2. Cada paciente se presenta siempre como una
persona total, aunque nunca en ningún momento en
particular en su totalidad; solo ciertos aspectos
observables, y, así, estar a disposición del terapeuta
para su estudio en cualquiera de las sesiones.
Tomando una serie de sesiones, el terapeuta
observará que ciertos aspectos del paciente como
persona han permanecido largo tiempo sin cambios
son los que agrupa con el titulo de “personalidad” o
“carácter” mientras observa que otros aspectos
cambian con el impacto del trabajo terapéutico: son
los que agrupa con el titulo general de
“sintomatología”.
3. La personalidad o el carácter distorsionados
producen la sintomatología. Por tanto ambos
llegan a ser lo mismo. Los “síntomas” son hechos
dinámicos , económicos, adaptativos y
estructurales en la personalidad. La terapia los
reacomoda, y en consecuencia puede modificar a
veces la personalidad subyacente. Esta
“modificación” puede no afectar la “estructura
básica” sino solo sus “tendencias”.
4. La hipótesis de trabajo la proposición de que las
características que permanecen sin cambio
durante la terapia deben considerarse partes de
la personalidad, mientras que las características
modificadas por la terapia pertenecen a la
sintomatología del paciente.