1. Para los que hemos nacido hace algunos años… La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir.
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3. Nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión.
4. Mirando hacia atrás, es difícil creer que estemos todavía vivos: Los que podían, viajaban en 600 sin cinturones de seguridad y sin airbag , y se hacían viajes de 10-12 h. con cinco personas dentro y no pasaba nada.
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6. Y no teníamos ni lesiones, ni contracturas, ni ná de ná…
7. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Jugábamos a ver quién era el más bestia. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.
8. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había móviles. Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, y no en un chat diciendo tonterías.
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10. En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos, y los que no lo hacían tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Tuvimos peleas y nos “esmorrábamos” unos a otros…, y aprendimos a superarlo.
11. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!
16. Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la “escopeta de plomillos” antes de ser mayores de edad (y, por supuesto, sin adultos al lado). ¡¡DIOS MÍO!! Coleccionábamos estampas de “Vida y Color”, y de fútbol…
20. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada. Era cosa de niños y las heridas se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos …
21. Esto era una mariconada, donde estuvieran los palos...
22. Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas. Si tú eres de los de antes... ¡Enhorabuena! Pasa este correo a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños. A lo mejor todavía estamos a tiempo de que nuestros hijos crezcan también como nosotros.