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Jesús
Jesús, Cristo, Hijo de Dios y Salvador
Queremos transmitir a nuestros alumnos que el mismo Jesús que nació de María, creció en
Nazaret, «pasó haciendo el bien» por Galilea y Judea –incluso Samaria–, que «subió» a Jerusalén donde fue crucificado, después de despedirse de sus amigos en aquella cena inolvidable…
es el mismo Cristo a quien el Padre resucitó de entre los muertos al tercer día, aquel primer
día de la semana en que las mujeres se encontraron la tumba vacía; aquel que existía desde el
principio, que vendrá en gloria a establecer su reinado definitivo; el Alfa y la Omega, el único
que «hace nuevas todas las cosas».
En esta ocasión vamos a servirnos del cine para mostrar la indivisible unión de Jesús-Cristo. Dos imágenes del Señor, tomadas de nuestra catedral nos indicarán que el crucificado es el exaltado; la cruz cederá
su trono al Cordero. No hay cruz sin gloria, ni gloria
sin cruz. El hombre crucificado es el mismísimo Hijo
de Dios. Eso expresamos al pronunciar su nombre:
Jesucristo.
Las imágenes que
utilizaremos serán el
tímpano de la fachaEn un sepulcro del claustro vemos estas dos
da meridional y el
abreviaturas góticas con las iniciales de Jesús
Calvario de la Capilla
y de Cristo.
del Cristo. El Todopoderoso que nos saluda desde su trono de gloria, nos acogerá
con los brazos abiertos en el templo.
En cuanto al cine… mucho se ha hablado de Las crónicas de
Narnia desde que se llevó al cine –Andrew Adamson, 2005– el
ejemplar El león, la bruja y el armario, del escritor inglés C. S.
Lewis. Él mismo dejó escrito que la figura del león Aslan es la
imagen de Jesucristo. El fragmento que hemos seleccionado
guarda un paralelismo con el misterio pascual en el cual Jesús
se entrega libremente a una muerte ignominiosa: Él, limpio y humilde, acepta la muerte para
liberar el pecado de la humanidad –de todos y cada hombre–. Él mismo será exaltado porque
forma parte de la divinidad. Así sucede en la película con Aslan…
Para realizar nuestra actividad primero veremos el fragmento de
Las crónicas de Narnia I, luego
presentaremos las dos imágenes
de Jesucristo a las que hemos
aludido antes y finalmente leeremos los capítulos 18, 19 y 20 del
evangelio de San Juan.
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