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El exito de la humildad
1. INTRODUCCIÓN
El éxito de la humildad
A veces la humildad camina sola y necesita tiempo para
encontrar su acomodo; por eso, cada día que amanece se
nota más su ausencia en medio del ruido que nos acompa-
ña. Y por eso también escribir de la humildad es difícil:
muchas veces se queda en una palabra y cierta actitud;
nunca se muestra en ese mercado al que acudimos todos
los días con nuestros problemas en busca de soluciones,
porque la aceleración de nuestras vidas nos hace correr de-
trás de todo, sin llegar a centrarnos en aquello por lo que
luchamos, bien sea tiempo, familia, amigos o proyectos.
Cuando me propuse hablar de la humildad me resultó
difícil encontrar referencias, pues incluso en mí ya no ha-
bía tanta como la que me sobraba cuando dormía en un
cortijo rodeado de ganado y animales de carga. Aún hoy
recuerdo lo diferente que yo era en aquellos años, para al-
gunos muy lejanos, en los que era pobre, un campesino
que soñaba con conocer el mar alguna vez y tener un reloj
para saber la hora en cualquier momento del día. Una vez
que pasaron aquellos años de sencillez y pobreza, ya nada
ha vuelto a ser igual, porque para subsistir hay que apren-
der lo que afirma el dicho popular: todo el mundo va a lo
2. 22 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
suyo excepto yo, que voy a lo mío. Y es que, desde el mo-
mento en que para subsistir hay que dedicarse a pensar en
uno mismo, la humildad se pierde o, lo que es peor, se deja
olvidada, por mucho que en ocasiones la citemos para apa-
rentar que no hemos dejado de ser humildes.
Para escribir este libro he querido buscar personas hu-
mildes, personas que compartan este sentimiento sublime
de escuchar al que habla menos, aunque después cada uno
vayamos a lo nuestro. Me ha sorprendido que muchos de
los que he llamado y escrito para brindarles espacio en este
libro ni siquiera me hayan contestado; es más, hasta pienso
que se lo habrán tomado como una broma de esas que se
suelen recibir y nunca se contestan. Soy consciente de que
mi poder de convocatoria no es muy grande, a pesar de
que éste sea ya mi décimo libro. También tengo presente que
mi humilde pluma no es la de Julia Navarro o Ken Follett,
y es que muchas veces confundo los tiempos gramaticales
con aquellos otros tiempos que fueron los míos y que en
muchas ocasiones no sé si son pasados, presentes o futuros.
He querido escribir sobre la humildad porque ésta es
una de las grandes lecciones que aprendí en mi infancia y
juventud en la cañada de la Fuensanta, término municipal
de Villanueva del Arzobispo, provincia de Jaén. La humil-
dad me la enseñaron no sólo los tiempos sino la condición
social de pobre en todo, pero rico en el cariño inmenso de
una familia como la que tuve la suerte de tener y de la que
realmente me siento muy orgulloso. Todos eran humildes
y sencillos, y eso es algo que siempre perdura en quienes
heredamos la condición de hombres y mujeres del campo.
La humildad es ese vuelo de colores, breve y frágil, con
el que las mariposas forjan sus sueños, inician y acaban su
vida sin apenas hacer ruido, tan sólo sembrando encanto y
3. INTRODUCCIÓN 23
belleza sobre las flores de cada primavera, sin dejar huella
ni rastro que las identifique, que permita encontrarlas para
repetir el ciclo. La humildad es esa belleza que apenas tie-
ne nombre ni forma, pero que existe porque aparece en las
leyendas que le dan sentido y lugar. La humildad carece de
casi todo, pues a nadie que fuese excesivamente humilde
se le conoció hasta que la historia lo recordó por alguna
circunstancia en la que era necesario mencionar su olvida-
da, por no decir desdeñada, condición.
Nadie conoce la humildad mejor que el que la disfruta
o la padece: se disfruta cuando se vive dentro de ella sin
necesitar de nadie, se padece cuando es necesario recurrir
a los demás en busca de ayuda. Ése es el momento en que
los teléfonos no contestan y los conocidos están siempre
reunidos, en teoría por compromisos previos, que les im-
piden atender al que en ese momento necesita su ayuda.
Ése es el momento de la verdad, cuando la humildad de
uno se convierte en pretexto, incluso con carencia de for-
mas. A esta virtud no se le otorga identidad o interés, lo
que lleva a preguntarse si realmente beneficia al que la
goza como privilegio o le perjudica como persona con
iguales derechos a cualquier otra. Se llega a pensar que la
humildad es más un adorno de los días festivos, que una
herramienta o un privilegio de los días naturales: es difícil
saber por qué o cómo, pero al hombre humilde se le busca
más en los momentos de ocio que en los trascendentes.
La humildad es sólo una sombra, no tiene cara y ape-
nas personalidad, y precisamente por ser así se esfuma en
cada momento y a cada paso; además, tampoco es habitual
que alguien le dé forma y le ponga sitio. Tal vez un día al-
guien la echa de menos, pero, en el fondo a nadie le im-
porta. Bien poco significó ni significa en la vida de nadie;
4. 24 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
por eso fue deslizándose hasta los dominios del tonto;
como afirma el dicho popular andaluz, entre el bueno y el
tonto sólo hay un paso; y a la gente humilde se le pasa a la
situación de buena, que es la antesala para hacerla defini-
tivamente tonta.
Lo que a veces sucede es que cuando se vive y se dis-
fruta del mundo de los tontos, te dan ganas de quedarte en
él y dejar a los listos que vivan felices en su amplio mun-
do, que no es precisamente el de los humildes. Al final su-
frirá más el que tenga que abandonar mucho que aquel al
que no le importa casi nada dejar poco, porque siempre es-
tará cerca de las ideas de ese Antonio Machado, que iba li-
gero de equipaje en el viaje del que nunca se regresa.
La humildad es un sentimiento en vías de extinción,
en el que pocos se detienen y del que la mayoría huye,
pues no en vano el cielo que la cubre es un cielo roto en la
conciencia del que la desconoce, y lejano como los cantos
de las sirenas. A veces es un reflejo de la condición huma-
na: existe mientras no es conocida y muere tan pronto
como se la va conociendo.
En la última visita a España del presidente de México,
Felipe Calderón, tuve la oportunidad de saludarle y le en-
tregé un ejemplar de La conquista de la vida,* libro que re-
lata los avatares de mi vida. Me preguntó cuál de los niños
que aparecen en la cubierta era yo. Le señalé quién era y
me dijo:
—Pues usted debe haber conocido muchas situaciones
hasta llegar a la que hoy parece que tiene.
Sonreí a sus palabras y no quise decir mucho más, pues
para mí ya era un privilegio poder estar ante él. Rápida-
* Plaza & Janés, Barcelona, 2005.
5. INTRODUCCIÓN 25
mente pensé que había que hablar poco pero decirlo todo
seguido, para evitar un aplauso que no llegó a producirse.
En este libro he querido convocar a personas que he co-
nocido a lo largo de mi vida; de ellas he aprendido mucho,
pero lo mejor que me han dado ha sido su humildad, su
sencillez y su gran humanidad. Hubiera querido escribir so-
bre otros temas, posiblemente de más actualidad y con un
mayor calado social, pero después de mucho pensar he lle-
gado a la conclusión que el décimo de mis libros publicados
necesitaba llevar como título El éxito de la humildad.
No importa que a mis protagonistas se les conozca por
su éxito en la vida, o por las empresas o negocios que con-
trolan. Se puede ser muy humilde creando riqueza y bie-
nestar, y se puede ser bastante menos humilde destruyén-
dola o no aumentándola. Existen casos de personas que
recibieron grandes fortunas y las duplicaron con una ges-
tión meticulosa e inteligente, sin que sus titulares fueran
apenas conocidos ni se les hubiera reconocido su impre-
sionante labor en la sociedad donde viven y a la vez sostie-
nen. Grandes empresarios, a los que se puede atribuir un
alto grado de sencillez y humildad, recibieron de la gene-
ración o generaciones que les precedieron empresas con
una cantidad de empleados, y con el paso del tiempo las
han duplicado, creando una riqueza mayor que la que ha-
bían recibido.
Ejemplos de lo dicho hay muchos, aunque unos sobre-
salen por su significación y trascendencia, como puede ser
la carrera bancaria que se disparó en los años ochenta. En
aquella época se hablaba de los siete grandes: Banesto, Cen-
tral, Hispano, Vizcaya, Bilbao, Popular y Santander. La re-
presentatividad del sector recaía en ellos, mientras que los
pequeños quedaban un tanto marginados. Ha pasado un
6. 26 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
cuarto de siglo y han desaparecido casi todos; y justamen-
te el que era el más modesto, el Banco Santander, ha fusio-
nado a varios de los grandes: Banesto, Central e Hispano.
¡Quién podría pensar que eso podría suceder! Éste es un
ejemplo de que se puede ser modesto manejando grandes
fortunas, y se puede crear riqueza y puestos de trabajo des-
de la sencillez de una gestión bien hecha, por las genera-
ciones de la familia Botín a través del tiempo.
Hay muchos casos parecidos al del Banco Santander
aunque la mayoría no son tan conocidos al no tener la tras-
cendencia mediática y social del negocio bancario. A lo lar-
go de mis ya largos años de vida y experiencia profesional
he conocido a muchos empresarios que hoy controlan
gran cantidad de empresas, y que su máxima es ser discre-
tos ante sus numerosos éxitos y preocuparse de que sus
empleados mejoren sus condiciones, protegiendo sus pues-
tos de trabajo y evitando las incertidumbres. No quieren fi-
gurar, sino incentivar a sus gentes y hacerles partícipes del
trabajo bien hecho.
Hay grandes personas que se preocupan por crear y
crear, que nunca olvidan de dónde proceden, siempre son
lo que fueron y nadie les cambia su orientación social y
humana. No importa, repito, que se hable de personas de
pocos medios o de grandes recursos; lo importante es su
humildad y cercanía, y también la ejemplaridad de todo el
que sueña con crecer en una sociedad más justa y solida-
ria; a ese proyecto consagra su vida y su tarea, implicando
a todos los que le rodean.
Éste es el criterio de este libro. En sus páginas aparecen
personas de una gran calidad humana, con un gran afán
por hacer una sociedad más justa y solidaria y, como dije
antes, también aparecen otros que no pudieron llegar más
7. INTRODUCCIÓN 27
lejos porque sus medios no se lo permitieron a pesar de
que lo intentaron y siguen intentándolo; de la misma ma-
nera que muchos otros siguen luchando por un ideal en el
que sueñan y que aman porque creen en él, al que sirven
de forma total y absoluta, sin esperar más que se les re-
cuerde por cuanto hicieron en beneficio de los demás, sin
que por ello necesiten reconocimiento público.
El éxito de la humildad es un libro en el que hay perso-
nas, ideas, afanes y proyectos que se nutren del día a día y
que siempre ceden el protagonismo al silencio para que
éste sea el que les dé forma dentro del tiempo y la Historia.
Me siento orgulloso de haber conocido a lo largo de mi
vida a personas que han levantado imperios sin que apenas
se les conozca, dedicados a crear proyectos y llevarlos a cabo.
Éste es el caso de Isidoro Álvarez, al que por cariño
siempre menciono, y por respeto tan sólo le dedico una pe-
queña reseña, lo que estoy seguro agradece, ya que disfru-
ta pasando inadvertido. Aun así, es de justicia reconocerle
el esfuerzo que tuvo que hacer para acabar la carrera a la
vez que trabajaba todas las horas que le era posible. Más de
uno de los que le conocieron me dice que fueron muchos
los camiones que descargó para conseguir el dinero sufi-
ciente para costear sus estudios. Fue el inicio de una ca-
rrera profesional que es conocida, pero la hizo con grandes
dosis de humildad y prudencia; por eso nunca me cansaré
de repetir su nombre cuando hablo de humildad, pues ade-
más del orgullo que eso me produce, me colma de satisfac-
ción reiterarle el abrazo del alma que nos damos siempre
que nos vemos, y que por su parte va acompañado de la
expresión: «Ya sabes que se te quiere». La humildad de Isi-
doro es tanta que ya estoy escribiendo de más para definir-
la, pero es que no puedo evitarlo.
8. 28 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
Algo parecido sucede con el empresario José Antonio
Arenas Uría, que apenas es conocido, pero que es el que ha
diseñado y construido casi todos los centros comerciales de
España; y son muchos los que sigue construyendo mientras
continúa siendo un hombre sencillo y modesto, feliz de dis-
frutar de esta condición. Sin alardear de nada, vive consa-
grado a hacer un mundo mejor, lleno de vida y futuro. Ca-
racteres como el de José Antonio son la esencia de este
libro, y sus protagonistas son la esencia del futuro, pues
además del trabajo el único pacto que cumplen a rajatabla
es el del silencio, del que no se alejan nunca en su condi-
ción de humildes.
Para mí también ha sido un honor conocer a Ingvar
Kamprad, creador de Ikea. Le conocí junto a su mujer en
el despacho de un amigo, y la personalidad de ambos es
tan grande que se muestra en todos los comentarios que
hacen. Comenzaron vendiendo cerillas, billeteras y relojes
con la única ayuda de su bicicleta. Ingvar, sueco de naci-
miento y universal por vocación, es un ejemplo de las per-
sonas que pasan inadvertidas y sólo les importa crear rique-
za sin llamar la atención, acompañando todo su quehacer
de un comportamiento digno de resaltar por la humildad
que le caracteriza. El fundador del indiscutible imperio del
mueble ha contado en alguna entrevista, y lo explica en su
libro sobre Ikea, por qué su empresa se llama de esta ma-
nera. Empieza con su nombre, la I por Ingvar y la K por
Kamprad, a las que le siguen la E de Elmataryd, la granja
en la que se crió, y la A de Agunnaryd, su pueblo natal.
Pero además de esta sencillez, y del agradecimiento a sus
orígenes, esta familia es tan modesta en su forma de vida
que todo cuanto se pueda escribir de ella abunda en esa
austeridad y buen comportamiento social y moral.
9. INTRODUCCIÓN 29
Algo parecido, pero a la inversa, sucede con uno de los
arquitectos más destacados de nuestro país, Nacho Vicent,
que habiendo nacido en el seno de una familia muy aco-
modada, y habiendo tenido siempre todo cuanto quiso, se
afilió a una asociación religiosa y todo cuanto tuvo y tiene,
además de todo cuanto gana, lo entrega para los fines que
defiende y no guarda nada para sí mismo. Siendo como es
uno de los grandes arquitectos de Europa, con importantes
publicaciones, grandes proyectos y una inteligencia espe-
cial, está convencido de que ésta es la forma más digna de
ser humilde después de, como él repite, haber «nacido en-
tre algodones». Hoy quiere poco para él, se siente feliz co-
laborando por el bien de cuantos le rodean, y no desea
nada más que ser feliz y sonreír a todas horas como la más
clara expresión del convencimiento que lo mueve.
Hay muchos ejemplos de hombres que son héroes del
silencio en su trabajo y su entrega a la sociedad. Modelo de
ellos son los que, sin que nadie les exija nada, se prestan
para fomentar la cultura en sus diferentes vertientes. Un
ejemplo de esto es Mariano Moreno Fernández, que ha
creado un gran imperio hotelero con su Grupo Foxá. Ade-
más de realizar una gran actividad en todos los campos de
la industria, entrega todos los años un trofeo con motivo
de la Feria de San Isidro, el Cartel de Oro, dedicado a tres
matadores, al que acompaña con el Cartel de Plata, para
tres subalternos. Esta devoción hacia los toros tiene un
coste muy elevado, pero él lo asume sin esperar que nadie
se lo tenga en cuenta; ésta es su labor a favor de la Fiesta,
a la que apoya de la misma manera que hace todo en la
vida: en silencio y con humildad.
Lo mismo que Mariano Moreno en Madrid lo hace en
Martos, provincia de Jaén, Miguel Pérez Luque, un hombre
10. 30 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
que siempre presume de haberse ido a Cataluña con una
maleta de madera, de donde volvió a su tierra junto a sus
hijos para crear el Grupo Mipelsa, que da trabajo a cientos
y cientos de personas. Este hombre, muy conocido en la
provincia de Jaén, es un ejemplo de honradez, humildad y
sencillez, cuya meta no es otra que buscar trabajo a todos
cuantos le rodean, para procurar que sus paisanos no ten-
gan que salir de su pueblo. Para conseguirlo y asegurar su
sueño hecho realidad ha tenido el cuidado de unir a todos
sus hijos alrededor de estos proyectos; y aún le queda tiem-
po para publicar libros de cuentos dedicados a sus nietos.
Otro modelo de humildad es el de Blas Herrero Fer-
nández, asturiano cercano y sencillo, que inició su vida
vendiendo leche. Casado y con dos hijos, ha pasado por
todo el escalafón laboral; en cuanto ha podido, ha adquiri-
do terrenos para construir a sus hijos, Vanesa y Blas, una
casa junto a la que él tiene; eso le lleva a repetir con orgu-
llo: «Estando tan cerca, siempre tendrán la mesa puesta
para que no tengan que molestarse en cocinar». Esto es
sensibilidad, sentimiento, afecto paterno o preocupación
por la familia. Su progreso en KissFM es imparable, ya su-
pera el millón y medio de oyentes y sigue creciendo. Blas
nunca olvida de dónde viene y sabe bien adónde va; cono-
ce perfectamente su mundo, lo lleva dentro y sabe que fuera
puede hacer frío o calor; por eso lo único que le importa es
seguir siendo humilde, haciendo poco ruido, fortaleciendo
su unidad familiar y usando su sagacidad para triunfar en
los negocios.
José Luis Becedillas Ruiz es otro ejemplo de humildad
y esfuerzo. De origen muy modesto, cuando era niño vio
como su familia tuvo que emigrar a Suiza desde su Ávila
natal. Él lo hizo a Madrid, donde con catorce años empezó
11. INTRODUCCIÓN 31
a trabajar en el mundo de la hostelería, gremio que dejó
poco después para pasar al negocio de la pintura. Con algo
más de veinte años creó su primera empresa, y desde en-
tonces sus negocios no han parado de crecer gracias a su
trabajo discreto, que tuvo uno de sus momentos más im-
portantes en 1999, cuando compró un manantial en Villa-
nueva del Arzobispo. Allí creó la marca Agua Sierra Cazor-
la, que en muy poco tiempo se ha convertido en uno de los
principales referentes de la distribución y venta de agua
embotellada. Actualmente tiene una de las mayores plan-
tas de producción de España, en la que da trabajo a cientos
de familias, gracias a las cuales ha conseguido hitos en el
sector, como la producción de la primera bebida isotónica
light y bebidas especiales para diabéticos. El éxito de José
Luis es el éxito de la humildad; es un hombre preocupado
por crear puestos de trabajo y generar una riqueza que re-
vierta en todos los que colaboran en los proyectos que
pone en marcha. Desde sus modestos orígenes se ha cata-
pultado como uno de los empresarios más importantes de
España, a pesar de ser uno de los menos conocidos por su
prudencia, humildad y sencillez.
He conocido a muchas personas a lo largo de mi dila-
tada vida. Entre las gentes pobres con las que me crié,
siempre pude valorar a las personas buenas y humildes, así
como a las malas y soberbias, pues repito que no es de la
condición social de la que nace la humildad, aunque el
desconocimiento la alimenta; por eso muchas personas, al
no cambiar su condición, no dejan de ser humildes. Sin
embargo a otras que les ha cambiado la fortuna se les olvi-
da la humildad tan pronto como abandonaron la pobreza;
por eso en muchos casos no coincide la humildad con la
condición de pobre. Y además son muchos los casos en los
12. 32 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
que con las circunstancias cambian los comportamientos,
como afirma el dicho popular: «Ni pidas a quien pidió, ni
sirvas a quien sirvió».
Esta sentencia popular se basa en la condición humana,
que a veces confunde la humildad con la condición social,
lo que no es cierto del todo. La sencillez y la humildad se
reflejan muchas veces en el comportamiento a lo largo de la
vida, amparadas en la libertad de quien las ejerce. Esta con-
dición no nace de la riqueza o la pobreza, crece al margen
de la naturaleza. Precisamente el respeto hacia los otros se-
res humanos da forma a la humanidad y la transmite de ge-
neración en generación como una virtud genética al mar-
gen del credo y la religión, clase u otras circunstancias,
pues la humildad es algo que crece cerca y lejos del ser hu-
mano, y son los humanos los que la adoptan o la rechazan.
Por todo ello he querido traer casos concretos de per-
sonas importantes que han crecido en la riqueza y han se-
guido siendo humildes por encima de cualquier otra vir-
tud. Ellas han dejado parte de su vida luchando para
defender el pan de aquellos que han comido en su misma
mesa, y no quieren dejar de luchar por la posibilidad de
que las futuras generaciones también lo hagan en iguales o
mejores condiciones.
13. Alierta Izuel, César
«La lealtad es la esencia de los grandes proyectos.»
César es un buen aragonés que llegó a Telefónica a princi-
pios de siglo. La vida le ha puesto algunos obstáculos en el
camino para no hacérselo fácil, pero en 2008 puede decir-
se que ha llevado a su empresa hasta todas las metas que se
había propuesto para convertirla en una de las primeras
compañías de telecomunicaciones del mundo. César siem-
pre fue próximo y sensible con sus amigos. Es un hombre
muy familiar; hace poco tiempo perdió a su madre, con la
que pasaba muchos fines de semana en Zaragoza, adonde
sigue yendo y donde mantiene una legión de hermanos
que se sienten orgullosos cuando César comparte con ellos
los mejores momentos de fraternidad, repartiendo todo su
cariño con Ana, su mujer.
César Alierta Izuel nació en Zaragoza. Es licenciado en
Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Ad-
ministración de Empresas por la Universidad de Columbia
(Nueva York). En 1970 entró a trabajar en el Banco Urqui-
jo como analista financiero. A lo largo de la década si-
guiente ocupó diversos cargos en la institución y su grupo
empresarial. En 1978 fue nombrado director de la División
del Área de Mercado de Capitales de este banco; desde este
14. 34 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
puesto se encargó de la preparación de muchos de los altos
ejecutivos que actualmente están situados en las socieda-
des y agencias de bolsa más importantes de España.
En 1985 creó la sociedad de bolsa Beta Capital. Entre
1991 y 1996 presidió la Asociación Española de Analistas
Financieros. La salida de la asociación coincide con la ven-
ta de parte de Beta Capital al banco holandés Mees Pierson
y su nombramiento como presidente de Tabacalera. Desde
el gobierno presidido por José María Aznar se le encargó
dirigir el proceso de privatización de la compañía tabaque-
ra, que culminó con éxito, y la fusionó con la francesa Sei-
ta para crear Altadis. En 2000 su carrera profesional tomó
un nuevo rumbo cuando fue nombrado presidente del gi-
gante mundial de las telecomunicaciones que es Telefóni-
ca, una gran compañía que él ha convertido en uno de los
tres referentes mundiales del sector y una de las cuarenta
empresas más grandes del mundo.
Se ha escrito mucho sobre César Alierta, pero es poco
lo que se conoce de su capacidad como gestor, que es la que
ha llevado a su compañía a cruzar el Atlántico para asentar-
se con firmeza en Hispanoamérica, a la vez que ha conver-
tido a Telefónica en una de las empresas más importantes
de Europa y del mundo. Son muchos los que pueden ha-
blar de sus aciertos empresariales, por eso lo que yo quiero
destacar es su preocupación por los amigos y su relación,
en todo momento cercana, con aquellos que siempre lo fue-
ron, así como con los que llegamos más tarde a su vida.
César es un hombre preocupado por la familia, a la que
siente y con la que disfruta de todo el tiempo que le es po-
sible. Pasar un fin de semana en su tierra maña es algo que
no cambia por nada del mundo. Los dos procedemos de
una familia numerosa, tenemos muchos hermanos, seis y
15. ALIERTA IZUEL, CÉSAR 35
ocho respectivamente, y creo que eso nos ayuda a enten-
dernos mejor, ya que cuando hablamos de juegos de niños,
siempre coincidimos al destacar la unidad de los miembros
de este tipo de familias marcadas por las carencias de com-
partir entre muchos la abundancia o escasez de las cosas.
Nuestro cariño hacia nuestra familia, esposa, padres,
hermanos, nos ha unido siempre. Los sentimientos son pa-
recidos y el interés por mantener este tesoro es común; por
eso lo defendemos por encima de todo, a pesar de que el
tiempo se ha llevado una pequeña parte de este mundo
particular.
A pesar de sus viajes transoceánicos, sus comparecen-
cias en todos los foros del mundo y sus relaciones empre-
sariales con la mayor parte de los países, nunca le falta
tiempo para invitar a un amigo a tomar un café en su des-
pacho, y cuando lo hacemos, yo siempre me pregunto:
«¿Por qué César es amigo de sus amigos de la forma que lo
es, cuando en mi caso yo no cuento con nada más que mi
entrega sincera?». Seguramente la forma en la que los dos
hemos vivido nuestros primeros años nos une; los dos he-
mos crecido en pueblos pequeños, muy lejanos entre sí,
pero con una gran semejanza de las costumbres, las formas
y las circunstancias. Puede estar al otro lado del mundo,
que antes de que acabes de marcar su número o de enviar-
le un SMS ya te está contestando.
Su fuerza de voluntad y su defensa de lo que considera
justo es lo que en muchas ocasiones le dan el valor necesa-
rio para enfrentarse a situaciones muy difíciles. La fuerza
de su propio convencimiento le ha ayudado a mantenerse
firme en sus decisiones, para no aceptar aquellas que no
sean correctas y acertadas para cualquiera de las compa-
ñías que ha dirigido.
16. 36 EL ÉXITO DE LA HUMILDAD
César no es hombre al que le guste que se hable de él;
por eso no me quiero extender más de la cuenta al definir
su carácter como de condición humilde y sencilla. Nunca
ha querido hacer ruido en nada para no llamar la atención.
Siempre está en el lugar adecuado y nunca opone resisten-
cia cuando el sentido común aparece en un proyecto o en
una situación. Para él lo importante es acertar en el éxito y
abandonar el fracaso sin darle importancia a ninguno de
los dos. Para César todos los medios merecen respeto, y to-
das las personas deben ser oídas para saber si defienden la
razón o el interés propio o ajeno. Él sabe muy bien cuándo
lo que se defiende es o no justo.
De César Alierta se ha escrito casi todo, se ha dicho
casi todo, pero lo que menos se ha dicho es lo más fácil,
aunque parezca lo más difícil. Él es un hombre sencillo y
sensible que nunca ha dejado de cumplir con su obligación
en silencio a pesar de los gritos que en puestos de su res-
ponsabilidad hay que oír todos los días.
En la introducción de este libro hablaba de la humil-
dad como una situación de pocos privilegiados. La humildad
de César Alierta es tan sencilla y silenciosa que puede su-
ceder como con el ruido que, por mucho que se esfuerce,
nunca se le ve. Desde los valles y ríos aragoneses siempre
habrá una brisa suave de amistad de este maño residente
en Madrid.
Hace ya mucho tiempo que me dijo que había escu-
chado una frase que, más o menos, decía que la murmura-
ción a veces delata al que no sabe cumplir su obligación en
silencio. Seguramente hay que ser aliado del silencio y del
afán para poder estar cerca de este amigo, al que no le im-
portan los medios si con ellos se logran los fines sociales
del desarrollo y el bienestar del mundo que le rodea.
17. ALIERTA IZUEL, CÉSAR 37
Concluyo este capítulo dedicado a su amistad con un
dicho popular andaluz que afirma que en la puerta de Cé-
sar no hay que repetir el «ave», pues, para un amigo, la
casa de César siempre está abierta y tras ella sólo se en-
cuentran la hospitalidad de un amigo y el abrazo de un
hermano.