Planificacion Anual 4to Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
VolcanesMurcia
1. ANEXOS DEL TEMA 6
VOLCANES EN LA REGIÓN DE MURCIA
Los procesos volcánicos que han acaecido en Murcia desde hace más de
200 Ma. hasta tiempos geológicos recientes, han favorecido el desarrollo
económico de los habitantes de Murcia pues fueron los responsables de la
formación de muchos de los yacimientos minerales que se han explotado
desde épocas remotas. Ejemplos de estas labores mineras son: el Coto
Fortuna, Pedreras Viejas y Cabezo San Cristóbal, en Mazarrón; La Parreta,
Cabezo Rajao o La Crisoleja en Cartagena, entre otros. El beneficio de las
mineralizaciones por el ser humano nos permite ahora disfrutar de un
extraordinario patrimonio mineralógico y minero.
Pero además, la Naturaleza como si pensara que no era suficiente con el
regalo de estos recursos económicos, trabajó para legarnos unos de los
mayores tesoros geológicos de la Tierra, los volcanes de rocas ultrapotásicas.
Por su interés global desde el punto de vista geodinámico, vulcanológico y
petrológico estos volcanes han sido incluidos en el listado del inventario del
patrimonio geológico de relevancia mundial. Desgraciadamente su excepcional
importancia, contrasta con el desconocimiento de su existencia por parte de la
ciudadanía.
Las manifestaciones volcánicas están distribuidas por la toda la región,
aunque existe una mayor concentración en las zonas cercanas a la costa. El
ascenso de los magmas se produjo a través de profundas fracturas durante
distintos episodios de distensión de la litosfera, desde el Pérmico hasta el
Cuaternario.
En la península existe un volcanismo relativamente reciente (menos de 10
millones de años) en ciertas zonas de Girona (Olot), Ciudad Real (Campo de
Calatrava) y SE de Andalucía (Cabo de Gata). Estas zonas carecen de riesgo
volcánico ya que la actividad en la zona se considera extinguida por completo.
La prevención del riesgo se limita a las islas Canarias, única región en la que
actualmente existe actividad volcánica activa (en los últimos milenios han
sufrido cientos de erupciones), concretamente en Lanzarote (última actividad
en 1824), Tenerife (última actividad del Teide en 1909) y La Palma (última
erupción del volcán Teneguía en 1971). El riesgo es mucho menor en las islas
de Hierro y Gran Canaria, y prácticamente nulo en las restantes (Fuerteventura
y Gomera)
2. La actividad volcánica en Murcia está actualmente extinguida, el vulcanismo
más reciente fue hace menos de 4 millones de años (Plioceno-Pleistoceno) que
dio lugar a pequeñas emisiones de basaltos alcalinos en las inmediaciones de
Cartagena. De -17 a -6 m.a. el vulcanismo dio lugar a rocas calcoalcalinas
potásicas (Mar Menor) y shoshoníticas (Mazarrón) y rocas ultrapotásicas
(presentes en gran parte de la región de Murcia, al norte de la línea Mazarrón-
Cartagena).
Primer episodio volcánico. Pérmico-Triásico
Generó rocas volcánicas y subvolcánicas de composición fundamentalmente
básica. Las más comunes y conocidas son las ofitas (doleritas y diabasas), de
colores verdosos o azulados y aparecen a menudo alteradas y relativamente
metamorfizadas en las Zonas Internas (las metabasitas). Aparecen en
afloramientos muy abundantes y dispersos por la Región de Murcia: Puerto
Lumbreras, Lorca, Águilas, Mazarrón, Cartagena, Murcia y Santomera.,
Abarán, Ricote, Zarcilla de Ramos, Cehegín y Caravaca. Incluso es común
verlas redepositadas en forma de cantos rodados en los sedimentos que
rellenan las cuencas neógenas.
Segundo episodio volcánico. Jurásico
Está representado por basaltos. En nuestra región se han encontrado
algunos afloramientos volcánicos como en la cabecera de la Cañada Mahoma,
al NO de la Sierra de Ricote o al sureste del cortijo del Madroño, entre las
sierras del Cambrón y Madroño. Si bien algunos cuerpos subvolcánicos de
ofitas intercalados en materiales triásicos podrían ser también de esta edad.
Tercer episodio volcánico. Mioceno
La importancia de este volcanismo neógeno es su gran variabilidad litológica,
con rocas como las lamproitas del sureste español o las leucititas olivínicas del
Campo de Calatrava que son únicas en Europa. La edad de esta actividad
volcánica, que varía según los autores, abarca desde el Mioceno, o final del
Paleógeno, hasta la actualidad. La última erupción de un volcán en la
Península fue la del Croscat, en el actual parque natural de la Garrotxa, hace
11.000 años.
Las manifestaciones volcánicas dieron lugar cuatro series de rocas, nombradas
cronológicamente:
Serie calco-alcalina, que en nuestra región no se encuentra pero han dado
lugar a uno de los Geoparques de UNESCO; el Parque Natural de Cabo de
Gata (Almería).
Series calco-alcalinas potásicas y shoshoníticas entre las que hay gran
variedad de rocas como andesitas y dacitas y riodacitas potásicas para las
primeras y banakitas y latitas en la segunda. La actividad volcánica fue menos
explosiva que la anterior y son frecuentes los diques y domos. En Murcia se
encuentra en el sur; en la playa de la Carolina de Águilas, Mazarrón, norte de la
Sierra de Cartagena, islas del Mar Menor, Cabezo de la Viuda, Beaza y
Ventura, Carmolí, isla Grossa, etc. Su edad es de entre 8 y 6 Ma.
Rocas ultrapotásicas (lamproitas). Se trata de un patrimonio geológico
excepcional ya que es un conjunto de rocas poco comunes, que sólo han sido
descritas en puntos concretos de California, Australia occidental, Toscaza
(Italia) y en el sureste de España (Albacete, Almería y Murcia). Su composición
química y mineralógica es tan rara que estas rocas se han clasificado con
3. topónimos locales, dos de ellos murcianos, las fortunitas y jumillitas, y otros dos
con nombres de entornos vecinos, las cancalitas (Cancarix) y veritas (Vera).
En Murcia están los cuatro tipos de rocas muy bien representados en los
términos municipales de Murcia, Fortuna, Abanilla, Mula, Calasparra, Moratalla,
Jumilla, Mazarrón, Cartagena y recientemente se han encontrado también en
Cehegín. Los afloramientos más comunes son chimeneas y diques, junto con
coladas de lava y piroclastos. Los datos geocronológicos realizados por
diversos investigadores nos indican que estos volcanes se originaron entre 8,7
a 5,7 Ma.
Cuarto episodio volcánico: Plioceno-Pleistoceno
Dentro del volcanismo neógeno, hace unos 2,8 Ma. (Plioceno) comenzó de
nuevo las emisiones volcánicas. Se produjeron pequeñas erupciones
estrombolianas y coladas que dieron lugar a basaltos alcalinos ricos en
enclaves procedentes de la base de la corteza o del manto subcortical. Estas
manifestaciones volcánicas aparecen en la comunidad murciana únicamente al
noroeste de Cartagena: Tallante, Los Puertos, La Magdalena, San Isidro o
Cabezo de la Viuda.
Los volcanes neógenos murcianos un patrimonio de la humanidad
Por la información que nos ofrecen para entender los procesos geológicos
de Mediterráneo occidental, todos los volcanes más representativos de Murcia
merecen ser conservados, conocidos y utilizados con fines científicos,
didácticos y turísticos. Volcanes como el Carmolí, islas del Mar Menor, la
Carolina, etc. forman parte de nuestro paisaje y nos cuentan la historia
geológica reciente de nuestro entorno. Pero sin duda los de volcanes rocas
lamproíticas son los de mayor importancia a nivel mundial, sus nombres con las
que fueron definidas, siguen vigentes en los ámbitos científicos internacionales
y representan a Murcia en todo el mundo. La rareza de estas rocas en el
registro vulcanológico del Planeta merece que se protejan, como así se ha
hecho ya con el volcán del Cancaríx en Albacete, que fue declarado
Monumento Natural en 1998.
El Proyecto Global Geosites (inventario del patrimonio geológico de relevancia
mundial) auspiciado por UNESCO y la UIGS (Unión Internacional de Ciencias
Geológicas) hace mención explicita a seis volcanes de la región de Murcia de
interés global (Jumillitas de la Mina de la Celia, Cabecicos Negros de Fortuna,
Volcán del Salmerón, Cabezo Negro de Zeneta, volcán de Barqueros y Cerro
Negro de Calasparra).
4. SISMICIDAD
La Península Ibérica está situada en la parte occidental de la placa
Euroasiática y su zona sur coincide con el borde de esta placa y la Africana.
Existen dos tipos de tensiones: un movimiento dextral a lo largo de la falla
Azores-Gibraltar y otro frontal en el que colisionan Eurasia y África, con
tendencia a meterse la segunda bajo la primera.
El choque de la placa Africana contra la Euroasiática afecta principalmente a la
zona S y SE de la península Ibérica (sobre todo en la región de Granada y
costa de Almería) que es donde se registra el mayor índice de actividad
sísmica y donde han tenido lugar los terremotos más destructores en España,
aunque más bien está caracterizada por la frecuencia de terremotos de
magnitud intermedia. Se estima que la península presenta un período de
retorno de unos 100 años para terremotos de gran intensidad (mayor de 6 en la
escala de Richter). Otras zonas menos relevantes sería el noroeste (Pirineos,
Cataluña y Teruel) y noroeste (Galicia y Zamora), la zona central se considera
sísmicamente inactiva o estable.
En la región de Murcia existe una de las zonas sismotectónicas más
importantes en el corredor del Valle del Guadalentín y del Bajo Segura (la falla
del valle de Guadalentín es una de las más activas de la Península Ibérica,
teniendo una incidencia muy directa en edificaciones y conducciones situadas
en su plano de falla, entre ellas el propio canal del Trasvase Tajo-Segura). Otro
área de gran relevancia es el Campo de Cartagena o sector del Mar Menor,
siendo zonas muy peligrosas ya que, aparte de la alta sismicidad, son las más
vulnerables como consecuencia del tipo de materiales (poco consolidados) que
forman el relleno; este hecho puede provocar amplificaciones de ondas que
llegado el caso podrían resultar catastróficas. Dada la gran densidad de fallas
que se cruzan en la región de Murcia no parecen probables terremotos de
grandes magnitudes; por ejemplo superiores a 6.
En relación con el resto de España, la Región de Murcia presenta una
sismicidad media a alta, considerada la península Ibérica como de sismicidad
moderada.
5. La mayoría de los focos sísmicos de las Cordilleras Bética son superficiales
(inferior a 60 km), aunque existen algunos profundos (600 km) en las
proximidades de Granada, que se pusieron de manifiesto en varios terremotos
ocurridos en 1954, uno de ellos con magnitud 7. En la Región de Murcia, la
mayoría se sitúan entre 5 y 10 km. de profundidad; la magnitud máxima
generalmente está comprendida entre 5 y 6.
Zonas sismotectónicas
Hay una relación muy directa entre sismicidad y fallas profundas, en especial
en aquellas zonas de intersecciones tectónicas (FIGURA 1) . Los epicentros
sísmicos se suelen encontrar en estas zonas y muchas veces están alineados;
a estos lugares se denominan zonas sismotectónicas y en la Región de Murcia
se consideran que las constituyen las siguientes fallas: Falla de Alhama de
Murcia (FAM), Falla de Cádiz-Alicante (FCA), Falla de la Vega Alta del Río
Segura, Falla de Sierra de la Puerta, Falla NorBética (FNB), Falla de Jumilla-
Diapiro de la Rosa y Falla de Murcia- Cartagena (podría ser la continuación
hacia el Sur de la Falla de la Vega Alta del Segura). Otras zonas
sismotectónicas de menor relevancia, aunque dignas de tener en cuenta, son:
Falla de la Rambla de Tarragoya, en el Oeste de Caravaca, Falla de Cieza-
Diapiro de la Rosa y Zona Litoral.
Sismicidad histórica
La sismicidad suele dividirse en histórica e instrumental, señalando
aproximadamente el comienzo del siglo XX como límite entre ambas.
Según Ibargüen y Rodríguez Estrella (1996), en la Regíon de Murcia
existen noticias sobre destrucciones concretas causada por terremotos
desde 1579. Una breve reseña árabe informa sobre un suceso muy
6. importante ocurrido en el año 1048, con una localización peor definida.
Aún más vagas son las noticias de origen romano.
En 1899, se instaló el primer sismógrafo en España, por lo que a partir de
entonces se puede hablar de magnitud de los sismos. También se ha podido
afinar la localización del epicentro; hasta hace poco la precisión era superior a
3 km, pero, ahora, debido a un aumento de la Red Sísmica Nacional, se puede
determinar con bastante exactitud los epicentros, sobre todo en nuestra región,
donde los terremotos son muy superficiales y además se han colocado varios
acelerómetros.
Durante la primera mitad del siglo XX, se han producido algunos terremotos de
magnitud 5 que han dado lugar a intensidades de VII e incluso VIII. El período
sísmico más notable se inició el 21 de marzo de 1911 con un grado de
intensidad de VIII en las Torres de Cotillas; repitió la misma intensidad en
Lorquí el 3 de Abril y continuaron las vibraciones hasta el 18 de Junio. En la
misma comarca se registraron grados VII el 2 de enero de 1917 en las Torres
de Cotillas y el 3 de septiembre de 1930 y 3 de abril de 1931 en Lorquí
(FIGURAS 2, 3 Y 4) . También en Yecla, el 27 de enero de 1931 tuvo lugar un
terremoto de magnitud 4 y de intensidad VI-VII.
El más reciente de grado VIII catalogado en la Región de Murcia se produjo en
Cehegín el 23 de junio de 1948; los daños en las viejas y mal construidas
casas fueron tales que hubo que derribar un pequeño barrio por completo.
Sismicidad reciente
El seismo ocurrido en las Torres de Cotillas el 26 de noviembre de 1995
alcanzó una magnitud de 4,1 y una intensidad de V-VI. En la serie se
englobaron 10 réplicas, de las que sólo 2 superaron la magnitud 3. Se
registraron desperfectos de cierta importancia en las viviendas de peor calidad,
y en el resto, sólo se cayó del techo la escayola y molduras, y de las paredes
azulejos, rodapies, roturas de cristales, etc. Tectónicamente está ligado a la
falla de la Vega Alta del Segura en su intersección con la de Alhama de Murcia.
El 2 de septiembre de 1996 en Ramonete tuvo lugar un seismo con magnitud
de 4,5 e intensidad máxima de VI, llegándose a apreciar hasta en Albacete
(intensidad II). La serie comprende 8 réplicas, de las que 4 sobrepasan el grado
de magnitud 3. Dado que la zona epicentral está muy despoblada, los daños
fueron escasos; no obstante en las pedanías de Ramonete y las Librilleras se
apreciaron desplazamientos de muebles pesados, caídas y roturas de objetos y
fisuras en revestimientos y escayolas de construcciones tipo B. Las personas
salieron a la calle atemorizadas y la vibración se mantuvo durante 5 segundos.
La actividad sismotectónica en la zona epicentral está ligada al arco estructural
de Aguilas, condicionado por los sistemas de fallas de Palomares, con
desgarre sinestroso y dirección NE-SO, y de las Moreras, de dirección N 120 E
y desgarre dextroso y más concretamente a ésta última.
El 2 de febrero de 1999 tuvo lugar en Mula un terremoto de grado 5 (si bien
algunos autores lo rebajan a 4,8), que es el más importante experimentado en
7. la Región de Murcia desde el catalogado con fecha 23 de junio de 1948, que
con la misma magnitud dio lugar a una reducida área de grado VIII en el valle
del Río Argos, entre Cehegín y Calasparra. Fue precedido de un precursor de
magnitud 3,6. En la serie, se englobaron un total de 43 réplicas ese mismo
mes, de las que sólo 2 superaron la magnitud 3 y otras 31 estuvieron
comprendidas entre 2 y 3. Las profundidades determinadas se encuentran
entre 1 y 7 km, siendo 4 km la del sismo principal. Los mayores daños se
registraron en lugares de construcción antigua, como la Puebla de Mula , pero
también en barrios construidos recientemente en las proximidades de los ríos
Pliego y Mula; algunas construcciones de vul- nerabilidad A han sufrido daños
de grado 3.
Se han observado diversos efectos sobre la naturaleza, denominados efectos
sismogeológicos por el Consejo de Europa y que no han sido incluidos en la
escala MSK. Estos son: - Desprendimientos y vuelcos de rocas en el castillo de
La Puebla de Mula , Carretera de Caravaca, Sierra de Cajal, etc. que originaron
cortes de carreteras, caídas de postes de distribución eléctrica, muerte de
reses y daños en pavimentos (Rodríguez Estrella y Navarro Hervás, 2001).
- Grietas en el terreno, concretamente en el lugar del epicentro de mayor
magnitud (extremo occidental de la Sierra de Cajal).
- Variación de caudal en los manan- tiales. La fuente de Caputa, situada en el
epicentro sísmico principal, dejó de manar, reanudándose su flujo al día
siguiente; por el contrario, la fuente de los Baños de Mula se en- turbió y
aumentó de caudal.
Los servicios sanitarios atendieron a 7 heridos, de los cuales uno fue calificado
como grave. Las lesiones se produjeron por caída de cornisas, muebles y
elementos domésticos. Según la distribución espacial de los sismos y sus
réplicas, en relación con las fallas de la Cuenca de Mula, el terremoto principal
está relaciona- do con la falla de Albudeite, de dirección N 120 E y desgarre
dextral, en su intersección con la falla de Bullas.
8. METODOS DE ESTUDIO DEL INTERIOR TERRESTRE
En la actualidad los conocimientos que tenemos sobre el interior de la Tierra se
obtienen tanto de manera directa: por ejemplo, a través de las erupciones
volcánicas, perforaciones petroleras, cavernas y minas; así como de manera
indirecta: cuando se registran las ondas sísmicas, la gravedad, el magnetismo
o la electricidad terrestre, por ejemplo. Para estudiar la estructura y
composición de la geosfera, los métodos indirectos son necesarios debido a la
inaccesibilidad de la geosfera (por su gran profundidad sólo se puede estudiar
los primeros kilómetros del interior terrestre, es decir, sólo una pequeña parte
de la corteza).
MODELOS GEOQUÍMICO Y DINÁMICO DEL INTERIOR TERRESTRE