Ante las dificultades del pasado y los aparentes progresos de la integración en seguridad y defensa acontecidos en el marco de la UNASUR la pregunta obligada es si la región sudamericana será capaz de consolidar los logros alcanzados, superando las asimetrías institucionales y económicas, los recelos y los intereses locales, así como la excesiva dependencia de los intereses geoestratégicos de potencias externas; “llevándolos más allá de los tratados y las reuniones de alto nivel para extenderse a la implementación de estructuras regionales capaces de llevar la integración al nivel operativo y doctrinal”. (Ballesteros, 2011: 6). En definitiva, pese al poco tiempo transcurrido en la vida de UNASUR, parece pertinente describir y analizar lo avanzado, así como las dificultades enfrentadas, tratando de establecer conclusiones preliminares que nos permitan “interpretar el significado y posibilidades reales que esta experiencia pueda aportar al propio proceso de integración, y a los países y sociedades que forman parte de el”. (Palazuelos 2010: 9).
Integracion seguridad y defensa UNASUR anteproyecto investig 090611, por Francisco Tomás
1. PROCESOS DE INTEGRACION ECONOMICA EN AMERICA LATINA.
ANTEPROYECTO INVESTIGACION
INTEGRACION EN SEGURIDAD Y DEFENSA EN EL MARCO DE LA UNASUR.
Por: Francisco José Tomás Moratalla.
INTRODUCCION
A par&r de la creación de la Unión de Naciones Suramericanas 1 (UNASUR), el 23 de
mayo del 2008 en la ciudad de Brasilia, se produce un importante impulso en los
procesos de integración en materia de seguridad y defensa en América La&na,
destacando especialmente la creciente coordinación en polí&cas exteriores
relacionadas con la solución de conflictos, la paz y la cooperación, en el marco del
Consejo de Defensa Sudamericano 2 (CDS).
Pese a lo incipiente del proceso, el dinamismo alcanzado, así como la calidad y can&dad
de los acuerdos suscritos, contrastan con la experiencia histórica la&noamericana, en la
que pese a la importancia e interés en la seguridad y la defensa, estos eran temas que
debido a su carácter conflic&vo, casi siempre, “estaban al margen de los acuerdos o
tratados de integración, pero que en las úl7mas experiencias de integración
subregionales o con7nentales han aparecido con un cierto grado de
vinculación” (Palazuelos 2011: 9). Al mismo &empo, contrastan también con la
experiencia histórica, en aquellos casos en que sí se concretaron acuerdos en la
materia, tales como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), la Junta
Interamericana de Defensa (JID) o las inicia&vas en el marco del MERCOSUR; pues en
términos globales “ninguno de estos acuerdos además de vigente, es eficaz3” (Mar]nez
2008), pese a que presenten, sin embargo, muchos aspectos posi&vos. En este sen&do,
la “sensación” de fracaso, es la que jus&fica, en muchos líderes la&noamericanos, la
1 La UNASUR está integrada por: Argen&na, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y
Venezuela (CDS 2011)
2 Aprobado en Diciembre del 2008 se define a sí mismo como: “Una instancia de consulta, cooperación y coordinación en materia
de Defensa de la UNASUR. Tenemos el obje7vo de consolidar Suramérica como una zona libre, soberana y en paz, base para la
estabilidad democrá7ca y el desarrollo integral de nuestros pueblos. Como contribución a la paz mundial, fomentando una
iden7dad suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las caracterís7cas subregionales y nacionales y que contribuya
al fortalecimiento de la unidad de América La7na y el Caribe”. (CDS 2011)
3 Uno de los casos más dramá&cos de ineficacia fue el del colapso del TIAR debido a la Guerra de las Malvinas. Como se sabe dicho
tratado establecía que si algún país americano era atacado por una nación extranjera, todas las demás naciones en el con&nente
acudirían en su ayuda. Este no fue el caso, sin embargo, en el conflicto armado entre Argen&na y Gran Bretaña, originado por el
control de las Islas Malvinas.
2. necesidad de un nuevo impulso integracionista en la materia y las esperanzas
depositadas en el mismo.4.
En relación a los dis&ntos tratados e inicia&vas regionales, en los temas de seguridad y
defensa, las razones de su histórica ineficacia, siguiendo lo planteado por autores como
Ballesteros, pudieran ser varias, a saber:
1º “…en Iberoamérica, una vez terminada la guerra (II Guerra Mundial), no se percibía
una amenaza exterior al subcon7nente.
2º Las importantes diferencias entre las polí7cas de los países La7noamericanos y del
Caribe, han dificultado los procesos de integración.
3º La existencia de una escasa cultura de seguridad y defensa que impulse a las
sociedades a buscar en la defensa colec7va, la mejor forma de defender los intereses
compar7dos.
4º Los conflictos fronterizos larvados existentes entre algunos de los países miembros,
dificulta el necesario grado de confianza mutua.
5º La escasez de recursos económicos y la necesidades de desarrollo económico, que
impedían las inversiones en sistemas de defensa.
6º La forma de liderazgo de EEUU que daba preferencia a las relaciones bilaterales
frente a las mul7laterales”. (Ballesteros 2011: 3), lo que por otro lado contribuyó al
excesivo peso que tradicionalmente tuvo Estados Unidos en la solución de los
problemas de seguridad y defensa que surgieron en el hemisferio.
Ante las dificultades del pasado y los aparentes progresos de la integración en
seguridad y defensa acontecidos en el marco de la UNASUR la pregunta obligada es si
la región sudamericana será capaz de consolidar los logros alcanzados, superando las
asimetrías ins&tucionales y económicas, los recelos y los intereses locales, así como la
excesiva dependencia de los intereses geoestratégicos de potencias externas;
“llevándolos más allá de los tratados y las reuniones de alto nivel para extenderse a la
implementación de estructuras regionales capaces de llevar la integración al nivel
opera7vo y doctrinal”. (Ballesteros, 2011: 6).
En defini&va, pese al poco &empo transcurrido en la vida de UNASUR, parece
per&nente describir y analizar lo avanzado, así como las dificultades enfrentadas,
tratando de establecer conclusiones preliminares que nos permitan “interpretar el
significado y posibilidades reales que esta experiencia pueda aportar al propio proceso
de integración, y a los países y sociedades que forman parte de el”. (Palazuelos 2010:
9).
OBJETIVOS.
General:
4 Así
se han pronunciado diferentes líderes sudamericanos, como por ejemplo la Presidenta Argen&na, Cris&na Fernández de
Kirchner, que señaló recientemente que “Unasur no colapsará como sucedió con el TIAR durante la Guerra de las Malvinas”, pues
“el Consejo Sudamericano de Defensa será, de lejos, mucho más efec7vo y robusto que las previas experiencias como el
TIAR” (Fernandez 2011).
3. Valorar el reciente proceso de integración de las políJcas de seguridad y defensa en
el marco de la UNASUR, a la luz de las experiencias subregionales del MERCOSUR y
la CAN.
Parciales:
•
•
•
•
•
Iden&ficar los logros alcanzados en la integración de la seguridad y defensa en
la UNASUR.
Iden&ficar desaRos de corto, medio y largo plazo que afronta la UNASUR en
materia de seguridad y defensa.
Comparar la experiencia de integración en seguridad y defensa de UNASUR con
la realidad de la integración subregional, en dichas materias, en MERCOSUR y la
CAN.
Proponer posibles interpretaciones y/o significados, entorno a los logros y
desahos de la integración en seguridad y defensa en el marco de la UNASUR.
Establecer conclusiones preliminares entorno a las posibilidades de éxito de la
integración sudamericana en seguridad y defensa, en el marco de la UNASUR.
ESTADO DE LA CUESTION.
El estado de la cues&ón se analiza organizado en función de contenidos propuesto en
los obje&vos parciales, a saber:
Logros alcanzados.
En cuanto a los logros alcanzados y pese a que se pudiera señalar la contradictoria
sensación existente entre "lo fácil" (acuerdo de defensa dentro de UNASUR), o bien
di^cil, que supone sostener estrategias regionales (Plan Colombia y bases militares
estadounidenses)”, (Palazuelos 2011: 9); pareciera imponerse la tesis que señala lo
sorprendente y posi&vo de los avances, pues se hace evidente la creciente efecJvidad
de la UNASUR en resolver problemas de la agenda regional. (Main 2010). Dicha tesis
es sostenida sobre la enumeración rápida, planteada por Main, de los principales
logros de este corto período, apenas tres años desde la creación de UNASUR y que son
los siguientes:
1‐ El desarrollo de mecanismos comunes de transparencia en cuanto a las polí&cas de
defensa y gastos militares. Es decir un “mecanismo de Medidas de Confianza Mutua”
que abarcaría lo siguiente: “a) Intercambio de información y transparencia; b)
ac7vidades militares intra y extra regionales; c) medidas en el ámbito de la seguridad;
d) además de un conjunto de medidas que apuntan a ser efec7vo un sistema de
garanaas, cumplimiento y verificación”. (Gu&errez 2010). También el acuerdo para la
creación de un centro mul&lateral de estudios estratégicos de defensa, recientemente
inaugurado.
2‐ La “Declaración de Cuzco” del 2004, que aunque fuera del período analizado supone
un importante precedente para la UNASUR y en la que, a pesar de las “divergentes
4. agendas polí7cas de los gobiernos de la región, los líderes estuvieron de acuerdo en
priorizar el papel del grupo como un actor geopolí7co” (Main 2010).
3‐ El hecho de que para Sep&embre del 2008, poco después de la firma del tratado
cons&tu&vo de UNASUR, el grupo tuvo que afrontar su primer gran reto, al resolver de
manera sa&sfactoria, la que Main (2010) califica como, “la más importante crisis
polí7ca sudamericana de los úl7mos cinco años: el intento violento de desestabilizar el
gobierno de Evo Morales en Bolivia”.
4‐ También el hecho de que para Agosto del 2008, UNASUR contribuyó de manera
decisiva en reducir la tensión generada entre Colombia y sus vecinos (Ecuador y
Venezuela), al establecer una cumbre presidencial para discu&r el controverJdo
acuerdo, que permiYa la expansión de la presencia militar de los Estados Unidos en
territorio colombiano. “Aunque las tensiones entorno al acuerdo con7nuaron, la
cumbre facilitó el diálogo y dio más ímpetu al Consejo de Defensa de UNASUR en el que
los ministros de defensa de América La7na man7enen abiertas discusiones sobre los
proyectos de defensa nacional y regional” (Main 2010).
5‐ La clara polí&ca de condena al golpe de estado en Honduras, adoptada por UNASUR,
y el rechazo al reconocimiento de las elecciones desarrolladas en 2009, bajo el
gobierno de facto, y que tuvieron como resultado el nombramiento de Porfirio Lobo
como nuevo presidente de Honduras. Esta posición de UNASUR condicionó de manera
notable el pleno retorno de Honduras a la Comunidad Internacional, especialmente su
reingreso a la OEA, que fue aprobada recientemente gracias a la intermediación exitosa
de Venezuela y Colombia en el marco del “Acuerdo de Cartagena”.
6‐ Por ul&mo el unánime nombramiento del ex‐presidente argen&no, Nestor Kirchner,
al puesto de Secretario General de la UNASUR, truncado por su repen&no fallecimiento
y que mandaba un claro signo sobre la intención de UNASUR de con&nuar ejerciendo
una dirección independiente en la solución de los problemas regionales de defensa
(Main 2010).
DesaRos de corto, medio y largo plazo.
En relación a los desahos de corto plazo y siguiendo lo planteado por Maldonado,
éstos parecieran tener un carácter más opera&vo que estratégico puesto que están
vinculados con la ejecución del segundo Plan de Acción del CDS, 2010‐2011, a saber:
“El desarrollo de una metodología de medición de gastos de defensa y la realización de
estudios sobre las capacidades existentes en el ámbito militar para apoyar las acciones
humanitarias”. También “el diagnós7co sobre las capacidades de la industria y
tecnología de la defensa de los países sudamericanos, con la intención de promover a
mediano plazo la complementariedad, la inves7gación, la cooperación técnica y la
transferencia de tecnología”. Y por úl&mo “la posibilidad de crear un Centro de
Inves7gación y Desarrollo Tecnológico y Cooperación Industrial a nivel
regional” (Maldonado 2011).
En cuanto a los desahos de medio plazo y siguiendo lo planteado por autores como
Gu&errez, se podrían señalar al menos tres: En primer lugar se trataría de profundizar
las “Medidas de Confianza Mutua”, especialmente en relación a los sistemas y gastos
en defensa. En relación a los sistemas “es muy interesante contar con información
5. sobre cada fuerza y sus respec7vos equipamientos, así como los acuerdos de
cooperación en estas materias. En relación a los gastos, es la materia más sensible que
debe ser explicitada”. En segundo lugar se debería de abordar “el Protocolo de Paz,
Seguridad y Cooperación propuesto por el gobierno peruano, que vendría a sumarse a
un conjunto de inicia7vas en el campo de la jurisprudencia internacional que apuntan a
consolidar los valores de la democracia y la paz, haciendo un aporte inicial a un futuro
debate doctrinario al respecto”. Por úl&mo se trataría de “iniciar un debate5 sobre la
arquitectura de seguridad para la sub‐región, lo que permi7ría resituar el diálogo y
encuentro conceptual sobre seguridad y defensa, los límites y alcance para cada una de
esas dimensiones” (Gu&errez 2010).
En cuanto a los desahos de largo plazo, en un contexto de distensión propiciado por el
acercamiento entre Colombia y sus vecinos Ecuador y Venezuela, en el que “se abren
nuevas expecta7vas de mayor y mejor cooperación en la región sudamericana en
temas de seguridad y defensa”, los mayores desahos estarían relacionados “con la
presencia e influencia de los Estados Unidos en la región, así como con el papel que ha
desempeñado la lucha contra las fuerzas insurgentes en Colombia”. Ambos aspectos
podrían ser foco de generación de nuevos conflictos, ralen7zando, o bien haciendo
fracasar por completo, los avances logrados por UNASUR en materia de integración en
seguridad y defensa (Maldonado 2011).
ComparaJvo de UNASUR con MERCOSUR y CAN.
Sin menoscabo de nuevos análisis, la tesis que pareciera imperar en relación a la
experiencia en materia de integración y defensa de MERCOSUR, es que mientras que
los logros en la integración de la defensa serían más bien modestos 6, sin embargo
resultarían “…evidentes los avances logrados en la subregión hacia la paz y la
cooperación7 , incluyendo una creciente coordinación en materia de polí7cas
exteriores”, que podría ser atribuible al Mecanismo de Consulta y Concertación Polí&ca
del MERCOSUR (Ugarte 2008).
En relación a la CAN la tesis predominante, a ser verificada, sería la de que “mientras
que el MERCOSUR ha seguido hasta el momento el modelo de integración europeo en
los aspectos de seguridad y defensa (es decir) –dis7nguir entre los ámbitos de la
seguridad pública, por una parte, y la defensa, por la otra‐ la CAN adoptó el modelo
5 Para autores como García, dicho debate debe abordar tanto el establecimiento de un marco conceptual común entorno a la
seguridad, que permita “construir y concretar un sistema de reglas vinculantes en las materias de defensa y seguridad
internacionales e incida en la definición de los bienes públicos que deben ser promovidos y protegidos en este campo”, como su
ámbito de actuación, que, siempre según dicho autor, “debería enfocarse más en los conflictos intra‐estatales y no tanto en
supuestas amenazas exteriores”; pues son precisamente éstos los que “mo7van los problemas de seguridad en América La7na,
fruto del escaso grado de desarrollo de los procesos de consolidación del Estado (PCE) en una zona, como la la7noamericana, con
grandes asimetrías entre los Estados que la conforman” (García 2008).
6 En materia de producción para la defensa, realización de ejercicios combinados, así como medidas de construcción de confianza,
incluyendo el intercambio de estudiantes en ins&tutos militares. (Ugarte 2008).
7 Entre otros logros, destacan el Mecanismo de Consulta y Concertación Polí&ca del MERCOSUR de junio de 1997, la Declaración de
MERCOSUR, Bolivia y Chile como zona de paz (Declaración de Ushuaia), en la que, entre otros aspectos se propone fortalecer los
mecanismos de consulta y cooperación sobre temas de seguridad y defensa existentes, antecedente de la Zona de Paz y
Cooperación Sudamericana y los principios comunes derivados del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrá&co del
MERCOSUR (Ugarte 2008)
6. propugnado por Estados Unidos de América para América La7na, consistente en un
concepto de seguridad de suma amplitud, que no dis7ngue entre la defensa nacional y
la seguridad pública, incluyendo además aspectos propios de la polí7ca
general” (Ugarte 2008). Dicha caracterís&ca propia de la CAN &ene que ver también
con el papel predominante que se le dio, en materia de seguridad y defensa, a la lucha
contra el narcotráfico, tanto por necesidad de las naciones andinas, como
principalmente, por impera&vo de los intereses geoestratégicos de Estados Unidos.
La divergencia en modos de entender las relaciones entre seguridad y defensa en el
marco de las naciones par&cipantes en MERCOSUR, versus las de la CAN, podría ser
uno de los principales desahos futuros de la UNASUR, que sin duda ya se ha
manifestado a la hora de afrontar algunos de los problemas de la agenda regional
reciente en materia de seguridad y defensa.
De las experiencias de MERCOSUR y la CAN se podría desprender la idea de que los
procesos de integración hsica, económica y polí&ca, para ser exitosos, deberán de venir
acompañados también de avances en materias de seguridad pública y defensa. En esa
dirección, el Tratado Cons&tu&vo de UNASUR presenta, aunque de manera separada y
“no sin cierta ambigüedad”8 los aspectos de seguridad pública y defensa a saber: “…q)
la coordinación entre los organismos especializados de los Estados Miembros, teniendo
en cuenta las normas internacionales, para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la
corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas
pequeñas y ligeras, el crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como
para el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y el
desminado…;…s) el intercambio de información y de experiencias en materia de
defensa…; y … t) la cooperación para el fortalecimiento de la seguridad
ciudadana…”(Ugarte 2008).
Hasta ahora la experiencia de integración en seguridad y defensa de UNASUR parece
haber estado centrada, fundamentalmente, en la coordinación de polí&cas exteriores
para la solución de conflictos específicos, ya sean inter‐estatales o inter‐nacionales, con
el obje&vo de mantener la paz y la democracia. En este sen&do y dado que la
separación entre seguridad interior y exterior es cada vez más difusa, algunos autores
proponen que el CDS “debería ampliar su campo de actuación en el entorno de la
seguridad” (Ballesteros 2011: 5), considerando aspectos tales como el crimen
organizado, el narcotráfico o la inseguridad ciudadana. En todo caso la tesis que parece
predominar en la actuación del CDS, es la de orientarse, en materia de seguridad
pública, hacia un modelo similar “al de la coordinación en seguridad pública en el
MERCOSUR ampliado; y en materia de defensa, en lo fundamental y con las
adaptaciones que requieran las diversidades entre ambas regiones, y con el 7empo que
requiera su desarrollo y la imprescindible construcción de consenso, en mecanismos
análogos a los establecidos en la Unión Europea, en el marco de la Polí7ca exterior y de
Seguridad Común, y de la Polí7ca Europea de Seguridad y Defensa (Ugarte 2008).
8
“El concepto de seguridad hemisférica en La&noamérica presenta un carácter discu&do en su grado de aceptación y
mul&dimensionalidad en sus elementos conformadores, por lo que hace muy dihcil el proponer una noción que sea sencilla y
pacífica a la vez. La ambigüedad no debe de sorprender, pues, como señala García, la seguridad hemisférica en La&noamérica es
por el contrario poliédrica y polémica, lo que origina que nos sea tan fácil conciliar posiciones a la hora de establecer un sistema de
seguridad regional como el que supone la inicia&va brasileña del CDS”. (176) (García 2008).
7. Interpretaciones y/o significados posibles.
Pese al poco &empo transcurrido desde la creación de UNASUR y su CDS, los avances
logrados hasta la fecha en la solución de los problemas más urgentes y sensibles de la
agenda regional, así como los desahos a enfrentar en materia de integración en
defensa y seguridad, han dado pie a diferentes interpretaciones y/o significados
posibles entorno a este proceso de integración sudamericano, a saber:
1. La primera de las interpretaciones gira entorno a la idea de que la creciente
efec&vidad de la UNASUR en resolver los problemas de la agenda regional, son
a su vez evidencia y demostración de su expresa vocación de actuar como un
“actor geopolí&co” de importancia tanto a nivel regional como hemisférico
(Main 2010). En ese sen&do, UNASUR estaría enviando una clara señal de su
intención de con&nuar ejerciendo un rumbo independiente de posibles
influencias externas. (Main 2010).
2. Para otros autores la inicia&va de crear un CDS, claramente liderada por Brasil y
el camino recorrido hasta la fecha en este proceso de integración
sudamericana, arrojaría dudas sobre sus verdaderos obje&vos, analizándose si
la propuesta “cumplirá las necesidades de defensa exterior a través de la
seguridad coopera7va o sólo servirá para fortalecer a Brasil como país con
pretensiones hegemónicas en la región” (García 2008, 176).
3. Por úl&mo algunas interpretaciones insisten en que las respuestas dadas al
conflicto de Bolivia y al resto de los que se han planteado a lo largo de este
período con el Golpe de Estado en Honduras, el tratado de ampliación de bases
de los Estados Unidos en Colombia y el bombardeo colombiano a bases de las
FARC en territorio ecuatoriano, que fue el punto de arranque para la propuesta
brasileña de creación del CDS... “incrementan la esperanza de que éste Nuevo
foro pueda ofrecer una fuerza de estabilización para el auto manejo de las
relaciones internacionales sudamericanas que pueda rivalizar e incluso superar
a la OEA. Lo anterior podría ser interpretado como nueva evidencia del
incremento en la influencia diplomá7ca de Brasilia a expensas de la de
Washington” (Phillips 2008).
Conclusiones preliminares.
De manera preliminar se consideran tres hipótesis diferentes, de las varias existentes,
para el análisis sobre el futuro de la integración regional en materia de defensa, en el
marco de la UNASUR.
La primera hipótesis, defendida por Griffiths‐Spielman, condiciona el éxito de cualquier
intento de integración en materia tanto de seguridad como defensa, a la existencia de
“…un Estado consolidado a nivel de cada uno de los países, una integración en
infraestructura aceptable en la región, y un adecuado nivel previo de integración
polí7ca” ( Griffiths‐Spielman 2009). La conclusión preliminar, a verificar en este caso,
podría ser que el proceso sólo avanzará con éxito si las unidades par&cipes en la
integración son más homogéneas y se encuentran más relacionadas a través de
diversos proyectos polí&cos, en infraestructura, y de energía.
8. Una segunda hipótesis parte de la premisa op&mista de que nos encontramos en un
buen momento, momento de oportunidad, para un proceso de integración de este
&po. Las razones para este op&mismo podrían ser, por ejemplo, las señaladas por
Ballesteros:
• “La existencia de un marco de integración polí7co, económico y cultural como es
UNASUR que, además, cuenta en su seno con el CDS.
• La mayoría de sus sistemas polí7cos son regímenes democrá7cos.
• La aparición de un líder como Brasil que puede aglu7nar la voluntad e intereses
del resto de países.
• La par7cipación en operaciones de paz de los ejércitos suramericanos que se
integran en las zonas de operaciones y se adiestran para trabajar de forma
integrada en ambiente mul7nacional.
• La imposibilidad de hacer frente de forma aislada a los nuevos riesgos y
amenazas.
• La mejora de las capacidades militares de gran parte de los países.
• La existencia de inicia7vas bilaterales, como la Fuerza de Paz Combinada
chileno argen7na "Cruz del Sur", creada como una fuerza binacional “Stand By”
a disposición de la ONU”. (Ballesteros, 2011: 7).
La conclusión preliminar a verificar en este caso podría ser la que propone el propio
Ballesteros cuando afirma que, “si sus líderes lo desean, Iberoamérica está en la mejor
posición histórica para llevar a cabo de forma eficaz un proceso de integración en
materia de seguridad y defensa”. (Ballesteros, 2011: 7).
Por úl&mo una tercera hipótesis pesimista podría ser aquella que se inclina a calificar el
proceso más como una ficción que como una realidad consolidada. En este sen&do
autores como Mar]nez, señalarían las razones para ser escép&co sobre el futuro del
CDS: En primer lugar las re&cencias colombianas, que se plasmaron en la inicial
nega&va del Presidente Uribe a la creación del CDS pues “quería, a toda costa,
mantener libertad de acción en su par7cular lucha contra las FARC a través de los
planes Colombia y Patriota” y que pese a la par&cipación colombiana en el CDS, siguen
siendo una amenaza para el proceso de integración en defensa; En segundo lugar,
“porque quien encabeza la fórmula, Brasil, genera todo Bpo de suspicacias. ¿Cómo es
posible que el país menos recep7vo a cualquier 7po de Tratado que menoscabe su
libertad individual de acción sea el impulsor? ¿Qué buscará? Para unos sólo una
plataforma regional en la que dinamizar su industria armamenas7ca. Para otros, Lula
simplemente ha descubierto, como todo Presidente que se precie en su segundo
mandato, el sistema internacional y, como anunció en su discurso de 4 de marzo, quiere
una silla en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y quiere liderar la seguridad y
defensa regionales a través del CSD. Se trata del imperialismo brasilero perennemente
cri7cado en la región. En tercer lugar, y no menos importante, porque la propuesta
está todavía demasiado “verde”. (Mar]nez 2008)
METODOLOGÍA.
A la hora de realizar el presente trabajo y teniendo en cuenta el corto recorrido en
materia de integración en seguridad y defensa de la UNASUR, par&mos de la premisa
9. de que UNASUR pareciera surgir “como consecuencia natural del desarrollo y
progresiva confluencia de los procesos de integración subregional en
Sudamérica” (Ugarte 2008). En este sen&do también pareciera lógico pensar que para
valorar el reciente proceso de integración de las polí&cas de seguridad y defensa en el
marco de la UNASUR, será necesario realizar un análisis compara&vo de dicha
experiencia con las desarrolladas en el MERCOSUR y la CAN. Para ello par&remos del
análisis crí&co y validación de los principales logros y desahos iden&ficados, en cuanto
a seguridad y defensa en la experiencia del MERCOSUR, por las principales fuentes
doctrinales señaladas en el estado de la cues&ón de la presente propuesta. Los
desahos se propone organizarlos en función de si, en nuestra opinión, se presentan en
el corto, medio o largo plazo, lo que remite también a la posible clasificación entre
amenazas o desahos de carácter “urgente”, más vinculados con cues&ones que se
pudieran calificar como “opera&vas”; frente a aquellos “importantes” o que pudieran
considerarse como de carácter estratégico. Posteriormente se compararán logros y
desahos con la realidad de la integración subregional en el MERCOSUR y la CAN. Para
ello se tomará como punto de par&rá, la validación de las tesis propuestas en el estado
de la cues&ón en relación a ambas experiencias. Del análisis comparado se propondrán
posibles interpretaciones y/o significados, entorno a los logros y desahos de la
integración en seguridad y defensa en el marco de la UNASUR. También para ello se
par&rá de algunas de las principales ideas recogidas por la doctrina en relación a dicho
tema. Todo lo anterior servirá para establecer conclusiones preliminares entorno a las
posibilidades de éxito de la integración sudamericana en seguridad y defensa, en el
marco de la UNASUR. Para establecer dichas conclusiones se analizarán al menos tres
&pos dis&ntos de hipótesis, que parten de premisas op&mistas, pesimistas y
condicionadas, sobre las que determinar las posibilidades de éxito de dicha inicia&va.
Todo ello contribuirá a alcanzar el obje&vo general perseguido con el presente trabajo.
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Por: Francisco José Tomás Moratalla.