2. El Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid vuelven la mirada al
impresionismo. Pero esta vez abundando en el tema de su pasión por los jardines, uno de
los territorios más explorados de los impresionistas, aunque curiosamente menos
estudiados en las muestras que se les han dedicado. Con este motivo se ha organizado
esta exposición que reúne 130 obras de los maestros del grupo (Manet, Monet, Renoir,
Pissarro, Sisley...), junto a los artistas precursores (Delacroix, Corot, Millet y Bazille, entre
otros) y los postimpresionistas de primera hora (Van Gogh, Nolde, Munch, Klimt, Bonnard,
pero también los españoles Sorolla y Regoyos), incluso algunos nombres esenciales de la
vanguardia como Ernst o Malévich...
Desde la década de 1860 los jardines fueron muy populares en Francia. La
introducción y el cruce de cientos de plantas y especies de flores “nuevas” procedentes
de Asia, África y América, así como la inauguración y apertura al público de los primeros
parques reales, estimularon un gran “movimiento hortícola”. Cultivar y disfrutar de las
flores en un jardín decorativo y de esparcimiento se había convertido en uno de los
pasatiempos predilectos desde mediados del siglo XIX al que no fueron ajenos el grupo de
pintores impresionistas; muchos compartieron esta afición, (Monet, Calleibotte,
Guillaumin) intercambiándose consejos de jardinería y experiencias, y creando sus
propios “jardines de artista”. Con su gusto por el color, el trabajo al aire libre, los efectos
de la luz y los temas de la vida moderna, los impresionistas y sus seguidores tomaron de
forma natural flores, parques y jardines como motivo artístico y fuente frecuente de
inspiración.
El jardín puede ser un espacio de recreo, un territorio donde prende la intimidad,
un lugar donde crear belleza con las plantas, pero puede ser también una reivindicación
de la naturaleza como elemento productivo. De ahí la atención al huerto, el lugar de
cultivo, que interesó especialmente a Pissarro, “el pintor de las coles”, al que le gustaba
pintar huertos y labradores trabajando, que apreciaba más que al burgués paseando por
su jardín decorativo.
3.
4. Empecemos ahora nuestro
recorrido visual por la
exposición en sus dos sedes.:
El Museo Thyssen y la
Fundación Caja Madrid
Ya veréis…. una gozada