí ^ *^' día s del actual estamos .^iii eJ
ñamáis -•"•'•"'^""iciii.c t;sLc ULTO papiji qui;
Uo PÜ ^' ' í " ^ hasta hace dos días nohemos
n l'J^ " " e s t r o poder.
i-"" -yo '^^""ílíííí* las dos fechas de 15 y 22
^ '^eUic- H^""^ hacer cual se merecía el núme-clk^
las cn -^ S^^eo^'i^illeva eldobíedeplanas
d "' _ ^'•"ínles V nuestros suscriptores rc-ü
• a ñ o e J ^^"siguiente, los números 18 v 19
•^a Sola wÍ^ *°^** volumen sin mermarles ni
fisiTAK una población artií-tica, pero
|; siiigLilannente algunas de tan marcado
sabor históiico Cüinu Segovia,
pioduce ¡inptesiÓJi gratísima y da al
aítna exquisita.s sensaciones. La contemplación
de un monumento arlistico, el examen
de un resto glorioso de algo que l'ué grande,
la vista de una 1 tiina que fué teatro de algún
hecho memorable, recogen nuastio espíritu, si
se halla con la preparación cultural necesaria
para saborear la emoción, y parece como
que nos invitan a penetrar en la añeja vida
que recuerdan los restos que contemplamos.
Ello no es sino un fervoroso deseo de todo espíritu
culto de adentrarse en lo espiritual de
las cosas, de percibir e! aliento que dio vida a
escenas de emoción, de conocer, en suma, el
alma que inspiró en remotas edades la vida
de que son famoso recuerdo los lestos que a
nuestra admiración se ofrecen.
En pocas partes pueden, como en Segovia,
experimentarse sensaciones de esta naturaleza.
Sus grandiosos monumentos, sus exquisitas
bellezas artísticas, sus jo^^as admirables de
poesía y de arte hablan elocuentemente al observador
y le muestran a las claras lo esclarecido
y grande de su vida pretérita.
Pero aun siendo muy viva y muy intensa
la impresión que ofrece Segovia y aun siendo
finas y delicadas ias dotes de percepción del
que contempla, todavía, para conocer y apre-preciar"
el alma de Segovia, hay que penetrar
en la entraña de su pasado.
Sobre las enseñanzas que ofrece su maies-tuoso
Acueducto, la esbeltez de líneas de su
hermosa Catedral, las almenadas y gallardas
turres de su soberbio Alcázar, el arte purísimo
de ia Vera Cruz, del Parral y de sus iglesias
roniánicas, el alma de Segovia, la Guar-díscí,
guardesa del honor y del poder, como
la llamó Quintanüla y recordó no ha mucho
el maestro de cronistas, Oitega Munilla, en
uno de sus vigorosos Rasgo.^ de España^ hay
que buscarla en las heroicas acciones que esmaltan
su historia benemérita y en el positivo
v'aler de los segovianos que escribier^vu páginas
de honor inmarcesible en todas las manifestaciones
de la actividad humana.
Kay que buscar el alma de Segovia en e'
patriótico ardor de los que en Villalar ofrendaron
su vida gloriosa a ia dignidad y a las
liheitadtís de Castilla; eíi el valor de ios que
en Sierra Elvira integraron Jos tercios segovianos,
apoyo y descanso de Juan JI, y de los
que al mando de Pedro Arias tomaron parte
en la conquista de Oran; en el ardimiento y
acometividíid de los conquistadores de Madrid
y en otros mil culminantes hechos cuyo
brillo centellea en numerosas páginas de la
historia de España.
Kn otros aspectos, hay que buscar el espíritu
segoviano en el afán industrioso de los
que en tiempos prósperos acertaron a producir
los afamados paños que surtían los mercados
de Europa y América, utilizando en la
fabricación el esfuerzo de 34.000 obreros, y
en el esnieio con que se cuidaban las ganaderías
segíívianas, que fueron admiración del
mundo por la finura de las lanas.
Hay que buscar el altna de Segovia en la
sabiduría del exquisito Colmenares, de León
Corone!, del erudito jestiíta l'ranciscü de Ribera,
de Núñez Coronel y de Eray Andrés de
Vega; en la inspiración y la elegancia de Alonso
de Ledesma, el poeta divino; en el arte de
Alonso de Barros y de Antonio Balbás, elogiados
por Lope de Vega; en la ciencia de Laguna;
en el cultivado espíritu de mil y mil esclarecidos
segovianos que en todas las épocas
aumentaron el caudal de la patria cultura.
No importa que los dolores y las amarguras
tengan como abatido y postrado, al decir
de los pesimistas, el espíritu segoviano. En él
campean y laten ias recias virtudes de la raza
castellana inteligente y valerosa, noble y sufrida,
laboiiosa y perseverante, y no lardará
en mostrar en toda su pujanza el esplendor
de sus excelsas condiciones...
El alma de Segovia es puta y fina como las
brisas dei Guadarraiira que ia orean y la vivifican;
e.s limpia y transparente, como las cía-ias
linfas de la sieria que bajan Oiiiitando para
bañarla }'' murmuran amoiosiis !a tierna canción
del índusuioso EresTna; es sencilla y
fuerte, como el Acuedt'cto; es lecia y vigorosa,
porque Segovia, al recoger el suspiro final
de «La mujer muerta», recogió tnnbién para
su espíritu toda la fortaleza de «quella matrona
de piedra inconniovible y eteina; es sufrida
y honrada, con lodas bis virtudes y todo
el temple de la mujer castellana, laboriosa y '
humilde; es noble y es aitiva, con todas las
gallardías, que resplandecen en la briosa réplica
con que Juan Bravo respondió en Villa-lar
al pregón con que se anunciaba la ejecución
de los intrépidos comuneros; es, en fin,
el alma de España, valerosa hasta.el sacrificio
y resignada con los .sufrimientos nacior.ales,
sin que jamás ponga én sus labios otras palabras
que ias que reflejan el más acendrado
patriotisrno.
Así es el alma de Segovia.
W e n c e s l a o DELGADO
£a tndustña de aye/<
U la de hoy en S^gouia.
r?JEcoiiDAKií que en tiempos relativamente
F M antiguos, durante los siglos xv, xvi y
g i S l parte dei xvii, Segovia fué una población
indu.strial de primer orden, pues la industria
segovíana alcanzó gran desarrollo e
importancia merced a la apropiada organización
de los gremios, a la protección del poder
público y al espíritu emprendedor, que por
aquella época predominaba tanto en la ciudad
como en los pueblos comarcanos.
Sucedió luego, por espacio de dos siglos
una tan acentuada decadencia, que aun la industria
de ios paños segovianos, ia más renombrada
en tiempos anterores, llegó al
extremo de la mayor insignificancia y aban-dono.
Ahora, resurge el espí-itu industria! de la
región buscando en la hulia blanca y en las
8. NL'MS. I 8 Y IQ. -2yH LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA V AMLKICANA 1-5 iz «Avo 19'*'^
entidades bancarías, que representan la energía
y el capital en nuestros dias, los elementos
indispensables para la producción manufacturera
en cúndioiones que hagan posible
sostener las luchas a que la competencia ha
de llevarnos en este período de transición,
casi do revolución, que atravesamos.
Contando ya Segovia con fuerza motriz
eléctrica, proporcionada por una cooperativa
que debía servir de modelo para acometer
otras análogas empresas, cuando entre nosotros
arraiguen instituciones de crédito que
auxilien y fomenten las iniciativas de quienes
demuestren poseer condiciones de hoinadez y
aptitudes industriales, no sólo volverán a florecer
en nuestro territorio el lavado de lanas,
la fabricación de tejidos y sombreros, tos curtidos,
la cerámica, las manufacturas de la resina,
del vidrio y cristal, de losalñieres, de las
harinas, del papel, ett;., algunas en apogeo y
tan afamadas en toda Europa durante: varios
siglos, sino que veremos surgir y progresar
la fabricación de paños, la de gomas y la de
productos refractarios, ya iniciadas; debiendo
encaminar.se los esfuerzos de la generación
actual a perfeccionar las fábricas existent^is, y
de manera muy especial a crear las industrias
derivadas de la iigricultura y de la ganadería,
asi como de los productos forestales, riquezas
éstas que nos corresponden por ley de naturaleza
y que son susceptibles de producir, en
unión de ia cultura, el general bienestar y la
base y fundamentó de la prosperidad pública.
La industria no es atributo de ninguna región,
ni está limitada por ley natural a pue-l)!
us o localidades determinadas.
Segovia fué industrial y volverá a serlo ya
que a ello la invitan las actuales circunstancias.
Para conseguirlo necesita instrucción técnica,
que a todo trance debemos instaurar; rápidos
y económicos medios de comunicación,
entre ellos el ferrocarril de Segovia a Burgos
y el secundario por Sepúlveda y Riaza a San
Esteban de Gormáz; espíritu emprendedor, que
surge y se multiplica a compás de los éxitos
que se van alcanzando; energía motriz y capital,
que ya existen y se aumentarán organizándose
en forma cooperativa o al menos medíante
Sociedades de todas clases; sin olvidar que
pueden y deben crearse en nuestra Segovia
pequeñas industrias que multipliquen la riqueza
particular, y a la vez. por natural consecuencia,
aseguren y afirmen el orden social.
Que existen grandes riquezas en nuestro
suelo, es indudable; que para explotarlas no
ha de faltar el genio industrial, Jamás extinguido
en la provincia, también—en mi criterio—
lo es: sólo falta desenvolver el espíritu de
asociación y establecer la industria en beneficio
de todos cuanto? en ella intervengan,
sin explotaciones, sin violencias, pensando
siempre en armonizar los intereses, al parecer
contrapuestos, y en realizar la más perfecta
convivencia de las diversas clases sociales.
Mariano G. BARTOLOMÉ
(Presidente de ia Diputación Provincial.)
ñcüüidades y aptitudes,
Eooviíi, arrinconando durante varios
lustros su tradición, ha descuidado
sus actividades industria.es, se ha
dejado dominar por un pesimismo
suicida y se ha resignado pacientemente, so
pretexto de que el florecimiento de la producción
fabril es don reservado, por inapelables
decisiones de los altos poderes, a más favorecidas
regiones, llegando los segovianos a convencerse
firmemente de que su riqueza no
podía tener otro manantial mas que el de la
agricultura, a todas horas mencionada, pero,
desgraciadamente, incapa¿ de emular a la de
otras regiones españolas más venturosas por
las dulzuras de su clima o por el esfuerzo de
sus hombres. Durante muchísimos años, esta
creencia, esta fe ciega en la eficacia y feracidad
de nuestro suelo, ha sido dogma sacratísimo
sustentado por nuestro pueblo, en el que
todavía tiene irreductibles adictos.
Al analizar la actividad industrial del país
arévaco, nos encontramos, lector, con un hecho
positivo: el desaliento de nuestra gente, y
cúmplenos determinar qué causas produjeron
esta situación depresiva de su ánimo. l3esde
luego, que ha habido una serie compleja de
motivos que acarrearon el presente estado de
cosas y, sin entrar a desenmarañar todos
ellos, podemos, sin embargo, señalar tres caminos
por donde llegar a las causas sobresalientes;
la evolución progresiva mundial, que
no fué debidamente asimilada y comprendida,
la psicología actual de los segovianos y la acción
de influjos forasteros que han perturbado,
sobre todo en recientes épocas, la vida de
ésta y de otras comarcas de Castilla la Vieja..
No vaya a creerse que entramos en esta cuestión
con ánimo pesimista, pues, aun cuando
reconozcamos las tristes leali-iades del piesen-te,
damos mucho más valor al porvenir,, a lo
que puede ser, a lo que seguramente seiá
esta tierra, a lo que serán sus homologas de
Soria y de Burgos, de esa ciudad de Burgos
que al fin parece decidirse a desempeñar su.
misión iniransferible de cabeza de Castilla la
Vieja. Triunfarán estas comarcas del alto Duelo
como va triunfando Logroño, más metida
en faena.
El desalojamiento de la industria manual
por la maquinal, la intensificación de los medios
de exportación y la aplicación de las
fuerzas naturales en sustitución de las corporales
del obrero, desconcertaron las industrias
clásicas segovianas en un terremoto qué mis
paisanos no pudieron evitar. Aun cuando los
industriales segovianos se hubiesen decidido
resueltamente a acomodarse a las nuevas ñor*
mas, sus esfuerzos hubieran sido demasiado
débiles para vencer el obstáculo de una situación
geográfica contraria, complicada con la
ausencia absoluta de combustible mineral y
de fuerza barata y constante. Antes de renegar
de arbitrarias protecciones a otras regiones
de Jispaña, que son el señuelo de ciertas
banderías más afanadas en imponer su intransigencia
que en procurar una saludable
cordialidad entre todos los españoles, procedería
averiguar si la industria segoviana antes
de caer procuró adaptar recursos propios
y los del país a las nuevas normas y métodos
de la producción y a las nuevas condiciones
económicas. Como entendemos que no hubo
el debido acomodamiento de las oportunidades
naturales ^el territorio y de la raza a las
modernas circunstancias, creemos sinceramente
que, tan pronto como este acomodo se
haya establecido, Segovia podía nuevamente
ocupar un lugar digno en la producción nacional.
Hay una serie de oportunidades naturales
en el territorio de Segovia que están dem: n-dando
útil aplicación. Hay entre los segovianos
la necesidad sentida de que su país deje
de abandonarse al azar. Falta tan sólo la coordinación
de esas oportunidades y de esa necesidad
para que, agrupándose, la prosperidad
brinde sus fi utos.
El modo actual de sentir de nuestra gente y
sus opiniones más generales han producido
una manera de ser, han originado un carácter,
una psicología y unos ideales que son los menos
favorables a una amplia renovación de la
vida económica. Confiesan que el estado actual
en que nos hallamos no tiene nada de envidiable
y reconocen que otras regiones orientadas
en distinto sentido son más felices, pero
nada hacen por indicar nuevos derroteros. Su
actitud no es más que la de una dulce resignación
y sus aspiraciones no serían otras
sino las de invertir la marcha de los tiempos y
lograr que el mundo se rigiese por normas y
por ideales que no volverán jamás.Apenashay
en nuestra tierra quienes interroguen al porvenir
y acierten a trazar un camino de reconstitución
de nuestra vida en una interpretación
materialista y económica que permita, después
de resolver el problema déla twanutención de!
pueblo en todas su& necesidades, abordar
idfiales abstiactos de alucinadora belleza, que
seducen al espíritu pero que carecen de base,
de materia tangible, compacta y tcu-at. N "
faltan quienes hayan señalado a Segovia la
necesidad de estudiar la Naturaleza de su pueblo
y de su territorio, el medio material en q^^
su vida se desarrolla-y las condiciones positivas
e innegables, buenas o malas, de sus honi'
bres, nu hay quien se haya lanzado resueltamente
a este empeño en labor colectiva, n^^"
distinta de unos cuantos esfuerzos individuales.
En cambio hay quienes a todas horas sue -
tan el torrente de calenturientas inspiración^
poéticas, de fantásticas quimeras incubadas
en la leyenda, de construcciones arbitrarias
impropias de tiempos en, que el mayor ^'^'°
es el de la cosa más verdadera. Si apenas na.
quienes investiguen el modo cómo Segovia >
Castilla la Vieja podrían tomar un puesto en
las avanzadas del trabajo productivo, en caiHj
bio no faltan los que se desvelan buscando^
modo cómo Castilla habría de regir a España,
cual si la dirección nacional pudiese dejar
ser patrimonio y obligación común de ^^°^
los españoles, en la que nad-e, absolutamen
nadie, pueda atribuirse lugar distinguido-
El influjo extraño ha contribuido mucho ^
esa tiranía de la leyenda sobre las gentes s
govianas desviándolas de la corriente 'l^^ f
hieran seguir. El prurito de algunas comaic
vecinas a la nuestra, empeñadas en interve
constantemente nuestra vida y endiosad _
por creerse Üivestidas de misiones disting
dísimas dentro de España, sostiene este mü^^
do de ficciones ayudando a los que ^P^''*'^", g
mirada de nuestro pueblo del mundo ^'^..^
realidadespara alucinarleconla contempla'^' .
de oti'o imag-nario en un misticismo inagn
co para recreo de poetas y soñadores. P
morboso y desolador para la salud de nueS
pueblo. . .g
Ahora, que esto cambiará; forzosame
cambiará, y Segovia será lo que sea otra ^
quier tierra, porque hay cantera de donde ^^
materiales.
Luis CARRETEI^^
Etnogmlia e histoñú
segouianas-i
ÍAS investigaciones que hizo a tneu
I del siglo pasado en el territorio s g^^
i viano el ilustre geólogo Casian "^^
UocoóñíSíi Prado le permitieron ''ecogt'r en ^^^^
verna que visitó al pie de los muros de t'^ ^g
lueso5 humanos y de animales y fragn'en'^''^^j¡,
vasijas de barro negro de fabricación niuy ^^
mentaría; en otras cavernas de la P'^'^*y'"'"je la
han hallado, entre otros objetos, propios .
edad protohistórica, cuchillos y hachas *^^ Lg-dra
pulimentada y esqueletos humanos, ^
cialmente en la de la Solana de la Angostu '^^
Vilanova, y Rada y Delgado, que examina^ ^ ^jj^
enterramientos de esta cueva^ afirman qu^ ^ ¡^(y,
se habían colocado los cadáveres en forma ^.^jj^g
ga a la que empleaban loi guanches en -'^^ ,g-
Canarias para conservar los restos de sus ^^^,
pasados, pudiendo asegurarse que la raza o ^^^^¡,
fooz, que se había extendido, por la P^'^*g^,i¡ti'
dental de Europa ai finalizar la edad ^"¡'^"penín'
ca, llegó a establecerse en el centro de '^ j^^y
sula Ibérica, entre otras comarcas, en la 1*^
ocupa la provincia de Segovia. ^¿ e^
De la fusión de lus iberus y los celtas, '^g^pg-sucesivas
emigraciones habían arribado a ^^¡
ña, se formó el pueblo celtíbero, que ^^^?L¿os^
tiei ras del centro del solar patrio,'dividí ^^^^^
en varias tribus, una de las cuales, lus ^^^ .^ gj-habitaban
parte de las actuales provincias ^^^g
lamanca y Avila, el sur de 'la de Burgos y i' ^^^^
hoy es provincia de Segovia, teniendo^.^^^^^o
los vacceos y al sur los pelendones, nin ^^^j.^^
también los arevacos con los cerindones - ,j.¡¡je'
tribus, que entraron en la confederación ,^peii-ra
animados del deseo de defender su "i
dencía. • reva*^'^'
yno de los centros principales de l-'^s ^ g¿¡fi'
fué Segoubia, hoy Segovia, cuya P''''^'"^fr^g aH'
cación remontan algunos hacia el año ^ J"
9. AÑO LXIV. NUMS. XVUI Y XIX :OF[CINAS: SAGASTA. 17.—MADKID AÑO64.—NUMS. iSy 10
REVJSTA UNIVERSAL ENCICLOPÉDICA DE] BELLAS AKTES. CIENCIAS, LITERATURA, ACTUALIDADES Y TURISMO
Di "T/osc la correspondencia ai D l r « C t o r .
t^'REOoiÓN
S s e a A t A ,
ADMINISTRACIÓN
I ?
D o c t o r O. F - i - » n c l » o o C o t a o w , c o n t l n u « c Í o r .
rrtadPíd l^ M 22 de ma^o de 1920
Se publica los días S, 15, 22 y 30 de cada mts.
Paca anuncios y suecvipcíoñes:
Arona!. 6. Apartado 322. Madrid-
LA COIHOeSA De SeQODIA
S. A R. LA SERMA. SEÑORA INFANTA DOÑA ISABEL DE BORBON.
que veranea en La Granja y tiene una especial predilección por la provincia
de Seífovia.
10. NÚMS. | 8 Y iO. — 2 8 0 i.A ILUSTRACIÓN ESl'AÑOCÍ ^ ASfÉfaCAPTA I ; Y 22 MAVa l o i*
D 0 N [ E S [ I L I O LLASERA, GOBERNADOR CIVIL
DE S"EGOVrA
UOM MARIANO O. HARTOLOMIÍ, pRESIDEN'J^-
nE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SEGO^
noN :'A5CL;AL I U A J A H D O , A L C A Í D E D E SEGOVIA
•J^U' t
iíXCMO, s u . IJ. l'fO LÓPEZ POXAS, GOBlíRNAíKlEÍ
• MILITAR DESWiOVIA lixc.MO. aii. M..nj;ncs UK S W I A (.'.•I :/,
|iM- ii.li'!0[.OMl-' SOBRTXl ARGULLOS, DEI-E
DK HACIENDA l>K SEGOVIA
pO-Segouia
¡j "ta Itastración
€5i2añaía g ñmericancí
i !L proponerse tan admirable piiblica-
1 ción dedicar uno de sus niínieíos a
• la provincia de Segovia. se hace
j acreedora a la gratitud de aquella
castellana comarca y a la de cuantos por ella
sentimos antiguos amores.
Pocas veces tan bien empleada'? las iniciativas
de los que dirigen esa culta Revista.
Rn Segovia tienen brillantes destellos la
Historia y el Arte, y en tan grande número se
presentan ¡iquéiliKs qut; poi doquiera que se
extienda la conteinplacíón, se encuentran á-
• quisiinas páginas escritas en piedra, que nos
hablan de grandezas de nuestra Historia y de
exuberancias del arte arquitectónico, que es el
arte suhUnie de los pueblos.
¿Para qué señajai testimonios.- Desde la
simpática capital de la provincia, hasta aquella
píiia mi inoK'idable comarca de Cuéllar,
pasando por In nohie Seoülvcd^ y Ui'í villa^í y
campos de Santa María de"N"ieva y líiHza^
piertan al recorrerlos el sentimiento de 'O
Hoy las esperanzas de cercanas prosperid;*
L A iLUsrKACiÓN- KSI-AXOLA Y A M E B I C A > ' - ^ ' '^
jará en sus planas !a demostración "*=
real es el sentimiento que dejo expue^*^^*
Mil y mil plácemes por ello.
El marqués de SANTA CR^^
11. l iJ V^ 22 MAYO I02O LA ILUSTRACiON ESPAÑOLA Y AMERICANA NÚMS. I 8 Y IC) .—28r
«NINFA», ESCULTURA DEL GRAN ARnSTA SEGOVIANO ANICETO MARINAS, COLOCADA
EN EL PARANINFO DEL INSTITUTO GF.NERAL Y TiiCNICO DE SEGOVIA
^CMO. SH. D. CARLOS DE LECEA,.CRONISTA DE SEGOVIA Y 5U PROVINCIA PLAZA SEGOVIANA (SAN LORENZO)- DIBUJO A I'LUMA, POR JESÚS
UfíTORBE
RETRATO, POl! EL ESCULTOR EMIUANÜ
ÜAKRAL
H0K2A ESMALTADA, CON TIPOS SALAMANQUINOS.
«LA VUELTA DKL MERCAUO», POR EL EMINENTE
CERAMISTA DANIEL ZULOAGA
12. NÚMS. l 8 Y 1 9 . — 2 82 LA ILü5TRAaON ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 Y22MAVOI920
Monumentos, artes g fianoramas de ^Segai^í^
y su i^rouinda,
Toitogmlias y bf^eues anotaciones, fion Benito de Tmtos Gómez-
Número f. Ábsides de I
la catedral.—Se colocó la
primera piedra para la
edificación de la catedral
en 8 de junio de 1525.
según los planos del arquitecto
D. Juan Gil de
Honiañón. En 5 de agosto
de 1563 empezó la const
r u c c i ó n del grandioso
ábside que ideara el maestro
Rodrigo Gil de Honta-ñón,
con tres órdenes de
altura, sembrado de machones,
arbotantes, bota-r
e l e s , lumbreras, cresterías
de festoneadas agujas
y calados antepechos, habiéndose
concluido tuda
la obra en 1591.
Número 2. Claustro de
la catedral.—Es un cuadrado
de 43 varas y un
cuarto de largo por seis y
medio de ancho. Le forman
cuatro galerías, y en
cada galería hay cinco arcos
ojivales, divididos por
delgados pilares, de donde
arrancan arabescos trebolados y cruzados,
perteneció a la antigua catedral y fué tras-teriordeltemplo,
quecons-ttt
de cinco naves, y q^®
ha recibido de los tratadistas
el título de *Joya
de Castilla» V también ei
de «Dama de las catedrales
», es majestuoso y e*;-
gante, peifectamenle w-miiiado
y alegre, con pa-vimentodemánnol
blanco,
íizul-negro y rosado, ae
105'SS metros de longitud,
50'14 en su mayor
anchura, 3S de altura para
la nave principal, 23 pa^'
las laterales y ói'S? P^^^
la cúpula o media naranja.
Número 5. Sillería
coro de la catedral-compuesta
por 117
KCM. r.—ÁBSIDES DE LA CATEDRAL
ladado, piedra por piedra, a la nueva por
el maestro Juan Campero. Tiene la entrada por
una portada de arco peraltado con ojiva cono-pial,
guarnecida de íiguras de santos, dosele-tes,
elegantes cardinas y ñanqueada por agujas
afiligranadas, rematando con un bajorrelieve
de la Piedad.
del
Está
sillas
de'no¿¡l"'m'acizo y todas
con labores distintas, pre'
sentando una magninc^
arquería conopiai que 10
ma las sillas altas. arcO^
rebajados, complic^t'^'í'
arabescos al interior v es
beltas columnillas en e^
cuerpo superior, destacándose por la nn
del tallado y por su hermosura la silla centr >
NÚM. 2.—CLAUSTRO DE I.A CATEDRAL
NÚH. 3 .— CRISTO YACIiNTE UE LA CARTEDAL
Número 3. Cristo yacente da la catedral.—
Obra notable del famoso escultor gallego Gregorio
Hernández o Fernández, realista en la
expresión de la forma y muy bella en la sencillez
de la actitud y en la perfección de los
detalles y perfiles.
Número 4. Interior de la catedral.—El in-m
•
v *
r
lii '
El, i-
Í 3 • |l;
I
' i . i '
•iiiy
'^}
1
i i •
1.
1
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i ?.
NÚM. 4.—INTERIOR DE LA CATlínR^I-NÚM.
5.—SILLERÍA DEL CORO DE LA CATEDR.-^L NÚM. 6.—RETABLO DEL DESCENDIMIENTO EN LA CAPIELA DE LA PlE''
AD
13. ^5 Y 22 MAYO I 920 LA ILUSTRAaON ESPAÑOLA Y AMERICANA NOMS. 18 Y 1 9 . — 2 83
que lleva las armas de! obispo donante de la F-Sillería,
D. Juan Aris Dávila, y las más inme- !'
blatas a la verja de los dos lados del coro, que
NÚM. 7.—RETABLO PLATERESCO DE LA IGLB-SIA
DE SAN ANDR^lS
^"•an ocupadas en la antigua catedral por los
^^yes Don Enrique IV y Doña Juana cuando
^^v*)^" a los oficios divinos.
Número 6. Retablo del descendimiento en
^ capilla de la Piedad de la catedral.—Fué
Onación del canónigo fabriquero de la iglesia,
• -Juan Rodríguez. Es la mejor obra que salió
^ Jas manos del inmortal escultor Juan de
V"'' tanto si se considera la maestría de la
Jecuciün como si se atiende a la admirable
P*^¡]Cromia de los tonos metálicos.
/Simboliza el momento preciso en que la
^'•gen contempla, tendido sobre una sábana,
j cadáver de su divino Hijo, y dos de las san-
^s mujeres, acompañadas de San Juan y de
'codemus, se disponen a ungir el cuerpo del
^a Vado,-. Todas las figuras son del tamaño
^ t ^ ' a l , con grande expresión de dolor en los
ostros y en las actitudes. Dos centinelas, coscados,
acaso anacrónicamente, a los lados
^^' retablo, completan el cuadro, verdadera-
•^ grandio.so.
Nú
siad
go
lie
. mero 7. Retablo plateresco de la igle-
^^ de San Andrés.—Notables pinturas del se-jí'^
viíino Alonso Herrera, y finas esculturas po-
/^•"Omadas a los lado.s del sagrario, sobre el
^üe descansa una Piedad de buena ejecución,
stilo de Miguel Ángel.
^ 'húmero 8. Atrio de la iglesia de San Mar-
••~-espléndido conjunto de arcos de niedío
^..^ y de variados capiteles románicos de la
P'imera mitad del siglo xn, a excepción de la
Puerta exterior de entrada, que pertenece al
5-^" ^'^'"aza por el Sur y Poniente a la igle-p
^^ ^^ nombre, digna de especial mención
^ "" su planta prenomática, por sus dos monu-
•^tales portadas, por la disposición de su
fj(5j(_ a.—ATRIO DB LA IGLESJA DE SAN MARTÍN
esbelta torre, apoyada sobre la novena de sus
bóvedas, por la colección de sepulcros señoriales
que encierra y por la cripta, que aún no
NÚM. 10.—SANTO CRISTO DE LA CASA LOZOYA
ha sido explorada. Tiene también arqueria al
lado del Norte, pero en la actualidad se halla
tapiada.
Número 9. Portada exterior de la iglesia
de San Juan de los Caballeros.—Es ojival, del
tipo clunicense y única en su género en Sego-v
« Se compone de arcos concéntricos, cua-dijaos
de hermosos adornos y se corona por
fp
NÚM. g.—PORTADA EXI'ERIOR DE LA IGLESIA
DE SAN JUAN DE LOS CABALLEROS
una cornisa de gran riqueza decorativa, igual
a la que corre todo a lo largo del tejaroz de la
iglesia, que fué pritnitivamente visigoda. Probablemente
seria labrada en el siglo xm y
añadida ai que ha sido poi espacio de mucho
tiempo grandioso templo románico, de la primera
época, y panteón de los nobles Linajes
de la ciudad. En el interior del edificio hay
enormes arcos que dividen las tres naves y se
apoyan en columnas monocilíndricas sin capitel.
Número 10. Santo Cristo de la casa Lozo-ya.—
Perteneció al marquesado de Lozoya y le
donó a la catedral la que fué piadosísima viuda
de este titulo, doña Asunción Mascaró y
del Hierro. Es una obra admirable del siglo
XVII, en la que su autor, el escultor Perye-ra,
quiso representar a Jesús en el instante en
que el Crucificado levantó sus ojos al cielo
para decir al Eterno Padre: «En tus manos encomiendo
mi espíritu; perdónalos: no saben lo
que se hacen.»
Número 11. Pórtico de la iglesia de San
Lorenzo.—De riquísima decoración arquitectónica
en canecillos, sofitos y dovelas, adornados
con representaciones, muy curiosas y
exirañas; rodea por el Sur y Poniente a la iglesia
de tres ábsides, con arco de herradura en
la portad > principal, acusando su origen visigodo,
y con torre románica de ladrillo, dispuesta
en cuatro cuerpos y con cuatro órdenes
de ventanas de medio punto.
Número 12. Interior de la iglesia de San
Millán.—Beilísitna perspectiva del gran templo
románico, siglo xi, de tres bóvedas, separadas
por pilaies compuestos y por columnas
monocilíndricas; cuatro á b s i d e s ; cornisas.
NÚM. 11.—PÓRTICO DE LA IGLESIA DE SAN LORENZO NÚM. 12.—INTERIOR DE LA líJLESlA DE SAN MILLÓN
14. NÚMS. l8 Y 19.—2ÍS4 LA ILUSTRAaÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 15.Y 22 MAYO 19^*^
S!£í":Sterc^
NÜM- 13.—PÓRTICO DE'LA IGLESIA DE'SAN ESIERAN NÚM. 14.—IGLKSIA UE LA VEHACRUZ
abundantes en decoración del xiii; tres portadas
de revelante inéiito y caprichosos capiles
de admirable ejecución.
Número 13. Pórtico de la iglesia de San
Esteban.—Ocupa, juntamente con la torre, el
flanco del Sur y, mediante un primoroso ángulo,
se continúa hasta los pies de la iglesia,
que tiene la portada principal del Renacimiento.
Sus capiteles, dobles y variados,
están llenos de representaciones
simbólicas de fina y delicada escultura.
Número 14. Iglesia de la Vera-cruz.—
Erigida por los caballeros del
Temple y dedicada en 13 de abril de
120S. Ofrece la originalidad de ser en
Europa el ejemplar máis perfecto y el
mejor conservado de las iglesias que
los Templarios construyeron, a imitación
del primitivo templo de Jerusalén.
Tiene platita dodecagonal, cuatro ábsides,
cúpula mahometana y dos portadas
de arco abocinado con ornamentación,
propia de la segunda época, en
sus lindos canecillos. Efi la portada
del Sur parece haber existido la representación
de los pecadas Capitales,' en
un relieve que está sobré la clave del
arco y cuyas figuras se hallan y'¿. deterioradas
SUM. I 5.-^VISrA PANORÁMICA DEL MONASTERIO t)E LA IGLESIA
por los agentes atmosféricos. Monumento
nacional por Real orden de 4 de julio
de 1919.
Número 15. Vista panorámica del monasterio
e iglesia del Parral.—Fundación del señor
de Segovia, que luego reinó en España
con el nombre de Enrique IV, es un conjunto
de los órdenes ojival y plateresco con portada
gótica, sin concluir, numerosos artesonados
del mismo estilo, multitud de mudejares detalles
y una interesantísima colección de sepulcros,
pertenecientes a las familias nobies de
la ciudad. Tuvo el patronato de la capilla ma- cis. Es una cruz patriarcal o de doble traver-llena,
yor ei poderoso y turbulento marqués de Vi- sa, de estilo gótico, en la que han sido co
al que también se atribuye la fábrica de
la iglesia.
Número 16. Interior de la Veracruz.—Le
constituyen dos recintos concéntricos, alumbrados
por pequeñas ventanas con caracteres
cadas dos ciucecitas, formadas con el pedaz
del Lignum Crucis que el pontífice " ° " ^¡
rio 111 tomó del bra7j> derecho de la Cruz de
Saiv.idor y donó a los Templarios en ^5 •:
mayo de 1224. Ante ella prestaban juramen
y hacían sus votos los profesos de
Orden, Hoy se conserva en la ig'^^'
u'e Zamarramala.
de
Número iS. Sepulcro de la condesa
Medellin.—En su factura imita ei
estilo de Juan Güas, el arquitecto d^
San Juan de los Reyes de Toledo. J ^^
doctores de la Iglesia, sentados en no"^]
Hacinas de trepada arquería, apa'^"
tan velar la estatua yacente, hermosamente
tallada en alabastro, de la con
desa doña Beatriz, que se cobija baj
un arco apuntado con decoracione
del periodo gótico florido. j.
Número 19. El Acueducto de segovia.
—Llámasele encaje depu'draj
toncado; es una fábrica de tal •^""'"CMS
dad que no tiene cotejo en el mufiao.
ciento sesenta y dos arcos, ^'^'^'''^^^ jg,
en cinco segmentos, revelan marca
mente elorigen romano de su ^^^ Q,$
ción, que abarca una longitud de o
tros y 'se compone de grandes ^^'^^'^ffj.f,
^__nito, cuadrados para los pilares y cunei
mes para las dovelas de los arcos, los ^^^
tienen su mayor elevación, de 28,50 '^^ . J
en la plazuela del Azoguejo. El coleccion'^^
segoviano don Eugenio Nonine posee
moneda inédita y conmemorativa, tal ^'^^'.^
la fecha en que se construyó el monume '
puesto que lleva en el reverso el Acueduc
en e! anverso tiene el busto, al pareceri ,
Aususto. Fué declarado monumento nacio
nict, PARH Al-de
aspillertis. En el central, que es de dos pisos,
se figura el edículo del santo sepulcro, al
que se puede entrar por cuatro puertas, de
arco apuntado y de poca elevación, que sostienen
un segundo cuerpo o compartimiento
con un ara de forma cuadrilonga, en la que
depositaiían los caballeros sus armas durante
el acto de la vela. A los lados del Evangtí-lio
y de la Epistola existen dos pequeñas capillas,
símbolo, quizá, de los sepulcros de Ni-metros
gra
codétnus y de José de Amaríiea.
Número 17. La Veracruz o Lignum Cru- por Real orden de de octubre de i884-
NÚM. 16.—INTERIOR DE l.A VI¡KACttUZ•
' • • r . i
NÚM. 17.- LA VERACaUZ
,sx-i-í>''
O l.IGMCM CRUCIS NÚM, r8l.í-.^ ST;rui.CRO DE LA CONDESA DE MED
15. '5 V 22 MAYO iq2n LÁ ILUSTEÁGION ESPACIÓLA Y AMERICANA íJÚHs. iS Y i g . — 2 ^ 5
Número 20. Sepulcro del
"¡arques de Villeiiíi.—Ocupa
^1 lado del evangelio en elpres-biteiio
y está iVontero con el
J^s igual clase, perteneciente a
¡a condesa de ViUena, düñ¡-
•alaria Portocairero, ronnando
'^'^ do?, con el altar niayur a
"li'nera de un inmenso tríptico-
Ha sido construido por
Jasco de la Zarza y por su
^'scípulo Juan Rodríguez; tie-
^^ ties cuerpos y pertenece al
^stilü plateresco. Son de jaspe
1^' na^amento, adornado con
3s imágenes que representan
^ las virtudes teologales y car-
'^'na'-es; lu estatua orante del
¡Jj^'qués, armado de punta en
^'^n :o; la del paje, arrodillado,
llevando el morrión y el escupí
y el hermoso bajorrelieve
^a4;1^-Í
L^J*f-m
qtie representa la escena de la
P'tiparación para la sepultura
•^e Jesucristo. Las pilastras laterales, las,cabe
^^^ de ángeles, el arco-solio y las demás es
• ^^i- 20.—SKfULCiiO DKL MAHyníS DE VILLENA
j^l^^^s, llorones, escudos, etc.. son de piedra
'""lea, muy dura, abundando en todo una
^•"ouisa decoración del Keníiciniienlo.
^^^úiiiero 21. Cueva de Santo Domingo de
•J^mán.—A la parte dei Norte, y junto al áh-
NIJM. 19.—EL ACrKDUCrO DE SECOVIA
side del templo, existe la famosa y veneranda
C/ievti donde es tradición que, esbindo en oración,
a los pies de unCrucifijo, el santoFunda-dor,
derramó paite de su sangre, la cual se vio
fresca v coagulada después de trescientos diez
y ocho años. Da ycceso a la cueva una portada
gótica, construida en la misma época que
laiglesia de Sania Cruz. ^
Número 22. Sarcófagos de los Espinar y
de los de la Hoz.—Labrados en pizarra negra,
superpuestos unos a otros y ornamentados
con blasones, frondas y epitafios del gusto
ojival.
^ ^ « - . . -
PORTADA SEXRtIGtESlA- DE Si'NTA CRUZ
NÚM. 21.—CUEVA DE SANTO DOMINGO DÉGUZMAN
Número 23. Portada de la iglesif^ de Santa
Cruz, pertenece al primer convento que
fundó en España Santo Domingo de Guzmán,
cuyos descendientes tuvieron el patronato del
mismo hasta que restauraron y agrandaron su
fábrica los Reyes Católicos. Está formado por
un arco trebolado que sostiene un hermoso relieve
de la Piedad, en el que aparecen Isabel y
Fernando, acompañados de santos de laOrden
Dominicana. ííepisas, doseletes, guirnaldas y
cardinas, escudos reales, sostenidos por águilas,
y los de la Orden por ángeles, el Crucificado
y dos religiosos en ademán de adoración
completan la interesante y hermosa composición.
Número 24. Puerta de San Andrés.—Una
de las cuatro del circuitD cenado o muralla
que se desarrolla en una extensión de 2.250
metros, con 9 de altura y 2,50 de espesor. Tiene
arco peraltado, morisco, galería de ventanas
irregulares, cornisas de bolas, saeteras en cruz,
almenas piramidales y un escudo heráldico.
A uno y otro lado está flanqueda por dos torres;
una poligonal y la otra cuadrada, de ladrillo,
con sabor mudejar. Pertenece al siglo
XV y resulta muy beHa en su conjunto.
Número 25. Torreón de
Arias Dáviia.—De estilo gótico,
siglo XV. Consta de dos
cuerpos de mampostería, reforzada
con sillería en sus cuatro
ángulos y ornamentada
con alicatados arabescos. Los
matacanes son de mucho vuelo,
y las almenas rematadas
en pirámide, ostentando algunas
de ellas los escudos seño-liales.
Número 2Ó. El Alcázar.—
Crujía del Norte.—Comprende
el espacio donde se hallaban
instaladas las suntuosas
cuadras o estancias, adorna-Í
dñs, en otro tiempo, con magnificas
estatuas de todos ios
reyes de España y con admi-
%
^ rabies artesonados gótico-mudejares,
en púipura y oro.
Número 27. Casa de Al-puente.—
La más bella de las
casas fuertes torieadas de Segovia. En ella se
pueden admirar ios hermosos ventanales mu-
••^k
NLM. 22.—SASCÓFAGOS DB LOS ESPINAR
• Y DE LOS IJIÍ LA HOZ
dejares que hay en la fachada principal, y
los aitesonados que existen en algunas habitaciones
del interior.
Número 28. Casa denominada de Juan
Bravo. — Tiene galería de arcos alcobados,
guarnecidos de gruesos boceles, sartas de bo-r
NÜM. 24,—PUERTA "DE -SAN ANI'RÉS
16. NÚüis. i 8 Y ig.—286 LA ;LU'5TR ^ C I G N ESPAÑOLA AMERICANA 15 Y 22 MAYO 1920
NÚM. 25,—TORREÓN DE ARIAS DÁVII;A
las y escudo señorial, que no es el del insigne
comunero. Es del estilo gótico.
Número 29. Casa de los Picos.—Torreada,
gótica, del xv, y notable por las piedras
de la fachada, labradas en formal de punta
de diamante. Ames de su restauración tenía
Número 32. La antigua sinagoga o iglesia
del Corpus.
Números 33 y 34. San Antonio el Real.—
Artesonados mudejares. Sala del Capítulo y
Claustro.
Número 35. Sobrepuerta del antiguo palacio
de Enrique IV.—Es de yesería mudejar
con detalles góticos, casi idénticos a los de
las salas del Alcázar.
Número 36, Fachada principal del real palacio
de San Ildefonso.—Consta de grandes
pilastras y columnas, estriadas, algunas pareadas,
con capiteles ricamente esculpidos en
riiárinol. Sobre las cuatro columnas centrales
se apoya un ático rectangular, formado por
cariátides que representan las estaciones del
año, y coronado por una balaustrada de igual
carácter que la que corre a lo largo del entablamento
principal. Es de estilo compuesto,
siglo xvín, y su traza y ejecución son debidas
a los arquitectos Jubara y Saqueti.
Números 37, 38 y 39. Monumentales fuentes
de la Granja.—La carrera de caballos. Se
compone de 114 surtidores y de diversas
fuentes, entre ellas la de Andrómeda y la de
Las Tres Gracias. Situada enfrente de la fachada
principal del palacio, lorma, ai correr el
agua, un bellísimo panorama. Las estatuas son
del siglo xvm y de tradición berniniana, decadente,
obra del escultor Dumandre.
Número 40. Cruz procesional. Siglo xvi.—
Pertenece a la iglesia de San Miguel. Es góti-
NÚM. 28.—CASA DKNOMINADA U K J U A N BRAVO
Es del siglo XV, y fué fabricado por el 0^ ^
brs Juan Pérez. p
NTúmero 43. Custodia de la Granja.--
obra primorosa del siglo xvii, con una altu •
de un metro próximamente; pesa 27 li''^^ f
está adornada con esmeraldas de gran ^^'
NOM, 26.—EL ALCÁZAR. CUUJIA DEL NORTE
artesonados mudejares y era la que delendia
la puerta de la muralla llamada de San Martin.
Número 30. Casa del marqués del Arco.—
Patio estilo plateresco. Consta de tres lados en
pórtico y de otro cerrado. Los bustos de emperadores
romanos y de reyes españoles, reparti-ca,
de mucho peso y está llena de figuras y
^NÜM. 27.—CAKA UE ALPUÉNTB
capiteles.
Número 41. Retablo gótico, bruselés, en
la iglesia de San Antonio el Real.—Se compone
de más de sesenta figuras, talladas por
completo. Representa la crucifixión en el Cal-
La Virgen y el templete del cuerpo centra'
de oro macizo con esmaltes. t^.
Números 44, 54 y 55. Casulla, ^apa P ,^
vial y paño de pulpito, góticos, de la Ca's
de San Andrés y San Miguel. . _^
Número 45. Cruz gótica de la *^'''^"ig(,ta
Perteneció a la antigua parroquia de
Columba, de Segovia. Es del siglo xvi.
NÚM. 29.—CASA DE LOS FlCOS
dos por el arquitrabe, son de buena factura, y
muy gentil la galería con una balaustrada preciosa.
Número 31. Casa deGarci-Sánchez.—Estilo
barroco. Tiene portada con columnas terminadas
en candelabros, y una bonita galería
de arcos rebajados. Toda ella es de granito.
vario,yencierra tanta importancia que no existe
otro que se le iguale en España.
Número 42. Cáliz gótico de la Catedral.—
Regalado por D. Beltrán de la Cueva, marqués
de Cuéllar, en memoria de la toma de posesión
del maestrazgo de Santiago en la Catedral
antigua. NÚM. 30.—CASA DEL MARQUÉS DE * "
17. 15 1: 22 MAYO I 920 LA ILUSTRACIÓN E ¿ r , , . LLA Y AMERICANA NÚMS. T 8 Y 1 9 . — 2 87
N I ' M . 31.—CASA DE GARCI-SÁIÍCHEZ
pado de Segovia, habiéndole transformado
después el prelado D. Juan Arrias Dáviia,
quien puso a la enü^da de la iglesia dos torres,
poligonales en el piimer cuerpo y ciicu-lares
en el segundo.
Número 5S. Vista general de la villa de
Cuéllar.—Se halla edificada la antigua Colen-da
de los romanos tn una prominencia o collado,
adoptando su caserío la forma de anfiteatro.
Tiene soberbio castillo, que fué posesión
real y después pasó a ser del señorío de
D. Beltrán de la Cueva; doble cerca: una para
la ciudadela, que forma el barrio de San Martín,
y otra para la ciudad, que integran ios barrios
que no rebosan fuera del recinto exterior;
espléndidas edificaciones eclesiásticas del
estilo románico,de ladrillo,y muchas casas blasonadas
que revelan, en conjunto, la antigua
piedad y la fortaleza de la villa.
Números 59 y 60. Palacio-castillo de Cuéllar.—
Fábrica levantada a poco de la restauración
de la villa por Alfonso VI y reconstruida
en el xv por el duque de Alhurquerque, don
Beltrán de la Cueva. Adopta en planta la forma
cuadrilonga con gruesos cubos en los ángulos.
Posee alta y robusta torre del homenaje;
su puerta principal tiene los escudos de los
reyes de Castilla y de León, el de D. Beltrán y
el de su primera esposa, doria Mencía de Mendoza;
Número 46. Escultura románica en piedra,
^focede de la antigua iglesia de San Miguel,
^igloxii.
hay patio central con galería majestuo-
_ Número 47. Imagen bizantina de la igle- sa del xvi; e! lienzo oriental está defendido por
^ de San Millán, siglo xu¡. una gran barbacanajy todo el edificio se ador-
NLM. 32.—LA ANTIGUA SINAGOGA O IGLESIA
DEL CORPUS
corte árabe y está flanqueada por un robusto
cubo y por una tone cuadrada. Encima de la
clave del arco exterior, que tiene hiladas de
ladrillo, campea el escudo del Concejo y en el
lienzo central los de los Cuevas,
Número 62. Puerta de San Martín (Cuéllar).—
Una de las cuatro de la ciudadela.
NÚM. 33.—SAN ANTONIO EL REAL NUM. 34.—SAN ANTONIO EL HKAL
_, l^íúmero 48. Capiteles de la iglesia de la
t. e' ^ 'ni i*i a^d^. -—~ í•^Ronin"•lá^nln¡;c/'oí^sc , dHe^ll sciiog-llori -XxIiIi , ePxviisftiet enn--
^ en la portada interior del templo, que tie-
^ también el monograma de Cristo.
^ ^limeros 49, 50 y 51. Tapices de la Cate-
^ral.-~-pug,.(jj^ regalados a la Catedral por el
gC^diano de la misma, D. Antonio de Ayala
^^fganza, en el año de 1697. Todos ellos han
'lo fabricados en Bruselas.
^Número 52. Cristo de los Gascones, en la
^'esia de San Justo.—Procede de Alemania.
travT^^ 'a tradición que llegó a esta ciudad
"do por unos gascones y por unos alemanes,
^^'^"es, habida disputa entre sí acerca de su
flenencia, le cargaron sobre una muía, a la
g^e Sacaron los ojos, llegando a ia iglesia de
gl " Justo, en cuya puerta de entrada .-evento
g] g"['»ial, teniendo esto como prueba de que
(jg ^"*^'' quería quedarse en Segovia, en don-j
^ 5e establecieron los que tanto se disputaron
K-P^-'^e^iün de la veneranda etigie. Es bizan-
''"'^' del siglo xi.
^^iNumeros 53, 56 y 57. Castillo de Turéga-que
'^'^ y gentil mole, de estilo gótico,
la Q ^^ ^^'^"ta en una pequeña cuesta, desde
denL^ domina a loda la población. Encierra
bac '^ '^^ ^^^ muros, a los que ciñe una bar-si„¡^^^
^hnenada, una iglesia románica del
rgg J^"> ^^ tres naves y ábsides semicírcula-e(
¿¡k ,"tre las numerosas torres que tiene el
cojí ?'^ descuella la torre central de piedra
cn^- ' ^^ torreones en cada uno de sus lados y
•"^in^n^ ?^ saeteras, almenas y matacanes. La
^ iJoña Urraca hizo donación de él al Obis-na
con saeteras, matacanes y almenas. Su
construcción es del estilo gótico.
Número 61. Puerta de San Basilio (Cuéllar).—
Se halla situada junto al Castillo, y es
la única puei ta que tienen común la ciudadela
y la villa. La forman cuatro arcos unidos de
%-r~.^>-
..«^y
NI':M. 33.—SOBREPUERTA DEL ANTIGUO PALACIO
DE ENRIQUE IV
Está constituida por fortísimo arco de piedra
con grandes dovelas y defendida por dos robustas
torres cuadradas que flanquean su entrada.
Sobre la clave del arco, lo mismo que
en las otras puertas, se halla el escudo de la
villa, y en lo alto de las torres, así como en los
remates de los lienzos de la muralla, los de los
poderosos magnates del castillo.
Número 63. Sepulcros de la iglesia de San
Esteban (Cuéllar).- Lado del Evangelio. Gó-tico-
mudéiares con admirables calados, encerrados
dentro de un recuadro con inscripciones
de los Salmos. Sobre las urnas funerarias
descansan dos estatuas yacentes de alabastro
primorosamente ejecutadas: una de mujer y la
otra del caballero, cuyos son los sepulcros,
Doña Isabel de Zuazo y su esposo D. Martín
López de Córdoba e Inestrosa.
Número 64. Puerta de San Andrés (Cuéllar).—
Solamente se conserva ella de las cuatro
del 1 ecinto de la villa. Tiene arco de hei ra-dura
con ojiva apuntada, sobre la que está esculpido
el blasón del pueblo; indicio, tal vez,
de que los señores del castillo y de la ciudadela
nunca dominaron en la villa.
Número 65. Ábside de la iglesia de San
Esteban (Cuéllar).—Elegantísimo tipo del
estilo románico,de ladrillo, situado en el ángulo
que forma el recinto murado de la ciudadela
y formado por arquerías ciegas superpuestas,
dobles recuadros y fajas en espina de pez,
admirabiementecombinados. En esta iglesia se
conservaba el archivo de los nobles linajes,
pertenecientes a la cofradía de la Visandína.