2. Biografía Martín Adán (seudónimo de Rafael de la Fuente Benavides, Lima, 1908) es otro de los grandes poetas contemporáneos en lengua española, merecedor sin duda de una difusión mayor que la que hasta el momento se le ha concedido. Comenzó escribiendo a la manera barroca, hermética, difícil de comprensión, pero paulatinamente se ha ido encaminando hacia una poesía más asequible y, si se quiere, más humanizada" "al ímpetu o voluntad inicial, que es lucidez, criterio, designio, sucede en el poeta un tiempo y un estado que bien puede llamarse de Cloquera. No hay aquí plena conciencia acaso, pero sí extrema vida", atestigua el propio autor. Fue Premio Nacional de Poesía en 1946 y 1961. En reconocimiento a su labor literaria, el Instituto Nacional de Cultura del Perú ha recogido sus poemas bajo el título genérico de Obra poética (1928-1971), con una segunda edición en 1976. Edmundo Bendezú, en el prólogo de esta última, nos resume así la concepción, evolución y propósito de Martín Adán: "siguiendo la evolución de los grandes poetas españoles de la Generación del 27, con la que Martín Adán desde estas lejanas playas de algún modo se identificó, nuestro poeta ha dejado casi los velos del hermetismo y nos va entregando día a día un poesía todavía compleja pero punzante como un cuchillo, "de una miel que era tan dulce" y de una sangre palpitante de poeta que es hombre y de hombre que es poeta en su existencia cotidiana, que vive la vida poéticamente, es decir, que vive la existencia humana en la raíz de su ser de hombre."
3. Poemario La casa de cartón (1928) La Rosa de la Espinela (1939) Sonetos a la Rosa (1931-1942) Travesía de Extramares (1950) Escrito a Ciegas (1961) La Mano Desasida, Canto a Machu Picchu (1964) La Piedra Absoluta (1966) Mi Darío (1966-1967) Diario de Poeta (1966-1973)
4. El resto de su obra está formada por su poesía. Ésta destaca por la gran profundidad de su reflexión filosófica, que suele hundirse en los misterios de lo eterno y lo trascedente, expresada a través de una sucesión de imágenes y metáforas (entre las que destaca siempre la rosa), de un carácter hermético y con claves simbólicas. Mezcló en sus poemas un uso novedoso del lenguaje con el cultivo de las formas poéticas tradicionales como el soneto. El tema de la realidad y la identidad es también común en su poesía. Con su obra poética pretendía lograr una creación total (la poesía absoluta) y afirmar el poder divino y omnipotente del poeta creando realidades. Uno de sus creaciones se dio, cuando Celia Peschero --colaboradora de Borges-- escribió a Martín Adán la carta que sigue: Martín Adán: ¿El motivo de esta carta? Además del simplemente afectuoso, que es el más importante, este otro: pedirle a usted datos sobre su propia vida, si es posible, contados con toda la sal que usted sabe poner en cuanto dice y escribe, porque he ofrecido un artículo sobre usted en La Nación... yo recién comienzo a publicar allí y quiero escribir un artículo humano, en el que se sienta su sangre y su piel... Sé que todo este asunto puede resultarle muy fastidioso. Pero en nombre de la simpatía que nos unió en cuanto nos conocimos, en nombre del cariño que yo le tengo, en nombre de mi profunda admiración por usted, por favor acceda a mis ruegos. Deje usted de lado toda su bohemia o vuélquela íntegra en lo que me escriba y... hábleme de usted. ¿Lo hará? A lo cual Martin Adán respondió con un gran poema que tituló "Escrito a Ciegas" Poesía
5. “La Casa de Cartón” Es la primera obra que escribe, aunque algunos como Luis Vargas Durand consideran que escribió versos antes de dicha obra pero que nunca se publicaron, la empezó cuando tenía 16 años y muestra a un Martín Adán naciente. La Casa de Cartón a pesar de su publicidad sólo salió en edición privada con dedicación personal, para algunos de los amigos del autor; tiene el prólogo de Luis Alberto Sánchez y el colofón de José Carlos Mariátegui. La obra es una pequeña obra maestra de ironía, finura de observación e invención verbal, el mismo Martín no la considera una novela, sino una serie de estampas del Barranco de su niñez. Donde no hay personajes, diálogos, solo descripciones y una manifestación de su gran habilidad para describir paisajes y situaciones, manifestando la facilidad con que emplea los sinónimos y su vasto lenguaje. Martín Adán, en “La casa de cartón” inaugura la renovación estética, que acentúa en sus Antisonetos. La casa de cartón sonríe surrealistamente de la vida provinciana, de la limeña, del balneario, de las viejas criollas, de los tranvías con su contradictoria carga de rutina y fuga. La obra es un medio para describir la época, la política y hasta la religión de una manera crítica, distante y hasta burlona. La obra es un recorrido por su infancia, tiempo de colegio, los primeros amores, todo visto de un punto de vista crítico. La casa de cartón es una pequeña obra maestra de ironía, finura de observación e invención verbal es que en la obra hay, como guardados en silo, la espuma de una infancia sencilla y el confuso alborear de un adolescencia sabia. Está allí sin falsedades ni gazmoñerías. Arropados en lirismo de buena salud y en centelleos anarquistas, de clara y destinada ironía. En feliz torneo de imágenes la ternura y el humor se confunden a veces o pugnan en otras. Fue una de las mejores obras de la narrativa peruana de esa época y que destaca por su evocación del balneario de Barranco, con una trama apenas esbozada, que transcurre a través de cuadros de las vivencias y reflexiones de un joven. Por su temática y estructura narrativa innovadora, esta novela puede considerarse precursora de las del Boom Latinoamericano. Un nombre recurrente en la esta obra es Ramón, tal vez se refiera a él mismo pues su nombre es Ramón Rafael De la Fuente Benavides, aunque muy pocos conocían su nombre completo, pues siempre se presentaba como Rafael y nunca utilizó su primer nombre, algunos de sus biógrafos consideran que no lo utilizó debido a la distancia que tenía con la familia de su padre puesto que Ramón era el nombre de su abuelo paterno.